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lunes, 27 de febrero de 2017

El asunto de las croquetas




27 Febrero, 2017 


Estaba sentado en el contén de la acera cuando me vio llegar al parque, ya conectado él a la WI-FI, yo en busca de la conexión. Me miró sonriente y no dejó que me sentara, me dijo de inmediato: “Te equivocaste en aquel artículo de la puerta de los P. El asunto no es que los chóferes solo abren una hoja de la puerta delantera para que los pasajeros suban; lo que tenías que haberte preguntado era si esa es la puerta más conveniente para facilitar que los pasajeros suban, si lo que se quiere en realidad es facilitar ese asunto”.

Y siguió: “Si el propósito real fuera facilitar la entrada entonces la puerta de subida debía ser la del medio y así no se producirían los tranques en los pasillos y el chofer no tendría que estar diciendo constantemente ‘¡Arriba, caballero, avanzando hacia atrás!’”.

Su argumento fue demoledor, me di cuenta de que podía haber cometido lo que en estadísticas se llama error tipo dos; esto es, aceptar algo falso. Asumí que el propósito de la “regulación” que establece que la subida en los ómnibus es por la puerta delantera era facilitar el acceso al servicio. Sin embargo, Goyo, que de no ser por él mismo y por la herencia hubiera sido un magnífico artista de la gráfica, con grandes trazos dibujó un “P” en la calle, me hizo el diagrama de flujo de los pasajeros en el interior del ómnibus y yo me quedé sin argumentos.

Entonces me preguntó: “¿Con tantos ingenieros en transporte y otras cosas tú crees que alguien no se ha dado cuenta antes que yo? Aquí faltan otras cosas, pero talento, mi herma, talento todavía se sobra”.

Regular es quizás el mayor de los retos para cualquier gobierno, ya sea local o nacional, de izquierda o de derecha, capitalista o socialista. Hacerlo bien es el más duro de todos los ejercicios, es quizás una de las metas más difíciles de lograr.

Salvo muy raras excepciones, las regulaciones generan ganadores y perdedores. El arte está en que el saldo de la regulación sea positivo. Para lograr que sea ese el resultado hay que validar de manera precisa el propósito de la regulación y su coherencia con el fin deseado. Por eso es importante aclarar un grupo de aspectos. Por ejemplo:

¿Cuál es el propósito real de la regulación, qué se pretende con ella?

¿Es consistente ese propósito con aquellos otros objetivos más estratégicos / decisivos / importantes?

¿Cuándo se debe implementar la regulación?

¿Cómo se debe implementar para que sus efectos dejen un saldo positivo?

¿Hay un mínimo de condiciones para hacerla cumplir?
¿El costo de hacer efectiva esa regulación es mayor que los beneficios que reporta?

¿Cuáles son los impactos colaterales que provoca?

¿Quiénes se benefician? ¿Quiénes se perjudican?

Hay, además, que tener un sistema de información que alimente esa decisión, y permita informar a los regulados y a aquellos otros que, sin ser regulados, son afectados por esa regulación.

También hay que tener un sistema de contrapesos que permita las correcciones adecuadas si estas son necesarias. El mejor de los propósitos a lograr puede malograrse si no existen esos contrapesos que, por omisión, den la capacidad a los regulados de anteponer sus propios argumentos y llegar a consensos que hagan mas eficiente esa regulación.

Aferrarnos a regulaciones extemporáneas parece no ser el mejor de los caminos para solucionar algo. Recuerdo siempre que a inicios de este proceso de transformaciones iniciado en 2007, el Presidente cubano tomó un grupo de decisiones para erradicar algunas de esas regulaciones extemporáneas; como por ejemplo, la prohibición de que los cubanos pudiéramos tener de forma legal una conexión de telefonía celular, o aquella otra que nos convertía en extraños en nuestros propios hoteles (nuestros en el sentido exacto de la palabra, pues son propiedad de todo el pueblo) o la que no nos permitía comprar y vender nuestras propias casas, o la que nos impedía viajar al exterior cuando cada cual lo decidiera si lograba los recursos necesarios.

