INTRODUCCIÓN
¿Cuáles son los problemas que
tienen una base objetiva y cuáles son los que tienen una base subjetiva? Eso lo
debe saber cada elector y cada delegado, para abordar realmente todos los
problemas que tienen una base subjetiva: problema de higiene de un restaurante
o de mal trato al público, o de una gestión que no se hace, problemas de los
comités, de las asambleas, de los delegados, de la administración, tienen que
trabajar por superarse, y no confundirlos con los problemas objetivos porque
los problemas objetivos sólo los podemos resolver con el desarrollo” sostuvo
Fidel en una de sus intervenciones en la primera sesión de la Asamblea Nacional
en junto de 1978.
Más adelante agregó: “Yo creo
que hace falta un trabajo muy serio de educación del electorado pero, para
poder educar al electorado hace falta un verdadero proceso de educación de los
elegidos, porque si los delegados no tienen la necesaria información,
conocimiento, educación sobre los problemas fundamentales del país entonces
será imposible educar a los electores”.
“Si
los delegados no tienen una suficiente, clara y profunda información, si el
electorado no la tiene, la vida se les hace imposible porque a ese elector se
le puede ocurrir pedir cualquier cosa (...)”
“Se encuentra uno f rente a
seres humanos con infinidad de anhelos, de necesidades, de problemas por un
lado y, por otro lado las realidades. Ahora, la capacidad de comprensión de
nuestro pueblo es enorme, inmensa lo ha demostrado durante todos estos años de
la Revolución pero esencialmente los problemas tienen que ser explicados
debidamente, no confundir unos factores con otros, los subjetivos con los
objetivos”.
Teniendo presente estas
palabras de Fidel y conociendo las inquietudes más sentidas de nuestro pueblo,
BOHEMIA decidió entrevistar al compañero Humberto Pérez para que proporcione
parte de esa “información clara y profunda” que deben tener los electores y,
especialmente, los delegados, sobre todos los problemas objetivos que enfrenta
nuestra Revolución.
Elegimos
al compañero Humberto porque consideramos que, como jefe del máximo organismo
de planificación del país es una de las personas que tiene una visión más
global, completa y concreta de estos problemas y de la forma en que se ha
proyectado superarlos.
Pero
nos dirigimos a él no solo por eso, sino porque reúne al mismo tiempo las
condiciones de dirigente del Partido, siendo miembro de su Comité Central, y de
experto en cuestiones sobre el Poder Popular, ya que encabezó el grupo que
trabajó en la elaboración de la propuesta de cómo organizar la participación
institucionalizada del pueblo en la gestión estatal desde la experiencia de
Matanzas.
Ahora que se
acerca una nueva elección general de Delegados a los Órganos Locales del Poder
Popular es lógico que todo el mundo tienda a hacer un balance de los resultados
del Poder Popular. Por esta razón nos interesa saber cuáles son, según tu
opinión, los problemas que ha debido enfrentar y que han determinado que no
rinda plenamente sus frutos en estos 2 años y meses de funcionamiento a nivel
nacional.
En primer lugar
es necesario tener en cuenta que toda cosa nueva en este terreno necesita de un
tiempo en su aplicación para ganar experiencia, para probar métodos,
mecanismos, procedimientos, estructuras organizativas, organización del trabajo
más adecuada, formas más indicadas para resolver los problemas, etc.: se
procede de una manera y a veces no resulta, o resulta mal o no resulta del todo
bien, y se hace necesario entonces probar de otra manera o hacer alguna
corrección, alguna modificación.
Surgen, asimismo, problemas
en la práctica del trabajo que no se previó al inicio cómo enfrentarlos, cómo
tratarlos, cómo resolverlos. Ello hace que al encontrarse frente a tales
problemas se adopte un procedimiento que a veces es acertado, pero que otras
veces, por tratarse de un procedimiento no previsto antes, de un procedimiento
que ha tenido que improvisarse, puede no resultar adecuado. Puede ocurrir que
en un lugar se trate el problema de una manera, de acuerdo con el criterio de
los compañeros del lugar, y en otro se trate de otra manera de acuerdo con un
criterio distinto.
Todo lo anterior trae
aparejado, como es natural, inestabilidad en los métodos utilizados en el
tratamiento de los asuntos durante un período. Se producen, como decía, diferencias
en la forma en que se tratan las cuestiones en un órgano municipal del Poder
Popular y la forma en que se tratan en otro lugar, hasta que poco a poco se va
estableciendo una política única y un método general.
Una institución como los
Poderes Populares que es completamente nueva en nuestro país , debido a la
diversidad y complejidad de los problemas que atiende necesita de un tiempo,
que es mayor al de los dos años transcurridos, para lograr estabilizarse, para
poder tener el entrenamiento y la experiencia debidas, para jugar a plenitud su
papel, incluso para que los que trabajan en estos órganos tomen plena
conciencia de sus propias posibilidades y facultades, para que aprendan a
usarlas, para que sepan usarlas. Me refiero tanto a estos órganos vistos en su
conjunto como teniendo en cuenta el caso individualmente considerado de los
compañeros que forman parte de estos órganos: los miembros
de los Comités Ejecutivos, los jefes y demás funcionarios de las direcciones administrativas,
los directores de las empresas locales y los propios delegados del Poder
Popular tanto al actuar en sus respectivas circunscripciones, en las relaciones
con sus electores, como al actuar en el seno de las comisiones de trabajo del
Poder Popular, o en las asambleas de las que forman parte, así como en su
comportamiento diario como ciudadanos elegidos por un colectivo de vecinos para
representar sus intereses.
