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miércoles, 12 de octubre de 2016

Globalización: la última fiesta

Alejandro Nadal, La Jornada

La reunión semianual del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial en Washington, la semana pasada, podría pasar a la historia como la velada del funeral de la globalización neoliberal. Como en esas ocasiones, los discursos en memoria del difunto se suceden como colecciones de aburridos panegíricos fúnebres. Pero por más conjuros que se pronunciaron sobre los despojos mortales de la globalización neoliberal, el cadáver insepulto no quiso resucitar.

Ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales tuvieron que afrontar una larga serie de indicadores macroeconómicos negativos. No sorprende entonces que las estimaciones sobre crecimiento global que ha realizado el Banco Mundial se sitúen en el rango de 2 por ciento. Proviniendo de alguien tan sesgado en favor de los beneficios que atraería la globalización neoliberal, esos datos constituyen una señal de que las cosas no andan bien en la economía mundial. Otro indicador contundente es que las economías de los llamados mercados emergentes experimentarán tasas de crecimiento de 0.4 por ciento debido al colapso en el precio de las materias primas. O sea, estamos en medio del estancamiento.

Para empezar, la Organización Mundial de Comercio (OMC) reveló que el comercio internacional crecerá este año a la tasa más baja desde 2007. El volumen de comercio apenas crecerá 1.6 por ciento. Ese anuncio hiere también el punto de honor de la OMC porque en abril de este año el pronóstico de crecimiento era de 2.8 por ciento. Y dentro de este panorama desagradable sobresale un dato alarmante: las importaciones de las 20 economías más importantes del mundo como proporción de su producto interno bruto se han reducido durante los últimos cuatro años.

Los esfuerzos por consolidar nuevos acuerdos comerciales para cubrir macroregiones (como la cuenca del Pacífico o el Atlántico norte) se han enfrentado a obstáculos insospechados. En el caso del acuerdo para el Atlántico norte es posible que el freno que impuso Francia hace un mes sea el coup de grâce.

El volumen de inversión extranjera directa (IED) en las economías ricas del planeta (el G-20) apenas alcanzó la suma de 646 mil millones de dólares (mmdd) en 2015. Esa cifra es 40 por ciento inferior al monto más alto registrado antes de la crisis. El riesgo y la incertidumbre siguen siendo determinantes para la IED, pero los flujos de capital de corto plazo (inversiones de cartera) también siguen sufriendo el impacto de un entorno incierto y volátil.

Las menores tasas de crecimiento se traducirán en mayor presión en el mercado laboral y problemas por el lado de los ingresos fiscales. El actual presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kin ha señalado que el crecimiento económico es el motor más importante para reducir la pobreza. Ese enunciado habría que examinarlo con mayor detenimiento, pero una cosa es certera: el mal desempeño de la economía mundial organizada todavía alrededor de la política económica neoliberal no significa nada bueno para la realización de las metas del desarrollo sustentable. Por lo mismo, para el cónclave en Washington la prioridad número uno es promover el crecimiento económico y romper este ciclo depresivo que ya dura demasiado.

¿Cómo proponen los jerarcas de la política económica salir del estancamiento? Una buena síntesis del tipo de propuestas es lo que ofrece Agustín Carsterns, presidente del Comité Monetario y Financiero Internacional (organismo del FMI) y gobernador del Banco de México. Sus recomendaciones se reducen a tres. Primero, mantener la política monetaria acomodaticia en las economías avanzadas. Segundo, utilizar la política fiscal cuando sea posible. Tercero, seguir avanzando en las reformas estructurales. Pero la política monetaria no ha podido reactivar el crédito por el excesivo endeudamiento. En materia de política fiscal la austeridad ha sido el dogma dominante. Y las reformas estructurales se refieren a seguir por el rumbo de la política neoliberal que dio como resultado la crisis global. Los altos funcionarios del FMI no acaban de entender la naturaleza de la crisis que hoy está hundiendo a la economía mundial en el estancamiento.

