Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

sábado, 17 de septiembre de 2016

Hotel cubano logra categoría mundial en todo incluido ( + FOTOS)



El Hotel Royalton Cayo Santa María en Cuba, se ubicó hoy como el mejor complejo turístico de régimen todo incluido a nivel mundial, según el reconocido sitio de viajes TripAdvisor.

Localizado al norte de la central provincia de Villa Clara, este resort de lujo cinco estrellas ocupa el primer lugar entre los 25 hoteles más populares del orbe, de acuerdo con los premios Travelers’ Choice 2014, que otorga la página digital a partir del criterio de miles de usurarios.

La instalación ya había sido seleccionada mejor hotel del Caribe en 2013, y ahora supera al Iberostar Grand Hotel Paraiso, de México, el Kurumba Maldives, de Maldivas, y al Le Blanc Spa Resort y Secrets Maroma Beach Riviera, también de México.


El centro turístico es operado bajo el concepto All-In Luxury por la firma canadiense Blue Diamond y está diseñado solo para personas mayores de 18 años.

(Tomado de caribbeannewsdigital.com)

Empresa estatal socialista: diez verdades esenciales


Martí escribió en 1884: Hay un cúmulo de verdades esenciales que caben en el ala de un colibrí, y que son sin embargo la clave de la paz pública, la elevación espiritual y la grandeza patria. Y así nos educamos los cubanos, en la búsqueda siempre de esas verdades esenciales sobre las que hay que construir consenso y no dejarnos confundir por lo superfluo o lo coyuntural.

Uno de los temas más debatidos hoy es el de la eficiencia y las posibilidades de crecimiento de la empresa estatal socialista.

Los conceptos están en los documentos del VII Congreso del Partido. Entre los principios de nuestro socialismo está: La propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción, forma principal de la economía nacional y del sistema socioeconómico, base del poder real de los trabajadores. Y al desarrollar el concepto de propiedad socialista de todo el pueblo se establece: Asume la forma de propiedad estatal, a partir de que el Estado actúa como representante del dueño, que es el pueblo.No he escuchado a nadie que cuestione este principio. El pueblo sabe que si falla la empresa estatal socialista, falla el socialismo, y se pone en riesgo todo lo conquistado en medio siglo. Los debates conciernen a las formas concretas en que podemos lograr que esa empresa crezca y sea cada vez más el motor principal de nuestra economía, el contexto organizacional en el que se expresan la propiedad social, la distribución del producto social de acuerdo con el trabajo, y la planificación en función de objetivos sociales.

No es un tema que se pueda dejar solo en manos de expertos y académicos, y por eso es importante que haya debates amplios, porque lo que finalmente incluyamos en nuestras leyes debe ser una construcción social, y será tan avanzado como lo permitan la cultura y el consenso que construyamos.

El debate tiene dos aristas: el de la empresa estatal socialista en cualquier sector y, el otro, el de las empresas de alta tecnología. Temas complejos, llenos de especificidades, cuya percepción modula la postura de cada cual, e introduce el riesgo de nublar la visión de las esencias. Por eso vale identificar las verdades esenciales sobre las cuales queremos construir las propuestas. He aquí diez:

1-La intervención del Estado en la economía es imprescindible para cualquier programa de desarrollo. El desarrollo socioeconómico es un área de “fallo de mercado”.

Las experiencias conocidas de desarrollo económico han partido de una fuerte intervención estatal. Así ha sido en diferentes momentos en Francia, Singapur, Japón, Corea, China, incluso en Estados Unidos.

El Estado tiene mecanismos de intervención en la economía, al actuar como regulador, como fisco, como cliente de las empresas, como proveedor de educación y servicios sociales, pero también frecuentemente como dueño. Funciones que se combinan en proporciones diferentes según el país y la época, pero la verdad es que no hay desarrollo económico sin intervención estatal.

La diferencia entre un sistema social y otro radica en a favor de quién interviene el Estado: de las clases dominantes o de todo el pueblo. Pero para el crecimiento de la economía, el Estado moderno interviene siempre.

2-La socialización de la producción es un proceso histórico objetivo.