Los delegados del Poder
Popular y demás compañeros que trabajan en estos órganos no tenían experiencias
anteriores, nunca habían sido delegados o funcionarios del Poder Popular; y
aunque se han dado orientaciones y se han reglamentado muchas de las funciones
que deben cumplir, de las facultades que tienen, es necesario que pase un tiempo
para que en el ejercicio práctico de esas funciones y enfrentando los problemas
que deben enfrentar aprendan a cumplir a plenitud sus responsabilidades y a
utilizar debidamente las facultades que tienen. En esto se ha avanzado mucho en
estos dos años, pero indudablemente que las limitaciones que hago referencia
han estado presentes.
Por otro lado, los Poderes
Populares son instituciones nuevas que han nacido además en una situación
especialmente compleja porque lo hicieron en medio de un gran proceso de cambios
institucionales y organizativos en general en el país, cuando las demás
instituciones ya existentes con anterioridad también sufrían modificaciones, se
reestructuraban, se transformaban y aún siendo instituciones con experiencia
necesitaban también, en esas circunstancias, un tiempo para entrenarse, para
ganar experiencias, para definir su papel en las nuevas condiciones. Recordemos
que junto con el nacimiento del Poder Popular, por ejemplo se organiza un solo
organismo central de la construcción el Ministerio de la Construcción en lugar
de los tres o cuatro organismos centrales que existían hasta ese momento. En
lugar de los tres organismos centrales de transporte anteriores se organiza un
solo Ministerio de Transporte. El Ministerio de Cultura se estructura
absorbiendo las funciones que antes desempeñaban también tres organismos
centrales. Varios de estos organismos centrales dejan en lo fundamental de
administrar directamente las actividades de su responsabilidad y pasan a ser
eminentemente rectores de las mismas, como es el caso del Ministerio de Salud
Pública y del Ministerio de Educación, por ejemplo. El Partido, las
Organizaciones de Masas, igualmente se reestructuran atendiendo a las nuevas
concepciones organizativas del país y a las transformaciones territoriales que
obligan a ello. Y es en el contexto de esas transformaciones de lo ya existente
que surgen los Poderes Populares como una institución nueva.
Es decir, no surgen como una
institución más dentro de un conjunto de instituciones ya estables que
funcionan con una fluidez normal en sus distintas responsabilidades, sino que
aparecen en escena en circunstancias especialmente complicadas: en medio de un
cambio de la División Político-administrativa, en que las viejas provincias dan
lugar a las nuevas provincias, los viejos municipios a los nuevos municipios y
se elimina el nivel regional de dirección. Los cuadros experimentados, que
ocupaban responsabilidades en las anteriores provincias, regiones y municipios,
deben actuar ahora sobre nuevos territorios que no conocen totalmente, sobre
los cuales no tienen inicialmente un pleno dominio. Las informaciones
estadísticas anteriores resultan obsoletas y es necesario cambiarlas y
ajustarlas a estos nuevos municipios, a estas nuevas provincias. Todos los
organismos en esos momentos tienen que adaptarse a esta nueva estructura
territorial, definir y esclarecer sus nuevas funciones.
Surgen a la vida
simultáneamente con el comienzo de la aplicación del nuevo Sistema de Dirección
y Planificación de la Economía. La metodología y los procedimientos de
planificación son nuevos para todo el mundo, no se encuentran con un ambiente
experimentado en la utilización de estos mecanismos de planificación, sino con
un ambiente que en general esta aprendiendo a utilizar estos nuevos mecanismos. Se
comienza a aplicar en esos momentos un nuevo sistema de contabilidad, un nuevo
sistema de estadística; se está produciendo una organización distinta de las
empresas, son nuevos los mecanismos de relaciones entre las empresas, de
dirección de las empresas que se organizan, y en esto todo el país está
experimentando, todo el país está aprendiendo. Incluso las viejas
instituciones.
Los órganos locales del Poder
Popular actúan por primera vez en el año 1977, y el plan que debieron ejecutar
se elaboró el año anterior, el año 76. Lo elaboraron los anteriores organismos
a partir de la anterior estructura, aunque teniendo en cuenta la que ya se iba
establecer el año 77, pero lo cierto es que asumen las responsabilidades de
ejecutar un plan de la economía en cuya elaboración no participaron. Por lo
tanto, el plan del año 78, el que se cumplió este pasado año, es el primer plan
que fue elaborado con la participación de los órganos del Poder Popular. Pero
hay que tener en cuenta que participaron en ello en su primer año de vida, aún
sin experiencia, sin base informativa anterior que les permitiera pronunciarse
con pleno conocimiento de los problemas y necesidades de cada territorio, con
cuadros que no dominaban aún las nuevas metodologías del Sistema de Dirección
de la Economía, y esto naturalmente hubo de reflejarse en este plan del año 78,
aunque fuera elaborado con la participación de los órganos del Poder Popular.
No obstante, es posible
apreciar que se han dado muchos pasos de avance. El plan para este año 79 ha
tenido una elaboración mucho mejor, la participación de los órganos del Poder
Popular ha sido más determinante, se ha notado el mayor dominio con que
elaboraron sus propuestas, con que discutieron, sobre todo, en lo referido a
todas aquellas actividades que están subordinadas directamente al Poder
Popular. Pero los órganos del Poder Popular tienen una responsabilidad, además,
de carácter general en su territorio: ellos deben participar también en la
elaboración del plan de todas aquellas actividades y empresas que están en su
territorio aún cuando se subordinen a organismos nacionales. Y este papel en la
planificación territorial en su conjunto no ha sido jugado todavía por los órganos
del Poder Popular; solo se comienzan a dar los primeros pasos en este sentido.
