Otras Paginas WEB

martes, 16 de agosto de 2016

Una mirada a la exploración petrolera en Cuba

Osvaldo López Corzo, jefe de Grupo de Exploración de Cuba Petróleo (Cupet), y jefe del Proyecto de Exploración en la Zona Económica Exclusiva de Cuba en el Golfo de México (ZEEC-GoM), conversó en exclusiva con OPCIONES

Por Eileen Sosin Martínez, Opciones

Entre los años 2013 y 2015 un equipo de especialistas de Cuba Petróleo (Cupet) y Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) realizó una evaluación regional de la cuenca de la Zona Económica Exclusiva de Cuba en el Golfo de México (ZEEC-GoM).

El objetivo de este estudio fue evaluar, luego de la perforación de cuatro pozos exploratorios, el potencial productor de hidrocarburos de este sector costa afuera de la Mayor de las Antillas, perteneciente a una de las cuencas petroleras más prolíferas del mundo: el Golfo de México.

Los principales trabajos exploratorios en este sector comenzaron en la década de los años 80, cuando bajo el Deep Sea Drilling Project de los EstadosUnidos se perforaron algunos pozos poco profundos en este sector cubano. Hubo escasas evidencias de hidrocarburos en dichos pozos, exploraron menos de 800 metros (m) debajo del lecho marino pero con un tirante de agua entre 2 500 y 3 550 m, sin embargo el objetivo esencial no fue el hallazgo de hidrocarburos, sino investigar el espesor sedimentario debajo del fondo marino.

En el año 2000 la compañía francesa CGG ejecutó una campaña sísmica de más de 7 000 kilómetros (Kms) de 2D, de carácter multicliente, y a partir de 2002 comenzaron a suscribirse contratos de producción compartida con varias compañías extranjeras, las cuales llegaron a sumar más de ocho, entre operadoras y asociadas. Fue la española Repsol quien inició los sondeos de perforación, cuando en el año 2004 se abrió el pozo Yamagua, 25 kilómetros al norte del campo petrolero Boca Jaruco, operado por Cupet. Este primer pozo tuvo indicios o manifestaciones de un petróleo de 19,5°API, generado por una roca de distribución regional en los campos petroleros de Cuba, México y EE. UU., de edad Jurásico Superior. Sin embargo, la ausencia de un sello efectivo dio al traste con la comercialidad de la estructura, por lo que no pudo anunciarse como un descubrimiento.

En el 2012 se llevaron a cabo otras tres perforaciones, por las empresas Repsol, Petronas y PDVSA. Los pozos tuvieron resultados similares, con objetivos geológicos enfocados en los niveles del Cretácico, ya que se buscaban analogías con campos petroleros mexicanos. Se registraron indicios no comerciales de hidrocarburos y los estudios posteriores permitieron correlacionar estos crudos con las rocas generadoras más profundas, del Jurásico Superior. Todos los pozos fueron complejos, perforados en aguas ultraprofundas (más de 1500 m de profundidad del lecho marino).

"La Zona es muy extensa, abarca más de 100 000 kilómetros cuadrados, y se han identificado, de manera hipotética, siete grupos de estructuras petroleras o plays exploratorios, de los cuales el único demostrado es el del cinturón plegado, el cual aporta casi la totalidad del crudo que se extrae en Cuba, pero cuya extensión explorada en el occidente es solo el 5 % de su total. Todavía desde el punto de vista exploratorio quedan muchos trabajos por ejecutarse, sobre todo en materia de perforación de pozos. Existen muchos ejemplos de cuencas petroleras costa afuera que han tenido una historia exploratoria prolongada, donde se han tenido que perforar más de 10 pozos para lograr el primer descubrimiento", explica López Corzo.

La exploración en aguas profundas y ultraprofundas, como conceptualmente serían en la ZEEC-GoM, tienen actualmente un elemento negativo impactante: los precios del crudo. Se estima que la perforación de un solo pozo en las aguas cubanas puede costar entre 200 y 300 millones de dólares, y que además puedan existir estructuras que contengan entre 100 y 350 millones de barriles de petróleo extraíble, pero se necesitarían varios pozos, más de 10, para extraer estos recursos, por lo que las inversiones estarían en el orden de los miles de millones de dólares, hecho que ha motivado al gobierno cubano a promover la inversión extranjera en esta parte del sector energético. Pero es una tarea solo para grandes empresas, de hecho no son muchas a nivel mundial que pueden operar campos petroleros en estas condiciones fisiográficas y geológicas. 

"En estos momentos existen varias empresas extranjeras interesadas en la exploración petrolera en Cuba, tanto en tierra como costa afuera, a pesar de los riesgos y los precios del crudo" pero el ejecutivo de Cupet se reserva mencionar el nombres.

"Los especialistas de Cupet hemos estimado un volumen de recursos extraíbles del orden de los 15 000 millones de barriles en la ZEEC-GoM, pero solo la perforación de pozos caros y complejos puede comprobar estimación. El Servicio Geológico de los EE.UU. (USGS), por su parte, ha publicado que sus estimados son del orden de los 6000 millones de barriles, cualquiera de los dos estimados puede errar o ser cierto, es la naturaleza de la exploración petrolera", explica el experto de Cupet.

