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miércoles, 18 de abril de 2018

Furor en Alemania por billete de euro con retrato de Marx

En el marco de las celebraciones por el bicentenario de Karl Marx, la ciudad alemana de Trier —donde nació el pensador— lanzó un billete conmemorativo por un valor de 0 euros, que se ha vendido como pan caliente. ¡Échale un vistazo!

El recuerdo puede ser adquirido por tres euros en la oficina de turismo del sitio donde nació Marx, un 5 de mayo pero de 1818. En el anverso, su retrato más conocido corona el papel moneda violeta. Para que no sé de lugar a confusiones, la particular pieza de numismática aclara que es apenas un objeto conmemorativo.

Karl Marx
​En el reverso, imágenes de los principales monumentos de Europa —el Coliseo, la Sagrada Familia de Barcelona, la Puerta de Brandemburgo en Berlín o la Torre Eiffel de París- son mostradas en un montaje, un homenaje al internacionalismo del filósofo y una referencia a los billetes del bloque, que tienen detalles arquitectónicos comunes a todos los países.
Según dijo a la agencia Reuters Norbert Kaethler, el gestor de la agencia de turismo de Trier, "el souvenir juega con la crítica del capitalismo de Marx y, por supuesto, el billete de 0 euros encaja perfectamente con Marx como un motivo".
En un inicio, se imprimieron 5.000 billetes, pero dado el éxito se debió encargar unos 20.000 más. También se venden patos de goma para bañera con la imagen de Marx. Los semáforos de la ciudad alertan a los peatones si pueden cruzar o no con signos que figuran al autor de El Capital.

ESPECIAL: Cubanos reconocen gestión de Raúl Castro y elogian cambios implementados

Actualizado 2018-04-18 07:40:37 | Spanish. xinhuanet. com

Por Noemí Galbán y Raimundo Urrechaga

LA HABANA, 17 abr (Xinhua) -- Cuba definitivamente ha cambiado en la última década, pero no sólo los paisajes urbanos con el florecer de locales, restaurantes y lujosos hoteles que engalanan las ciudades, sino también las personas, y aunque en las calles prevalecen rostros curtidos por los años, se respira optimismo.

Cuando sólo restan unas horas para que concluya el segundo mandato de Raúl Castro y entregue la presidencia de Cuba a un nuevo líder, en cada esquina, centro de trabajo, escuela, lugares recreativos, parques, hospitales y hasta en los medios de transporte, cada quien hace un balance de sus 12 años de gestión.

"Pienso que han sido muy positivos, porque dificultades siempre ha habido y habrá, pero en estos últimos años se ha elevado el nivel de vida en general de los cubanos, de una forma u otra, y en eso ha influido su determinación de iniciar la actualización del modelo socio-económico cubano", aseguró el joven trabajador Jorge Alvarez.

En diálogo con Xinhua, Alvarez manifestó que Raúl Castro, a punto de cumplir 87 años el próximo 3 de junio, fue intrépido al dar ese paso, y cauteloso a la hora de poner en práctica las decisiones adoptadas, por la complejidad que ellas comprendían.

"Fue como él mismo dijo que iría, 'pasito a pasito', sin prisa, pero sin pausa. Hizo cambios importantes y trascendentales para el desarrollo integral del país como impulsar la propiedad privada y dar una mayor apertura a la inversión extranjera", destacó.

Al respecto, el profesor universitario e investigador del Centro de Estudios de la Economía Cubana, Juan Triana, manifestó que uno de los mayores aciertos de Raúl Castro fue precisamente cambiar el concepto que existía en la isla de la inversión extranjera directa.

"En los años 70 se le consideró como un enemigo de nuestro proceso de desarrollo y la construcción del socialismo, después se vio como algo necesario pero muy tímido, en los 90 se aceptó como un mal necesario, después como un complemento a la economía, y actualmente como una necesidad estratégica para el desarrollo del país", señaló.

En entrevista con Xinhua, el académico cubano reconoció que se están llevando a cabo "profundas" transformaciones en todos los órdenes, tanto a nivel político, como económico y social.

Sin embargo, algunas metas distan aún de concretarse con la celeridad deseada pues, de acuerdo con cifras oficiales, de los más de 300 lineamientos rectores del actual proceso de actualización que fueron aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) y reformados en el VII, sólo el 25 por ciento se ha implementado.

Aunque lo más importante para Triana, es el hecho de que existe la comprensión y la voluntad política para seguir adelante en este camino, por lo cual se han creado las bases ideológicas y políticas que permitirán al país avanzar mucho más en un corto plazo.

Aunque no se ha alcanzado el nivel de ingreso para el ciudadano común que se aspira y se necesita, ni las tasas de crecimiento planificadas (en 2017 estaba previsto que el Producto Interno Bruto creciera 4 por ciento y sólo se alcanzó la mitad), existe la claridad de los pasos a seguir para materializar estos propósitos.

"Se avanzó mucho en la idea de que todos los agentes económicos pueden y deben contribuir a ese crecimiento, y que es una tarea del gobierno lograr el marco legal adecuado para que todos puedan aportar", señaló Triana.

En este sentido, el también profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana se refirió a las formas no estatales de gestión, específicamente los trabajadores privados o "cuentapropistas", y las cooperativas no agropecuarias.