Adicionalmente a todo lo
anterior, los órganos del Poder Popular que asumen responsabilidades muy
decisivas y determinantes y que tienen mucho que ver con los problemas que
afectan al nivel de vida de la población han nacido y asumido esas
responsabilidades en medio de una coyuntura económica internacional
desfavorable para la economía del país en general. Han tenido que comenzar a
actuar con la escasez de recursos para muchas cuestiones que en general tenemos
como país pobre que somos, pero agudizada esa escasez en estos años por los
bajos precios que tiene nuestro azúcar en el mercado capitalista. Y de las
divisas que nos proporciona el azúcar, como todos sabemos, depende el que
podamos adquirir determinados recursos procedentes de ese mercado que son
necesarios para desenvolver muchas de las actividades que atienden los Poderes
Populares.
Asimismo, no debemos dejar de
tener en cuenta que los Poderes Populares responden a una nueva concepción de
la organización del gobierno, de la gestión administrativa, a una concepción
más descentralizada que la existente con anterioridad, pero los compañeros que
trabajamos en los distintos organismos estatales, incluyendo a los que trabajan
en los propios Poderes Populares, estamos impregnados de los viejos hábitos
centralizadores y en muchos casos burocráticos, y no resulta siempre fácil
desprenderse de esos hábitos centralizadores y burocráticos que en ocasiones se
dejan sentir y asoman su “oreja peluda” en los órganos del Poder Popular.
Todas estas son las
circunstancias reales, objetivas en las cuales han desenvuelto sus actividades
en estos 2 primeros años estos órganos.
Doble mérito tienen en
nuestra opinión, por haber tenido que trabajar en condiciones tan complicadas y
tan difíciles y haber logrado, sin embargo, éxitos como los que han logrado, y
haber ejecutado
pasos de avance como los que han dado. Y es de destacar su trabajo en general,
pero en primer término el trabajo de los delegados del Poder Popular.
Verdaderos héroes, como dijera Fidel en una de las sesiones pasadas de la
Asamblea Nacional, porque sin experiencia anterior, sin contar el país con
recursos suficientes para responder a las necesidades que le plantean sus
electores, sin una explicación adecuada muchas veces acerca de los problemas,
sin una información suficiente, han sabido desempeñar su papel con acierto
creciente y han cumplido su responsabilidad como “abogados del pueblo”, según
frase de Fidel, en un proceso de aprendizaje que les ha ido permitiendo
perfilar, definir y desarrollar cada vez más ese papel fundamental que tienen.
Muchos problemas se han
resuelto por los Poderes Populares en estos años; y considero que dentro de
ellos no son pocos los que se han resuelto precisamente por la existencia de
los Poderes Populares, por las facultades que tienen, por la participación de
las masas que implica esta nueva forma de gobierno. Muchos son también
naturalmente, los que no se han solucionado. Algunos pudieron haberse resuelto
tal vez, pero la mayoría realmente no se han resuelto por dificultades
objetivas. No quiero decir, repito, que no se pudiera haber hecho más, pero si
considero que es imposible pedir que en dos años, en sus dos primeros años de
vida y en las circunstancias en que han tenido que trabajar, hubieran hecho
mucho más y exigirles que maduraran lo suficiente en tan poco tiempo.
No significa tampoco esta
afirmación que no tengamos conciencia de que hay muchos problemas subjetivos
que superar, pero los factores objetivos mencionados anteriormente, que han
existido y que aún existen independientemente de la voluntad y el buen deseo de
los delegados y demás compañeros que trabajan en los órganos del Poder Popular,
han estado presentes limitando sus posibilidades.
Estamos convencidos que los
Poderes Populares jugaran un papel aceleradamente creciente en la solución de
los problemas de la población a partir de los recursos de que pueda disponer el
país. No sólo, claro está, de los deseos de resolver esos problemas y de las
necesidades insatisfechas que pueda haber en numerosos aspectos y que sabemos
son muchas.
Los Poderes Populares son la
forma más democrática de gobierno que pueda concebirse, como todos sabemos. Y
por ello son potencialmente la forma optima para resolver los problemas con el
máximo de las posibilidades, porque son realmente la institución a través de la
cual se hace posible la mayor participación de las masas directamente en la
solución de esos problemas. Y cuando las masas pueden participar y pueden tomar
parte directamente en las decisiones de gobierno y en la solución de los
problemas, los problemas se resuelven: unos más rápidamente y otros un poco
después, en dependencia de los factores objetivos y de como vayamos venciendo
esos factores objetivos, pero se resuelven.
¿Por qué es importante diferenciar entre problemas o
dificultades de índole objetiva y subjetiva?
Es sumamente
importante hacer esa diferenciación porque los problemas objetivos, si bien
estamos obligados a enfrentarlos y son en definitiva los fundamentales que
debemos resolver y acerca de los cuales debemos trabajar constantemente para
crear las condiciones que permitan su solución, son sin embargo, problemas que
existen fuera de nosotros mismos, cuya existencia en un momento dado no depende
de nosotros. Aunque supusiésemos haber logrado una organización perfecta, tener
unos cuadros con una capacidad óptima, con una experiencia total, con una
voluntad extrema para resolver las dificultades, existirían estos problemas de
todas maneras porque dependen del grado de desarrollo que se haya alcanzado, de
los recursos de que se pueda disponer, de la situación internacional existente,
del bloqueo económico que padece nuestro país, incluso de la propia situación
geológica, geográfica y climática.
