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sábado, 30 de abril de 2016

Cuba. Empleados 4 millones 860 mil 500 personas

Por Gabino Manguela 

Cuba cuenta con alrededor de 4 millones 860 mil 500 personas ocupadas en la economía nacional, según dio a conocer Jesús Otamendiz, director de empleo en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. 

Informó que, de acuerdo con datos ofrecidos por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), el 29 por ciento de ese total está vinculado al sector no estatal y el 71 % al estatal, lo que indica un aumento del empleo en el primero de esos sectores en respuesta al lineamiento del VI Congreso referido a la necesidad de ampliar el trabajo no estatal en dependencia de las nuevas formas organizativas de la producción y los servicios que se establezcan. 


Es la agricultura el sector que más empleo genera en la economía cubana con el 28 % del total. Foto: Tomada de internet 

Al respecto puntualizó que cinco años atrás la economía nacional contaba con 4 millones 984 mil empleados, es decir, alrededor de 124 mil más, lo que evidencia una tendencia a la disminución dado el marcado envejecimiento de la población y el decrecimiento de los niveles de natalidad. “Ello obliga a una mayor y más exacta eficacia en el uso de los recursos laborales”, expresó. 

Asimismo dijo que es la agricultura la que más empleo genera con el 18 por ciento del total de ocupados, seguida de la construcción con el 6 %. 

Según datos de inicios del actual año, la tasa de desocupación es del 2,4 por ciento, un 0,3 % menor que la de un año antes y significativamente alejada de los niveles que exhibe la mayor parte de los países del mundo. 

Por otro lado refirió que al cierre del mes de marzo 507 mil 342 personas ejercían el trabajo por cuenta propia, de ellos el 21 % mujeres e igual por ciento de jóvenes. En 2010, cuando se reoxigenó el trabajo por cuenta propia eran solo 157 mil 352 los que nacionalmente laboraban en ese sector. 

“Con ello se valida el trabajo por cuenta propia como una positiva opción de empleo y complemento del sector estatal, a la vez que una importante fuente de ingresos para los presupuestos municipales”, subrayó. 

El funcionario agregó que las actividades más representadas en el trabajo por cuenta propia son la elaboración y venta de alimentos, el arrendamiento de viviendas, habitaciones y espacios, y el transporte de carga y de pasajeros. 

http://www.trabajadores.cu/20160430/empleados­4­millones­860­mil­500­personas/

La ira de los estafados

El 'establishment' republicano fracasa porque Trump ofrece a sus electores lo que quieren

La candidata a la nominación demócrata Hillary Clinton, en un mitin en Filadelfia. Eduardo Muñoz AFP


Puede que necesitemos un nuevo tópico: la ópera no se acaba hasta que canta Carly Fiorina. En cualquier caso, se ha acabado de verdad (definitivamente en el bando demócrata y muy probablemente en el republicano). Y los resultados no podrían ser más dispares.

Piensen en dónde estábamos hace un año. En aquella época, todo el mundo pensaba que Hillary Clinton y Jeb Bush eran los que más opciones tenían de llevarse el gato al agua en sus respectivos partidos. Si había alguien que disintiera con los analistas oficiales, era solo para señalar que a Bush podría sustituirlo una cara nueva, pero siempre respaldada por la cúpula, como Marco Rubio.

Y aquí nos tienen ahora. Pero, ¿por qué Clinton, a pesar de haber sido objeto de la cobertura informativa más negativa que ha tenido cualquier candidato en este ciclo electoral —sí, peor que la de Donald Trump—, ha llegado a la meta, mientras que el sistema del Partido Republicano se ha precipitado hacia una derrota humillante? Sin duda las personalidades han tenido algo que ver; digan lo que digan (bueno o malo) de Clinton, lo cierto es que aguanta la presión, un rasgo que brilla por su ausencia en el otro bando. Pero, en esencia, todo se reduce a diferencias fundamentales entre los partidos y el modo en que velan por los intereses de sus seguidores.

Ambos les hacen promesas a las bases. Pero, mientras que los dirigentes demócratas intentan, más o menos, cumplir esas promesas, los republicanos, en el fondo, llevan décadas tomándoles el pelo a sus votantes. Y, al final, estos se han rebelado contra la estafa.

Hablemos primero de los demócratas: su partido se define a sí mismo como el protector de los pobres y la clase media, y especialmente de los votantes no blancos. ¿Se queda corto en el cumplimiento de esa misión la mayoría de las veces? ¿Están sus dirigentes en ocasiones demasiado próximos a los donantes de grandes sumas de dinero? Desde luego. Aun así, si se fijan en lo que Obama ha hecho durante estos años, verán medidas reales en pos de los objetivos del partido.

Por encima de todo, tenemos la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible, que ha proporcionado cobertura sanitaria a 20 millones de estadounidenses, beneficiando sobre todo a los pobres, las minorías y los trabajadores con salarios bajos. Eso es prestar un servicio a las bases; y, sin duda, es uno de los motivos por los que los votantes no blancos se han decantado mayoritariamente por Clinton, y no por un rival que a menudo parecía desdeñar ese logro.

Y ese programa se ha pagado, en gran medida, con una subida de impuestos a los ricos, ya que los tipos impositivos medios sobre las rentas más altas han subido unos seis puntos porcentuales desde 2008.

Quizás piensen que los demócratas podrían y deberían haber hecho más, pero al menos lo que la cúpula del partido dice y lo que hace están aproximadamente en la misma línea.

Las cosas son muy distintas entre los republicanos. Por regla general, el partido ha ganado elecciones apelando a la animadversión racial y a la ansiedad cultural, pero su verdadero programa político consiste en velar por los intereses del 1% más rico, sobre todo mediante rebajas fiscales para las grandes fortunas (algo que ni siquiera los votantes republicanos apoyan, y detestan por completo ideas como privatizar la Seguridad Social y la asistencia sanitaria a los mayores de 65 años).

Lo que Donald Trump ha hecho es decirles a las bases que pueden escoger lo que quieran del menú. En la práctica, les ha estado diciendo a los blancos ofendidos que pueden alimentar su ira sin verse obligados a tragarse también la economía de la oferta. Sí, sus propuestas políticas reales siguen contemplando grandes rebajas fiscales para los ricos, pero esto no lo saben sus seguidores (y puede que él tampoco). Los detalles no son lo suyo.

La cúpula republicana ha intentado contrarrestar el tirón de Trump gritando, de forma cada vez más histérica, que no es un verdadero conservador. Y tiene razón, al menos según su definición de conservadurismo. Pero a sus votantes les da igual.

Aquí el único misterio es por qué no ha ocurrido antes. Una posible explicación es la decadencia de la cúpula republicana, que se ha anquilosado y desconectado de la realidad. Los burócratas que se han pasado toda su carrera profesional dentro de la burbuja de los comités asesores y los medios de comunicación de derechas albergarían la falsa ilusión de que su ideología gozaba de popularidad entre la gente de verdad. Y esa creencia les ha dejado inermes ante el desafío de Trump.

Sin embargo, es probable que sea más importante el choque entre la demografía y la locura relacionada con Obama. La élite sabe que el partido debe atraer a una mayor variedad de votantes a medida que el electorado se vuelve más diverso (de hecho, esa fue la conclusión de la autopsia del Partido Republicano en 2013). Pero las bases, cuya hostilidad se ha disparado tras siete años con un presidente afroamericano (al que la cúpula republicana ha hecho todo lo posible por demonizar) van por otro camino.

La cuestión, en cualquier caso, es que los dispares resultados de las primarias de 2016 no son algo accidental. El establishment demócrata ha ganado porque, aunque sea de forma imperfecta, ha intentado velar por los intereses de sus seguidores. La cúpula republicana ha sufrido una derrota aplastante porque lleva mucho tiempo estafando a sus votantes, y estos al final se han hartado.

Y sí, Trump también les está estafando a su manera, y con el tiempo también se darán cuenta de ello. Pero no sucederá de inmediato y, en cualquier caso, al sistema oficial no le servirá de nada. ¡Una pena!

Paul Krugman es premio Nobel de Economía.

© The New York Times Company, 2016.
Traducción de News Clips.

Gestión de la deuda en un mundo excesivamente apalancado

Michael Spence, a Nobel laureate in economics, is Professor of Economics at NYU’s Stern School of Business, Distinguished Visiting Fellow at the Council on Foreign Relations, Senior Fellow at the Hoover Institution at Stanford University,  Project Syndicate

MILÁN – ¿Qué pasó, realmente, con el desapalancamiento de la deuda? En los años que transcurrieron desde la crisis financiera mundial del 2008, austeridad y reparación del balance de resultados fueron las palabras usadas como lema en la economía mundial. Y, no obstante, hoy más que nunca, la deuda es la que impulsa las preocupaciones relativas a las perspectivas de crecimiento en todo el mundo.

