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miércoles, 28 de febrero de 2018

Transformaciones en el agro cubano esperan por mayor productividad

Con una alta dependencia externa, la economía cubana necesita modificar el sector agropecuario de producción y comercialización de alimentos.


28 febrero, 2018


La economía cubana aún refleja una alta dependencia alimentaria externa. En el país, aún quedan muchas tierras ociosas. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

Desde 2008 hasta la fecha, en el sector agropecuario cubano se han implementado más de 22 transformaciones; de ellas, la más significativa es la entrega de tierras ociosas en condiciones de usufructo.

De inicio fueron inventariadas cerca de 2,5 millones de hectáreas (ha) de tierra agrícola ociosa, alrededor de 40 por ciento del total del área agrícola del país (6,2 millones de ha). Hasta finales del tercer cuatrimestre de 2017 sehabían entregado, por la vía de Los Decretos Leyes 259 y 300, alrededor de 1,8 millones de hectáreas a personas naturales, lo que benefició a 234.000 usufructuarios y personas jurídicas (cooperativas agropecuarias y de créditos y servicios, fundamentalmente) y unas 213.000 hectáreas a 3.200 entidades (personas jurídicas) productivas.

La entrega de tierras constituye, hasta el presente, la transformación estructural más importante de las aplicadas para ese estratégico sector productivo.

Sin embargo, no se aprecia un aumento considerable en la producción agrícola-ganadera, deficiencia que se acompaña, generalmente, del incremento de los precios en el mercado minorista (excepto de aquellos productos a los cuales se les han situado precios máximos, para los mercados estatales y cooperativos no agropecuarios)[1].

De inmediato surgen algunas interrogantes: ¿las medidas se corresponden o no con los resultados productivos obtenidos hasta el presente?, ¿cuáles son las dificultades que limitan un crecimiento sostenido de la producción agrícola y ganadera?, ¿se concibe bajo un enfoque sistémico de las medidas implementadas o por implementar en el sector agropecuario?

La economía cubana aún refleja una alta dependencia alimentaria externa. De acuerdo al informe presentado en diciembre de 2017 ante la Asamblea Nacional (parlamento), por el Ministro de Economía y Planificación, Ricardo Cabrisas, para 2018 se proyecta importar 1.738 millones de dólares en alimentos, 66 millones más que el año anterior.

Estas compras representan alrededor de 17 por ciento de las importaciones totales de la economía cubana. Las importaciones de productos alimenticios representan entre 65 y 69por ciento de la total disponibilidad de alimentos[2], lo que evidencia una elevada dependencia alimentaria externa y, a la vez, una alta vulnerabilidad. Sin duda, esa dependencia pudiera reducirse, sustancialmente, a partir de la producción nacional.

En el transcurso y desarrollo de investigaciones realizadas por diversos autores, desde los años noventa hasta la fecha, se han abordado algunas de estas interrogantes y se ha tratado de encontrar explicaciones, sugerencias, posibles soluciones. Sin embargo, varias causas concurrentes no han favorecido el incremento de la producción de alimentos[3] y la oferta.

Son de suma importancia tanto las causas que se ubican al inicio del ciclo productivo (cadena) y lo condicionan desde el comienzo, como las que se manifiestan a lo largo de la cadena, en sus diferentes eslabones.

