Cuba e Italia firmaron hoy en La Habana cuatro acuerdos para regularizar sus adeudos bilaterales, en el contexto del convenio multilateral alcanzado entre la isla y sus países acreedores en el Club de París, según informaron medios oficiales.
La Habana, 12 jul (EFE).- Cuba e Italia firmaron hoy en La Habana cuatro acuerdos para regularizar sus adeudos bilaterales, en el contexto del convenio multilateral alcanzado entre la isla y sus países acreedores en el Club de París, según informaron medios oficiales.
Los acuerdos fueron suscritos durante un encuentro entre el vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, Ricardo Cabrisas, con el viceministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional y subsecretario de Desarrollo Económico de Italia, Mario Giro, y el subsecretario del ministerio de Desarrollo Económico del país europeo, Ivan Scalfarotto.
La estatal Agencia Cubana de Noticias (ACN) detalló que los nuevos tratos se refieren a la deuda asociada a la ayuda oficial al desarrollo; la deuda contraída con la agencia italiana de Seguros al Crédito del Exportador (SACE); a la creación de un Comité Binacional Cuba-Italia, y uno general relativo a la reestructuración de la deuda a mediano y largo plazos entre ambas naciones.
En el intercambio, ambas partes destacaron el "positivo" estado de las relaciones bilaterales, que han continuado su desarrollo tras la visita oficial a la isla del primer ministro italiano, Matteo Renzi, en octubre pasado, y subrayaron las "potencialidades" que existen para intensificarlas en las áreas económico-comercial, de inversiones y cooperación, indicó el reporte.
También participaron en la reunión otros funcionarios italianos y por la parte cubana representantes de los Ministerios de Economía y Planificación; Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Relaciones Exteriores, y el Banco Nacional.
El Gobierno de Cuba alcanzó el 12 de diciembre de 2015 un acuerdo con los 15 países acreedores del Club de París para reestructurar su deuda de 11.100 millones de dólares en cesación de pagos desde 1986.
Los acreedores decidieron condonar a Cuba 8.500 millones de dólares correspondientes a intereses y la isla se comprometió a pagar los 2.600 millones de dólares adeudados en un periodo de 18 años.
Hasta ahora, la isla ha acordado regularizar completamente la deuda a mediano y largo plazos con 12 de los países miembros del Grupo Ad-Hoc del Club de París, lo que se considera abre nuevas oportunidades de financiación a proyectos vinculados con los planes de desarrollo económico y social en Cuba.
Las naciones del Club de París que han llegado al acuerdo para regularizar sus deudas con Cuba son Austria, Australia, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Holanda, Italia, Reino Unido, Suecia, Suiza y Bélgica. EFE
NUEVA YORK – Pasará mucho tiempo antes de que Gran Bretaña y Europa asimilen, en su plenitud, las implicaciones del referéndum “Brexit” del Reino Unido. Las consecuencias más profundas, por supuesto, dependerán de la respuesta de la Unión Europea a la retirada del Reino Unido. En un principio, la mayoría de las personas asumieron que la UE no “se patearía a sí misma, autocastigándose”, al fin y al cabo, un divorcio amigable parece ser lo mejor para todos. Sin embargo, el divorcio – como pasa en muchos casos – podría llegar a ser problemático.
Los beneficios del comercio y la integración económica entre el Reino Unido y la EU son mutuos y si la UE tomó en serio su convicción de que una mayor integración económica es la mejor alternativa, sus líderes deberían buscar garantizar los vínculos más cercanos posibles teniendo en consideración las circunstancias. Sin embargo, Jean-Claude Juncker, el arquitecto de los mecanismos de evasión de impuestos corporativos masivos de Luxemburgo y en la actualidad Presidente de la Comisión Europea, está tomando una línea dura: “fuera significa fuera”, dice él.
Es posible que esta reacción precipitada sea comprensible, si se tiene en cuenta que Juncker puede llegar a ser recordado como la persona que presidió la etapa inicial de disolución de la UE. Él argumenta que para disuadir a otros países que pudiesen querer salir de la UE, se debe actuar de manera inflexible; y, se debe ofrecer al Reino Unido solamente un poco más de lo que ya está garantizado mediante los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio.
En otras palabras, no se debe mantener unida a Europa por los beneficios que brinda, mismos que superan con creces los costos. La prosperidad económica, el sentido de la solidaridad y el orgullo de ser un europeo no son suficientes, según Juncker. Se debe mantener unida a Europa mediante amenazas, intimidación y miedo.