El Instituto Global McKinsey, en un estudio sobre las tendencias de la deuda después de las crisis, señala que, desde el año 2008, la deuda bruta se ha incrementado en alrededor de $60 millones de millones – dicho de otra forma: alcanza un monto que representa el 75% del PIB mundial. La deuda de China, por ejemplo, se ha cuadruplicado desde el año 2007, y su ratio deuda-a-PIB se ha incrementado en alrededor del 282% – este ratio es más alto que el de muchas economías importantes, incluyéndose entre ellas la de Estados Unidos.

Una economía mundial que aumenta su apalancamiento, y que al mismo tiempo no puede generar suficiente demanda agregada para lograr un crecimiento potencial, se encuentra en un camino con riesgos. Sin embargo, para evaluar cuán riesgoso es dicho camino, se deben considerar varios factores.

En primer lugar, se debe considerar la composición de la deuda a lo largo de todos los sectores (hogares, gobierno, empresas no financieras y el sector financiero). Al fin y al cabo, el estrés en estos sectores tiene efectos muy distintos sobre la economía en general.

En los hechos, las economías con niveles de deuda bruta que sean similares y relativamente altos en relación al PIB muestran grandes diferencias en lo que respecta a la composición de su deuda. Una deuda excesiva de los hogares es especialmente riesgosa, porque un shock en el precio de los activos (especialmente en el precio de los bienes raíces) se traduce rápidamente en una reducción del consumo, ya que debilita el crecimiento, el empleo y la inversión. La recuperación de un shock de ese tipo es un proceso largo.

El segundo factor a considerar es el crecimiento nominal – es decir, el crecimiento real más la inflación. Hoy en día, el crecimiento real es tenue y puede incluso estar ralentizándose, y, a su vez, la inflación se sitúa por debajo de los objetivos fijados en la mayoría de lugares, e incluso en algunas economías existe un riesgo de deflación. Debido a que la deuda es un pasivo para los prestatarios y un activo para los acreedores, estas tendencias tienen efectos divergentes, ya que aumentan el valor para el titular de los activos, y, al mismo tiempo, aumentan las cargas financieras del deudor. El problema es que, en un entorno de bajo crecimiento, se elevan considerablemente las probabilidades de que surja algún tipo de moratoria. En dicho caso, nadie gana.

El tercer factor clave para evaluar el riesgo que conlleva una deuda creciente se compone por la política monetaria y las tasas de interés. Si bien nadie sabe exactamente como sería un entorno con tasas de interés “normales” en el mundo post-crisis, es razonable suponer que no sería parecido al mundo de hoy; es decir, un mundo en el que muchas economías están manteniendo sus tasas cercanas a cero y algunas, incluso, se desplazan a territorio negativo.

Los países soberanos que tienen niveles altos y/o en aumento de deuda pueden considerar que dichas tasas pueden ser sostenibles en la actualidad, siempre y cuando se implemente una política monetaria acomodaticia agresiva. Desafortunadamente, tal acomodamiento no se puede mantener por siempre, las condiciones de hoy en día se consideran a menudo como cuasi permanentes, creando la ilusión de estabilidad y reduciendo el incentivo para llevar a cabo difíciles reformas que promuevan el crecimiento a futuro.

El último factor que conforma el riesgo de la deuda, y que podría ser visto como el factor más importante, está vinculado con la inversión. Incrementar la deuda para sostener el consumo corriente, ya sea en el sector de los hogares o el sector gubernamental, se considera, de manera correcta, como un elemento insostenible de un patrón de crecimiento. En este punto, el caso de China es instructivo.

En un sentido, es cierto el estribillo que se repite con frecuencia sobre que la deuda de China se encuentra en un camino insostenible. Al fin de cuentas, altos niveles de deuda incrementan la vulnerabilidad frente a impactos negativos. Pero, en otro sentido, dicho estribillo no capta la idea de lo que ocurre.

Muchos gobiernos hoy en día están acumulando deuda con el fin de reforzar el consumo público o privado. Este abordaje, si es usado en exceso, puede ser equivalente a prestarse demanda futura; en dicho caso, el abordaje es claramente insostenible. Sin embargo, si se utiliza como una medida transitoria para ayudar a impulsar la puesta en marcha de una economía o para proporcionar un amortiguador frente a shocks de demanda negativa, tales esfuerzos pueden ser altamente beneficiosos.

Por otra parte, en una economía que tiene relativamente un alto crecimiento, los ostensibles niveles altos de deuda no se traducen, necesariamente, en un problema, siempre y cuando la deuda se utilice para financiar inversiones que, o produzcan altos rendimientos o, alternativamente, creen activos cuyo valor supere al de la deuda. En el caso de la deuda soberana, el retorno sobre la inversión puede ser visto como el incremento en el crecimiento futuro.

La buena noticia, en el caso de China, es que gran parte del apalancamiento acumulado ha sido utilizado efectivamente para financiar inversiones, mismas que por principio crean activos que aumentarán el crecimiento futuro. (Queda aún por verse si los resultados de la reciente decisión del gobierno sobre incrementar el déficit fiscal para estimular la economía sigue este patrón de largo plazo y de mejora del crecimiento).

La mala noticia, en el caso de China, es que prestar de manera direccionada y relajar los estándares para el otorgamiento de créditos, sobre todo después de la crisis, dio lugar a inversiones en activos en el sector inmobiliario y la industria pesada que tienen un valor muy por debajo del costo de la creación de los mismos. El retorno sobre dichos activos es negativo.

El llamado problema de la deuda de China, por lo tanto, no es realmente un problema de la deuda, sino que es un problema de la inversión. Para abordar dicho problema, China debe reformar sus sistemas financieros y de inversión, de manera que las inversiones con retornos bajos o negativos sean identificadas y descartadas de manera más fiable. Esto significa hacer frente a los errores de valoración del riesgo que sobrevienen a consecuencia del respaldo que brinda el gobierno a los bancos estatales del país (bancos a los que, con seguridad, no se les permitiría fracasar).

Muchos países desarrollados también están fallando en cuanto a invertir en activos de alto rendimiento, pero esto ocurre por una razón diferente: sus apretados presupuestos y sus crecientes deudas evitan que inviertan mucho. A medida que esta situación debilita el crecimiento y reduce la inflación, la velocidad con la que se pueden reducir los ratios de deuda soberana disminuye de manera considerable.

Con el fin de estimular el crecimiento y el empleo, estas economías deben empezar a prestar más atención al tipo de deuda que acumulan. Si la deuda es para la financiación de inversiones que promueven el crecimiento, puede que endeudarse sea una muy buena idea. Sin embargo, si la deuda se destina a financiar “operaciones corrientes” y a aumentar la demanda agregada a corto plazo, es muy riesgosa.

Por supuesto, la situación no está claramente definida. El retorno sobre la inversión pública se ve afectado por la presencia o ausencia de reformas complementarias, mismas que pueden variar de un país a otro. Y hay un cierto potencial para el abuso, cuando hay gastos que se clasifican erróneamente como inversiones.

No obstante, en un entorno de tasas de interés a largo plazo que son bajas y demanda agregada deficiente a corto plazo (lo cual significa que hay poco riesgo perjudicar al sector privado), es un error no relajar las restricciones fiscales a la inversión. De hecho, el tipo adecuado de inversión pública probablemente estimule una mayor inversión del sector privado. La identificación de este tipo de inversiones es el lugar donde debería ubicarse el actual debate sobre la deuda.

Traducción de Rocío L. Barrientos.

viernes, 29 de abril de 2016

Banco Central de Cuba confirma que la tasa de cambio se mantiene inalterable

Viernes, 29 abril, 2016

La tasa de cambio del CUP se mantiene en 24 CUP X 1 CUC para las operaciones de ventas de CUC por la población a bancos y CADECA.


La tasa de cambio en Cuba no ha sufrido alteraciones, asegura el Banco Central.

En nota informativa divulgada este viernes por el Banco Central de Cuba se informa que la tasa de cambio del CUP se mantiene en 24 CUP X 1 CUC para las operaciones de ventas de CUC por la población a bancos y CADECA.

Las autoridades bancarias desmienten así los rumores acerca de la presunta disminución de la tasa de cambio que se aplica en la actualidad, lo cual ha hecho aumentar en los últimos días la presencia de personas en las oficinas de los bancos y CADECA para realizar cambios de pesos convertibles (CUC) por pesos cubanos (CUP).

Según explica la nota, en el informe al VII Congreso del PCC se ratificó una vez más la decisión de garantizar los depósitos en cuentas bancarias en divisas extranjeras, pesos cubanos convertibles (CUC) y pesos cubanos (CUP), así como el dinero efectivo en poder de la población.

