Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

domingo, 9 de julio de 2017

Pinar del Río: Cosecha de 19 mil toneladas de tabaco, la mayor del último decenio

En este artículo: cosecha, Cuba, Economía, Pinar del Río, Tabaco


Foto tomada de Tele Pinar.

Después de alcanzar las 19 mil toneladas de tabaco que estaban en el plan previsto, la provincia de Pinar del Río consiguió la mayor cosecha de los últimos diez años.

Virginio Morales Novo, especialista agrícola del grupo Tabacuba, dijo que de los 30 millones 392 mil cujes completados en la contienda, ya hay zafados más de 29 millones, lo cual en esta fecha temprana constituye un éxito.

También reportan buen ritmo -apuntó- el acopio y beneficio de la solanácea, al registrar 16 mil toneladas en la primera tarea y en la segunda cinco mil 100 ya fueron procesadas, mientras se agiliza la labor con la incorporación de fuerza femenina a las escogidas.

Relacionado con la preparación de la venidera campaña, adelantó que el plan de siembra previsto es de 18 mil 700 hectáreas, la gran mayoría de ellas ya contratadas, en tanto progresa el mejoramiento de los suelos con prácticas como la subsolación, la adición de relleno y cachaza, además de la preparación de los terrenos destinados a semilleros.

En esta venidera etapa se crecerá en 700 hectáreas en comparación con la precedente y subrayó el aumento paulatino de las áreas a partir de 2010, ante la demanda del tabaco pinareño, con reconocido prestigio a escala internacional.

Destacó el entusiasmo registrado por los cosecheros de Vueltabajo para afrontar las faenas por venir, estimulados con la calidad y los buenos precios del tabaco.

A partir del 20 de julio -precisó- comenzará la roturación de las afamadas vegas y paralelamente avanzará la construcción de aposentos para el curado de las hojas, con 800 en proceso en Pinar del Río, sede del acto central por el Día de la Rebeldía Nacional.

Esta región occidental aporta al torcido en el país alrededor del 50 por ciento de las capas exportables, así como los capotes y demás componentes de los habanos.

Pinar del Río produce 4, 5 millones de puros anualmente, y fabrica nueve marcas de reconocido prestigio y 19 vitolas, según directivos de la empresa de tabaco torcido en el territorio.

(Con información de ACN)

Beneficiados miles de holguineros con programa de Hidroenergía

Creado el Domingo, 09 Julio 2017 11:34 | Claudia Patricia Domínguez del Río


Holguín, 9 jul (ACN) El funcionamiento de las mini y micro centrales hidroeléctricas como parte del programa hacia un mejor aprovechamiento de las Fuentes Renovables de Energía benefician a más de mil habitantes en la provincia de Holguín.

Alexander Valdespino, coordinador general del programa en esa área hidroenergética en el territorio, explicó a la ACN que 11 de las 14 instalaciones que posee Holguín para esos fines funcionan establemente y que las restantes tres no lo hacen debido a problemas técnicos por faltas de piezas y componentes básicos.

Entre las de mayor capacidad de generación en la región nororiental, señaló, las de Nuevo Mundo, de Moa y la ubicada en la margen derecha de la presa de Mayarí, las cuales entre ambas generan más de cuatro megawatts/horas.

Añadió que actualmente se trabaja en la instalación de otra hidroeléctrica en la parte izquierda del propio embalse mayaricero, punto de partida del trasvase este-oeste, proyecto hidráulico que ya ofrece sus primeros beneficios en cultivos agrícolas y abasto de agua mediante sus sistemas de canales.

Insistió en la necesidad de rehabilitar el funcionamiento de las maquinarias de La Melba, en el municipio de Moa, el Salto del Guayabo en Mayarí y Los Berros en Banes, unidades que beneficiarían a unas 200 familias. 

También se trabaja, significó, en la sincronización con el Sistema Electro energético Nacional, de la existente en Yirimias, zona montañosa del municipio de Sagua de Tánamo, como paso importante para contribuir a mejorar la eficiencia energética de ese poblado.

Cuando la economía se mide por la carretera

Yuniel Labacena Romero 
8 de Julio del 2017 22:46:05 CDT
Durante un viaje interprovincial, mi compañero de asiento me preguntó cuántas rastras se habían cruzado con nuestro vehículo en el camino. La cuenta era realmente escasa. Entonces recordé que un reconocido economista llamaba a medir la mayor o menor prosperidad de un país por el transporte en movimiento, lo mismo por carretera, que por ferrocarril u otras vías.
La comparación viene a colación cuando se revisa la publicación TransporteIndicadores SeleccionadosEnero-Diciembre 2016, de la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei).
El «vaso medio lleno» en este sector, para decirlo al estilo Mastriopero —el famoso doctor Alexander Sebastián, creador del reconocido principio de incertidumbre, o también llamado de indeterminación—, es que la transportación de pasajeros creció el pasado año en relación con el 2015; el «medio vacío» es que el incremento todavía está muy distante de su mejor época en Cuba, la década de los 80 del pasado siglo. Y la ostensible diferencia se mantiene, pese a los esfuerzos que ahora mismo se realizan en ese ámbito.
Este indicador creció en el referido período en 135,1 millones de personas transportadas —y en los últimos cinco años ha mantenido una tendencia al aumento—, solo que en aquella etapa de bonanza, específicamente en 1989, se movieron más de 3 000 millones de viajantes.
No es casual entonces que la transportación de pasajeros esté entre los servicios peor valorados en el archipiélago, debido en lo esencial a la poca existencia de medios disponibles, al mal estado de los viales, a la deficiente información a la población y, especialmente, a que la demanda supera la oferta, entre otros inconvenientes. Los últimos años han estado marcados por la inestabilidad, insuficiencia y baja calidad en casi todas las modalidades de transporte, algunas de las cuales ahora mismo, como la aérea y el ferrocarril, son realmente bastante deficientes.
Es verdad que los difíciles años del período especial llevaron a que el transporte público prácticamente colapsara. Y no solo los medios y la infraestructura disminuyeron, sino también el personal calificado en las especialidades técnicas y de operaciones, como han declarado autoridades del sector. Pero ello no puede ser justificación para la situación actual, sobre todo cuando la transportación de pasajeros está comprendida entre los sectores que deben recomponerse con la actualización del modelo económico cubano.
¿En qué se transportan más los cubanos?
La mencionada publicación —disponible en el sitio digital http://www.one.cu/— refleja que los ómnibus de uso público continúan siendo la modalidad más empleada, cuando de medios convencionales se trata, y la menos usada es la aérea, en lo que influye, esencialmente, la poca disponibilidad en este tipo de transporte. El servicio urbano es el más usado, como es de suponer, aunque se aprecia un ligero aumento en el número de viajeros en el ámbito rural.
Al referirse a otros medios, entre estos los alternativos —como los coches de tracción animal, bicitaxis, camiones y autos privados—, los números muestran que en el último quinquenio este indicador oscila entre montos más o menos estables, alternándose años en que crecen con los que decrecen. En 2016 progresó, y por esta vía se trasladaron 786,3 millones de personas, 101,4 millones más que en 2015.
La revisión de los guarismos depara algunas sorpresas: disminuyen el empleo del ferrocarril, los ómnibus escolares y las cooperativas del transporte, mientras crece la transportación mediante taxis estatales y vía marítima.
El traslado de pasajeros en ferrocarriles —que entre 2012 y 2015 mantuvo una tendencia al crecimiento— resulta preocupante, pese a que este es el medio más aconsejable a emplear en Cuba, por su menor costo económico con respecto a las otras modalidades y por la configuración geográfica del país.
Los ferrocarriles son objeto de importantes inversiones desde que en 2006 se inició su programa de recuperación y desarrollo. No obstante, las cifras de la Onei demuestran que esta modalidad está muy lejos de alcanzar su valor máximo de transportación de pasajeros, cuando en 1992 se movieron 33 millones de personas por esta vía. Entre sus males endémicos, hasta hoy insolubles, se cuentan los incumplimientos con el tiempo de viaje y las frecuencias de salida, la baja oferta de capacidades, la ausencia de confort y de fiabilidad.
No olvidemos que nuestro país fue uno de los primeros en el mundo en poseer ferrocarril. Precisamente, el 19 de noviembre de 1837 rodó la primera locomotora de vapor en América Latina, en el recorrido desde La Habana hasta la localidad de Bejucal, en la actual provincia de Mayabeque.
En estos momentos las líneas férreas se extienden por toda la superficie nacional, desde Pinar del Río hasta Guantánamo, con más de 9 000 kilómetros.

