Juan M Ferran Oliva
Según Keynes[1]
Los hombres prácticos, que
se creen completamente exentos de cualquier influencia intelectual, son,
generalmente, esclavos de algún economista difunto. Los lideres mesiánicos que
escuchan voces en el aire, destilan su frenesí inspirados en algún escritor
académico de algunos años atrás.
Economistas
y politólogos son apóstoles de las ideas que profesan.
Durante más del último
medio siglo los principales modelos económicos enraizados en distintos
ámbitos fueron el keynesiano y el monetarista en el mundo
capitalista. En el socialista predominaron el soviético, la modalidad
yugoslava, el maoismo y la variante china actual. Han existido popurrís con ingredientes
teocráticos, nacionalistas, marxistas y
tribales.
En el mundo capitalista
Keynesianos
El keynesianismo surgió en
medio de la gran crisis de 1929 que despertó alarmas sobre el paro. La plena
ocupación y la demanda agregada se convirtieron
en claves de solución y en ese contexto aparecieron ideólogos en búsqueda de fórmulas. El más
brillante fue John Maynard Keynes[2] . Planteaba que el paro forzoso se debía a la caída de
la demanda global a la que
consideraba generadora de trabajo y
producción. Veía a la política fiscal como instrumento para lograr el
pleno empleo. Proponía bajas tasas de interés y mayores imposiciones fiscales,
la reducción del salario real a través de la inflación, y grandes inversiones
gubernamentales para compensar las insuficiencias privadas. La tasa de interés
constituía una recompensa para los inversores capaces de sacrificar su preferencia por la liquidez. El seguro por
paro, surgido en esa época, compensaría la pérdida de poder adquisitivo de los
trabajadores cesantes. Persuadió a muchos gobiernos occidentales a disminuir el
desempleo mediante el déficit presupuestario.
La nota diferencial del
modelo keynesiano fue el papel que asignó al Estado como garante de la
estabilidad económica. Algunos lo consideraron
un ataque a la sacrosanta empresa privada y no faltaron quienes acusaron
a Keynes de comunista. El destacado reformista impugnaba la espontaneidad y
proponía iniciativas gubernamentales
capaces de movilizar a los agentes de la producción. Fue un iconoclasta en
un mundo conservador. En tal sentido expresó[3]
Las ideas económicas siempre
han tendido a cristalizar en dogmas….una
de las responsabilidades más importantes y difíciles del economista es oponerse
a la autoridad del prejuicio
Las propuestas del autor de
La teoría general sobre el empleo, el interés y el dinero[4] fueron muy influyentes e incluso respaldaron
políticas notorias como la del New Deal de Franklin D. Roosevelt[5]. Entre sus destacados epígonos se contó Paul Samuelson, más tarde Premio Nobel en Ciencias
Económicas. El modelo keynesiano estuvo
en boga durante décadas. En la Cuba anterior a 1959 sus más señalados
seguidores fueron Julián Alienes Urosa y el grupo de la Misión Truslow[6].
Neo liberales
La teoría keynesiana
comenzó a perder adeptos en los primeros años de la década de 1970. Las
políticas de gasto público que facilitaron la reconstrucción tras la Segunda
Guerra Mundial empezaron a agotarse y germinaron nuevas crisis económicas. Eran
frecuentes las emisiones monetarias inorgánicas para cubrir el déficit. Fue
entonces que la estanflación debutó como componente del paisaje económico.
Resultó el momento oportuno
para culpar al Estado de las crisis y se inició el rescate de teorías que
limitaban el rol gubernamental. Los oponentes del keynesianismo decían
inspirarse en el liberalismo económico preconizado dos siglos atrás por los
fisiócratas y Adam Smith[7]. En su época estos clásicos y otros precursores combatieron l’ancien
régime y el mercantilismo.
Propusieron un orden natural sin regulaciones. Entonces no existían aún las
transnacionales.
El nuevo pensamiento,
calificado como monetarista, tuvo por cuna las universidades de Chicago
y Stanford. Milton Friedman[8] y sus discípulos lo lideraron y a partir de sus recetas se erigió posteriormente el neoliberalismo como doctrina
política. Consideran que la inflación es
un fenómeno monetario causado por un exceso en la masa de dinero en circulación
y las posibles soluciones deben estar enmarcadas en una rigurosa política
monetaria. Estos postulados son seguidos por el Fondo Monetario Internacional y
el Banco Mundial. Los monetaristas creen que el libre mercado es más eficiente
que la intervención pública. Defienden la libre competencia y las preferencias
naturales de los consumidores, pero plantean un laissez-faire en un
mundo monopólico inexistente en tiempos de Smith. Al igual que él, aspiran a restringir las aventuras
macro económicas del gobierno a aquellas actividades que nunca interesarían a un
empresario privado.
La fórmula
básica del monetarismo consiste en controlar la oferta de dinero a
través del banco central con objeto de reducir la inflación o superar
recesiones. El predicamento de los Chicago
Boys emana de corrientes políticas conservadoras y sus fórmulas implican
afectaciones a los sectores de exiguos ingresos. Suelen proponer políticas de
choque que requieren el apoyo de gobiernos autoritarios. Opinan que el costo
social provocado por las medidas de austeridad es irrelevante pues debe
ser resarcido, a largo plazo, con más
ocupación y consumo. Keynes acotaba al respecto que para entonces ya todos
estaríamos muertos.
Según uno de sus críticos,
el monetarismo o neoliberalismo, suele sustituir la mano invisible de Adam Smith por la manu
militari de las dictaduras[9].
La teoría tomó auge entre
1980 y 1990, años en los que proliferaron las privatizaciones de industrias
controladas por el Estado y se redujo el rol del sector público. Muchos países
lo adoptaron y en América Latina destaca Chile que contaba con un fuerte grupo
de economistas formados en la Escuela de Chicago. Sus planteamientos fueron
seguidos por el régimen castrense que derrocó a Salvador Allende.
Keynes falleció 24 años antes de que se introdujese el
Premio Nobel en Ciencias
Económicas pero de haber estado en
tiempo seguramente se lo hubieran concedido.