Historia

El inicio de la exploración petrolera en Cuba data de 1881, año en que se perforó el primer pozo petrolero en Cuba, en el área de Motembo, extremo occidental de la provincia Villa Clara. Este pozo descubre petróleo muy ligero (más de 40°API), y se perforó a poca profundidad, debido a los métodos que se poseían de percusión por cable, pero sin dudas este hallazgo motivó la exploración por numerosas empresas norteamericanas que entonces operaban en en la Isla, pero cuyo objetivo esencial era la explotación de asfalto, que se obtiene en superficie, como una mina a cielo abierto.

"Se trata de la destrucción de un campo petrolero: el crudo fluye hacia la superficie, allí se combina con el oxígeno y pierde propiedades, se hace más viscoso, más denso". Entre finales del siglo XIX y principios del XX se exportaban anualmente toneladas de asfalto cubano hacia los Estados Unidos para pavimentar calles de sus grandes ciudades.

"Luego se perforaron algunos pozos en las inmediaciones de Villa Clara, en Matanzas, y en Sancti Spíritus. Se descubrieron campos petroleros en escenarios diferentes a los de hoy, en Catalina, Cristales y Jarahueca… en la región central. Entre las décadas de 1940 y 1950 se perforaron los pozos de Bacuranao y Cruz Verde, que también generaron producción en la parte occidental de Cuba. 

A partir de los años sesenta empiezan a gestarse convenios con la URSS y el antiguo Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME). "Comenzaron a hacerse muchos trabajos geológicos, no solo petroleros sino también científicos y regionales, de mapeo geológico, de áreas con determinado riesgo sísmico, estudios de suelos, búsquedas de minerales no metálicos, metálicos y sales… que realmente aportaron un valor infinito al conocimiento del archipiélago cubano. 

"Se llevaron a cabo campañas de perforación a nivel nacional, y a finales de los '60 y principios de los '70 se descubrieron los campos Boca Jaruco y Varadero". Estos constituyen los dos yacimientos tipo de la franja petrolera cubana, los más estudiados y donde está la mayor densidad de pozos.

En 1992 la actividad petrolera en la Isla se abrió a la inversión extranjera. A mediados de los 90 se transformó el paradigma de perforación de pozos verticales o ligeramente inclinados. "En 1996 la firma canadiense Sherrit decidió perforar el primer pozo de terminación horizontal, en el yacimiento de Puerto Escondido, que ya se conocía, pero se explotaba mediante pozos verticales, cuya producción era de algunas decenas a cientos de barriles de petróleo por día. En ese pozo horizontal los volúmenes de crudo se multiplicaron por 10, hasta alcanzar entre 1 000 y 3 000 barriles diarios".

Ello se debe a la geometría de los campos petroleros cubanos, que tienen formas similares a cúpulas o pliegues enterrados, donde la mayor densidad de petróleo está en la parte alta. "Se rompió un esquema y los resultados fueron muy positivos, de manera que hoy todos los pozos de la franja petrolera del norte del país tienen terminación horizontal. Ya en Cuba se perforan pozos de extrema complejidad tecnológica, de más de 7 000 m de largo, y el hecho que ha motivado esto es la necesidad de explorar y explotar estructuras que se encuentran cada vez más alejadas de la costa.

En otras palabras, ya Cuba produce petróleo costa afuera, porque los yacimientos se encuentran bajo una profundidad del lecho marino entre 400 m y 700 m, pero todavía pueden ser alcanzados desde tierra". Esta práctica abarata notablemente las operaciones, pues así un pozo puede costar entre 15 millones y 30 millones de dólares; en cambio, en el mar, el valor sería de 150 y hasta 200 millones de dólares, para extraer el mismo crudo. La estrategia de Cupet es explotar todo lo que podamos desde tierra, para que el proceso sea más rentable".

Alrededor del 99 % de la producción petrolera cubana se concentra en la llamada Franja Petrolera Norte Cubana, entre La Habana y Matanzas. El otro porciento proviene de pequeños depósitos en Ciego de Ávila y Sancti Spíritus, algunos de estos explotados hace más de 60 años.

Hoy día la Mayor de las Antillas extrae un volumen de hidrocarburos que garantiza la generación eléctrica del país, pero este volumen abarca aproximadamente la mitad de su demanda energética. El reto de Cupet, ante un consumo energético creciente, es incrementar reservas y extraer mayores volúmenes de crudo en el quinquenio 2016-2020.

