Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

sábado, 17 de junio de 2017

En su apogeo la cosecha de mango en Ciego de Ávila


Mangales
La cosecha de mango en Ciego de Ávila avanza en las empresas agropecuarias y fincas de campesinos con el fin de igualar o superar la cifra de la temporada anterior, que llegó a 12 500 toneladas sin incluir las arboledas en patios y espacios familiares.

Este alimento encabeza los frutos avileños desde hace varios años, al disponerse de más de 3 500 hectáreas con variedades de altos rendimientos e idóneas para la industria conservera.
La recogida en entidades estatales y cooperativas de producción agropecuaria y de crédito y servicios empezó en el mes de abril y terminará en septiembre, con perspectivas de crecimiento porque la mayor parte de los plantíos está en pleno desarrollo.
Durante la campaña pasada, la Empresa Agroindustrial Ceballos procesó en solo tres meses 9 000 toneladas de mango en su combinado fabril, con materia prima de Ciego de Ávila, Cienfuegos y Camagüey, dijo a la ACN Wilver Bringas, director general de la entidad.
Los volúmenes molidos permitieron conservas para la exportación, el Turismo y la comercialización en varias provincias, con un surtido de jugos concentrados, asépticos, cremas y puré para las compotas de niños, expresó Pedro Manuel Díaz, especialista de la Agricultura.
Desde 2008 a la fecha en la provincia suman más de 9 000 las hectáreas frutícolas plantadas y se prevé duplicar la cifra en 2020, pues, además de mango, se siembra piña, aguacate, fruta bomba, naranja, limón, toronja y otros.
Se escogió el sur de Ciego de Ávila para el mango porque en esa zona los vientos llegan con menor intensidad y representan menos riesgos en la estabilidad de las floraciones.
Díaz aclaró que no es hasta los ocho años que los mangales alcanzan su máximo potencial productivo, por lo cual los más altos volúmenes tardan en recolectarse.
Está comprobado por la industria farmacéutica cubana que el Vimang, medicamento elaborado con la corteza de mango, es antioxidante, analgésico, antinflamatorio, antiespasmódico e inmunomodulador.
Según estadísticas, en el mundo existen más de 1 200 variedades de mango y solo 17 de las existentes en Cuba se pueden usar para extraer la materia prima del Vimang.

Agricultores de EE.UU. rechazan política de Trump hacia CubaEscrito por PL


Agricultores estadounidenses se sumaron al rechazo que acapara hoy el cambio de la política del gobierno de su país hacia Cuba, anunciado por el presidente Donald Trump pese a la oposición de disímiles partes.

De acuerdo con los cultivadores, la actual postura de la Casa Blanca, considerada un retroceso en comparación con los pasos dados por el exmandatario Barack Obama, podría descarrilar un gran incremento de las exportaciones agrícolas.

Trump firmó ayer en la ciudad de Miami, Florida, el llamado Memorando Presidencial de Seguridad Nacional sobre el Fortalecimiento de la Política de los Estados Unidos hacia Cuba.

Ese documento restringe los viajes de los norteamericanos al país caribeño a partir de barreras burocráticas y la eliminación de visitas educativas a título individual.

También prohíbe las transacciones económicas, comerciales y financieras entre compañías estadounidenses y empresas cubanas vinculadas con las Fuerzas Armadas Revolucionarias y los servicios de inteligencia y seguridad.

Así, y como consideró el gobierno de la isla en una declaración, se imponen trabas adicionales a las ya muy restringidas oportunidades que el sector empresarial estadounidense tiene para comerciar e invertir en Cuba.

Seguiremos defendiendo la apertura y le haremos saber a la administración de Trump que el comercio es bueno para la agricultura, afirmó el agricultor Kevin Paap, citado por reportes de prensa.

Paap es uno de los miembros de una delegación de Minnesota que prometió continuar adelante con una visita programada la próxima semana a la mayor de las Antillas.