Esas “regulaciones / prohibiciones” ya eliminadas, mientras existieron generaron formas de comportamiento ciudadano para nada cercanas a nuestras aspiraciones, promovieron cadenas de corrupción, permitieron apropiaciones de rentas que no eran producto del trabajo y facilitaron el enriquecimiento ilícito de muchas personas. Lo peor: generaron en nuestra población una cultura de tolerancia cuyos costos aún estamos pagando.

Nadie en el mundo de hoy, de cualquier filiación ideológica o política, se atreve a negar la necesidad de los sistemas regulatorios, en especial en la economía. Los argumentos de su necesidad se mueven en un intervalo que justifica su existencia debido a la necesidad de corregir las fallas del mercado, hasta aquel otro extremo que los admite como “sustituto” total del mercado. Nosotros también nos hemos debatido dentro de esos extremos y aún lo hacemos.

No hay sistemas regulatorios perfectos, todos son perfectibles. No hay regulaciones eternas, todas terminan siendo sobrepasadas por nuevas realidades y nuevos fenómenos que requieren de nuevas regulaciones, distintas a las anteriores.

Nos pasa eso hoy en Cuba: tenemos una economía y una sociedad mucho más diversas, hay nuevos agentes económicos y actores sociales, han surgido nuevas necesidades y relaciones entre esos agentes y todo ello obliga a nuevas regulaciones; pero, sobre todo, a que esas nuevas regulaciones respondan a estos nuevos tiempos.

El “asunto almendrones” es solo un caso de regulaciones que producen efectos no deseados. Tan o más importante que el primero son otros como el “asunto sustitución de importaciones” o el “asunto promoción de exportaciones”, o el “asunto inversión extranjera” o el “asunto libreta de abastecimiento”, el “precios topados”, “no contratación directa de trabajadores en firmas y compañías extranjeras en Cuba”, etcétera.

Al final son todos temas asociados a sistemas regulatorios que no generan los incentivos adecuados y no producen los efectos esperados, o producen junto a los efectos esperados otros no deseados que provocan un saldo negativo final. Hay muchos más, como es de esperar, pero no es el propósito listarlos todos.

Como casi siempre ocurre, es mucho más fácil hablar sobre las regulaciones que hacerlas e implementarlas. Eso también es cierto.

Un buen amigo especialista en temas de economía institucional me dijo una vez que la peor regulación es casi siempre alguna que ha durado tanto que se ha desvinculado del propio objeto y sujeto de la regulación.

Pero también me afirmó que resulta decisivo entender los límites de la regulación y que esos límites están primero que todo en el sistema legal que protege a los ciudadanos de cada país, incluso de esas mismas regulaciones y de la forma en que en ocasiones se aplican.

Traigo una anécdota recién vivida: El sábado 25 de febrero de 2017 frente a la tienda la Época fui testigo de una de esas raras situaciones que se han hecho a veces cotidianas. Galiano, 11 de la mañana, invierno típico cubano (30 grados centígrados) un señor de unos 65 años arrastraba, sudoroso, un carrito improvisado (una caja de plástico con cuatro ruedas) dentro de la cual había unos veinte paquetes de croquetas de las que venden en los mercados en pesos cubanos con 10 unidades por paquete. Dos inspectoras lo detuvieron y preguntaron por el origen de las croquetas, a lo cual el respondió que eran compradas en un mercado cercano. Una de las inspectoras le dijo que podía ser multado por ¡acaparamiento!

Me llamó la atención la figura usada para tipificar la supuesta transgresión, en especial porque no he encontrado nunca una norma que defina cuántas croquetas adquiridas por una sola persona la convierte en un “acaparador”.

¿Y si las croquetas son para la fiesta del cumpleaños de su nieta? ¿Y si son para un “motivito temba” con los “antiguos del pre”? ¿Si se las quiere enviar a su numerosa familia de alguna provincia lejana donde las Prodal no llegan?

No se cómo terminó aquel incidente, pero se me quedó en la mente la expresión del hombre de las croquetas, vi el desamparo dibujado en su rostro, ante la necesidad de tener que explicarle a alguien que lo presumía acaparador sin haberlo demostrado, cuál era el destino de sus croquetas.
En parte ese incidente me provocó escribir estas líneas. También me convenció de que una parte importante de la efectividad de las regulaciones –quizás decisiva–está en las personas encargadas de hacerlas cumplir.