La Larga Depresión. Entrevista


Mark Kilian, redactor del periódico holandés de socialist , entrevista a Michael Roberts sobre su nuevo libro, el estancamiento económico actual, las perspectivas de una nueva recesión y como romper con el capitalismo. Este es el texto traducido al castellano de la versión inglesa editada por Roberts.
MK: Nuestro gobierno asegura que la economía se recupera. Al mismo tiempo, vemos que Grecia necesita de forma continua “paquetes de rescate” y ahora hay problemas en Italia. ¿Cuál es el estado de la economía mundial?
MR: El desarrollo de la economía mundial desde 1945 no ha sido armonioso, no ha crecido en línea recta. Ha habido una serie de auges y recesiones. Me refiero a una disminución del ingreso nacional o la producción nacional de un país por lo menos durante seis meses o más, antes de volver a recuperarse y crecer.
Pero lo específico de este último periodo, es que tuvimos una gran caída en 2008-9 después de la crisis financiera internacional. La Gran Recesión, que duró 18 meses, fue la mayor desde la década de 1930. Como resultado, todas las grandes economías del mundo, entre ellas la de los Países Bajos, experimentaron una fuerte disminución de su renta y producción nacional. Cada vez que sucede, millones de personas ven sus vidas arruinadas, pierden sus puestos de trabajo y, posiblemente, sus casas, porque no pueden pagar el alquiler o la hipoteca. Además, los gobiernos aplican toda una serie de medidas, de recortes en el estado de bienestar y en los servicios públicos, que afectan a la población también. Además, todo ese período de declive es una pérdida permanente. Si no hubiera habido caída, la producción y los ingresos habría sido mayores, el volumen y la calidad del empleo hubiera sido mejor. Eso nunca se puede recuperar.
Y la diferencia esta vez en comparación con otras crisis es que la recuperación tras la Gran Recesión ha sido muy débil. Es la recuperación económica más débil desde los años 1930. Desde el final de la Gran Recesión, después de siete años, la mayoría de las economías apenas han recuperado el nivel que tenían en 2007. Eso muestra lo lento que ha sido.
Por ejemplo, Italia: el FMI ha presentado un informe que es verdaderamente sorprendente . No sólo Italia sufre una gran crisis bancaria que podría venirse encima de los bancos muy pronto, a menos que el gobierno pague su rescate, sino que el FMI calcula que el PIB y la producción de Italia no volverán al nivel del año 2007 ¡hasta el 2025! Eso supone dos décadas perdidas de producción, ingresos, empleo y mejores condiciones de vida para el pueblo italiano. Tan débil ha sido la recuperación en Italia.
La producción, el empleo, y los ingresos de la gente en la mayoría de las economías y para la mayoría de las personas no se han recuperado hasta niveles de 2007. De acuerdo con un nuevo informe de McKinsey, consultores de gestión, dos tercios de los hogares en las 26 economías de la OCDE tenían menores niveles de vida en 2015 que ¡en 2005!
Así que es una recuperación muy débil y, en mi opinión, llena de  peligros antes de volver a los niveles que hemos visto antes, si alguna vez lo hacemos, de que la economía mundial caiga en otra recesión en el próximo uno o dos  años.
MK: En su nuevo libro se describen tres depresiones: la de los años 1873-1897, 1929-39 y la actual. ¿Hay algo que podamos aprender de ello?
MR: En mi opinión, esta no es una recesión normal, sino una depresión. Eso es diferente de las depresiones normales. No sucede muy a menudo. En la historia del capitalismo moderno, del siglo XIX hasta ahora, sólo ha habido tres grandes depresiones. En una depresión, la recuperación es tan débil que las economías no regresan a las mismas tasas de crecimiento o incluso al nivel de producción que existía anteriormente, excepto después de un periodo muy largo.
Hubo una gran caída en 1873 en Gran Bretaña, Alemania y los EE.UU., las principales economías capitalistas entonces. No hubo una recuperación verdaderamente fuerte después. Hubo una serie de crisis, que se extendieron durante los siguientes 20 años. Eso fue una depresión: un bajo nivel de crecimiento y una serie de crisis. Paso mucho tiempo antes de que fuera posible una recuperación sostenida.
La segunda depresión fue la Gran Depresión. Comenzó con el colapso de los mercados de valores en los EE.UU. en 1929, similar al colapso del mercado de la vivienda en los EE.UU. en 2007. Después de la crisis en 1929 los EE.UU., la economía capitalista más grande del mundo, entró en la depresión más profunda. Hubo desempleo masivo prolongado, y no hubo recuperación real durante la década de 1930. Solo cambio la situación cuando los EE.UU. entraron en la Segunda Guerra Mundial, junto con Gran Bretaña, contra las denominadas potencias del Eje. La producción pública se incrementó, lo que llevó al crecimiento económico y la recuperación. Así que sólo la guerra trajo la recuperación en la década de 1930. En mi opinión, estamos en un período similar. Se necesitarán algunos cambios drásticos para que el capitalismo vuelva a la recuperación.
MK: Su elección de palabras sugiere que la producción dirigida por el Estado puede ser diferente de la producción capitalista.
Creo que hay una distinción que debe hacerse. Los economistas keynesianos creen que la solución a estas crisis es que el gobierno gaste más dinero en gasto social, o de dinero a las empresas para invertir, o lleve a cabo sus propios programas de producción y por lo tanto que la gente tenga trabajo. Esto impulsaría la economía capitalista y la pondría de nuevo en marcha. Esa es la solución keynesiana a estas crisis.
Se intentó brevemente y con poco entusiasmo en la década de 1930 por Roosevelt en los EE.UU. con el llamado New Deal. No se ha intentado realmente en la actual recuperación. La mayoría de los gobiernos han efectuado recortes en el gasto público. No estoy abogando por una solución keynesiana. Podría ayudar por un tiempo, pero también afectaría finalmente la rentabilidad del sector empresarial y de hecho podría, en ciertas circunstancias, empeorar las cosas.