"Si bien es cierto que ahora están congeladas las licencias a la espera de nuevas disposiciones jurídicas, fue algo novedoso para Cuba. Al igual que convertir a los trabajadores por 'cuentapropia' en micro y medianos empresarios. Esto último no se ha hecho, queda para el futuro, pero está planteado que ocurra", precisó.

Por su parte, Silvio Reyes, uno de los casi 600.000 trabajadores del sector privado en Cuba, y que están llamados a ser una de las principales fuerzas motrices de la economía local, dijo a Xinhua que los cambios realizados por Raúl Castro son significativos, ya que abren la posibilidad a los ciudadanos de desarrollar una dinámica nueva en sus vidas.

"Yo me incorporé al trabajo por 'cuentapropia', y creo que no sólo crecieron los ingresos familiares, sino también mi aporte a la sociedad a través del servicio que ofrezco y de los impuestos que pago", resaltó Reyes.

El trabajador cubano elogió otras medidas, como la flexibilización de la política migratoria, la eliminación de trámites burocráticos y documentos que limitaban a los cubanos a viajar al exterior, además de la autorización para adquirir viviendas y autos a personas naturales.

Sobre estas reformas, la trabajadora estatal, Lourdes Gómez, afirmó que "Raúl es un hombre de pocas palabras pero de acciones prácticas. Supo conjugar lo logrado hasta el momento por el comandante en jefe Fidel Castro, cuya obra fue gigantesca y perdurará por siempre, y al mismo tiempo emprender los cambios que eran necesarios".

Gómez opinó que a veces el ritmo de implementación de las reformas es más lento del anhelado por el pueblo, pero es comprensible, debido a los desafíos que plantean la recurrente carencia de recursos y la aparición de otros problemas coyunturales.

"Además, está el impacto negativo del bloqueo impuesto por Estados Unidos, que es el principal obstáculo para el desarrollo del país, y que con el presidente Donald Trump se ha arreciado luego de los avances percibidos con (Barack) Obama después del restablecimiento de relaciones diplomáticas en 2015", recordó.

Independientemente de este retroceso en los vínculos bilaterales, que también inciden en el plano económico, la realidad es que los cubanos nunca han esperado beneficios desde Washington.

"Los resultados son evidentes sin depender de Estados Unidos. Claro no son ni remotamente todos los que necesitamos ni los que quisiéramos pero ahí están. Raúl hizo muchas mejoras que se fueron viendo paulatinamente, cambios que la gente dudó que se fueran a lograr pero hoy son innegables", apuntó el jubilado Juan Valera.

El ex trabajador residente en La Habana opinó que el dirigente fue consecuente con la política trazada por su fallecido hermano Fidel Castro, y que nunca renunció a "los ideales revolucionarios ni al proceso socialista, sino que enfrentó los retos de la mejor manera posible con inteligencia y con principios sólidos".

Para mañana 18 de abril está fijado el inicio de sesión constitutiva de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional, escenario donde luego de juramentar a las nuevas autoridades parlamentarias se procederá a elegir al presidente, primer vicepresidente, cinco vicepresidentes, secretario y restantes miembros del Consejo de Estado de Cuba.

El jueves 19 concluirán casi seis décadas de liderazgo de la generación fundacional de la Revolución, que tuvo a Fidel y a Raúl Castro como sus máximos guías.

Sus ejemplos y obras tangibles perdurarán no sólo en la historia de Cuba o en el imaginario de sus habitantes, sino que también servirán de base para la construcción de logros futuros.


LA HABANA, abril 17, 2018 (Xinhua) -- Imagen del 24 de febrero de 1972 de Raúl Castro, pronunciando un discurso, en La Habana, Cuba. En 2006 Raúl Castro asumió la presidencia de Cuba, en aquel momento de forma temporal, para suplir a su hermano Fidel que se encontraba convaleciente de una compleja intervención quirúrgica. Durante dos años se mantuvo en el cargo a petición del fallecido líder revolucionario y cumplió a cabalidad el difícil tránsito de sustituir a Fidel Castro. En 2008 fue electo oficialmente presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, y su labor estuvo centrada en reestructurar el funcionamiento del gobierno para dinamizar la economía local y eliminar viejas prohibiciones en el país. En 2011, con la celebración del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), La Habana enrumbó su destino hacia nuevos horizontes con Raúl Castro al frente tras su elección como primer secretario de esa organización política. Se aprobó en ese cónclave el inicio de la actualización del modelo socialista de la isla, un paquete de reformas para hacer más eficiente la economía cubana, liberar al Estado de sectores no priorizados y fomentar el trabajo privado. En enero de 2013, el gobierno de Raúl Castro actualizó su política migratoria y puso fin al permiso de salida para los cubanos. Mientras tanto, en 2014 el gobierno cubano aprobó una nueva ley de inversión extranjera que ofrece incentivos a las empresas internacionales para invertir en Cuba. En el aspecto político, el momento cumbre de la presidencia de Raúl Castro fue el 17 de diciembre de 2014, cuando anunció a los cubanos el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos y el inicio del proceso de normalización de los vínculos tras más de medio siglo de distanciamiento. Este acercamiento sirvió para que en 2015 y 2016 Cuba renegociara su deuda vencida con varias naciones, y especialmente con el Club de París. Sin embargo, tras la llegada al poder de Donald Trump en enero de 2017, sufrió un palpable retroceso lo logrado hasta el momento. En su último discurso público ante la Asamblea Nacional en diciembre pasado, Raúl Castro aseguró que Cuba continuará el proceso de cambios iniciado en 2011 para construir un "socialismo próspero y sostenible". (Xinhua/Keystone Pictures USA/ZUMAPRESS)