La economía mundial de la primera mitad del siglo XIX era un capitalismo de pequeñas unidades, pertenecientes a personas físicas identificables, en el que los Estados confiaban en la regulación del mercado, y se limitaban a colectar impuestos; pero ya a finales de esa centuria lo que había era un capitalismo de grandes unidades, con monopolios y oligopolios, en el que los Estados intervenían más directamente.

La tecnología genera unidades productivas grandes y encadenamientos entre ellas. La contradicción fundamental que Marx identificó en el capitalismo es la contradicción entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la apropiación. Es lo que terminará por hacer inviable el capitalismo. Una economía de pequeños productores privados sería un retroceso histórico, no un progreso.

3-Las figuras empresariales que separan propiedad y gestión son una consecuencia del desarrollo de las fuerzas productivas, y son anteriores al socialismo.

La socialización de la producción comenzó desde el siglo XIX a requerir complejos medios de trabajo, y demandó una transformación de las instituciones. A partir de determinado tamaño, surgieron sociedades anónimas “por acciones” en las que la propiedad se comparte entre muchos “accionistas” que ponen en ella dinero, pero no participan de la administración cotidiana de la empresa, la cual se confía a un “administrador profesional”, un director ejecutivo. Este director ejecutivo recibe un salario usualmente alto, pero es esencialmente un asalariado. Este tipo de estructura empresarial se desarrolló en Estados Unidos y otros países a partir de la masiva construcción de ferrocarriles en la década de 1840, inversión que por su tamaño no podía ser asumida por ningún capital privado aisladamente. El esquema se repitió en la construcción de sistemas de distribución de electricidad y en otras industrias caracterizadas por alta demanda inicial de capital y altos costos fijos.

A partir del año 1900 las grandes empresas adoptaron mayoritariamente la forma de sociedades anónimas, lo que le confirió a la propiedad capitalista cierto carácter colectivo y consolidó la separación entre propiedad y gestión. La propiedad es de los accionistas (representados por una “junta de accionistas”), mientras que la administración cotidiana de la empresa, es ejercida por un director ejecutivo contratado.

La intervención del Estado como dueño comienza frecuentemente con la adquisición de una fracción de las acciones. La empresa completamente estatal es la consecuencia natural de ambos procesos: la socialización de la producción, y la separación entre propiedad y gestión. La propiedad socialista de todo el pueblo es una continuación de estos procesos, ya sin las trabas derivadas de la propiedad privada. Es lo que Marx previó al intuir que las formas básicas de un sistema socioeconómico maduran dentro del sistema que le precede.

En Cuba nuestras empresas estatales pudieran considerarse como empresas con 11 millones de accionistas, y esos “accionistas” que son el pueblo todo, son representados por el Estado. Nuestro socialismo está en la propiedad, que es de todo el pueblo, y en las formas socialistas de distribución lo cual es consecuencia de un proceso político que nos distingue del capitalismo.

En la empresa estatal todos recibimos ingresos según nuestro trabajo, pero las rentas derivadas de la propiedad de la empresa pertenecen a los 11 millones de cubanos, a través del Estado. Las formas concretas de gestión administrativa son otra cosa, y es un proceso esencialmente técnico. No podemos confundir propiedad social con gestión centralizada, ni mucho menos intentar dinamizar la gestión mediante la privatización de la propiedad. Ya en otros países se cometió ese error, y sabemos las consecuencias.

4-Hay empresas estatales en muchos países y funcionan bien.

El discurso ideológico neoliberal “vende” la idea de una empresa privada juvenil, dinámica, eficiente, generadora de ideas, en contraste con una empresa estatal envejecida, burocrática, ineficiente y estancada. Ese es el spot publicitario, pero no es la verdad.

