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jueves, 22 de septiembre de 2016

El “enfriamiento” de la economía cubana en 2016: ¿decisión “técnica” irrefutable?

Pedro Monreal, Cuba Posible
septiembre 22, 2016

La economía cubana ha entrado en franco declive y el desplome no se evita con torneos intelectuales. No debería hacerse una gestión macroeconómica mutilada por razones doctrinarias. Todas las herramientas macroeconómicas disponibles para contrarrestar la posibilidad de una crisis en Cuba deberían ser desplegadas con un enfoque práctico en el corto plazo.



Proyectar una imagen de racionalidad “técnica” de lo que se hace o deja de hacerse mediante decisión gubernamental, es casi siempre efectivo desde el punto de vista político. La posibilidad de presentar las medidas económicas como el resultado de un proceso despojado de componentes emocionales, que está basado en hechos y que puede ser explicado de manera lógica, tiende a conferirle una aureola de irrebatibilidad a las decisiones que se adoptan. Usualmente las personas se inclinan a pensar que las medidas pudieran no ser agradables, pero que no existen otras alternativas “técnicamente” viables[1].

Sin embargo, pudiera ser que la racionalidad “técnica” fuese un asunto mucho más complejo y conviene entonces tratar de esclarecer algunas aristas del tema. En ese sentido, al menos dos preguntas parecen ser relevantes para el caso de Cuba:

—¿Cómo deberían ser entendidas, desde una perspectiva “técnica”, las restricciones económicas anunciadas por el gobierno cubano el pasado 8 de julio de 2016?

—¿Son las restricciones adoptadas el resultado de una decisión “técnica” irrebatible, o existen otras alternativas técnicamente fundamentadas que no fueron aplicadas?

Poniendo la economía en un “coma inducido”

La revisión del plan de la economía nacional anunciada el pasado mes de julio aspira a reducir el crecimiento económico para el año 2016 a un nivel no especificado. En cualquier caso, sería menor que el modesto 2 por ciento inicialmente planificado y, probablemente, sería inferior al decepcionante 1 por ciento registrado durante el primer semestre de 2016. El gobierno cubano le ha dado un frenazo a la economía y no existe un pronunciamiento oficial acerca de cuándo, ni a cuál ritmo, el país retornará a la senda del crecimiento[2].

Oficialmente se estima que esa reducción del dinamismo económico permitiría capear una coyuntura temporal y externa, desatada por un descenso de los precios internacionales, que no es atribuible a la política económica nacional.

La economía cubana ha comenzado a transitar, como resultado de esa decisión de política macroeconómica restrictiva, hacia una fase de “enfriamiento” y lo ha hecho de una manera relativamente atípica. En este caso no se trata de solucionar los desbalances macroeconómicos de una economía “recalentada”, pues eso es algo que no sucede en Cuba desde hace bastante tiempo. Desde 2011 hasta 2015, el crecimiento promedio anual del Producto Interno Bruto (PIB) fue apenas del 2,8 por ciento; mientras que el “pico” de crecimiento del 4,3 por ciento, registrado en 2015, dista mucho de representar una economía “recalentada”[3].

No estamos, entonces, en presencia de un “enfriamiento” de la economía para resolver excesos de crecimiento. Se trata, más bien, de un “coma inducido” para paliar las insuficiencias de un tipo de crecimiento económico que todavía no ha logrado resolver dos problemas claves de sustentabilidad macroeconómica en Cuba: a) niveles adecuados de exportación y b) una demanda interna sólida.

Sin exportaciones suficientes —que en un país como Cuba cumplen una importante función como fuente de inversión y que, por tanto, son decisivas para el ritmo del crecimiento— y sin una demanda interna consistente —que le confiera estabilidad al crecimiento—, lo máximo a lo que puede aspirarse es a una política macroeconómica inconstante y vulnerable[4].

Las restricciones recientemente anunciadas han sido justificadas, fundamentalmente, a partir de un argumento en apariencia incuestionable: la respuesta “técnica” a un desequilibrio macroeconómico externo (evolución desfavorable de la balanza de pagos debido a la caída del valor de las exportaciones, unida a una menor disponibilidad de portadores energéticos) debe consistir en un ajuste macroeconómico recesivo basado en el control del gasto y en la caída de la demanda interna (reducción de importaciones y de inversiones). Se trataría de una prescripción macroeconómica relativamente habitual, si bien no está exenta de polémica.

En realidad, el asunto parece ser más complicado, pues se trata de un proceso que entraña riesgos considerables, dos de los cuales han sido comentados recientemente en Cuba Posible: la probabilidad de que, en vez de alcanzarse un crecimiento mínimo, lo que se produzca sea una contracción de la economía (una crisis); y, unido a ello, la improbabilidad de que el país cumpla el plan de desarrollo hasta el 2030 debido a una insuficiente tasa de inversión[5].

Las falsas ilusiones del ajuste recesivo.

Asumir que un “enfriamiento” de la economía cubana va a funcionar razonablemente bien, de acuerdo con un esquema prestablecido, es un supuesto problemático. Ni el manejo macroeconómico, ni la gestión del desarrollo, son ciencias exactas. Son procesos complejos en los que intervienen muchos factores imprevisibles. El riesgo de que el actual “enfriamiento” termine en una “pulmonía económica” no debe ser subvalorado.

Debe quedar claro que las medidas restrictivas comunicadas el pasado mes de julio son radicalmente distintas a las políticas de austeridad que se adoptan en la mayoría de los países que intentan responder a los desequilibrios macroeconómicos. A diferencia de las políticas de austeridad, que usualmente incluyen reducciones del gasto social y procesos de privatización de los bienes públicos, las restricciones informadas en julio no prevén reducciones en la inversión social en Cuba, ni implican dejación alguna de las funciones estatales en la provisión de bienes públicos fundamentales como la educación, la salud y la seguridad social.

El gobierno cubano ha expresado que las restricciones se diseñaron de tal manera que se preservarían los niveles de abastecimiento energético en el sector residencial y se aseguraría la capacidad de compra de la moneda nacional[6]. Es decir, se ha proclamado oficialmente el propósito de no utilizar la reducción del consumo social, ni del consumo de los hogares —dos grandes componentes del PIB—como mecanismos para alcanzar el equilibrio macroeconómico.

El ajuste macroeconómico se apoyaría, fundamentalmente, en una considerable contracción del 17 por ciento en la inversión, y en una prevista disminución de las importaciones del 3,3 por ciento[7]. Sin embargo, es probable que el “enfriamiento” de la economía cubana también termine afectando los niveles de consumo, aun cuando inicialmente ello no hubiese sido presentado como un componente importante del esquema general de las medidas. La pronosticada reducción del 7 por ciento del salario medio del sector empresarial sobre el nivel planificado para el año 2016, indica claramente tal probabilidad[8].