LA HABANA, abril 17, 2018 (Xinhua) -- Imagen de archivo de 1958 de Raúl Castro (frente), Fidel Castro (2-d) y Ernesto "Che" Guevara (2-i). (Xinhua/Str)


LA HABANA, abril 17, 2018 (Xinhua) -- Imagen de archivo de 1960 de Raúl Castro (i) junto a Ernesto "Che" Guevara (d) en la Universidad de Santiago de Cuba, en el sureste de Cuba. (Xinhua/Str)


LA HABANA, abril 17, 2018 (Xinhua) -- Imagen del 12 de octubre de 1972 de Raúl Castro (i), aplaudiendo junto a su hermano Fidel Castro (d), en La Habana, Cuba. (Xinhua/Keystone Press Agency/Keystone USA/ZUMAPRESS)


LA HABANA, abril 17, 2018 (Xinhua) -- Imagen del 13 de julio de 1986, del escritor colombiano Gabriel García Márquez (i), junto a Raúl Castro (d), en La Habana, capital de Cuba. (Xinhua/Krzysztof Wojcik/FORUM/ZUMAPRESS)


LA HABANA, abril 17, 2018 (Xinhua) -- Imagen del 1 de mayo de 2017 de personas sosteniendo una manta con una fotografía de Fidel Castro (i) y Raúl Castro (d) durante el desfile para conmemorar el Día Internacional del Trabajo en la Plaza de la Revolución "José Martí", en La Habana, Cuba. (Xinhua/Joaquín Hernández)


LA HABANA, abril 17, 2018 (Xinhua) -- Imagen del 18 de septiembre de 2011 del presidente de Cuba, Raúl Castro (d) y sus homólogos de Venezuela, Hugo Chávez (c) y de Bolivia Evo Morales (i), conversando en el aeropuerto internacional José Martí, en la ciudad de La Habana, capital de Cuba. (Xinhua/Alejandro Azcuy/ABI)


LA HABANA, abril 17, 2018 (Xinhua) -- Imagen del 16 de diciembre de 2014, cedida por Estudios Revolución, del presidente cubano Raúl Castro en su despacho en La Habana, Cuba. Los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Estados Unidos, Barack Obama, protagonizaron un hecho histórico al anunciar el inicio del proceso del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países, lo que marca "un antes y un después" en los hasta ahora espinosos vínculos por más de 50 años. (Xinhua/Estudios Revolución)


LA HABANA, abril 17, 2018 (Xinhua) -- Imagen del 16 de abril de 2016 cedida por Cubadebate, del presidente de Cuba, y primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), Raúl Castro (i) y el primer vicepresidente de Cuba, Miguel Mario Díaz-Canel (d), asistiendo al VII Congreso del PCC, en el Palacio de Convenciones, en la ciudad de La Habana, capital de Cuba. (Xinhua/Ismael Francisco/CUBADEBATE)


LA HABANA, abril 17, 2018 (Xinhua) -- Imagen del 10 de abril de 2015 del presidente de Cuba, Raúl Castro (i), llegando a la inauguración de la VII Cumbre de las Américas, en la Ciudad de Panamá, capital de Panamá. (Xinhua/Santiago Armas)


LA HABANA, abril 17, 2018 (Xinhua) -- Imagen del 21 de marzo de 2016 del presidente de Cuba, Raúl Castro (d) y el presidente de Estados Unidos de América, Barack Obama (i), participando durante una conferencia de prensa en el Palacio de la Revolución, en La Habana, Cuba. (Xinhua/Joaquín Hernández)


LA HABANA, abril 17, 2018 (Xinhua) -- Imagen del 19 de abril de 2016 del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro (i) y el presidente cubano, Raúl Castro (d), participando durante el VII Congreso del Partido Comunista Cubano (PCC), en el Palacio de Convenciones, en La Habana, Cuba. (Xinhua/Ismael Francisco/CUBADEBATE)


LA HABANA, abril 17, 2018 (Xinhua) -- Imagen del 10 de mayo de 2015 del presidente cubano Raúl Castro, participando durante una conferencia de prensa, en la ciudad de Roma, Italia. (Xinhua/Imago/ZUMAPRESS)


LA HABANA, abril 17, 2018 (Xinhua) -- Imagen del 23 de septiembre de 2015 cedida por la Presidencia de Colombia del presidente cubano Raúl Castro (c), el presidente colombiano, Juan Manuel Santos (i) y el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Timoleón Jiménez (d), alias "Timochenko", estrechando las manos durante una ceremonia para dar a conocer un Acuerdo sobre Jurisdicción Especial para la Paz entre el gobierno de Colombia y las FARC, en la ciudad de La Habana, capital de Cuba. (Xinhua/César Carrión/Presidencia de Colombia)


LA HABANA, abril 17, 2018 (Xinhua) -- Imagen del 28 de septiembre de 2015 del presidente de Cuba, Raúl Castro, pronunciando un discurso durante la 70 sesión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en la sede de la ONU, en Nueva York, Estados Unidos de América. (Xinhua/Li Muzi)


