La Habana, 24 sep.- La población femenina y juvenil está en desventaja para aprovechar los cambios acaecidos en el mundo del trabajo en Cuba, por lo que urgen políticas enfocadas a la equidad, alertaron cientistas sociales y economistas.
En un panel sobre Empleo y juventud, celebrado en la sede del no gubernamental Centro Oscar Arnulfo Romero(OAR), varios especialistas aseguraron, el 22 de septiembre, que las medidas adoptadas desde 2008 hasta ahora benefician a quienes ya tenían recursos y agudizan la inequidad social.
En su disertación Efectos sociales de las transformaciones económicas, la investigadora Dayma Echevarría, del Centro de Estudios de la Economía Cubana destacó la importancia de considerar la equidad en el acceso a oportunidades y distribución de beneficios y costos.
Remarcó que, por primera vez, este tipo de enfoque fue calificado de prioridad durante el VII Congreso delPartido Comunista de Cuba, celebrado en abril pasado para reajustar las transformaciones que buscan terminar con la crisis de más de 20 años.
Echevarría insistió en que hoy se profundizan las brechas de género porque se registra una salida sostenida de las mujeres como población activa y ocupada, ellas son pocas entre los trabajadores privados, decrece su representación en sectores tradicionalmente masculinos y son minoría entre los usufructuarios de tierras.
Los estudios, dijo, encuentran mayores diferencias por color de la piel porque se cuentan pocas personas negras y mestizas en el sector privado, las cooperativas no agropecuarias, los nuevos empleos mejor remunerados y en puestos de dirección.
PropuestasLa investigadora Dayma Echevarría recomendó para revertir la situación:-Ampliar el tiempo de amparo y las compensaciones y apoyos para emprendimientos productivos para desempleados, en especial a la madre jefa de hogar en condiciones de disponible o a hombres en condiciones similares.-Desarrollar, dentro de la política de microcréditos para cooperativas y pequeños emprendimientos, incentivos y condiciones favorables para beneficiar a mujeres y otras personas de grupos y territorios en desventaja.-Crear un fondo especial en los proyectos de iniciativa municipal para emprendimientos dirigidos por mujeres y otros grupos en desventaja.-Promover el establecimiento de sistemas laborales más flexibles (trabajo a media jornada o solo algunos días a la semana, horario abierto, trabajo a domicilio) para las mujeres jóvenes con hijos pequeños o personas a su cargo como discapacitados y adultos mayores. Hacer extensivo este régimen a hombres que asuman el rol de cuidadores.-Ampliar las licencias permitidas para el empleo privado donde se incluyan ocupaciones profesionales. |
La variable territorio, alertó la investigadora, mantiene un foco rojo: las comunidades rurales tienen pocas posibilidades para generar empleo e ingresos, a la vez que asentamientos de algunas provincias tienen escasas oportunidades de incorporarse a las tendencias de desarrollo promovidas por el proceso de actualización.
Amplió que la falta de acceso a bienes y servicios para mejorar la calidad de vida agudiza el éxodo hacia las ciudades.
La estudiosa alertó también que, por la legislación vigente, las y los jóvenes tienen menos garantías si quedan disponibles, están poco representados entre los empleadores y trabajadores por cuenta propia y son minoría entre los usufructuarios de tierras.
Otro grupo vulnerable lo constituyen las personas de la tercera edad, que han sido desfavorecidas por la disminución del gasto en asistencia social, especificó Echevarría.
Por su parte, el investigador del estatal Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS) Juan Carlos Campos, refirió que los últimos estudios arrojan un desempleo joven, urbano, negro y mestizo en Cuba.
Los jóvenes se encuentran en empresas reanimadas o no, mientras que en el sector privado suelen participar como contratados en oficios de baja calificación como choferes, cocineros y en servicios gastronómicos, donde ejercen ilegalmente en muchos casos.
También se vinculan a negocios relacionados con las nuevas tecnologías como los dedicados a las reparaciones de celulares y computadoras.
Al hablar sobre la inserción laboral de la juventud en el sector agropecuario, Yenisei Bombino, también del CIPS, destacó que persisten inequidades de género y esta franja no dispone de bienes productivos (ganado mayor, tractores y cosechadoras), ni activos (tierras y tractores) ni recursos para enfrentar el proceso productivo.
Además, las y los jóvenes no se sienten motivados a apostar al trabajo agropecuario por su bajo reconocimiento social, confirmó.
Bombino se refirió a las contradicciones de esta población en los campos del país. Por un lado, aspiran a ser profesionales, un segmento mal pagado en la actualidad, y por otro idealizan prácticas de consumo y estilos de vida urbanos.
Al cierre, el público asistente planteó inquietudes por la inexistencia en Cuba de una política enfocada a las juventudes y la todavía baja graduación de nuevos especialistas agropecuarios, a pesar de las políticas estatales para reactivar el sector agrícola.
En el debate destacó que el proceso revolucionario iniciado en 1959 no resolvió una serie de problemas socioeconómicos que hoy, al aumentar las brechas, se visibilizan con mayor fuerza y ponen de relieve la creciente desigualdad. (2016)