El diseño e implementación de esta reciente ronda de políticas restrictivas en Cuba refleja una serie de consideraciones que ciertamente rebasan los argumentos “técnicos” puros. La decisión acerca de “cortar” el gasto y la demanda interna se ha justificado a partir de una racionalidad “técnica” (gestión macroeconómica), pero la decisión respecto a “dónde cortar” se ha hecho tomando en cuenta determinados valores, particularmente la solidaridad y la justicia social; así como el criterio político de evitar, o de minimizar, privaciones económicas que pudieran afectar la estabilidad social y política del país, algo que tiene mucho valor en sí mismo y que, también, sería una condición ventajosa para asegurar la eficacia del traspaso generacional del poder político que deberá tener lugar desde ahora hasta el año 2021. Expresado en términos de una metáfora política actual, se trataría de evitar que las restricciones económicas pudieran convertirse en una “tormenta perfecta”.

Es comprensible que la narrativa oficial se oriente a proyectar una visión que trasmita un mensaje de tranquilidad y de certidumbre, en el sentido de que no se trataría de una crisis sino de una pausa menor y temporal en el crecimiento que, además, está siendo gestionada mediante un programa técnicamente sustentado. No obstante, cabe hacer dos observaciones puntuales:

a) Las medidas adoptadas consisten en un ajuste macroeconómico recesivo (una contracción deliberada de la demanda agregada), algo que es distinto a un simple “ajuste en la economía” (una formulación neutral) y muy diferente a la aplicación de un mero “ordenamiento de la economía cubana” (una formulación nebulosa)[9].

b) No parecen existir razones convincentes para asumir que podría evitarse que el “enfriamiento” derivase en una crisis económica[10].

Los vaivenes de la gestión macroeconómica en el período 2009-2014

El ajuste recesivo anunciado en julio de 2016 se encamina a disminuir la demanda agregada (lo cual reduce intencionadamente el crecimiento del PIB), para llevar las variables económicas principales a un nivel de equilibrio más bajo. La contracción inducida de la demanda (vía reducción de inversiones e importaciones) constituye el núcleo de la decisión que se ha adoptado.

En este sentido, existen dos asuntos que requieren atención. En primer lugar, el equilibrio macroeconómico no debe ser juzgado únicamente por lo que ocurra en un solo año o en plazos muy cortos (dos o tres años), sino que debe considerarse un ciclo económico más amplio. Las estadísticas oficiales muestran que la economía cubana experimenta fluctuaciones, con fases ascendentes y descendentes, debido a las modificaciones de las variables que influyen en el crecimiento. Una función central de la política macroeconómica es, precisamente, la de atemperar la volatilidad del crecimiento durante el ciclo económico, tratando de evitar los “picos” y los “valles” acentuados en la trayectoria del crecimiento. En segundo lugar, el equilibrio macroeconómico es importante pero no resuelve, por sí mismo, la posibilidad de alcanzar los niveles de crecimiento económico de entre 5 y 7 por ciento anual del PIB que el gobierno cubano considera apropiados.

En rigor, esa no es una tarea de la gestión macroeconómica. Debe ser resuelta fundamentalmente mediante políticas de cambio estructural que propicien el surgimiento de nuevas actividades, la innovación, el incremento de la competitividad, el empleo decente y las exportaciones. La llamada “diversificación” de las formas de propiedad y de gestión económica debería ocupar un lugar central en el cambio estructural. La posible expansión de la empresa privada nacional, un componente clave del proceso de cambios estructurales que requiere el país, es todavía considerada como un asunto periférico —para expresarlo en términos amables— en el contexto de los parámetros oficiales del cambio estructural.

En el plano de la gestión macroeconómica, después de haber tenido dos años consecutivos (2007 y 2008) con tasas de crecimiento menores que las del año inmediatamente precedente, pudiera afirmarse que la economía cubana inició un nuevo ciclo económico en 2009, con una fase ascendente que se extendió hasta 2012 y que se refleja en el siguiente gráfico[11]

Las principales características de esta fase ascendente del ciclo (2009-2012) fueron las siguientes:

—Tasa promedio anual de crecimiento del PIB relativamente baja (2,4 por ciento), en un contexto considerado como “un escenario no menos complejo y tenso” en comparación con periodos anteriores[12]. Esta fase ascendente coincidió con una etapa de alza de los precios del petróleo, la principal fuente de ingresos de Venezuela, el mayor socio económico de Cuba.

—La fase se inició con un extraordinario salto del 56 por ciento en el saldo externo de bienes y servicios, es decir, con una disponibilidad inusual de ingresos en divisas que se moderó en años posteriores[13].

—Esta fase incluyó el año 2011, considerado oficialmente como el primero de los cinco años contenidos en una proyección a mediano plazo que se caracterizaría por la introducción gradual de cambios estructurales y de conceptos en el modelo económico cubano[14].

—Reducida volatilidad del crecimiento, pues la diferencia que existió entre los niveles mínimos y máximos de la tasa de crecimiento anual del PIB, fue solamente de 1,6 por ciento. La variabilidad del crecimiento no representó un reto significativo para la gestión macroeconómica. El énfasis de la política macroeconómica consistió en favorecer equilibrios que pudieran sustentar tasas de crecimiento progresivamente más elevadas[15].

El año 2013 marcó el inicio de una fase descendente del ciclo que se mantuvo relativamente estable hasta el año siguiente, para luego entrar en un periodo de turbulencia macro-económica en 2015 (ver gráfico). Las principales características de esta fase descendente del ciclo fueron las siguientes:

— Breve duración de la fase (apenas dos años, 2013 y 2014).

— Tasa promedio anual de crecimiento del PIB relativamente baja (1,85 por ciento) que coincidió con una etapa de caída de los precios del petróleo.

— Contracción sostenida del saldo externo de bienes y servicios, con una consecuente reducción de la disponibilidad de ingresos en divisas del país[16].

— Volatilidad moderada del crecimiento. La diferencia entre los niveles mínimos y máximos de la tasa de crecimiento anual del PIB fue del 2 por ciento.

—Gestión macro-económica ineficaz, pues los resultados fueron inferiores a lo planificado.

a) El primer año de la fase descendente (2013) estuvo asociado a una política macroeconómica de corte expansiva, netamente anti-cíclica, que partía de reconocer una “crisis económica internacional de la que el país no escapa”. El plan anunciado a fines de 2012 se propuso elevar el crecimiento del PIB al 3,7 por ciento en 2013, en buena medida sobre la base de un salto previsto del 34 por ciento en las inversiones planificadas. Esa gestión macroeconómica naufragó, pues el crecimiento alcanzado del 2,7 por ciento fue inferior tanto a lo planificado como al crecimiento del año anterior[17].

b) El segundo año de la fase descendente (2014) se caracterizó por una política macroeconómica de corte opuesto a la del año anterior. Esa gestión macroeconómica restrictiva, inicialmente, se propuso una meta reducida de 2,2 por ciento de crecimiento del PIB, pero los decepcionantes resultados del primer semestre, con un crecimiento ínfimo del 0,6 por ciento condujeron a “darle otra vuelta a la tuerca” del ajuste macroeconómico, a mediados de año, con vistas a reducir el plan de crecimiento para 2014 hasta un nivel de 1,4 por ciento. La decisión tomaba en cuenta lo que se definió entonces como una “fuerte tensión financiera externa”. La reducción de la inversión fue un componente del ajuste, aunque su contracción no fue especialmente aguda; había disminuido en 1,8 por ciento en el primer semestre y, al finalizar el año, había acumulado una caída inferior al 5 por ciento. La gestión macroeconómica en el 2014 también zozobró, ya que el crecimiento al final del año solamente alcanzó un nivel muy reducido del 1 por ciento[18].