Datos del Departamento estadounidense de Agricultura ilustran que durante los cuatro primeros meses de 2017 los envíos totales de granos y soja a Cuba llegaron a 142 mil 860 toneladas, a diferencia de las 49 mil 90 toneladas del mismo período el año anterior.

En momentos en los cuales la economía agrícola enfrenta problemas, pedimos a nuestros líderes en Washington que no cierren la puerta a oportunidades de mercados para la agricultura estadounidense, apuntó en un comunicado Wesley Spurlock, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Maíz.

La decisión de Trump podría recortar las ventas en el corto plazo y obstaculizar el desarrollo económico que podría impulsar el crecimiento de la demanda a largo plazo, consideró Tom Sleight, presidente del Consejo de Granos de Estados Unidos.

Ninguno de esos resultados, agregó también en un comunicado, resulta favorable para el sector agrícola estadounidense y el pueblo cubano.

Llaman a un mayor vínculo entre la ciencia y la rama agroforestal

Por  Ana Leticia López Enamorado


La Habana, 16 jun (ACN) La necesidad de vincular aún más la ciencia con el productor permitirá obtener mayores resultados a la rama agrícola y forestal, actividades de gran importancia para el desarrollo económico de la nación, expresó hoy en esta capital, un experto.

Oscar Labrador, director del Servicio Forestal de Flora y Fauna Silvestre del Ministerio de la Agricultura, al clausurar la Convención Internacional Agroforestal dijo además que si no se fortalece la relación de los centros científicos y el sector campesino y cooperativo, “los recursos invertidos en la investigación habrán sido innecesarios”.

Por ello señaló que constituye una prioridad el intercambio entre ambas partes, en aras de resolver los problemas que afectan las producciones apícolas, de café, cacao, forestales y del medio ambiente. 

Labrador comentó también que la Convención posibilitó a más de 600 delegados de una veintena de países, intercambiar conocimientos y experiencias sobre cómo lograr prácticas dirigidas al cuidado del entorno y al manejo de recursos naturales para la obtención de alimentos sanos.

Durante la clausura se conoció que los participantes presentaron más de 400 ponencias relacionadas con la preservación de los bosques y la sociedad; producción de energía y biomasa forestal; biodiversidad y servicios ecosistémicos; plagas y enfermedades; manejo de las plantaciones de cacao, flora apícola y cambio climático.

También se elogió la participación de los jóvenes, los cuales defendieron con maestría y calidad sus ponencias, esto demostró que la ciencia agroforestal cuenta con un buen relevo. 

La cita propició que se efectuaran de manera exitosa el VII Encuentro Internacional de Jóvenes Investigadores Agroforestales, el VII Simposio Internacional de Apicultura y el III Congreso de Café y Cacao.

En el evento, que sesionó en el Palacio de Convenciones de La Habana, se desarrolló una exposición científico-comercial, en la que empresas y entidades cubanas y extranjeras mostraron sus productos, equipos y tecnologías afines a las actividades apícola, cacaotera, cafetera y forestal.

La concentración de la riqueza: ¿discusión doctrinal o cuestión de poder?

Por Pedro Monreal, El estado como tal

La reciente reafirmación oficial de que no se permitirá la concentración de la propiedad y la riqueza no es, esencialmente, un “tema económico”. Tampoco es, fundamentalmente, “ideológico”. Es un asunto primordialmente político. Expresa una posición respecto al poder.

Como el concepto de poder tiene diferentes definiciones y es controversial, conviene aclarar entonces, desde el principio, que utilizo el enfoque marxista sobre el tema, es decir, el poder entendido desde la perspectiva de las clases sociales y los sistemas sociales, en vez de enfocarlo en los individuos. Es el poder explicado a partir de la posición de una clase social en el marco de las relaciones de producción y que se manifiesta en relaciones de dominación y de subordinación a nivel de clases, sobre la base de esas relaciones.