Entre las empresas catalogadas como las mayores del mundo en 2011, son estatales el 47 por ciento para los países Brics (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), el 20 por ciento para Noruega, el 13 por ciento para Bélgica y Suiza. Estas empresas estatales son especialmente importantes en las industrias “de redes” como la energía, las telecomunicaciones, el transporte, así como en las industrias que necesitan planificación a largo plazo. China creó en 2003 la Comisión de Supervisión y Administración de Activos del Estado que agrupa más de 100 grandes empresas estatales. Las de los sectores no-bancarios se estima aportan más del 33 por ciento del PIB de China. En Vietnam hay 1 300 empresas estatales. En Singapur el sector de la energía fue estatal hasta 1995. En los años 50, durante la recuperación de la postguerra, los gobiernos de Francia y Alemania eran propietarios del 30 por ciento del capital, aunque después, en la ola de privatizaciones de los años 80 esa fracción se redujo y se retrocedió en el “estado de bienestar”. En Francia, en 1948 estaba nacionalizada la mitad de la industria y las empresas de la banca y los seguros. En Argentina Yacimientos Petrolíferos Fiscales fue la primera petrolera estatal en 1922. Y la lista de ejemplos pudiera ser mucho más larga.

El mensaje es que las empresas de propiedad estatal han existido y existen en muchos países, y que su necesidad es especialmente percibida en los períodos de dificultades económicas o de despegue del desarrollo. Sin ellas, ni se sale de las crisis, ni se desarrolla el país. Así ha sido en los países hoy industrializados, y así es mucho más para los países subdesarrollados.

La privatización de las empresas estatales que insistentemente se recomienda a los países del sur, es otra de las trampas ideológicas del neoliberalismo, encaminada a perpetuar la dependencia.

5-La propiedad privada sobre los medios de producción construye y amplifica desigualdades sociales. La política de impuestos no basta para financiar el desarrollo social ni para garantizar la equidad.

La propiedad privada y las leyes del mercado son constructoras de desigualdades sociales. En los países capitalistas industrializados los períodos de mayor intervención del Estado en la economía (como las etapas del New Deal de los años 40 en Estados Unidos, y de la socialdemocracia europea, los “30 años gloriosos” de 1950 a 1980) coinciden con los períodos de reducción de desigualdades sociales, mientras que las etapas de privatizaciones y desregulación de la economía (como el neoliberalismo a partir de los años 80) coindicen con la expansión de desigualdades. En los Estados Unidos la parte de la riqueza nacional que recibe el 10 por ciento “de arriba” de la población subió de 30 por ciento en los años 70, a casi 50 por ciento en 2000, y si la tendencia continúa llegará al 60 por ciento en 2030.

Lo que generalmente hace la empresa privada es una privatización de las ganancias y una socialización de las pérdidas. Dado que la obtención de ganancias es el objetivo central del negocio privado, es inevitable que estos se hagan expertos en externalizar costos. En las empresas privadas las ganancias, después de pagar impuestos, pertenecen totalmente a los dueños privados. En las empresas públicas el Estado recolecta, para redistribuir en la sociedad, no solamente los impuestos, sino también parte de las ganancias. De ahí sale la capacidad del Estado para financiar el desarrollo social y económico.

No es un concepto solamente económico, sino principalmente ético: refleja la parte del producto del trabajo que una sociedad está dispuesta a destinar a objetivos comunes. Cuan lejos avanzamos con esta idea es una función de la cultura, y la cultura cubana tiene sólidas bases para ir muy lejos, y defender la justicia social como uno de los objetivos esenciales de la gestión económica.

6-En las últimas décadas ha estado ocurriendo un proceso de internalización de la investigación científica en las empresas (Es decir, no se limitan a usar los resultados de la ciencia que se realiza en universidades, por ejemplo, sino que las empresas se dedican también a la investigación científica). Ello es asumido como parte de sus actividades de investigación dentro de sus propias operaciones y las financian en sus costos. Son las llamadas empresa de alta tecnología.

A los procesos objetivos de socialización de la producción, y de separación entre propiedad y gestión, que han sido consustanciales al desarrollo industrial desde hace 150 años, se adiciona en el último medio siglo este fenómeno de la internalización de la investigación científica en las propias empresas.

Comenzó en la primera mitad del siglo XX con los laboratorios de las grandes corporaciones de la química y la electrónica, y se expandió después con la informática y la biotecnología. Surgen así empresas que invierten una parte importante de sus recursos en investigar nuevos procesos y productos, que sustituyen por otros mejores, que protegen sus conocimientos con patentes, se involucran en frecuentes transacciones sobre activos intangibles, y emplean una fuerza de trabajo de alta calificación.