La crisis de deflación que hoy presenciamos es resultado de poderosas inercias derivadas del súper endeudamiento que mantuvo artificialmente los niveles de crecimiento del decenio anterior a la crisis. Los niveles de endeudamiento a escala macroeconómica son extraordinarios y se sitúan en el orden del 225 por ciento del PIB mundial. Unas dos terceras partes corresponden al sector privado (hipotecas y préstamos corporativos). Es evidente que estamos frente a un círculo vicioso en el que el estancamiento hace difícil que los agentes paguen sus deudas, pero el excesivo endeudamiento conduce a un freno en la demanda y la inversión. Hay que añadir que los episodios de volatilidad estarán agravando esta situación en los próximos años. La crisis deflacionaria se traduce en lo que ya se está comenzando a llamar la Larga Depresión. Habría que organizar una última gran fiesta de despedida de lo que fue la globalización neoliberal.

Cooperación internacional para mejorar el cultivo de camarón

Camagüey, octubre  (ACN) La mejoría en Cuba de la producción de postlarvas del camarón, cuando la especie ha atravesado toda las fases larvarias y está listo para sembrarse en los estanques de cría, es el eje de un convenio de colaboración internacional de la Universidad de Camagüey (UC).

El establecimiento de un laboratorio de diseño, el control de las infecciones en los cultivos, la implementación en centros de desoves y la organización de cursos de capacitación, son los objetivos del proyecto de Mejora sostenible de la larvicultura del camarón en Cuba, según informa Adelante digital.

Por un intercambio con la Universidad de Gante, en Bélgica, ya profesores de la casa de altos estudios camagüeyana han cursado becas pre­doctorales sobre la materia, y próximamente la Facultad de Ciencias Agropecuarias recibirá equipos de laboratorio y capacitación para la prevención de enfermedades de esa especie de alto valor comercial.

Amílcar Arenal Cruz, coordinador por la parte cubana y profesor de la UC, comentó a la publicación que también la investigación apoya la formación de los médicos veterinarios en el país, la defensa de doctorados y maestrías en esa especialidad, y la publicación de resultados en revistas indexadas.

El proyecto, fruto de la colaboración con Cuba del Consejo Interuniversitario Flamenco (VLIR), es uno de los tantos en los que la UC interviene para contribuir al desarrollo económico de la provincia, que es una de las primeras productoras del camarón de cultivo en el país.

En recientes declaraciones a la ACN Miguel Manso Díaz, jefe de Producción de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Cultisur, representación de la Empresa para el Cultivo del Camarón en el municipio de Santa Cruz del Sur, precisó que este año tienen un plan de obtención de mil 270 toneladas del marisco.

La exportación y el turismo son los principales destinos de la especie, y la UEB camagüeyana es recordista en su producción, con unas mil 360 toneladas en 2015, cifra sin precedente desde los años 80 del siglo XX, cuando comenzó el cultivo del camarón en la Isla.

Oliver Hart y Bengt Holmström: un británico y un finlandés se llevan el Premio Nobel de Economía 2016 por sus aportes a la "teoría de los contratos"