Cuando hablo de la producción estatal, me refiero a que el gobierno tome el control de la mayor parte del programa de inversión de la economía. Las grandes compañías se convertirían en parte de una operación estatal, dirigida idealmente por el Estado. Fue lo que paso en la Segunda Guerra Mundial. Se dijo a las grandes empresas: "No pueden seguir produciendo coches, ahora hay que fabricar tanques”. Hubo un control directo del gobierno dirigido al esfuerzo de guerra. En cierto modo, se puso fin a la producción capitalista con fines de lucro y se reemplazó por la producción dirigida por el gobierno. Los capitalistas siguieron ganando dinero y teniendo beneficios, pero estaban completamente controlados y dirigidos por el estado militar con el fin de llevar a cabo la guerra. La analogía aquí es que el capitalismo ya no operaba sobre la base de los intereses del sector capitalista, sino de lo que se consideraba el interés de la sociedad en ese momento.
Una respuesta socialista, en lugar de una keynesiana, implica que los gobiernos se hagan cargo de los principales sectores de la economía para producir para las necesidades sociales en vez de con fines de lucro. Eso significa el control de la inversión y la propiedad de todos los principales bancos y otras grandes empresas. Algo drásticamente diferente de lo que los keynesianos proponen ahora y que iría aún más lejos de lo que ocurrió en tiempos de la guerra.
MK: Mucha gente ve la larga expansión a partir de 1945 como una situación "normal". Pero ¿cómo se explica el boom?
Esa es una parte importante de mi libro; por qué hay periodos de auge y crisis. El período de 1945 a mediados de los años 60 fue un período excepcional; se le llama la "edad de oro" del capitalismo. Había un crecimiento bastante alto, más o menos pleno empleo, muchos países desarrollaron un mejor estado de bienestar, educación gratuita hasta el nivel universitario, servicios de salud gratuitos, programas estatales de vivienda; mejores pensiones, etc.
Pero fue un período excepcional. ¿Por qué? Lo que impulsa el crecimiento en el capitalismo es la posibilidad de obtener beneficios. La salud de la economía capitalista depende de lo que ocurre con la rentabilidad del capital, la tasa de ganancia en cada inversión realizada por los capitalistas. Al final de la Segunda Guerra Mundial, como resultado de la destrucción física en Europa, de la mayor parte de la maquinaria, fábricas, etc., y una enorme cantidad de mano de obra disponible a precios baratos, la rentabilidad de las grandes empresas capitalistas se disparó en Europa en la medida que se iban recuperando. Y consiguieron crédito barato (incluso gratis) de los EE.UU.. En los EE.UU. se había producido una devaluación del viejo capital, y el nuevo capital trajo una nueva tecnología que era muy rentable, y hubo una enorme expansión de la fuerza de trabajo. Lo mismo se aplica a Japón. En todo el mundo, el capitalismo tuvo un alto nivel de rentabilidad de la inversión.
Pero a mediados de los años 60 comenzó a caer la rentabilidad de forma considerable hasta la década de 1980. Este período se llama la crisis de rentabilidad. La teoría de las crisis en el capitalismo de Marx es que, si la rentabilidad es la fuerza impulsora del crecimiento, no puede aumentar continuamente. A medida que el capitalismo se expande y acumula capital, hay una tendencia de la rentabilidad a caer. Esta es una ley fundamental en la economía política que Marx percibió. Y en ese proceso de la tasa decreciente de ganancia, el capitalismo tiene problemas y las crisis se desarrollan con mayor frecuencia.
La edad de oro de los años 1950 y 1960 dio paso a las crisis. Yo era joven entonces y recuerdo que fue un período de grandes luchas del movimiento obrero en la medida en que la rentabilidad cayó y el capitalismo intentó estrujar a los trabajadores. Los trabajadores lucharon porque tenían una gran cantidad de conquistas que no querían perder y los sindicatos eran relativamente fuertes. Finalmente, los sindicatos fueron aplastados en las recesiones de principios de la década de 1980 y el movimiento obrero fue derrotado y sometido en muchas batallas. El capitalismo trató de aumentar la rentabilidad a través de recortes en el gasto público, privatizaciones, la explotación de la fuerza de trabajo, la eliminación de todas las protecciones de la fuerza de trabajo, la globalización, etc. Es el período neoliberal de los últimos 20 años del siglo XX.
Así que la "edad de oro", fue un período especial, de rentabilidad muy alta debido a la guerra mundial, seguido de una gran disminución de la rentabilidad y, hasta el final del siglo XX, con grandes esfuerzos del capitalismo - con cierto éxito - para aumentar la tasa de ganancia de nuevo.
MK: ¿Lo que en realidad está diciendo es que la crisis de mediados de los años 60 valida la teoría de la tasa decreciente de ganancia de Marx y que el neoliberalismo movilizó algunas de las tendencias que la contrarrestan, que Marx también describe, con el fin de restaurar la tasa de ganancia?
Esa es una buena manera de decirlo. La ley del beneficio de Marx sostiene que a medida que el capitalismo se expande, hay una tendencia de la tasa de ganancia a caer. Pero hay formas de contrarrestar eso, durante un tiempo. En la sociedad capitalista el valor sólo proviene de la explotación del trabajo, las personas que trabajan bajo control de los propietarios capitalistas para que puedan vender los productos en el mercado, y pueden obtener un beneficio. Estos utilizarán más maquinaria y plantas, y nuevas tecnologías, para mantener o reducir el coste de la mano de obra, pero al hacerlo, reducen la cantidad de ganancia por inversión. El beneficio, y el valor en general, según Marx, proviene sólo de las personas que trabajan, no viene de las máquinas. Las máquinas no producen ningún valor a menos que se las ponga a trabajar. Lo que requiere trabajo humano a menos que se tenga una sociedad únicamente de robots - pero eso es otra historia.
Hay una contradicción entre el aumento de la productividad del trabajo mediante una mayor inversión en tecnología y el mantenimiento de la rentabilidad. mediante, trabajo más intenso, aumento de las horas de trabajo, introducción de nuevas tecnologías, expansión del comercio, desposeyendo los recursos de los países más pobres y otras formas de explotación. Estos factores actuaron con ímpetu durante los años 1980 y 1990, con el objetivo de revertir la baja tasa de ganancia a la que había llegado el capitalismo.