Entre las causas fundamentales se pueden citar:
  • En primera instancia, la falta de un enfoque sistémico, que parte desde el inicio, se manifiesta a lo largo del ciclo (producción-distribución-cambio-consumo) y, de no ser considerado, puede generar contradicciones antagónicas.
  • No identificar el ciclo como un encadenamiento productivo-valor[4] y,cuando en limitadas ocasiones se ha visto como un encadenamiento, solo ha sido desde el punto de vista delvalor de uso, lo que no permite apreciar la problemática en toda su extensión.
  • En realidad se manifiestan escasas medidas descentralizadoras, que permitan una mayor autonomía a los productores; algunas de ellas se expresan bajo la ausencia de un enfoque sistémico y al final del ciclo.
  • A manera de ejemplo se pudiera citar que, en el eslabón final de la cadena, se ha aplicado –mediante la Ley 318– la descentralización del proceso de comercialización de los productos agrícolas (mayorista-minorista); sin embargo,no se ha sido consecuente en la descentralización en el punto de inicio del ciclo[5](producción);el mercado mayorista de insumos creados no ofrece una respuesta oportuna y expedita para el productor (la agricultura trabaja con seres biológicamente vivos, la naturaleza no entiende; es decir, cuando hace falta aplicar agroquímicos o productos biológicos, cultivar, cosechar, etcla naturaleza no espera: hay que realizar la actividad en el momento requerido).
  • Durante el proceso descentralizador de la comercialización (Decreto Ley 318), los niveles de ventas al Estado (acopio estatal) se habían reducido de un rango inicial entre 75-80 por ciento, a un nivel promedio de 51 por ciento, aproximadamente. Las medidas implementadas sobre la fijación de precios o precios máximos en los mercados minoristas (excepto los ya señalados), puede interpretarse como el retorno a un punto de partida sobre el cual ya se ha transitado sin éxito. El problema central no radica en la circulación, sino en la producción.
  • Los recientes procesos centralizadores en la comercialización (eslabón final de la cadena) se manifiestan o interpretan como una especie de involución en cuanto a las medidas descentralizadoras iniciadas. Si bien es cierto que se requiere establecer un ordenamiento en este eslabón, retomar formas transitadas y ya agotadas, como vía de solución, no resulta nada novedoso.
  • El tema de los insumos productivos, servicios, equipamiento, herramientas, etc., particularmente al inicio de la cadena productiva-valor, se ha encauzado más bien de forma centralizada,mediante empresas institucionales, enmarcadas en los territorios, que requieren de diversos escalones de autorización, y no a través de un mercado para los productores, al cual ellos puedan acudir de forma directa y comprar con la rapidez que requiere la producción agrícola-ganadera.
  • Estos altos niveles de centralización y monopólicos han dado lugar a situaciones desfavorables, tales como: desestímulo al productor, pérdida de cosecha en la plantación por no recogida a tiempo, pérdida de productos en los lugares de acopio, niveles de subsidios asumidos por el Estado, precios no consecuentes con calidades, cadena de impagos al productor, desviación de productos hacia el mercado subterráneo, entre otros.
  • La necesidad de reconocer la existencia real y objetiva del mercado en complementariedad con la planificación, teniendo presentes los requerimientos sociales, constituye un elemento importante para mejorar la gestión económica empresarial.
  • Lograr la realización de la propiedad bajo una cultura gerencial totalmente nueva.
  • Se ha transitado por varios decretos leyes 259 (julio 2008), 282 (agosto 2008)-Reglamento- y 300 (octubre 2012, deroga los anteriores) y se avizora un nuevo Decreto Ley para 2018, que deroga el 300; todos referidos a la distribución de tierras en usufructo.
En total, han transcurrido 10 años entre el primer decreto y el anunciado para el año en curso, en la búsqueda soluciones, muchas de las cuales podían haberse concebido desde el inicio.


La deficiente producción agrícola se acompaña generalmente de altos precios en el comercio minorista Foto: Jorge Luis Baños_IPS

No constituye un objetivo del presente análisis detallar y relacionar las inconsistencias registradas en los Decretos Leyes 259 y 300, pero sin duda habría que estudiar si estas perduran en el nuevo cuerpo legislativo que, al término de este análisis, aún no se daba a conocer.