La Habana y sus demonios

La cosmopolita capital cubana es la que más demanda formas de transportación pública, por tanto, es donde mayores inconvenientes e insatisfacciones persisten. Aun cuando la publicación de la Onei no brinda cifras por provincias, autoridades del transporte en la urbe declararon en septiembre último que el plan diario de transportación ascendía a 1 200 000 pasajeros. Aseguraron también que intervienen diferentes operadores y que como promedio contaban con 604 ómnibus trabajando diario (7 600 viajes), de los que se benefician 1 100 680 pasajeros.
Como dato curioso, el mejor año para la transportación urbana en La Habana fue 1984, cuando cada día se transportaron alrededor de 4,3 millones de personas en 1 700 ómnibus, que daban 30 000 viajes. Sin embargo, en esa época ya se manifestaban insatisfacciones.
El transporte de pasajeros es altamente subsidiado por el Estado, al tiempo que cada vez se requieren más recursos en divisas convertibles para sustentar las inversiones y los gastos para su sostenimiento.
Según datos divulgados en 2013, un ómnibus articulado de los que circulan en la capital costaba más de 200 000 dólares en el mercado internacional, un coche de pasajeros de un tren cerca de 900 000 dólares, un catamarán de los que trasladan a los pasajeros para el municipio especial Isla de la Juventud, unos cinco millones de dólares, y un avión supera los 30 millones de dólares.
A la situación descrita se le intenta buscar solución en los últimos tiempos por el Ministerio del Transporte y los consejos de la Administración Provincial. Para ello se han diseñado diversas estrategias, entre las que se encuentran el establecimiento de precios máximos referenciales para los recorridos de los transportistas privados, el empleo de taxis ruteros gestionados por cooperativas no agropecuarias y otras más locales como el uso de motos triciclos en Holguín.
Ojalá cada una de esas alternativas complementarias contribuya a mejorar la transportación de pasajeros, pero ninguna, como decía recientemente Marta Oramas Rivero, viceministra del Transporte, viene a sustituir la responsabilidad estatal del servicio principal que existe: el de los ómnibus de uso público. Ojalá llegue el día en que miremos a las carreteras y podamos hacernos la idea de que nuestra economía marcha mejor.
Nota: Para la realización de este trabajo se utilizó la información brindada por directivos del Ministerio del Transporte y de la Dirección General de Transporte en La Habana en el espacio televisivo Mesa Redonda, en sus ediciones correspondientes al 18 de julio de 2013 y del 22 de septiembre de 2016, reseñadas por el sitio digital Cubadebate.

La rentabilidad de la economía marxista

Por Michael Roberts


Recientemente me entrevistaron por mi libro La larga depresión y por otras ideas económicas  José Carlos Díaz Silva, del Departamento de Economía de la Universidad Nacional de México (UNAM), donde me han invitado en marzo de 2018 a impartir una serie de conferencias. En la primera parte de esta entrevista, publicada hace más de una semana, José me pregunta sobre los temas básicos de mi libro.

En la primera parte de esta entrevista, José me pregunta sobre los temas básicos de mi libro.

JCD: En términos generales, ¿cómo podría explicar la reciente crisis?¿Podemos vincular el colapso de Estados Unidos en 2008 con los problemas que siguieron en España, Grecia e Irlanda y este último con el escenario reciente como un proceso único de crisis?

MR: En mi libro The Great Recession y en mi posterior libro The Long Depression, sostengo que el colapso financiero mundial de 2008 y la consiguiente profunda caída global en la producción capitalista fueron causados ​​por una combinación de la caída de la rentabilidad del capital productivo (Ley) y el endeudamiento excesivo para especular en capital ficticio (acciones, bonos y bienes). En un momento dado, los préstamos bancarios y las hipotecas y su diversificación en derivados hipotecarios (comprados a nivel mundial) ya no podían financiarse a medida que los beneficios de los sectores productivos caían y los ingresos caían. El gran esquema Ponzi de especulación financiera se derrumbó y reveló el fracaso subyacente de la producción capitalista. La inversión se hundió y llevó consigo el empleo, los ingresos y el consumo.

Este es el proceso "normal" de la crisis capitalista: la rentabilidad cae a un punto en el que las ganancias en total paran de subir, luego la inversión colapsa y los costos del capital (medios de producción y trabajo) se reducen violentamente. Esta crisis particular fue peor porque se combinó con la destrucción del capital ficticio que había alcanzado niveles sin precedentes; Y porque era global. Todas las grandes economías y el sector financiero se vieron afectados. El colapso bancario y la masiva restricción crediticia se extendieron a Europa. La crisis crediticia golpeó los mercados inmobiliarios de España e Irlanda; Y el excesivo exceso de apalancamiento de la propiedad y los sectores empresariales en Grecia. Grecia fue puesta de rodillas debido a los anteriormente salvajes préstamos a precios baratos por las empresas griegas, especialmente en la propiedad; Y la evasión y fuga de capitales de esas empresas y de los ricos significaba que el gobierno griego no tenía ingresos suficientes para manejar un colapso de la economía y satisfacer las demandas de sus acreedores, los bancos franceses y alemanes.