La rentabilidad se recuperó, pero nunca al nivel de la “edad de oro”. Desde finales de 1990 la ley marxista de la rentabilidad comenzó a funcionar de nuevo, y, a pesar de todos los intentos de los capitalistas, las principales economías empezaron a frenarse. Se crearon las condiciones para las nuevas crisis y depresiones del siglo XXI. Los capitalistas trataron de evitar la crisis con un enorme auge del crédito y la invención de nuevas formas de especulación en los mercados financieros, manteniendo los beneficios solo para un sector del capital. Pero la rentabilidad subyacente no se recuperó. Se puede especular en los mercados de valores, pero éstos no crean nada. Sólo tratan de pellizcar el dinero de los demás, por decirlo de alguna manera, y crear una mejora ficticia.
¿Qué ocurre hoy?. Si observamos el crecimiento y la producción en las principales economías, es muy lento y, por tanto, las ganancias se estancan. Sin embargo, el mercado de valores, la bolsa, está en auge. Esta dicotomía entre el llamado por Marx “capital ficticio” y lo que realmente está pasando en la economía capitalista llegó en 2007 a un punto extremo.  La crisis se produjo por la brecha entre los precios del mercado de valores, los precios de la vivienda, la especulación en los mercados financieros y lo que, en realidad, ocurría con la rentabilidad del capital. Así se produjo la crisis.
Este es el proceso que trato de describir en mi libro. El libro intenta proporcionar algunos indicadores. Algunos economistas se centran en la financiarización: el aumento de ese sector en relación con los sectores productivos. Un argumento popular es que el sector financiero y los bancos deben ser regulados o restringidos. Pero eso no es suficiente, es un poco como tratar de controlar un tigre en una jaula con sólo una hoja de papel. No hay ninguna garantía de como los bancos se comportarán con la regulación. Recientemente, los reguladores financieros de Estados Unidos investigaron las actividades de HSBC, el gran banco del Reino Unido, que lavó dinero para los carteles mexicanos de la droga durante años. El Banco ganó miles de millones de libras con el lavado de dinero. A pesar de ser descubierto, las autoridades decidieron no intervenir ni imponer multas al HSBC, ya que, argumentaron,  podría hacer caer al sistema bancario. Esto demuestra que la regulación de los bancos es totalmente inútil. No cambia nada; el sistema continuaría con las mismas prácticas.
La única manera de lidiar con esto es hacerse cargo de los bancos, convertirlos en propiedad pública a través del control de los trabajadores de la banca y de un amplio control democrático de la sociedad en su conjunto, para que los bancos se conviertan en un servicio público: proporcionando préstamos a la gente que lo necesita, a las pequeñas empresas para mejorar el potencial productivo de la economía. Los Bancos no podrán especular en los mercados financieros y participar de los escandalosos paraísos fiscales utilizados para el blanqueo masivo de dinero, tal como ha venido ocurriendo en las últimas décadas y continuará ocurriendo, incluso con la intervención de los reguladores.
Otro punto de esto es que la crisis financiera no es sólo una crisis bancaria. Una crisis financiera no está aislada de lo que está sucediendo en el sector productivo de la economía, de la producción, de la tecnología, de los mercados donde las cosas circulan, y con las que los bancos especulan. Los bancos no hacen dinero de la nada; el valor debe venir de otra parte. La crisis bancaria es realmente un síntoma de que los sectores productivos de la economía capitalista ya no son lo suficientemente rentables para apoyar este castillo de naipes. Los que argumentan que es sólo una crisis financiera y que la solución radica en el control del sector financiero ignoran la verdadera naturaleza de la crisis y, por lo tanto, no puede resolverla.
MK: ¿Se puede decir que el sector financiero contribuye a la inestabilidad del sistema?
Es evidente, pues es más grande y más importante. A medida que la rentabilidad se redujo en los años 1960 y 1970 y se mantuvo relativamente baja en los sectores productivos en el periodo neoliberal, uno de los factores para contrarrestar esta tendencia fue trasladar la inversión al sector financiero, a los bancos y a otras instituciones, para obtener beneficios a costa de menores inversiones en el sector productivo.
La inversión productiva disminuyó en la mayoría de las economías en los años 1980 y 1990. Esto es una indicativo de la debilidad de la economía capitalista hacia el final del siglo XX y de la necesidad de desviarla a la financiación y a otros lugares. Así que sí, esto es una parte importante del proceso de la crisis. Pero, al mismo tiempo, es un síntoma de la incapacidad para aumentar la rentabilidad.
MK: ¿La gran recesión de 2007-2009 no fue prevista por los economistas?
El libro tiene una sección que sería divertida si no fuera tan trágico. Los economistas profesionales, las instituciones económicas y otros 'expertos' no vieron venir la gran recesión que se aproximaba, sino todo lo contrario. Los bancos centrales y los gobiernos estaban convencidos de que todo iba bien, o como mucho que era un problema que podrían resolver fácilmente.
Cuando llegó la crisis, no fueron capaces de explicar por qué había estallado. Siguieron negando su gravedad y pensaron que terminaría rápidamente, lo que no fue así. No pudieron explicarlo. Hasta ahora no saben realmente qué hacer para que el sistema funcione de nuevo. Las instituciones, los bancos centrales y los gobiernos todavía están luchando para conseguir una recuperación por encima del débil nivel donde está, pero, como no entienden lo que pasó, no saben qué hacer al respecto.
Unas pocas personas advirtieron de los peligros que acechaban en la primera década del 2000. Fueron capaces de ver que la enorme burbuja inmobiliaria de los EE.UU. no podía sostenerse; otros percibieron el enorme aumento de los créditos a particulares con un sector financiero altamente comprometido. Así que uno o dos economistas radicales, fuera del consenso, reconocieron los peligros reales. Y uno o dos marxistas plantearon la idea de que, a pesar del enorme auge de los precios inmobiliarios y del crédito, la rentabilidad estaba empeorando y se produciría una crisis.