A lo anterior hay que añadir procedimientos burocráticos extendidos en la tramitación de la solicitud de las tierras ociosas, lo cual dilata el periodo efectivo para ponerlas a producir con efectividad.
  • De hecho, el usufructuario, nuevo ente económico-productivo surgido con la entrega de tierras ociosas, ha crecido en participación en relación con las restantes formas productivas: actualmente ocupa el 29 por ciento de la tierra agrícola del país, con una potencialidad productiva que hay que estimular.
  • El sector agropecuario cubano se caracteriza por la diversidad de productores, con la existencia en los territorios de diferentes formas productivas agropecuarias, tales como: las cooperativas, empresas estatales, los privados usufructuarios y el privado individual; sin embargo, entre ellas se manifiestan insuficientes relaciones horizontales. Estas formas productivas, por lo general, dependen o se encuentran verticalmente supeditadas a una estructura institucional que no facilita las relaciones horizontales.
  • La ausencia de relaciones horizontales entre los productores agrícolas en los territorios se manifiesta como una preocupación y se ha argumentado la necesidad de buscar vías de intercooperación en los territorios y entre las formas productivas, que propicie de forma efectiva el amplio desarrollo de las relaciones horizontales entre los productores; independientemente de la institución vertical a la cual se encuentra supeditada.
  • Entre 2014 y 2015 comenzó a gestarse y luego, a finales de 2016, se inició un Proyecto de Intercooperación identificado por APOCOOP, en cuatro municipios (Alquízar, Banao, Manatí y El Salvador), auspiciado por la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) y OXFAM, con la colaboración de otras instituciones nacionales. Este proyecto integra un número de cooperativas en cada municipio que, de forma voluntaria, han decidido afrontar unidas los problemas que surgen durante la gestión económica-productiva e ir a la búsqueda de soluciones conjuntas ante problemas y dificultades (productivas, sistémicas, económicas, ambientales y sociales) dentro del propio territorio, sobre bases legales y contractuales.
  • Entre las trasformaciones ocurridas en la fase de comercialización minorista, están los mercados arrendados a cooperativas. Sin duda es un paso valioso, ya que permite incorporar a la comercialización los productores directos, es decir, a parte integrante de su cadena productiva y de valor. Sin embargo, estos mercados arrendados a cooperativas de productores directos suelen registrar falta de sistematicidad en la oferta y poco surtido, ya que no reciben diariamente el suministro de la cooperativa que lo abastece. Se originan baches en momentos determinados, no solo por factores de estacionalidad de las producciones agrícolas, sino también por fallas en la logística, particularmente aquellos mercados que se encuentran en la capital.
  • En la modalidad de mercados arrendados, comenzó a gestarse desde hace más de dos años y hasta su actual funcionamiento (entre 2014-2016 y 2017), una nueva modalidad (en experiencia) de un mercado arrendado a varias cooperativas productoras. Es vista la cadena productiva-valor en toda su extensión
  • La intercooperación de las cooperativas agrícolas, bajo esta nueva modalidad de mercado arrendado, se extiende más allá de la propia coordinación cooperada de la administración y sostenibilidad del mercado situado en La Habana.
  • Esta forma de intercooperación desborda los objetivos fundamentales señalados y su efecto se hace extensivo a aspectos tales como: acerca y conduce a compatibilizar la producción con la demanda; sistematiza la oferta; promueve el encadenamiento productivo y de valor; hace corresponder precios con resultados, teniendo presente la relación ingreso-precio de la población; logra mayor valor agregado (beneficio-transformación-calidad); vincula las utilidades, en primer lugar, a las cooperativas que administran de forma cooperada el mercado, a los cooperativistas del mercado (antiguos trabajadores del mercado) y establece un fondo para el desarrollo del mercado.


Las importaciones de alimentos pudieran reducirse sustancialmente a partir del incremento de la producción nacional. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