Esa posición ignora una lección enseñada tanto por el voto Brexit como por las elecciones primarias del Partido Republicano de Estados Unidos: grandes porciones de la población no tienen una vida próspera. La agenda neoliberal de las últimas cuatro décadas puede haber sido buena para el 1% en la cúspide de la pirámide, pero no lo fue para el resto. Yo predije tiempo atrás que, con el pasar del tiempo, llegaría el día en el que este estancamiento tendría consecuencias políticas. Ese día ya ha llegado.
A ambos lados del Atlántico, los ciudadanos culpabilizan a los acuerdos comerciales, señalándolos como una de las fuentes de sus males. Si bien esa es una simplificación excesiva, es comprensible. Los tratados comerciales de hoy en día se negocian en secreto, en estos tratados los intereses corporativos están muy bien representados, pero los ciudadanos o trabajadores de a pie están completamente excluidos. Como era de esperar, los resultados han sido parcializados: la posición de negociación de los trabajadores se ha debilitado aún más, agravando los efectos que tienen las leyes que socaban los derechos de sindicatos y empleados.
Si bien los tratados comerciales desempeñaron un papel en la creación de esta desigualdad, hubo mucho más que contribuyó a inclinar la balanza política en dirección al capital. Las normas de propiedad intelectual, por ejemplo, han aumentado el poder que tienen las compañías farmacéuticas para elevar los precios. Sin embargo, cualquier aumento en el poder de mercado de las corporaciones de hecho se traduce en una reducción de los salarios reales – hoy en día, el aumento de la desigualdad se ha convertido en una característica principal de la mayoría de los países avanzados.
A lo largo y ancho de muchos sectores, la concentración industrial es cada vez mayor – así como también lo es el poder del mercado. Los efectos de los salarios reales estancados y en descenso se han combinado con los efectos de la austeridad, lo que hace que se ciernan amenazas de recortes de los servicios públicos, de cuyas prestaciones sociales dependen grandes cantidades de trabajadores de medianos y bajos ingresos.
La incertidumbre económica resultante para los trabajadores, al combinarse con la migración, fermentó una pócima tóxica. El Occidente contribuyo a muchas de las guerras y opresiones de las que hoy son víctimas los refugiados. Proporcionar ayuda es una responsabilidad moral de todos, pero especialmente de las Potencias que en el pasado fueron colonizadoras.
Y, sin embargo, a pesar de que muchos podrían negarlo, un aumento en la oferta de mano de obra poco cualificada conduce – siempre y cuando se tengan curvas de demanda normales con pendientes negativas – a salarios de equilibrio más bajos. Y, cuando los salarios no se pueden bajar, o directamente no se los baja, el desempleo aumenta. Esto es más preocupante en los países donde la mala gestión económica ya ha dado lugar a un nivel alto de desempleo generalizado. Europa, especialmente en la eurozona, ha sido mal administrada durante las últimas décadas, hasta llegar al punto de que su desempleo promedio es de dos dígitos.
La migración libre dentro de Europa, de manera predecible, se traduce en que los países que han tenido un mejor desempeño en cuanto a la reducción del desempleo van a ser los países que terminen con una proporción de refugiados superior a la que se consideraría como equitativa. Los trabajadores de estos países asumen el costo de los salarios disminuidos y el aumento del desempleo, mientras que los empleadores se benefician de tener a disposición mano de obra barata. No es de extrañar que la carga de los refugiados recaiga sobre quienes tienen menor capacidad para llevar su peso.
Por supuesto, se habla mucho acerca de los beneficios netos de la migración de lugares menos poblados a lugares más poblados. En el caso de un país que proporciona a todos sus ciudadanos un bajo nivel de prestaciones garantizadas – es decir, niveles bajos de protección social, educación, salud y otros – eso sí puede ser cierto. Sin embargo, en países que proporcionan una red de seguridad social bastante decente es todo lo contrario.