Paul A. Samuelson que se adhirió a su teoría lo recibió en 1970[10], mientras que
Milton Friedman, adversario de ambos, lo ganó en 1976.
Stiglitz
Otro Nobel en Economía, en
este caso Joseph E. Stiglitz,[11] recibió dicho galardón en 2001. Un año antes había
renunciado a su cargo de economista jefe y vicepresidente del Banco Mundial en
señal de protesta contra la política de la entidad. Es un oponente declarado
del monetarismo. Su talento y postura ética lo hacen acreedor a ser escuchado.
Ha expresado al respecto [12]:
El mundo no ha sido amable con el neoliberalismo, esa
caja de sorpresas de las ideas que se basa en la noción fundamentalista de que
los mercados se corrigen a sí mismos, asignan los recursos con eficiencia y
sirven bien al interés público. Este fundamentalismo del mercado estuvo detrás
del thatcherismo, la reaganomía y el denominado “consenso de Washington”, todos
ellos a favor de la privatización, de la liberalización y de los bancos
centrales independientes y preocupados exclusivamente por la inflación...
Durante un cuarto de siglo, los países en vías de
desarrollo han estado en pugna, y está claro quiénes son los perdedores:
aquellos que siguieron políticas neoliberales no sólo han perdido la lotería
del crecimiento, sino que cuando esos países crecían, los beneficios iban a
parar desproporcionadamente a las clases más altas…
..este exceso de inversión en el sector inmobiliario
tuvo sus beneficios a corto plazo: algunos estadounidenses disfrutaron, aunque
sólo fuera durante unos meses, de los placeres de ser propietarios y de vivir
en una casa más grande de lo que podían permitirse. ¡Pero a qué precio para sí
mismos y para la economía mundial! Millones perderán los ahorros de su vida con
la casa. Y las ejecuciones de hipotecas de viviendas han precipitado una
recesión mundial. Cada vez se coincide más en el pronóstico: esta crisis será
prolongada y extensa.
Y los mercados tampoco nos prepararon bien para el
encarecimiento del petróleo y los alimentos. Por supuesto, ninguno de los
sectores es un ejemplo de economía de libre mercado, pero ése es en parte el
argumento: la retórica del libre mercado se usa selectivamente; se asume cuando
sirve a intereses especiales y se descarta cuando no es así.
Esta mezcla de retórica de libre mercado e
intervención estatal ha funcionado especialmente mal para los países en vías de
desarrollo. Se les dijo que dejasen de intervenir en la agricultura, con lo
cual sus agricultores quedaron expuestos a una devastadora competencia por
parte de Estados Unidos y Europa. Sus agricultores habrían podido competir con
los estadounidenses y los europeos, pero no con las subvenciones
estadounidenses y europeas. No es de extrañar que las inversiones en
agricultura en los países en vías de desarrollo desaparecieran y que el desfase
alimentario se agravara….
El fundamentalismo de mercado neoliberal siempre ha
sido una doctrina política que sirve a determinados intereses. Nunca ha estado
respaldado por la teoría económica. Y, como debería haber quedado claro,
tampoco está respaldado por la experiencia histórica. Aprender esta lección tal
vez sea un rayo de luz en medio de la nube que ahora se cierne sobre la
economía mundial.
En el socialismo
Las ovejas han comenzado a mostrarse ahora tan voraces
e indómitas que se comen a los propios
hombres. Fue la frase acuñada por Thomas More al referirse al
proceso que se desarrollaba en la Inglaterra de su época (Dē Optimo Rēpūblicae Statu dēque Nova Insula Ūtopia, o simplemente
Utopía, fue escrita en1516).
Ello, seguramente, le llevó a diseñar con lujo de detalles su sociedad ideal.
Asomaba entonces el capitalismo pero su fantasía lo llevó más allá: Utopía es
una isla imaginaria donde se ha suprimido la propiedad privada y el dinero.
Allí el comercio es sustituido por el intercambio directo entre la ciudad y el
campo, y el oro y la plata se utilizan para confeccionar orinales. Todos los
ciudadanos reciben educación y disponen de cuanto necesitan. Cada uno trabaja
durante dos años en labores agrícolas; luego regresa a la ciudad donde practica
diversos oficios en jornadas de seis horas y el tiempo libre lo consagra a la
ciencia y al arte. No faltaron otros
soñadores que elaboraron e incluso intentaron llevar a la práctica fantasías similares[13]. En la propia Cuba posterior a 1959 se
acunaron algunas de estas fantasías propias de la política ficción.
Marx y Engels no construyeron castillos en el aire.
Previeron la sustitución del modo capitalista de producción por uno comunista,
con una transición socialista, pero no dejaron una metodología. El socialismo
científico que preconizaron fue desarrollado analizando las contradicciones del
capitalismo sin penetrar la dialéctica del soñado socialismo. Lenin y sus
seguidores afrontaron esta tarea práctica.
En el afán de actuar antitéticamente al modo rechazado llegaron, en ocasiones, a remedar la mujer del ejemplo
de Engels que tras bañar al niño echó el agua sucia de la tina con crío y todo[14]. En medio de tal desconcierto la presencia de
Lenin fue orientadora.
En 1921 los acontecimientos
aconsejaron la adopción de la Nueva Política Económica (NEP). Fue una
pausa liberalizadora que entre otros
propósitos planteaba atraer a los campesinos permitiéndoles que desarrollasen
su economía. Con ella comenzaron a cambiar algunos criterios fundamentalistas
sobre la circulación mercantil. En 1925 un reconocido economista soviético
expresaba[15]:
…intentar llevar el grado de organización de la
economía hasta la reglamentación
obligatoria del consumo de cada individuo, significa atribuirse un deber
injusto que en el fondo es imposible en la época actual. La reglamentación de
los consumos debe hacerse más compleja mediante un política de salarios, de
precios, etc….
Muchos pensadores de la época se refirieron al
naciente socialismo. Algunos, incluso, actuaban en países capitalistas. Son
notorios los casos de Abba Lerner[16] y
Oskar Lange[17].
Ambos elaboraban sus propuestas con una visión particular que los separaba, en
lo formal, del predicamento de quienes lo hacían dentro de la propia URSS.