LA HABANA, abril 17, 2018 (Xinhua) -- Imagen del 3 de diciembre de 2016 del presidente de Cuba, Raúl Castro, pronunciando un discurso durante el "Acto Político por la Desaparición Física del Líder de la Revolución Cubana", en la Plaza de la Revolución de la ciudad de Santiago de Cuba, Cuba. (Xinhua/David de la Paz)


LA HABANA, abril 17, 2018 (Xinhua) -- Imagen cedida por la Agencia Cubana de Noticias el 4 de diciembre de 2016, del presidente de Cuba, Raúl Castro (c), realizando un saludo luego de depositar en la tumba la urna con los restos del líder de la Revolución cubana Fidel Castro, en el cementerio de Santa Ifigenia, en la ciudad de Santiago de Cuba, Cuba. (Xinhua/Marcelino Vázquez/Agencia Cubana de Noticias)


LA HABANA, abril 17, 2018 (Xinhua) -- Imagen cedida por Cubadebate el 16 de abril de 2016, del presidente de Cuba y primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), Raúl Castro, presentando el Informe Central del VII Congreso del PCC, en el Palacio de Convenciones, en la ciudad de La Habana, capital de Cuba. (Xinhua/Ismael Francisco/CUBADEBATE)


LA HABANA, abril 17, 2018 (Xinhua) -- Imagen del 1 de mayo de 2015 del presidente cubano Raúl Castro, observando el desfile del 1 de mayo, en la Plaza de la Revolución, en La Habana, Cuba. (Xinhua/Liu Bin)


LA HABANA, abril 17, 2018 (Xinhua) -- Imagen del 1 de mayo de 2016 del presidente cubano Raúl Castro observando un desfile en la Plaza de la Revolución, en La Habana, Cuba. (Xinhua/Liu Bin)

Juan Valdés Paz: “La pobreza no está reconocida en el discurso oficial” (I)



Foto: Kaloian.
17 abril, 2018

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Unas horas más y Cuba amanecerá con un gobierno post Castro. No fue por Washington, que salvo una invasión directa de sus legiones, lo ensayó todo; ni la tragedia de Moscú; ni los desatinos internos; ni todo eso junto; sino por un agente de cambios que no se toma vacaciones: el tiempo.

En las avenidas, las pancartas de propaganda están en gris, mudas, una parábola de que el país aguanta la respiración en espera del lema que paute el relevo generacional del poder creado por los padres fundadores de la Revolución.

Las expectativas entre los cubanos no corren tanto tras las posibles figuras del gabinete, casi todas jerárquicamente previsibles, sino acerca de cómo la flamante administración manejará el proceso de reformas en curso, explicitado como una “actualización”.

Buscando aproximaciones retrospectivas y presentes al escenario actual, el más conjeturado, vigilado y decisivo del proyecto socialista, OnCuba tocó a la puerta de Juan Valdés Paz (1938), Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas 2014.

Diestro en heterodoxias, guevarista al no aceptar ser un obediente funcionario y, sobre todo, leal a una coherencia que le ha permitido un territorio de lucidez nunca anexado por tentaciones cortesanas o autos de fe, Valdés Paz nos recibe en su casa, ubicada en una de las zonas de La Habana profunda.

Estamos en Pogolotti, un modelo del obrerismo cubano de principios del siglo XX, convertido después por algunos en sonante blasón de la guapería urbana, con calles erosionadas y peripecias hampescas, uno de tantos entornos que la narrativa oficial rotula como barrios con “desventajas sociales”.


Juan Valdés Paz, Premio Nacional de Ciencias Sociales 2014. Foto: Claudio Pelaez Sordo.

Vamos a los orígenes. ¿Qué observó Jean Paul Sartre cuando viajó a Cuba en 1960 para afirmar que estaba en presencia de una democracia directa?

El propio Sartre no hubiera dicho eso de nosotros a principios de los 70. Pero era muy comprensible que estuviera epatado a principios de los 60, no solo él, sino otros muchos.

Era todo un pueblo movilizado, Fidel pasaba horas y horas en la televisión o en la plaza pública aleccionando a la población, y podrías considerar que eso era una consulta popular y que por tanto era una expresión de democracia directa. La consulta convierte a una asamblea en la plaza de la Revolución en un acto de democracia directa, aunque los que estaban reunidos allí no eran suficientemente representativos de la población. Pero de todas maneras era impresionante.

Caben discusiones técnicas sobre la representatividad, pero en el 59 las encuestas daban un apoyo a la Revolución de 98 por ciento.

Un consenso impresionante…

El consenso se mantuvo mayoritario casi todo el tiempo por el hecho de que la emigración masiva de la burguesía nacional y de la mitad de las capas medias profesionales, hacía que el disenso interno disminuyera permanentemente.

En un hipotético regreso de Sartre a Cuba, ¿qué apreciaría ahora el filósofo francés?

Un sistema parlamentarista, en el que para que la Asamblea Nacional juegue su papel habría que suprimir la figura del Consejo de Estado.

Explíquese, por favor…

El Consejo de Estado sustituye a la asamblea en su receso. De manera que nunca tendremos una asamblea operante, que ejerza lo que dice la carta magna de que es el órgano supremo del Estado, el cual puede ejercer los tres poderes. Los números lo dicen: por cada ley aprobada por la Asamblea, hay entre cuatro y cinco Decretos aprobados por el Consejo de Estado. Al final quedamos gobernados por el Consejo de Estado.