El que nosotros, por ejemplo,
no tengamos petróleo, ni grandes ríos para hacer hidroeléctricas, ni tengamos
carbón, es un problema objetivo, no depende de nosotros. El que el precio del
azúcar haya descendido, como lo ha hecho, y el que los precios de los productos
que importamos hayan crecido como lo han hecho por el proceso inflacionario
indetenible que tiene lugar en la sociedad capitalista, es un problema
objetivo, no depende de nosotros.
La existencia del bloqueo
económico y de sus consecuencias, es un problema objetivo que no depende de
nosotros. El que un año determinado pueda llover más de lo normal en los
momentos en que más afectan las lluvias y que debido a eso el contenido de
azúcar en la caña sea menor, se afecte la molienda y se afecten las
producciones de viandas y de hortalizas o que, por el contrario, haya un año de
sequía extrema, y se afecten igualmente nuestras producciones agrícolas, es un
problema objetivo que no depende de nosotros.
El que no hayamos alcanzado
el grado de desarrollo económico suficiente, el que no hayamos podido superar
el atraso económico, el subdesarrollo heredado al triunfo de la Revolución,
engendrado por siglos de dominación colonial y neocolonial, el que seamos
todavía un país pobre, es un problema objetivo.
Frente a todos estos
problemas hay que trabajar, y tener en cuenta además que de la solución de
estos problemas depende esencialmente en definitiva, la superación de las
dificultades del país y la satisfacción de las necesidades de la población; eso
es indudable. Es necesario desarrollarnos y hay que trabajar para
desarrollarnos, pero ese es un proceso largo. En un momento dado hay que
enfrentar los problemas a partir del grado de desarrollo que exista en ese
momento.
Si no tenemos recursos
energéticos propios, tenemos que trabajar para desarrollar aquellas
producciones a cambio de las cuales obtengamos los recursos energéticos que
necesitamos, y para desarrollar aquellas fuentes de energía que en nuestras
condiciones sean las más adecuadas.
Tenemos
que trabajar para contrarrestar los efectos de una posible sequía, disponiendo
de las presas y sistemas de riego necesarios; tenemos que crear las condiciones
para disminuir los efectos que un año lluvioso pueda tener sobre nuestra
economía.
Pero todas estas tareas y
todos estos propósitos se logran en un proceso de tiempo largo, no de manera
rápida e inmediata y para ello hay que trabajar con dedicación y con ahínco y
estar conscientes, repito una vez más, de que es con la superación de estos
problemas objetivos que se resolverán los grandes problemas que aún tiene
nuestro pueblo.
Después
hay otro tipo de problemas que están en un plano intermedio entre los que son
propiamente objetivos y los que son propiamente subjetivos, aunque por lo
general se clasifican como problemas subjetivos, pero que a nuestro entender
deben separarse del resto de los problemas subjetivos. Me refiero a los
relativos a la preparación de los cuadros, a la experiencia de los cuadros, al
conocimiento de los cuadros. Ese es un problema que en un momento dado resulta
independiente de nuestra voluntad y de nuestros deseos porque está vinculado al
grado de desarrollo que se haya alcanzado y el no tener más preparación y más
experiencia en un momento dado, no solo depende de nosotros mismos, sino que
depende principalmente del punto de partida, del atraso heredado.
Pero hay otro grupo de
problemas subjetivos que debemos delimitar claramente, porque se refieren a los
que están en nosotros mismos: a nuestra mayor o menor capacidad para organizar
el trabajo, a nuestros métodos, a nuestra voluntad de enfrentar y resolver los
problemas, a nuestra actitud ante las dificultades del pueblo, a nuestra mayor
o menor sensibilidad ante ellas, mayor o menor diligencia, a nuestra capacidad
para extraerle el máximo a los recursos disponibles y a las circunstancias
existentes, a nuestro sentido mayor o menor de la responsabilidad para que no
se pierda ni se despilfarre un solo recurso.
Las quejas de la población
que, por ejemplo, aparecen en la Sección “A Vuelta de Correo” de Granma y en
“Correspondencia” de Juventud Rebelde, se refieren, por lo general, a problemas
subjetivos de los que tenemos culpa y responsabilidad los que ostentamos cargos
dirigentes en uno u otro nivel; problemas por los que debíamos responder de
manera más drástica y enérgica de la que actualmente tiene lugar, según mi
criterio; problemas por los que debíamos ser severamente sancionados los que
incurramos en ellos cuando se demuestre nuestra responsabilidad.
Los problemas objetivos el
pueblo los entiende, el pueblo los acepta, son explicables; pero los problemas
subjetivos, el pueblo ni los entiende ni los acepta ni son explicables, sobre
todo los que se refieren a negligencias, chapucerías, amiguismo, falta de
responsabilidad, falta de sensibilidad, Burocratismo. Por eso es tan importante
diferenciar entre los que son problemas objetivos y los que son problemas
subjetivos.