Años más tarde, en 1960, pero aun bajo el calor del
debate en cuestión, descollaron las ideas del polaco Wlodzimierz Brus[18].
Señalaba, entre otros temas, que
… sobre las alas de la popularidad aparece la espuma
de las incomprensiones y simplificaciones defendidas por los incompetentes. La atmósfera de sobre excitación no siempre se conjunta con la reflexión de los
investigadores.
Un tema muy
debatido fue la actuación de la ley del valor en el socialismo. Brus la define
como una tendencia constante a restablecer las relaciones de precios con las
relaciones de valor[19].
En términos más llanos, es algo muy similar al principio de costo beneficio, el
propio autor diferenciaba entre los conceptos modelo económico y sistema
económico social[20].
Añadía que la confusión entre ambos conceptos originaba equívocos.
Según los fundamentalistas, en el socialismo
desaparecían las contradicciones, La única aceptada durante mucho tiempo fue la
de las supervivencias de deformaciones burguesas en el seno del modo socialista
- léase soviético. Se achacaba al bajo nivel de las fuerzas productivas
heredadas[21].
Lenin dejó de existir en 1924 pero su
impronta creadora se perpetuó aún durante unos años durante los cuales los
criterios libres eran sopesados en la cúpula. Tras su muerte lo sucedió
una troika que en breve fue liquidada
por Stalin, a quien no agradaba la competencia. La situación cambió y brotó el estalinismo como
una mala hierba: la cima del Poder emitía sus ideas a priori y los
especialistas se limitaban a su divulgación apologética[22].
Fue el imperio del dogmatismo y de la ausencia de información objetiva. Todo
ello afectó el resultado de las investigaciones que derivaron hacía cauces
metodológicos y se contagiaron con el ansia de normarlo todo[23].
La idea del mercado en el socialismo obsesionó a los
pensadores. Solía verse una contradicción con el plan. Prevalecía la idea de la
centralización. Los principios del funcionamiento de la economía soviética
aparecieron en la URSS después de 1930. Triunfó entonces el criterio
centralizado.
Hacia 1928 se había aplicado
un Primer Plan Quinquenal cuyo objetivo era construir la industria pesada. El
Segundo Plan, ya en época de Stalin, se llevó a cabo entre 1933 y 1937 e hizo
hincapié en la autosuficiencia. Como resultado de la enorme
acumulación en años anteriores, la economía soviética dio un salto
impresionante realzado por ocurrir en medio de la gran crisis mundial. En esos
5 años se construyeron 45.000 fábricas Las transformaciones cuantitativas
fueron espectaculares pero el aspecto cualitativo dejó mucho que desear. Fue
entonces que cuajó el modelo económico adoptado después por los demás países
incorporados al socialismo de corte soviético[24] .
El modelo ortodoxo cumplió su cometido durante el
periodo de industrialización acelerada pero posteriormente entró en
contradicción con las exigencias del desarrollo. La centralización desmesurada
desvinculo a los productores de los consumidores, generó burocracia y dio
origen a una economía lubricada con esmeril, que se desgastaba velozmente. La
producción soviética alcanzó mundialmente niveles cuantitativos destacados en
muchas ramas, sobre todo de la industria pesada. Pero la baja productividad y
la falta de competitividad fueron su Talón de Aquiles.
En 1953 murió Stalin. Tres años más tarde se le acusó
de violar el liderazgo colectivo, ejercer represión política severa, promover
el culto a la personalidad y exagerar su papel personal en la Guerra Patria[25].
El proceso de desestalinización no fue suficiente para remendar los
puntos débiles del modelo. La economía de la URSS se estancó debido al
agotamiento de una acumulación lineal y a un gasto insostenible de defensa.
Todo ello provocó la perestroika que estimuló la crítica y la acción
sedicente con efectos incontrolables.
Las naciones del Campo Socialista se durmieron en las delicias de Capua
aceptando un modelo que consideraron el
mejor de los mundos posible. Las inquietudes renovadoras posteriores fueron
insuficientes y la situación tocó fondo.
La crisis alcanzó tal profundidad que se vislumbraron, incluso, posibilidades
de involución política. Así ocurrió.
En abril de 1985 se habían emprendido reformas para
rescatar del colapso al abigarrado Estado integrado por 15 repúblicas con 292
millones de habitantes. En 1990 cesó el papel rector del Partido Comunista; en
1991 se independizaron las tres repúblicas bálticas incorporadas mediante la
fuerza en 1940. Antes de finalizar el año todas las demás lograron un status
similar. La URSS dejó formalmente de existir.
Consecuentemente la crisis se extendió a los llamados satélites.
Entre 1989 y 1990, Polonia, Hungría, Checoslovaquia y Albania se transformaron
en economías de mercado y la Alemania Oriental se unió a la Federal. Caminos
similares siguieron Bulgaria y Rumania. Tras el colapso, en todos estos países
las empresas se metamorfosearen y, en no pocos casos, sus antiguos dirigentes
se convirtieron en los nuevos capitalistas. En 1991 se disolvieron el CAME y el
pacto de Varsovia.
Aquella proyectada sociedad
sin clases se engalanó con las teorías de Marx, Engels y Lenin. Pero el
estalinismo pretendió la infalibilidad partidista y redujo la teoría genuina a
códigos dogmáticos. El omnímodo aparato monopolizó la economía y rechazó
censuras y disidencias. Como diría aquel cortesano: Nada más
lejos de nuestras mentes, ¡oh
Señor!, que la funesta manía de pensar[26].
La desaparición del mundo soviético y su modelo dejó
un vacío ideológico en sus millones de seguidores a lo ancho del mundo. La
creencia había enraizado de tal modo que sus fieles la seguían con fe
religiosa. Tenían la certidumbre de que, indefectiblemente, el capitalismo
desaparecería para ser sustituido por el comunismo en todo el orbe.
Los revisionistas
Mucho antes de la disolución de la URSS tuvo vigencia
el modelo yugoslavo. Los comunistas del Estado balcánico fueron expulsados del Kominform
en 1948 y adoptaron una línea independiente. El particular modelo trasladó el
concepto de propiedad social al colectivo de cada empresa. Consecuentemente
estableció la autogestión de los trabajadores y concedió poderes a los
sindicatos. También estableció reformas descentralizadoras y asignó a la
industria un rol protagónico. La agricultura fue incapaz de atajar la necesidad
de importar cereales. En lo exterior
Yugoslavia promovió el no alineamiento frente al bipolarismo y a la supremacía
soviética del momento.
