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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

lunes, 14 de noviembre de 2016

"Será condenado por su imprudencia": así responde China a las amenazas de Trump

Publicado: 14 nov 2016 10:16 GMT | Última actualización: 14 nov 2016 12:55 GMT

Las ventas de autos estadounidenses y de iPhones sufrirán un duro revés en China si el "ingenuo" de Trump decide lanzar una guerra comercial contra el gigante asiático.



Varios periódicos chinos con la efigie del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, en portadaGreg BakerAFP

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sería un "tonto ingenuo"si decidiese lanzar una guerra comercial total contra China, reza el diario chino 'The Global Times', controlado por el Partido Comunista chino.

Durante la áspera carrera hacia la Casa Blanca, el magnate criticó en repetidas ocasiones a China, tildándola abiertamente de "maestra" en la manipulación de su divisa y prometió castigar a Pekín imponiendo unos aranceles "defensivos" del 45% a sus importaciones. El republicano llegó a acusar a China de haber perpetrado "el mayor robo de la historia mundial".

"Será condenado por su imprudencia"

El diario chino advierte de que tales medidas constituirían un grave error. "Si Trump destruye el comercio chino-estadounidense, algunas industrias de su país se verán afectadas. Si finalmente decide hacer algo así, será condenado por su imprudencia, ignorancia e incompetencia y tendría que soportar todas las consecuencias", advierte.

La publicación añade que la introducción de cualquier arancel nueva provocaría "contramedidas" inmediatas y un enfoque de "ojo por ojo" por parte de Pekín.

"No le servirá de nada"

Según el diario, "el lote de pedidos de Boeing sería reemplazado por uno de Airbus", "las ventas de autos estadounidenses y de iPhone en China sufrirían un revés" y "las importaciones estadounidenses de soja y maíz serían paralizadas". "China también puede limitar el número de estudiantes chinos que viajan a EE.UU.", añade. "Hacer las cosas difíciles para China políticamente no le servirá de nada", alerta la publicación.

Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China ha utilizado un lenguaje más diplomático para advertir a Trump. Su portavoz, Lu Kang, dijo a la prensa la semana pasada que "cualquier político estadounidense, si piensa en los intereses de su pueblo, adoptará una política que conduzca a la cooperación económica y comercial entre China y EE.UU.".

4 propuestas económicas que Trump quiere aplicar


Las iniciativas del candidato republicano son un reflejo de su línea de pensamiento: contradictorias, radicales y, por momentos, absurdas. Esta es una lista en materia de empleo, política monetaria y comercio que podría aplicarse a partir del 20 de enero.

RODRIGO RIQUELME


Foto: Reuters

“Al final, las elecciones usualmente regresan a la economía: los trabajos, los salarios, los impuestos, las importaciones, las exportaciones, el precio de los bienes y el costo de la educación”, explica The Wall Street Journal. Durante estas elecciones, que han sido las más polémicas y mediatizadas de la historia reciente, los temas de política económica fueron el nodo central de una red de ataques y descalificaciones entre Hillary Clinton y Donald Trump.

En un momento en el que parece que la población estadounidense se ha decidido por Trump, es preciso revisar algunas de sus propuestas en materia económica que propuso el republicano para los próximos cuatro años. El crecimiento de los puestos de trabajo y del salario de los trabajadores; el peligro que corren muchos de los tratados internacionales que ha firmado el vecino del norte, y la magnitud de la deuda pública estadounidense son algunas de las propuestas.

1. Trabajo e ingresos

Durante los últimos 15 años, Estados Unidos ha entrado en dos recesiones que se caracterizaron por la explosión de dos burbujas: una financiera y otra inmobiliaria. Establecer una ruta que recupere el crecimiento de los empleos y las ganancias de los trabajadores deberá ser la prioridad, de acuerdo con Trump. Según The Wall Street Journal, Donald Trump ha evitado el optimismo de los anteriores presidentes republicanos al advertirle a la población que la nación enfrenta una decadencia económica irreversible. El magnate de los bienes raíces ha prometido que impulsará la industria militar y de infraestructura mediante una fuerte inversión económica, aunque esto implique recortar el presupuesto de áreas como la seguridad social de los veteranos y la defensa de la frontera. Sí, la defensa de la frontera: para afrontar el recorte posiblemente diseñó el muro entre Estados Unidos y México.

