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sábado, 9 de abril de 2016

Sanders, fuera de control


Desde el principio, la mayoría de los analistas políticos liberales se mostraron escépticos respecto a Bernie Sanders. En muchos asuntos importantes —entre ellos los más distintivos de su campaña, y sobre todo la reforma financiera— parecía decantarse más por los eslóganes facilones que por la reflexión concienzuda. Y su teoría política del cambio, su desdén por los límites, parecían muy poco realistas.

Algunos defensores de Sanders respondieron con enfado cuando se manifestaron estas suspicacias, y de inmediato acusaron a todo aquel que dudase de su héroe de ser un corrupto, o incluso un auténtico criminal. Sin embargo, una cosa es la intolerancia y el clasismo de algunos de los seguidores de un candidato; ¿Pero qué hay del propio candidato? Por desgracia, en estos últimos días la respuesta ha quedado clara: Sanders empieza a parecerse a sus peores seguidores. Bernie se está convirtiendo en un “fanático de Berni”.

Permítanme ilustrar el asunto de las suspicacias hablando de la reforma bancaria. Aquí, el eslogan facilón es: “Acabad con los grandes bancos”. Resulta evidente la razón por la que este eslogan es atractivo desde un punto de vista político: Wall Street cuenta con un excelente elenco de villanos. ¿Pero realmente fueron los grandes bancos el origen de la crisis financiera y acabar con ellos nos protegerá de futuras crisis?

Muchos analistas llegaron hace años a la conclusión de que la respuesta a ambas preguntas era que no. Los préstamos rapaces fueron obra en gran medida de instituciones no pertenecientes a Wall Street y más pequeñas, como Countrywide Financial; la crisis en sí no tuvo su origen en los grandes bancos, sino en “bancos en la sombra” como Lehman Brothers, que no eran necesariamente tan grandes. Y la reforma financiera que el presidente Obama aprobó en 2010 ha supuesto un intento real de combatir esos problemas. Se podría y se debería dotarla de más envergadura, pero aporrear la mesa quejándose de los grandes bancos no es lo que hace falta.

El aspirante demócrata empieza a parecerse a sus peores seguidores. Bernie se está convirtiendo en un “fanático de Berni”.

Sin embargo, arremeter contra los grandes bancos es prácticamente lo único que ha hecho Sanders. En las raras ocasiones en las que se le han pedido más detalles, no ha dado la impresión de tener mucho más que ofrecer. Y esta falta de contenido más allá de los eslóganes parece extenderse a todas sus posturas políticas. Se podría argumentar que los detalles políticos carecen de importancia siempre que el político tenga los principios y el carácter adecuados. Resulta que no estoy de acuerdo. Por un lado, las posturas específicas de un político suelen ser una pista muy importante sobre su verdadero carácter (yo advertí acerca de la mendacidad de George W. Bush cuando la mayoría de los periodistas todavía lo presentaban como un tipo campechano y sincero, porque sí que analicé sus propuestas tributarias). Por otro lado, considero que estar dispuesto a afrontar decisiones difíciles, frente a buscar una escapatoria fácil, es una cualidad importante en sí misma. Pero, en cualquier caso, la actual forma de hacer campaña de Sanders plantea serias dudas sobre su carácter y sus principios.

Una cosa es que la campaña de Sanders señale los vínculos de Hillary Clinton con Wall Street, que son reales, pero la pregunta que debería plantear es si dichos vínculos han afectado a sus posturas, cosa que la campaña ni siquiera ha intentado demostrar en ningún momento. Pero los últimos ataques contra Clinton, tachándola de marioneta del sector de los combustibles fósiles, son sencillamente falsos e indican que la campaña de Sanders ha perdido sus principios éticos.