Uno de ellos fue Anwar Shaikh. Predijo una gran crisis y una depresión subsiguiente. Hice un pronóstico similar en 2005-6. Sostuve que había un conjunto de ciclos que se cruzaban: disminución de los beneficios, un pico del mercado de la vivienda, y un ciclo depresivo general que lleva el nombre del economista ruso Kondratieff. Todos esos ciclos se acumulan en una crisis depresiva. Esto me sugirió que podría haber una crisis bastante grave y pensé que se produciría entre 2009 y el 2010. Pero llegó antes. En fin, solo un puñado de personas vieron la crisis que se avecinaba: el 99 por ciento de los economistas no lo hizo.
MK: Comparando la posición de los EE.UU. de hoy a la de Gran Bretaña durante la crisis de la década de 1930 se observa que Estados Unidos se aferra a su hegemonía y al mismo tiempo sigue carcomido económicamente. ¿Cómo funcionará esto en el próximo período, por ejemplo, qué papel jugará China?
Los EE.UU., la mayor economía del mundo, ha tenido una recuperación algo mayor a la de Europa o Japón, y que muchas de las economías emergentes como Brasil, Rusia, África del Sur. Estas ecomomías están en recesión y no se han recuperado del todo. Los EE.UU. está un poco mejor, pero todavía su crecimiento es sólo del 2 por ciento al año, cuando solía ser de un 3,5 por ciento en promedio desde 1945, y, a veces aún más alto en la “edad de oro”.
Es una recuperación muy débil y parece estar diluyéndose. Mientras que la depresión continúa, los países competidores desafían la hegemonía económica de los EE.UU. La economía de Estados Unidos ha disminuido, relativamente, en los últimos 30 años. Ya no tiene la misma capacidad de producción manufacturera, en comparación con Alemania o Japón, y por supuesto con China, que ha sido la economía de mayor crecimiento en los últimos 20 años y que se ha convertido en una gran potencia económica.
Incluso en otros segmentos del espectro económico – servicios, tecnología – los EE.UU. también tiene rivales importantes. Sin embargo, los EE.UU. siguen estando a la cabeza, ya que cuentan con un sector financiero que controla el capital en todo el mundo. Eso le da, junto con Gran Bretaña – otro gran centro del capital financiero – el control económico, pese a su débil posición productiva, como consecuencia del control del crédito. Una respuesta socialista, en lugar de una respuesta keynesiana, supone que los gobiernos se hagan cargo de los principales sectores de la economía para que produzcan y resuelvan las necesidades sociales, no con fines de lucro.
También es, con mucho, la mayor potencia militar, más grande que todas las otras potencias militares juntas. Y esto le da una posición de fuerza. Usando la analogía con el Imperio Romano, éste también comenzó  con una decadencia – en relación con sus rivales externos- pero mantuvo la hegemonía durante cientos de años, porque tenía las legiones romanas y enormes recursos financieros. Estados Unidos está en una posición similar, pero ahora sí tiene rivales.
El capitalismo se enfrenta a algunos retos clave en los próximos 20 años. El primero es el cambio climático y el calentamiento global, que es un problema grave y sobre el que el capitalismo no está haciendo nada al respecto. Esto realmente pone en peligro el futuro de la raza humana y del planeta, a menos que se haga algo.
También existen enormes desigualdades en la riqueza y el ingreso en el mundo, lo que crea enormes tensiones sociales. Durante los últimos 25 años, la desigualdad en el ingreso y la riqueza en todo el mundo ha llegado a un nivel que no se había visto probablemente en 150 años.
Y también la desaceleración de la productividad: el fracaso del capitalismo a la hora de expandir las fuerzas productivas para proporcionar lo que la gente necesita. La tecnología no se ha expandido al nivel de lo que es posible, y el crecimiento de la productividad es muy débil.
Todos estos factores ponen en peligro el futuro del capitalismo para satisfacer las necesidades de las personas y la capacidad de los EE.UU. para mantener su posición hegemónica. Así que la rivalidad entre las grandes potencias capitalistas se incrementa y también entre los EE.UU. y China, porque China es una amenaza importante en el comercio y la producción, y, probablemente, lo será en las finanzas y la tecnología en un futuro. Estas son las contradicciones crecientes que existen en el capitalismo, que incluso ponen en peligro la existencia del planeta.
MK: Usted dedica un capítulo aparte a la zona euro. Esto es particularmente relevante dado el Brexit. En los últimos 15 años hemos visto una agudización de la contradicción entre el Norte y el Sur, en particular Alemania, por una parte, y Grecia, España e Irlanda por otra. ¿Cómo lo explica?
El proyecto de la Unión Europea fue el proyecto de los principales estrategas del capitalismo europeo después de 1945. El proyecto de la Unión Europea fue el proyecto de los principales estrategas del capitalismo europeo después de 1945. No querían otra guerra, ni la división de Europa. Querían desarrollar la base capitalista dentro de Europa como una fuerza unida, capaz de rivalizar a escala mundial con los EE.UU. y Asia, especialmente con Japón en ese momento. Querían acabar con las guerras entre las naciones – que se habían convertido en guerras mundiales – y utilizar los recursos de mano de obra y el capital europeos desarrollando su propio capitalismo para competir con el resto del mundo. Ése era el plan.
Primero, se introdujo la unión aduanera, terminando con los aranceles entre las tres o cuatro mayores economías, incluidos los Países Bajos. Más tarde, se desarrolló el Mercado Común (CEE) ,por lo que el comercio se expandió a otras áreas, no sólo en los aranceles sino en una regulación común, con tarifas y condiciones especiales para el comercio dentro de Europa. Y, luego, se creó la propia Unión Europea, que implicó la creación de instituciones políticas para integrar Europa como una sola fuerza. Otro avance fue la introducción de una moneda única, para aquellos países de la UE capaces de unirse al euro. El acuerdo  estableció que el poderoso marco alemán se integraría en una moneda, “el euro” con Francia, Italia y otras economías, incluyendo los Países Bajos. En su momento fue visto como un paso necesario para reforzar la integración de Europa como una fuerza en el mundo.