Redacción

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Oliver Hart y Bengt HolmströmImage copyrightN. ELMEHED. © NOBEL MEDIA AB 2016
Image captionOliver Hart y Bengt Holmström compartieron el premio de 2016, en su edición 48.
El británico Oliver Hart y el finlandés Bengt Holmström son los ganadores conjuntos del premio Nobel de Economía de 2016, según lo dio a conocer este lunes la Real Academia de las Ciencias de Suecia.
Göran K. Hansson, secretario general de la entidad, destacó la contribución de los dos economistas a la teoría de los contratosdurante el habitual anuncio en Estocolmo.
El jurado señaló que el trabajo del dúo estableció "el basamento intelectual" para desarrollar políticas en áreas clave de la economía, como la legislación de quiebras y bancarrotas y las constituciones políticas.
Hart, de 68 años, es académico de la Universidad de Harvard, mientras que Holmström, con 67, está afiliado al Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT). Juntos desbancaron a quien figuraba como favorito en los pronósticos, el nuevo economista jefe del Banco Mundial, Paul Romer.
Anuncio del Nobel de Economía de 2016Image copyrightAP
Image captionLa Academia destacó que la teoría de los contratos ayuda a regular múltiples aspectos de la vida en sociedad.
Los Nobel de 2016 han desarrollado "un marco global para analizar distintas cuestiones del diseño contractual", afirmó la Academia, como la remuneración basada en rendimiento para altos ejecutivos o la lógica de los deducibles y los co-pagos en temas de seguros.
Y en las últimas décadas, también han explorado muchas de sus aplicaciones.
La vida con los contratos
El jurado reconoció el amplio impacto del trabajo de los economistas en un campo que a primera vista parece árido y ajeno: los contratos, al fin de cuentas, están presentes en todos los aspectos de la vida en sociedad.
"Las economías modernas se mantienen por innumerables contratos. Las nuevas herramientas teóricas creadas por Hart y Holmström son valiosas para entender los contratos y las instituciones de la vida real, así como los posibles escollos del diseño contractual", señaló la Academia al dar a conocer su fallo.
Entre esos contratos se incluyen "aquellos entre accionistas y ejecutivos (de una empresa), entre una compañía de seguros y el dueño de un vehículo asegurado, entre la autoridad estatal y sus proveedores. Como estas relaciones suelen tener implícito un conflicto de interés, los contratos deben estar adecuadamente diseñados para garantizar que las partes tomen decisiones que resulten beneficiosas para ambas."
Holmström, nacido en 1949 en Helsinki, desarrolló un modelo para la relación vincular entre un "principal" -como los accionistas de una empresa, por ejemplo- y un "agente", como se considera al director ejecutivo de la misma compañía, cuya conducta es en parte invisible para los dueños de las acciones.
Los rostros de Oliver Hart y Bengt Holmström, en pantalla durante el anuncio de la Academia en Estocolmo.Image copyrightAFP
Image captionUn premio compartido, como ocurre con frecuencia con los Nobel de Economía.
Su principio básico define un contrato óptimo como uno que busca el equilibrio entre los riesgos y los incentivos.
Por su parte, el londinense Oliver Hart se especializó en una rama específica, la teoría de los "contratos incompletos".
Según sus estudios desde mediados de la década de 1980, el británico observó que, dado que es imposible que un contrato pueda anticipar todas las eventualidades, es indispensable definir los "derechos de control": ¿qué parte tiene derecho a tomar decisiones en qué circunstancias?
"Su investigación proporciona nuevas herramientas teóricas para estudiar cuestiones tales como qué tipo de empresas deben fusionarse, cuál es la combinación adecuada de deuda y financiación de capital, y cuándo instituciones como escuelas o prisiones deberían ser de propiedad privada o pública", detalló el dictamen de la Academia.
Mi opinión personal es que al día de hoy se han vuelto muy complicados”
Bengt Holmström, en relación a los jugosos bonos que se entregan en las empresas como parte de los contratos modernos que él se encarga de estudiar
AP

Un Nobel que no es tal

El Nobel de Ciencias Económicas se entrega desde 1969, el único que no fue creado por Alfred Nobel sino establecido y financiado por el Banco Central de Suecia (Sveriges Riksbank), el más antiguo del mundo.
Aunque sí se entrega en memoria del filántropo - de hecho, lo establece su propio nombre: Premio del Banco Central de Suecia en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel- y se decide según reglas y principios similares a los que rigen los otros galardones.
Además de un diploma y una medalla de oro, con cada distinción se otorgan 8 millones de coronas, unos US$960.000.
Hart y Holmström recibirán su premio de manos del rey Carlos Gustavo de Suecia, el próximo 10 de diciembre.
El año pasado, el Nobel económico fue a manos del escocés Angus Deaton, por sus estudios sobre el consumo, pobreza y bienestar. Aunque la mayoría de los ganadores del este premio en sus 48 años de historia han sido estadounidenses.
El más joven en recibirlo fue Kenneth J. Arrow, en 1972 a los 51 años, y Leonid Hurwicz el de más edad: había cumplido 90 cuando fue premiado, en 2007. Y mujeres, sólo una: la estadounidense Elinor Ostrom, en 2009.