Tito falleció en 1980 tras 35 años de gobierno. A su
muerte renacieron viejas fiebres nacionalistas y se independizaron los
variopintos pueblos integrados en Yugoslavia. La separación evidenció el
fracaso económico del modelo. El multinacional Estado se había articulado en
1918 cercenando y cosiendo territorios del disuelto impero Austro Húngaro y
otras entidades balcánicas.
Como contrapartida a la postura yugoslava existió la
vecina y estalinista Albania. Destacó
por su política represiva.
En la lejana Asia, Corea del Norte mantuvo la centralización económica, dentro
de un régimen dinástico con pretensiones
marxistas.
Por otra parte surgió el engendro fundamentalista de
Pol Pot en Camboya. Pretendió una
aberrada adaptación del maoismo. Independientemente de aspectos
éticos, se caracterizó por la aplicación
del Gran Salto Adelante chino de forma extremadamente cruel. En 1978 fue
derrocado el régimen con el país devastado en todos los sentidos. Fue un
régimen satánico con maquillaje
comunista.
El pensamiento de Mao es descrito por sus seguidores
como una adaptación del marxismo leninismo a las circunstancias chinas. Su
líder epónimo fundó el Partido Comunista del inmenso país en 1921. Tras
prolongada lucha contra los nacionalistas locales y los invasores japoneses,
obtuvo la victoria y proclamó la República Popular China en 1949. Poco después
de 1960 rompió con el esquema soviético y surgió el maoismo que postuló
el papel primordial del campesinado como vanguardia revolucionaria. Como era de
esperar, desde fuera fue tildado de revisionista.
Entre otros desvaríos, el maoísmo desarrolló el Gran Salto (colectivización
agrícola). La Revolución Cultural
rechazó lo foráneo. El fanatismo ejerció una represión colectiva contra grupos
o personas no afines. Los Guardias Rojos fomentaron la purga de quienes
disentían. Como símbolo de igualdad -o
de miseria- millones de personas vestían
perennemente bastos uniformes. Las hormiguitas azules, las calificaba
paternalmente el líder mesiánico a quien rendían culto. Su virtual
beatificación se manifiesta en la difusión del Libro Rojo contentivo de
sus ideas y organizado como un texto sagrado[27].
Con la muerte de Mao en 1976 surgió una etapa de
pugnas por el poder. Entre quienes
aspiraban a modificaciones salvadoras destacaba Deng Xiaoping, un dirigente
partidista pragmático con experiencia en finanzas. Se había opuesto a los
dislates maoístas y sufrió la Revolución Cultural. Fue rehabilitado en
1977 y
reinició su lucha por el desarrollo chino.
A fines de 1978 los mecanismos partidistas aprobaron
la iniciativa de Deng para restaurar la economía en tres periodos a lo largo de
cien años (a partir de la fundación de la Nueva China en 1949). La
disposición contenía las bases de las cuatro modernizaciones:
agricultura, industria, ciencia y
técnica, y defensa.
Han sido cumplidas las dos primeras etapas con antelación.
Son metas relativamente modestas y, al parecer, objetivas. Contrastan con las
fantasías de Jruschov cuando
proyectaba que la supremacía de la URSS sobre Estados Unidos estaba al doblar
de la esquina.
Al calor de las reformas se racionalizó la
planificación y se introdujo el beneficio como base de la vida económica. China
se incorporo a la economía mundial y se
establecieron condiciones exitosas para atraer la inversión extranjera. El
rápido desarrollo tuvo su precio político como sugieren los acontecimientos de
la Plaza de
Tian'anmen en 1989.
Otros hechos, considerados por algunos como alarmas,
tienen que ver con la distribución del ingreso. Se estima que unos 12 millones
de chinos han acumulado fortunas multimillonarias. Ello representa algo menos
del 1% de la población de la nación. En sentido contrario vale señalar que 300
millones de personas escaparon de la pobreza absoluta en que vivían y la clase media
creció en unos 100 millones[28]. ¡Bien
vale Paris una misa!
Viet Nam unificó sus dos mitades en 1975 después de
más de 30 años de lucha contra el colonialismo. Fue implantado de inmediato el
modelo soviético y recibió gran ayuda externa pero la economía no prosperó y
brotaron las hambrunas. El país, a la carrera,
introdujo su Política Económica de Renovación, un clon del modelo
chino. En 1992 debutó una nueva constitución aperturista. En los últimos años
Viet Nam registra crecimientos anuales superiores al 6% y se ha convertido en
exportador importante de diversos productos agrícolas. Los niveles de pobreza
de la población disminuyeron hasta un 10%, cota significativa tomando en cuenta
el punto tan bajo del cual partió[29].
Un hecho anecdótico narrado por Raúl Castro
ejemplifica los resultados alcanzados por este país asiático. Expresa el
aludido[30]:
Después de la guerra de agresión norteamericana contra
Viet Nam, el heroico e invicto pueblo vietnamita nos solicitó que le
enseñáramos a sembrar café, y allá fuimos; se le enseñó, se le trasladó nuestra
experiencia. Hoy Viet Nam es el segundo exportador de café del
mundo. Y un funcionario vietnamita le decía a su colega cubano:
“¿Cómo es posible que ustedes que nos enseñaron a sembrar café el otro día,
ahora nos estén comprando café?” No sé qué le habrá contestado el
cubano. Seguro que le dijo: “El bloqueo.”
El modelo socialista cubano
Los teóricos cubanos no fueron ajenos al debate sobre
el socialismo soviético.