El resultado de toda esta presión a la baja que se ejerce sobre los salarios y para incrementar los recortes en los servicios públicos ha aniquilado a la clase media, extrayendo sus entrañas; y ha tenido consecuencias similares en ambos lados del Atlántico. Los hogares de clase media y trabajadora no han recibido los beneficios del crecimiento económico. Ellos están conscientes de que los bancos son los causantes de la crisis del año 2008; sin embargo, acto seguido vieron que se destinaron miles de millones para salvarlos y montos triviales para salvar sus hogares y puestos de trabajo. Si se considera que el ingreso promedio real (ajustado por la inflación) de un trabajador a tiempo completo en EE.UU. está en un nivel más bajo del que estuvo hace cuatro décadas, la presencia de un electorado enojado no debería causar ninguna sorpresa.
Para añadir a todo esto, los políticos que prometieron el cambio no cumplieron con lo esperado. Los ciudadanos de a pie sabían que el sistema no era justo, pero se tuvieron que enfrentarse a la realidad de que el sistema es incluso más amañado de lo que habían imaginado, y perdieron la poca confianza que aún tenían en la capacidad o la buena voluntad de los políticos tradicionales para corregir dicha situación. Eso, también, es comprensible: los nuevos políticos compartían la visión de futuro de aquellos quienes habían prometido que la globalización beneficiaría a todos.
Sin embargo, emitir un voto iracundo no resuelve los problemas, y puede hacer que una situación política y económica pase del sartén a las brasas. Esta apreciación también es válida con respecto a la respuesta que se da frente a dicho voto iracundo.
El pasado pisado es un principio básico en economía. A ambos lados del Canal de la Mancha, el ámbito político ahora debería dirigir sus esfuerzos a comprender cómo, dentro de una democracia, la clase política pudo hacer tan poco por abordar las preocupaciones de tantos ciudadanos. Todos y cada uno de los gobiernos de la UE deben ahora considerar la mejora del bienestar de los ciudadanos de a pie como su objetivo principal. Una mayor cantidad de ideología neoliberal no ayudará en lo absoluto. Y, debemos dejar de confundir los fines con los medios: por ejemplo, el libre comercio, en el caso de ser bien administrado, podría traer mayor prosperidad compartida; pero, si es mal administrado, sin lugar a dudas reducirá el nivel de vida de muchos ciudadanos – posiblemente de la mayoría.
Existen alternativas al actual régimen neoliberal, son alternativas que pueden crear prosperidad compartida, al igual que también hay alternativas – como por ejemplo la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión con la UE que propone el presidente estadounidense Barack Obama – que podrían causar muchísimo más daño. Hoy en día el desafío es aprender del pasado, con el fin de abrazar las alternativas mencionadas primero y evitar las segundas.
El reclamo tuvo lugar en un espacio de debate convocado para celebrar el Día Mundial de Población, que se festeja cada 11 de julio desde 1989.
La Habana, 12 jul.- Más allá de cifras, la migración cubana está relacionada con conflictos individuales, familiares y políticos que tienen a la juventud como protagonista, aseguraron especialistas participantes en un taller por el Día Mundial de la Población.
En lo que va de siglo XXI, la nación caribeña “se ha fortalecido como un país de migrantes con saldo negativo, porque marcan una pérdida de población anual cercana a entre 35.000 y 40.000 personas”, afirmó Antonio Aja, director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana (Cedem).
“Esa es una migración esencialmente legal, no es indocumentada, aunque quizás está última sea la más llevada a los medios de comunicación”, precisó el investigador durante su intervención en el panel Sexualidad y ciclos de vida familiar, desarrollado el 8 de julio.
Realizado en los salones del Cedem, el espacio propició el debate sobre familia, envejecimiento, fecundidad, mortalidad, recursos laborales, violencia, personas trans y otros tópicos, todos mirados bajo el prisma de la migración.
Invertir en las adolescentes
En 1989 el Consejo de Gobierno del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo recomendó que la comunidad internacional conmemorase cada 11 de julio el Día Mundial de la Población
En 2016 la fecha y las acciones de todo el año están dedicadas a “invertir en las adolescentes por un mundo más justo, estable y pacífico”.
El Dr. Babatunde Osotimehin, director ejecutivo de Fondo Mundial de las Naciones Unidas para la Población expresó que “los años de la adolescencia son para algunas niñas una época de exploración, aprendizaje y cada vez mayor autonomía. Pero para muchas otras es una época de vulnerabilidad cada vez mayor y de exclusión de derechos y oportunidades, o de discriminación clara y simple”.
Aja reflexionó sobre la reforma migratoria del país realizada en 2012, con la salida del Decreto Ley 302, que introdujo cambios importantes como la disposición que permite a las personas permanecer dos años fuera de la isla sin perder sus derechos como ciudadanos cubanos.