Así que la crisis del euro fue realmente una crisis del capitalismo global. Pero tenía características especiales, ya que las partes más débiles de la zona del euro eran las más afectadas porque dependían de la inversión desde el núcleo (Alemania, Francia, etc.). Y los líderes del euro no estaban dispuestos a subvencionar las economías más débiles.

JCD: ¿Por qué es importante construir una teoría general de la crisis capitalista?

MR: Si no desarrollamos teorías generales entonces permanecemos en la ignorancia en el nivel de apariencia superficial. En el caso de las crisis, cada crisis en la producción capitalista puede parecer que tiene una causa diferente. El choque de 1929 fue causado por un colapso del mercado bursátil; La caída global de 1974-5 en los precios del petróleo; La Gran Recesión 2008-9 por un accidente de la propiedad.Y sin embargo, las crisis bajo el capitalismo ocurren regularmente y repetidamente. Eso sugiere que hay causas generales subyacentes de las crisis que deben ser descubiertas. Las depresiones capitalistas no son sólo eventos o choques aleatorios.

El método científico es un intento de extraer leyes que explican por qué suceden las cosas y así poder entender cómo, por qué y cuándo pueden ocurrir de nuevo. Creo que el método científico se aplica a la economía ya la economía política tanto como a las llamadas "ciencias naturales". Por supuesto, es difícil obtener resultados científicos precisos cuando el comportamiento humano está involucrado y los experimentos de laboratorio están descartados. Pero el poder del agregado y la multiplicidad de puntos de datos ayudan. Se pueden determinar las tendencias e incluso puntos de reversión.

Si podemos desarrollar una teoría general de las crisis, entonces podemos contrastar con la evidencia para ver si es válida -y aún más, podemos tratar de predecir la probabilidad y el momento de la próxima depresión. La previsión meteorológica solía ser poco científica y basarse sólo en la experiencia de los agricultores durante siglos (no sin alguna validez). Pero los científicos, la aplicación de la teoría y el uso de más datos han mejorado la previsión para que sea muy preciso tres días de antelación y horas muy precisas por delante.

Por último, una teoría general de las crisis también revela que el capitalismo es un modo defectuoso de producción que nunca puede proporcionar un desarrollo armonioso y estable de las fuerzas productivas para satisfacer las necesidades de las personas en todo el mundo. Sólo su sustitución por la producción planificada en la propiedad común que ofrece.

JCD: Cuando se habla de la pertinencia de la caída de la tasa de ganancia como un determinante de la crisis, comúnmente se subraya en las obras de Marx como la explicación más fuerte. Esto es, si el propio Marx consideraba la caída de la tasa de ganancia como el fundamento de la explicación principal de la crisis, entonces debemos pensar en ella como correcta, pero si encontramos alguna evidencia textual en los escritos de Marx que muestra que abandonó esta tesis En sus últimos años de trabajo, entonces será incorrecto pensar en la caída de la tasa de ganancia como la principal explicación de la crisis.¿Qué tan fructífera es esta forma de hacer investigación? ¿Es posible que la espera de la "aprobación de Marx" sea nociva para la posibilidad de construir una teoría de la crisis?

MR: Interpretar los voluminosos escritos de Marx para determinar qué es útil su teoría de las crisis, pero sólo hasta cierto punto. La contribución de Marx debe ser el fundamento de cualquier teoría efectiva y pertinente de las crisis bajo el capitalismo, en mi opinión.Pero como usted dice, puede haber muchas interpretaciones y las obras inacabadas de Marx llevan a ambigüedades que pueden ejercer académicos y académicos para toda la vida. Así que hay límites severos en este tipo de investigación. Incluso si estuviéramos de acuerdo en lo que es la teoría de Marx de las crisis (o incluso que él tenía una - porque eso es discutido), ¿y si él estuviera simplemente equivocado?

Además, hace 150 años que Marx desarrolló su análisis del capitalismo basado en el principal ejemplo del capital británico a mediados del siglo XIX. El mundo y el capitalismo se han movido desde entonces - en particular, es Estados Unidos que ahora es el capital hegemónico dominante, el capitalismo es ahora global y controlado aún más que antes por el capital financiero. Así, una teoría de las crisis debe tener en cuenta estos nuevos desarrollos. Además, tenemos mucho más datos e información para trabajar en comparación con el acceso limitado de Marx. La tarea ahora no es seguir analizando y reinterpretando a Marx, sino permanecer sobre sus hombros y elevar nuestro entendimiento.

JCD: Si definimos la composición orgánica del capital como el nivel del valor de los medios de producción al valor de la fuerza de trabajo, ¿esta variable depende de los factores distributivos o de la tasa de ganancia? ¿Cree que es importante tener en cuenta la composición materializada del capital y la composición orgánica del capital?

MR: La composición orgánica del capital es una importante categoría económica marxista. Muestra la relación social entre el trabajo humano y las máquinas como medio de producción. Bajo el capitalismo, los capitalistas individuales compiten para extraer de su fuerza de trabajo la cantidad máxima de valor (y la plusvalía después de pagar los salarios de la fuerza de trabajo). El impulso competitivo por el beneficio (obteniendo la mayor participación en el valor total producido) empuja a los capitalistas a incrementar su uso de maquinaria para elevar la productividad del trabajo mediante el despido de mano de obra. Así Marx calculó que una composición orgánica creciente del capital era la tendencia a largo plazo del modo de producción capitalista. De hecho, fue la base de la ley de la tendencia de la tasa de ganancia a caer (la ley como tal). La composición orgánica del capital se mide en dinero, pero Marx dice que refleja la composición técnica del capital (máquinas medidas en horas de trabajo contra la cantidad de horas trabajadas). Sin embargo, el aumento de la maquinaria de los capitalistas para reemplazar al trabajo aumentará la productividad del trabajo y reducirá el valor de la fuerza de trabajo si los costos de la reproducción del trabajo disminuyen. Y también puede reducir los costos de la maquinaria. Así, la composición del capital puede caer.Pero Marx dijo que, por regla general, esto sólo debilitaría el aumento de la composición orgánica del capital, y no causaría que caiga a largo plazo.