Gestión macroeconómica 2015-2016: el elefante en la habitación

El año 2015 representó una ruptura efímera de la mini-fase descendente 2013-2014. Se inició, entonces, una nueva fase del ciclo, difícil de encasillar todavía debido a la brevedad del tiempo transcurrido y a la falta de suficientes datos, pero que gráficamente ha adoptado un patrón de “montaña rusa”, con un “pico” y “valles” pronunciados. Las principales características de esta fase, que se extiende hasta el presente, han sido las siguientes:

—Acentuada volatilidad del crecimiento, ya que la diferencia entre los niveles mínimos y máximos de la tasa de crecimiento anual del PIB pudiera ser superior al 4 por ciento.

—El PIB dio un salto desde el “valle” registrado en 2014 para alcanzar un “pico” de crecimiento en 2015 del cual se ha desplomado bruscamente hacia un “foso” en 2016, que es aun inferior al “valle” de 2014 (Ver gráfico). Aquí hemos adoptado el pronóstico realizado por el economista Pavel Vidal de crecimiento cero o ligeramente negativo en 2016 y de una contracción económica de 2,9 por ciento en 2017[19].

—El incremento del PIB del 4,3 por ciento en 2015, ha sido el mayor alcanzado desde 2007. La explicación oficial de ese nivel de crecimiento relativamente alto se apoyó en cuatro factores: un anticipo de liquidez otorgado a las empresas para el financiamiento de importaciones, la contratación anticipada de créditos, la tendencia a la baja en los precios de las importaciones, y la implementación de los sistemas de pagos por rendimientos[20].

—Gestión macroeconómica errática reflejada en una oscilación extrema de los resultados.

a) El plan económico para 2015 se planteó alcanzar un crecimiento del 4 por ciento para revertir “las moderadas tasas anteriores y la tendencia a la desaceleración de los últimos años”. La gestión macroeconómica fue devuelta, de esa manera, a su modalidad expansiva de 2013, apoyada en la previsión de un saldo favorable en el balance de divisas convertibles que repercutiría en mayores niveles de importaciones de materias primas y de inversiones[21]. A mediados de 2015 se confirmaba un crecimiento del 4,7 por ciento para el primer semestre, lo cual pareció reafirmar la decisión de continuar una gestión macroeconómica expansiva, aunque se conocía que la balanza comercial —todavía positiva— tenía un nivel inferior a lo planificado y se reveló que el plan de inversiones no se cumpliría[22].

b) Contrastando con lo anterior, el plan para 2016 reflejó el retorno a una gestión macroeconómica restrictiva que pretendía lograr un relativo “enfriamiento” de la economía, lo cual se reflejaría en una menor tasa de crecimiento del PIB, del orden del 2 por ciento. El diseño de la política macroeconómica pareció expresar la admisión de que el crecimiento alcanzado el año anterior no era sostenible en un nuevo contexto que se avizoraba como “un año tenso en la disponibilidad de divisas”[23]. Aunque en aquellos momentos no se reconoció públicamente el hecho, la indetenible caída del precio del petróleo venezolano durante 2015, quizás debió haber tenido un peso en la decisión de moderar el crecimiento de Cuba en 2016. De manera interesante, el ajuste macroeconómico no incluyó, al principio, la contracción de una variable crucial como las inversiones, las cuales se planificaron para que superasen lo programado en 2015. A fines de ese año, la clave de la gestión macroeconómica para 2016 parecía descansar en una reducción moderada de las importaciones. La sintonización fina del crecimiento que se aspiraba alcanzar se apoyaba en cuatro supuestos básicos: aprovechamiento de menores precios de importación, utilización de los inventarios para reemplazar importaciones, inversiones para sustituir importaciones, y la posibilidad de lograr un “endeudamiento sostenible” de las importaciones (50 por ciento de las importaciones de 2016 serían financiadas con créditos)[24].

c) A semejanza de lo sucedido en 2014, la revisión de la política macroeconómica anunciada en julio de 2016 representó un “timonazo” en medio de un ajuste que ya era restrictivo. Se repite así el mismo patrón de la revisión a medio camino de un plan que se hizo inviable muy rápidamente porque las previsiones iniciales estuvieron equivocadas. La diferencia crucial es que en julio de 2016 la revisión incluyó una importante modificación en el manejo de la inversión, una variable macroeconómica fundamental para el crecimiento. Del plan inicial de incrementarla se pasó, en apenas seis meses, a decidir una contracción sustancial del 17 por ciento respecto a lo previsto[25]. Una reducción de tal nivel de la inversión representa, de hecho, la adopción de un plan distinto.

Todavía no existen datos suficientes para poder debatir este punto en extenso, pero la noción que parecía reflejarse en el plan develado a fines de 2015 (de que bastaba diseñar una sintonización fina de la macroeconomía en 2016), parece haber representado un serio error de planificación. Venezuela, el principal socio económico de Cuba, se encontraba en una situación de “caída libre” del PIB en 2015, y ya desde diciembre de ese año la CEPAL había pronosticado que empeoraría aún más en 2016, con un decrecimiento del 7 por ciento[26].

En julio de 2016 quedó totalmente claro lo que debió haber sido evidente desde diciembre de 2015: una sintonización fina de la gestión macroeconómica en 2016 no era suficiente para sostener el crecimiento económico del país en un contexto de desplome de la economía venezolana[27]. El elefante estaba en la habitación, pero por alguna razón fue ignorado o pasó inadvertido.

Hacia una urgente gestión macroeconómica integrada.

Es discutible el acierto “técnico” de las medidas restrictivas anunciadas en julio de 2016, especialmente por dos razones. En primer lugar, no parecen haberse adoptado acciones macroeconómicas compensatorias de tipo anti-cíclicas (al menos estas no han sido informadas públicamente), para tratar de contrarrestar parcialmente la contracción de la demanda. En particular no se observa un conjunto coordinado de medidas internas y externas para favorecer la transformación del ahorro en inversión.

La evidencia fragmentada que está disponible públicamente parece indicar que se han hecho gestiones que pudieran captar ahorro “externo” y generar ingresos por exportaciones, pero no se conocen los detalles acerca de si ello permitiría “adicionar” inversión en plazos cortos al monto planificado, o si se hizo fundamentalmente para “asegurar” (no para aumentar) el monto ya reducido que se había planificado para la inversión[28]. En el plano interno existen variables, como el ahorro asociado a las remesas, donde una gestión macroeconómica activa para convertirlas en inversión parece no estar priorizada.