Hoy tenemos la ventaja de tener definiciones importantes sobre el futuro del país, que junto a nuestra Constitución deben servir de marco de referencia a cualquier regulación. Teniendo ambos documentos delante, creo que debemos preguntarnos, como al inicio de las transformaciones: ¿Cuán obsoletas han quedado algunas de las regulaciones actuales? ¿Cuáles otras regulaciones necesitamos? ¿Cómo asegurarnos de que su implementación nos produzca un saldo positivo?

Las bolsas 'tiemblan' por el primer discurso de Trump ante el Congreso de EE.UU.

Publicado: 27 feb 2017 14:18 GMT

Este martes será un día clave para los mercados. "Trump es imprevisible. Y con él todo es posible", destaca la periodista Miriam Calavia Rogel.


Yuri GripasReuters

El presidente de EE.UU. Donald Trump ofrecerá este martes su primer discurso ante una sesión conjunta del Congreso de EE.UU. para exponer su programa de Gobierno, momento que los mercados esperan "con el corazón en la mano", escribe la periodista Miriam Calavia Rogel en 'Cinco Días'. Se prevé que Trump dé detalles sobre sus planes de inversión y recorte de impuestos.

La sociedad de valores y bolsa independiente Link Securities sostiene que "la reacción alcista de la renta variable occidental" existente desde las elecciones presidenciales de EE.UU. ha estado apoyada "en las expectativas generadas por la agresiva agenda fiscal" de Trump. Sin embargo, la compañía destaca que sus promesas tienen que "materializarse" para que las recientes alzas de los mercados de valores "puedan justificarse".

"Con Trump todo es posible"

"Trump es, sobre todo, imprevisible. Y con él todo es posible. Así, del grado de decepción de los inversores dependerá el comportamiento de las bolsas a corto plazo", afirma la columnista.

Calavia Rogel indica que varias encuestas de casas de análisis sitúan a principios del 2018 el inicio de la aplicación práctica de las medidas del mandatario estadounidense. "Los expertos consideran que cualquier modificación de la agenda y del calendario impactará directamente en los mercados mundiales, tanto en la renta variable como en las divisas y en la renta fija", explica.

Por su parte, Monex Europe, empresa líder en el cambio de divisas, indica que el discurso puede desatar un movimiento brusco en el dólar. La compañía apunta que aunque la victoria de Trump impulsó al billete verde, la 'Trumpflation trade' (que se puede traducir como la vuelta a la inflación) "ha perdido fuerza en las últimas semanas". Así, lo que diga Trump "podría ser el pivote para un 'rally' desmedido del dólar o una fuerte caída si Trump no desglosa una reforma fiscal substancial".

Joseph E. Stiglitz: Cómo sobrevivir la Época Trump

Joseph E. Stiglitz, recipient of the Nobel Memorial Prize in Economic Sciences in 2001 and the John Bates Clark Medal in 1979, is University Professor at Columbia University, Co-Chair of the High-Level Expert Group on the Measurement of Economic Performance and Social Progress at the OECD, and Chief Economist of the Roosevelt Institute. A former senior vice president and chief economist of the World Bank and chair of the US president’s Council of Economic Advisers under Bill Clinton, in 2000 he founded the Initiative for Policy Dialogue, a think tank on international development based at Columbia University. His most recent book is The Euro: How a Common Currency Threatens the Future of Europe.

NUEVA YORK – En apenas un mes, y a un ritmo vertiginoso, el presidente de EE.UU. Donald Trump ha logrado propagar caos e incertidumbre. No es de extrañar que tanto ciudadanos como líderes empresariales, así como la sociedad civil y el gobierno, realicen esfuerzos por responder apropiada y eficazmente.

Ningún punto de vista sobre el camino a seguir es necesariamente provisional, ya que Trump aún no ha propuesto legislación detallada, y el Congreso y los tribunales no han respondido plenamente a su chorrera de decretos. Sin embargo, el reconocimiento de la incertidumbre no es justificación para la negación.