Son las llamadas EMPRESAS DE ALTA TECNOLOGÍA, parte de una etapa nueva del desarrollo que se conoce como “Economía del Conocimiento”. Genera sectores industriales en los que el conocimiento (más que el gasto material) es el principal componente del costo, en que el ciclo de vida de los productos es más corto, en que se compite por diferenciación de productos más que por escala y costos, y en que las empresas internalizan investigación científica. Los sectores de la microelectrónica, telecomunicaciones, software, biotecnología, energías renovables, nuevos materiales, industria aeroespacial y otros son así. En Cuba en la biotecnología, comenzaron a surgir en los años 80 y 90 empresas de este tipo.

7-La Empresa de Alta Tecnología fructifica en un contexto de inversión estatal en ciencia y de desarrollo científico en el sector presupuestado.

El sector empresarial ha ido asumiendo una fracción cada vez mayor de los gastos en investigación-desarrollo en varios países. En los Estados Unidos el financiamiento de la ciencia es 67 por ciento empresarial, en Europa es 54 por ciento y en Japón 73.

La internalización en las empresas de un componente mayor de investigación ha creado la falacia de que son ahora las empresas las que “hacen ciencia”. Esto no es verdad. Las empresas transforman la ciencia en productos y servicios comercializables, proceso complejo que requiere nuevas investigaciones. Pero las grandes innovaciones provienen casi siempre de la inversión estatal en el sector presupuestado, en universidades y en laboratorios estatales. Los mapas genéticos, los microchips, Internet, las bases científico-técnicas de las energías renovables, y otros, fueron todos en sus inicios proyectos estatales. El esfuerzo que hagamos por expandir sectores de alta tecnología tiene que ir en paralelo con el reforzamiento de la actividad científica en el sector presupuestado.

8-La Empresa de Alta Tecnología requiere regulaciones especiales.

Aunque todas las empresas aumentasen su capacidad de absorber conocimiento y tecnologías, el tránsito a una economía basada en el conocimiento va a demandar además el surgimiento de un tipo de organización económica diferente: La Empresa de Alta Tecnología.

Este nuevo tipo de empresa que internaliza la investigación científica y compite sobre productos novedosos, debe asumir un componente de incertidumbre y riesgos superior al de la economía tradicional. Es por eso que requiere ser regulada de manera diferente. Todos los países que se han adentrado en la economía de alta tecnología han construido un contexto regulador facilitador de este proceso. Cada cual lo ha hecho de manera diferente, pero lo que es común para todos es la comprensión de que el contexto regulatorio tradicional de la economía tolera poco la incertidumbre, desincentiva la exploración y el riesgo, y retiene la actividad científica en el sector presupuestado.

El surgimiento de nuevas empresas de alta tecnología a partir de grupos científicos es un proceso que requiere ser dirigido específicamente. Eso fue precisamente lo que hizo Fidel en Cuba cuando creó el Polo Científico de la Biotecnología. Es un proceso en el cual el socialismo tiene ventajas sobre la economía de mercado. Mientras mayor contenido de ciencia y tecnología tenga nuestra economía, más socialista será.

9-En los países pequeños hay un vínculo entre desarrollo tecnológico y exportaciones.

El desarrollo tecnológico requiere que las empresas tengan altos costos fijos, en investigación científica y en sofisticados sistemas de calidad, y ello solamente es rentable a partir de un volumen de operaciones, que para el caso de los países pequeños no se logra en la demanda doméstica, sino en las exportaciones.

En la actualidad las tecnologías permiten escalas de producción para llegar al mundo, y a su vez estas operaciones globales son las que permiten financiar el desarrollo tecnológico. Para los países pequeños, hay una conexión entre desarrollo tecnológico y exportaciones. Nuestras empresas tendrán que emprender ambas tareas simultáneamente. Insertarnos en la economía mundial, necesidad objetiva en un mundo globalizado, no puede ocurrir con exportación de recursos naturales, que no tenemos, ni con productos primarios de bajo valor añadido. Tiene que ocurrir con productos y servicios de alta tecnología, derivados de la ciencia y la técnica.

10-Hay que estudiar las experiencias de otros, pero no podemos copiar. Cuba tiene un contexto geopolítico especial, que condiciona nuestros márgenes de experimentación.

