Creado el Jueves, 22 Octubre 2015 16:40 | William Fernández|Foto|Archivo
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La Habana, 22 oct (AIN) Instituciones cubanas dedicadas a la producción de alimentos ejecutaron un proyecto de colaboración internacional con el Sistema de las Naciones Unidas, que les permitió mitigar los efectos de la sequía y mejorar la calidad de los suelos.
   Tiene financiamiento del Fondo Mundial para el Medio Ambiente y fue implementado en Cuba por las agencias de los programas de la ONU para el Desarrollo y el Medio Ambiente, con la asesoría técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
   Delbby García Capote, director del Programa de Asociación de País para el programa en apoyo a la implementación  del plan de acción nacional de lucha contra la desertificación y la seguía (OP-15), dijo a la AIN que entre las acciones ejecutadas se destaca la introducción de la tecnología de labranza cero.
   Los estudios realizados en las locaciones de Consolación del Sur,  Sandino, Los Palacios,  Imías y la ciudad de Guantánamo permitieron construir tranques y canales de drenaje, la aplicación sistemática de fertilizantes naturales (humus de lombriz y compost), la siembra sobre rastrojos, el mínimo laboreo del suelo y su arrope con residuos de  cosecha, para captar agua.
   En las zonas del occidente cubano aplicaron un sistema de alerta temprana, que permite disminuir las pérdidas agrícolas a causa de la ocurrencia de eventos extremos en el territorio.
   García Capote significó que los partes emitidos por los especialistas contienen valiosos datos que permiten hacer un uso racional del agua, y de los productos biológicos que se emplean en el combate a plagas y enfermedades.
   Entre las recomendaciones de los expertos se destaca el cambio de objeto social de una cooperativa ganadera a cultivos varios y frutales, con el consiguiente incremento de la producción y la rehabilitación total del terreno en el que antes pastaban cabras.
   García Capote aseveró que el uso de abonos ecológicos, la construcción de terrazas y las fajas hidrorreguladoras para facilitar la circulación del agua, constituyen medidas permanentes y necesarias que deben dominar los agricultores, si se aspira a erradicar el problema de los suelos.