Un dilema comercial: la apertura de Cuba amenaza a los agricultores de Florida

BLOOMBERG - 12:14 - 29/04/2016
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Foto: EFE



El fruticultor de cítricos de Florida Dan Richey está preocupado por una invasión de frutas de Cuba. "Tienen un clima mejor que el nuestro y la misma estación de cultivo", dijo Richey, que posee 4.000 acres (1.600 hectáreas) en su mayor parte de pomelo cerca de Vero Beach. "Podrían convertirse en el competidor de bajo costo que está aquí nomás, a la vuelta de la esquina".
Mientras recién comienza el deshielo diplomático, el presidente Barack Obama busca tender lazos comerciales más estrechos con Cuba, lo que marcaría el fin de cinco décadas de sanciones que dejaron al país necesitado de efectivo y casi sin cambios desde la revolución de Fidel Castro de 1959. Esto allana el camino para más inversiones agrícolas en la isla caribeña ubicada sólo 90 millas (145 kilómetros) al sur de Florida.
Los cubanos han sido más compradores que competidores porque consumen alimentos en su mayor parte importados y ya reciben granos del medio oeste. Pero la ampliación de la actividad rural en el país plantea una nueva amenaza a Florida, el primer productor estadounidense de caña de azúcar, naranjas y tomates frescos. Cuba en otra época fue un importante proveedor de azúcar, frutas y vegetales y, con tierras libres de productos químicos modernos o semillas genéticamente modificadas, está atrayendo la atención de los productores de alimentos orgánicos.
"La plena apertura del comercio y las relaciones comerciales con Cuba tendrá una incidencia más significativa en la agricultura de Florida que en cualquier otra cosa en la historia del estado", dijo William Messina, economista agrícola de la Universidad de Florida en Gainesville.

Dilema comercial

Los acuerdos comerciales fueron blanco de críticas en la campaña presidencial de este año. Los candidatos de ambos partidos condenaron el impacto que tendrán en el empleo cuando las industrias nacionales se vean obligadas a competir con importaciones más baratas, en especial las subsidiadas por gobiernos extranjeros o producidas bajo menos normas ambientales o de lugares de trabajo que en los Estados Unidos.
Desde 2014, cuando Obama tomó medidas para normalizar las relaciones diplomáticas, los grupos agrícolas se han trasladado en gran número al sur. Las compras cubanas podrían significar 1.100 millones de dólares de ventas anuales para los agricultores estadounidenses, calcula el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés). Pero la perspectiva de más ventas de granos eclipsó la preocupación de los productores que eventualmente podrían competir con la isla una vez que aumente la producción de los cultivos.
"Las exportaciones a Cuba son siempre una enorme oportunidad económica", señaló Janell Hendren, coordinadora de asuntos nacionales de la Federación de Oficinas Agrícolas de Florida en Gainesville. ?Con las importaciones procedentes de Cuba no estamos muy entusiasmados".
El estado es el mayor productor de naranjas y caña de azúcar de los EE.UU. y es el segundo en vegetales y tercero en frutas después de California. Florida vendió US$4.200 millones de cultivos en 2014, exportando US$3.600 millones de ellos, de acuerdo con los datos del USDA.
La producción agrícola cubana se vio en problemas al tambalear la economía. En 1989, la isla era el mayor productor de azúcar después de Brasil e India con 8,12 millones de toneladas, muestran los datos del USDA. Con la caída de la Unión Soviética, su principal comprador, la producción se desplomó. Para 2011, era de 1.100 millones de toneladas, la cantidad más baja desde antes de la revolución.
"No tienen mucho dinero pero tienen tierra que podrían entregar a los agricultores", dijo Messina, el profesor de la Universidad de Florida. "Eso hace que la producción sea mucho menos costosa".

El Banco Mundial eleva el pronóstico de 2016 para el precio del petróleo y reduce las proyecciones para los precios agrícolas


Se prevé que los precios del petróleo aumentarán a medida que disminuya la oferta excesiva.

Ciudad de Washington,  abril de 2016. En la última edición del informe Commodity Markets Outlook (Perspectivas del mercado de productos básicos), y en medio de la mejora en las percepciones del mercado y el debilitamiento del dólar, el Banco Mundial elevó su pronóstico de 2016 para los precios del petróleo crudo de USD 37 a USD 41 por barril, ya que se prevé que la oferta excesiva en los mercados retrocederá.

Tras caer hasta alcanzar el precio de USD 25 por barril a mediados de enero, el mercado del petróleo crudo se recuperó y llegó a los USD 40 por barril en abril, luego de las alteraciones experimentadas por la producción en Iraq y Nigeria y de una disminución en la producción de los países no pertenecientes a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), principalmente, el petróleo de esquisto de los Estados Unidos. En una reunión realizada a mediados de abril, se propuso que los grandes productores congelaran su producción, pero esto no pudo concretarse.

“Esperamos precios ligeramente superiores para los productos básicos energéticos en el transcurso del año, cuando los mercados se restablezcan luego de un período de oferta excesiva”, indicó John Baffes, economista superior y autor principal deCommodity Markets Outlook. “Aun así, los precios de la energía podrían disminuir aún más si la OPEP aumenta la producción significativamente y la producción de los países que no pertenecen a la OPEP no se reduce tan rápido como se prevé”.

Se prevé que todos los principales índices de productos básicos controlados por el Banco Mundial se reducirán en 2016 con respecto al año anterior debido a que los suministros aumentan constantemente y, en el caso de los productos básicos industriales, entre los que se incluyen energía, metales y materias primas agrícolas, debido a las débiles perspectivas de crecimiento de los mercados emergentes y las economías en desarrollo.

Los precios de la energía, incluidos el petróleo, el gas natural y el carbón, se reducirán un 19,3 % en 2016 en relación con el año anterior, una caída más gradual que la del 24,7 % pronosticada en enero. Los productos básicos no energéticos, como los metales y minerales, los productos agrícolas y los fertilizantes, disminuirán un 5,1 % este año, lo que representa una revisión a la baja con respecto a la caída del 3,7 % pronosticada en enero.

Según las proyecciones, los precios de los metales caerán un 8,2 % durante el año que se inicia, menos que la caída del 10,2 % pronosticada en enero, lo que refleja expectativas de un crecimiento más sólido de la demanda por parte de China. Según los pronósticos, los precios agrícolas caerán más que lo previsto en enero en lo que se prevé que será otro año de cosecha favorable para la mayoría de los productos básicos como los cereales y las oleaginosas. Los precios de los productos básicos agrícolas también se reducen debido a los menores costos de la energía.

Los bajos precios de los productos básicos están debilitando las perspectivas de crecimiento para muchos países con abundantes recursos que experimentaron un aumento en la exploración, inversión y producción durante el auge de los productos básicos de la década de 2000. Los países que han solicitado préstamos y hecho fuertes inversiones esperando un crecimiento más rápido pueden tener dificultades para atender el servicio de sus deudas y sostener la inversión cuando el crecimiento es desalentador, según indica un tema central del informe Commodity Markets Outlook.

Debido a que los precios del petróleo y los metales hoy en día son entre un 50 % y un 70 % más bajos que los picos de principios de 2011, los proyectos de aprovechamiento de recursos naturales se suspendieron o postergaron en varios países emergentes y en desarrollo.

“Las demoras en estos proyectos pueden perjudicar a los países a los que les resulta muy difícil afrontar dichos contratiempos”, sostuvo Ayhan Kose, director del Grupo de Análisis de las Perspectivas de Desarrollo del Banco Mundial. “Dichas perturbaciones podrían atenuarse con un mayor nivel de transparencia, mayor eficiencia gubernamental y mejoras en los marcos macroeconómicos. Se recomienda que los países esperen a que los precios comiencen a aumentar nuevamente antes de poner en marcha nuevas iniciativas para el aprovechamiento de recursos naturales”.

El informe Commodity Markets Outlook del Banco Mundial se publica trimestralmente: en enero, en abril, en julio y en octubre. Este informe brinda un análisis detallado del mercado para los grupos de productos básicos más importantes, como la energía, los metales, los productos agrícolas, los metales preciosos y los fertilizantes. Se presentan pronósticos de precios hasta 2026 para 46 productos básicos, junto con datos históricos sobre los precios.

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jueves, 28 de abril de 2016

Experimentan en Cuba uso de drones en la agricultura

El uso de aviones no tripulados (drones) en una cooperativa cubana aporta importantes ventajas, entre estas la reducción de los costos, afirmó hoy aquí un experto.

El jefe del Grupo de Automatización, Robótica y Percepción de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, Luis Hernández Santana, mencionó entre las aplicaciones más inmediatas y sencillas de esos medios, como parte de la agricultura de precisión, el levantamiento fotogramétrico de los terrenos.

