BEIJING—China está intensificando las medidas de flexibilización monetaria para combatir una desaceleración más aguda de lo previsto, como parte de una campaña para aliviar las onerosas deudas que arrastran las empresas y los gobiernos locales.
El Banco Popular de China anunció el domingo un recorte de un cuarto de punto porcentual en su tasa de interés de referencia y en la tasa de depósitos, la tercera reducción en seis meses. La medida pone de relieve los temores de altos funcionarios de que la deuda acumulada durante la rápida expansión del crédito en los últimos años descarrile los esfuerzos para reencauzar la segunda economía del mundo.
En una de las advertencias oficiales más severas sobre el tema, el banco central indicó en su informe de política monetaria publicado el viernes que el “aumento del tamaño de la deuda está obligando a China a utilizar una gran cantidad de recursos en el pago y refinanciación de la misma”, además de reducir el margen de maniobra para una mayor expansión fiscal. The Wall Street Journal informó recientemente que el organismo considera una flexibilización del crédito para ayudar a los gobiernos locales a reestructurar sus deudas.
Las medidas de flexibilización adoptadas por el banco central no han conseguido estimular la demanda de nuevos préstamos. El resultado, en cambio, ha sido una vigorosa escalada en los mercados de valores, lo que ha contribuido a impedir una fuga de capitales, pero también ha generado preocupación sobre transacciones especulativas. Las acciones chinas cayeron la semana pasada luego de que los reguladores limitaron la capacidad de comprar con dinero prestado.
Fuentes bien informadas dicen que el gobierno está cada vez más preocupado de que el país no alcance su ya reducida meta de crecimiento, fijada en alrededor de 7% para este año, el nivel más bajo en casi un cuarto de siglo. El recorte de tasas se produjo luego de que el gobierno dio a conocer datos decepcionantes de intercambio comercial y de inflación, que revelaron una débil demanda interna y una tenue actividad manufacturera. El mercado inmobiliario, que junto con la construcción y otras industrias relacionadas representan una cuarta parte del Producto Interno Bruto, no repunta, lo que arroja una de las mayores sombras sobre la economía china.
Al mismo tiempo, los créditos incobrables están aumentando en el gigantesco sistema bancario, lo que desata las preocupaciones del gobierno por el aumento de los riesgos financieros. De acuerdo con la Comisión Reguladora Bancaria de China, los préstamos en mora aumentaron de 140.000 millones de yuanes (US$22.600 millones) a comienzo de año a 982.500 millones al 31 de marzo, el mayor salto trimestral en más de una década.

El Banco Popular de China. Bloomberg News
A fines de marzo, la cartera incobrable ascendía a 1,39% del total, un alza de 0,14 puntos porcentuales desde finales de 2014, el nivel más alto en cinco años. El aumento de estos préstamos reduce las ganancias de los bancos al mismo tiempo que el gobierno les pide que ofrezcan un mayor acceso al crédito. Las ganancias de los cinco principales bancos estatales de China crecieron menos de 2% en el primer trimestre, mientras que hace unos años ascendían a dos dígitos.
La reducción de un cuarto de punto porcentual llevó la tasa de referencia para préstamos a un año a 5,1% y la tasa de referencia para depósitos a un año a 2,25%. En un comunicado emitido el domingo, el banco central atribuyó los recortes a la baja inflación, diciendo que las tasas de interés real —que toman en cuenta la variación de los precios al consumidor— permanecen en niveles históricamente altos.
Uno de los temas que más preocupa al banco central y otros reguladores es la posibilidad de que el crédito se congele como resultado de una cadena de incumplimientos, dicen funcionarios y economistas. Durante los últimos seis meses, según estimaciones del Royal Bank of ScotlandRBS.LN +1.05% se han ido de China unos US$300.000 millones, en parte por la fortaleza del dólar y en parte porque ha disminuido la confianza. Más dinero podría salir si los préstamos impagos siguen creciendo, limitando los fondos disponibles para nuevos créditos.
Las autoridades buscan diferentes maneras de aliviar la carga de los deudores, aunque signifique que el Estado asuma un papel directo a la hora de decidir ganadores y perdedores.
Deruibao Tire Co., un fabricante de neumáticos de Guangrao, un condado industrial en la provincia oriental de Shandong, se ha convertido en un objetivo clave del esfuerzo de rescate liderado por el gobierno, según un portavoz oficial y otros involucrados en el proceso. Al igual que otras empresas chinas, Deruibao se expandió rápidamente poco después de que Beijing lanzó su paquete de estímulo de US$586.000 millones a finales de 2008.
La compañía usó la deuda, principalmente préstamos bancarios, para construir plantas, según las autoridades locales y los banqueros familiarizados con sus finanzas. Todo fue bien hasta el año pasado, cuando la caída de las ventas, tanto en China como en el exterior, llevó a los bancos acreedores a exigir el pago anticipado de sus préstamos.
A principios de este año, la compañía acudió al gobierno de Guangrao en busca de ayuda, según un portavoz de las autoridades locales. Los funcionarios intentaron que los bancos extendieran el crédito a la empresa, según fuentes cercanas. Dos bancos locales obedecieron la orden, agregaron las fuentes, pero otros bancos nacionales se negaron. Ahora, según el portavoz del gobierno de Guangrao, las autoridades siguen tratando de evitar que la empresa se declare en quiebra, “coordinando activamente con todas las partes involucradas”.
La razón principal de este esfuerzo, según funcionarios de Guangrao, es que Deruibao es también garante de préstamos a otras empresas. Una declaración de quiebra podría desencadenar una cadena de cesaciones de pagos.
“Los reguladores están atentos a cualquier signo de riesgos sistémicos”, dijo un funcionario de Guangrao involucrado en las negociaciones. Representantes de la empresa se negaron a comentar.
Además de la deuda corporativa, los líderes chinos han apuntado a los pasivos en distintos niveles del gobierno. Sin embargo, un plan de canje de deuda por bonos destinado a dar un respiro a provincias y ciudades se ha topado con inconvenientes, ya que muchos bancos comerciales son renuentes a comprar los nuevos bonos.
Esto llevó al banco central a considerar una estrategia similar a la utilizada en los rescates europeos, según funcionarios con conocimiento del tema. El plan contempla que el instituto emisor deje que los bancos comerciales intercambien los bonos que compren a los gobiernos locales por préstamos del banco central, con el objetivo de apuntalar el esfuerzo de reestructuración de deuda sin causar una dolorosa crisis crediticia.
Muchos economistas dicen que la brusca desaceleración en el crecimiento de China y la necesidad de resolver sus problemas de deuda podrían llevar al banco central a implementar muevas medidas de flexibilización en los próximos meses. La entidad, por su parte, se ha mantenido cautelosa a la hora de pisar el acelerador.
En el informe sobre la política monetaria difundido el viernes, el banco central dijo que continuará adoptando diversas herramientas para asegurar una adecuada liquidez en el sistema financiero, pero que al mismo tiempo “prevendrá un relajamiento excesivo.”