Los problemas objetivos
debemos darlos a conocer, preparar las condiciones, trazar la política,
orientar las medidas y organizar el trabajo que nos permita irlos enfrentando y
resolviendo mediante el desarrollo que vayamos alcanzando, puesto que es la
única forma de solucionarlos. Pero los subjetivos, debemos enfrentarlos,
combatirlos y corregirlos sin dilación de ningún tipo.
Es necesario diferenciarlos
claramente para evitar que los problemas subjetivos puedan ocultarse detrás de
los objetivos, confundirse con éstos y tratar de excusarse con los problemas
objetivos, usar a éstos como escudo, como si fueran la causa de su existencia,
cuando en realidad no dependen en lo más mínimo de ellos. Es más, pudiéramos
decir que mientras más problemas objetivos existan mayor razón y motivación
también existe para combatir y eliminar los problemas subjetivos, porque su
existencia lo que hace es sumar más problemas, que son evitables, a las
consecuencias inevitables que por el momento tenemos que sufrir por causa del
subdesarrollo. Y no debemos confundir lo que es inevitable con lo que es
completamente evitable.
A los problemas subjetivos
hay que localizarlos dentro del conjunto de nuestros problemas, diferenciarlos
claramente, marcarlos con un color que nos permita ubicarlos dondequiera que
estén, obligarlos a que den la cara abiertamente para eliminarlos con toda
decisión.
¿Cuál es el
papel que juega el subdesarrollo en las dificultades de índole objetiva que
debe enfrentar el Poder Popular? ¿Cuál es el campo de acción más eficaz del
Poder Popular?
Si me permites,
voy a comenzar por responderte lo segundo. El campo de acción más eficaz del
Poder Popular es muy difícil de definir, porque tratándose de los máximos
órganos de poder en cada instancia, todos los campos por lo tanto están dentro
de sus facultades y responsabilidades: no hay que olvidar que la Asamblea
Nacional es un Órgano del Poder Popular y es el máximo órgano de poder estatal
de la nación, y por lo tanto todos los campos, sin excepción, están dentro de
sus facultades y responsabilidades.
No obstante, yo supongo que
tu te refieras en tu pregunta a los Órganos Locales del Poder Popular, es decir
a los provinciales y municipales y que estés pensando, sobre todo en los órganos
municipales del Poder Popular.
Sobre esto puedo decirte que
bajo la administración directa de los Órganos Locales del Poder Popular están
las principales actividades de servicio a la población: está la salud pública;
la educación primaria y media; el transporte local, con excepción del caso de
Ciudad de La Habana en que el transporte local esta subordinado directamente al
Ministerio de Transporte; está el comercio minorista; la gastronomía; los
establecimientos de reparaciones de artículos del hogar; de reparaciones de
calzado; está el mantenimiento y reparación de viviendas; el mantenimiento de
calles, acueductos, alcantarillados; están las actividades culturales, los
cines, los teatros; está la limpieza de las calles; están las instalaciones
deportivas; está el acopio de productos agrícolas.
Es difícil realmente dentro
de todos estos campos decir en cuál puede ser más eficaz, porque puede y debe
serlo en todos ellos, y entiendo por ser eficaz, el ser capaz de organizar
todas estas actividades de la mejor manera, el usar los recursos que para ello
se le asignen en el plan de la manera más eficiente y racional posible y,
adicionalmente a esto, el ser capaz de desplegar iniciativas propias, el buscar
y desarrollar recursos locales complementarios a los asignados centralmente por
el plan para dar respuesta a las necesidades de la población en todos estos
aspectos mencionados.
Y para actuar en este con
junto de actividades, los Órganos del Poder Popular provincial y municipal
están investidos de las facultades necesarias. Las Asambleas Municipales,
integradas por los delegados elegidos directamente por los electores en cada
circunscripción, tienen la responsabilidad y la facultad de nombrar (y de
destituir cuando sea necesario) a los directores administrativos del municipio,
a los directores de las Empresas y Unidades Presupuestadas Locales. Tienen
facultades para controlar y dirigir el funcionamiento de todas estas unidades.
Tienen facultades para inspeccionar como funciona todo eso, para tomar medidas,
para sancionar a los administradores que no cumplen debidamente sus
responsabilidades.
Estos campos señalados, por
estarle subordinados directamente y sobre los cuales tienen una mayor cantidad
de facultades, son aquellos en los que, en mi opinión, más pueden hacer de
manera directa e inmediata los Órganos Locales del Poder Popular y
específicamente los órganos municipales del Poder Popular, y los delegados que
forman parte de la Asamblea Municipal.
También tienen responsabilidades
importantes en las actividades de subordinación nacional que se desenvuelven en
su territorio, tanto en las actividades productivas del lugar como la
producción azucarera, una fábrica de cemento, etc., como en las nuevas
inversiones que estén en proceso, en lo cual ya están jugando un papel de
control muy importante. Pero en las otras actividades antes mencionadas, por
estarles directamente subordinadas tienen mayores responsabilidades y
posibilidades.
Y todas esas actividades se
refieren a aquellas que están más vinculadas al consumo de la población, a la
satisfacción de las necesidades de la población. Se trata, como vimos, de la
atención médica, de las escuelas primarias, de la bodega donde compra todos los
días la población, de las tiendas de productos industriales, de la gastronomía:
la cafetería, el restoran, el bar, etc. Se trata del transporte local donde
todos los días tiene que viajar la población, de la limpieza de calles, de la
reparación de los artículos personales: la plancha, el radio, el televisor, el
calzado. Se trata de la reparación de viviendas, del funcionamiento del cine
del pueblo, etc. Es decir, que la población satisface casi todas sus
necesidades en empresas y establecimientos que se subordinan a los órganos
municipales del Poder Popular. De ahí la importancia determinante en general de
los Órganos del Poder Popular, pero especialmente de los órganos municipales
del Poder Popular.
