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martes, 25 de octubre de 2016

Instalado el equipamiento para inicio de la prueba piloto de Internet en hogares cubanos

25 octubre 2016 |


Las salas de navegación son unas de las variantes implementadas en Cuba para conectarse a Internet. Foto tomada de Posta.

Eudes Monier Núñez, jefe del departamento de Mercadotecnia y Comunicación de la División Territorial de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) en la capital, dio a conocer que tal y como se informó inicialmente se prevé el comienzo de la prueba piloto antes de que finalice diciembre.

Monier señaló además que en los consejos populares Catedral y Plaza Vieja, del municipio de La Habana Vieja, ya está instalado el equipamiento, el cual se anunció anteriormente provenía de la empresa china Huawei.

Entre las medidas adoptadas con el fin de comenzar la prueba piloto está el reciente paso de los abonados de telefonía básica en estas zonas a una nueva tecnología, lo cual implicó realizar variaciones de numeración.

El cambio tecnológico necesario, precisó el jefe del departamento de Mercadotecnia y Comunicación, permite un aumento de la explotación de los servicios y es lo que facilitará la llegada de Internet a los hogares.

Monier Núñez aclaró que la selección del lugar no estuvo relacionada solo con las condiciones técnicas, y que no todos los habitantes están involucrados en el proyecto, solo cerca de dos mil usuarios.

Comentó que aún no está aprobada la tarifa de precios, pero se esperan
variedades en las ofertas; y sobre la velocidad de la conexión, afirmó que dependerá de los parámetros técnicos de la línea y el equipo de cómputo de los usuarios.

También se conoció que ETECSA continúa trabajando en aras de ofertar Internet en los móviles, una demanda de la población; sin embargo, este servicio debe estar disponible a partir del 2017.

Cuba cuenta con una política de informatización de la sociedad encaminada al uso masivo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación a favor del desarrollo estratégico de la nación.

Entre las líneas de trabajo proyectadas con este fin está un mayor acceso a Internet, para lo cual se aumentan las capacidades de infraestructura y se inauguran nuevos servicios de conexión a la red de redes desde las salas de navegación, los Joven Clubs de Computación y Electrónica y las zonas públicas con Wifi.

(Con información de la ACN)