Y luego está ese torrente oratorio del miércoles pasado sobre que Clinton no está “cualificada” para ser presidenta. Seguramente lo que lo desató fue una entrevista que Sanders concedió hace poco a The Daily News, en la que, una y otra vez, se mostró incapaz de responder cuando le presionaban para que se saliese de sus eslóganes habituales. Cuando le preguntaron por esa entrevista, Clinton fue cuidadosa al elegir las palabras y dio a entender que Sanders “no había hecho las deberes”.

Pero Sanders no tuvo ningún cuidado en absoluto, y declaró que los que él considera los antiguos pecados de Clinton, entre ellos su apoyo a los acuerdos comerciales y su voto a favor de autorizar la guerra en Irak —por el que ella pidió disculpas— la incapacitan para el cargo. Eso es un desatino. Responsabilizar a la gente de su pasado es aceptable, pero imponer un modelo de pureza, según el cual todo error o tropiezo lo convierte a uno en el equivalente moral de un criminal, no lo es. Abraham Lincoln no encajaba en ese modelo; ni Roosevelt. Ni, por cierto, Bernie Sanders (piensen en las armas).

Y llama mucho la atención lo poco oportuna que ha sido la diatriba de Sanders. Dada la enorme ventaja que ella le saca en cuanto a delegados —debido sobre todo al apoyo de los votantes afroamericanos, que responden a su pragmatismo porque la historia les ha enseñado a desconfiar de las promesas extravagantes—, Clinton es la gran favorita para la candidatura demócrata.

¿Se está poniendo Sanders del lado del gentío que grita “Bernie o nada”, dispuesto a quitarse de en medio si no logra un vuelco inesperado, con lo que posiblemente contribuya a que Donald Trump o Ted Cruz lleguen a la Casa Blanca? Si no es así, ¿qué cree que hace? La campaña de Sanders ha potenciado mucho el idealismo y la energía que el movimiento progresista necesita. Sin embargo, también ha alimentado una vena de superioridad moral petulante entre algunos seguidores. ¿Habrá alimentado esa vena también en el propio candidato?

PAUL KRUGMAN ES PREMIO NOBEL DE ECONOMÍA.

© THE NEW YORK TIMES COMPANY 2016.