En segundo lugar, tampoco se implementaron acciones significativas “por el lado de la oferta”, que hubiesen facilitado el manejo de las variables macroeconómicas en el corto plazo. Tales carencias limitan la gestión macroeconómica, pues esta no puede funcionar con efectividad si se encuentra aislada de otros componentes de la política económica.

La política macroeconómica del país no integra de manera coherente el potencial del sector privado. Vale recordar que, desde hace varios años, el sector privado nacional es el mayor creador de empleo neto en Cuba; o sea, que ha sido el sector privado el que ha garantizado el dinamismo de la única fuente de valor del país: la utilización de la fuerza de trabajo. En cambio, el sector estatal destruye empleo neto a razón de 94,000 puestos como promedio cada año, en tanto el sector cooperativo apenas crea empleo neto en el país[29].

En el caso de Cuba, es evidente que ya el sector privado funciona como un mecanismo ágil para la transformación del ahorro en inversión, algo que además de su efecto en el desarrollo a largo plazo, también puede funcionar como un mecanismo macroeconómico compensatorio en el corto plazo. Es un sector que debería ser incorporado a la gestión macroeconómica, pues involucra variables macroeconómicas claves como la demanda, el ahorro y la inversión, en escalas que no pueden ser ignoradas.

Un área de política macroeconómica donde el sector privado pudiera ser particularmente efectivo sería en la conversión de las remesas familiares en inversión, lo cual pudiera tener un efecto compensatorio favorable para el crecimiento. Obviamente, el peso del sector estatal será decisivo en la política macroeconómica nacional, pero ello no es antagónico con un modelo de gestión macroeconómica que pueda conjugar el manejo de variables económicas de todos los sectores de propiedad.

Si actualmente el sector privado —que ya existe y que contribuye positivamente al bienestar— no puede ser aprovechado coherentemente en la gestión macroeconómica del país, se debe a que todavía existen muchas restricciones para la operación de ese sector. Si se modificasen esas circunstancias —algo que “técnicamente” no es muy complicado—, el proceso pudiera alcanzar mayor escala y dinamismo. Queda claro que la dificultad es de tipo política, pero ese es precisamente un problema cuya solución pareció haberse intentado encaminar durante el pasado VII Congreso del PCC, aunque sin resultados apreciables hasta el momento.

Para despejar cualquier duda posible, la decisión respecto a la necesidad de legalizar la empresa privada nacional no es una idea “externa” al actual sistema político cubano. Es una noción contenida en el Informe Central al VII Congreso del Partido Comunista de Cuba. Cuenta con respaldo político programático. No es una mera ocurrencia aislada de un grupo de individuos.

Los ritmos y las secuencias del ciclo económico no van a adaptarse, ni van a plegarse, a los debates ideológicos que pudieran existir en el país. La economía cubana ha entrado en franco declive y el desplome de una economía no se evita con torneos intelectuales. No debería hacerse una gestión macroeconómica mutilada por razones doctrinarias. Todas las herramientas macroeconómicas disponibles para contrarrestar la posibilidad de una crisis en Cuba deberían ser desplegadas con un enfoque práctico en el corto plazo.

Notas:

[1] Se parte del supuesto de que toda medida económica de política pública es de naturaleza esencialmente política y no “técnica”. Lo que he deseado destacar aquí es que la propia racionalidad de la política favorece regularmente una presentación “técnica” de sus decisiones, casi siempre para tratar de atenuar sus aspectos controversiales.

[2] Rosa Miriam Elizalde, José Raúl Concepción, Ismael Francisco, y Ladyrene Pérez, “Marino Murillo: Vienen ajustes en la economía, sin afectar servicios fundamentales a la población”, Cubadebate, 8 de julio 2016, http://www.cubadebate.cu/noticias/2016/07/08/marino-murillo-vienen-ajustes-en-la-economia-sin-afectar-servicios-fundamentales-a-la-poblacion/#.V7xDd2cQZaQ

[3] Cifras tomadas de José Luis Rodríguez, “Complejidades y perspectivas de la economía cubana en 2016-2017 (I)”, Cubadebate, 2 agosto 2016,http://www.cubadebate.cu/opinion/2016/08/02/complejidades-y-perspectivas-de-la-economia-cubana-en-2016-2017-i/#.V72TGmcQZaQ

[4] En las pequeñas economías exportadoras como Cuba, el ahorro nacional no se transforma automáticamente en inversión, es decir, en gastos en “bienes de capital” (planta, maquinaria, y materias primas) que permiten aumentar el PIB. Ello se debe al carácter incompleto de una oferta productiva nacional que, al no generar un surtido amplio de “bienes de capital”, imposibilita que una buena parte del ahorro en moneda nacional se materialice automáticamente en inversión productiva. Esos “bienes de capital” deben ser adquiridos en mercados extranjeros de manera que para poder “cerrar el ciclo” ahorro-inversión se necesitan divisas. Estas pueden tener varias fuentes, siendo el saldo positivo neto de exportaciones de bienes y servicios (exportaciones mayores que las importaciones) una de sus fuentes principales. En ese sentido, en economías como la cubana, las exportaciones netas desempeñan una función directa en la inversión.

[5] Pavel Vidal, “El shock venezolano y Cuba: crónica de una crisis anunciada”, Cuba Posible, 21 de julio de 2016, http://cubaposible.net/articulos/el-shock-venezolano-y-cuba-cronica-de-una-crisis-anunciada-2-aa6-7-2aa-aaaa-7; y Pedro Monreal, “El plan de desarrollo hasta 2030: ¿cuadran los plazos y las cuentas?”, Cuba Posible, 20 de julio de 2016, http://cubaposible.net/articulos/el-plan-de-desarrollo-hasta-2-3-cuadran-los-plazos-y-las-cuentas-2-aa6-7-2-3-7

[6] Rosa Miriam Elizalde, José Raúl Concepción, Ismael Francisco, y Ladyrene Pérez, Op. Cit.

[7] Granma, “Afectar lo menos posible los servicios a la población” (intervención de Marino Murillo Jorge, vicepresidente del Consejo de Ministros y ministro de Economía y Planificación, en el VII Período Ordinario de Sesiones de la Octava Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de las Convenciones, el 8 de julio de 2016). Granma, 9 de julio de 2016,http://www.granma.cu/cuba/2016-07-09/afectar-lo-menos-posible-los-servicios-a-la-poblacion-09-07-2016-00-07-36; también puede consultarse José Luis Rodríguez, “Complejidades y perspectivas de la economía cubana en 2016-2017 (II)”, Cubadebate, 8 de agosto 2016,http://www.cubadebate.cu/opinion/2016/08/08/complejidades-y-perspectivas-de-la-economia-cubana-en-2016-2017-ii/#.V72SCWcQZaQ

[8] Cifra tomada de José Luis Rodríguez, “Complejidades y perspectivas de la economía cubana en 2016-2017 (II)”, Cubadebate, 8 de agosto 2016, Op. Cit.