2. Comercio y globalización

La elección de este año ha mostrado uno de los debates más crudos con respecto a los acuerdos comerciales internacionales y la globalización. Ambos candidatos se opusieron en su momento al Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por su sigla en inglés) y la duda que sigue es si Estados Unidos permanecerá o reescribirá el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que entró en vigor en 1994. Para Trump, este acuerdo entre México, Estados Unidos y Canadá es uno de las peores iniciativas de comercio internacionales firmadas en el planeta.
Donald Trump ha dado la vuelta a varias décadas de políticas de libre comercio impulsadas por el Partido Republicano, al declarar su rechazo a la mayoría de los acuerdos comerciales firmados entre Estados Unidos y diversas naciones de todo el mundo, lo que lo ha puesto en contra de la Cámara de Comercio estadounidense y lo ha acercado a economistas liberales y legisladores demócratas. Muchos economistas piensan que su política con respecto a los tratados internacionales podría lastimar profundamente a las industrias estadounidenses.

3. Deuda nacional

El déficit presupuestario estadounidense se disparó después de la crisis financiera del 2008. La deuda del país se ubicó en su nivel más alto desde el 2007, para alcanzar casi 75% del Producto Interno Bruto de Estados Unidos. Bajo el esquema económico actual, de acuerdo con The Wall Street Journal, la deuda de nuestro vecino del norte sólo puede seguir incrementándose.
Donald Trump ha hecho una gran cantidad de declaraciones contradictorias con respecto a la deuda pública. Por ejemplo, en marzo pasado, declaró que desencadenar un crecimiento vertiginoso de la economía estadounidense le permitiría a Estados Unidos comenzar a reducir su deuda; en algunas entrevistas dadas después de esa declaración, dijo que intentaría renegociar la deuda y unos días después manifestó que esta obligación tenía un carácter sagrado que no va a renegociar, refiere The Wall Street Journal.

4. Política monetaria y la Reserva Federal

La Reserva Federal (Fed), el Banco central de Estados Unidos, es la responsable de sostener la economía del país al buscar la estabilidad de precios, lograr la máxima cantidad de empleos a través de la política monetaria y de reducir los riesgos latentes en el sistema financiero de la Unión Americana. La Fed ha emergido como uno de los grandes problemas de esta elección, debido a que los demócratas pugnan por su autonomía y los republicanos apoyan un mayor control del Estado.

Aunque los legisladores republicanos se han quejado por años de las políticas monetarias de la Fed, las cuales según ellos llevan al país a la inflación y a enfrentarse a riesgos financieros cada vez mayores, Trump ha manifestado que no cree que Janet Yellen, directora del banco central, esté haciendo un mal trabajo. También ha dicho que en algún momento planea sustituir a Yellen, titular de la Fed, con alguien surgido de las filas republicanas. Con respecto a la política monetaria, Trump manifestó que la señora Yellen debió incrementar las tasas de interés con más ímpetu y sugirió que ella no lo había hecho por razones políticas.

Las constantes contradicciones de Trump también se reflejan con respecto a este asunto: el republicano se declaró después “una persona de interés bajo a menos que la inflación alcance niveles insostenibles”.

Las monedas latinoamericanas, en caída libre desde la victoria de Trump

Publicado: 14 nov 2016 17:05 GMT

La victoria en las elecciones de EE.UU. del magnate republicano tuvo un duro efecto en el mercado cambiario de América Latina ¿se mantendrá esta tendencia durante mucho tiempo?


Una de las principales consecuencias para América Latina del triunfo de Donald Trump en las elecciones de EE.UU. del pasado 8 de noviembre fue la abrupta caída del peso mexicano.

La reacción del mercado cambiario del país azteca respondió a las promesas de campaña del magnate que, en caso de cumplirlas, afectarían seriamente a la economía mexicana. Entre ellas, destacan la polémica propuesta de construir un muro en la frontera entre ambos Estados, así como también acabar con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés).

Sin embargo, la moneda de México no fue la única que sufrió en América Latina, sino que por el contrario se vieron afectados diversos países de la región.
Caída promedio: 3,2%

El diario colombiano El Tiempo señalaba la semana pasada que el real brasileño era la divisa "más castigada" de América del Sur "con una devaluación de 4,6%". Mientras, el peso colombiano "se posiciona como la segunda moneda más debilitada en la región, con una devaluación de 3,9%".

Imagen ilustrativapixabay.com

De acuerdo con el periódico, "este incierto panorama internacional" hizo que "las monedas de economías avanzadas" se debilitaran un 0,4% frente al dólar. Por su parte, "las de las economías emergentes lo hacen en una proporción mucho mayor (2,0%)" y "las monedas latinoamericanas en promedio se han devaluado un 3,2%", agregaba.

"Nada juega en nuestro favor ahora, mi apuesta es que seguirá la devaluación en la medida en que no se despeje el panorama de Estados Unidos, a lo que hay que sumar también el escenario del petróleo", aseguró Carolina Díaz, analista del Banco de Bogotá.

