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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

domingo, 7 de mayo de 2017

CONTRIBUCIÓN DE LA FUERZA DE TRABAJO CALIFICADA AL CRECIMIENTO ECONÓMICO EN CUBA. PRINCIPALES DETERMINANTES (ICONTRIBUCIÓN DE LA FUERZA DE TRABAJO CALIFICADA AL CRECIMIENTO ECONÓMICO EN CUBA. PRINCIPALES DETERMINANTES (IV)

TESIS EN OPCIÓN AL GRADO CIENTÍFICO DE DOCTOR EN CIENCIAS ECONÓMICAS

Autora: MSc. Yordanka Cribeiro Díaz

Tutor: Dra. Vilma Hidalgo de los Santos

2.3. Cambios en la modelación de la relación entre fuerza de trabajo calificada y crecimiento en Cuba

La combinación de una política de pleno empleo con el alto grado de dependencia de insumos y capital de la economía cubana (Vidal y Fundora, 2008), así como las estimaciones previas sobre la exogeneidad de la variable empleo, inducen a pensar en la posible existencia de una relación de complementariedad entre los factores de producción para Cuba, donde la dotación de capital y la disponibilidad de insumos se convierten en la restricción al crecimiento.

En Cribeiro (2009) se estima una función de producción de coeficientes fijos para el período 1970 2006, solamente dependiente del stock de capital ajustado por el consumo energético, obteniéndose una predicción adecuada del comportamiento del producto real hasta 1985. Sin embargo, a partir de ese año, el modelo sobreestima tanto la recesión como los efectos de la crisis, lo que pudiera derivarse del retraso del stock de capital para capturar el fuerte shock tecnológico negativo experimentado en esos años y que derivó en la descapitalización del sector industrial y de la economía en su conjunto. Adicionalmente, una limitación importante desde el punto de vista teórico es que la elasticidad del PIB con respecto al stock de capital ajustado es aproximadamente unitaria, lo que sugiere que su variación porcentual induce una variación igualmente proporcional en la producción.

Partiendo de estos resultados y de la hipótesis de complementariedad entre los factores productivos, se estima la función de producción ahora dependiente de la dotación de capital por trabajador y las importaciones de insumos, para el mismo período.

El Anexo 2.7 resume los resultados de las estimaciones y la verificación de los supuestos. Las variables incluidas fueron integradas de orden 1 y se validó la existencia de una relación de cointegración, violándose exclusivamente el supuesto de no autocorrelación. Ello se soluciona con la incorporación de un término AR1 como sugiere el análisis del correlograma (Anexo 2.8). Consistente con los modelos previos, se verifica un cambio estructural en 1984.


En la tabla 2.6 puede apreciarse como las correcciones realizadas incorporan dos ventajas al análisis. En primer lugar, favorecen el ajuste del modelo al comportamiento real de la economía (Figura 2.4) en todo el período de análisis. Por otra parte, permiten validar la importancia de la complementariedad entre el trabajo calificado y la disponibilidad de capital, pues la dotación por trabajador es significativa y con un coeficiente razonable en todos los casos. Asimismo, es apreciable como el modelo captura la reducción del poder explicativo de la dotación a favor de las importaciones con posterioridad a 1984.



El comportamiento anterior es consistente con la evolución del stock de capital por trabajador durante todo el período, en la que pueden distinguirse dos sub-períodos fundamentales. Hasta el año 1985 este indicador tuvo un crecimiento sostenido, lo que confirma que en un entorno caracterizado por menores restricciones al crecimiento, derivadas de  una  mayor disponibilidad de  recursos  materiales e  insumos,  la implementación de una estrategia de utilización plena de la fuerza de trabajo no fue inapropiada, aunque solo sostenible en un marco de relaciones comerciales y de financiamiento favorables con el campo socialista. De hecho, la fuerte expansión del proceso  inversionista  y  de  industrialización  que  caracterizó  esta  etapa,  posibilitó  la asimilación de un mero creciente de ocupados sin que ello perjudicara la productividad del trabajo, que mantuvo hasta ese año una trayectoria creciente,63 incluso cuando el aumento del empleo se concentraba en la esfera improductiva.64

Posteriormente, la crisis que impactó a la economía ocasionada por el shock externo, tuvo una repercusión negativa en el stock de capital físico, las importaciones de insumos y la productividad total de los factores (Doimeadiós, 2006, 2007 y Cribeiro, 2009), cuyo efecto acumulado en el período 1989 1994 explicó la profunda caída del producto y la productividad del trabajo. Finalmente, la recuperación económica posterior no ha sido acompañada por un incremento en la dotación lo que supone un importante riesgo para el crecimiento y la productividad futuros, cuyo desempeño agregado estuvo explicado fundamentalmente por la expansión de los servicios. En ese sentido, las inversiones se han concentrado principalmente en el sector de servicios sociales y en algunas actividades de infraestructura (electricidad, transporte), que crean condiciones para el incremento de la producción pero que perse no la generan.