Toda la evidencia empírica demuestra que Marx tenía razón. Así, la hipótesis básica de la ley de rentabilidad de Marx, de que habrá una composición orgánica creciente del capital a lo largo del tiempo, es realista y probada. Si no hay un cambio en la tasa de explotación o la plusvalía de la mano de obra, entonces una composición orgánica en aumento conducirá a una caída en la tasa de ganancia. Sin embargo, el aumento de la mecanización suele conducir a un aumento de la productividad de la mano de obra y la tasa de plusvalía. Esto actúa como una contra tendencia a la creciente composición orgánica del capital ya la tendencia de la tasa de ganancia a caer. Pero la tendencia prevalecerá sobre las contrapartes con el tiempo.

JCD: ¿La explicación de los ciclos económicos es la dinámica entre la caída de la tasa de ganancia y sus contra-tendencias? ¿Por qué es así?¿Cuáles son las diferencias con las ideas de las ondas largas del Kondratiev y la de Schumpeter sobre el ciclo?

Sí, en la teoría de Marx, es la dinámica entre el aumento de la composición orgánica del capital y las contra-tendencias de una tasa creciente de plusvalía y una composición de capital en descenso. La ley de rentabilidad de Marx significa que eventualmente una caída en la tasa de beneficios conduce a una caída en la masa de ganancias o al menos una caída en el nuevo valor creado. Esto conduce a una caída en la nueva inversión. Entonces los capitalistas buscan reducir sus costos de capital (fuerza de trabajo y activos). Así, los valores de capital son devaluados (después de la quiebra y fusión de capitales y un gran aumento en el ejército de reserva de trabajo) hasta el punto en que la masa y la tasa de ganancia comienzan a subir de nuevo para los capitalistas supervivientes y luego la inversión se reanuda y con ella Empleo e ingresos. Todo el ciclo comienza nuevamente.

En mi opinión, este ciclo de beneficios (capacidad), como yo lo llamo, es la base del llamado ciclo económico. Pero no es lo mismo que el ciclo económico. Esto se ve afectado por la rotación del capital en los sectores productivos y en los sectores improductivos como la vivienda, también por el comercio internacional, etc. El ciclo de ganancia de la depresión a la depresión puede durar 30-36 años, mientras que el ciclo de negocios moderno (Juglar) -10 años. Así, por ejemplo, en el período 1946-82, hubo varios ciclos económicos o depresiones (1958, 1970, 1974-5, 1980-2).

El ciclo de Kondratiev, si existe, y me inclino a pensarlo así, es mucho más largo plazo, más de 54-72 años (creo que ha sido cada vez más).El ciclo K está impulsado por las oscilaciones de los precios mundiales de las materias primas y probablemente por el grupo de ciclos de innovación delineados por Schumpeter, pero también por la dirección del ciclo de beneficios. El ciclo K se ha ido alargando porque las personas viven más tiempo (al menos en las principales economías), por lo que el efecto generacional es ahora cuatro veces 18 años, no cuatro veces 14 años, si así lo desea. Esto afecta a la duración del ciclo de innovación de descubrimiento, desarrollo, explosión, madurez y estancamiento - posiblemente. De muchas maneras, todas estas son hipótesis que deben ser probadas. Los puntos de datos son pocos.Pero argumento en mi libro The Long Depression que la conjunción de la fase descendente del ciclo K, el ciclo de ganancias y el ciclo Juglar sólo ocurre una vez cada 60-70 años. Cuando lo hace, el capitalismo tiene una depresión en lugar de una simple depresión "normal". Este fue el caso en la década de 1880, en la década de 1930 y ahora.

JCD: ¿Cuáles son las principales dificultades para calcular la tasa de beneficio? ¿Existe alguna manera de calcular la rotación del capital circulante? Si fuera posible calcular el giro de capital, ¿cuán diferente podría ser el cálculo de la tasa de beneficios? ¿Esto puede explicar la constancia de la composición materializada del capital que algunos han demostrado?

MR: ¡Las dificultades de medir la tasa de beneficio desde la perspectiva de las categorías marxianas son múltiples! En primer lugar, debemos utilizar estadísticas oficiales que no se acumulan en la mejor forma de medir las categorías marxistas. De hecho, algunos economistas marxistas consideran que tratar de medir la tasa de ganancia utilizando las estadísticas oficiales en dinero es imposible e inútil. Otros consideran que los datos son tan pobres que no podemos hacerlo prácticamente. No estoy de acuerdo. Es el trabajo de cualquier análisis científico superar estas dificultades teóricas y prácticas en la medición. Y muchos economistas marxistas están haciendo precisamente eso.

En las categorías, ¿debemos medir la tasa de ganancia de toda la economía, o sólo del sector capitalista, o simplemente del sector empresarial, o simplemente del sector empresarial no financiero, o simplemente del sector "productivo"? ¿Debemos o podemos incluir capital variable y capital circulante en el denominador? ¿Debemos medir el beneficio bruto o el beneficio neto después de la depreciación? ¿Podemos medir la depreciación correctamente?

Todas estas diversas medidas son útiles y posibles. Los datos están disponibles para muchas economías importantes y muchos estudiosos marxistas han hecho tales mediciones. Y sí, el capital variable debe y puede ser incluido empíricamente. Y ha habido trabajo para medir el impacto de la rotación de capital también. Lo que aumenta la confianza en este trabajo es que, en general, cualquiera que sea la medida que se utilice, muestra, en la mayoría de los países, que la tasa de ganancia ha estado cayendo con el tiempo. Por supuesto, no en una línea recta porque hay períodos en que los factores de contrarrestar dominan, aunque sólo sea por un tiempo. Y cada gran depresión produce una recuperación temporal de la rentabilidad. Pero estos puntos de inflexión también son ampliamente al mismo tiempo.Todo esto aumenta la confianza de que la ley de rentabilidad de Marx es válida y pertinente para explicar las crisis recurrentes bajo el capitalismo y también su eventual desaparición como modo de producción.

JCD: ¿Cuál es la forma correcta de calcular la tasa de beneficio: coste histórico o coste actual? ¿Por qué es así?

MR: Teóricamente, la acumulación de capital debe ser vista como temporal. Con esto quiero decir, un capitalista debe pagar una cierta cantidad de dinero por la maquinaria y las materias primas para comenzar la producción. Entonces la mano de obra se emplea para producir un nuevo producto para la venta. No importa si el costo de reemplazar esa maquinaria en el siguiente ciclo de producción ha cambiado. El beneficio para el capitalista debe basarse en el costo (histórico) original de la maquinaria, etc, no en su costo actual (de reemplazo). Por lo tanto, la tasa de ganancia debidamente medida debe utilizar medidas de costo histórico. Sin embargo, esto es una cuestión de debate teórico, con algunos académicos argumentando por los costos de reemplazo y algunos discutiendo por algo intermedio! Lo interesante es que la diferencia que esto hace a la medición de la tasa de beneficio es mayor o menor según el cambio de precios de los medios de producción a lo largo del tiempo. Así, en el período reciente en que la inflación ha sido baja, especialmente en el caso de los bienes de capital, la diferencia entre la tasa de ganancia medida sobre los costos históricos y los costos corrientes se ha reducido con el tiempo.