En cuanto al otro aspecto que
me preguntas, sobre el papel que juega el subdesarrollo en las dificultades que
debe enfrentar el Poder Popular, es indudable que juega un papel determinante
porque, si como acabamos de ver, subordinadas al Poder Popular Municipal están
las actividades más llamadas a satisfacer las necesidades de la población, si este
es precisamente el objetivo de la producción y de toda la actividad económica
en una sociedad socialista, y si lo que impide objetivamente, como causa
fundamental, poder dar respuesta adecuada a todas las necesidades de nuestra
población es precisamente el subdesarrollo que aún no hemos podido vencer, es
natural que sea este fenómeno heredado el elemento fundamental que crea las
dificultades objetivas que debe enfrentar el Poder Popular y que le impiden,
por el momento, resolverlas debidamente.
Por eso se ha afirmado más de
una vez por el Co. Fidel que la solución de los problemas de nuestro pueblo
esta en el desarrollo de la economía.
Hay una
sensación bastante generalizada de que el proceso de institucionalización, en
lugar de disminuir las trabas Burocráticas las ha aumentado. ¿Qué piensas de
esto? ¿Tiene alguna explicación? ¿Se puede juzgar el proceso de
institucionalización por la situación actual?
Marta, en primer
lugar no conocía que esa fuera una sensación generalizada, no sé si tu habrás
hecho alguna encuesta sobre la opinión pública que te permita llegar a esa
conclusión. Pero lo que sí te puedo afirmar es que no sería justa esa sensación
de que el proceso de institucionalización ha aumentado las trabas Burocráticas.
Aún teniendo en cuenta todas
las limitaciones a que hice referencia en la respuesta a tu primera pregunta.
Aún teniendo en cuenta que
falta experiencia, que se esta en un período de prueba de algunos
procedimientos y métodos, que no están claros aún algunos mecanismos y
responsabilidades, lo que puede generar ciertamente elementos de incertidumbre
en muchos casos, de confusión en otros, sobre quien concretamente debe resolver
un problema especifico cuando ello no esta precisado suficientemente, lo que
puede llevar a que se produzca el clásico “peloteo” Burocrático. A pesar de la
indudable presencia de taras Burocráticas y de hábitos centralizadores de
trabajo de los que no nos hemos liberado; a pesar de que ciertamente haya
manifestaciones, que se puedan ejemplificar de manera anecdótica, sobre
amiguismo, negligencia o falta de responsabilidad y sensibilidad de algunos
funcionarios, males que como dije hay que combatir constante y enérgicamente
hasta desarraigarlos. A pesar de todo eso, de que se pueden citar casos
concretos, que uno conoce también, en que los problemas han sido tratados
incorrectamente; no es justo decir que el proceso de institucionalización en
lugar de reducir las trabas Burocráticas las haya aumentado y te voy a razonar
por que.
El proceso de
institucionalización, sin contar la nueva Constitución de la República y
plasmados en ella, tiene tres componentes fundamentales; una nueva División
Político administrativa, la instauración de los Órganos del Poder Popular y la aplicación
gradual del Sistema de Dirección y. Planificación de la Economía. Y esos tres
componentes representan momentos de radical descentralización de funciones,
facultades y responsabilidades. Todos ellos significan una creciente
participación de las masas y de los niveles inferiores de dirección en la
solución de los problemas, en comparación con la situación organizativa
anterior. Significan la eliminación de vías y escalones que antes había que
recorrer para el enfrentamiento y tratamiento de los distintos asuntos.
Antes del proceso de
institucionalización en el país existían 4 escalones de dirección
administrativa: la nación, la provincia, la región y el municipio. Había 6
provincias, unas 60 regiones y unos 410 municipios. Todas las actividades fundamentales
a las que hice referencia en respuesta a una pregunta anterior y que hoy están
subordinadas a los Órganos Locales del Poder Popular, estaban antes
subordinadas verticalmente a organismos nacionales. Las instituciones de salud
pública, las escuelas, el transporte, la gastronomía, los cines, los centros
deportivos, el comercio: pues aunque en algunas provincias estaban subordinados
a las llamadas Coordinaciones de Poder Local, esto de hecho funcionaba como un
organismo nacional ya que existía la Coordinación Nacional de las
Administraciones Locales. Todo eso estaba subordinado a organismos nacionales.
Las decisiones sobre los
problemas de una escuela o un policlínico que estuviera en un municipio de
Santiago de Cuba o Guantánamo debían tomarse en última instancia en La Habana.
Los recursos para su construcción y mantenimiento se planificaban y resolvían
desde La Habana, y para llegar al nivel nacional debía recorrerse el nivel
municipal, el regional y el provincial, es decir 3 niveles. Claro que a veces
en la práctica, la dirección del Partido del municipio o la región tenía que
intervenir para dar solución a un problema emergente de una escuela, de un
hospital, de un policlínico. Pero desde el
punto de vista administrativo de gobierno, la subordinación era nacional y las
soluciones debían decidirse centralmente.
Pues bien, la nueva División
Político administrativa, eliminó un escalón: elimino la región y solo
permanecen: nación, provincia y municipio. Catorce provincias, en lugar de las
6 anteriores y 169 municipios, en lugar delos 410 anteriores, y ninguna región.