Algunos adelantan que habrá una separación de cargos al más alto nivel…

Lo que aún existe se resolvió ad hoc para el liderazgo de Fidel Castro, que lo continuó Raúl, y es que el presidente del Consejo de Estado sea jefe de gobierno también, cosa que incluso en otras experiencias del socialismo real no ha existido. Ni en China, ni en Vietnam, ni siquiera existió en la Unión Soviética.

Creo que esa es una de las cuestiones a resolver: separar la jefatura del Estado de la del Gobierno.

Foto: Claudio Pelaez Sordo.

Ya hay escenarios experimentales de tal esquema en las dos provincias ex habaneras…

Parece que todo quedó en crear un vicepresidente de la Asamblea para que atienda a la Administración. De modo que no se va a resolver una separación completa todavía. Imagino que todo eso lo están derivando para la reforma constitucional que acaban de refrendar en el quinto pleno del Comité Central.

Algunos especulan que esa reforma constitucional traería la elección directa del Presidente de la República, quedando abolido el actual sistema de segundo grado.

En el diseño actual del sistema político cubano no existen decisiones personales, todas las decisiones son colegiadas. Tanto en la asamblea, como en el Consejo de Estado y en el Consejo de Ministros.

Este carácter colegiado de la decisión es, en mi opinión, componente de un mayor desarrollo democrático socialista. Por tanto, los presidentes que vendrán estarán sometidos a la regla de que la decisión es colegiada. Entonces hablar de presidencialismo sería un paso atrás, cuando aspiramos a que todo sea lo más colegiado posible.

Volviendo al parlamento. ¿Cómo lo concibe en el futuro?

Más pequeño, profesional y operativo; que sesione permanentemente; un Jefe de Estado electo por la Asamblea y un gabinete de gobierno, con su Primer Ministro, también aprobados por la Asamblea Nacional.

¿Y quién elegiría al primer ministro?

Lo podría proponer el propio Jefe de Estado o la propia Asamblea. O como va a ocurrir por un tiempo indefinido en la historia, el Partido le propone a la Asamblea un jefe de Gobierno y un jefe de Estado. El resto de los miembros de gobierno, como ahora, no tienen que ser diputados.

Pero el Partido, tal como prescribe la ley, no interviene como postulante en las elecciones.

No me parece disonante que el Partido le proponga candidatos y leyes a la sociedad, dado que es un partido de vanguardia que deberá jugar su papel en el sistema político. Al definirse como la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, me da la idea de que el Partido equidista de la sociedad y del Estado, y en esa idea de equidistancia uno puede suponer que representa a la sociedad frente al Estado y legitima al Estado frente a la sociedad.

En la letra es así, pero en la realidad…

Lo que tenemos en la experiencia histórica de todo el socialismo real es una colusión del Partido con el Estado. Pero no es lo que está prescrito. Ciertamente, el Partido suplanta a las autoridades en muchos niveles del país. Sobre todo en provincias y localmente. Llevamos una larga lucha por la separación del Partido y el Gobierno, no concluida.


“No me parece disonante que el Partido le proponga candidatos y leyes a la sociedad”. Foto: Claudio Pelaez Sordo.


Es que muchas veces se trata de los mismos protagonistas. Existe ubicuidad y solapamiento…

Pero eso no impide que puedas hacer explícito las reglas para lograr esa equidistancia del Partido del Estado.

¿Cómo?

Por ejemplo, si el compañero que vamos a tener a partir del 19 de abril nace con las reglas de limitación de mandatos, se ha producido una revolución en la Revolución, porque eso crea una dinámica totalmente diferente en la política cubana. Pero si además de las reglas de limitación de mandato, pones dos reglas más: límite de edad, por abajo y por arriba, para ejercer el cargo –hasta la iglesia retira a los obispos a los 75 años– y además pones la regla de la incompatibilidad de cargos, que no puedes ser miembro del gobierno si eres miembro de la asamblea; o que un dirigente del Partido o de organizaciones de masas no puede ser diputado o viceversa… En fin, nada impide poner esas reglas que introducirían otra revolución en el sistema político cubano sin cambiarlo. Además, haría efectivo el principio de la rendición de cuentas.

Al no haber reglas de incompatibilidad, el Partido asegura o quiere asegurar su línea en el Estado, poniendo sus dirigentes en direcciones estatales. Pero el papel del Partido es una dirección político-moral, utilizando el lenguaje gramsciano, sobre el Estado.

El Partido no puede asumir entonces que es un suprafuncionario…

Eso está en el terreno de la discusión. Habría que superar la etapa en que la Revolución convirtió a sus líderes en dirigentes de Estado.

***

Foto: Kaloian.

Una semana antes del encuentro con el profesor e investigador Juan Valdés Paz, el periódico Granma, vocero del Partido Comunista, publicó un resumen del V Pleno del Comité Central.

El documento, puesto bajo la lupa por nuestro entrevistado, develaba serias dificultades para implementar las reformas y remitía proyecciones de cambios constitucionales esperados por la ciudadanía.

En las manos de Valdés Paz, el mensaje partidista sirve ahora de leit motiv para continuar la entrevista con este profesor del antidogmático departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana. Sus puertas fueron cerradas en 1971, junto con la revista Pensamiento Crítico, como prefacio del ominoso quinquenio gris y del maridaje con los soviéticos.