Por el contrario, ahora está claro que lo que dice Trump y los tuits que escribe deben ser tomados en serio. Tras las elecciones del mes de noviembre, existía una esperanza casi universal sobre que él abandonaría el extremismo que caracterizó a su campaña electoral. Ciertamente, se pensaba, este maestro de la irrealidad iría a adoptar una forma de ser distinta a momento de asumir la maravillosa responsabilidad de lo que a menudo se llama el cargo más poderoso en el mundo.

Algo similar ocurre con cada nuevo presidente de Estados Unidos: independientemente de si votamos a favor del nuevo titular del cargo, proyectamos en él la imagen que nosotros tenemos en mente de lo que queremos que dicha persona sea. Pero, si bien la mayoría de los funcionarios electos aceptan ser todo lo que las personas quieren que sea, Trump no ha dejado entrever ninguna duda sobre que él tiene la intención de hacer lo que él dijo que haría: una prohibición de la inmigración musulmana, un muro en la frontera con México, una renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la derogación de las reformas financieras Dodd-Frank del año 2010, y mucho más, incluso Trump hará lo que sus propios partidarios pensaron que no llegaría a hacer.

En algunas oportunidades, he criticado aspectos y políticas específicas del orden económico y de seguridad, mismo que fue creado tras la Segunda Guerra Mundial sobre la base de las Naciones Unidas, la OTAN, la Unión Europea y una red de otras instituciones y relaciones. Sin embargo, existe una enorme diferencia entre los intentos por reformar estas instituciones y sus relaciones para que puedan servir mejor al mundo y una agenda que busca destruirlas de manera categórica.

Trump ve el mundo en términos de un juego de suma cero. En realidad, la globalización, si es bien administrada, es una fuerza de suma positiva: Estados Unidos gana si sus amigos y aliados – ya sea Australia, la Unión Europea o México – son más fuertes. Pero el enfoque de Trump amenaza con convertir a la globalización en un juego de suma negativa: Estados Unidos, también, perderá.

Ese enfoque quedó claro desde su discurso inaugural, en el cual su repetido conjuro “Primero, Estados Unidos”, con sus connotaciones históricamente fascistas, confirmó el compromiso que Trump tiene con sus estrategias más feas. Las administraciones anteriores siempre han tomado en serio su responsabilidad de promover los intereses de Estados Unidos. Pero, las políticas que perseguían, por lo general, se enmarcaban en términos de una comprensión ilustrada de lo que significa el interés nacional. Los estadounidenses, según ellos, se benefician de una economía mundial más próspera y una red de alianzas entre países comprometidos con la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho.

Si hay una luz de esperanza en el nubarrón Trump, es un nuevo sentido de solidaridad con respecto a los valores fundamentales, tales como la tolerancia y la igualdad, que ahora se sustentan por la toma de conciencia del fanatismo y misoginia – ya sean manifiestos o encubiertos – que encarnan Trump y su equipo. Y, dicha solidaridad se ha tornado mundial, y Trump y sus aliados enfrentan protestas y rechazo a lo largo y ancho del mundo democrático.

En Estados Unidos, La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), que había previsto que Trump rápidamente pisotearía los derechos de las personas individuales, ha demostrado que está tan preparada como siempre para defender los principios constitucionales fundamentales, tales como el debido proceso, la igualdad de protección y la neutralidad oficial con respecto a la religión. Y, durante el mes pasado, los estadounidenses han apoyado a la ACLU con millones de dólares en donaciones.

Del mismo modo, a lo largo y ancho de EE.UU., los empleados y clientes de las empresas han expresado su preocupación respecto al apoyo que algunos directores ejecutivos y miembros de las juntas directivas brindan a Trump. De hecho, como grupo, los líderes e inversionistas corporativos estadounidenses se han convertido en los facilitadores de Trump. En la Reunión Anual del Foro Económico Mundial de este año en Davos, muchos ya empezaron a salivar al sólo pensar en las promesas de recortes de impuestos y desregulación, mientras afanadamente ignoraban el fanatismo de Trump – sin mencionarlo ni siquiera en una sola de las reuniones a las que asistí – así como ignorando también su proteccionismo.

La falta de coraje fue aún más preocupante: estaba claro que muchos de los que estaban preocupados por Trump tenían miedo de elevar sus voces, ya que podría ocurrir que ellos (y el precio de las acciones de sus empresas) se vayan a convertir en el blanco de un tuit. El miedo omnipresente es un sello característico de los regímenes autoritarios, y ahora lo estamos viendo en Estados Unidos por primera vez en mi vida adulta.