Si bien esta recomposición estructural del crecimiento encuentra su base en la mayor calificación de la fuerza de trabajo, la misma se ha desarrollado con una marcada orientación hacia el extranjero ya sea el turismo o la reciente exportación de servicios profesionales — lo cual reduce el potencial impacto de la calificación en la economía doméstica y fortalece la validez del modelo de complementariedad presentado. Con todo, los cambios que se proyectan dentro de la actualización del modelo económico cubano, hacia la creación de nuevos espacios a la actividad no estatal y el desarrollo local, pudieran dinamizar el desarrollo de una economía de servicios doméstica y con ello propiciar una mayor sustitución entre los factores de producción, contribuyendo a relajar las actuales restricciones al crecimiento.

A pesar de la importancia de este análisis, la limitación fundamental de este tipo de estudios radica en la estimación de un  coeficiente promedio para todo el período de análisis, que deriva de su estimación por Mínimos Cuadrados Ordinarios. Sin embargo,

63 Según datos de la ONE, la cifra de ocupados en el período 1971 1985 se incremen en un 49% mientras que en el decenio 1975 – 1985 la productividad aumentó en un 48%.

64   Según  Doimeadiós  (2007),  la  expansión  de  nivel  de  ocupación  asociada  al  proceso  inversionista, condicio un aumento de la tasa media de ocupados de 1,5% a 2,3% entre los años 1976 - 1986. Sin embargo, los aumentos de este indicador, desde el quinquenio anterior, ya se debían al incremento de ocupados en la esfera no productiva (5% promedio del peodo).


durante los últimos 40 años, la economía cubana ha transitado por períodos con coyunturas externas, disponibilidad de insumos y estructura productiva diferentes, las cuales podrían haber modificado la contribución de la fuerza de trabajo calificada al crecimiento. En este contexto, Galtés (2009) perfecciona los métodos utilizados, estimando una función de producción mediante el Filtro de Kalman.


La incorporación de este procedimiento permite flexibilizar la contribución de la fuerza de trabajo calificada al crecimiento, una vez que posibilita la obtención de una trayectoria de elasticidades variables en el tiempo. Para ello, la autora utiliza el empleo calificado observado y la serie corregida del sesgo inducido por la política de pleno empleo (explicada anteriormente). De manera general, sus resultados confirman que al corregir la distorsión los coeficientes obtenidos son mayores y su evolución menos inestable en el tiempo. No obstante, en ambos casos se obtiene una contribución dla fuerza de trabajo calificada al crecimiento positiva durante todo el período, aunque marcada por una gran inestabilidad y con tendencia decreciente. Como puede apreciarse en la Figura 2.5, se produjo un retroceso significativo en la década del 90, seguido de una ligera recuperación a inicios del milenio, que no logra alcanzar los mayores niveles logrados.




 Finalmente,  como  formde  controlar  simultáneamente problemas  de medición  modelación, así como las diferencias de contribución de la fuerza de trabajo calificada que podan derivarse de diferencias intersectoriales, se estimaron funciones de producción por sectores  para el  período 2006   2009.  Este  procedimiento elimina también el  sesggenerado al asumir una función de producción homogénea para toda la economía, compuesta por sectores y empresas con comportamientos tecnológicos, necesidades de insumos intermedios y niveles de calificación distintos.

Una característica distintiva de este análisis es que no permite realizar una interpretación de largo plazo ni compararlos con los obtenidos previamente, pues los coeficientes estimados están más relacionados con la coyuntura económica. No obstante, permitirá extender el análisis al período 2006 – 2009 no considerado en los modelos previos.