[9] Rosa Miriam Elizalde, José Raúl Concepción, Ismael Francisco, y Ladyrene Pérez, “Marino Murillo: Vienen ajustes en la economía, sin afectar servicios fundamentales a la población”, Cubadebate, 8 de julio 2016, http://www.cubadebate.cu/noticias/2016/07/08/marino-murillo-vienen-ajustes-en-la-economia-sin-afectar-servicios-fundamentales-a-la-poblacion/#.V7xDd2cQZaQ; Yudy Castro Morales y otros, “Ordenamiento de la economía en el segundo semestre”, Granma, 5 de julio de 2016,http://www.granma.cu/cuba/2016-07-05/ordenamiento-de-la-economia-en-el-segundo-semestre-05-07-2016-02-07-09

[10] No afirmo que irremediablemente vaya a producirse una crisis. Simplemente considero que existen probabilidades de que ello suceda. Lo que no observo es un argumento oficial público que, de manera convincente, permita descartar la probabilidad de una crisis.

[11] Los datos económicos de Cuba fueron tomados de los Anuarios Estadísticos de Cuba, correspondientes a las ediciones 2012 y 2015. La información relativa a los precios de la cesta petrolera de Venezuela corresponde a la información oficial aportada por el Ministerio del Poder Popular de Petróleo del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela. Verhttp://www.mpetromin.gob.ve/portalmenpet/secciones.php?option=view&idS=45

[12] Raúl Castro Ruz, “Discurso pronunciado en la clausura del Sexto Período Ordinario de Sesiones de la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular”, 18 de diciembre de 2010,http://www.cuba.cu/gobierno/rauldiscursos/2010/esp/r181210e.html

[13] Medido por la tasa de crecimiento a precio constante de 1997 del indicador “Exportaciones menos importaciones”, Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI). Anuario Estadístico de Cuba. Edición 2015. Tabla 5.17 – Saldo externo de bienes y servicios.

[14] Ibídem.

[15] Un interesante análisis de la parte inicial de esta fase puede ser consultado en: Juan Triana, “Cuba 2010-2011: del crecimiento posible al desarrollo necesario”,https://www.nodo50.org/cubasigloXXI/economia/triana_301111.pdf

[16] Reducciones del saldo de exportaciones y servicios de -7,7% en 2013 y -6,1% en 2014. Medido por la tasa de crecimiento a precio constante de 1997 del indicador “Exportaciones menos importaciones”, Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI). Anuario Estadístico de Cuba. Edición 2015. Tabla 5.17 – Saldo externo de bienes y servicios.

[17] Cubadebate. “Parlamento cubano aprueba plan económico y presupuesto para 2013”, 13 diciembre 2012, http://www.cubadebate.cu/noticias/2012/12/13/parlamento-cubano-aprueba-plan-economico-y-presupuesto-para-2013/#.V-EU22cQZaQ

[18] José Luis Rodríguez, “Revisando estadísticas recientes de la economía cubana”, 13 de octubre 2014, El Economista de Cuba (edición online),http://www.eleconomista.cubaweb.cu/2014/nro479/estadisticas.html; y “La economía cubana entre 2013 y 2014”, Cubadebate, 28 mayo 2014, http://www.cubadebate.cu/opinion/2014/05/28/la-economia-cubana-entre-2013-y-2014/#.V-EXoGcQZaQ . El indicador de reducción de la inversión en 2014 que se ha utilizado es la contracción de 4,9% en la formación bruta de capital, medida a precios constantes de 1997. Ver Tabla 5.3 “Oferta y Demanda Global – A precios constantes de 1997” del Anuario Estadístico de Cuba. Edición 2015.

[19] Pavel Vidal, “El shock venezolano y Cuba: crónica de una crisis anunciada”, Cuba Posible, 21 de julio de 2016. Op. Cit.

[20] Rafael Arzuaga e Ismael Francisco. “Ratifica Asamblea Nacional que economía cubana crece un 4 por ciento este 2015”, 29 diciembre 2015, http://www.cubadebate.cu/noticias/2015/12/29/ratifica-asamblea-nacional-que-economia-cubana-crece-un-4-por-ciento-este-2015/#.V-EeLWcQZaQ

[21] Leticia Martínez Hernández, “Economía cubana avizora mayores crecimientos en el 2015”, 30 de noviembre de 2014, http://www.granma.cu/cuba/2014-11-30/economia-cubana-avizora-mayores-crecimientos-en-el-2015

[22] Granma, “La planificación es ante todo equilibrio macroeconómico y proyección de desarrollo” (reportaje sobre la intervención de Marino Murillo Jorge sobre la ejecución del Plan de la Economía durante el primer semestre de 2015), 15 de julio de 2015, http://www.granma.cu/cuba/2015-07-15/la-planificacion-es-ante-todo-equilibrio-macroeconomico-y-proyeccion-de-desarrollo

[23] Rafael Arzuaga e Ismael Francisco. Op. Cit.

[24] Ibídem.

[25] José Luis Rodríguez, “Complejidades y perspectivas de la economía cubana en 2016-2017 (II)”, Cubadebate, 8 de agosto 2016, Op. Cit.

[26] Posteriormente, CEPAL revisó aún más hacia la baja sus estimados para el crecimiento venezolano, estimándose que la contracción del PIB de Venezuela será del 8% en 2016. Ver, CEPAL, “Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2016: La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los desafíos del financiamiento para el desarrollo”, julio de 2016,http://www.cepal.org/es/publicaciones/40326-estudio-economico-america-latina-caribe-2016-la-agenda-2030-desarrollo#

[27] Pavel Vidal, “El shock venezolano y Cuba: crónica de una crisis anunciada”, Cuba Posible, 21 de julio de 2016. Op. Cit.

[28] Por ejemplo, los foros empresariales Cuba-Irán (agosto de 2016) y Cuba-Quebec (septiembre de 2016) pudieron haber representado oportunidades económicas no solamente a mediano y largo plazo (desarrollo) sino también a corto plazo (gestión macroeconómica), pero no existen detalles concretos respecto al impacto real que pudieron haber tenido en el plano de la política macroeconómica del país.

[29] Consúltese el capítulo 7 “Empleos y salarios” del Anuario Estadístico de Cuba. Edición 2015. Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI). Cuba. http://www.one.cu/aec2014.htm

Transporte público en La Habana: Medidas y desafíos (+ Fotos, Video e Infografía)

Publicado en: Foro Debate
22 septiembre 2016


Foto: José Raúl Concepción/Cubadebate.