Como resultado, la importancia del Estado de derecho, que otrora fue un concepto abstracto para muchos estadounidenses, se ha convertido en algo muy concreto. Bajo el Estado de derecho, si el gobierno quiere evitar que las empresas contraten a terceros y subcontraten internacionalmente, tiene que promulgar leyes y adoptar regulaciones para crear los incentivos adecuados y desalentar el comportamiento que le es indeseable. El gobierno no intimida, ni amenaza a empresas en particular, ni tampoco retrata a los traumatizados refugiados como una amenaza a la seguridad.

Los principales medios de comunicación de Estados Unidos, como The New York Times y The Washington Post, se han negado, hasta ahora, a ver como normal el sacrificio de los valores estadounidenses que lleva a cabo Trump. No es normal que Estados Unidos tenga un presidente que rechace la independencia judicial; no es normal sustituir a los oficiales militares y de inteligencia del más alto rango e importancia, quienes se encuentran en el núcleo de la formulación de políticas de seguridad nacional, con un fanático acérrimo de los medios de comunicación que es de extrema derecha; y, no es normal que Trump en el momento que se encontró frente a la más reciente prueba de misiles balísticos de Corea del Norte, se dedique a promocionar los negocios de su hija.

Sin embargo, cuando nos vemos constantemente bombardeados por acontecimientos y decisiones completamente inaceptables y que se pasan de la raya, es fácil empezar a adormecerse y comenzar a mirar más allá de los grandes abusos ya ocurridos, fijando la mirada en las aún más grandes parodias que vendrán. Uno de los principales desafíos durante esta nueva época será permanecer vigilantes y, siempre y cuando sea necesario, resistir.

Traducción del inglés por Rocío L. Barrientos.

Del agua y otras urgencias en Morón

Aunque los aguaceros del miércoles constituyeron una bendición para los pastos, estos quedaron lejos de infiltrar el suelo para empezar a aliviar los casi agotados acuíferos, responsables del abasto de más del 90 por ciento del agua que se consume en la provincia.

¿Quién debe ubicar y cuantificar los materiales para las futuras cisternas de los edificios, Vivienda o Acueducto, en tanto los salideros toman sus cauces en el Micro Norte, de Morón?
Lo que es llover, para comenzar a llenar el subsuelo, los especialistas lo están previendo para finalizado el primer semestre, de modo que cómo pasaremos, entonces, estos duros meses, cuando la sequía alcanza casi tres años, depende muchísimo de adecuadas actitudes.
Si bien “llueven” las informaciones y los análisis sobre asunto tan peliagudo, en la pelea por preservar lo poco que va quedando en el manto freático, el municipio de Morón adquiere una responsabilidad máxima al ocupar el espacio hacia donde fluyen las aguas del importante sector Cinco y, además, poseer el sistema de pantanos y lagunas que sirven de protección contra la penetración salina.
Aun así, las autoridades contabilizan como una dificultad mayor la limitada apreciación individual sobre la dimensión real del problema, arraigada por ser este, desde siempre, el municipio de Cuba con más alto consumo per cápita de agua, ascendente a 700 litros diarios por persona.
Apreciamos en las calles que existe la necesidad de explicar, de forma clara y reiterada, el porqué es imprescindible recortar el suministro a la población y, a la vez, mantener la vitalidad del servicio a enclaves priorizados de la economía, como el destino turístico Jardines del Rey, donde se ponen en práctica importantes medidas; algunas más cercanas en el tiempo, como la de correr la fuente de abasto del sector hidrogeológico número Cinco al Seis; o el inicio de la acciones para montar una planta desalinizadora en Cayo Coco.
Si algo no ha logrado el territorio, confirmaba Leodiesky Acuña Álvarez, vicepresidente del Consejo de la Administración Municipal, es concretar la gestión para que la población adquiera las capacidades necesarias para almacenamiento del líquido en los hogares, cuestión sobre la cual ha alertado la Comisión provincial de enfrentamiento a la sequía.
Tampoco ha tomado buen curso la orientación de esta última entidad de ir preparando las condiciones para construir cisternas en aquellos edificios que no las poseen. En el Microdistrito Norte, por ejemplo, son insuficientes las labores de supresión de salideros, mientras la Dirección de la Vivienda alega no disponer de la fuerza especializada para realizar las labores de cuantificación de los recursos requeridos, lo cual considera una tarea de Acueducto.
Son esas, y otras, viejas insuficiencias atenazadas ahora por la interminable sequía y las marcadas limitaciones del bolsillo común, pero que requieren de ir juntando ideas para, al menos, tener a mano los proyectos, en tiempos en los que el país es consciente de la urgencia de preservar el agua y, sobre todo, la calidad de esta. Hoy no funcionan en Morón los sistemas de tratamiento de las aguas residuales, que se bombean fuera de la ciudad, lo cual constituye un peligro para el deprimido manto freático.
Sin duda, la Comisión Municipal de Enfrentamiento a la sequía ha ido adoptando importantes decisiones, como la de programar el abasto en días alternos y la de ir habilitando algún cargadero fuera del sector Cinco; al tanto de que el agua que economicemos ahora devendrá salud para todos.
Van en aumento las fuentes que se achican o quedan secas, y aún restan sin lluvias marzo, abril y mayo; al tiempo que ya hoy, en el área del Centro de Alevinaje, junto a la ciudad de Morón, hay un pozo invadido por la intrusión salina. Alerta y desafío, tanto para el que cierra o no las llaves y, también, para quien ha hecho o no lo que tenía que hacer.
Agua Morón