De nuevos modelos y su conceptualización

El VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, celebrado en abril de 2016, refrendó la continuidad de los cambios anunciados cinco años antes, aunque se reconoció que solo un 22% de los lineamientos acordados entonces había sido cumplido. Además, estos se corresponden esencialmente con los aspectos de más fácil solución. La tarea más ardua comienza ahora y dos elementos de gran calibre gravitan sobre el futuro cercano.
Por una parte, el presidente Raúl Castro dejará la presidencia a un sucesor en febrero de 2018, terminando efectivamente con 59 años de gobiernos amparados en el peso del carisma y la historia en el ejercicio de la política. Para el nuevo gobierno, la tarea de continuar estas transformaciones se antoja compleja. En segundo lugar, la economía ha entrado en 2016 en otra fase recesiva, una vez más originada esencialmente en las dificultades del mayor socio comercial de Cuba, en este caso Venezuela.
El cónclave aprobó en primera instancia dos nuevos documentos para reemplazar los Lineamiento de primera generación, que se deben convertir en la guía de las reformas en los años venideros. Es por esto que revisten gran importancia, en tanto presuponen una mayor elaboración y alcance de las transformaciones, con un horizonte estratégico, y que por primera vez se arriesgan a dibujar las características fundamentales de la nueva sociedad.
Los dos documentos principales han sido concebidos como un cuerpo único, que intentan mantener cierta coherencia conceptual. La versión revisada de los Lineamientos se convierte ahora en un elemento transicional, que establece pautas a corto plazo. La Conceptualización es el documento teórico y político central, que describe el contorno general del futuro modelo cubano. A continuación se resaltan algunos de los mayores hitos de este documento.
El Documento establece que el propósito último es la construcción del socialismo en las condiciones de Cuba, lo que lo distancia diametralmente de la experiencia de Europa del Este y la extinta Unión Soviética, pero lo acerca a los procesos en China y Vietnam.
El diagnóstico de la situación de partida supera lo planteado en la primera versión de los Lineamientos, tanto por el lenguaje como por las debilidades o problemas a que hace referencia. Entre estos se incluye la insuficiente disponibilidad de divisas, atraso tecnológico, retraso de la base productiva, infraestructura e inversiones, y daños medioambientales. Además, se reconocen varias dificultades sociales como la creciente desigualdad, el éxodo interno y externo de trabajadores calificados, la existencia de corrupción, delitos, y otras formas de marginalidad social, y el envejecimiento y estancamiento de la población. Al mismo tiempo era esperable que se sobrestimaran las fortalezas del país. Existen quizá dos asuntos que debieron recibir una mayor atención en esta parte: la creciente heterogeneización de la sociedad, y el deterioro en la calidad de los servicios sociales.
Es destacable el reconocimiento explícito de que la sostenibilidad del modelo cubano depende directamente del logro de cuotas superiores de desarrollo, y este a su vez se vincula estrechamente con el crecimiento económico. El hecho de vincular la perdurabilidad del modelo con el progreso, y no necesariamente con el completamiento del tránsito hacia el socialismo, marca una ruptura con el discurso anterior y probablemente abre la puerta hacia decisiones pragmáticas que acepten las reglas de juego del mundo actual.
La forma de propiedad fundamental será la socialista de todo el pueblo, sobre los medios fundamentales de producción, en un escenario de coexistencia de múltiples formas. Se abre la posibilidad de que los medios fundamentales puedan ser compartidos o gestionados por otras formas reconocidas. Además, se declara que la propiedad colectiva comporta deberes y derechos, entre los que se encuentra la participación directa en la administración de estos bienes, y más aún, en la toma de decisiones sobre su uso y gestión.
También se incluye una ampliación del concepto de propiedad mixta, que incluye la posibilidad de que empresas estatales se asocien con entidades naturales o jurídicas, tanto nacionales como extranjeras. En relación a la propiedad privada se supera todo lo anterior que se había recogido sobre este asunto. Por primera vez en el período revolucionario, se establece claramente que existe un espacio y una función social a cumplir por la propiedad privada en el modelo cubano. Esto no es poco. Asimismo, se aclara que las regulaciones deben conducir a que los productores de todas las formas de propiedad reciban condiciones similares de funcionamiento y acceso a los mercados. No obstante, habrá que esperar a la implementación para saber cómo se interpretó el término “similares”, que no se traduce exactamente como “en igualdad de condiciones”.
A tono con los cambios en la estructura de propiedad, se consagra que la intervención del Estado descansará en la combinación de instrumentos directos e indirectos de política económica. Incluso se propone que “El Estado se concentra en las funciones que le son propias, como planificar, regular, conducir y controlar el proceso de desarrollo económico y social…” lo cual lo asemeja notablemente a los estándares asumidos por los Estados modernos. En lugar de fijar precios centralmente se plantea que se establecerán políticas para su determinación, transfiriendo el establecimiento de los mismos al sistema empresarial, excepto en ciertos casos de alta sensibilidad.