El deterioro de la balanza comercial

Para comprender lo motivos de este retroceso de las monedas latinoamericanas respecto al dólar, RT consultó al economista de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Pablo Wahren.

Mike SegarReuters

"En los últimos años, los países de América Latina han sufrido en general un deterioro fuerte de su balanza comercial", apuntó Wahren. El experto enumeró cuatro factores que explican esta situación:
  • las economías de la región "crecieron, y por lo tanto su nivel de importaciones es mayor que hace 10 o 15 años"
  • en segundo lugar, por "lo que fue un estancamiento y retracción del precio de las materias primas"
  • en tercer lugar, por "una desaceleración de la economía a nivel mundial"
  • en cuarto lugar, por "la dependencia que siguen teniendo -y se intensificó- de bienes finales e intermedios"
De acuerdo al economista, "para afrontar ese deterioro de la balanza comercial que se expresa en un déficit de cuenta corriente, se utilizó -desde el principio- el financiamiento por la cuenta de capital", es decir, el endeudamiento externo y la venta de bonos. "Entonces -añade Wahren- ante los cimbronazos en el mundo que generan salida de capitales de la región, las monedas se ven perjudicadas porque su sostén viene dado por el ingreso de divisas".

¿Qué pasó con el triunfo de Trump?

Ante la inesperada victoria del candidato republicano en las elecciones presidenciales estadounidenses, "lo que pasó fue que mucha gente salió a vender bonos por la incertidumbre que se generó". Al bajar el precio de los bonos "subió la tasa de interés, lo que puede haber alentado un retorno de capitales hacia EE.UU.", puntualizó Wahren. "De todas formas, resta ver qué va a pasar con la tasa de interés, por lo tanto, el pronóstico todavía no es claro", agregó.

En Argentina, que no sufrió un retroceso significativo de su moneda frente al dólar, "la realidad es distinta ya que se venía financiando por cuenta corriente y cuando empezó a tener tensiones puso un límite a la salida de capitales. Y eso es una estrategia que cambió, ya que ahora está financiándose por la cuenta de capital", comentó el experto.

"Este año, el shock de ingresos por la cuenta de capital fue enorme por un endeudamiento de magnitudes muy elevadas", dijo al tiempo que explicó que "el ingreso de capitales estuvo más asociado a emisión de bonos soberanos, por lo que se mueve por otra lógica". A esto se suma que "la tasa de interés en dólares en Argentina sigue siendo muy elevada".

Santiago Mayor

Lo que se llama economía colaborativa no tiene nada de colaborativa


Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 3 de noviembre de 2016.

Este artículo hace una crítica de lo que se ha venido a llamar economía colaborativa o cooperativa, que es una de las actividades económicas que se está expandiendo más rápidamente en los países de capitalismo avanzado, y que paradójicamente es presentada por algunos pensadores progresistas como una evolución positiva, cuando en realidad es una expresión del dominio del pensamiento neoliberal en los comportamientos económicos. En el artículo señalo ejemplos como Uber y Airbnb, que han tenido un impacto muy negativo tanto en el mercado de trabajo como en el inmobiliario.

Una práctica económica que se está extendiendo rápidamente en el mundo capitalista desarrollado es lo que se ha venido a llamar la economía colaborativa, que, paradójicamente, tiene buena prensa en algunos círculos progresistas y que, sin embargo, es consecuencia del dominio del pensamiento neoliberal en el área de la provisión de servicios. En realidad, es la individualización del servicio, transformando la relación empresario versus colectivo de trabajadores en una relación empresario versus cada uno de sus trabajadores. A pesar del nombre que se utiliza para definirla, “economía colaborativa”, la relación dista mucho de ser colaborativa (y todavía menos, de economía cooperativa y solidaria) como, repito, algunos autores progresistas la presentan.

El discurso de los proponentes de tal economía parece ser muy lógico, racional e incluso atractivo. Cuando el propietario de un coche no lo utiliza para fines personales, lo deja a otro ciudadano que pueda necesitarlo. O, en lugar de dejarlo, él mismo lo conduce para servir al ciudadano con necesidad de transporte. Lo único que tiene que hacer es dar su nombre y teléfono a una compañía que le pondrá en contacto inmediato con el usuario. Siguiendo el mismo argumento, el propietario de un piso que tiene una habitación libre, o que tiene un piso vacío sin utilizar, da su nombre y teléfono a una compañía que le pondrá en contacto con una persona que está buscando una habitación o un piso en alquiler por periodos reducidos, resolviendo su problema.