Para este estudio, se cuenta con un panel desbalanceado compuesto por 3119 empresas de todo el país, agrupadas en 7 ramas de actividad económica en correspondencia con la estructura de los datos disponibles y la cantidad de empresas. El Sector primario incluye empresas de las actividades de Agricultura, caza, ganadería y silvicultura, Pesca y Explotación de Minas y Canteras. Asimismo, en la Industria se concentran tanto las empresas  que  producen  manufacturas  como  aquellas  que  pertenecen  a  la  industria azucarera. Por último, se realizó una distinción en el sector terciario para incluir por separado empresas de la Construcción, Transporte y comunicaciones, Hoteles y restaurantes, Comercio y reparación de efectos personales y Otros servicios.

Los datos utilizados se obtuvieron de los modelos 5901 y 5903 de la Oficina Nacional de Estadísticas.6Como proxy de la calificación de la fuerza de trabajo a nivel empresarial (H) se utiliza la variable salario de escala medio. Esa variable está definida por la escala única del país que incluye el pago a la fuerza de trabajo en correspondencia con la calificación y las competencias exigidas por el puesto de trabajo que ocupa. Por ello, un mayor nivel de salario de escala medio estaría reflejando una composición laboral sesgada a  mayores niveles de calificación. Para la variable dependiente, se utilizó la producción mercantil (Y), para los factores K y L se utilizaron los activos fijos tangibles y el promedio de trabajadores, respectivamente. Adicionalmente, para capturar la restricción de insumos, se utilizó el gasto material como proxy del consumo intermedio (CI). En el Anexo 2.7 se

  
65  Ambos modelos captan información del universo de empresas estatales, así como unidades parcialmente presupuestadas, sociedades mercantiles 100% cubanas, y empresas de capital mixto. Quedan excluidas (con respecto al  total  de  las  entidades  del  país)  las  unidades  totalmente presupuestadas,  las  actividades cooperativas y las privadas, así como empresas de capital 100% extranjero, sucursales en Cuba de empresas extranjeras, e instituciones sin fines de lucro (Bases metodológicas de los modelos. ONE).


ofrece una explicación detallada de los indicadores utilizados desde el punto de vista de la contabilidad empresarial.
El modelo básico a estimar es una función Cobb – Douglas sectorial a la que se le incluyen variables ficticias temporales (t), con la intención de capturar el cambio técnico por actividades económicas (ecuación 2.11). En ese sentido, se elimina el supuesto de crecimiento lineal o cuadrático de esa variable obteniéndose un coeficiente que representa el desplazamiento anual de la función de producción.

 lnYit = ai  + b k  ln Kit  + bl ln Lit  + b h ln H it  + bci CIit  + g t + e it


( 2.11 )

Las estimaciones se realizaron tanto por efectos individuales fijos como por efectos aleatorios. Sin embargo, el test de Hausman validó la existencia de correlación entre los efectos individuales y las variables independientes, por lo que la estimación con efectos fijos es la estrategia adecuada (Anexo 2.8 y 2.9). La Tabla 2.7 resume las elasticidades obtenidas.


Es necesario resaltar que, a excepción de Transporte y Comunicaciones, en el resto de las actividades la elasticidad del capital físico fue no significativa e incluso negativa; a diferencia de los coeficientes asociados al factor trabajo y consumo intermedio. Por otra parte,  a  excepción  de la  construcción,  las  dummies  temporales  son   positivas  y significativas en  la  mayoría  de  los  años,  aunque  sus  valores  no son necesariamente relevantes en todos los casos. Estos diferenciales no pueden atribuirse exclusivamente al cambio técnico, en la práctica también podrían suponer cambios en la organización de la producción, formas de gestión, etc., que afectasen de manera similar a todas las empresas de la muestra.

En cuanto a la contribución de la calificación al crecimiento, se constata que ésta ha sido positiva y significativa en todos los casos, a excepción de Hoteles y restaurantes. Sin embargo, desde la perspectiva de la autora, su impacto es inferior del que podría derivarse de los altos niveles de formación que caracterizan a la fuerza de trabajo en Cuba y que alcanzan 11,3 años de escolaridad promedio en los últimos años. Asimismo, se destaca la heterogeneidad de su impacto entre los distintos sectores; según las estimaciones, la mayor contribución de la fuerza de trabajo calificada al crecimiento se obtuvo para el sector de la Construcción y de Transporte y Comunicaciones, siendo la Industria el caso más alarmante pues la contribución es inferior al resto de los sectores, incluyendo el Primario.
Una caracterización más profunda de las ramas que componen la muestra podría arrojar señales sobre cuáles son los elementos que determinan las divergencias intersectoriales. En la Figura 2.6 se presentan algunos indicadores promedios por ramas. En el panel A se consideraron variables relacionadas con las diferentes formas de pago en base a la productividad, así como la desviación del nivel de salario con respecto a la media nacional. En el panel B se incorporaron aquellos elementos relacionados con la disponibilidad de insumos. Adicionalmente, se calculó un índice de eficiencia en el uso de los recursos materiales, definido como el cociente entre el gasto material y el nivel de producción66.