La pequeña nave vuela automáticamente provista de una cámara convencional y sigue una ruta prevista, en la que capta imágenes o fotos cartográficas y topográficas a un costo mucho más asequible que las tomadas por sistemas satelitales o mediante aviones de mayor porte, explicó Santana.

El empleo de drones en la unidad básica de producción cooperativa Desembarco del Granma, donde realizaron la experiencia, posibilitó recibir una información de primera mano y en poco tiempo, desde que se toman y procesan las fotos hasta que lograr el resultado esperado.

Según el profesor, con la utilización de una cámara multiespectral se pueden realizar tareas adicionales, como estimación de rendimiento de los cultivos, estrés hídrico de las plantas, determinación de plagas y enfermedades, entre las principales, todo lo cual forma parte del trabajo del Grupo.

Este mantiene desde hace años una importante colaboración foránea, con agencias y universidades belgas que le han permitido dominar esta tecnología y operar en las condiciones de la cooperativa.

Santana consideró que el uso de drones es una tecnología explosiva en el mundo contemporáneo por sus aplicaciones múltiples, incluida la agricultura de precisión.

Destacó que el equipo que dirige ha logrado la integración de tecnología para la construcción de pequeños vehículos aéreos no tripulados basados en software de código abierto, a un menor costo, y contar con capacidad de vuelo automático para tomar imágenes aéreas con vistas a aplicaciones de agricultura y cartografía.

Esos medios vuelan por debajo de las nubes, pueden esperar el tiempo adecuado para la adquisición de las imágenes y su operación es relativamente simple y rentable, argumentó. (Prensa Latina)

La tradición del huerto se debilita en los campos cubanos

“Las nuevas generaciones tienen otro concepto”, advierten a IPS.

José Leyva, de 61 años, camina junto a las plantas de frijol cultivadas en su pequeña finca, donde conviven los cultivos para la venta y el huerto para el autoconsumo familiar, en el pueblo de Horno de Guisa, en la oriental provincia de Granma, en Cuba.
José Leyva, de 61 años, camina junto a las plantas de frijol cultivadas en su pequeña finca, donde conviven los cultivos para la venta y el huerto para el autoconsumo familiar, en el pueblo de Horno de Guisa, en la oriental provincia de Granma, en Cuba.
Foto: Jorge Luis Baños/IPS
LA HABANA , 28 abr 2016 (IPS) - Décadas atrás todas las casas campesinas de Cuba estaban escoltadas por un huerto para abastecer la mesa familiar, llamado conuco, un nombre de raíces indígenas que sigue vivo entre campesinos de varios países caribeños. 
Las familias basaban sus comidas diarias en los cultivos saludables que crecían en el huerto cercano al hogar, sin recibir muchos cuidados ni productos químicos. Incluso sembraban condimentos y alimentos diferentes a aquellos para comerciar, con el fin de para hacer más variada y sabrosa su dieta.
Pero gran parte de esa costumbre amenaza con perderse en los campos de Cuba, mientras productores conscientes, organizaciones no gubernamentales e investigadores recomiendan su rescate para lograr la seguridad alimentaria en la población rural, que representa 26 por ciento de los 11,2 millones de habitantes del país.
“El huerto ya no se usa mucho, al menos en esta zona esa tradición se ha perdido. Lo que más queda en las fincas son las viejas arboledas, gracias a que nuestros abuelos sembraron frutales pensando en nosotros”, dijo Abel Acosta, el primer y mayor productor de flores de la provincia de Mayabeque, colindante con La Habana.
Acosta es un técnico en agronomía, de 42 años, que apostó a la agricultura en 2008, cuando el gobierno de Raúl Castro comenzó a otorgar tierras ociosas en usufructo como parte de una amplia política que persigue, sin aún lograrlo, el despegue del agro.
Dese 2009, son 279.021 las personas que recibieron terrenos en usufructo. Muchas de ellas, como Acosta, debieron aprender a manejar una finca y se trasladan cada día de su casa en un pueblo cercano hasta la explotación.
“Las nuevas generaciones tienen otro concepto, siembran con la idea de cosechar e incrementar rápido los beneficios. Abastecen sus hogares con lo que están produciendo en ese momento para vender y lo demás lo compran fuera”, explicó a IPS este jefe de la Finca San Andrés, que en sus 2,5 hectáreas produjo 100.000 docenas de flores en 2015.
Aliuska Labrada, de 39 años, camina entre las plantas de su conuco, con el que mejora y diversifica la dieta de su familia, en la Ciénaga de Zapata, en la occidental provincia de Matanzas, en Cuba.
Aliuska Labrada, de 39 años, camina entre las plantas de su conuco, con el que mejora y diversifica la dieta de su familia, en la Ciénaga de Zapata, en la occidental provincia de Matanzas, en Cuba.
Foto: Jorge Luis Baños/IPS
“Ninguno de los 25 productores con los que más me relaciono, cuenta con un huerto”, aseguró Acosta, que vive en el asentamiento rural Consejo Popular Pablo Noriega, del municipio de Quivicán, a 45 kilómetros al sur de la capital.
Sin embargo, este agricultor comienza a preocuparse por el abastecimiento familiar, para mejorar la calidad de la alimentación y depender menos de los desprovistos e inestables mercados alimentarios locales.
“Mantener producciones para las casas es beneficioso porque evita comprar fuera y se ahorra tiempo y dinero. A veces no hay quién venda ni un pimiento en el pueblo”, ejemplificó el productor. Por eso en San Andrés, donde laboran tres obreros, se mantienen pequeños cultivos para la mesa de las cinco familias vinculadas a la parcela.
Sobre media hectárea se alza una arboleda mixta con cafetos, mango, aguacate, limón, mamey, mandarina y naranja. Además, el padre de Acosta se jubiló del sector estatal y se ocupa de replantar plátanos (bananos para cocinar) y algunos surcos para que no falten alimentos como yuca, tomate y lechuga.
“En Cuba se ha perdido infelizmente una gran parte de esta cultura (del conuco), debido a la estructura de la producción agrícola en las zonas rurales”, lamentó Theodor Friedrich, el representante en Cuba de laOrganización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La FAO promueve los “huertos familiares, que no solo en Cuba, constituyeron una parte de la cultura de la familia campesina”, apuntó Friedrich a IPS.
A su juicio, son “elementos importantes para mejorar la nutrición y la seguridad alimentaria”, al igual que proyectos nacionales más conocidos como “la agricultura urbana y los huertos escolares”.
Friedrich observa, no obstante, que “en muchas comunidades campesinas se mantienen los huertos y es allí, donde eventualmente los campesinos curiosos comienzan a experimentar con la agricultura de conservación (sin labranza y ecológica) hasta que puedan un día expandirla a las áreas agrícolas”.
La ciencia cubana estudia desde hace décadas los conucos, entre otras prácticas ancestrales. Aquí, el conuco, a diferencia de otros países, no tiene un origen indígena, sino que hace referencia a los pequeños espacios que los amos concedían a sus esclavos para que lo cultivaran o criaran animales para su autoconsumo.
Una granada de las que crecen en uno de los árboles frutales que cultiva Aliuska Labrada en el huerto que tiene en las inmediaciones de su vivienda para el autoconsumo familiar, en la localidad de Ciénaga de Zapata, en el occidente de Cuba.
Una granada de las que crecen en uno de los árboles frutales que cultiva Aliuska Labrada en el huerto que tiene en las inmediaciones de su vivienda para el autoconsumo familiar, en la localidad de Ciénaga de Zapata, en el occidente de Cuba.
Foto: Jorge Luis Baños/IPS
El documento “Doce atributos de la agricultura tradicional campesina cubana”, publicado en 2012, califica al huerto casero rural cubano de “ecosistema agrícola dinámico y sostenible, que contribuye a la subsistencia familiar”. Además lo considera clave en la conservación de las especies y variedades locales.
La investigación del estatal Instituto Nacional de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical Alejandro de Humboldt se basó, entre otros, en una exploración en los huertos caseros de 18 localidades de las regiones occidental, central y oriental.
Con una extensión cambiante, los huertos caseros se usan para obtener alimentos, comida para animales, condimentos, plantas medicinales, combustible y variedades ornamentales. Incluso genera ingresos adicionales, porque las familias venden entre cinco y 30 por ciento de la producción, según el estudio.
Las huertas analizadas preservan el intercalado y sucesión de cultivos, como hicieron sus antepasados, mientras reinan los abonos orgánicos.
“El campesino siempre ha tenido un conuco para autoabastecerse, aunque no se logra satisfacer el 100 por ciento”, aseguró a IPS el veterano agricultor Emilio García, propietario de una finca de 18 hectáreas en la periferia de la ciudad de Camagüey, a 534 kilómetros al este de La Habana.
Aunque la subalimentación para Cuba entre 2014 y 2016 fue menor de 5,0 por ciento, según la FAO, el país depende de millonarias importaciones anuales de alimentos y completar la canasta básica subsidiada por el gobierno resulta muy costoso y laborioso para las familias cubanas.
Otras personas consultadas por IPS que mejoran la dieta de su familia con el conuco son la trabajadora del hogar Aliuska Labrada, de 39 años, que habita en la Ciénaga de Zapata, en el occidente del país, y el productor José Leiva, propietario de 4,5 hectáreas  en Horno de Guisa, un territorio intrincado del oriente cubano.
Leiva, de 61 años, recibe capacitación y apoyo del no gubernamental Centro Cristiano de Servicio y Capacitación Bartolomé G. Lavastida (CCSC), que realiza proyectos en las cinco provincias orientales y la central Camagüey, desde su sede en la ciudad de Santiago de Cuba, a 847 kilómetros de La Habana.
“Formamos en conceptos de la agricultura familiar”, explicó Ana Virginia Corrales, que coordina las capacitaciones para el servicio social en el CCSC. “Promovemos en primer lugar que las familias logren abastecerse con sus producciones, y en segundo que comercialicen los excedentes. Así serán autosustentables”, amplió.
Este centro acompaña 45 iniciativas agropecuarias ecológicas en 20 municipios, que beneficiaron a 1.995 familias al cierre de 2015, con la ayuda de las organizaciones Pan para el mundo (Alemania), Diakonia (Suecia) y el Proyecto La Rosa Blanca de la Iglesia Presbiteriana de Brooklyn (Estados Unidos).
En tanto, el Proyecto de Innovación Agrícola Local, presente en 45 de los 168 municipios, promueve los huertos caseros como un espacio de empoderamiento de las mujeres rurales, con el impulso desde 2000 del estatal Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación.
Al cierre de 2015, en este país insular de 109. 884 kilómetros cuadrados, las tierras de uso agrícola sumaban 6.240.263 hectáreas, 30,5 por ciento explotadas por el Estado, 34,3 por ciento por cooperativas y el resto por pequeños productores independientes.