Para lograr efectos extensivos, dicha forma de intercooperación proyecta:
  • Ajustar el plan de siembra y de producción para cada año en estas cooperativas, según las necesidades del mercado (población, industria) y cumpliendo con el encargo estatal como primera prioridad.
  • Incrementar las áreas de producción y los rendimientos para garantizar el crecimiento de los suministros de forma estable al mercado.
  • Sumar a nuevas cooperativas a participar en esta modalidad.
  • Garantizar una distribución eficiente desde el productor hasta el consumidor final, reduciendo los ciclos de reaprovisionamiento, ajustando los niveles de abastecimiento a los niveles de venta diarios.
  • Poner precios máximos a los productos, mensualmente, por acuerdo de las cooperativas que administran el mercado, según las regulaciones vigentes.
  • Fiscalizar diariamente el funcionamiento del mercado y el resultado alcanzado.
  • Establecer el lugar de beneficio de los productos a comercializar, proyectando el incremento de su capacidad para lograr mayor valor agregado, paulatinamente.
  • Contribuir de forma efectiva a alcanzar la seguridad alimentaria, constituida por cuatro ejes fundamentales: disponibilidad, acceso económico a los consumidores, inocuidad de los alimentos y sistematicidad en la oferta.
  • Realizar la distribución mensual de las utilidades que generen la gestión comercial del mercado, entre las cooperativas comprometidas,los socios cooperativistas del mercado y el fondo de desarrollo del mercado.
Sin duda, el actual proceso de transformaciones por el que transita la economía cubana requiere de una constante observación y, con el objetivo de detectar inconsistencias y fenómenos no previstos para, de forma dinámica, realizar los ajustes necesarios e implementar medidas, algunas previstas, pero no instrumentadas y otras nuevas, pero no concebidas al inicio.

En realidad, durante el proceso de implementación surgen nuevos aspectos, no todo es previsible desde el inicio y se necesita tener presente la práctica como criterio de la verdad.

Ante las manifestaciones de aspectos desfavorables, sería aconsejable realizar los ajustes necesarios inmediatos, pero aquellos que no impliquen inmovilidad y retrocesos, por cuanto los retrocesos traen consigo un grado de incertidumbre que puede conllevar inestabilidad y falta de credibilidad en las transformaciones. Vale reiterar el enfoque sistémico en la aplicación de las medidas, el análisis del derrame que estas traen durante su instrumentación y aplicación. Los imprevistos pueden reducirse al mínimo inevitable, por medio del análisis sistémico previo, durante y constante, en la aplicación de las transformaciones.

La academia puede y debe jugar un papel valioso, activo, durante el proceso: previo (conceptualización) y la implementación (observador-alertando), con sugerenciasdirigidas al ordenamiento y ajuste del proceso actual de transformaciones económicas. Sería aconsejable evitar o reducir al mínimo los altos en el proceso de transformaciones, por las implicaciones ya mencionadas que ello podría acarrear. (2018).

Citas

[1] Las restantes formas de mercados minoristas (oferta y demanda, puntos de ventas y carretilleros) se rigen por precios libres, determinados por la oferta y demanda.

[2] Disponibilidad (producción nacional+importaciones-exportaciones), determinada a partir de una canasta de productos seleccionado durante un periodo de ocho años.

[3] Una producción agrícola-ganadera limitada por la oferta.

[4] Tener presente que la mercancía encierra un doble carácter: valor de uso y valor de cambio.

[5] El ciclo está conformado por: producción-distribución-cambio-consumo. Constituye una unidad dialéctica; para producir se necesita consumir y para consumir se necesita producir.

El turismo y las relaciones comerciales Cuba-Estados Unidos

José Luis Perelló • 26 de febrero, 2018



LA HABANA. Estados Unidos ha jugado y sigue jugando un papel importante en la economía cubana a pesar de las restricciones impuestas por el bloqueo y las nuevas regulaciones dictadas por el gobierno de Donald Trump en noviembre pasado. En este escenario, hay al menos cinco áreas clave donde los vínculos económicos de Estados Unidos con Cuba son significativos: los viajes, las remesas, los servicios de telecomunicaciones, las ventas de productos agrícolas (TSRA), y las inversiones indirectas.

El pasado año 2017, la isla recibió 4 millones 689 mil 895 visitantes internacionales, que representan el 16,2 por ciento de incremento con relación al año precedente. En estos resultados, hay que destacar el crecimiento de la modalidad turismo de cruceros y de las llegadas de viajeros estadounidenses.

El paulatino desarrollo del crucerismo encauza a Cuba como uno de los principales destinos de Cruceros del Caribe. A esto se agrega el anuncio reciente de las tres principales compañías de cruceros del Caribe: Carnival Corporation, Royal Caribbean y Norwegian Cruises Lines de realizar 286 atraques en puertos cubanos hasta 2019, lo que representarían más de 623 millones de dólares para las navieras y aportando el arribo de unos 455.000 pasajeros a la mayor de Las Antillas.