El tema debatido hoy en Cuba no es, para nada, una discusión nueva en el contexto de las reformas –o como quiera llamárseles- emprendidas por los partidos comunistas en el poder. Ha sido un tema importante en todos esos procesos, tanto en los que fracasaron estrepitosamente (la mayoría) como en los pocos casos, por ejemplo, China y Vietnam, que han tenido un éxito económico notable bajo el control del partido comunista. Lo que hoy se observa en Cuba debería ser colocado en ese marco amplio de análisis, obviamente teniendo en cuenta las especificidades nacionales que existen.

Todos los intentos por reformar los “modelos” económicos del “socialismo real” han incluido, en sus distintas variantes, la decisión política de modificar uno de los pilares básicos de esos modelos: el predominio de la planificación centralizada apoyada en un extenso sector estatal.

El punto es importante. Han sido decisiones –hasta donde conozco, todas y cada una de ellas- originadas en el otro pilar central de esos sistemas sociales: el control del poder político por parte de partidos comunistas que, en general, operan en el contexto de sistemas unipartidistas. No fueron decisiones adoptadas “por fuera” del sistema.

Particularidades aparte, lo ocurrido en la antigua URSS, Europa del Este, China, Vietnam, y también Cuba, parece indicar una visión compartida respecto a que la modificación de ese pilar básico –el económico- era inevitable, aunque plantease contrariedades ideológicas y entrañase riesgos políticos.

En el fondo, parece haber existido una especie de “apuesta” de que transformando ese pilar económico se podía reforzar el otro pilar fundamental del socialismo: la concentración del poder en el partido comunista. A riesgo de simplificar, pudiera decirse que han sido intentos de renovar los cimientos de la legitimidad de los partidos comunistas sobre la base de altas tasas de crecimiento económico.

Como se sabe, en muchos casos esa fue una apuesta fallida, al menos desde la perspectiva de la conservación del poder político por parte de los partidos comunistas. Ese es el caso de la URSS y de Europa del Este. Las causas de esos fracasos fueron variadas y se han realizado muchos análisis que usualmente exponen interpretaciones divergentes sobre lo ocurrido. Sin embargo, en algunos casos esa apuesta parece haber funcionado muy bien, siendo el caso de China el más notable.

En un país como China, ha sido una apuesta “ganada” que ha implicado la aceptación por parte del partido comunista del papel creciente del mercado y de las formas capitalistas de producción. Inevitablemente, ha conllevado a reconocer y gestionar las tendencias hacia el incremento de la concentración de la propiedad y de la riqueza. Ciertamente, se trata de una “concepción china” de la reforma que oficialmente en Cuba parece “respetarse”, pero no “compartirse”.

¿Qué se discute fundamentalmente hoy en Cuba cuando se habla sobre la concentración de la propiedad y de la riqueza?

En la superficie, la discusión parece ser doctrinal pues se examina esa “posibilidad” –la eventualidad de arribar a un grado de concentración privada de propiedad y de riqueza que todavía no se ha materializado en una escala significativa en el país- siempre en relación con una idea normativa (lo que debe ser), que está referida a una teorización específica sobre el socialismo.

El razonamiento más frecuentemente escuchado como justificación para para ponerle “riendas cortas” a la concentración de propiedad y riqueza es que eso no encaja con una determinada noción de lo que debe ser el socialismo.

No digo que no sea un punto de vista atendible, por supuesto que lo es. Lo que pienso es que eso no es lo que, en el fondo, intenta discutirse. La preocupación que revela la manera en que se abordó el asunto durante la sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular efectuada a fines de mayo, parece indicar que es una discusión fundamentalmente sobre el poder; muy práctica y muy poco doctrinal.

El problema es que si ya se ha decidido oficialmente que hace falta mercado y empresa privada -y con ello la inevitable concentración de propiedad y de riqueza “por fuera” del Estado- entonces lo que ocupa la atención del Partido Comunista de Cuba (PCC) es una cuestión práctica: evitar que una creciente mercantilización y privatización de la acumulación de la riqueza nacional se transforme en un cambio político que haga que el PCC pierda el poder y que con ello desaparezca el socialismo en el país.