A partir de las medidas tomadas por el Estado cubano en cuanto a la reducción de combustible y el régimen de precios a pagar a los porteadores privados (boteros), la capital del país vivió una temporada difícil a la hora de trasladarse por la ciudad. El transporte público, por su parte, se vio afectado ante la ola de pasajeros que dejó la retirada de cuentapropistas. Debido a esto, la dirección de Transporte de La Habana ha tenido que ir ejecutando una serie de medidas que soporten la gran afluencia de pasajeros sin destino, en un momento, en el que también se suman ahora, producto del inicio del curso escolar, estudiantes de todos los niveles de enseñanza. De estos y otros temas se habló en la tarde del martes en la Mesa Redonda. Cubadebate te invita a intercambiar con directivos del ramo en la capital sobre estos tópicos de amplio interés para la población en su ForoDebate.

¿Y entonces? Mejora o no mejora

Durante la Mesa Redonda, el Ing. José Conesa González, Director General de la Dirección General de Transporte La Habana, comentó sobre los elementos que inciden directamente en el Sistema de Transporte Público, en el cual se agrupan cuatro componentes importantes como el Servicio de transportación (básicos y complementarios), la infraestructura, el marco regulatorio, y contexto urbano.

“Entre las causas principales que generaron estos problemas e impiden la obtención de resultados positivos en la movilidad de la población se destacan la ausencia de una Autoridad territorial que integre los intereses estatales en función de la movilidad; la ausencia de una Estrategia Integral a corto, mediano y largo plazo; mala organización de los servicios básicos y complementarios y mala organización de la atención y desarrollo de la infraestructura en general”, agregó.

Tras este análisis, continúa Conesa González, podemos concluir en que en el caso de La Habana, el servicio de transporte público se ha caracterizado a lo largo de los años por suinestabilidad, insuficiencia y baja calidad, incluso en los momentos de mayor capacidad de transportación.

“Como línea estratégica aprobada, hay elementos fundamentales para garantizar un mejoramiento del transporte en general, donde se destacan la separación de las funciones estatales de las empresariales; darle prioridad al transporte colectivo; incentivar el uso de transporte no motorizado, como la bicicleta; mantener los servicios básicos del transporte de ómnibus públicos y ferrocarril, (bajo un esquema estatal, aplicando nuevas formas organizativas); organizar en Cooperativas los servicios complementarios de transporte, incluyendo las lanchas de Regla, los taxis ruteros, el servicio de ómnibus escolares, el transporte de trabajadores de las entidades estatales y los porteadores privados; entre otras políticas que conforman un documento de 16 puntos importantes”, añadió.

El Director General de Transporte La Habana señaló que esta serie de acciones organizativas posibilitará un incremento de la transportación pública de pasajeros, con una mayor eficiencia en las condiciones actuales del país y sentará las bases para un desarrollo sostenible a largo plazo, que asegure la movilidad de la población.


El transporte público es deficiente, lo que contribuye aún más a la especulación de los taxistas. Foto. José Raúl Concepción/Cubadebate.

Reorganizar estructuras ¿Avances en el servicio?

Por su parte, la Msc. Guadalupe Rodríguez Rodríguez, Directora de Planeamiento Dirección General de Transporte La Habana, comentó que partiendo de este principio (separación de las funciones estatales a las empresariales y la creación de la Empresa Provincial de Transporte) se puede decir que esto permitirá dirigir y controlar el cumplimiento de la política estatal que lleva implícito la organización de los servicios, el control y financiamiento para la infraestructura, con el objetivo fundamental de satisfacer las crecientes necesidades de movilidad de la población.

“Dentro de la nueva estructura organizativa se destaca la creación de la Dirección de Pasaje, la encargada de registrar y controlar el cumplimiento de los servicios de los operadores (EPT, ETT, Transmetro, Cooperativas y de los TCP), y la creación de la Dirección de Planeamiento la cual debe organiza los servicios, la planificación de los itinerarios y la programación”.

Además, comenta Guadalupe Rodríguez, se logra implantar el Programa de Desarrollo del Transporte en la capital, que abarca 14 subprogramas en los que destaca laConstrucción de Nuevas vías, la ampliación de tramos, la construcción de 24 Estaciones Urbanas de pasajeros, en los principales nudos de transportación de la ciudad, la construcción o rescate de bases de ómnibus y la construcción de Paradas. De las 3030 paradas identificados, el 35% (1060) tienen cubiertas.

“Estamos trabajando en enlaces como el de Berroa- Alamar, donde existen puestos de trabajo y la zona de Alamar es residencial, pero llega más rápido al centro de la ciudad al no existir vialidad. También laboramos en la ampliación de tramos como Vía Blanca, intersección entre Vento con Camagüey, la Ampliación del tramo desde el Café Colón hasta la Calle Maceo, ampliación a 4 carriles de la Calzada de Bejucal, la Calzada de Güines, entre otros muchos puntos.

La Directora de Planeamiento agregó que también se está trabajando con los inspectores no solo para controlar el transporte y los trabajadores de los ómnibus, también están pasando un curso de capacitación para dar un servicio de ayuda y orientación al pasajero.



Trazar la estrategia ¿La luz al final del túnel?

Más adelante, sobre el plan diario de transportación, la Ing. Maribel Poulot Bravo, Directora de Pasaje de la Dirección General de Transporte Provincial La Habana, dijo que el plan diario asciende a 1 200 000 pasajeros, donde intervienen diferentes operadores. Además señaló que la Empresa Provincial de Transporte es el principal actor y cuenta actualmente con 604 ómnibus como promedio diario trabajando (7600 viajes), lo cual representa 1 100 680 pasajeros.

“El resto de los operadores, donde entran las Cooperativa No agropecuaria con los ruteros 1 y 2, tienen un encargo estatal establecido de 11 520 y 13 340 pasajeros diarios respectivamente, lo que representa el 2% del Plan. Además, la Cooperativa SERVIPAS, que se dedica a la transportación de escolares de la enseñanza especial, brinda apoyo a la población del Cotorro hasta Cuatro Caminos, con un plan 6 200 pasajeros diarios”.

Sobre este tema, Poulot Bravo resaltó que la Empresa de transporte Escolar en sus viajes de retorno también se le ha planificado la transportación de 25 000 pasajeros, así como la Empresa de Transportación de Trabajadores, la cual presta servicio de Taxi bus.

“Es importante señalar que están diseñados en la estructura de la Dirección General diferentes mecanismos de control para verificar el cumplimiento de la calidad de los servicios de transportación de pasajeros por los diferentes operadores. La inspección estatal a nivel provincial y los inspectores de Ayuda al Pasajero en cada departamento municipal, estos últimos ubicados en las paradas con mayor incidencia, brindan la información primaria sobre lo que acontece en la vía pública, esto posibilitará tomar acciones con la inmediatez que se requiera y alertar a los operadores”, agregó Maribel Poulot.

La Directora de Pasaje del Transporte Provincial recordó al público que el mayor termómetro que tiene la entidad de lo que acontece en el ámbito diario es el centro dellamadas al 18820, que funciona las 24 horas para recepcionar cualquier queja y sugerencias, y enfatizó en que la llamada del usuario servirá para mejorar o minimizar las afectaciones al servicio público.