¿Qué calado podría tener la reforma constitucional?

La reforma constitucional que está anunciada, según lo que se vaya a reformar, llevará referendo o no.

¿Y qué líneas serían susceptibles de reforma?

Algunas áreas de la actual Constitución tendrían que modificarse para dar cuenta de los cambios económicos, porque parte de los Lineamientos no caben en la actual Constitución.

Por ejemplo, no reconoce la propiedad cooperativa no agropecuaria, solo la agropecuaria, ni a la propiedad totalmente extranjera, cuentapropista, etcétera. Entonces, hay que modificar la Constitución, por lo cual las cuatrocientas cooperativas urbanas que se aprobaron están transitando como experimento. Todo lo que es propiedad pública solo se puede entregar en condiciones de usufructo, porque la Constitución actual no permite la privatización de ningún bien público.

¿Qué líneas son inamovibles?

Homero Acosta –que, ojo, es una estrella ascendente– señaló que hay dos cosas que no se van a modificar de la actual Constitución: el carácter irrevocable del socialismo y el papel dirigente del Partido.


Foto: Kaloian.

¿Y para cuándo estarían a punto los cambios en la carta magna?

Cuando se dice que está en estudio la reforma constitucional, eso significa sine die, pero lo más importante es que el Partido se ha comprometido con la reforma, que no tiene marcha atrás. Otro punto interesante es que dice el Pleno: la reforma tendrá en cuenta nuestra historia constitucional.

¿Será pensando en la carta de 1940?

En la de 1940 y en la de 1901. El pleno deja abierta la posibilidad de que esas experiencias puedan ser puestas sobre la mesa. También podrían ser consideradas las experiencias de China y de Vietnam y del neo constitucionalismo latinoamericano en casos como los de Bolivia, Ecuador y Venezuela.

¿El hecho de que la Asamblea Nacional regrese al Capitolio Nacional es un símbolo de que la reforma estaría comprometida y respeta ciertos valores cívicos de la república anterior, pese a sus deplorables manquedades?

Hemos tenido el único parlamento en la historia que no ha tenido sede.

En marzo de 1959 el gobierno revolucionario metió en los jardines del Capitolio una feria agropecuaria. Llenó de vacas y de cerdos aquel lugar “sagrado”, donde estaba la estatua de la República. Estaba claro que ya no había parlamento, símbolo de qué República era aquella.

Después fue utilizado el Capitolio como edificio para diversas funciones públicas y ministeriales, hasta que apareció un extraordinario personaje, Eusebio Leal, quien con sus capacidades y buenas relaciones con Fidel y Raúl, logró ir colocando poco a poco sucesivos rescates patrimoniales.


Capitolio de La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez

Estamos entrando en un período de madurez, desgraciadamente a punto de morirnos, que nos permite apreciar con más ecuanimidad, incluso, a figuras que no fueron revolucionarias como Jorge Mañach, un liberal burgués que hizo aportes a la cultura del país; o como los hizo la Constitución de 1940, muy avanzada para la época y en el contexto latinoamericano, etcétera.

La reforma económica cubana es una reforma traída por necesidades imperiosas y uno de sus efectos colaterales es el incremento del patrón de desigualdad social ya existente. Recientemente al intervenir desde el público en Último Jueves, usted lanzaba una pregunta al panel: “¿Hasta qué grado de desigualdad social está dispuesta a soportar la sociedad cubana?” Para muchos viejos comunistas y luchadores esta reforma está sentando a Cuba sobre las rodillas del capitalismo, porque, desgraciadamente, parecería que no hay alternativas al capitalismo como fuente de riqueza.

Es un asunto muy peliagudo. Si se lee la discusión de los economistas, están preocupados porque se acelere el proceso de reforma económica, porque el actual modelo no da respuesta al desarrollo del país, sabiendo que muchas de esas reformas tienen consecuencias sociales, pero las ponen entre paréntesis. Dentro de ese grupo los hay más liberales y menos liberales. Los Lineamientos les ponen a los cambios ciertas arandelas, trasmitiendo la idea de que siempre habrá límites socialistas.

¿Se disparan muchas dudas cuándo se habla de límites?

Cuando se dice que se le pondrá límite a la acumulación de riqueza, se está estableciendo un límite para la reforma. Cuando se defiende la política social, se está poniendo otro límite, porque eso quiere decir que hay que asegurar que el gasto público no baje o que una parte de la inversión hay que hacerla en política social. Todas esas son cortapisas que se le ponen a la furia por la reforma económica.

Todos tenemos un cierto modelo en la cabeza. Unos son más chinos; otros más vietnamitas; otros más autóctonos. Creo que es justo tener estos últimos, no copiar. Ahora, sucede que los modelos de autoctonía que hemos hecho han sido un desastre.

¿Una sociedad de iguales es una utopía?

La igualdad es una utopía. Siempre hay un patrón de desigualdad. Lo único que es igual es la Matemática, la Lógica y el Derecho. Lo que hace la Revolución es minimizar el patrón de desigualdad, menos ricos y menos pobres.

El patrón de desigualdad expresa que la distribución de los bienes y los ingresos está estratificada. En los años 80 teníamos un coeficiente Gini, de o,20; ya tenemos o,40. En América Latina es sobre 0,60. Vamos a terminar probablemente en los próximos diez años en 0,45 ó 0,46.