En 1961, ya nacionalizada la industria azucarera, se
realizó la primera zafra totalmente estatal. Para llevarla a cabo se creó un
fondo centralizado en el Ministerio de Industrias y tal práctica inspiró el
llamado Sistema de Financiamiento Presupuestario (SFP). Se basaba en la
centralización de recursos financieros, humanos, materiales y tecnológicos en
un momento en que todos ellos escaseaban. Tal concentración permitía moverlos
expeditamente hacia donde fuera necesario. Según el comandante Ernesto Che
Guevara, su creador, el método se basaba en técnicas de control y
administración empleadas en las grandes corporaciones modernas, pero sólo en el
aspecto administrativo.
Conceptualmente Che pensaba que en la construcción del
socialismo no debían utilizarse herramientas capitalistas como el interés
material. Hacía énfasis en el registro de los costos dentro de empresas
consolidadas y en una estricta vigilancia administrativa de la actividad.
Reducía al mínimo las relaciones mercantiles y los resortes económicos entre
sus dependencias y entidades, y daba preferencia a los estímulos morales.
Pensaba, además, que la ley del valor no debía aplicarse entre las empresas
estatales y las transferencias de medios y objetos de producción entre ellas no
debían estar sujetas a acciones de compra venta. El sistema fue aplicado en las
entidades del Ministerio de Industrias.
La agricultura, el comercio exterior y otras esferas
adoptaron el tradicional Cálculo Económico de la economía soviética.
Esta expresión, quizás una tosca traducción del ruso, significaba que cada empresa debía
contabilizar sus resultados económicos teniendo en cuenta la ley del valor y
asegurar su producción cubriendo costos y obteniendo beneficios. Todo ello, como es natural, bajo el proverbial
control estatal. El sistema gozaba de un grado de autonomía relativamente más
amplio que el SFP, mantenía relaciones mercantiles entre sus empresas y daba
preferencia a los mecanismos económicos y a los estímulos materiales.
En junio de 1963 se generó una polémica alrededor de
ambos sistemas. Estaba liderada por el
comandante Guevara, de un lado, y por el comandante Alberto Mora, Ministro de
Comercio Exterior, por el otro. Este último defendía el Cálculo Económico[31].
El vicepresidente Carlos Rafael Rodríguez, destacado economista y personalidad
de gobierno, se inclinaba también por este último modelo santificado por la
praxis soviética, y apoyado por otros
economistas cubanos y extranjeros.
Las condiciones para el funcionamiento de ambos
sistemas, y en particular para el Cálculo Económico, no eran favorables.
El Banco no ejercía el debido control, el abastecimiento de insumos era
deficiente, no existían mecanismos ni fondos de estimulación a partir de los
resultados de las empresas, y los incumplimientos obligaban a constantes
subsidios. En la práctica fueron aplicados los dos métodos con sus respectivas
limitaciones.
La iconoclastia[32] de Che se manifestó en su original propuesta
de un SPF que rompía los moldes de la época. Su mérito no consiste en la
viabilidad del modelo en aquellos tiempos, quizás discutible, sino en su
percepción de que algo andaba mal en el patrón ofrecido por la URSS como
fórmula mágica de un socialismo real, que finalmente resultó inviable. Sin embargo
admitía la posibilidad de estar equivocado. En sus propios artículos, durante
la polémica entre el SPF y el cálculo económico, afirmaba[33].
…cargada de subjetivismo, la
afirmación (preeminencia de los estímulos morales) requiere la sanción de la
experiencia y en eso estamos; si en el
curso de ella, se demostrara que es un freno peligroso para el desarrollo de
las fuerzas productivas, habrá que tomar la determinación de cortar por los sano
y volver a los caminos transitados;
Esto decía en el año 1964.
Se infiere que la afirmación fuese extensiva a otras situaciones nacidas al
calor de la mística revolucionaria imperante en la época. El manualismo,
o creencia incondicional en lo afirmado en los manuales soviéticos de la época,
fue combatido por Che en su libro Apuntes Críticos a la Economía Política.
Al parecer fue poco divulgado según Alfredo Guevara[34].
Poco después, en medio de la vorágine del plan del
quinquenio 1966-1970, con la ausencia del comandante Guevara, la predisposición
hacia las relaciones mercantiles, el idealismo desbordado y la pretensión de
construir el socialismo y el comunismo de manera simultánea[35],
surgió un procedimiento sui generis, un verdadero collage lleno de aberraciones
muy ajenas al pensamiento de Che pero también alejado del cálculo económico. La
superficialidad condujo a serios errores.
A fines de 1965 fue disuelto el Ministerio de Hacienda y se redujeron las
funciones del Banco. El presupuesto de 1967, que fue el último de aquella
época, no llegó a aplicarse pues a mediados de ese año se habían eliminado los
pagos y cobros entre empresas estatales. En su lugar se establecieron
asignaciones monetarias para salarios y
las relaciones con el sector privado[36].
Quizás lo más trágicamente pintoresco dentro de este
baile de idealismos fue la implantación del nuevo sistema contable.
Ocurrió en 1966. Pretendía sustituir la
secular fórmula de la partida doble creada por Fra Luca Pacioli en el siglo
XV. ¡La nueva teneduría cubana aportaba la partida simple! Incluso se eliminaron los estudios de
contabilidad a pesar del prestigio que gozó la Facultad de Ciencias Comerciales
de la Universidad de La Habana. La profesión de contador se convirtió en poco
menos que vergonzante y muchos tenedores
de libros cambiaron de oficio.
Como mal colateral se sumó el apagón estadístico.
En paralelo y como parte de la euforia paternalista se
ampliaron las gratuidades. En muchos lugares se sustituyó la tarjeta de entrada
y salida de los trabajadores por el horario de la conciencia. Los
incentivos materiales quedaron prácticamente anatemizados. Se intentaba llegar
al comunismo a marchas forzadas. En general, con el paternalismo desbocado y la
falta de controles, más que al comunismo se llegó a un anarquismo impensado.
Carlos
Rafael Rodríguez diría al respecto[37]
Una de las más grandes herejías que se cometió en este
país fue suponer que lo que estábamos haciendo entre 1967 y 1970, el descontrol
económico que prevaleció, podía realizarse, como lo hicieron algunos, bajo la
invocación del Che Guevara.