“La dirección de inspección contribuye al ordenamiento de los procesos que generan puntos rojos en la atención a los usuarios del transporte público y aplica medidas correctivas ante las infracciones de la legislación vigente en coordinación con los órganos del MININT, MITRANS y propiamente del CAP dígase la DIS”, concluyó.


Foto: José Raúl Concepción/Cubadebate

¿Cómo se mueve La Habana?

Jorge Luis León Linares, Director Adjunto de la Empresa Provincial de La Habana, al valorar cómo se ha comportado la transportación de pasajeros en la capital en las últimas cuatro décadas, indicó que el mejor año en este sentido fue 1984 con un total de 4.3 millones de pasajeros diarios trasladados en la ciudad. En ese año, agregó, se produjeron 30 mil viajes con unos 1700 ómnibus en explotación.

“ A pesar de esos números existían insatisfacciones con el servicio y se podían apreciar personas colgadas en las puertas de los ómnibus Ikarus”.

Luego de este momento, acotó, estos índices se vieron afectados duramente por el Período Especial, surgiendo nuevas alternativas para la transportación urbana como los famosos “camellos” cuya etapa más crítica fue en el año 2006 cuando solo se lograron transportar 458 mil personas/días en 87 camellos y ciento cinco ómnibus.

“Durante el 2007-2008 se realiza una primera inversión de la cual no se obtuvieron todos los resultados esperados y es a partir de 2011 cuando se traza una nueva estrategia para recuperar de manera paulatina el transporte en la capital”, agregó.

El directivo expresó que de esta manera se logra en el 2014, como resultado de los procesos de esta política, llegar a transportar 1 millón de pasajeros diarios. Entre tanto esta cifra es superada en el 2015, llegando a transportar 1 millón 150 mil pasajeros con más de 600 ómnibus en explotación y 7.000 viajes diarios.

“Enfrentamos el año 2016 con 858 ómnibus en orden de explotación. De ellos 339 articulados y 519 rígidos o convencionales operando en la capital, distribuidos en 103 rutas Alimentadoras o Complementarias y 17 rutas Principales”.

Se informó además que hasta el mes de agosto la Empresa Provincial ha mantenido la cifra superior al millón de pasajeros que es complementada con los demás operadores, (TRANSMETRO – Retorno Escolares – Cooperativas) que hacen 1 150 000 pasajeros.

A pesar de estos discretos resultados Jorge Luis Linares, Director Adjunto de la Empresa Provincial de La Habana, reconoció que la transportación de pasajeros continúa siendo inferior a la demanda a lo que se suma la persistencia de indisciplinas que afectan la calidad del servicio. Entre los aspectos negativos señaló la conducción incorrecta del vehículo, no brindar toda la información al pasajero, parar antes o después de la parada oficial y el cobro del pasaje.

También explicó que hoy la ciudad dispone con 16 terminales de ómnibus, se opera además una flotilla de lanchas que prestan servicios hacia Regla.


Datos adicionales:

Plan anual de pasajeros a transportar / 2016: 412 millones

Plan hasta agosto: 270.7 millones

Real hasta agosto: 250.3 millones

% de cumplimiento: 92.5%

Diferencia 20.3 millones.

Crecimiento / 2015.- 48.4 millones para el 24%.

Al comentar sobre lo acaecido específicamente en estos primeros meses del año dijo que se han transportado entre 1 millón y un millón 500 mil pasajeros diarios aunque hay cierta percepción de mayor aglomeración de personas en las paradas dado a que se ha incrementado el flujo en los últimos meses por la baja presencia de almendrones en las calles durante julio y agosto y las afectaciones de combustible que ha tenido el transporte de los centros de trabajo.



Ni los taxis ruteros ni mucho menos los arrendados por agencias estatales hacen que la demanda de los boteros disminuya. Foto: José Raúl Concepción/Cubadebate

Recuperar lo perdido… mantener lo que se tiene

Otro de los elementos fundamental para lograr la sostenibilidad de estos programas son los planes de mantenimiento y reparación de equipos; los cuales permiten tener niveles de Coeficiente de Disponibilidad Técnica adecuados para la alta demanda.

Sobre este tema el director adjunto de la Dirección Provincial de transporte de La Habana recordó, que en el año 2011 la flota de vehículos articulados de las Empresas Transportistas METROBUS y Ómnibus Urbanos no rebasaba el 58 % de su coeficiente de disponibilidad técnica, entre tanto este mismo indicador era del 65 % las convencionales o rígidos.

“En aquel momento teníamos 521 ómnibus y dábamos cerca de los 6000 viajes y transportamos unos 900 mil pasajeros”, añadió.

A partir de 2013 se traza un programa para la recuperación paulatinas de carros- agregó León Linares- poniendo en explotación 232 ómnibus en el año 2015.

“También se implementó un programa de reparación capital para aquellos ómnibus con más de cinco años de explotación, con una reposición de un 60 % de sus componentes, para alargar su vida útil hasta 10 años. En esta etapa se han reparado 386 ómnibus ”.

Otra de las políticas trazadas fue la renovación del parque vehicular, por lo que desde el año 2012 entran 90 ómnibus nuevos.

“Son 30 articulados y 60 ómnibus rígidos, para aquellas terminales con mayor deterioro. Aunque debemos aclarar que han ocurrido corrimientos con las fechas de arribo de estos equipos.”, señaló.

El director adjunto de la Empresa Provincial de Transporte en La Habana, agregó que además de la compra de equipos nuevos se ha garantizado las Partes y piezas necesarias para la atención técnica de los equipos.

Durante los años 2013 al 2016 se han invertido más de 12 millones y hasta 19 millones de pesos en la adquisición del costo de explotación para la sostenibilidad del parque a través de la importación.

También se explicó en el espacio radio-televisivo que se aplican otras medidas para aumentar la calidad de los servicios que se prestan como dar prioridad en la circulación de los ómnibus en vías y tramos como lo logrado en el corredor de Boyeros; la aplicación de un nuevo Sistema de Gestión en las Terminales de Ómnibus de manera piloto en las UEB Terminales de Ómnibus Guanabo y Santa Amalia; y la continuación del proceso de reordenamiento teniendo en cuenta los estudios de movilidad y el escalonamiento del servicio como el efectuado en la zona este de la ciudad. Se prevé la construcción de nuevas paradas y de nuevas terminales para la conexión de rutas en lugares estratégicos de la ciudad.


Transporte en Cuba. Foto: José Raúl Concepción/Cubadebate.

¡Chófer, pare el taxi!

En los minutos finales de la Mesa Redonda se evaluó el impacto de otros operadores del transporte que intervienen en la movilidad de pasajeros.

Al respecto Maribel Poulot Bravo, Directora de Pasaje de la Dirección General de Transporte Provincial, comentó que el 92 % de todos los porteadores privados corresponde a la transportación de pasajeros, logrando mover unas 160 mil personas diarias.