En el ámbito social no se ponderó adecuadamente el impacto de elementos externos. Convendría reconocer que a estas alturas, el ideal de prosperidad de los ciudadanos no solo tiene que ver con aspiraciones y circunstancias domésticas. Estos estándares se hallan crecientemente influenciados por patrones de consumo y estilos de vida provenientes del exterior, mayormente capitalista. Es un fenómeno que no es exclusivo de Cuba. Aquí adquiere características propias debido a la condición de país occidental, subdesarrollado y latinoamericano; la cercanía a Estados Unidos, y la existencia de una amplia comunidad cubana en ese país. Aquí también se ubicarían Internet y los medios masivos de comunicación.
Asimismo, se aspira a garantizar estabilidad económica y social, sin inseguridades sobre el futuro familiar o personal. Esta es una propuesta excesivamente idealista. El aumento de la incertidumbre debido a diversos procesos convergentes es una característica de la sociedad contemporánea, que se relaciona con el cambio técnico, la creciente movilidad del capital, el trabajo y las personas, junto a su interactividad.
En general, el avance es innegable, pero persisten tensiones e incluso contradicciones en la propuesta, cuya solución será una de las claves del éxito. La propia aceptación del modelo de economía mixta se combinó con una deliberada estratificación de las diferentes formas de propiedad. El resultado es un esquema en el que se ubicaría la propiedad socialista de todo el pueblo (estatal) como la forma principal, seguida por la cooperativa, a la que se le brindará una atención especial en tanto tipo colectivo de gestión, y finalmente la propiedad privada, como opción subsidiaria de las demás. Sin embargo, el alcance y las funciones previstas para esta última, deja entrever que en todo caso, la inversión extranjera desempeñará un rol protagónico, mientras que el capital privado nacional enfrentará las mayores limitaciones. Esto puede ser contraproducente en el largo plazo.
La superioridad de unas formas sobre otras aparece como una mera aspiración que responde a consideraciones extraeconómicas. La superación de las relaciones capitalistas no se logra por decreto. La estratificación propuesta puede conducir a una asignación ineficiente de los factores productivos, lo que retardará enormemente el crecimiento económico, objetivo declarado como esencial para la sostenibilidad del modelo. No debería primar un criterio administrativo en la determinación de las áreas donde operan el sector privado y las reglas de mercado.
Otro asunto controvertido es el rol del mercado, especialmente porque se sigue presentando como alternativa a la planificación central. Esta se anuncia como la forma de dirección principal, aunque no se esbozan los profundos cambios a los que está abocada la concepción tradicional dominante hasta hoy. Se llega a afirmar que se elegirán las áreas en las que se aceptarán las relaciones de mercado. La contradicción es evidente en tanto el mercado es una relación social objetiva, que no depende del reconocimiento consciente de ningún ente político o de otro tipo.
El establecimiento de límites a la concentración de la propiedad y la riqueza es otra cuestión de gran alcance, teniendo en cuenta la interpretación de este principio desde la adopción de los Lineamientos en 2011. Esto se ha equiparado con la imposición de restricciones al surgimiento y desarrollo del sector privado. Es difícil comprender como se puede establecer el crecimiento como objetivo central y a la vez penalizar sistemáticamente a las empresas más eficientes y creativas, esto es, a las que crecen y amplían su dotación de factores productivos, incluyendo fuerza de trabajo. Al tratar de igualar hacia abajo a las mejores entidades, se les retrotrae al escenario donde se ubica la zona de confianza de los peores productores.
La apropiación social de la mayor parte de la riqueza, que debería ser el objetivo de justicia social posible en las actuales condiciones puede tener lugar en un contexto donde la gestión y propiedad estatal no sean mayoritarias. Pero requiere que las entidades públicas sean bien gestionadas y que se premie socialmente los mejores desempeños.
Resulta alentador el reconocimiento de la necesidad de una relación más funcional con la economía mundial. Se llega a declarar que se promoverá la integración económica con otros países, especialmente de la región latinoamericana. No obstante, avanzar por este camino plantea una dificultad sustantiva. Los procesos de este tipo que tienen lugar en el mundo contemporáneo tienden a proponer una integración profunda entre las economías participantes. Los acuerdos que se negocian, desde hace bastante tiempo desbordan el ámbito puramente comercial, para incorporar las inversiones, propiedad intelectual, competencia, compras públicas, entre otras muchas. La presencia de estos aspectos da por descontado que las instituciones fundamentales de una economía de mercado son funcionales en las economías participantes. Este no es el caso de Cuba. El dilema se plantea de esta forma: se aceptan estas reglas de juego, asumiendo que el beneficio a largo plazo es clave, y se introducen gradualmente las transformaciones necesarias, o el país queda al margen de estos procesos.
La consagración práctica de esta propuesta debería hallarse en el Plan Nacional de Desarrollo 2030, que será analizado en un trabajo posterior. La Conceptualización es una propuesta perfectible, de gran relevancia, que debe ser discutida con profundidad y seriedad. Las nuevas generaciones deben ser parte activa de este proceso, en tanto ellas construirán, y sobre todo heredarán, la nueva Cuba. En esa lógica, ellas deberían tener un interés, y por qué no, un peso desmedido en estas discusiones. ¿Existen los mecanismos políticos y sociales que hagan posible esta retroalimentación? Más importante aún, ¿estamos haciendo todo lo posible para crearlos?
(*) Ricardo Torres, Doctor en Ciencias Económicas y profesor de la facultad de Economía de la Universidad de La Habana.
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Michael Hudson: La gran Recesión no ha terminado