Una situación similar se presenta para el caso del transporte aéreo. El impacto económico de los vuelos directos Estados Unidos-Cuba durante el 2016, contabilizó poco más de 304 millones de dólares a las aerolíneas estadounidenses, por venta de pasajes y 1 600 millones por concepto de paquetes de viaje.

En este escenario American Airlines dominó el mercado, ejecutando el 35,4 por ciento del total de los vuelos, seguida de JetBlue. En el primer trimestre de 2017 se realizaron 3 663 vuelos directos desde Estados Unidos; declinando significativamente en un 7 por ciento en las rutas a La Habana y un 33 por ciento en las rutas del resto de los aeropuertos del país.

Con respecto a las llegadas de viajeros provenientes de Estados Unidos, las estadísticas de arribos de visitantes internacionales hacen distinción entre los cubanoamericanos y los estadounidenses. En esta distinción, los cubanos residentes permanentes en Estados Unidos que viajan a Cuba lo hacen vía aérea, mientras que los estadounidenses utilizan ampliamente las ofertas de las compañías de cruceros con base en la Florida. Estos programas de viajes en cruceros, incluyen los puertos de La Habana, Cienfuegos y Santiago de Cuba.




En relación a las remesas enviadas hacia Cuba, la encuestadora Bendixen & Amandi International y la consultora THCG calculan que las remesas anuales oscilan entre 1 500 y 2 000 millones de dólares, sin incluir los bienes y recargas telefónicas desde el exterior. Sea cual sea el monto exacto de estas transferencias, es innegable que las remesas constituyen una fuente de divisas importante para la economía cubana y especialmente para los emprendedores privados, y que la mayoría de ellas provienen de Estados Unidos, donde reside la mayoría de los cubanos fuera de la Isla.

El turismo también se presenta como un fuerte impulsor del sector de las telecomunicaciones en Cuba. El sector se proyecta con un alto crecimiento en estos cinco años, en correspondencia con el desarrollo del turismo en Cuba, en especial la telefonía celular. La Isla, con una población de 11,2 millones de habitantes y más de 4 millones de turistas que visitan el país anualmente, tiene una alta demanda por estos servicios. La telefonía celular, a pesar de su llegada tardía al mercado cubano, ha tenido un acelerado crecimiento desde que comenzó a ofrecerse como un servicio a la población en 2008. Ocho años después, llegaba a 4 millones de clientes y en 2017 la cifra ascendía a 4,5 millones de consumidores.

Para el negocio de telefonía celular, los crecimientos del turismo internacional hacia Cuba significan que un millón de clientes llegan a Cuba desde Estados Unidos y aproximadamente más de un millón proceden de Canadá, podrían utilizar los servicios de roaming ofrecidos por las principales compañías telefónicas, que tienen relaciones con Cuba, un negocio que indudablemente generará significativos ingresos por año para estos servicios.

Otra área con grandes potencialidades en las relaciones económicas Estados Unidos-Cuba es el comercio de productos agrícolas. Estados Unidos llegó a convertirse en uno de los mayores proveedores de alimentos a Cuba tras la autorización de este tipo de comercio con la Isla mediante el acuerdo conocido como TSRA. En estos 16 años las ventas anuales de productos agrícolas alcanzaron un monto de poco más de 5 250 millones de dólares, pero a partir de 2008 bajaron notablemente debido a los problemas de liquidez que enfrenta Cuba y a la necesidad de comprar productos a entidades extranjeras que otorgan crédito y otras facilidades, ya que las reglas estadounidenses requieren pagos en efectivo y complejas transacciones bancarias a través de terceros países.