En los años posteriores a 1970, a partir de las
calamitosas experiencias, se diseñó un modelo integral adoptado oficialmente en
1975. Tuvo como ejemplo al vigente en la URSS y otros países del campo
socialista. Dicen los documentos oficiales al referirse al Sistema de
Dirección y Planificación de la Economía (SDPE), como fue llamado[38]:
El sistema
elaborado…parte de la práctica que existe en todos los países socialistas…Lo
que se ha hecho es recoger de una manera realista esa experiencia y tratar de
adaptarla a las condiciones nuestras, haciéndolo además con mucho cuidado y con
criterio más bien conservador.
Según el entonces titular de Economía, la adopción del
SDPE, basado en la experiencia soviética, fue la única opción posible -el único camino trillado - en
aquéllos momentos[39].
Se mantendría sin cambios hasta la
década de los 90 cuando las circunstancias obligaron a modificaciones.
¿Pero hubo alguna vez socialismo?
Parafraseando a Jardiel Poncela[40]
cabría preguntarse ¿Pero hubo alguna vez socialismo?
Mundialmente coexisten muchos movimientos políticos
que adoptan tal título. Pero su uso y
abuso han difuminado su significado y ha devenido un término gelatinoso difícil de concretar.
En su momento, Marx y
Engels no pudieron elaborar una metodología para construir el socialismo. La
tarea práctica recayó sobre los bolcheviques. Después de la prematura
desaparición de Lenin surgieron otras exégesis, entre ellas el estalinismo y el
trotskismo, notorias por su antagonismo.. Posteriormente no faltaron nuevas interpretaciones
generalmente caracterizadas por alineamientos personales. Durante
décadas los defensores del modelo soviético pensaron que eran dueños de la
verdad. Pero finalmente el pretendido socialismo científico de los
manuales pasó a engrosar las filas de los socialismos utópicos.
Teóricamente, el socialismo es una doctrina
progresista. Pero bajo ese manto muchos han hablado como Cristo y actuado como
Lucifer. Ejemplos notorios son Stalin, Enver Hoxha,
Pol Pot, Ceausescu, todos vestidos de rojo. El hábito no hace al monje.
Socialismo se ha convertido en un
término polisémico. Hay partidos socialistas obreros que no son ni una
cosa ni la otra. Algo similar ocurre con los social demócratas y los
social cristianos. Actualmente surgen en América Latina pretensiones
esperanzadoras y lo hacen en un medio electoral, en competencia.
Según
Samuelson, un cínico podría decir de la libre competencia lo mismo
que Bernard Shaw dijo del cristianismo: su único defecto es que nunca se ha
practicado. Lo mismo pudiera decirse del socialismo.
Los distintos modos de producción se caracterizaron
por el salto de la productividad respecto a los sustituidos. El esclavismo
superó a la comunidad primitiva y fue mejorado por el feudalismo y éste por el
capitalismo. Hasta el presente ninguno de los supuestos socialismos ha mejorado
la productividad capitalista. Ergo, no han sido genuinos. ¿China? Hasta el momento arroja resultados
prometedores pero hay que seguir observando.
El término en cuestión debe aplicarse con
parsimonia….o no emplearlo. Es preferible esto último. Su contenido resulta tan
impreciso como el de democracia, libertad, igualdad y tantos otros
conceptos tomados de la panoplia de los demagogos. Son resbaladizos debido al
uso y al abuso. Parece más adecuado atenerse a la tecnocrática calificación de Economía
centralmente planificada. Es la que
dio la organización de Naciones Unidas a las economías de corte soviético. En
tales entidades el Estado es determinante. Ejecuta sus proyecciones a través de
planes temporales que cuantifican las inversiones, el suministro, los salarios
y los métodos productivos. Al no tener comunicación efectiva con el mercado
incurren en errores de previsión. Es pobre su capacidad de reacción. No
dependen de la competitividad. Sus servidores son funcionarios, pero no
empresarios; ello equivale a burocracia.
Por oposición a la Economía Centralmente
Planificada existe la llamada Economía de Mercado. En su versión más
pura se atiene al rejuego entre la demanda y la oferta. Este mecanismo decide
la organización de la producción, la asignación de recursos y el consumo de
bienes y servicios. Su difusor original
más notorio fue Adam Smith. Pensaba que el egoísmo individual se ponía en
función del bien colectivo a través de la competencia. También decía que las
únicas actividades sociales que debía emprender el Estado eran aquellas que no
interesaban a ningún empresario privado. Estaba a favor de la libertad de comercio
opuesta al mercantilismo de la época. El mal vino después. Actualmente los
monetaristas pretenden seguir el camino del profesor escocés. No tienen en
cuenta el surgimiento de los monopolios, oligopolios y transnacionales. No se
debe aplicar la clave del siglo XVIII al
capitalismo actual, generalmente identificado con la Economía de Mercado.
Para algunos teóricos
marxistas el mercado emanaba un tufillo burgués. Otros lo veían como un
engendro del capitalismo y ello favoreció la consolidación de un prejuicio en
su contra. Prácticamente una satanización. Según Smith la propensión al trueque y al intercambio de una cosa por
otra es una característica intrínseca de la naturaleza humana. Esta
interpretación es más bien sicológica.
El mercado de los clásicos no había llegado a la fase monopolista. Fueron Marx y
Engels, quienes más profundizaron en el tema y desarrollaron su teoría sobre la
evolución de los modos de producción.
Un tema crucial es el concepto de propiedad de los medios
de producción. La ortodoxia soviética la ubicó en el Estado. Otros la sitúan en
la fábrica o granja, hay quienes la ven
en la cooperativa. Parece ser que este es el determinante de la definición
política de un Estado. Pero no existen
regímenes químicamente puros. En la práctica, las Economías Centralmente
Planificadas incluyen muchas actividades particulares: campesinos,
comerciantes, pequeños productores, transportistas y otros. A su vez, en las
Economías de Mercado suelen existir aparatos que brindan servicios en forma
socializada como la educación, la atención médica, acueductos, viales y otros.
Lo que determina la pertenencia a una u otra categoría es la prevalencia.
El mecanismo del mercado es ineludible. Surgió durante
la comunidad primitiva y se generalizó
con la división social del trabajo aplicada a los oficios. El salario no es más
que una forma de canje mediante un equivalente universal llamado dinero. Aunque
no gusten, todos son instrumentos indispensables. En el capitalismo el mercado ha logrado un
desarrollo hipertrófico, consecuente con el avance tecnológico. Pero el
intercambio existió en los anteriores modos de producción y parece que
continuará en los que vengan.