El análisis de todos estos indicadores permite extraer algunas reflexiones importantes. En primer lugar, las mayores contribuciones se producen en aquellos sectores donde predominan mayores incentivos o niveles de dotación. Tal es el caso de la Construcción, donde el valor de los pagos asociados a la productividad (pagos por resultados) es mayor que en el resto de los sectores, a lo que se adiciona el hecho de que el 50% de las empresas que lo componen se encuentran en perfeccionamiento empresarial. Asimismo, Transporte y comunicaciones mantiene niveles de dotación de capital considerablemente más altos que el resto de las ramas, lo que podría explicar su contribución al crecimiento.
   
66 A medida que aumenta el indicador se incrementa la ineficiencia en el uso de los recursos productivos.



En el caso de la Industria, nótese que la dotación de capital es muy baja en contraste con las características propias del sector, a lo que se adicionan los niveles mayores de ineficiencia determinados por el elevado consumo material y la baja productividad. Asimismo, su nivel de salarios se encuentra por debajo de la media, al igual que la mayoría de los pagos asociados a la productividad. Cabe destacar que, a pesar de ser el sector de mayor participación en la muestra, solo el 32,6 % de sus empresas están vinculadas al perfeccionamiento empresarial e instrumentan sistemas de pago asociados a ello.

Como ha podido apreciarse, los estudios nacionales sobre la contribución de la fuerza de trabajo calificada al crecimiento arrojan una relación positiva, aunque inestable y con tendencia decreciente, como resultado del insuficiente aprovechamiento de la calificación y especialización acumulada, lo cual no se corresponde con el esfuerzo realizado por el país en materia educativa.

Igualmente, los estudios coinciden en que la mayor contribución se enmarca en el período 1976–1989 y reconocen una recuperación en los últimos años que no alcanza los niveles señalados. La síntesis de los trabajos más relevantes al respecto, anteriormente referenciados, se muestra en la Figura 2.7.

La robustez de los resultados tanto a cambios en la forma de medición de variables, inclusión de series o modelación, conduce a pensar que las causas fundamentales que explican este fenómeno no son necesariamente atribuibles a problemas empíricos, de ahí la necesidad de avanzar en la búsqueda de mejores explicaciones a tal relación. Así, la investigación sobre  la  contribución  de  la  fuerza  de  trabajo  calificada en  Cuba exige transitar desde su cuantificación hacia la identificación de aquellas distorsiones que puedan explicar este contradictorio comportamiento.







En este sentido, algunos resultados expuestos apuntan a la multicausalidad del fenómeno.
Las señales indican que la contribución se incrementa en función de los incentivos laborales y la disponibilidad de recursos productivos a escala agregada y sectorial (ya sea capital o insumos). Por ello, la existencia permanente de restricciones de capital y diferenciales en los ambientes tecnológicos y productivos entre sectores y puestos de trabajo, así como la persistencia de un esquema general de incentivos distorsionados, impedirían la utilización eficiente de la calificación como fuente constante de incrementos de productividad.

Asimismo, el rendimiento del trabajador en su puesto de trabajo depende de otros factores que determinan su ubicación laboral y los conocimientos requeridos para el desarrollo de su actividad.

En primer lugar, una formación de la fuerza de trabajo no acorde a la estructura productiva y disponibilidades tecnológicas reales, con elevados niveles de escolaridad, pero distorsiones en su composición, según especialidades, perfiles, etc., igualmente conduciría a problemas de contribución asociados a una ineficiente asignación del gasto en educación. En ese sentido, la sobreeducación puede conducir a frustraciones y baja productividad económica y social.

Finalmente, otra posible explicación podría relacionarse con la asignación ineficaz de los recursos laborales, debido a decisiones personales de los individuos de contratarse en empleos no relacionados con su especialidad ni nivel de calificación, pero mejor remunerados.

Desentrañar las explicaciones de estos comportamiento en base a los tres elementos antes mencionados, constituye el centro de atención del próximo capítulo.

Continuará


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