Por último, aparte de algunas operaciones en el sector de las telecomunicaciones, autorizadas desde 2009, las empresas estadounidenses no pueden invertir directamente en Cuba a causa de las prohibiciones que impone el bloqueo, pero pueden invertir en compañías extranjeras que operan en la Isla con la restricción de no asumir el control de dichas compañías. Por ejemplo, en 2014 los inversionistas estadounidenses poseían cerca del 40% de las acciones de la firma francesa Pernod Ricard, casi un tercio de las acciones de la británica Imperial Tobacco, y el 27 por ciento de la suiza Nestlé.



En Cuba el sector turismo es el que agrupa la mayor cantidad de negocios con inversión extranjera, teniendo como modalidades 28 empresas mixtas constituidas y 88 contratos de administración hotelera con 20 cadenas hoteleras extranjeras. La presencia de compañías estadounidenses se reduce a un contrato de administración con Marriot International en el Hotel Four Point de La Habana.

Una serpiente que se muerde la cola

Las políticas estadounidenses hacia Cuba pudieran prestar más atención a la evolución del proceso de actualización del modelo económico y social cubano, que es una tarea en curso y que implica entender mejor la economía nueva y cambiante de Cuba; y lo que estas reformas económicas pueden representar en beneficios del interés nacional de Estados Unidos. El poder ejecutivo y el Congreso deben aprovechar el proceso de reformas en la Isla como una oportunidad única de distensión para el comercio y la economía en interés de los propios ciudadanos estadounidenses.

El diplomático estadounidense Jeffrey DeLaurentis, conocedor de la Cuba durante los últimos 25 años, comentó: “He aprendido mucho sobre la cultura cubana, sobre el país. Y lo que más he aprendido es que los norteamericanos y los cubanos tienen mucho más en común de lo que piensan. Y a veces… he llegado a la conclusión de que los cubanos probablemente tienen mucho más en común con los norteamericanos que con otros latinoamericanos. Quiero reiterar algo de lo cual estoy convencido: reconociendo nuestras diferencias y tratando de resolverlas de un modo respetuoso, tenemos mucho que compartir”.

Más temprano que tarde, el modelo económico en que está enfrascado el país se impulsará en su desarrollo con importantes proyectos que involucran recursos provenientes de nuevos socios solventes y una Unión Europea que puede jugar un rol importante en la cuestión del financiamiento internacional. En estos espacios y con una política realista, todavía hay tiempo para que Estados Unidos y Cuba vuelvan a ser socios comerciales.

Foto de portada: Yuri Kozirev.

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Compañía “Carnival” anunció 17 nuevas salidas a Cuba





The Carnival Corp.’s Adonia arrives to Havana from Miami in Havana, Cuba,Monday, May 2, 2016. (Ismael Francisco/Cubadebate via AP)

La compañía estadounidense Carnival Cruise Line anunció este martes 17 nuevas salidas a Cuba a bordo del crucero Carnival Sensation para el 2019, con viajes de cinco días que partirán de la ciudad de Miami.

Según un comunicado de la firma con sede en el estado de Florida, los viajes incluirán un día en La Habana, así como paradas en puertos populares del Caribe y Las Bahamas, incluidos Gran Turca, Gran Caimán, Nassau y los destinos privados de Half Moon Cay y Princess Cays.

El texto agregó que esos recorridos complementan una serie de viajes a Cuba desde Tampa a bordo del Carnival Paradise que tendrán lugar en 2018 y 2019.

Nuestros cruceros inaugurales a Cuba a bordo del Carnival Paradise recibieron una respuesta excepcional de los huéspedes y estamos encantados de ampliar el programa desde Miami hacia La Habana y algunas de las islas más bellas del Caribe y Las Bahamas, expresó Christine Duffy, presidenta de Carnival Cruise Line.

De acuerdo con la directiva, la mayor de las Antillas es un destino buscado y están encantados de brindar a sus clientes aún más oportunidades de experimentar y explorar esa fascinante isla.

El Carnival Sensation, una embarcación con capacidad para dos mil 52 pasajeros, tendrá cuatro salidas de cinco días a La Habana y Gran Turca el 20 de mayo, 9 de septiembre, 18 de noviembre y 16 de diciembre del año próximo.