El FMI predice la vulnerabilidad de los bancos en los Estados Unidos y la Unión Europea al tiempo que permite el apalancamiento de la deuda insostenible, dice el economista Michael Hudson. Con lo peor de la gran recesión supuestamente superado, los analistas económicos siguen viendo signos de que no estamos todavía completamente fuera de peligro. Un nuevo informe publicado el miércoles por el Fondo Monetario Internacional muestra que algunos bancos de Estados Unidos y Europa quizás no sean lo suficientemente fuertes para sobrevivir a otro revés, incluso con ayuda estatal.

Kim Brown, CounterPunch

Se une a nosotros desde Nueva York Michael Hudson. Michael es Profesor e Investigador de Economía de la Universidad de Missouri, Kansas City. Su último libro es Matar al Anfitrión: Cómo los parásitos financieros y la servidumbre de la deuda destruye la economía global (Killing the Host: How Financial Parasites and Debt Bondage Destroy the Global Economy). Michael, gracias de nuevo por estar con nosotros.

MICHAEL HUDSON: Me alegró de estar contigo. Pero el peligro no ha pasado.

BROWN: Está bien, entremos en ello. El informe del FMI sobre la estabilidad financiera dice que a pesar de que los bancos sean más fuertes ahora que antes de la crisis económica de 2007-2008, aproximadamente el veinticinco por ciento de los bancos de Estados Unidos y alrededor de un tercio de los bancos europeos son demasiado débiles, incluso para beneficiarse de un aumento potencial de las tasas de interés y de cualquier ayuda para la recuperación, si la economía mundial tomara un giro hacia abajo. Pero antes de entrar en cuestiones específicas acerca de la salud de los bancos, Michael, ¿actualmente estamos todavía en una recesión o estamos firmemente en una recuperación?

HUDSON: No estamos en una recuperación y no estamos realmente en una recesión tradicional. La gente piensa en un ciclo económico, que es un auge seguido de una recesión y luego los estabilizadores automáticos reactivan la economía. Pero esta vez no la podemos reactivar. La razón es que cada recuperación desde 1945 se ha iniciado con un nivel de deuda cada vez mayor. La deuda es tan alta ahora, que desde 2008 hemos estado en lo que yo llamo la deflación de la deuda. La gente tiene que pagar tanto dinero a los bancos que no tienen suficiente dinero para comprar los bienes y servicios que producen. Así que no hay demasiada inversión nueva, no hay nuevos puestos de trabajo (excepto los empleos de «servicios» de salario mínimo) los mercados se están reduciendo y la gente no puede pagar sus deudas. Así que muchas empresas no pueden pagar a sus bancos.

El producto de los bancos es la deuda. Tratan de decir a los clientes que "las deudas son buenas para usted", pero los clientes no pueden permitirse más deuda, así que no hay forma de que los bancos puedan continuar con su plan de negocios corriente. De hecho, no hay manera de que los bancos puedan cobrar todo lo que se les debe. Eso es lo que el FMI no sigue a través de su análisis diciendo: "Mira, los bancos están en la ruina porque el sistema financiero está en quiebra; y el sistema financiero está en quiebra porque la idea de intentar enriquecerse mediante el endeudamiento no funciona ".
Era un modelo falso. Así que, en realidad, estamos al final de un ciclo largo que se inició en 1945 alimentando a la economía con la deuda. No podremos salirnos de ello hasta que eliminemos las deudas. Pero eso es impensable para el FMI. No puede decir eso, porque se supone que representa los intereses de los bancos. Así pues, todo lo que el FMI puede hacer es retorcerse las manos por el hecho de que los bancos no van a ganar dinero, incluso si hay una recuperación. Pero en realidad no hay una recuperación y no hay indicios de ella en el horizonte, porqué la gente tiene que pagar a los bancos. Es un círculo vicioso –o mas bien, una espiral descendente. Básicamente, los economistas del FMI se limitan a alzar los brazos admitiendo que no saben qué hacer, dados los límites de su visión restringida.

BROWN: Bueno, Michael, ayúdanos a entender por qué el crecimiento ha sido tan débil durante estos últimos ocho o seis años más o menos.