Peligra el futuro de la alimentación humana

Será difícil acabar con el hambre para 2030 porque está en peligro la capacidad de la humanidad para alimentarse debido a las crecientes presiones sobre los recursos naturales, la mayor desigualdad y las consecuencias del cambio climático, alerta el último informe de la FAO. En los últimos 30 años, se lograron grandes avances significativos en la reducción del hambre, aunque la “expansión de la producción alimentaria y del crecimiento económico vino con un costo muy alto para el ambiente”, señala la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en el documento divulgado este miércoles 22.

“Casi la mitad de los bosques que antaño cubrían el planeta han desaparecido y las aguas subterráneas se agotan con rapidez”, señala el documento “El futuro de la Alimentación y la Agricultura: Tendencias y desafíos”. “Las fuentes de agua subterránea se agotan rápidamente. La biodiversidad se ha visto gravemente erosionada”. Eso hace que “de continuar las tendencias actuales, podrían superarse los límites planetarios”, alerta el director general de la FAO, José Graziano da Silva, en la introducción al informe.

En 2050, se estima que el planeta tendrá 10.000 millones de habitantes. En un contexto de moderado crecimiento económico, el aumento de población elevará la demanda mundial de productos agrícolas en 50 por ciento respecto de la actual, lo que incrementará la presión sobre los recursos naturales ya muy exigidos.

Asimismo, un mayor número de personas comerán menos cereales y más carne, frutas, verduras y alimentos procesados, como resultado de la actual transición que experimenta la dieta global y que se suma a las presiones ya existentes, generando más deforestación, mayor degradación del suelo y un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.

A eso se suman las dificultades derivadas del cambio climático, lo que “afectará cada aspecto de la producción alimentaria”, señala el informe, como una mayor variabilidad en las precipitaciones, mayor frecuencia de sequías e inundaciones.

¿Hambre cero? La cuestión central que plantea la FAO en su informe es si los sistemas alimentarios y agrícolas serán capaces de cubrir de forma sostenible las necesidades futuras de la creciente población mundial.

Según la la agencia, sí podrán hacer frente a esas necesidades crecientes y de forma sostenible, pero para lograrlo y asegurarse de que los beneficios lleguen a toda la humanidad, se necesitarán “grandes transformaciones”.

Pero sin un impulso a las inversiones y un reequipamiento de los sistemas alimentarios, muchas personas todavía seguirán hambrientas en 2030, cuando vence el plazo para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, en especial el de erradicar la inseguridad alimentaria crónica y la malnutrición, alerta el documento.

“Sin un esfuerzo adicional para promover un desarrollo que tenga en cuenta a los más pobres, reduzca las desigualdades y proteja a los más vulnerables, más de 600 millones de personas estarán subalimentadas en 2030”, precisa. “De hecho, los avances actuales no serán suficientes para erradicar el hambre para 2050”, acota.