En ambos casos se considera que esta relación (entre un usuario con necesidad de un servicio, por un lado, y una persona con recursos disponibles para él) representa un uso eficiente de los recursos (ya sea el coche, ya sea el piso), ya que estos recursos dejan de estar poco utilizados, en el caso del automóvil, o vacíos, en el caso de la vivienda, y con una gran flexibilidad. En resumidas cuentas, es la optimización de la relación entre individuos, que se realiza, cada vez más fácilmente, en las áreas de servicios privados. En realidad, se señala que la mejor prueba de su utilidad y necesidad es su éxito. La compañía UBER, que está sustituyendo a las compañías de taxis en muchos países, está valorada en alrededor de 70.000 millones de dólares, uno de los mayores negocios de transporte privado e individual en el mundo (para una versión idealizada de la economía colaborativa ver The Sharing Economy, del economista Arun Sundararajan).

¿Cuál es el problema con la economía colaborativa?

Para definir una práctica como buena o mala hay que compararla, sin embargo, con la práctica que sustituye. De ahí que en el caso de UBER haya que compararla con las compañías de taxis, compañías que son privadas y que cumplen una función pública: servir a la ciudadanía. Esta función pública justifica, por cierto, que el Estado (por lo general, el poder municipal) les dé privilegios en la vía pública (como un carril especial junto con los transportes públicos). Las compañías de taxis son cooperativas de taxistas o, más frecuentemente, son compañías privadas que contratan a taxistas, organizados como colectivo, con su propia representación institucional (sindicatos u organismos profesionales) que negocian colectivamente con las empresas las condiciones de trabajo, salarios o cualquier otra dimensión entre el taxista y la empresa. El taxista tiene que reunir unas condiciones profesionales, garantizadas tanto por el municipio como por la empresa, para satisfacer la normativa vigente. El aseguramiento del taxista y del usuario es parte de este servicio.

Gran parte de estas condiciones y circunstancias no existen en UBER, donde la relación es individual entre la empresa y el individuo propietario del coche, que probablemente será el conductor. Al ser la relación individual, este último tiene muy poco poder de negociación. Y como consecuencia, su salario es mucho menor, las condiciones de trabajo son mucho peores y el aseguramiento del cliente-usuario, en caso de accidente, mucho más limitado. Este arreglo es el sueño de cualquier empresario: contratar al trabajador por horas, individualizando y externalizando todos los beneficios sociales (como la seguridad social) que antes tenía como empleado de una empresa. Este es el futuro en la empresa, que el atractivo término de “colaborativa” oculta. Y todo esto se promueve como un canto a la flexibilidad y a la cooperación.

El escándalo de la vivienda colaborativa

Una situación semejante ocurre con los “alquileres colaborativos”. La empresa Airbnb (ver mi artículo “Ejemplos nefastos de la mal llamada economía cooperativa”, Público, 31.12.15), que pone en contacto al propietario del piso (o el inquilino) con el turista o persona joven que necesita alojamiento, se ha convertido en una de las mayores empresas inmobiliarias, siendo receptora de gran cantidad de capital riesgo (la mayoría de carácter especulativo). Una gran parte de esta actividad es incluso ilegal (como he señalado en el artículo “Las consecuencias de la gentrificación y de la turistificación de las ciudades en EEUU y España”, Público, 22.09.16). Pero ahí, en este negocio, el más perjudicado es el vecino de estos pisos, que está sujeto a una población flotante, sin compromiso con el vecindario, lo que disminuye la calidad de vida de dicho vecindario. En realidad, recientemente ciudades conocidas por su atractivo turístico tales como Nueva York y Barcelona están protestando por el declive que barrios enteros están sufriendo como consecuencia de la invasión de Airbnb, que, además de las enormes molestias que provoca al vecindario, ha causado el aumento del precio del alquiler en tales ciudades, expulsando a los residentes de dichos barrios. Ello ha forzado a que las autoridades públicas de Nueva York hayan puesto coto a las prácticas de Airbnb, limitándolas significativamente, pues de no frenarlas romperán, cambiarán y destruirán la cohesión social en los barrios, habiéndose convertido en una de las mayores amenazas para tal cohesión, todo ello realizado por empresas como Airbnb que se presentan como “colaborativas, cooperativas y solidarias”. Una situación similar está sucediendo en Barcelona. Es sorprendente que pensadores progresistas las estén promoviendo. En realidad, la expansión de este tipo de economía es un indicador de la expansión de la economía neoliberal que está afectando muy negativamente tanto a la calidad del mercado de trabajo como al bienestar de los barrios urbanos en el tiempo que vivimos. No es sorprendente, por lo tanto, que tanto en el caso de los trabajadores de las empresas mal llamadas “colaborativas” como en las compañías inmobiliarias que también se definen como tal, estén apareciendo sindicatos tanto de trabajadores como de inquilinos para parar su avalancha, que rompe con el mero concepto de colaboración y cooperación entre los ciudadanos.