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Las sesiones de la 61 CSW, que se realizan del 13 al 24 de marzo en Nueva York, efectuarán cuatro mesas redondas ministeriales relacionadas con el tema prioritario: el empoderamiento económico de la mujer en el cambiante mundo del trabajo.
Cuba fue el primer país en firmar la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres (Cedaw) y cuenta con un marco normativo dirigido a promover la equidad de género en todas sus instituciones.
En 2015, la Oficina de Cuba del PNUD recibió el Sello de Oro en el proceso de certificación “Sello de Igualdad de Género del PNUD”, reconocimiento que incentiva el compromiso con la transversalización de género; estimula prácticas sostenidas para transformar los desequilibrios y construir sociedades más justas e inclusivas; y proporciona un marco estratégico que vincula la igualdad de género a lo interno de la oficina y con los resultados de desarrollo.
Las agencias del Sistema de Naciones Unidas en Cuba acompañan proyectos nacionales en equidad de género y empoderamiento de las mujeres a través de sus programas específicos con contrapartes nacionales y la transversalización del enfoque de género en las áreas prioritarias. Por ejemplo, desde PNUD, FAO y PMA se acompañó, junto a otros actores de la cooperación internacional como OXFAM, la elaboración de la Estrategia de Género del Sistema de la Agricultura 2015-2020 que coloca en el centro el empoderamiento de las mujeres rurales.
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Agencias de la Organización de Naciones Unidas (ONU) como el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Fondo de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) y el propio PNUD, apoyan esfuerzos nacionales que sobre todo crean oportunidades económicas en el ámbito rural cubano, refirió la funcionaria.
En entrevista con la Redacción IPS Cuba y el semanario Trabajadores, Kaulard valoró algunos de estos temas a propósito del sexagésimo primer período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (61 CSW), que transcurre del 13 al 24 de marzo en la sede de la ONU, en Nueva York.
REDACCIÓN IPS CUBA: ¿Qué objetivos persiguen los distintos proyectos apoyados por ONU en el país relacionados con el empleo femenino?
Myrtha Kaulard: Estos proyectos se enfocan al contexto agropecuario y esperan dar más oportunidades para que las personas se queden en un ambiente agrícola, que es una prioridad nacional. Se intenta hacerlo aumentando las oportunidades para mujeres en contextos en los cuales hay culturas patriarcales bien claras.
Existe uno del PMA en las cadenas de valor en el frijol, que busca le empoderamiento de las mujeres que trabajan en ese ramo. Otros de la FAO apoyan la producción de miel de abejas, mejoramiento genético de peces de agua dulce y producción de granos. Todos pasan por la generación de empleo y mejoras de salario en el ámbito productivo. En el caso del PNUD, está trabajando con el Ministerio de la Agricultura en la implementación de su estrategia de género a fin de lograr el desarrollo agropecuario. También impulsa la estandarización de buenas prácticas para permitir el empoderamiento económico y la equidad de género en el mundo rural. Para ello, el PNUD ha apoyado a esta cartera en sus proyectos de producción agropecuaria mediante la creación de un sello de calidad en género.
IPS CUBA: ¿Qué características posee ese sello de calidad en género?
MK: Se llama exactamente Igualdad de Género para la Gestión con calidad de la Seguridad Alimentaria (IGECSA). Este sello de calidad está presente en el sector agropecuario, pero también en el de la salud. En este último se llama Igualdad de Género es Salud (IGES).
Por primera vez en Cuba se diseñan e implementan iniciativas que combinan las lógicas de la igualdad de género y la gestión empresarial con calidad. Se trata de que una empresa económica tenga una gestión de la calidad con enfoque de género. Se están haciendo dos modelos, uno para cada uno de los sectores mencionados, los que en el contexto de América Latina están considerados una referencia porque es un movimiento muy temprano en la región.
IPS CUBA: ¿Cuántas entidades o formas de gestión cubanas poseen esta certificación o se encuentran proceso para obtenerla?
MK: Hay aproximadamente 10 cooperativas y entidades de servicios se certificaron y recibieron el reconocimiento en su primer nivel, avaladas por cumplir un grupo de parámetros en equidad de género.
Myrtha Kaulard, coordinadora residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Cuba.
IPS CUBA: ¿Cuáles son los beneficios observados hasta el momento para las empresas certificadas?
MK: En primer lugar, propicia buenas prácticas en cuanto al manejo de la cooperativa, que facilita luego generalizarlas a todo el sector relacionadas con cómo organizar el trabajo, facilitar la participación de los integrantes de la cooperativa y cómo lograr la equidad en la participación. No pretende ser increíble, pero hace más evidente lo que se puede hacer sin demasiadas complicaciones en términos de equidad de género. Vimos que permite mucha reflexión en las cooperativas y encararse al desafío de cambiar el patrón cultural.
Tenemos cooperativas con un trabajo enfocado a la equidad de género. Visité algunas donde hay un esfuerzo particular en que las líderes sean mujeres. Esto permite ver una dimensión de la realidad desde las mujeres que tienen embarazos, con niños, que están casadas o solas, con un desafío complicado en el mundo laboral. Pienso que este país es pionero en desarrollar importantes cuestiones en términos de género.
Las cooperativas implicadas tienen el beneficio de recibir el acompañamiento del Ministerio de la Agricultura y las instituciones locales, además de PNUD, mediante un trabajo serio con un enfoque integrado en materia de desarrollo. Siempre es importante una decisión consciente por parte de la cooperativa de si quiere entrar en este tipo de trabajo. Lo cierto es que trabajar por el sello facilita la interacción entre entidades productivas y las instituciones que las apoyan.
Me parece que está muy en línea con un aspecto que la misma Federación de Mujeres Cubanas reconoce: la necesidad de posicionar todo lo que se ha logrado en términos de equidad de género en el nuevo contexto del país. Es importante acompañar estos logros con las capacidades de las mujeres dentro de las nuevas formas económicas como las cooperativas y el cuentapropismo. (2017)