JCD: ¿Por qué la tasa de beneficios no está en el centro de la reciente discusión sobre la crisis, tanto en el campo académico como periodístico? ¿No es paradójico hablar de capital sin subrayar los determinantes de la rentabilidad?

MR: La razón por la que la rentabilidad no se considera en ninguna discusión sobre crisis es tanto ideológica como teórica. La economía dominante no tiene una verdadera teoría de la crisis de todos modos: las crisis son sólo azar, acontecimientos aleatorios o choques para el crecimiento armonioso bajo el capitalismo; O son el resultado de la interferencia en la competencia y en los mercados por parte de los gobiernos o de los bancos centrales; O son resultado de monopolio o imprudencia financiera o codicia. La economía dominante también niega cualquier función o concepto de beneficio en sus teorías marginalistas de producción y demanda. Esto es deliberado: no hay lugar para una teoría del beneficio basada en la explotación de la fuerza de trabajo (teoría del valor de Marx). Los rendimientos decrecientes de utilidad y productividad no conducen a ningún beneficio en el punto de equilibrio. También las teorías heterodoxas / keynesianas también niegan el papel del beneficio, ya que también se basan en el marginalismo y la (im) competencia perfecta. Por lo tanto, las crisis son el resultado de una «falta de demanda efectiva» causada por un cambio «irracional» en las expectativas («espíritus animales»).No tiene nada que ver con la rentabilidad del capital, aparentemente -o más exactamente con la explotación del trabajo-. Y sin embargo, el capitalismo es un sistema de producción para obtener ganancias en la competencia. Entonces, ¿por qué el beneficio no es un factor determinante en la inversión y la producción? Es una negativa ideológica aceptar eso. Aparentemente, todo el mundo obtiene su parte justa de acuerdo a su contribución (marginal). La corriente principal no encuentra ninguna explicación de las crisis como resultado; Y los keynesianos buscan "demandar" no el beneficio como motor de las crisis.

En esta segunda parte de una entrevista, discutimos la importancia de la rentabilidad para comprender el estado de las economías capitalistas y si la economía marxista puede ser atractiva para los estudiantes de economía.

JCD: ¿Es la caída de la tasa de ganancia una explicación general de la crisis, que se expresa de diferentes maneras en cada país?

MR: Sí, es una buena manera de decirlo. No tenemos una tasa de beneficio mundial adecuada porque hay fronteras nacionales para el comercio y los flujos de capital y los estados nacionales con diferentes leyes e impuestos, etc que afectan el flujo y las tenencias de capital.Los estados capitalistas más dominantes tendrán, por lo tanto, diferentes tasas de ganancia y diferentes desencadenantes de las crisis que las economías capitalistas más débiles y más pequeñas.

JCD: ¿Es posible pensar en calcular una tasa de ganancia mundial?¿Cuál es el significado de eso?

MR: Bueno, teóricamente, en mi opinión, el concepto de una tasa mundial de ganancia basada en una cantidad global de capital fijo y circulante que se mueve de un sector a otro a nivel mundial es cada vez más realista. En comparación con hace 150 años, el capitalismo ahora se extiende a todos los rincones del mundo. Persisten las barreras nacionales al comercio, el empleo y los flujos de capital. Por lo tanto, no es posible justificar completamente esta tasa mundial y medirla es igualmente difícil. Sin embargo, podemos empezar a hacer algunas mediciones y varios académicos, incluyendo yo mismo, han intentado hacerlo, usando un agregado de las tasas nacionales de ganancias. Los resultados han sido alentadores porque muestran tendencias ampliamente similares y generalmente validan la ley de Marx.

JCD: ¿Hay grandes diferencias en la tasa de ganancia entre los países? Esas diferencias podrían explicar el movimiento internacional de capitales? ¿Cómo puede vincularse esto con el movimiento internacional del capital financiero y, más específicamente, con el capital monetario?

MR: Sí, hay grandes diferencias en el nivel de la tasa de ganancia en diferentes países. Teóricamente, la ley de Marx sugeriría una mayor tasa de beneficio en las llamadas economías emergentes donde la composición orgánica del capital debería ser menor (más uso del trabajo humano). Y es de esperar que, a medida que estos países se industrializan, la composición orgánica del capital aumentará y la tasa de ganancia caerá. ¡Y el trabajo empírico que se ha hecho demuestra eso!

Teóricamente también, esperamos que los flujos de capital estén hacia aquellas economías con mayores tasas de beneficio. Hay algunas pruebas que sugieren que este es el caso - en el período de la globalización, los flujos de capital a las economías emergentes aumentaron fuertemente. Pero también es el caso que los flujos entre las economías más avanzadas (Europa, Estados Unidos, Japón) son aún mayores. Eso se debe quizás a los pactos de comercio e inversión y al enorme stock de capital ya existente en estas áreas. El flujo de capitales financieros es más eficiente y efectivo allí. También en el período reciente de "financiarización" y con la caída de la rentabilidad del capital productivo, el capital ha fluido hacia los mercados ficticios de capital (capital de cartera) y no hacia los sectores más productivos.

JCD: Desde el punto de vista de la caída de la tasa de beneficio tesis: ¿cómo se puede explicar la financieraización llamada? Para el período neoliberal, ¿qué piensas de la explicación del último libro de Anwar Shaikh?

MR: Aunque la rentabilidad en las principales economías dejó de caer desde principios de los años ochenta hasta finales del siglo XX debido a factores contrarios, uno de esos factores contrarios fue el cambio del capital productivo, donde la rentabilidad no se recuperó, a los financieros e improductivos Sectores como la propiedad. Los beneficios financieros crecieron y la inversión se convirtió en sectores ficticios. La financiarización podría ser la palabra para describir este desarrollo. En mi opinión, esto no significa que el capital financiero sea ahora el factor decisivo en crisis o crisis. Tampoco significa que la Gran Recesión fue sólo una crisis financiera o un "momento Minsky" (para referirse a la tesis de Hyman Minsky de que las crisis son el resultado de la "inestabilidad financiera" sola). Las crisis siempre aparecen como pánico monetario o colapsos financieros, porque el capitalismo es una economía monetaria. Pero eso es sólo un síntoma de la causa subyacente de las crisis, a saber, la falta de ganar suficiente dinero! La explicación de las crisis de Anwar Shaikh en su último libro parece bastante cercana a la mía, excepto que parece tener más fe en las políticas keynesianas de gasto gubernamental y el multiplicador para permitir al capitalismo evitar o al menos retrasar una caída.