miércoles, 27 de abril de 2016

La actividad económica continúa desacelerándose en América Latina

BOLETÍN DEL FMI

27 de abril de 2016

El pronóstico de crecimiento se ha revisado nuevamente a la baja

Los precios de las materias primas más bajos por más tiempo y la desaceleración de la actividad económica en China plantean graves desafíos
Para impulsar la producción potencial es necesario administrar las importantes transiciones actualmente en curso y abordar las deficiencias estructurales

Mientras la recuperación mundial continúa luchando por afianzarse, el crecimiento en América Latina y el Caribe se ha revisado nuevamente a la baja y se prevé que en 2016 se contraiga por segundo año consecutivo, según el FMI.

En el informe del FMI titulado Perspectivas económicas: Las Américas, publicado el 27 de abril en Ciudad de México, se proyecta que el crecimiento regional se contraiga un 0,5 por ciento en 2016, lo cual supone dos años consecutivos de crecimiento negativo, por primera vez desde la crisis de la deuda de 1982–83. Esta cifra, sin embargo, oculta el hecho de que la mayoría de los países siguen creciendo, de manera moderada pero segura, mientras que un pequeño número de economías —que representan aproximadamente la mitad de la economía de la región— se enfrentan a una recesión, principalmente debido a factores internos.

La desaceleración de la actividad refleja una demanda externa débil, un nuevo descenso de los precios de las materias primas, condiciones financieras volátiles y, en el caso de algunos países, importantes rigideces y desequilibrios internos, según el informe. Al mismo tiempo, muchos países han experimentado fuertes depreciaciones del tipo de cambio, principalmente debido al deterioro de los términos de intercambio y la demanda externa.

Para 2017, el FMI prevé que el crecimiento regional repunte al 1,5 por ciento.

Diversidad regional

Brasil sigue sumido en una profunda recesión y la actividad económica se ha contraído un 3,8 por ciento —la misma tasa que en 2015— debido a problemas económicos y políticos. En Chile, se prevé que el crecimiento se desacelere al 1,5 por ciento en 2016, debido al deterioro de la confianza y al bajo nivel de inversión en el sector de la minería. Argentina y Venezuela se enfrentan a una contracción del producto de alrededor del 1 por ciento y el 8 por ciento en 2016, respectivamente. Sin embargo, las perspectivas de crecimiento a mediano plazo de Argentina han mejorado considerablemente gracias a la transición actualmente en curso para eliminar las distorsiones y desequilibrios internos y corregir los precios relativos. En Perú, la economía se ha fortalecido y se prevé que el crecimiento siga en aumento en 2016, al 3¾ por ciento, impulsado principalmente por la inversión en el sector minero.

En un contexto de continua recuperación en Estados Unidos, las perspectivas de crecimiento para México y América Central se mantienen relativamente sólidas. Se prevé que México siga creciendo a un ritmo moderado del 2,4 por ciento en 2016. Los países de América Central se han beneficiado de los bajos precios del petróleo y la continua recuperación en Estados Unidos. Se proyecta que el crecimiento del producto regional sea del 4¼ por ciento en 2016.

En el Caribe, las perspectivas de crecimiento siguen siendo favorables para los países que dependen del turismo. En cambio, las perspectivas de crecimiento se están deteriorando para las economías dependientes de las materias primas.

Riesgos a la baja

Las perspectivas regionales están sujetas a varios riesgos a la baja. América Latina sigue siendo particularmente vulnerable a una desaceleración mayor a la esperada en China —el destino del 15 por ciento al 25 por ciento de las exportaciones de Brasil, Chile, Perú, Uruguay y Venezuela— y a nuevas caídas en los precios de las materias primas. Una desaceleración en China contribuiría a reducir los precios de las materias primas e incrementar la percepción del riesgo corporativo.

Un deterioro más profundo de la situación en Brasil podría provocar un cambio repentino en la valuación de los activos regionales, una menor demanda de exportaciones entre los socios comerciales de la región y mayores primas de riesgo.

El informe también señala los riesgos de que la recuperación de la inversión sea más lenta de lo proyectado si las condiciones financieras más restrictivas y las menores perspectivas de crecimiento derivan en ajustes de los balances de las empresas que se encuentran cada vez más endeudadas en moneda extranjera.

Administrando la transición

Las perspectivas de crecimiento a lo largo de los próximos cinco años probablemente seguirán siendo débiles, en particular para aquellos países que enfrentan precios de materias primas más bajos y un nivel limitado de inversión. Según el FMI, en toda la región, las políticas y reformas económicas deben orientarse a administrar esta transición.

En los casos en los que una orientación de política más acomodaticia podría estar justificada, el margen de maniobra disponible en materia de políticas macroeconómicas es limitado. En particular, el margen de maniobra de la política fiscal se ve restringido por elevados niveles de deuda, un crecimiento más lento y menores ingresos procedentes de las materias primas.

La flexibilidad del tipo de cambio sigue siendo esencial para ayudar a las economías a ajustarse a los precios persistentemente más bajos de las materias primas. Allí donde los bancos centrales gozan de una credibilidad sólida y el traspaso de los ajustes del tipo de cambio a la inflación es limitado, se puede mantener una política monetaria acomodaticia, si fuera necesario para apoyar la demanda. Sin embargo, la política monetaria debería estar orientada a preservar la credibilidad del banco central en aquellos países donde las expectativas inflacionarias a mediano plazo están aumentando.

Por otra parte, ante la desaceleración del crecimiento y los cambios en las condiciones del mercado financiero, el nivel de vulnerabilidad de las empresas en América Latina ha aumentado. La rápida depreciación de los tipos de cambio y los aumentos en los diferenciales de los CDS soberanos, así como el deterioro de los fundamentos de las empresas, también han contribuido al aumento del riesgo corporativo desde 2011, lo que subraya la importancia de los marcos de política y la supervisión de riesgos.

Según el informe, también se prevé que, en el futuro previsible, el crecimiento en América Latina y el Caribe se mantenga por debajo de las tendencias históricas. Se mencionan varias razones, tales como redes de infraestructura inadecuadas, deficiencias en la calidad de la educación, diversidad relativamente escasa de las exportaciones, así como menores precios de las materias primas. Las políticas estructurales orientadas a resolver algunos de estos cuellos de botella podrían ayudar a impulsar el producto potencial.

En la última edición de Perspectivas económicas: Las Américas se presentan tres capítulos analíticos en los que se examinan más a fondo estos importantes desafíos regionales: la vulnerabilidad de las empresas en América Latina; el traspaso del tipo de cambio a los precios en la región, y la inversión en infraestructura en América Latina y el Caribe.
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Los precios del barril de petróleo: ¿A qué cifra 'mágica' llegará su cotización?

