Agustín Lage Dávila, director del Centro de Inmunología Molecular dijo que hay simultaneidad entre el sector biotecnológico cubano y estadounidense lo cual abre la posibilidad para la colaboración entre los dos países
(Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera)
Por Marta Sojo
Agustín Lage Dávila, director del Centro de Inmunología Molecular, acudió al Centro de Prensa del Habana Libre Tryp para ilustrar tanto a la prensa nacional como foránea los diversos aspectos de la importancia de este sector científico. Recordó que Cuba tiene 30 patentes de productos cubanos registradas y reconocidas por Estados Unidos.
Hizo énfasis en que la industria biotecnológica norteamericana no puede producir esos productos patentados porque el gobierno de aquel país no permite el intercambio con Cuba.
Su alocución en gran medida fue presidida por una explicación de la importancia de la industria biotecnológica de Cuba. Y dijo textual: “Asistimos tempranamente a un nuevo sector de la industria que antes no existía”.
Explica la importancia de la industria biotecnológica de Cuba. En otro momento señaló que las organizaciones empresariales de la biotecnología se están convirtiendo en el motor de la economía cubana. Son empresas propiedad del Estado cubano, pero empresas, no organizaciones presupuestadas. Hoy produce el llamado cuadro básico de los medicamentos para el sistema de salud, 857 productos, con cobertura universal.
Lage añadió que los productos biotecnológicos son uno de los principales renglones de exportaciones, por encima de renglones de exportación tradicionales de la economía cubana.
“Hay una simultaneidad entre el sector biotecnológico cubano y estadounidense, eso no había ocurrido en otros sectores, lo cual abre la posibilidad para la colaboración entre los dos países”.
El Director del centro científico cubano ya había señalado en entrevistas recientes algo muy palpable que merece la pena destacar y es que: ‘”La colaboración es muy fértil para el desarrollo científico y el económico. Y, además, no se puede negar que los EEUU poseen un enorme potencial científico. Pero esta es una oportunidad para nosotros y para ellos. La ciencia tiene un enorme componente cultural y se hace igual en todas partes en lo que respecta al método científico, pero no en lo que respecta al contenido de lo que se investiga, a la estrategia de lo que se investiga. Esa diferencia hay que marcarla muy bien, porque el método científico es un procedimiento objetivo, pero la creatividad científica es un fenómeno cultural. Todas las sociedad humanas se benefician del intercambio con otras sociedad humanas diferentes. Esa fertilización de ideas enriquece a todo el mundo. No solamente Cuba tiene mucho que ganar en ese intercambio, los científicos norteamericanos también pueden ganar, porque nuestros enfoques de diversos temas pueden ser diferentes”’.