El estudio de las realidades económicas del siglo XXI en otros países, nos lleva a descubrir verdades esenciales, y a aprender de aciertos y errores de otros países, pero al mismo tiempo nos tiene que llevar a comprender nuestras especificidades y singular balance de oportunidades y riesgos.

Estamos emprendiendo la construcción de un modelo económico y social buscando el balance adecuado entre gestión estatal y no estatal, pero a partir de un predominio ya consolidado del sector estatal; sin una burguesía interna que obstaculice el proceso y reclame poder político; con un consenso social mayoritario construido por la generación histórica de la Revolución, y con una riqueza de capital humano fruto de medio siglo de construcción socialista.

Podemos hacer cosas que otros no pueden, y ello amplía el espacio de nuestras posibilidades. Pero también enfrentamos las secuelas del periodo especial, junto con los desafíos derivados de la hostilidad de la potencia imperialista mayor del mundo, muy cercana geográficamente, hostilidad que, una vez fracasados sus intentos de subvertir la Revolución por la fuerza, se traslada ahora al plano de las ideas y de la influencia económica. Ello introduce peligros y restricciones en nuestro margen de maniobra.

La defensa de la empresa privada (equiparándola con la creatividad) realizada por el presidente de Estados Unidos hace unos meses en Cuba, es un motivo más para reflexionar: lo que nuestros adversarios ideológicos defienden con vehemencia no es seguramente el camino de nuestra soberanía ni de nuestro desarrollo social y económico.

Los conceptos que nos guían están expresados en los documentos del VII Congreso del Partido. Sabemos bien cuáles direcciones llevan al futuro y cuáles al pasado. Los próximos meses son muy importantes, pues la experiencia histórica indica que la dirección de los caminos se define en poco tiempo. La tarea ahora es convertir esos conceptos en un ordenamiento jurídico que opere como herramienta de trabajo para la construcción de nuestro modelo económico.

Las leyes (y la futura Ley de Empresas será una muy importante) son la expresión jurídica de los consensos y los valores de una sociedad. Por eso es importante que construyamos consenso sobre las verdades esenciales. Construiremos nuestra economía, base material de la justicia social, y será la empresa estatal socialista el cimiento principal de esa construcción.

(Tomado de Bohemia)

La economía del goteo ‘hacia arriba’ de Obama


PAUL KRUGMAN

Solo los auténticos bichos raros como yo esperan con ansiedad los informes anuales de la Oficina del Censo sobre renta, pobreza y seguros médicos. Pero los informes sobre 2015, recién publicados, justifican la expectación.

Esperábamos buenas noticias; pero resulta que el año pasado la economía estuvo de fiesta como si fuera 1999. Lo cual nos dice algo muy importante: a saber, que un Gobierno que así lo quiera, puede hacer que la sociedad estadounidense sea más equitativa y mejorar la calidad de vida de las familias corrientes.

Los informes muestran grandes avances en tres frentes: un rápido crecimiento de las rentas de las familias corrientes (la renta media aumentó un llamativo 5,2 %), una bajada considerable del nivel de pobreza y una subida adicional importante de la cobertura sanitaria tras los avances de 2014. Es un triplete que no se había visto desde, pues sí, 1999.

Es cierto que la subida de la renta media llega tras años de decepciones y que, incluso ahora, los ingresos de un hogar típico, ajustados por inflación, son algo más bajos que antes de la crisis financiera. Pero el porcentaje de estadounidenses sin seguro médico es más bajo que nunca. Y el comportamiento general de la economía de Obama ha desmentido muchas de las críticas lanzadas contra las políticas del presidente.

Acuérdense de la campaña electoral de 2012. Ya había señales de la política de la intolerancia y las teorías conspiratorias que caracteriza a las elecciones de este año; Donald Trump proclamaba a los cuatro vientos que el certificado de nacimiento de Obama era falso y Mitt Romney aceptaba encantado el apoyo de Trump.

Pero también había algo de debate político. Los republicanos acusaban a Obama de ser un “redistribucionista” que quitaba el dinero a los “creadores de empleo” para dar cosas gratis al 47% de la población. Y afirmaban que esas políticas socialistas estaban destruyendo los incentivos e impedían la recuperación económica.