Saldo de luz

 Por Eileen Sosin Martínez

Durante el año 2015, la Unión Eléctrica (UNE) prestó servicios a más de 4 000 000 de clientes y facturó más de 4 000 millones de pesos, informó Lázaro Guerra, director técnico de la entidad.
Dentro de los principales resultados productivos, el consumo de la población y la economía nacional fue de 15,09 terawatt/ hora, lo que representa un crecimiento de 4,6 % con respecto al año anterior. El 56 % de la demanda está concentrado en el sector residencial, que sigue siendo predominante en la matriz de consumo de energía eléctrica del país.
La máxima demanda alcanzó su récord histórico el año pasado, el 2 de diciembre, con 3 318 megawatt. El Factor de Carga del sistema aumentó 2 %, lo cual implica una mejoría para la operación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
La matriz de generación está conformada por 2 588 MW en centrales termoeléctricas, 574 MW en energías renovables, 480 MW producidos por la empresa Energás, 1 293 MW en motores diesel y 1 275 MW en motores fuel.
En cuanto a estos dos últimos, el directivo explicó que no solo garantizan el cubrimiento de la demanda en los momentos pico, sino también sirven para garantizar una mayor prontitud en el restablecimiento del servicio en caso de eventos climatológicos extremos. Asimismo anotó que para el año 2030 se espera llegar a 30 % de energías renovables, dentro de la matriz de generación de electricidad en el país.
La generación total se comportó al 100,4 % de lo planificado y tuvo un crecimiento de 4,8 % con respecto al 2014. Se ahorran 103 000 toneladas de combustible por concepto de eficiencia en la generación.
Las interrupciones eléctricas han disminuido, lo que redunda en un incremento en la calidad del servicio. "En los últimos cinco años la tendencia siempre ha sido a mejorar cada uno de los indicadores que miden las interrupciones", aseguró Guerra.
El número de clientes aumentó en 64 000 durante el año 2015. Por otro lado, el consumo promedio mensual aumentó en 6 kWh, el precio promedio por consumido se incrementó en un centavo y el importe promedio aumentó en 3,10 pesos por cliente.
Se sustituyeron 272 000 metros contadores de inducción por metros contadores electrónicos, se realizaron cambios a 58 639 metros contadores con niveles de 110 y 220 V, y se instalaron más de 149 480 contadores infrarrojos en consumidores residenciales en las provincias de Artemisa, La Habana, Matanzas y Sancti Spíritus.
También fueron detectados 27 000 fraudes en el sector residencial y se realiza la telemedición a distancia de 38 fronteras provinciales y 123 municipales, lo cual permite realizar los balances de energía. Se obtuvo el tiempo de interrupción por usuario más bajo de la historia: 29,3 horas al año. En el último quinquenio la energía dejada de servir anualmente disminuyó en 31,6 %.
Al cierre de 2015 la UNE ejecutó 11 mantenimientos parciales, 31 ligeros y 32 correctivos. En cuanto a la generación distribuida, se efectuaron 110 mantenimientos, para un 93.2 % de ejecución. Con respecto al 2014 la inversión aumentó en 43,6 %.
Actualmente la colaboración internacional se extiende a países como Venezuela, Nicaragua, Guinea Ecuatorial, Perú y Angola, con un total de 1 078 cooperantes. El año anterior se concluyeron las instalaciones de paneles solares fotovoltaicos en varias localidades de la Isla y se lograron avances en los programas hidráulico y eólico.
La Unión Eléctrica cuenta con 50 779 trabajadores en 42 empresas estructuradas en siete centrales termoeléctricas, 16 entidades eléctricas, 18 nacionales y la mixta Energás.
De igual forma producen equipos necesarios en sus procesos, como transformadores, fusibles, metros contadores, gabinetes múltiples, luminarias de alumbrado público, sellos para metros contadores, interruptores porta-fusibles, entre otros.
Energás
Energás es una empresa mixta que tiene tres socios fundamentales: Sherrit Utility, una firma barbadense que pertenece al grupo Sherrit International radicado en Toronto, Canadá, el cual es dueño del 33 % de las acciones. El 66 % restante corresponde a los socios de la parte cubana: la Unión Eléctrica (UNE) y la Unión Cuba Petróleo (Cupet) poseen el otro 33 % de las acciones, respectivamente.
Se creó en marzo de 1997 y comenzó la primera fase de construcción, la cual sincronizó en noviembre de 1998. Esa fue una primera etapa, donde se construyó una turbina de 30 megawatt. La entidad ha ido creciendo progresivamente, en la  medida que se han visto resultados efectivos para cada uno de los socios.
Como parte del proceso de expansión del desarrollo petrolífero en la zona norte occidental, el hidrocarburo viene de los yacimientos con gas acompañante, el cual no tenía utilización y se liberaba en todo el litoral norte occidental, que está asociado al polo turístico Varadero.
Se determinó que el gas podía ser utilizado para generar electricidad  y obtener subproductos durante el proceso de generación. Lo que antes se enviaba a la atmósfera, ahora se convierte en energía eléctrica y se deja de contaminar. Se trata de una energía limpia.
Cada megawatt generado durante el proceso de construcción y repago de la deuda vale 45 dólares, y posteriormente al repago de la deuda, cuesta 38 dólares. Estos precios son el costo al cual la Unión Eléctrica le compra la electricidad a Energías. Sherritt provee financiamiento y tecnología; Cupet, el gas acompañante de los pozos de petróleo y la Unión Eléctrica adquiere toda la energía que produce la empresa.
Eso se traduce en que el costo promedio de generación que tiene la UNE, en el sistema eléctrico, es de 160 dólares el megawatt. Es decir, existe una diferencia de 115 dólares entre un megawatt que se le compra a Energás y uno que se genera por la producción normal.