Vayamos al grano. Se trata de un problema concreto de poder que el PCC debe resolver. Se le podrán agregar más cosas y se podrá adornar el asunto, pero esa es la cuestión especifica que debe ser solucionada.

Como la opción no se supone que sea “pedalear hacia atrás” porque en ausencia de crecimiento económico (al cual el mercado y la propiedad privada ya contribuyen positivamente) pudiera erosionarse la legitimidad del PCC, entonces este debe buscar la manera de integrar su concentración de poder con el funcionamiento del mercado y del sector privado.

Para no andarnos por las ramas, una opción posible pudiera ser que el PCC tomase la iniciativa de fomentar activamente las formas capitalistas de producción que mejor “encajasen” con su concentración de poder político, en vez de dedicarse a “fildear” las formas capitalistas que se originen azarosamente en otras partes del sistema. No estoy hablando de algo inédito. Eso es lo que han hecho los partidos comunistas de China y de Vietnam durante décadas. No propongo que se copie, sino que se tome en cuenta.

Queda claro que ideológicamente eso pudiera parecerle algo “atroz” a algunos, pero el punto que debe ser tenido en cuenta es que no es realista pensar que la concentración del poder y la acumulación económica puedan marchar por vías separadas.

Hay dos preguntas sencillas que deberían ser respondidas:

– ¿Puede el modelo de acumulación vigente (con un enorme peso de lo estatal y altamente centralizado) generar los 10 mil millones anuales de inversión que aproximadamente hacen falta cada año para lograr las tasas de crecimiento –entre 5% y 7%- que se necesitan para avanzar hacia el desarrollo nacional?

– ¿Pudiera el modelo “actualizado” prescindir del mercado y de la empresa privada (nacional y extranjera) para resolver el impasse actual de acumulación económica al que se enfrenta Cuba?

Si las dos respuestas fuesen negativas -como creo que son- entonces estaríamos frente a un camino que ya otros partidos comunistas han transitado: el sistema político controlado por el partido comunista no solo tiene que “acomodar” una nueva clase capitalista y permitirle que “prospere” (que acumule), sino que tiene que convertirla -necesariamente- en una base de apoyo de ese sistema político.

Nótese que no digo que normativamente ello sería lo deseable y mucho menos sugiero reproducir mecánicamente esa trayectoria. Simplemente lo que digo es que eso ya ha funcionado bien para otros partidos comunistas y que no conviene ignorar algo así.

En todo caso, es importante reafirmar la noción de que cualquier discusión oficial sobre la concentración de la propiedad y la riqueza en Cuba es, en esencia, la expresión de la necesidad de adoptar una visión integrada del funcionamiento del poder concentrado en el PCC con una acumulación económica que, inevitablemente, incluirá formas capitalistas de producción.

De nuevo, hay quienes pudieran considerar esa falta de “pureza” ideológica como algo inadmisible y “preocupante”, pero eso no es relevante si no va acompañado de una propuesta alternativa de “acople” entre la concentración de poder y la acumulación de riqueza.

Termino con la invitación a revisar un texto sobre la experiencia de China, incluyendo sus aspectos negativos y no solamente los positivos pues, lógicamente, la reforma del socialismo es un proceso contradictorio y en muy alto grado impredecible.

Se trata de un artículo ampliamente conocido, titulado “Integrando la riqueza y el poder en China: el abrazo del Partido Comunista al sector privado”, de Bruce Dickinson, publicado en The China Quaterly, 192, diciembre de 2007, Ver aquí https://myweb.rollins.edu/tlairson/china/chiwealthpower.pdf

Unas cuentas sobre el comercio mundial

La revolución del transporte ha cambiado para siempre el mapa industrial global; pero es un proceso acabado


Un barco portacontenedores en el puerto de Hamburgo (Alemania). MORRIS MACMATZEN GETTY

Los días en los que el auge del comercio mundial era la gran noticia parecen ahora muy lejanos. Una de las razones es que el comercio ha dejado de aumentar, y parece haberse estancado. Y otra, que tenemos asuntos más acuciantes, como el ascenso del autoritarismo y el intento de sabotear la atención sanitaria.