Pero ojo con el mercado. Su célula germinal es la
fetichista mercancía que evolucionó desenfrenadamente hasta el Imperialismo actual. Lo que comenzó siendo suave
brisa –un venticello- se
transformó en un temporale, como en la famosa aria del bajo en El
Barbero de Sevilla.
Se da, además, un proceso
dialéctico poco abordado. Cuando se
produce un salto en la condición económica también varía la conciencia de
quienes han brincado. El hombre piensa según vive, dijo Marx. Es
él y su circunstancia, apuntó Ortega y Gasset. El ciudadano promedio
español, al igual que el portugués y el griego de hoy, piensan de manera
diferente a sus antepasados cercanos. De miserables se elevaron a clase media y
la mentalidad se mantiene pese a la crisis actual. Esto ocurrió en el campo
capitalista ¿Qué decir de los 12 millones de chinos que acumulan fortunas
millonarias y de los 300 millones que escaparon de la pobreza absoluta, o de
los 100 millones que pasaron a clase media[41].
Es muy probable que los grupos en cuestión ya no razonen como proletarios.
Extrapolando tal situación a planos menos espectaculares cabe pensar en los
funcionarios de las Economías Centralmente Planificadas. Muchos proceden de las
filas más pobres. ¿Pensaran igual una vez ubicados en sus cargos? Hay excepciones, por supuesto, pero abundan
los filisteos que disfrutan sus prerrogativas mientras alardean de un origen humilde dejado atrás[42].
Los manuales niegan a los dirigentes la categoría de clase social, pero como quiera que sea constituyen un
segmento de la población con intereses propios.
Después de 1959 Cuba siguió el modelo soviético para
eludir el maleficio neocolonial. Se pensaba erróneamente que también serviría
para escapar del atraso. Pero como señala Juan Triana, el desarrollo tiene
agenda propia[43].
No tiene que ver necesariamente con la Economía Centralmente Planificada. La
desaparición del padrino soviético fue una catástrofe para la isla. Su
integración al Consejo de Ayuda Mutua Económica –CAME- perpetuó su dependencia
externa. El modelo soviético incluía al sistema político basado en la trilogía
Partido-Estado-Gobierno. Su correctivo es la autocrítica generalmente
indulgente.
Hasta 1975 se produjeron las transformaciones
revolucionarias en Cuba. En lo adelante, con el modelo oficializado, siguió una
evolución. Algunos de los errores, según la óptica actual,
estarían justificados por razones políticas o coyunturas determinadas. Otros no
tienen defensa. La época de los milagros a crédito pasó. Además, la deuda
externa financiera heredada resultó
enorme. Solo queda utilizar eficientemente los recursos disponibles entre ellos
los seres humanos, por suerte mejor preparados que antes.
Continuará
[1] KEYNES, John M. Teoría general
de la ocupación, del interés i del dinero. Barcelona: Ed. 62, 1987
[2] John Maynard Keynes (1883-1946)
fue un intelectual integral. Además de brillante economista, el más renombrado
en su época, era un notable critico de arte que mantenía una columna sobre el
tema en uno de los principales periódicos londinenses.
[3] Keynes, J.M. Citado por
Galbraith, John K. El Capitalismo Americano. Colección Zetein, Ediciones Ariel, Barcelona 1968. Pág. 41
[4] Keynes, John Maynard. Teoría general de la ocupación, el interés y
el dinero. Versión española de Eduardo Hornedo. Edición Revolucionaria. La
Habana 1968. Es su obra principal y supuso el nacimiento del keynesianismo como
doctrina económica. El
original fue publicado
en Londres en 1936 (The general theory of employment, interest and
Money),
[5] El New Deal
de 1933 consagró cierta intervención del Estado en la economía. Entre
otras medidas introdujo el seguro contra el desempleo y programas de
inversiones publicas para reducir o eliminar el excedente laboral.
[6] Misión asesora
dirigida por Francis Adams Truslow,
patrocinada por el Gobierno de Cuba y el International Bank for
Reconstruction and Development. El correspondiente informe fue publicado por
The John Hopkins Press. 1951.
[7] Adam Smith (1723-1790)
[8] Milton Friedman (1912-2006)
catedrático de la Universidad de Chicago. Asesor económico del Presidente Ford.
Sus principales obras en las que expone los diversos aspectos de su doctrina
son Nueva Formulación de la Teoría Cuantitativa, Capitalismo y Libertad,
Libertad de Elegir. Ganó el Premio Nóbel en 1976.
[9] Apaza Mmani, Gabriel. La
Doctrina keynesiana y la doctrina monetarista (para comprender el
neoliberalismo). El Zorro de Arriba. 12 feb de 2010. consejerodelobo @hotmail.com
[10] El Premio Nobel en Ciencias
Económicas fue instituido en 1968 y el primer nominado fue el noruego Ragnar
Frisch, junto con el holandés Jan Timbergen. Al siguiente año le correspondió a
Samuelson.
[11] Joseph E. Stiglitz (1942)
Norteamericano. Catedrático de la Universidad de Columbia. Ha publicado más de
300 trabajos y 12 libros.
[12] Stiglitz, Joseph E. ¿El fin del
neoliberalismo?. Tribuna, 20/07/2008. Publicado también en la Sección de Negocios de El País el país.
Com.
[13] Karataev et altri. Historia de
las Doctrinas Econ¢micas. pp 90. Editora Pueblo y Revoluci¢n. Habana 1980
[14] Engels, Frederic. Ludwing Feurbach o el Fin de la Filosofía Clásica Alemana,
Editora Política. Habana 1962. Engels se
refería irónicamente al materialismo vulgar de Feurbach , quien, al igual que la mujer de la bañera, al
rechazar al idealismo filosófico, desechó también a la dialéctica hegeliana.
[15] La expresión es de G.