RT, Publicado: 27 abr 2016 12:39 GMT

Las multinacionales del sector aseguran que, cuando se alcance ese número, las compañías dejarán de 'sangrar' y retomarán sus proyectos, que abandonaron por la caída de la cotización del crudo.


Una plataforma petrolera de BP en el mar del NorteReuters


El mercado petrolero se estabilizará en un futuro próximo, cuando el precio del barril de crudo supere los 50 dólares, y esa cifra 'mágica' impulsará las perforaciones y el flujo de capitales de las empresas involucradas en el sector, informa Bloomberg.

La petrolera británica British Petroleum, una de las mayores del mundo en la industria de los hidrocarburos, ha indicado que el próximo año equilibrará su flujo de caja después de que el barril de crudo alcance un valor entre 50 y 55 dólares.

Por su parte, la firma Nabors Industries, que posee y opera la mayor cantidad de plataformas de perforación en tierra del mundo, ya negocia con sus clientes una ampliación de tareas en la segunda mitad de este año en el caso de que se produzca ese incremento en la cotización.

Al mismo tiempo, la consultora internacional Wood Mackenzie asegura que las 50 principales empresas de la industria petrolera dejarán de 'sangrar' por la caída del precio del crudo cuando alcance un promedio de 53 dólares por barril, aunque para que descongelen sus proyectos "los precios deben mantenerse en 50 dólares e, incluso, ofrecer la impresión de que superarán esa cota", según ha asegurado su vicepresidente de análisis

El turismo internacional en Cuba. Un recuento necesario ante el nuevo escenario

Por: José Luis Perelló

Profesor Titular de la Facultad de Turismo de la Universidad de La Habana.

 La Habana al transitar de un siglo a otro mostraría todas las contradicciones de una época caracterizada por la guerra y la intervención extranjera. Desde finales del siglo xix se observaba un flujo creciente de estadounidenses, llegando con fines de negocios, aunque alegaban ir a pasear y admirar la naturaleza.
Paulatinamente, se reiniciaron las construcciones hoteleras en La Habana Vieja. Al mismo tiempo se comenzó a diversificar la construcción de hoteles en otras áreas de la capital, fundamentalmente en la barriada de El Vedado. En 1928 se inauguró el hotel Presidente y dos años más tarde, abrió sus puertas el Hotel Nacional de Cuba, institución insignia de la hotelería habanera. Desde los Estados Unidos viajaron especialmente para la inauguración del Hotel directivos de empresas que habían invertido fuerte durante los últimos años en Cuba y otras áreas del Caribe, pero sobre todo el National City Bank, clientes con los que poseían infladas carteras de negocios y sabían de sus posibilidades de encontrar en Cuba un territorio para la expansión.[1]
Buscando fomentar nuevos atractivos al turismo, los gobiernos de turno fueron aprobando legislaciones que facilitaran los juegos de todo tipo. Las leyes de los Estados Unidos de aquella época, como la Volstead que prohibía el expendio de bebidas alcohólicas, y la erradicación de los casinos, contribuyeron a la gran afluencia de turistas a La Habana, donde podían beber y jugar sin restricción alguna. Se añadían casinos y otros espacios de juego y eran numerosas las llamadaszonas de tolerancia. El conjunto de todo lo anterior presentaba a La Habana como el paraíso del libertinaje.
La crisis económica mundial desatada a partir de octubre de 1929 y la derogación, en 1934, de la Ley Volstead, impactaron con fuerza la actividad turística en Cuba durante los años 30. Fue a mediados de 1934 que un informe de la Foreign Policy Association, reconocía el potencial del turismo cubano, pero recomendaba cambios en esta actividad, orientándola más hacia la naturaleza, las playas y otras zonas. En síntesis, cambiar el patrón hasta entonces reinante en el turismo, alejándolo de los vicios.[2]
Como consecuencia de la depresión económica general, la eliminación de la Ley Seca en los Estados Unidos y el estallido de la Segunda Guerra Mundial, en los tres lustros siguientes a 1930 la actividad turística se mantuvo interrumpida. El flujo de turistas hacia Cuba no se recupera hasta finales de la década de los 40, una vez finalizado el conflicto bélico, cuando se produce un crecimiento paulatino de la demanda turística y los ingresos a ella asociados.
Durante la década de los años 50 un conjunto de decretos y leyes incentivan la construcción de hoteles y casinos. Nuevamente La Habana experimentó un acelerado proceso de desarrollo turístico, con nuevos hoteles dotados de grandes y lujosos casinos. En este escenario, los grupos económicos ilícitos estadounidenses controlaban y operaban este conjunto de instalaciones de juego y hoteles.
Finalizando los años 50, recorrer La Habana permitía observar, sobre todo de noche, los lujosos hoteles y casinos, los grandes lumínicos como símbolo de una ciudad de gran atracción. Sus majestuosas instalaciones turísticas daban la apariencia de un desarrollo pleno. Desde una posición privilegiada, la capital exhibía la mayor dinámica económica de la Isla, y reflejaba la típica estructura de país subdesarrollado con estatus neocolonial, concentrando lo principal de la actividad económica. En todos esos años se desarrolló un importante proceso de financiamientos para alojamientos turísticos, de inversiones en transportes, aeropuertos, puertos y en obras públicas. Los escasos recursos de inversión de la nación fueron en parte utilizados para otorgarles créditos blandos a los inversionistas extranjeros, en su mayoría norteamericanos.
 El turismo internacional en el período revolucionario
El triunfo revolucionario de enero de 1959 trazó un rumbo totalmente diferente del turismo con la eliminación de los casinos, los juegos y los negocios ilegales. En esta etapa, los flujos de turistas internacionales sufrieron un fuerte descenso como consecuencia del agravamiento de las relaciones con el gobierno de los Estados Unidos. Las recomendaciones a sus ciudadanos para que no viajaran a Cuba debido a un supuesto estado de violencia existente en la Isla fueron seguidas por medidas que inhabilitaban el pasaporte corriente de los Estados Unidos para estos viajes, para los cuales se requería pasaporte especial y una licencia especial de viaje.
Los operadores de viajes canadienses cerraron sus operaciones debido a presiones desde Washington, y en poco tiempo los turoperadores franceses, británicos y belgas se manifestaron de la misma manera; más adelante cancelaron sus operaciones los españoles.[3]
La década de los años 60 se caracterizó por la consolidación del turismo nacional, al brindar facilidades para el uso de los hoteles, las playas y demás centros de esparcimiento y recreación. También se comenzó a recibir al turismo de excursiones y paquetes proveniente de los países socialistas, principalmente de Europa del Este. El turismo internacional por grupos, al comienzo de su desarrollo, se realizó por medio de paquetes vendidos en el extranjero, que incluían todos los gastos principales de pasaje, hotel, transfer, alimentación, algunos espectáculos y excursiones.
A partir de 1972 comienza una paulatina reapertura del turismo internacional hacia Cuba. El entorno internacional se hizo más favorable; la Revolución cubana había sobrevivido su primera etapa, el bloqueo económico, comercial y financiero estadounidense no había logrado sus propósitos. El aislamiento diplomático impuesto a Cuba desde 1962 comenzaba a desmoronarse, y restablecían los vínculos diplomáticos muchas naciones de América Latina y el Caribe. Un turismo motivado por el clima comenzaba a fluir desde Canadá y varios turoperadores de esa nacionalidad introdujeron algunos destinos cubanos en sus catálogos, con programas de vacaciones y contrataron vuelos charters para ello.[4]
Durante los años 80, los mercados emisores occidentales continuaron sus operaciones con Cuba, y se alcanzó la cifra de 270 000 turistas en 1987. Habían transcurrido treinta años para alcanzar de nuevo el mismo número de turistas de 1957. A diferencia de entonces, casi ninguno provenía de los Estados Unidos.[5]
Con la saturación de las habitaciones hoteleras, un turismo nacional creciente y el resurgimiento del turismo internacional, se reanudaron las construcciones turísticas. En ese período se construyeron 29 nuevos hoteles con 4 000 habitaciones, distribuidos en las capitales provinciales y los principales polos turísticos que mostraban las mejores playas.
En 1989, la infraestructura de alojamiento del turismo cubano contaba con 17 600 habitaciones; no obstante, la mayor parte de los hoteles se clasificaba en las categorías de dos y tres estrellas. Del total de hoteles en explotación, solamente 17 clasificaban en los rangos de cuatro y cinco estrellas.
La década de los años 90 se presentó con nuevas contingencias marcadas por el derrumbe del socialismo en los países de Europa del Este —que comenzó a mediados del año 1989 y concluyó en diciembre de 1991, con la desintegración de la Unión Soviética— con los cuales la Isla tenía relaciones de dependencia económica y comercial.
En los años siguientes, la crisis entró en su fase más cruda: el Producto Interno de Cuba descendió 35%, las exportaciones bajaron 50%, las importaciones se contrajeron a una cuarta parte del nivel logrado en 1989; y la disponibilidad de petróleo era menos de la mitad de su nivel habitual. Cientos de miles de hectáreas de tierra dejaron de cultivarse por falta de combustible, fertilizantes, insumos y equipos agrícolas. La mitad de la capacidad industrial se paralizó, el transporte mermó rápidamente y la generación de electricidad disminuyó 27%, con lo cual se tornó inseguro el servicio eléctrico en todo el país.
Junto a la crisis interna que vivía la Isla, el gobierno estadounidense generó graves situaciones y recrudecimiento de las leyes de bloqueo económico, comercial y financiero: la aprobación de la Enmienda Torricelli, el restablecimiento de la Lista Negra para los barcos que tocasen puertos cubanos, que borraba la posibilidad de desarrollar el turismo de cruceros; el Track II, concebido para corroer por dentro la resistencia de la Revolución cubana; la Crisis de los Balseros que generó una imagen de caos y emigración masiva ilegal; el incidente de las avionetas y la inmediata aprobación de la Ley Helms-Burton, que acrecentaron los temores y ahuyentaron muchos potenciales inversionistas; la campaña terrorista de bombas en los hoteles y otras instalaciones turísticas, con el propósito de provocar el pánico. La compleja y adversa situación descrita hacía pensar como algo imposible el desarrollo del turismo internacional.
Sin embargo, contrario a todos los pronósticos, en el año 1990 Cuba recibió unos 300 000 turistas y diez años después ya superaba a Jamaica y Bahamas con más de un millón de visitantes; y pasaba de la posición 23 en arribo de turistas en la región de las Américas a la número 8, con un crecimiento sostenido en todos esos años.
El modelo de desarrollo turístico, desde entonces, se había caracterizado por la construcción acelerada de grandes hoteles con categoría de cuatro y cinco estrellas, en polos de sol y playa, la constitución de empresas mixtas con capital extranjero y contratos de gestión con cadenas hoteleras internacionales, principalmente españolas. Este modelo presentaba como peligro la inmovilización de recursos, lo que significaba una capacidad creciente en habitaciones frente a una demanda que no crecía en la misma proporción.
En estos últimos veinte años, el turismo, como actividad económica, se ha visto limitado en su desarrollo por problemas estructurales de la economía cubana, de difícil solución. Entre los más relevantes están la insuficiencia del ahorro doméstico, la escasez crónica de divisas, las distorsiones en el sistema de precios relativos derivadas del uso de un tipo de cambio oficial sobrevaluado, los mercados segmentados y la dualidad monetaria y cambiaria, entre otros.[6] Este escenario se agrava por la permanencia de las restricciones comerciales, económicas y financieras impuestas por el gobierno estadounidense, y que aún perduran.
También se han presentado distorsiones en los indicadores sobre los ingresos asociados al turismo, pues a partir de 2010, con el auge del sector no estatal, los datos recogidos en las estadísticas no reflejan el comportamiento real de los ingresos del turismo de estancia. En este sentido, el indicador no incluye lo que el visitante foráneo gasta en los espacios no estatales, como los restaurantes, las cafeterías, los establecimientos de artesanía y el alojamiento en casas privadas. Esto resulta más evidente si se analiza el comportamiento de los ingresos asociados al turismo en su relación con el indicadorllegada de visitantes, pues la segunda posición, después de los canadienses, la ocupa el segmento de los emigrados residentes permanentes en el exterior. Los gastos en el país que ellos generan junto a sus familiares y amigos en actividades y en espacios informales, tampoco son recogidos en las estadísticas oficiales.
Lo anterior apunta a que los indicadores tenidos en cuenta se han centrado en las llegadas de visitantes internacionales y en la construcción de plazas hoteleras, subvalorando que el objetivo fundamental de la actividad turística, planteado en la Política para el Turismo, es la captación directa de divisas maximizando el ingreso medio por turista.[7]
En los últimos veinte años el indicador llegada de visitantes ha mostrado una tasa de crecimiento promedio anual de 4,2% en que algo más de 42 millones de viajeros internacionales han visitado Cuba. Muchos son repitentes, en particular el turismo canadiense; y vuelven una y otra vez, pese a las dificultades en el servicio que enfrenta el sector turístico cubano por causas exógenas y endógenas.
Una de las razones conocidas es que el desarrollo del turismo internacional en Cuba ha sido concebido a partir de un escenario de confrontación y restricciones de viajes que han caracterizado las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos desde hace más de medio siglo. Este proceder de la política estadounidense, desde el punto de vista del turismo internacional para Cuba, propició la consolidación del turismo desde Canadá y los principales emisores europeos, hacia el turismo masivo vacacional de sol y playa (Tabla 1).
En correspondencia con este escenario, la oferta turística de la Isla está dirigida hacia las playas, tanto en la comercialización de paquetes turísticos como en el alojamiento. De las 63 657 habitaciones distribuidas en 372 instalaciones, el producto sol y playa cuenta con 71,5% de las habitaciones en 45,2% de las instalaciones hoteleras existentes, donde se ubican la mayoría de los hoteles de cuatro y cinco estrellas.
 Tabla 1. Llegada de visitantes internacionales a Cuba, 2006-2014
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Oficina Nacional de Estadísticas (ONEI).