De hecho, había una pizca de verdad en la primera parte de esa acusación. Obama no es ningún socialista, pero desde su reelección ha aprobado una subida considerable de los impuestos a las rentas altas. De hecho, el 1% con rentas más altas paga aproximadamente el mismo porcentaje de sus ingresos en impuestos federales que en 1979, antes de que Ronald Reagan inaugurase la era de las grandes rebajas fiscales para los ricos. Y parte de la subida de impuestos se está empleando para subvencionar los seguros médicos de las familias con rentas medias y bajas.

Los conservadores predijeron un desastre como consecuencia de estas iniciativas. Las subidas de impuestos a los ricos, insistían, paralizarían la economía. Afirmaban que Obamacare, con su combinación de regulación y subvenciones, destruiría millones de puestos de trabajo sin que aumentase el número de estadounidenses con seguro.

Las políticas del presidente han ayudado a las familias y no han colmado de beneficios a los ricos

En vez de eso, lo que pasó después de la reelección de Obama fue que el empleo registró el mayor crecimiento desde la década de 1990. Pero las rentas de los hogares, al menos según los cálculos del Censo, seguían rezagadas. Así que la derecha seguía teniendo argumentos estadísticos para criticar a Obama. Ahora esos argumentos han desaparecido.

Uno podría preguntarse si estas cifras reflejan la realidad. A menudo se afirma que los estadounidenses no notan la recuperación económica; y si le preguntasen a Trump, él sin duda afirmaría que las cifras del Censo, como cualquier cifra que no le gusta, están manipuladas.

Pero hay que desconfiar de los sondeos sobre este asunto. Cuando a los estadounidenses se les pregunta por la marcha de la economía, muchos se limitan a repetir lo que creen haber escuchado en las noticias de la cadena Fox: una amplia mayoría de los republicanos afirman que el paro ha subido y el mercado de valores ha bajado durante el mandato de Obama, justo lo contrario de la verdad. Por otro lado, cuando se le pregunta a la gente cómo le va personalmente, los años con Obama han estado caracterizados por una gran mejoría (un aumento pronunciado del porcentaje de estadounidenses que consideran que les va bien).

Así que las buenas noticias son reales. Y deberían (aunque no lo harán) acabar por fin con el dominio que ejerce la ideología del goteo sobre gran parte de la clase política.

Ya conocen el argumento: cualquier intento de ayudar directamente a las familias trabajadoras, nos dicen, será contraproducente porque perjudicará a la economía en general. Así que, en vez de eso, debemos bajarles los impuestos a los “creadores de empleo” y esperar que la marea ascendente saque a flote todos los barcos.

Sería una exageración decir que el Gobierno de Obama ha hecho lo contrario, pero no cabe duda de que la economía del goteo “hacia arriba” ha estado presente en su respuesta a la Gran Recesión: gran parte del estímulo económico conllevaba una ampliación de la red de seguridad social, no solo para proteger a los vulnerables, sino también para aumentar el poder adquisitivo y apuntalar la demanda. Y, en general, las políticas de la época de Obama han ido encaminadas a ayudar directamente a las familias, más que a colmar de beneficios a los ricos con la esperanza de que los beneficios goteen hacia abajo.

Ahora vemos los resultados de este experimento político, y no están nada mal. Podrían haber sido mejores: el estímulo económico debería haber sido mayor y más prolongado, y la oposición republicana frustró las políticas económicas del Gobierno tras los dos primeros años. Así y todo, las políticas progresistas han funcionado y se ha demostrado que quienes las criticaban estaban equivocados.

PAUL KRUGMAN ES PREMIO NOBEL DE ECONOMÍA.

© THE NEW YORK TIMES COMPANY, 2016.

TRADUCCIÓN DE NEWS CLIPS.

Mayoría de hogares cubanos tendrán al frente una mujer en 2030


La Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) hizo públicos este mes pronósticos inéditos analizados en este reportaje.