¿De dónde vendrá nuestra comida?Dada las pocas posibilidades de aumentar las tierras dedicadas a la agricultura y el agua empleada, el aumento de la producción para cubrir la mayor demanda tendrá que lograrse principalmente mejorando la productividad y la eficiencia en el uso de los recursos, recomienda la FAO.

Pero es preocupante la tendencia a la estabilización del crecimiento de la producción de cultivos importantes. Desde la década de los años 90, las cosechas de maíz, arroz y trigo aumentaron en promedio uno por ciento al año, advierte el informe.

Para hacer frente a los desafíos señalados en el documento, entre otros, no es posible seguir haciendo lo mismo como hasta ahora.

“Se necesitarán grandes transformaciones en los sistemas agrícolas, en las economías rurales y en la gestión de los recursos naturales si queremos hacer frente a los múltiples desafíos que tenemos por delante, así como si queremos explotar todo el potencial de la alimentación y la agricultura para garantizar un futuro saludable para todas las personas y todo el planeta”, subraya.

“Los sistemas agrícolas intensivos que utilizan muchos insumos, causantes de la masiva deforestación, de la escasez de agua, del agotamiento del suelo y de las grandes emisiones de gases invernadero, no pueden ofrecer una producción agrícola y alimentaria sostenible”, asegura la FAO.

Más con menos

El mayor desafío es producir más con menos, al tiempo que se protegen y se mejoran las distintas formas de sustento de los pequeños agricultores familiares y se garantiza la alimentación de las personas más vulnerables.

“Para ello se precisa un enfoque de doble vía que combine las inversiones en protección social con inversiones en actividades favorables a los pobres. De esta manera, se abordará la subalimentación al mismo tiempo que se incrementarán las oportunidades para la generación de ingresos de las personas pobres”, recomienda la FAO.

Según esa agencia de la ONU, el mundo debe cambiar a sistemas de alimentación más sostenibles, que logren un uso más eficiente del suelo, del agua y de otros insumos y reduzcan de forma sensible el uso de combustibles fósiles, para reducir drásticamente las emisiones contaminantes, lograr una mayor conservación de la biodiversidad y reducir el volumen de los desperdicios.

Para se necesita una mayor inversión en los sistemas agrícolas y agroalimentarios, así como más fondos para la investigación y el desarrollo, recomienda el informe, así se podrá promover la innovación, impulsar la producción sostenible y encontrar mejores formas de hacer frente a los problemas de escasez de agua y de cambio climático, precisa.

Además de impulsar la producción y la resiliencia, es también fundamental crear cadenas para el suministro de alimentos que mejoren la relación entre productores y mercados en las ciudades de los países de bajos y medianos ingresos, además de medidas para mejorar el acceso de los consumidores a alimentos seguros y nutritivos y a un precio accesible, como políticas de precios y programas de protección social, añade el informe.

El director adjunto de la FAO para economía y desarrollo social, Kostas Stamoulis, subrayó que el mayor desafío para la agricultura y la alimentación en el futuro será el recalentamiento planetario. “Requiere cambios en las prácticas agrícolas y en el desarrollo de una agricultura que se adapte mejor al cambio climático”, subrayó.

Stamoulis, y los otros dos autores del informe, Rob Vos, director de la División de Desarrollo de Economía Agrícola, y Lorenzo Bellu, jefe del equipo de Estudios de Perspectiva Mundial, organizaron el martes 21 una conferencia de prensa para profundizar sobre los asuntos más importante de este nuevo informe de la FAO.
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Fuente: IPS

Alianzas necesarias para fortalecer desarrollo económico y social cubano


En Cuba persisten estereotipos que limitan la promoción de alianzas y asociatividades entre actores económicos y sociales.

ECONOMÍA Redacción IPS Cuba 27 Febrero, 2017


En los principales documentos programáticos para impulsar el desarrollo nacional apenas se tiene en cuenta las alianzas multiactorales.

La Habana, 27 feb.- La intersectorialidad y el liderazgo de los actores sociales en la gestión y transformación de las comunidades son potencialidades que siguen sin aprovecharse para impulsar el desarrollo económico-social del país, sostienen cientistas sociales y activistas.