En los últimos años, casi 80% de las llegadas se ha concentrado en diez mercados principales, y de estos los dos primeros segmentos contribuyen con 50% del total de visitantes internacionales. El turismo desde Canadá ha mantenido los mayores crecimientos, lo cual provoca una marcada estacionalidad y la polarización de una demanda enfocada al turismo de sol y playa en la modalidad todo incluido.
 El turismo internacional en Cuba después del 17D
El grupo de medidas anunciadas por los presidentes de Cuba y los Estados Unidos, a mediados de diciembre de 2014, sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países, representa la posibilidad de discutir varios temas que tienen incidencia sobre el turismo cubano. El turismo es precisamente el sector que más puede favorecer el clima de normalización de las relaciones entre los dos países.
La ampliación en las categorías de licencias que otorga la OFAC para que los estadounidenses puedan viajar a Cuba, puestas en vigor a mediados de enero de 2015, prácticamente incluye el abanico de motivaciones de viajes, por lo que cualquier viajero se desplaza desde su lugar de residencia hacia un destino para conocer nuevos espacios de vida.
El turismo no está permitido, lo que hace imposible mezclar actividades educativas o religiosas con un día en la playa y las agencias de viajes no pueden vender paquetes turísticos. Quienes asistan a reuniones profesionales o de investigación deben tener credenciales para ello, no solo un interés ocasional. Sin embargo, el académico Carmelo Mesa-Lago comenta que, algunas de estas restricciones podrían saltarse en la práctica, por ejemplo, el guía de un grupo de estudio pudiera cerrar los ojos si alguien se escapa para irse un día a la playa, y varios especialistas organizan en complejos turísticos, seminarios y conferencias en las categorías aprobadas.[8]
Este clima de distensión en las relaciones entre los dos países, incentivó los flujos de visitantes foráneos a Cuba procedentes de todos los países emisores de turismo; lo que provocó crecimientos significativos de turistas, en el año 2015, principalmente de los Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, España y Canadá, este último continúa siendo el principal mercado turístico para Cuba con 1,3 millones de visitantes (Tabla 2).
 Tabla 2. Llegada de visitantes internacionales a Cuba en 2015 vs 2014.
Fuente: Elaboración propia del autor a partir de datos de Oficina Nacional de Estadísticas (ONEI).