Igualmente realizará cinco viajes de igual duración a la capital cubana, Nassau y Half Moon Cay los días 17 de junio, 15 de julio, 12 de agosto, 23 de septiembre y 4 de noviembre.

Además, el 22 de abril partirá rumbo a La Habana, Nassau y Princess Cays; mientras que otro recorrido, con paradas en el primero de esos destinos y Gran Caimán, tendrá salidas el 6 de mayo, 3 de junio, 1 y 29 de julio, 26 de agosto, 7 de octubre y 2 de diciembre.

“Los huéspedes que naveguen en los cruceros por Cuba pueden elegir entre casi 20 experiencias diferentes de excursiones en tierra que muestran la vibrante cultura de la isla, su majestuosa belleza y los monumentos arquitectónicos centenarios”, indicó el comunicado.

El texto recordó que las visitas a la nación antillana cumplen con las regulaciones del Departamento estadounidense del Tesoro que permiten a los operadores transportar a viajeros aprobados a Cuba.

La información divulgada por Carnival Cruise Line aparece pocos días después de que las compañías norteamericanas Regent Seven Seas Cruises y Norwegian Cruise Line también dieran a conocer un incremento en los viajes a la isla caribeña.

Según cifras oficiales, Cuba recibió en 2017 a casi 620 mil visitantes estadounidenses, pese a las regulaciones actuales y advertencias de la administración del presidente Donald Trump de que no viajen a la mayor de las Antillas.

Wall Street cierra con fuertes pérdidas: Powell no calma el miedo a las subidas de tipos


Wall Street ha cerrado este martes con fuertes pérdidas, después de que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, no haya calmado el miedo de los inversores a tres o más subidas de tipos en el año en curso. Al cierre de las operaciones, el Dow Jones se dejó un 1,16% hasta los 25.410,03 puntos, mientras que el selectivo S&P 500 se marcaba su peor retroceso en tres semanas al dejarse un 1,27% para concluir en las 2.744,28 unidades, y el índice compuesto del mercado Nasdaq caía un 1,23% hasta 7.330,35 unidades.

El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, dijo en un discurso preparado que las perspectivas económicas en Estados Unidos permanecen "sólidas" para el banco central, y restó importancia a las turbulencias bursátiles de las últimas semanas. Respecto a la evolución de los tipos de interés, actualmente en el rango de entre el 1,25% y el 1,5%, Powell reiteró que se llevará a cabo un ajuste "gradual", siguiendo los pasos marcados por su predecesora en el cargo, Janet Yellen.

Durante el discurso, el rendimiento de los bonos del Tesoro a diez años subió hasta un 2,92%, con los mercados preocupados por la posibilidad de que haya más de tres alzas de los tipos de interés este año, opción que no descartó Powell. Antes de la apertura, se han conocido los pedidos de bienes duraderos en Estados Unidos en el mes de enero han disminuido un 3,7%, por encima de la bajada del 2% prevista por los analistas.

El dato subyacente, que suele ser más relevante en este indicador por su estabilidad, ha caído un 0,3%. Los analistas preveían en este caso una subida del 0,4%. Tras la apertura se ha conocido también la confianza del consumidor de febrero. El dato de la Conference Board ha batido previsiones al situarse en 130,8 puntos. Todos los sectores cerraron en rojo en la sesión de este martes, liderados por el de telecomunicaciones (2,23%), seguido por bienes de consumo cíclico (1,79%), así como por energía y empresas de servicios públicos, ambas con un 1,55%.

Entre los treinta valores del Dow Jones encabezaban las ganancias Intel (1,63%) y Boeing (0,30%), y en la orilla opuesta se situaban Walt Disney (-4,50%), Merck (-2,41%) y Nike (2,31%). En otros mercados, el petróleo de Texas bajó un 1,58%, hasta 62,90 dólares el barril, y al cierre de Wall Street el oro cedía hasta 1.319,10 dólares la onza, la rentabilidad del bono del Tesoro a diez años subió al 2,90% y el dólar avanzaba ante el euro, que se cambiaba a 1,228 dólares.