La artesana Gisela Vilaboy, fundadora del Proyecto Bambú Centro, labora en su taller en el barrio chino de La Habana. La emancipación femenina crece en Cuba, pero se mantienen amplias brechas de desigualdad, destacan especialistas.
La artesana Gisela Vilaboy, fundadora del Proyecto Bambú Centro, labora en su taller en el barrio chino de La Habana. La emancipación femenina crece en Cuba, pero se mantienen amplias brechas de desigualdad, destacan especialistas.
Foto: Jorge Luis Baños/IPS

LA HABANA, 16 sep 2016 (IPS) - Las últimas proyecciones sobre población anuncian que 52,5 por ciento de los hogares cubanos serán encabezados por mujeres en 2030, cuando además se disparará el envejecimiento y la franja económicamente activa disminuirá en casi 133.000 personas.
IPS preguntó a mujeres en ese rol y a especialistas sobre las causas del fenómeno y los desafíos que representa para la franja femenina en este país, con avances en la incorporación de la mujer a la vida pública y económica, aunque persisten amplios rezagos machistas, sobre todo dentro de los hogares.
“La mayoría de las jefas de hogar que conozco son mujeres que sufrieron un divorcio, como yo. Otras lo son porque tienen la propiedad de la casa o alcanzaron más nivel cultural y perciben más dinero que sus esposos”, estimó Luisa María Morales, empleada en una empresa estatal de gastronomía y comercio.

Una madre camina con sus dos pequeñas hijas que ha ido a buscar a la escuela, por una calle de La Habana. Cuando estas niñas cubanas sean adultas, tendrán 52 por ciento de probabilidad de ser las jefas de su hogar, según proyecciones oficiales.
Una madre camina con sus dos pequeñas hijas que ha ido a buscar a la escuela, por una calle de La Habana. Cuando estas niñas cubanas sean adultas, tendrán 52 por ciento de probabilidad de ser las jefas de su hogar, según proyecciones oficiales.
Foto: Jorge Luis Baños/IPS

Morales, hoy de 51 años, se separó por segunda ocasión en 2002 y desde entonces vive con su hijo, que todavía estudia.
“Se me derrumbó la vida porque estaba acostumbrada a que mi esposo lo trajera todo”, recordó. “No fue fácil empezar a cubrir yo todas las necesidades de comida, ropa, zapatos y pagar los servicios y reparaciones de la casa… Y seguir a cargo de las labores domésticas”, enumeró.
Con el paso del tiempo, esta mujer, ahora con un cargo directivo, decidió “estar sola”. “Un esposo puede convertirse en un problema más. Prefiero tener relaciones donde ellos no tengan responsabilidades conmigo ni yo con ellos. La convivencia diaria resulta difícil también para mi hijo”, compartió.
La Oficina Nacional de Estadísticas e Información(ONEI) hizo públicos este mes pronósticos inéditos, de 2015 a 2030, de la población cubana de 11,2 millones de habitantes, a través de tres informes referidos a los hogares, lugar de residencia (urbana y rural) y población económicamente activa.
En 2015, todavía 53,8 por ciento de las viviendas tenían jefatura masculina. Pero el informe “Proyecciones de los Hogares Cubanos 2015-2030” prevé que en los siguientes 15 años las mujeres estarán cada vez más al mando de los hogares, al punto de que en 2030 pudieran representar 52,5 por ciento.
La proyección estimó que en 2024 serán iguales los porcentajes de jefatura femenina y masculina pero luego se mantendrá la tendencia al alza del liderazgo femenino que la ONEI observa desde 1981.
Las 15 provincias cubanas sufrirán la reducción del promedio de personas por domicilio. En 2030, los hogares unipersonales constituirán 19,7 por ciento y aquellos de dos personas 27,9 por ciento del total, según el informe.
Los estudios confirman el advenimiento de un abrupto cambio demográfico en esta nación del Caribe insular que figura entre las más envejecidas de América Latina.
La psicóloga Mareelen Díaz llamó a vincular los datos aportados por la ONEI “con equidad de género, equidad social, pobreza en el presente y el futuro”, para develar las realidades contrastantes sobre el liderazgo femenino en los hogares.
Entorno latinoamericano