JCD: Según los datos, la línea de causalidad de la crisis va desde la caída de la rentabilidad hasta una eventual reducción del nivel bruto de beneficios. Esto conduce a una caída en el nivel de inversión, y más tarde a la producción y el consumo. Así que la caída en el consumo es la expresión de la crisis, pero no su causa? Esta tesis invalida la teoría de Kalecki-Minsky de dos maneras: a) los determinantes del beneficio, yb) el papel de la inestabilidad financiera?

MR: Sí, eso resume bastante mi punto de vista sobre el proceso de causalidad en ciclos de auge y caída. Y la evidencia empírica apoya esta línea de causalidad. A diferencia de los keynesianos, el movimiento del consumo personal no es el motor de las depresiones, coincide con ellas, y por lo tanto es parte de la descripción de una depresión. De hecho, el consumo personal no cae mucho en recesiones (incluso en la Gran Recesión). Lo que cae fuertemente es la inversión capitalista y esto cae antes de la caída o caída del consumo o del empleo. Así que la inversión empresarial es el conductor no el consumo. La inversión forma parte de la «demanda agregada» para utilizar la categoría keynesiana, pero está dirigida por los beneficios y la rentabilidad, contrariamente a la visión teórica de Keynes-Kalecki, que considera la inversión como una fuente de beneficios. Su punto de vista se debe en parte a que Keynes y Kalecki aceptaron el marginalismo y rechazaron la teoría del valor de Marx como resultado de la explotación del trabajo. De hecho, para Kalecki, el beneficio es sólo "renta" que proviene del poder de monopolio que sustituye a la competencia. Por lo tanto, tenemos un montón de explicaciones heterodoxas del capitalismo moderno como una "extracción de rentas", el capital monopolista, el capital financiero, pero no el capitalismo llano que se aprovecha de la explotación del trabajo.

JCD: ¿Podemos afirmar, como dicen los Duménil y Levy, que hay dos tipos de crisis: la clásica de la rentabilidad y otra de la crisis del capitalismo financiero?

MR: Bueno, podemos afirmarlo, pero ¿está bien? DL argumenta que la depresión de la década de 1880 fue una clásica crisis de rentabilidad;Que el choque de 1929 y la depresión de los años treinta no lo fueron.En cambio, fue una creciente desigualdad y deuda, lo que provocó una caída especulativa. La década de 1970 fue otra crisis de rentabilidad clásica, pero el colapso financiero mundial de 2008 y la Gran Recesión fue similar a 1929 y 1930, resultado del aumento de la desigualdad y la deuda.

Si DL tiene razón, entonces los marxistas no tenemos una teoría general viable de la crisis, ya que cada crisis importante bajo el capitalismo parece tener una causa diferente. Así pues, puede que tengamos que recurrir a las teorías de los post-keynesianos / neo-ricardianos que buscan una teoría de la distribución, a saber, que algunas crisis son "asalariadas" como la actual debido a la caída de la participación salarial, De la demanda de salarios; O "lucrativo", como en la década de 1970, cuando los salarios redujeron los beneficios.

Afortunadamente, la evidencia, en mi opinión, no demuestra que DL o los poskeynesianos tienen razón. Cuando los salarios se ajustan a los beneficios sociales, los ingresos totales de los trabajadores como parte de los ingresos nacionales netos no bajaron en el período neoliberal. La participación salarial cayó en el sector capitalista, al aumentar la tasa de plusvalía, pero no en la medida global de la economía. El aumento de la desigualdad fue el resultado de una mayor tasa de plusvalía y ganancias de capital en la especulación financiera, pero no fue la causa de las crisis. Todas las grandes crisis se produjeron después de una caída en la rentabilidad (particularmente en los sectores productivos) y luego un colapso de los beneficios (ganancias industriales en las décadas de 1870 y 1930 y beneficios financieros al principio en la Gran Recesión). Los salarios no se derrumbaron en ninguna de estas depresiones hasta que comenzaron.

JCD: ¿Existe la posibilidad de una solución para la crisis actual?¿Podemos hablar de la tendencia del capitalismo mundial hacia su descomposición? ¿Es una posibilidad real un amplio escenario de guerra? En tal caso, ¿podría ser una solución para el capitalismo mundial como lo fue en la Segunda Guerra Mundial?

MR: No hay una crisis permanente. Si la acción política humana está ausente en cambiar el modo de producción capitalista, entonces el capitalismo revivirá a medida que la rentabilidad del capital se restaure - por un tiempo. En mi opinión, para restablecer la rentabilidad se necesitará otra importante caída antes de que termine la década - y la actual "recuperación" desde el final de la Gran Recesión a mediados de 2009 tiene ya ocho años. Si una nueva crisis económica restaura la rentabilidad, el capitalismo podría tener un nuevo período de vida que podría durar 15 años, como lo hizo después de la segunda guerra mundial. Esa guerra fue muy efectiva para elevar la rentabilidad en las principales economías a niveles altos que no se ven desde la década de 1890. Eso sentó las bases para la expansión capitalista en Europa, Japón, Estados Unidos y eventualmente Asia industrial.

En mi opinión, otra guerra mundial es muy improbable, ya que esta vez una guerra podría amenazar con aniquilar el capitalismo mismo y nosotros con él. Sólo si los fascistas locos o los dictadores militares llegaron al poder en los grandes países imperialistas podría suceder esto. Una guerra entre los Estados Unidos y China o Rusia queda así descartada a menos que esto suceda. Lo más probable es que la rentabilidad sea restaurada por la crisis económica y el fracaso de la clase obrera para reemplazar al capitalismo, como ocurrió en la década de 1890. Hay una montaña de nueva tecnología a emplear (robots, IA, genética) que puede arrojar mano de obra y aumentar la productividad. Pero sólo por un tiempo. Como muestra la ley de Marx, la composición orgánica del capital aumentará y la tasa de ganancia reanudará finalmente su tendencia a la baja. Y cada vez es cada vez más difícil para el capitalismo desarrollar las fuerzas productivas y ser rentables. Ese es su némesis, junto con el crecimiento de una clase obrera mundial, que nunca ha sido más grande.

JCD: Al defender la caída de la tasa de beneficios, se supone que la teoría del valor del trabajo marxista es válida. En el contexto del dinero fiduciario y los tipos de cambio administrados (no en todos los casos) por los bancos centrales, ¿cómo se puede explicar el vínculo entre esos dos fenómenos y la teoría del valor del trabajo?