En el caso del mercado canadiense, históricamente el principal emisor de turistas a Cuba, que es sensible a los precios, se presentó una desaceleración a partir de noviembre, comienzo de la temporada alta, y que se ha mantenido hasta marzo de 2016, como resultado de la devaluación del dólar canadiense y el encarecimiento de los precios del paquete turístico. Esta tendencia a la desaceleración puede revertirse mediante una estrategia de segmentación, manteniendo precios preferenciales para los paquetes de sol y playa —todo incluido—, dirigidos al tradicional mercado turístico canadiense.
Sin lugar a dudas, en la medida que paulatinamente se vayan eliminando restricciones para los viajes desde los Estados Unidos se impondrán nuevos desafíos al sector turístico cubano, a toda la cadena de valor y a los gobiernos locales.
Estos flujos de viajeros desde los Estados Unidos se consolidarán e incluso deberán tener un crecimiento significativo, en la medida en que se normalizan las relaciones cubano-estadounidenses y se supriman limitaciones y restricciones. Esta tendencia incluso puede fortalecerse debido al aumento de las corrientes migratorias desde Cuba hacia los Estados Unidos y Canadá. Esto apunta a la circularidad de los flujos, que se consolida y atrae consigo una mayor demanda de servicios turísticos en un segmento que por naturaleza, debe ser fiel al destino, donde tiene identificadas sus raíces culturales y familiares. América del Norte acoge la mayor proporción de cubanos emigrados, con 82,2%, compuesto por cubanos que residen en los Estados Unidos, Canadá y Puerto Rico (este último, sujeto a las leyes migratorias estadounidenses).
Como tendencia interesante, en el corto y mediano plazos, los destinos específicos dentro de Cuba dejarán de ser los tradicionales polos de sol y playa; con sus grandes resorts todo incluido. Cobrarán importancia los sitios y las ciudades que, como La Habana, atesoran los recursos y atractivos que demandarán los nuevos visitantes. En estos espacios de convivencia y relaciones humanas, el sector privado está llamado a desempeñar un papel mucho más activo, que garantice el nuevo consumo turístico y se integre plenamente a la cadena de valor del turismo en sus dos eslabones fundamentales: el alojamiento y los espacios de ocio-restauración. Este nuevo escenario turístico, revela una mayor incidencia de estadounidenses y otros visitantes alojados en casas privadas hacia el interior de los barrios y territorios, que al mismo tiempo revela la vinculación a espacios y actividades extrahoteleras del sector no estatal: paladares, cafeterías, renta de autos, guías locales, transportistas, artesanos, vendedores ambulantes, entre otros (formales o no).
Muchos lugares en la periferia de las mayores ciudades y capitales de provincias se convertirán en zonas de atracción turística debido a que en los barrios populares es donde se manifiesta la autenticidad de la cultura cubana, costumbres, religiosidad y modos de actuar; es lo que se designa en diferentes países receptores de turismo, como “slum tourism”. A pesar de representar lo opuesto a lo que usualmente concibe una estrategia comercial y promocional del turismo cultural, estos asentamientos populares son parte de las grandes ciudades de muchos lugares del mundo, y se han convertido en destinos que muchos turistas quieren visitar en la búsqueda de una experiencia auténtica o quieren conocer la verdadera realidad del país o ciudad visitada.
 Actualizando el nuevo escenario turístico
En el transcurso de los tres primeros meses de 2016, los flujos de viajeros han continuado su ritmo de crecimiento, con 15% de incremento con respecto a igual período del año anterior. En este lapso, 1,2 millones de visitantes foráneos disfrutan y exploran los atractivos que les brinda la Isla Grande del Caribe. Nuevas autorizaciones para los viajes individuales desde los Estados Unidos, la visita del presidente estadounidense a La Habana, el tope beisbolero entre los equipos Cuba y Tampa Rays; el concierto de los Rolling Stones, y varios eventos, reuniones y congresos con nutrida participación extranjera, han propiciado un aumento inusual y no esperado del número de visitantes a La Habana y otros destinos turísticos cubanos.
Por otra parte, la activa gestión que desarrolla el sector turístico cubano con su cartera de oportunidades para la inversión extranjera, vislumbra un panorama futuro amplio, aunque aún dependiente del levantamiento de muchas restricciones que entorpecen su mejor desempeño. Como es conocido, el turismo es el mejor preparado para la inversión extranjera en el escenario económico cubano. Muestra de ello es el hecho de que 43% de la inversión extranjera en la economía cubana tiene que ver con ese sector. Existen 26 empresas mixtas constituidas, de ellas 13 están ejecutando inversiones operando en 15 hoteles. Se encuentran aprobados 74 contratos de gestión con 17 cadenas hoteleras internacionales que incluyen unas 38 490 habitaciones que representan 60% de las habitaciones existentes en el país.
Prestigiosas cadenas hoteleras americanas como Marriott, Hilton, Hyatt, Holiday Inn y Best Western, esperan por las autorizaciones correspondientes para concretar sus negociaciones, mientras que Starwood Hotels & Resorts se convierte en la primera compañía estadounidense en establecer negocios de gestión hotelera con Cuba. Por otra parte, compañías de cruceros norteamericanas como Carnival Cruises, Royal Caribbean, Norwegian Cruise Line, Pearl Seas Cruises y Princess Cruises, han presentado sus programas en itinerarios de escala en La Habana y otros puertos cubanos.
Al mismo tiempo, las mayores aerolíneas estadounidenses, como American Airlines, JetBlue Airways, Delta, Silver Airways, Southwest, Eastern, Frontier y United Airlines han anunciado que volarán a Cuba y las agencias de viaje ya están autorizadas, por lo cual aumentará la competencia y los precios de los boletos aéreos deberán bajar. Según las autorizaciones solicitadas por estas líneas aéreas comerciales para realizar vuelos directos a La Habana, se supone la disponibilidad de 50 250 asientos semanales.
Las nuevas regulaciones anunciadas recientemente por el gobierno del presidente Obama eliminan parte de las trabas burocráticas; sin embargo, los viajes por motivos turísticos no han sido objeto de autorizaciones. En las marinas y puertos deportivos de los 27 distritos de Florida se encuentran registradas más de 865 000 embarcaciones de recreo. La oportunidad de navegación a la Isla, en una jornada náutica, resulta un incentivo para unos 16 000 yates con cuarenta pies o más de eslora. Sin embargo, el yatismo, como modalidad turística, tendrá que esperar que las restricciones que impiden que los estadounidenses viajen por turismo, sean levantadas.
La visita del presidente estadounidense a La Habana, y su amplia delegación de legisladores, líderes políticos y altos empresarios; pudieron comprender y discutir en detalles las estrategias de implementación que se realizan en Cuba para actualizar su modelo económico. El actual proceso de reformas es una tarea en curso, en que Cuba seguirá demostrando su habilidad estratégica y flexibilidad táctica, mientras convierte las crisis en oportunidades.
Las políticas estadounidenses hacia la Isla están en condiciones de prestar mucha más atención a la evolución de las reformas económicas y sus vías de inserción a la economía global. En este sentido, el Tesoro y la Secretaría de Comercio de los Estados Unidos y sus agencias deben entender las reformas progresivas de la economía cubana como beneficios de interés nacional para su país, y el ejecutivo debe impulsar la revisión de los mandatos del Congreso.
La distensión en las relaciones políticas entre Cuba y los Estados Unidos, reafirmadas con la visita del presidente Barack Obama, ha resultado en un reacomodo paulatino de los arribos de visitantes internacionales. Los resultados de los indicadores en 2015 y los primeros meses del actual año, mostraron crecimientos en la mayoría de los segmentos de viajeros, lo que revela el efecto “push” que representa la reanudación de las relaciones entre los dos países vecinos.
Este nuevo escenario anuncia que la Isla dejará de ser un destino “económico” en cuanto a precios de paquetes turísticos se refiere; motivado por el hecho de que el incremento acelerado de los arribos de turistas estadounidenses y de otros países emisores registrará un aumento de la demanda y esto limitará tanto la disponibilidad de habitaciones en los diferentes destinos específicos, como la competitividad de los precios. Mientras tanto, el sector turístico cubano espera el levantamiento de las restricciones que le impiden su desarrollo exitoso, y confía en la poderosa fuerza de gravedad de la geografía, del reclamo de la comunidad internacional y del irresistible flujo de la historia.

[1] Luis Báez, Pedro de la Hoz y Antonio Martínez, Hotel Nacional de Cuba. Revelaciones de una leyenda. Editorial Capitán San Luis. La Habana, 2015.
[2] Evaristo Villalba, Cuba y el turismo. Editorial Letras Cubanas. La Habana, 1993.
[3] Rogelio Quintana, Manuel Figuerola, Mariano Chirivella, Damarys Lima, Miguel Figueras y Alfredo García, Efectos y futuro del turismo en la Economía Cubana. Instituto Nacional de Investigaciones Económicas. INIE. La Habana, 2004.
[4] Ibídem, p. 65.
[5] Ibídem, p. 68.
[6] Jorge Mario Sánchez Egozcue, «La relación crecimiento económico y sector externo, una evaluación de la dinámica entre las presiones coyunturales y las distorsiones endémica». Ponencia presentada en el Seminario del Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC). La Habana, 24 al 25 de junio. 2011.
[7] Según el Lineamiento 255 de la Política del Turismo aprobada en los Lineamientos de la Política Económica y Social de Cuba. Congreso del Partido Comunista de Cuba, La Habana, abril de 2011.
[8] Carmelo Mesa-Lago, «Normalización de relaciones entre EEUU y Cuba: causas, prioridades, progresos, obstáculos, efectos y peligros». Documento de Trabajo 6/2015. Real Instituto Elcano, mayo 2015.