“En la ciudad están inscriptos como trabajadores por cuenta propia en la actividad de transporte, un total de 7 579 propietarios de vehículos quienes poseen en su totalidad 5 704 contratados (el 43 %) para un total de 13 283 trabajadores. Del total anunciado, ejercen la actividad de transportación de pasajeros 12 292 lo que representa el 92 % de ellos 7 413 propietarios y 5 579 contratados”.

Sin embargo persisten algunas dificultades como el estado de la Contratación entre propietarios de medios con licencia de operación del transporte y sus trabajadores contratados.

“De los 7413 propietarios, el 39% (2901) TCP no se auxilian de trabajadores contratados para prestar el servicio, el resto de los propietarios poseen entre 1 y 4 trabajadores, vinculados mediante un contrato según se establece en la Ley 116 Código de Trabajo, requisito imprescindible para efectuar el trámite en los departamentos municipales de transporte. No obstante, no ha disminuido la fluctuación de este trabajador, en un año de vigencia que posee la LOT se cambian como promedio hasta 3 contratados por propietarios, por diversas causas”.

Más adelante apuntó que otra dificultad es la verificación de la información periódica con licencia de conducción de los titulares de Licencia de Operación de Transporte y sus trabajadores contratados.

Luego de una mejor organización en los últimos meses y el trabajo coordinado entre el Mitrans y la Comisión Provincial de Seguridad Vial se han entregado a la PNR 3002 conductores poseedores de LOT de los cuales se han recibido respuesta 2949. De ellos por infracciones se han informado por la PNR, 517 de los cuales a nivel de provincia se han cancelado 374 y el resto se le han aplicado otras medidas como recalificación.

Principales ilegalidades y violaciones que se presentan en el ejercicio del trabajo por cuenta propia.
  1. Ejercicio del trabajo por cuenta propia con la Licencia de Operación del Transporte vencida.
  2. Personas realizando el trabajo por cuenta propia sin estar autorizados en la Licencia de Operación del transporte como chofer ayudante.
  3. Prestación del trabajo por cuenta propia con un vehículo sin la actualización de la Revisión Técnica Automotor o con un estado técnico deficiente.
  4. Exceso de pasajeros en el medio de transporte, según lo autorizado en la Licencia de Operación del Transporte.
  5. Ejercicio del trabajo por cuenta propia sin poseer la correspondiente Licencia de Operación del Transporte.
Un tema que no podía faltar en el programa fue las medidas adoptadas por el gobierno de la capital por las quejas de la población ante el incremento del precio del pasaje de los porteadores privados. En los últimos meses muchos “boteros” se desaparecieron de las calles habaneras entre tanto otros fragmentaron sus recorridos para eludir las nuevas medidas.

Para explicar de las acciones que se seguirán acometiendo al respecto, el Ingeniero José Conesa González, Director General de la Dirección provincial de Transporte de La Habana aclaró que este servicio no está organizado.

“Es un servicio complementario que juegan un papel importante ante la insatisfacción de la demanda por el principal operador, por las diferentes causas que se han dicho”, acotó.

Agregó además que este servicio hay que integrarlo como el resto de los operadores, pues los últimos tiempos ha presentado un incremento en los precios.

Lo lógico en este servicio fuera que:

– Estuvieran ordenados en piqueras,

– Que prestarán servicio en corredores autorizados, con la posibilidad de servicio libre.

– Los medios con mayor capacidad, camiones o camionetas, estuvieran basificados en las empresas transportistas, con asignación de rutas y horarios, con igual de tratamiento que el operador principal.

– Que hubiesen tarifas preestablecidas por tramos.

– Con la posibilidad de acceder a los principales recursos para la prestación de los servicio, al igual que los operadores estatales.

– Que tuvieran definidos requisitos de calidad para prestar el servicio.

Concluyó que se trata de un problema complejo, al que se le ha tenido que dedicar un mayor tiempo de análisis, porque se requiere implementar o proponer modificaciones de las normas vigentes.

“Pero se está trabaja intensamente y próximamente se deberá presentar la solución definitiva”.

Los datos desde la gráfica

En fotos la Mesa Redonda

Al transporte público en la capital se le dedicó la Mesa Redonda de este martes. Foto: Roberto Garaicoa / Cubadebate.

Ingeniero José Conesa González, Director General de la Dirección provincial de Transporte de La Habana.

Jorge Luis León Linares, Director Adjunto de la Empresa Provincial de La Habana.

Ing. Maribel Poulot Bravo, Directora de Pasaje de la Dirección General de Transporte Provincial La Habana.

Msc. Wadalupe Rodríguez Rodríguez, Directora de Planeamiento Dirección General de Transporte La Habana.

Usted puede seguir en vivo las Mesa Redondas a través de las redes sociales. Foto: Roberto Gararicoa.

Disfrute el programa íntegramente

Alan Greenspan: "Este es el peor contexto económico y político que he vivido"

Alan Greenspan, expresidente de la Reserva Federal de EEUU, ha advertido de la peligrosa situación en la que se encuentra Occidente, en una conferencia patrocinada por la Universidad de Stanford, que recoge Bloomberg. Greenspan aún tiene la esperanza de que se encuentre una "salida" a este contexto económico y político que puede "quebrantar a Estados Unidos", la primera potencia económica del mundo, pero va resultar complejo dada la situación actual.

Greenspan ha asegurado que teme que los "locos" terminen minando el sistema político y económico del país. Aunque no dio nombres, Greenspan dejó entrever que sus declaraciones se refieren al candidato republicano para las elecciones de EEUU, Donald Trump.

"Este el peor contexto económico y político con el que he tenido contacto", aseguró Greenspan, que tiene 90 años, en una conferencia en Washington organizada por las universidades de Stanford y Chicago. En el frente económico, EEUU se encamina a una estanflación (una combinación de demanda débil e inflación alta), según Greenspan. "En el plano político, no tengo idea de qué es lo que pasa... No nos encontramos en un equilibrio estable", sentencia el economista estadounidense, aunque "espero que podamos encontrar una salida porque este es un gran país como para que lo quebranten los locos".

Greenspan, que se desempeñó en 1974-1977 en el gobierno republicano de Gerald Ford, se negó el miércoles a hacer declaraciones cuando se le preguntó a quién se refería. En sus comentarios, Greenspan señaló que el ascenso del populismo en los Estados Unidos se remontaba a 1896, cuando William Jennings Bryan hizo su discurso de la 'cruz de oro' en la convención nacional demócrata oponiéndose al patrón oro.

Greenspan volvió a insistir en la influencia negativa que puede tener un aumento del gasto púbico en seguridad social y salud, que termine desincentivando a la inversión privada y derive en un menor crecimiento económico. Lamentó que ninguno de los dos candidatos presidenciales hable de limitar ese gasto. "Nadie quiere discutirlo" por temor a una reacción política.

http://mamvas.blogspot.mx/2016/09/alan-greenspan-este-es-el-peor-contexto.html