MR: Sí, la ley de rentabilidad de Marx está íntimamente conectada con la teoría del valor de Marx, ya que se basa en dos suposiciones, ambas realistas en la opinión de Marx. La primera es que todo el valor es creado por el trabajo solo (en conjunción con los recursos naturales) y que el modo de producción y competencia capitalista conduce a una composición orgánica ascendente como tendencia.Pero el capitalismo es una economía monetaria. Los capitalistas comienzan con el dinero como la forma cristalizada del valor previamente acumulado, y luego adelantan dinero para comprar medios de producción y emplean una fuerza de trabajo, que a su vez produce un nuevo producto o servicio (nuevo valor) que se vende en el mercado por dinero. El dinero conduce a más dinero a través de la explotación del trabajo.

El capitalismo es una economía monetaria, pero no es una economía monetaria (solo). El dinero no puede ganar más dinero si no se crea y se realiza un nuevo valor. Y eso requiere el empleo y la explotación de la fuerza de trabajo. Marx dijo que era un fetiche pensar que el dinero puede crear más dinero del aire. Sin embargo, la corriente principal y algunos economistas heterodoxos parecen pensar que sí. Cuando los bancos centrales expanden la oferta de dinero a través de la impresión de dinero fiat o la creación de reservas bancarias (depósitos), más recientemente llamada flexibilización cuantitativa, esto no aumenta el valor. Sólo lo haría si este dinero se utilizara productivamente para aumentar los medios de producción o la fuerza de trabajo para aumentar la producción y así aumentar el valor. Pero, como argumentó Marx en la década de 1840 en contra de la "teoría cuantitativa del dinero", la expansión de la oferta de dinero fiat no aumentará el valor y la producción, sino que aumentará los precios y, por lo tanto, devaluará la moneda nacional. Precios de los activos financieros. Es el último que ha ocurrido sobre todo en el período reciente de la impresión del dinero. La flexibilización cuantitativa no ha terminado con la actual depresión mundial, sino que ha provocado una nueva especulación financiera. La brecha entre los precios del capital ficticio y el valor monetario del capital productivo se ha ampliado de nuevo - presagiando un colapso bursátil por delante.

JCD. ¿Cómo podemos avanzar hacia una seria teoría marxista del comercio internacional? ¿Qué obras pueden ser pensadas como el camino a seguir?

MR: Ahora que el capital se ha vuelto global y dominante, la teoría del valor de Marx puede aplicarse de manera más realista al comercio internacional ya la inversión. Los principios básicos de la teoría marxista se aplican: el capital fluirá hacia aquellas áreas donde las tasas individuales o sectoriales de beneficios son más altas, sujetas a obstáculos comerciales y de inversión. Las economías nacionales con menores costos medios de producción, es decir, capitales más eficientes, generarán superávit comercial con las economías nacionales que tienen costos medios más altos, sujetas a barreras comerciales y proteccionismo. ¿Qué autores marxistas pueden ayudar a desarrollar la teoría del comercio internacional? Henryk Grossman proporcionó algunas ideas importantes ( Henryk_Grossman_on_imperialism ). Guglielmo Carchedi, en su libro Fronteras de la Economía Política ( 218328342-Carchedi-Fronteras-de-Política-Economía ) tiene el análisis más completo. Y la contribución de Anwar Shaikh en su último libro, Capitalism , es importante.

JCD: ¿Qué se debe enseñar sobre el marxismo a los estudiantes de economía?

MR: Bueno, el marxismo es un gran tema. En mi opinión, el marxismo es un análisis científico de las relaciones sociales humanas, tanto histórica como conceptualmente. Explica cómo funciona la organización social humana, cómo se obtuvo así y ofrece una visión de dónde podría ir. Sobre todo, se basa fundamentalmente en la visión de que la historia de la organización social humana hasta ahora ha sido de división de clases (y lucha). Desde que comenzó la "civilización", hubo gobernantes que viven del trabajo de los gobernados y dominan y oprimen a los muchos para preservar su riqueza y gobernar. Pero esta estructura social es el resultado de la escasez y la capacidad de las élites para hacerse con el control de los escasos recursos. Pero ahora, con la tecnología, un mundo de abundancia y la reducción de trabajo y trabajo al mínimo es posible a nivel mundial. Eso crea las condiciones objetivas para una forma diferente de organización social basada en la planificación y la democracia para todos.

Lo que el marxismo sostiene también es que el modo actual de producción y las relaciones sociales llamadas capitalismo no pueden cumplir este mundo de abundancia y el fin del trabajo. Es un modo todavía basado en la escasez y la división de clases. Y es un promotor de crisis, desigualdad y guerras. Pero no es eterno y lo mejor que podemos hacer. El capitalismo no siempre ha existido y todos los modos de producción han llegado a su fin. Y, de hecho, puede prescindirse del problema económico ahora.

En esta perspectiva, los estudiantes de economía necesitan aprender la teoría del valor de Marx para comprender las diferentes formas de sociedad de clases y la naturaleza especial de la forma capitalista. En contra de eso, necesitan comprender las teorías de la economía dominante y sus críticos heterodoxos para que puedan seguir las diferencias con la economía política marxista.

JCD: Una de las principales preocupaciones de los estudiantes es la utilidad del conocimiento que adquieren en las aulas para conseguir un trabajo. En esta perspectiva, ¿cómo los motivamos a estudiar el marxismo?

MR: Bueno, esto es comprensible. Todo el mundo necesita para ganarse la vida y si no quieren convertirse en capitalistas (y casi todos no), necesitan un trabajo. El mundo del trabajo es difícil incluso para aquellos con una buena educación y habilidades. He trabajado en el sector financiero durante décadas y paga mejor que casi cualquier otro sector - por lo que es popular, especialmente entre los estudiantes de economía. Obviamente es más fácil hacer una ocupación "profesional" de cuello blanco en términos de esfuerzo físico y condiciones de trabajo, etc. Pero aún así, el estrés puede ser altas horas, plazos, falta de seguridad en el trabajo, dependencia de bonos, etc. , Como Marx lo llamó, también se aplica allí. Así que los estudiantes deben saber que "ganarse la vida" es sólo una parte de la vida y es principalmente el trabajo.