Siete de cada 10 mujeres en edad reproductiva integran la población económicamente activa y cada vez más son jefas de hogares monoparentales en América Latina, según un estudio publicado en 2014 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Por ello, el organismo instó a los Estados de la región a implementar más políticas públicas que permitan a las trabajadoras conciliar la vida familiar con el trabajo, para revertir las desigualdades socioeconómicas y de género
Sin embargo, las jefas de familia hacen una gestión más eficiente de los recursos financieros del hogar, encontró un estudio dado a conocer en 2016 por el banco de desarrollo CAF, que encuestó sobre educación financiera a hombres y mujeres en Bolivia, Ecuador, Perú y Colombia.
“Si el incremento de la jefatura de hogar femenina se interpreta de manera exclusiva como expresión de mayor emancipación de las mujeres y equidad entre los géneros, podríamos celebrar los resultados de la proyección, pero estaríamos ignorando las investigaciones que muestran la existencia de brechas de desigualdad social”, alertó.
La también vicedirectora del no gubernamental Centro Oscar Arnulfo Romero subrayó que existe una “diversidad de explicaciones del dato”.
“Las mujeres que se reconocen y/o son reconocidas como jefas de hogar pueden asumir el rol a través de patrones que podrían alejarse de la cultura patriarcal”, describió. Resaltó como las más empoderadas a aquellas con “altos niveles de escolarización y empleo calificado, unido a condiciones de vida favorables”.
Díaz destacó que “las mujeres jefas sin calificación profesional o técnica, en sectores de la población con condiciones socioeconómicas desfavorables” suelen estar “en situaciones de vulnerabilidad y desventaja social, que tienden a reproducirse generacionalmente”.Por otro lado, “las familias de jefatura femenina conforman el patrón de pobreza cubano”, remarcó la especialista, que refirió los resultados obtenidos durante décadas por las cientistas sociales Mayra Espina, María del Carmen Zabala y Ángela Ferriol.
Este grupo tiene características como “edad promedio muy inferior a la edad media registrada entre las jefas de hogar a nivel nacional, baja incorporación al empleo, predominio de las separadas y unidas, con familias numerosas de alta carga familiar y relación conyugal inestable”, entre otras.
Además, la experta resaltó el problema de “la propia definición de jefatura de hogar y su ambigüedad de significados” porque depende de la percepción de la persona encuestada, que puede referirse “a la propiedad de la vivienda, mayor aporte de ingresos, edad, toma de decisiones y muchas variables más”.
A su juicio, este concepto oculta “versiones familiares menos patriarcales que tengan jefaturas compartidas, más democráticas y horizontales”.
Una familia diferente aspira a construir la diseñadora Lili Veranes, de 33 años, que heredó en 2010 una casa propia en la periferia de la capital cubana.

Dos jóvenes se divierten durante un festival en La Habana. El número de mujeres que gozan de autonomía económica crece cada año en Cuba.
Dos jóvenes se divierten durante un festival en La Habana. El número de mujeres que gozan de autonomía económica crece cada año en Cuba.
Foto: Jorge Luis Baños/IPS

“Siempre he vivido sola”, contó Veranes. “Creo que es algo generacional porque mis amigas también han tenido largas relaciones de pareja sin la convivencia tradicional en la misma casa”, valoró la profesional que percibe más que los 23 dólares mensuales de salario promedio pagado por el Estado.
Su situación está cambiando luego de dos años de noviazgo estable con Alberto.  “Estamos probando cómo repartirnos las tareas del hogar para hacernos la vida llevadera. Pero ponemos reglas porque yo hasta ahora garantizo el dinero para todas las necesidades de la casa”, indicó.
Para la joven, “casi no se sabe cómo conformar una familia diferente, con otros roles entre las mujeres y los hombres”.
“El incremento de la esperanza de vida al nacer, los divorcios o separaciones, la mayor participación de las mujeres en la actividad económica, son algunos de los factores que explican el incremento de los hogares con jefatura femenina”, apuntó la psicóloga Norma Vasallo, pionera en los estudios de género en Cuba.
“Pero no siempre esto indica autonomía en las mujeres”, lamentó la experta, que insistió en que muchas de las jefas de hogar “suman todas las responsabilidades económicas y del trabajo doméstico” sobre todo en los casos “de separaciones” que suelen provocar “una menor responsabilidad de los hombres con la familia”.
Reveló que entre “las jefaturas femeninas” figuran las viudas, adultas mayores solas, mujeres que migraron del campo a la ciudad y madres jóvenes sin pareja.