¿Eso nos pone al nivel de qué país?

Quizás Costa Rica en América Latina; o Suiza en Europa. Pero aquí hay dos problemas implicados. El primero es fáctico. El hecho de que el patrón de desigualdad se eleve quiere decir que la sociedad igualitaria que ha prometido el comunismo está muy distante. La transición nuestra está marchando con una notable desigualdad y estamos rectificando cinco décadas de igualitarismo. Recordemos que toda la política anterior ha sido para forzar un mínimo patrón de desigualdad. Al abrir el patrón de desigualdad, cambiamos las características del modelo económico y además hay que buscarle otro discurso que legitime esa desigualad.


Foto: Claudio Pelaez Sordo.

Es posible matizar ese patrón de desigualdad…

Un mayor patrón de desigualdad no es un problema tan grave, según mi opinión, como la situación que tenga el término inferior de la desigualdad. Si alguien tiene 1000 cañas y otro tiene 500, hay desigualdad entre los dos. El problema es cuando alguien tiene 1000 y el otro 100 o ninguna.

Habría que diseñar políticas efectivas de protección para los grupos más vulnerables…

Si Ud. hace una política permisiva para que se pueda producir una mayor acumulación de ingresos en ciertos grupos, y no tiene una política paralela de mayor prioridad contra la pobreza, está permitiendo un patrón de desigualad que no solo cada vez es más desigual, sino que el término inferior está cada vez más jodido.

La pobreza es un dato que manejamos los sociólogos. No está reconocida en el discurso oficial. Si no se habla de pobreza, entonces no hacemos política expresa para la pobreza. Ninguna sociedad ha resuelto el problema de la pobreza, ni las más opulentas, aun teniendo políticas contra la pobreza.

Los “Lineamientos” asumieron que era necesario un mayor patrón de desigualdad, garantizando una política social para que toda la sociedad estuviera protegida en un acceso a bienes básicos, reservando el subsidio para los grupos más vulnerables. Por ejemplo, suprimir la libreta de racionamiento que subsidia los productos, y pasar a subsidiar a las personas. Sin embargo, recuerdo que este lineamiento fue de menos consenso de la propuesta.

El problema siempre es dónde se corta el grupo que vas a proteger. En otras palabras, por dónde se corta el pescado.

El crecimiento de los grupos de altos ingresos, por el llamado efecto derrame, estaría mejorando la vida de los pobres.

No. Crea algunos empleos, algunos de ellos mejor remunerados que los que del sector estatal, pero de ahí no pasa. Una propuesta neoliberal de la economía es el derrame del sector privado.

Se ha dicho que hay un horizonte político esperando por la llegada de estos grupos capitalizados…

Los altos ingresos permiten privatizar tu vida. Con la acumulación de ingresos y de riqueza, algunas incuantificables, más o menos lícitas, esos grupos ganan poder político, capacidad de ruptura. Van creando una salud pública para ellos, una educación para ellos, porque el excedente que acumulan les permite crearse una segunda economía para ellos, y les permitirá influir políticamente, más tarde o más temprano. Tenemos un problema porque los grupos de altos ingresos se van a inventar un país para ellos. De ahí no le viene al resto de los cubanos ninguna solución a sus problemas.


Foto: Claudio Pelaez Sordo.

Dadas las circunstancias y las cortapisas, esos grupos no deberán pasar de magnates de bolsillo.

El socialismo puede crear regulaciones, pero la reacción hasta ahora ha sido administrativa: poner limitaciones, no dar personalidad jurídica, enviar inspectores que muchos son sobornados, etcétera. El Estado tiene que crear las condiciones para que esa actividad económica que ha aceptado como necesaria se desarrolle. De la manera que la tiene, se alimenta la bolsa negra, la corrupción, el empleo informal sin derechos…

Por otra parte, se discute hasta cuánto pueden acumular. El Estado podría, llegado cierto límite de crecimiento, permitir que tales negocios se asocien con el sector estatal. Entonces ya la acumulación de riqueza no es en una determinada empresa privada, sino mixta.

Lo que no es ninguna fórmula es esta en que estamos. No puedes aceptar por un lado que necesitas un sector privado (que nunca debió desaparecer) y tratar a sus actores como si no fueran personas jurídicas, con derechos y deberes, agentes económicos que necesitas y que cumplen una función de crecimiento, de eficiencia y de acumulación.

¿Cuál es la pieza estratégica de este rompecabezas?

Una vez que aceptas que el modelo económico del socialismo cubano necesita la existencia de un sector privado y cooperativista, el problema es cómo lo articulas con la economía socialista para que no se convierta en una fuerza antisocialista.

Una pretensión cortésmente soplada al oído de los cubanos por Obama…

El gobierno de Estados Unidos apuesta a que el sector privado va a ser antisocialista, opositor, disidente… Para evitar eso, tiene que haber una articulación. La Revolución Cubana posee una experiencia exitosa para resolver ese problema, que es la política con el campesinado. Emergente de la Reforma Agraria, una parte del campesinado ha sido el único agente privado que ha existido a lo largo de toda la Revolución. Habría que partir de esa experiencia y buscar cómo este nuevo sector privado emergente se va a articular con el Estado para que quiera hacer el socialismo y para que haya una comunidad de intereses compartidos.

Foto: Kaloian.