Además, si quieren que las cosas sean mejores para ellos y sus hijos, necesitan una economía mejor, un mundo mejor sin guerra, pobreza y naturaleza, etc., con menos horas de trabajo y más horas para un verdadero desarrollo creativo. El marxismo puede explicar cómo son las cosas y por qué, qué puede suceder a continuación y también cómo las cosas podrían y deberían ser mejores.

https://thenextrecession.wordpress.com/2017/07/01/the-profitability-of-marxian-economics/

El desacertado globalismo del G20

Dani Rodrik is Professor of International Political Economy at Harvard UThe Globalization Paradox: Democracy and the Future of the World Economyand Economics Rules: The Rights and Wrongs of the Dismal Science. His newest book Straight Talk on Trade: Ideas for a Sane World Economy will be published in Fall 2017.

HAMBURGO – La cumbre de este año del G20 en Hamburgo promete estar entre las más interesantes de los últimos años. El Presidente estadounidense Donald Trump, cuya actitud hacia el multilateralismo y la cooperación internacional es de estudiado desdén, asistirá por primera vez.

Trump llega a Hamburgo habiendo ya abandonado uno de los compromisos clave de la cumbre del año pasado: unirse al acuerdo climático de París “lo antes posible”. Y no tendrá mucho entusiasmo por la habitual exhortación de estos encuentros a rechazar el proteccionismo o dar más ayuda a los refugiados.

Más aún, la de Hamburgo sigue a dos cumbres anuales del G20 en países autoritarios (Turquía en 2015 y China en 2016) donde las protestas se podían sofocar. Se puede predecir que la cumbre de este año será una ocasión para estridentes manifestaciones callejeras, no solo contra Trump sino también Recep Tayyip Erdogan de Turquía y Vladimir Putin de Rusia.

El G20 tiene sus orígenes en dos ideas, una relevante e importante, la otra falsa y molesta. La idea importante es que incentivar el desarrollo de economías emergentes como Brasil, India, Indonesia, Sudáfrica y China se ha vuelto demasiado significativo como para quedar excluido de los debates sobre gobernanza global. Si bien el G7 no ha sido reemplazado (su última cumbre se celebró en mayo en Sicilia), las reuniones del G20 son una oportunidad para ampliar y desarrollar el diálogo.

El G20 se creó en 1999 tras la crisis financiera asiática. Al principio los países desarrollados lo consideraron como un espacio de encuentro, en donde ayudarían a las economías en desarrollo a nivelar la gestión financiera y monetaria para alcanzar los estándares del mundo desarrollado. Con el tiempo, los países en desarrollo encontraron su propia voz y han cumplido un papel más importante en la determinación de la agenda del grupo. En todo caso, la crisis financiera global de 2008 que se originó en Estados Unidos y la subsiguiente debacle de la eurozona socavó mucho la idea de que los países desarrollados tengan grandes conocimientos que impartir en estos asuntos.

La segunda idea, y también la menos útil, que apuntala al G20 es que para solucionar los acuciantes problemas de la economía mundial se requieren una cooperación y coordinación cada vez más intensas a nivel global. La analogía que se suele usar es que la economía mundial es un “bien común global”; o todos los países hacen su parte para contribuir a su mantenimiento, o todos sufrirán las consecuencias. 

Esto suena a verdad y ciertamente se aplica a algunas áreas. Por ejemplo, para abordar un problema clave como el cambio climático son necesarias medidas colectivas. Reducir las emisiones de dióxido de carbono es un verdadero bien público global porque cada país, dejado a sus propios recursos, preferiría aprovechar los recortes de otros y hacer muy poco en casa.

De manera similar, las enfermedades infecciosas que se propagan más allá de las fronteras requieren inversiones globales en sistemas de aviso temprano, monitoreo y prevención. En este aspecto, también los países individuales tienen pocos incentivos para contribuir a estas inversiones y muchos para aprovechar las de otros.

Considerar en el mismo tono los temas económicos básicos del G20 (estabilidad financiera, gestión macroeconómica, políticas comerciales y reforma estructural) se aleja un poco de esos argumentos. Pero, en gran parte, la lógica del bien común global no va en línea con tales problemas económicos.

Piénsese en el tema que estará en la cabeza de todos los líderes del G20 en Hamburgo (excepto, por supuesto, en la de Trump): la amenaza de un creciente proteccionismo comercial. Un nuevo informe de Global Trade Alert advierte que el G20 no ha cumplido sus promesas anteriores al respecto. Hasta ahora, los ladridos de Trump sobre el comercio han sido más ruidosos que sus hechos. Sin embargo, argumenta el informe, las miles de medidas proteccionistas que siguen impidiendo las exportaciones estadounidenses a otros países bien pueden darle la excusa que necesita para elevar las barreras por su cuenta.

Sin embargo, en realidad la incapacidad de mantener políticas de libre comercio no se deriva de la cooperación global o un insuficiente espíritu global. Es esencialmente un fracaso a nivel nacional.

Cuando los economistas enseñamos el principio de las ventajas comparativas y las ganancias del comercio, explicamos que el libre comercio amplía el pastel económico del país de origen. Comerciamos no para beneficiar a otros países, sino para mejorar las oportunidades económicas de nuestros propios ciudadanos. Responder al proteccionismo de otros países erigiendo nuestras propias barreras equivale a dispararnos a los pies.

Es verdad que los acuerdos de libre comercio no han traído beneficios para una gran cantidad de estadounidenses; muchos trabajadores y comunidades se han visto afectados. Pero los acuerdos comerciales desequilibrados y sesgados que produjeron estos resultados no fueron impuestos a EE.UU. por otros países. Son los que los poderosos intereses financieros y corporativos estadounidenses (los mismos que apoyan a Trump) exigieron y se las arreglaron para obtener. El no haber compensado a quienes salieron perdiendo no fue el resultado de una cooperación global inadecuada, sino una opción deliberada de política interna.

Lo mismo vale para la regulación financiera, la estabilidad macroeconómica o las reformas estructurales que promueven el crecimiento. Cuando los gobiernos se comportan mal en estas áreas, pueden generar consecuencias adversas para otros países, pero son sus propios ciudadanos quienes pagan el mayor precio. Las exhortaciones en las cumbres del G20 no solucionarán ninguno de estos problemas. Si queremos evitar un proteccionismo erróneo, o beneficiarnos de una mejor gestión económica en general, tenemos que comenzar por nuestros propios países.

Peor todavía, el globalismo irreflexivo tan prevalente en las reuniones del G20 alimenta la narrativa populista. Da justificación a Trump y otros líderes similares para desviar la atención de sus propias políticas y culpar a otros. Pueden decir que nuestro pueblo sufre porque otros países rompen las reglas y se aprovechan de nosotros. El globalismo como solución se transforma fácilmente en globalismo como chivo expiatorio.

La realidad, como podría decirlo un César tardío, es que la culpa no está en nuestros socios comerciales, sino en nosotros mismos.

Traducido del inglés por David Meléndez Tormen