No obstante, subrayó que “Naciones Unidas, y así lo aceptan en la mayoría de las naciones, consideran migrante a la persona que establece una nueva residencia en otro lugar por más de un año”
Por tanto, aun cuando regresen a Cuba antes de los dos años permitidos por la ley, quienes estén más de 12 meses fuera de la nación caribeña “ya forman parte de la estadística de migrantes, aunque se clasifiquen como temporales”.
El especialista remarcó la condición de país emisor de migrantes, porque “el censo de Estados Unidos refleja la existencia de aproximadamente un millón 200.000 cubanos, de los cuales un millón nacieron en Cuba”.
Al respecto, agregó que la cifra comprueba “un crecimiento asociado a las personas que se mueven hacia allá y no por los nacimientos en suelo norteño”.
Sin embargo, alertó que “los censos incluyen a la población asentada en determinado lugar, que se dejan censar y poseen estatus legal, pero siempre hay un número de personas fuera de las estadísticas, entre ellas las indocumentadas, quienes realizan estancias temporales o entradas y salidas reiteras”.
Aclaró que una situación similar ocurre cuando se afirma que hay alrededor de dos millones 500.000 cubanas y cubanos en todo el mundo, sobre todo en Canadá, España, México y otros países de Centroamérica.
Pocas estadísticas y politización del tema
Para el catedrático, los últimos cambios migratorios no han estado acompañados por un perfeccionamiento de los mecanismos de levantamiento estadístico”.
A su juicio, “no estamos estudiando el fenómeno del retorno, pues aunque se cuenta con las cifras de cubanos y cubanas que se mueven en el año y se hace público, no se recoge en datos si esas personas estuvieron fuera seis meses, un año o se asentaron definitivamente en otra nación”.
De igual modo, señaló como aspecto “indispensable la existencia de voluntad política para estudiar la migración, porque no podemos vivir de espaldas a un fenómeno tan importante en nuestra sociedad”.
El investigador resaltó además que, desde hace una década, “no se realiza ningún acercamiento integral a los tema de migración y familia en Cuba”.
La referencia más reciente es de 2006, “cuando se trabajó en una investigación no publicada sobre los devueltos a Cuba por los acuerdos migratorios, las personas que salían o querían salir”, precisó.
A su juicio, la ausencia de investigaciones y el recelo con que se ha tratado la relación entre familia y migración se debe a que “existen heridas profundas desde el año 1959 hasta la actualidad, debido a la politización del tema”.
Refirió también que el asunto “comenzó a tratarse por primera vez con los diálogos de 1978 y se retomó en los años noventa (del siglo XX) cuando aparecieron las remesas, las familias se reencontraron y de pronto se retomaron vínculos familiares aparentemente inexistentes”.
Rolando García, representante auxiliar del Fondo de Población de Naciones Unidas en Cuba, comentó que se debe “exigir a las instituciones y organizaciones la publicación de las estadísticas, porque son esenciales para tener una idea clara de la realidad cubana en tema de migración y cualquier otro”.
“Esa información es vital para la investigación, la formulación de políticas públicas y para solicitar apoyos o acompañamiento de la cooperación internacional”, acotó.
Familias por dentro
Más allá de las investigaciones, los efectos de la migración se perciben en las consultas clínicas, resaltó la doctora Beatriz Torres, presidenta de la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad.
“Cada mirada a un fenómeno tan complejo debe entender cómo este afecta los proyectos individuales, de pareja y de familia”, aseveró.
Ejemplos concretos se aprecian en “padres que al mantener el rol de proveedores desde otras naciones consideran que ejercen una paternidad activa y comprometida”, dijo.
Además, expresó que “muchos hombres están criando hijos e hijas de matrimonios anteriores, en familias reconstituidas, lo que amerita más análisis”.
Asimismo, la psicóloga puntualizó que “el envejecimiento también está vinculado a la migración, porque al irse los jóvenes del país, no hay quien cuide a las personas mayores, que aumentan cada día”.
Torres aseveró que la violencia es otra dimensión asociada a la migración, porque “quien envía dinero manda” y en ocasiones exige desde posiciones impositivas, “como si olvidara las peculiaridades y lo difícil que es acceder a determinados recursos en el país”.
“Desde el exterior ejercen poder y, en muchos casos, quieren controlar todo el funcionamiento de la familia”, puntualizó. (2016)