Una consecuencia de estas alianzas multiactorales sería el gradual incremento del aprovechamiento de las potencialidades mutuas de cada sector económico y otros actores implicados en el mejoramiento de la economía nacional.

Así opina el investigador Ovidio D’Angelo, quien llama la atención sobre la ausencia de tan importantes aspectos de articulación y asociatividad en los “Lineamientos de Actualización del Modelo Económico-Social” y en la llamada “Conceptualización del Modelo Económico Cubano”.

Ambos documentos, discutidos en el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (abril de 2016), constituyen la plataforma programática de la organización política dirigente para encauzar el desarrollo nacional bajo un régimen socialista hacia 2030.

Estimular iniciativas productivas para el desarrollo a nivel local y de toda la sociedad puede producir, en esas nuevas condiciones, saltos cualitativos importantes.

Apunta D’Angelo que ello “generaría un sentido de compromiso, pertenencia y satisfacción mucho mayores que en las actuales condiciones de divergencias entre capital-trabajo (en las nacientes medianas y pequeñas empresas privadas y cooperativas y empresas mixtas o de capital extranjero); entre Estado-trabajo (en las actuales empresas estatales), así como en la actual cuasi-exclusión de la ciudadanía de los procesos productivos y de gobierno fundamentales”.

Sin embargo, para que ello ocurra, deben desmontarse “los estereotipos sociales que limitan la promoción de alianzas y asociatividades entre actores (económicos y sociales) de diferente naturaleza y frenan la interconexión de los procesos asociados al desarrollo humano, en nuestro contexto histórico y social”.

Por ello, conceptos como Economía Social Solidaria y Responsabilidad Social deberán formar parte consustancial de los proyectos de desarrollo, con el fin de tener en cuenta el aporte de los diversos sectores económicos al desarrollo de las comunidades, agrega el experto.

Como experiencia ilustrativa destaca las acciones del Proyecto Arte-Corte, iniciativa no estatal que desde 1999 impulsa en el Centro Histórico de la capital cubana el emprendedor Gilberto Valladares, conocido como Papito, el peluquero.

Apoyado por el Plan Maestro de la Oficina del Historiador de la Ciudad y el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas, dicho proyecto reúne a barberos, peluqueros, artistas, historiadores y la ciudadanía que, con esfuerzo propio y ayuda de algunas entidades, impulsan actividades económicas, sociales y culturales de beneficio comunitario y dignificación de las personas.

Las características del liderazgo comunitario contribuyeron, de manera decisiva, al éxito del proyecto. La labor de sensibilización realizada por éste (Papito), fue materializándose en la atracción de nuevos cuentapropistas de la zona, así como de empresas estatales y otros diversos actores sociales, antes desvinculados del desarrollo comunitario, resalta D’Angelo.

A juicio del propio Valladares, el modelo de trabajo de Arte Corte se inspira en la Economía Social Solidaria, mediante la cual “todos podemos aportar algo a la sociedad, dinero, conocimiento, fuerza de trabajo o tiempo”.

Esto contribuye con beneficios sociales, culturales, medioambientales y económicos. Lo más importante es que todo tribute hacia la propia comunidad, hacia los cuentapropistas solidarios y hacia la Oficina del Historiador, refirió en diálogo con la redacción de IPS Cuba.

Papito tiene como filosofía que “muchos poquitos hacen mucho, si cada cual impulsa esa idea desde cualquier perspectiva” y sostiene que la alianza de la comunidad con artistas, emprendedores, la universidad, el delegado y los vecinos pueden ser una fuerza transformadora de los barrios y la economía de un país.

Creo que está en llegar a que el sector estatal y el sector por cuenta propia ayuden a construir la sociedad. Eso se logra haciendo alianzas como lo hacemos nosotros, remarcó.

Pero, más allá de las experiencias de estas alianzas intersectoriales públicas-no estatales, el papel aún poco articulador adjudicado actualmente desde la concepción y normas jurídicas al sector de emprendimientos privados y cooperativos, sin un contenido social solidario expreso, limita su campo de generación de iniciativas y autonomía para su aportación a la economía y la sociedad, advierte D’Angelo. (2017)