Actualmente, por lo tanto, cualquier problema, aunque sea de los que se deciden
a nivel nacional, só1o tiene que recorrer como máximo 2 escalones y no 3 como
antes. Pero más importante aún que eso es que una gran parte, la mayoría, de
las actividades que como vimos tiene que ver de manera inmediata con la
satisfacción de las necesidades de la población, han pasado a estar
directamente subordinadas a los Órganos Locales del Poder Popular, y en su
aplastante mayoría a los órganos municipales del Poder Popular.
Así por ejemplo, del total de
empresas de comercio y gastronomía del país el 75% están subordinadas a los
órganos municipales del Poder Popular; del total de unidades presupuestadas de
educación del país el 86% se subordinan a los órganos municipales del Poder
Popular; del total de unidades presupuestadas de salud pública del país el 50%;
se subordina directamente a los órganos municipales y el 42% a los órganos
provinciales, es decir el 92% esta subordinado a los órganos locales del Poder
Popular.
Es desde el municipio que se
elaboran las propuestas de planes para estas actividades y es allí donde se
maneja luego operativamente la ejecución de los planes de estas actividades y
los recursos que se destinan para ellas. Antes, esto se hacía centralmente.
Existe además una flexibilidad en este manejo de los recursos asignados para
que los órganos municipales puedan tomar decisiones y moverlos de un destino a
otro que resulte prioritario en un momento dado. Puede ser que, de los recursos
asignados con destino, digamos, a la reparación del comercio, sea necesario en
un momento desviar una parte porque hay un problema en una escuela o hay un
problema en el policlínico. Esto puede hacerlo el órgano municipal y antes no
se podía puesto que los recursos con destino al comercio eran planificados y
manejados por un organismo central, y estaban en manos de un organismo distinto
al que planificaba los recursos con destino a la salud pública o a las escuelas
y no podía actuarse de esta manera flexible.
Allí en el municipio, como
decíamos antes, se nombra actualmente al personal dirigente de las empresas y
unidades presupuestadas locales. Antes los nombramientos se hacían desde los
niveles superiores y en el municipio no se podían tomar decisiones en relación
con ellos. Y no sólo es que se nombren en el nivel municipal, sino que esos
nombramientos son hechos por la Asamblea de delegados elegidos libremente por las
masas, o son hechos por el Comité Ejecutivo del Poder Popular el cual es
elegido por estos mismos delegados. No se nombran desde arriba, sino que de
hecho se nombran desde abajo a diferencia de los mecanismos anteriores.
La asignación concreta de
fuerza de trabajo para las distintas empresas y actividades incluyendo a las
empresas de subordinación nacional, acorde con lo establecido en el plan para
cada una, es responsabilidad actualmente de las Direcciones de Trabajo de los
órganos municipales del Poder Popular y no como antes, que se hacía por el
Ministerio del Trabajo a través de sus delegaciones regionales. Así podría
mencionarte muchos ejemplos de cuestiones cuya solución y manejo está dentro de
las facultades de los Órganos Locales del Poder Popular y que antes estaban en
las facultades de organismos centrales.
Quiere
decir que en general a nivel del municipio están presentes facultades
actualmente para decidir una gran cantidad de cuestiones que antes se decidían
centralmente. Puede que no siempre se usen debidamente esas facultades: bien
por desconocimiento, bien por falta de experiencia, bien por falta de métodos
adecuados; pero allí, abajo, lo más cercano posible a la población, están estas
facultades. Pero no sólo están allí abajo sino que, repito, es necesario tener
en cuenta el hecho de que en la práctica, en última
instancia, son facultades que están en manos de los delegados, elegidos
libérrimamente por las masas de entre los también nominados libremente por las
masas como candidatos en cada circunscripción.
En la medida en que haya
burocratismo en estas cuestiones en un municipio, ello es responsabilidad,
naturalmente, en mayor o menor medida de todos nosotros, es responsabilidad
también del Partido, es responsabilidad del Gobierno en general, tiene
responsabilidad la dirección provincial del Poder Popular, tiene
responsabilidad también el Comité Ejecutivo del Poder Popular municipal, tienen
responsabilidad, como es natural los funcionarios que actúen burocráticamente.
Pero no deja de ser responsabilidad también de los propios delegados del Poder
Popular y, en última instancia, de las propias masas de la localidad que han
elegido a estos delegados, que les pueden exigir y que los pueden revocar; es decir,
que tienen facultades para actuar sobre estos problemas y deben usar esas
facultades. En sus distintos niveles y cuadros, tiene el Poder Popular las
facultades para tomar las medidas pertinentes y puede y debe usar esas
facultades de acuerdo con lo establecido.
Te he hablado hasta ahora del
papel descentralizador y antiburocrático por definición y por funciones que
están llamados a jugar la nueva División Político-administrativa y los Órganos
Locales del Poder Popular, pero no podemos dejar de tener en cuenta tampoco al
tercer componente fundamental del proceso de institucionalización que tiene
lugar, el Sistema de Dirección y Planificación de la Economía, que traslada a
la dirección de las empresas múltiples facultades y responsabilidades que antes
se concentraban en los niveles superiores de ministerio. La empresa ahora puede
participar activamente en la elaboración de la propuesta de su plan, puede
manejar después sus recursos dentro del plan, con un grado mayor de autonomía.