Pero no hace mucho di una conferencia sobre temas comerciales, y me he vuelto a interesar por ellos, y en cualquier caso, uno quiere tomarse de vez en cuando un descanso del horror de la actual economía política. De modo que aquí estoy, intentando encontrar formas sencillas de hablar de la "hiperglobalización", el aumento del comercio desde aproximadamente 1990 hasta poco antes de la Gran Recesión. Ninguna de las ideas subyacentes es nueva, pero a lo mejor a algunos les resulta útil la exposición.

La idea es pensar en los efectos de los costes del transporte y otras barreras al comercio de la misma manera en que los economistas especializados en comercio piensan desde hace tiempo en la "protección efectiva". Este concepto se introdujo principalmente como forma de entender lo que ocurría realmente en países que intentaban industrializarse para sustituir a las importaciones. La idea era más o menos la siguiente: piensen en qué ocurriría si un país impone un arancel a la importación de automóviles, pero no a la importación de componentes de automóviles. Lo que está protegiendo, por tanto, es la actividad del montaje, haciéndola rentable aunque los costes sean más elevados que en el extranjero. Y esos costes pueden elevarse hasta un punto que supere con creces la tasa arancelaria.

Supongamos, por ejemplo, que imponemos un arancel del 20% a la importación de coches, pero podemos importar repuestos que suponen la mitad del valor de un coche importado. De ese modo, el montaje de coches se convierte en una actividad rentable, aunque cueste un 40% más en nuestro país que en el posible exportador: un arancel nominal del 20% se convierte en una tasa de protección efectiva del 40%.

Ahora démosle la vuelta a la historia, y hablemos de un producto que un mercado emergente podría exportar a una economía avanzada. Pongamos por caso que en el país avanzado cuesta 100 producir este artículo, del cual, 50 corresponde a materias primas intermedias y 50 al montaje. Supongamos que el mercado emergente no puede producir los recursos naturales necesarios, pero sí puede realizar el montaje usando insumos importados. Sin embargo, hay costes de transporte, por ejemplo, del 10% del valor de cualquier mercancía transportada.

Si estuviésemos hablando solo del comercio de productos terminados, esto significaría que el mercado emergente podría exportar si sus costes fuesen un 10% más bajos: 91, en este caso. Pero hemos partido de la base de que no puede llevar a cabo todo el proceso. Puede realizar el montaje, y lo hará si sus costes finales, incluidas las materias primas, son inferiores a 91. Pero esas materias primas costarán 55 debido al transporte. Y esto significa que, para hacer que la exportación funcione, debe tener unos costes inferiores a la resta entre 91 y 55 (es decir, 36) frente a los 50 en el país avanzado.

Es decir, para superar el 10% que suponen los costes del transporte, la operación de montaje debe ser un 38% más barata que en el país avanzado.

Pero esto a su vez significa que incluso un descenso aparentemente pequeño de los costes del transporte podría tener grandes consecuencias en la localización de la producción, porque reduce drásticamente la ventaja del coste de producción que los mercados emergentes necesitan tener. Y tiene un efecto aún más desproporcionado sobre el volumen del comercio, porque lleva a un aumento drástico de los envíos de productos intermedios así como de productos terminados. Es decir, obtenemos mucho comercio de "cadena de valor".

Creo que esto es lo que ha ocurrido después de 1990, en parte por la generalización de los contenedores y en parte por la liberalización del comercio en los países en desarrollo. Pero también parece que es una revolución que ha terminado su recorrido.

Y ahora les devuelvo a nuestra información habitual sobre Trump.

Paul Krugman es premio Nobel de Economía.

© The New York Times Company, 2017.

Traducción de News Clips.