HUDSON: Si se toma el presupuesto medio familiar - lo he dicho muchas veces en tu programa - podemos ir a los números. Si tienes que pagar del cuarenta al cuarenta y tres por ciento de tus ingresos para la vivienda ; además, el quince por ciento de tu sueldo es retenido por la Seguridad Social ; tienes que pagar la atención médica ; tienes que pagar a los bancos tu deuda de la tarjeta de crédito ; préstamos estudiantiles. Después de esto te queda sólo un veinticinco o un treintaicinco por ciento, tal vez una tercera parte de tu salario para comprar bienes y servicios. Eso es todo.
El problema es que la manera de conseguir un trabajo es con una empresa que vende bienes y servicios. Las empresas no contratan porque los consumidores no tienen suficiente dinero para comprar los bienes y servicios.
Estamos en una deuda-deflación crónica. No hay manera de recuperarse a menos que se perdonen las deudas. Eso es básicamente lo que el FMI está dando a entender (de forma explicita en el caso de Grecia), pero no lo dice claramente porque eso no se puede decir, porque no se considera correcto.

BROWN: Michael, el titular de MarketWatch sobre este informe del FMI dice: “Olvidaros del ‘demasiado grande’ para caer. La gran preocupación son unos bancos demasiado débiles para sobrevivir”. Si los grandes bancos casi tumbaron el sistema financiero mundial ¿por qué unos bancos más débiles serian mejor para los consumidores?

HUDSON: Se trata de bancos especializados que hacen lo que los bancos solían hacer (antes de que el presidente Clinton suprimiera la ley Glass-Steagall en 1999). Los bancos pequeños que prestan a los consumidores están bien. La mayoría de los bancos - con el Deutsche Bank en la cumbre del espectro aquí - han decidido que no pueden continuar haciendo préstamos dinerarios, así que van al segundo plan de negocio: prestan dinero a los capitalistas de casino. Es decir, a gente que quiere jugar con derivados.
Un derivado es una apuesta sobre si una acción o un bono o un activo inmobiliario va a subir o a bajar. Hay un ganador y un perdedor. Es como una apuesta hípica. Ocurre que el mayor banco que ha prestado para este juego - no para la producción real, no para la inversión, únicamente para especular- ha sido el Deutsche Bank. Los prestatarios tomaron prestado del Deutsche Bank para jugar.

¿Cuál es la mejor apuesta del mundo en este momento? Es apostar a que las acciones del Deutsche Bank van a bajar. Los vendedores al descubierto han tomado prestado de sus bancos para apostar a que las acciones del Deutsche Bank van a bajar. Ahora se retuercen las manos diciendo: "¡Oh! los especuladores nos están matando". Pero es el Deutsche Bank y los demás bancos quienes están proporcionando el dinero a los especuladores para apostar con crédito.

BROWN: Michael, el informe del FMI dice que si, en la zona euro, los gobiernos pudieran ayudar a los bancos a deshacerse de sus préstamos malos, ello tendría un efecto positivo sobre el capital bancario. ¿Cuál sería el efecto sobre los consumidores de la economía de la UE, en general, si los bancos pudieran simplemente deshacerse de estos malos préstamos?

HUDSON: En realidad son simples matemáticas. Hay que abolir los planes de pensiones. Hay que suprimir el gasto social. Hay que subir los impuestos. Hay que hacer que por lo menos el cincuenta por ciento de la población europea emigre, ya sea a Rusia o a China. Debería haber hambre masiva. Muy simple. Ese es el precio que la zona euro piensa que vale la pena pagar. Es el precio que pensó que valía la pena que Grecia pagara. Para salvar a los bancos, toda la zona euro debería volverse como Grecia.
Hay que hacer que los gobiernos vendan la totalidad de sus propiedades públicas; vendan sus ferrocarriles, vendan su territorio público. En esencia hay que introducir el neo-feudalismo. Hay que retrasar el reloj de la historia miles de años atrás y reducir la población europea a la esclavitud de la deuda. Es una solución tan fácil como la que la Eurozona ha impuesto a Grecia. Y los líderes y los bancos urgen a los economistas responsables a que promuevan esta solución para la población en general.

BROWN: Hablemos de la otra pequeña parte de información dada a conocer por el FMI sobre la deuda. La deuda global ha llegado actualmente a cerca de ciento cincuenta y dos billones de dólares. Esto incluye la deuda pública, la deuda familiar, la deuda de las empresas no financieras. ¿Qué significa todo esto para la deuda del sistema financiero global y para la gente común, Michael?