Pero es muy difícil desarrollar una moneda bajo el capitalismo, cuando el capitalismo desarrolla sus fuerzas productivas produciendo un desarrollo desigual. Así, una unión capitalista lo que realmente consigue es que el débil se transforme en más débil con respecto al más fuerte. Así es como funciona el capitalismo.
En realidad, las economías más débiles dentro de este bloque, especialmente en la zona euro, estaban en mejores condiciones relativas antes de la creación del euro. Sus economías retrocedieron mientras que el ganador principal del euro fue el núcleo central del sistema, Alemania en particular.
La gran recesión expuesto estas fisuras en la zona euro. El proyecto del euro era como un tren que descarriló por la crisis económica. Es muy difícil poner el tren en sus raíles de nuevo debido a que muchos de los países más débiles entraron en crisis y los países más fuertes no estaban preparados para rescatarlos.
El proyecto del euro sólo habría funcionado si hubiera habido una unión fiscal completa, una unión federal completa, al igual que en los EE.UU. Pero recuerde que EE.UU. logró esa unidad después de una terrible guerra civil que aplastó a la oposición en el Sur esclavista. La idea de una unión fiscal completa,  en el que todo el mundo paga los mismos impuestos, donde hay un solo gobierno y una moneda en todos los ámbitos no es posible en Europa en este momento, sobre todo después de la gran recesión. De hecho, el riesgo es que el proyecto del euro y todo el proyecto de la Unión Europea se fragmente, sobre todo si hay otra crisis en el futuro.
El Brexit es un ejemplo de esa tensión. Los estrategas capitalistas británicos nunca se habían interesado de verdad en la idea de la integración europea. Todavía tenían la ilusión de que Gran Bretaña era lo suficientemente potente como para no necesitar a nadie, o podría ser un socio menor del capitalismo estadounidense y por lo tanto no necesitaba integrarse en Europa para progresar. La clase dominante británica se dividió entre aquellos que pensaban que Europa era la respuesta y los que creían que era mejor estar solos o con los EE.UU..
Esa división alcanzó un punto crítico con la Gran Recesión, cuando Europa sufría una gran crisis producto de la deuda del euro. Grecia, España e Italia han caído en una profunda depresión y el liderazgo franco-alemán no ha proporcionado ayuda a estos países como parte del proyecto de la UE. Así que, algunos capitalistas británicos dijeron: “Bueno, en realidad no es en Europa donde podemos obtener beneficios; estamos mejor por nuestra cuenta“. Esta división política llegó a su punto álgido con el referéndum. En muchos sentidos, será un completo desastre para el capitalismo británico, porque sus estrategas no saben como van a salir de Europa.
MK: En el libro sugiere que la depresión no es permanente. ¿Hay una salida para el capitalismo?
Algunos marxistas dicen que estamos en un estancamiento permanente o la depresión. No estoy de acuerdo. En el pasado, el capitalismo ha demostrado que se puede encontrar una salida, si se puede restablecer las condiciones para una mayor tasa de ganancia, como lo hizo después de la Segunda Guerra Mundial y al final del siglo 19 la depresión.
Algunos marxistas dicen que estamos en un estancamiento o depresión permanente. No estoy de acuerdo. En el pasado, el capitalismo ha demostrado que puede encontrar una salida si logra restablecer las condiciones para una mayor tasa de ganancia, como lo hizo después de la Segunda Guerra Mundial y al final de la depresión del siglo XIX.
¿Cómo lo consigue? La única manera de hacerlo es recuperar la rentabilidad. Eso significa destruir el capital que ya no es productivo. Significa directamente cortar las plantas viejas en su jardín y permitir que otras nuevas crezcan. Por supuesto, esto será a expensas de los puestos de trabajo y los medios de vida de todo el mundo. Estamos hablando de seres humanos que pierden su empleo como consecuencia del cierre de fábricas y empresas, fusiones y venta de activos, flexibilización del empleo y  reducción de la producción, todo ello en aras de una mayor rentabilidad. Una crisis, tal vez una serie de depresiones, puede hacer eso. Entonces vamos a seguir con la actual depresión. El sistema tiene que deshacerse de una gran cantidad de deuda, aplastar una gran cantidad de bancos, cerrar un montón de viejas industrias y empresas. Eso es horrible, pero eso es lo que hace el capitalismo para resucitar.
El capitalismo podría obtener una nueva oportunidad con el uso de todas las nuevas tecnologías de las cuales todo el mundo está hablando – los robots, la automatización, Internet y también explotando nuevas áreas del mundo que todavía tiene grandes cantidades de mano de obra barata que puede utilizar en conjunción con estas nuevas  tecnologías.
Tal vez las condiciones políticas y económicas para una nueva oportunidad del capitalismo se produzcan, digamos, en la próxima década como resultado de nuevas depresiones, pero sólo si las personas que trabajan en los países que las sufran no son capaces de cambiar el sistema de alguna manera, y los capitalistas y sus estrategas y representantes políticos permanecen en el poder.
Pero incluso si eso sucede, el capitalismo no va a resolver sus problemas de forma indefinida. De hecho, cada vez es más y más difícil para el capitalismo recuperarse y expandirse, con el calentamiento global, la baja productividad, el aumento de la desigualdad, y con áreas cada vez más pequeñas en el mundo que no está  proletarizado, urbanizado y que es parte del sistema capitalista global. Hoy hay menos espacio para que el capitalismo se expanda. Se acerca su fecha de caducidad en términos históricos. Pero podría tener otro período de expansión en los próximos 20 años, incluso antes.
El nuevo libro de Michael Roberts, La Larga Depresión, está disponible en Amazon:

es un reconocido economista marxista británico, que ha trabajador 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.
Fuente:
https://thenextrecession.wordpress.com/2016/08/02/the-long-depression-an-interview/
Traducción:
G. Buster

El mundo vive el mayor experimento en política monetaria de la historia

RT, Publicado: 16 ago 2016 17:50 GMT

Las consecuencias de este experimento, que comprende tasas de interés bajas, rendimientos negativos de la deuda pública y flexibilización cuantitativa, son aún desconocidas.
Leon NealAFP
AddThis Sharing Buttons
Tasas de interés bajas, rendimientos negativos de la deuda pública y flexibilización cuantitativa forman parte del mayor experimento financiero de la historia, afirma el jefe del fondo de inversión RIT Capital Partners Jacob Rothschild. Sus consecuencias son aún desconocidas, advierte.
"En los seis meses analizados, los bancos centrales han continuado con lo que sin duda es el mayor experimento de la política monetaria en la historia mundial", escribe Rothschild en el informe financiero semestral de la empresa.

"Estamos en aguas desconocidas"

A juicio del multimillonario, "estamos en aguas desconocidas", y es imposible predecir las consecuencias de la combinación de tasas de interés muy bajas, con un 30% de la deuda pública mundial con rendimientos negativos y la flexibilización cuantitativa a una escala masiva.
Asimismo, el banquero señala que esta política ha dado lugar a un rápido crecimiento de los mercados de valores –las acciones estadounidenses han crecido tres veces desde 2008– con una inversión cada vez mayor y una volatilidad que se mantiene baja.
Sin embargo, aunque casi todas las inversiones se han visto impulsadas por esta "creciente ola monetaria", el sector real de la economía "sigue estando anémico, con una demanda débil y deflación en muchas partes del mundo desarrollado", constata Rothschild. 

Riesgos geopolíticos

El multimillonario advierte también de que muchos riesgos presentes en 2015 siguen siendo relevantes para la economía global, mientras que la situación geopolítica se deteriora.
Entre esos riesgos Rothschild incluye el voto del Reino Unido por abandonar la Unión Europea, las elecciones presidenciales en EE.UU. y la desaceleración del crecimiento económico chino. Otro riesgo es el terrorismo global, que, según Rothschild, es una consecuencia de la continuación del conflicto en Oriente Medio.

"Una supernova que explotará un día"

Según un informe de Bank of America Merrill Lynch publicado en junio, las tasas de interés en los países desarrollados y, en concreto, en EE.UU. (un 0,5%) se encuentran ahora en el nivel más bajo en 5.000 años. En su batalla contra la deflación, países como Suecia, Suiza o Japón incluso han recurrido a tipos directores negativos.
Otro problema son los rendimientos negativos de la deuda pública. En junio, el bono alemán a 10 años cayó por debajo del 0% por primera vez en la historia. La compañía de inversión Janus Capital estimó que los rendimientos globales son ahora los más bajos en 500 años, con un total de 10 billones de dólares en bonos negativos. "Esto es una supernova que explotará un día", aseveró entonces el reconocido inversor Bill Gross.