Sokolnikov. Smilga y L. Kritsman mantenían posiciones similares en 1926. Todos
son citados por Wlodzimierz Brus en El Funcionamiento de la Economía
Socialista. Oikos-tau SA. Ediciones. Barcelona 1969. El prólogo del autor esta
fechado en junio de 1960. Sokolnikov ocupó posiciones importantes en los
primeros años de la Revolución Rusa. Después de 1936 fue víctima de Stalin y
desapareció en prisión.
[16] Trabajos de Abba Lerner en Review of Economic Studies, de 1934 a 1937.
[17] Trabajos de Oskar Lange en
Review of Economic Studies, de 1936 a 1937.
[18] Wlodzimierz Brus. El
Funcionamiento de la Economía Socialista. Obra citada. El prólogo del autor
esta fechado en junio 1960
[19] Citado por Brus en El
Funcionamiento de la Economía Socialista. Pag.62 y 63
[20] Bruss W. El Funcionamiento de la
Economía Socialista. obra citada. Pág. 13-14
[21] Brus obera citada pag. 17.
[22] Manievich V. De la Historia
del Desarrollo de la Economía Política en la URSS. pp 9-29. Y
Zaostovsev, P.G. Las Relaciones Monetario Mercantiles y la la ley del
valor en la economía soviético. pp 97-137. Ambos en Ensayos Sobre Historia de
la Teoría Económica en la URSS. Edit. Ciencias Sociales. Habana 1977
[23] Lange Oskar. Ciencia
Planificaci¢n y Desarrollo. Pág. 28-32;
39; y 98-100. Editorial Nuestro Tiempo. México 1974. Y
Brus W. El Funcionamiento de la Economía Socialista. Pág. 79. Oikos Tau
S.A. Barcelona 1969.
[24] Podkolzin A. Ensayo de Historia
de la Economía de la URSS. Pág. 179-188.
E. Progreso. Moscú
[25] durante el XX
Congreso del Partido en 1956.
[26] Consigna acuñada en el siglo
XVIII por un cortesano de los Borbones hispanos. Es aplicable en general a
burócratas sumisos y a fanáticos. Los estalinistas entre ellos.
[27] Un diplomático cubano destacado en China
durante los años del maoísmo relata un viaje interior en avión como algo
rocambolesco. En lugar del acostumbrado reparto de pitanza, las azafatas acosaban a los viajeros con consignas
al uso: cantar himnos al Presidente Mao,
leer versículos del Libro Rojo, anunciar que el vuelo se llevaba a cabo con
seguridad debido a que la tripulación se inspiraba en el pensamiento de Mao, y
otras ingenuidades por el estilo. Relato personal escuchado de Oscar Pino
Santos por JMFO
[28] Vázquez Díaz, Julio A. China
¿otro socialismo? (LX aniversario).
Editorial de Ciencias Sociales. La Habana 2010. Pág. 100.
[29] Díaz Vázquez, Julio A.
¿Es Aplicable el Modelo Chino o
Vietnamita en Cuba?. Opúsculo del Centro de Investigaciones de la Economía
Internacional de la Universidad de La Habana. Abril 6 de 2011. www. Rebelión.org. Y Centro de Investigaciones de la Economía
Internacional Universidad de La La Habana,
Marzo de 2011
[30] Castro, Raúl. Discurso de
Clausura del Sexto Periodo Ordinario de la Asamblea Nacional. Dic. 18 dic de
2010
[31] La polémica puede seguirse a
través de las desaparecidas revistas Nuestra Industria y Comercio Exterior, que
en los años 1963 y 1964 recogieron todos los artículos publicados al respecto.
Otros participantes fueron Luis Álvarez Rom, Ministro de Finanzas; Marcelo
Fernández Font, presidente del Banco Nacional; Charles Betelheim, de l’Ecole
d’Hautes Etudes de Paris, y Enrns Mandel, economista belga que trabajaba
entonces en el Ministerio de Industrias.
[32] Un criterio del Che,
prácticamente olvidado, es el referido a los sindicatos en el socialismo. ¿para
que hace falta esta institución en un gobierno proletario? se preguntaba. Quien escribe estas líneas se lo escuchó
personalmente en varias ocasiones.
[33] Guevara, Ernesto “Che”. Sobre el
Sistema Presupuestario de Financiamiento. Revista Nuestra Industria Económica
no.5. Feb. de 1964.
[34] Guevara, Alfredo. presidente del
Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana. Tomado de Encuentro con
Alfredo Guevara, en la Facultad de Química de la Universidad habanera el 22 de
junio de 2011. Alfredo Guevara fue uno de los grandes impulsores del cine
cubano actual. Cubadebate Internet. Comparte apellido e inquietudes ideológicas
pero no familiares con Che.
[35] En la Isla de Pinos, actualmente
llamada de la Juventud, se intentó la experiencia de saltar al comunismo
salvando la etapa socialista.
[36] Informe Central del Primer
Congreso del PCC. Diciembre de 1975.
[37] Carlos Rafael Rodríguez. Sobre la contribución del Che al desarrollo
de la economía cubana. En Cuba Socialista, No. 33, La Habana.
[38] Informe al Primer Congreso del PCC, pág. 111
[39] Pérez, Humberto. Clausura del
Congreso Constituyente de la Asociación Nacional de Economistas de Cuba. La
Habana. Junio 4 de 1979.
[40] Pero... ¿hubo alguna vez once
mil vírgenes? Novela satírica publicada
en 1931 por E. Jardiel Poncela.
[41] Vázquez Díaz, Julio A. China
¿otro socialismo? (LX aniversario). Obra
citada. Pág. 100.
[42] En Cuba durante mucho tiempo el
origen humilde se convirtió en un mérito. Era frecuente que se alardeara de tal
condición en las autobiografías acompañantes del proceso de incorporación al Partido.
Paradójicamente, por razones históricas y sociales, muchos de los creadores y
propulsores del socialismo a nivel mundial y cubano no fueron de origen
proletario.
[43] Triana Cordoví, Dr C. Juan. Cuba 2010: El Crecimiento, la Economía y el
Desarrollo. Investigador Titular del
Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC). Seminario Anual Sobre Economía
Cubana y Gerencia Empresarial. Hotel Nacional de Cuba, 24-25 de junio de 2010.