HUDSON: Significa que la única manera en que la gente puede pagar la deuda es reduciendo drásticamente su nivel de vida. Esto significa que acepten convertir sus planes de pensiones de prestación definida (usted sabe lo que va a recibir) en "planes de aportación definida", en los que Ud. pone el dinero, pero no se sabe lo que tendrá al final.

Para salvar a los bancos de las pérdidas que acabarían con su valor neto hay que deshacerse de la Seguridad Social. Esto significa en esencia que hay que abolir el gobierno y dar su gestión al sistema bancario para que lo ejerza, con la idea de que el papel de los gobiernos es extraer ingresos de la economía para pagar a los tenedores de bonos y a los bancos.

Cuando se dice “pagar a los bancos” lo que realmente se quiere decir es pagar a los tenedores de acciones bancarias. Estos son, básicamente, el Uno por Ciento. Lo que se ve directamente en el informe del FMI, en este crecimiento de la deuda, es que el Uno por Ciento de la población posee unas tres cuartas partes de toda esta deuda. Esto significa que hay que elegir: o bien salvas la economía, o bien salvas al Uno por Ciento de la pérdida de un solo centavo.

Todos los gobiernos, desde la administración de Obama hasta Angela Merkel, la zona euro y el FMI se comprometieron a salvar a los bancos, no a la economía. Ningún precio es demasiado alto para intentar que el sistema financiero continúe funcionando algo más de tiempo. Pero finalmente no se puede salvarlo debido a que es una cuestión de matemáticas. Las deudas crecen y crecen. Y cuanto más crecen más se contrae la economía. Al reducir la economía, se reduce la capacidad de pagar las deudas, por lo que es una ilusión creer que el sistema puede ser salvado. La cuestión es ¿durante cuánto tiempo la gente va a estar dispuesta a vivir en esta ilusión?

BROWN: Esa era mi siguiente pregunta. No sólo cuanto tiempo la gente va a estar dispuesta a vivir en esta ilusión sino ¿cuánto tiempo podrá sostenerse aun esta ilusión antes de que veamos otro colapso de las economías en todo el mundo? ¿Es algo inminente, algo que simplemente deberíamos estar esperando que ocurra, para lo cual deberíamos prepararnos?

HUDSON: Todavía estamos en el colapso que comenzó después de 2008. No hay un nuevo colapso, no ha habido una recuperación. Los salarios del noventa y nueve por ciento han disminuido de manera constante desde el año 2008. Han disminuido especialmente para el veinticinco por ciento inferior de la población. Esto significa que han bajado especialmente para los negros y los hispanos y demás trabajadores de cuello azul. Su valor neto de hecho ha pasado a ser negativo y no tienen suficiente dinero para salir adelante.

De hecho, una de las grandes empresas de consultoría acaba de hacer un estudio de la “generación del milenio”. Ernst and Young hizo un estudio y resultó que el setenta y ocho por ciento de estos jóvenes están preocupados por no tener suficientes oportunidades de encontrar un trabajo bien pagado para poder devolver los préstamos estudiantiles. Un setenta y cuatro por ciento no puede pagar los servicios sanitarios si enferman. Un setenta y nueve por ciento no tiene suficiente dinero para vivir cuando se retiren. Así que, tenemos ya a toda una generación, no sólo aquí sino también en Europa, que no consigue obtener empleos bien remunerados. La única manera de que puedan vivir tal como se les prometió es tener padres lo suficientemente ricos para procurarles un fondo fiduciario.

BROWN: Hemos estado hablando con Michael Hudson. Michael es un Profesor e Investigador de Economía de la Universidad de Missouri, Kansas City. Su último libro es Matar al Anfitrión: Cómo los parásitos financieros y la servidumbre por la deuda destruye la economía global. Michael, dijiste que tenías otro libro a punto de salir ¿es cierto ?

HUDSON: Sí, a finales de este mes. Tendrá por título J is for Junk Economics. Es una revisión de por qué los economistas prometen que de alguna manera vamos a recuperarnos. Por qué esto es básicamente basura, y por qué hoy día, para ser economista debes participar en este cuento que de alguna manera podemos recuperarnos y seguir enriqueciendo a los bancos. Es un cuento. J is for Junk Economics trata de por qué no va a funcionar.
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