¿Las lecciones de Europa del Este valen para Cuba?

Nosotros estamos muy lejos aún de las reformas que en su momento hicieron los países socialistas europeos del Este, que no se hundieron por las reformas económicas, sino que enfrentaron las incongruencias de su sistema político. La corrupción de la clase política, la inoperancia del Partido, los privilegios, el alejamiento de las masas, la falta de democracia real. Eso fue lo que los hundió. Algunos siguen hablando de que había una conspiración de la CIA. Todo eso son tonterías.

Continuará…

Facebook en el capitalismo crepuscular

Alejandro Nadal, La Jornada

En junio de 1999 un estudiante universitario llamado Shawn Fanning puso en operación una plataforma para compartir música. La innovación permitía a los usuarios acceder a la música almacenada en sus computadoras en condiciones de reciprocidad. Fanning bautizó su plataforma como Napster, apodo que usaba para burlarse de los hackers.

Napster no era una red centralizada y permitía a los participantes tener acceso a una vasta discoteca a un costo marginal: en su apogeo llegó a contar con más de 70 millones de usuarios. Y luego, las cosas se pusieron feas.

Fanning fue demandado por las compañías disqueras y en 2001 perdió el juicio por promover la descarga ilegal de material protegido por las leyes de derechos de autor que amparaban a las disqueras. Así se impusieron los esquemas centralizados y de paga. Los nostálgicos de los años en que se pensaba que el capitalismo desaparecería porque las redes sociales hacían obsoletos los viejos esquemas de concentración de poder deben reconsiderar su análisis.

La comparecencia de Mark Zuckerberg ante el Congreso estadounidense hace unos días fue una farsa y un episodio más de la campaña de "pido perdón" del creador de Facebook. También mostró que la mayoría de los legisladores no sabía nada sobre el funcionamiento de la plataforma. Cada legislador tuvo cinco minutos para hacer preguntas, así que el interrogatorio fue superficial y sólo sirvió como operación de relaciones públicas del jefe de Facebook. También reveló que Zuckerberg no sabe nada de historia, economía ni ética.

No es la primera vez que un escándalo marca las operaciones de Facebook. En 2010, el Wall Street Journal descubrió que esa aplicación estaba vendiendo información privada sin el consentimiento de los usuarios a compañías rastreadoras de Internet y agencias de publicidad. Peor aún: en 2014, Facebook llevó a cabo experimentos sobre las cuentas de 689 mil usuarios (sin su conocimiento) y mostró que era posible hacerlos sentir más optimistas o pesimistas mediante la manipulación de las informaciones que supuestamente les enviaban sus amigos en un proceso denominado contagio emocional. El experimento mostró que la formación de opiniones podía condicionarse por el consumo dirigido de noticias y que esto podía tener graves repercusiones sobre preferencias electorales.

Hay sabemos que entre 2015 y 2016, Facebook vendió más de 100 mil dólares de espacio publicitario a “granjas de trolls” en Rusia y que 126 millones de cuentas de usuarios estadounidenses estuvieron expuestas a noticias enviadas por estos perfiles falsos de supuestos ciudadanos concernidos. No estoy implicando que la elección de Trump se decidió de este modo, eso nunca lo sabremos (las corruptelas y el entreguismo del Partido Demócrata fueron más importantes). Lo que quiero destacar es que hoy que se destapa la cloaca con los tratos con la empresa Cambridge Analytica se abren nuevas perspectivas sobre las relaciones entre la agregación de datos individuales y el modus operandi del capitalismo contemporáneo.

Las palabras big data denotan un acervo gigantesco de información personalizada que sólo un poderoso algoritmo puede procesar para elaborar un perfil preciso de cada usuario con fines comerciales. Lo importante es no sólo el uso comercial de estas bases de datos, sino el hecho de que colosos como Amazon, Google o Facebook pueden ahora incursionar en la manipulación política y hasta en funciones propias de un gobierno. El modelo de capitalismo financiero que hoy domina la economía mundial tolera y parece promover estas nuevas incursiones en el mundo del big data.

Y es que la acumulación y procesamiento de datos personales permite profundizar la apropiación de nuevos espacios de rentabilidad para un capitalismo que sufre una caída crónica en la tasa media de ganancia desde hace cuatro décadas. El neoliberalismo se ha basado en la supresión salarial y la destrucción del poder social y político de la clase trabajadora. Aun así no ha podido contrarrestar su crisis de rentabilidad ni evitar la concentración de la riqueza y tampoco ha podido evitar el semiestancamiento en el que se encuentra la economía mundial. En ese contexto, agregar y cosechar datos es una oportunidad que el capitalismo no quiere desperdiciar. Y para aprovecharla se ha llevado a un nuevo estándar la mercantilización de las relaciones sociales. El gigantismo y la concentración de poder se han intensificado para convertir la esfera de la vida privada en mercancía.

Por cierto, en México el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE) anunció hace poco que se había firmado un convenio con Facebook para evitar que las noticias falsas desorientaran a los votantes y afectaran el proceso de las próximas elecciones. El momento escogido para suscribir tal convenio no pudo ser más desafortunado. En medio del peor escándalo en la historia de Facebook, poco faltó para que el INE lo elevara a rango de autoridad electoral. ¿Quién decidirá lo que es noticia falsa? ¿El INE? El atraso e incompetencia de los funcionarios del instituto electoral son ejemplares.