Puede, asimismo, por ejemplo, vender por decisión propia recursos que le
sobren, aún cuando esa venta no esté contemplada en el plan; puede alquilar a
otras empresas equipos, almacenes, etc., que tenga temporalmente ociosos; puede
organizar y vender producciones marginales que haga, a partir de sobrantes,
residuos, recortes, aún cuando ello no esté en el plan, etc.
Por todo lo anterior, creo
que es posible asegurar que las trabas burocráticas de ninguna manera pueden
ser mayores ahora que antes, sino que son necesariamente menores. Y en la
medida en que haya trabas burocráticas, ello no se le puede achacar al proceso
de institucionalización porque, todo lo contrario, este proceso crea
condiciones para eliminar dichas trabas. Hay que estar a su vez alerta de que
algunos burócratas quieran justificar su burocratismo echándole la culpa al
proceso de institucionalización.
Claro, este proceso iniciado
en 1976, hace poco más de 2 años, no es posible que haya dado de sí todo lo que
esta previsto que dé. Ni con mucho. Está muy lejos de ello puesto que no sólo
es que no haya madurado, sino que no ha terminado aún. Todas las partes de este
proceso forman entre sí un sistema, es decir, que para que una de las partes dé
todas sus posibilidades necesita que las otras estén funcionando debidamente.
Para que la División Político administrativa nueva y los órganos del Poder
Popular en su funcionamiento ofrezcan todas las ventajas que se previó que
dieran es necesario que esté funcionando el Sistema de Dirección de la Economía
y para que éste cumpla adecuadamente sus objetivos es necesario que los órganos
del Poder Popular funcionen correctamente.
Actualmente, como decía en la
respuesta anterior, los órganos del Poder Popular son muy nuevos, aún
inexpertos y el Sistema de Dirección y Planificación de la Economía, que es el
componente más complejo dentro de este proceso de institucionalización, llevará
aún tiempo para que concluya su aplicación.
En el actual quinquenio sólo
está previsto poner en funcionamiento los distintos elementos de este Sistema y
el próximo quinquenio es que tendrá lugar el funcionamiento de todo el conjunto
de sus elementos, y sobre la marcha tendremos además que irle haciendo las
modificaciones y correcciones necesarias. Gradualmente se podrán ir notando los
resultados positivos de unos y otros de los elementos de este Sistema y el
próximo quinquenio se dejarán ver los pasos de avance del proceso, pero el
proceso completo de institucionalización, como sistema integral, sólo estará aplicado
para comienzos del próximo quinquenio y sólo entendemos que pueda estar maduro
y dando lo que de él esperamos a fines del próximo quinquenio, es decir, para
los años 84 y 85.
Este es el proceso natural y
el tiempo requerido para que den sus frutos en toda su madurez los distintos
cambios institucionales que se están aplicando. No hay por tanto que
desesperarse. Es necesario tener en cuenta el tiempo mínimo que requieren
ciertos procesos para dar de sí todo lo que deben dar, no debemos hacernos ni ilusiones
precipitadas ni cansarnos ni desanimarnos. Debemos rehuir el entusiasmo fugaz
de un momento que nos lleva luego a abandonar y descuidar las tareas cuando no
dan de manera pronta resultados espectaculares. Trabajamos con la mayor
intensidad posible, también para el presente pero sobre todo para el futuro.
Nosotros actualmente, como ha dicho Fidel, en definitiva estamos recogiendo los
frutos de los árboles que otros sembraron. A nosotros nos corresponde ahora
sembrar árboles aún cuando no pensemos recoger personalmente sus frutos sino
para que lo hagan las generaciones futuras; pero de estos árboles de que
estamos hablando también nosotros vamos a disfrutar la cosecha, de lo que se
trata es de darles el tiempo necesario para que crezcan, se desarrollen y
maduren.
Por eso a la pregunta que me
haces de si el proceso de institucionalización se puede juzgar por la situación
actual, te respondería que sí y que no. Respondo que sí, respecto a los
resultados que eran de esperarse en esta etapa, a los dos años de iniciado el
proceso. Respondo que no, en cuanto a juzgar, por lo alcanzado hasta ahora, lo
positivo o no de las metas finales por las cuales se inició y se lleva a cabo
dicho proceso, puesto que aún falta un buen trecho por recorrer. Y no se puede,
indudablemente, juzgar la conducta que tendrá un adulto por el comportamiento
que tenga en su niñez e incluso en su adolescencia, aún cuando se pueden ir
observando en el trayecto de su desarrollo los avances que va teniendo, sus
virtudes junto a las desviaciones que presente y a los errores que cometa, con
vista a consolidar y estimular las primeras y enmendar y superar lo segundo.
El proceso de
institucionalización en estos momentos, es como un niño que ha nacido bien y
que se está desarrollando bien, según nuestro criterio. Se notan sus progresos
a la vez que manifiesta algunas “malacrianzas”, algunos infantilismos, su falta
de experiencia; y como todo niño, y en definitiva como todo lo nuevo, a veces
debe enfrentar también las incomprensiones de lo viejo, de los mayores,
impregnados por un lado de los anteriores hábitos y por otro de la impaciencia
por verlo crecer más rápido de lo debido y por las pretensiones de que se
conduzca ya como un adulto antes de tiempo.
Pero estamos completamente
seguros de que este proceso de institucionalización en marcha arrojará a su
tiempo los resultados esperados, y resultados parciales positivos se ven
algunos ya y se irán haciendo notar más, de manera convincente y creciente en
los próximos años.