El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, asisten este sábado a la primera sesión extraordinaria de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
El presidente del órgano supremo del Poder del Estado cubano, Esteban Lazo Hernández, inició la sesión solicitando guardar un minuto de silencio en recordación a las víctimas del accidente aéreo acontecido en La Habana el viernes 18 de mayo de 2018.
“Sufrimos la pérdida de valiosas vidas como consecuencia del fatal accidente en el Aeropuerto José Martí. Nuestro pueblo hizo llegar las más sentidas condolencias a sus familiares y amigos, así como las víctimas de Argentina, México y el Sahara Occidental. Agradecemos las muestras de solidaridad que nos hicieron llegar parlamentos, grupos parlamentarios de todo el mundo. Gracias por su apoyo en medio de tanta tristeza”, apuntó Lazo Hernández.
Este sábado, los 572 diputados presentes en el Palacio de Convenciones de La Habana aprobarán la integración de las comisiones permanentes de la ANPP, así como los grupos parlamentarios de amistad.
La agenda parlamentaria de la jornada prevé analizar el Dictamen sobre el experimento que se lleva a cabo en las provincias de Artemisa y Mayabeque, y aprobar el proceso de Reforma Constitucional y de la Comisión integrada por diputados, encargada de elaborar y presentar el proyecto de Constitución de la República.
El General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Comisiones permanentes, la más alta fiscalización del Estado y el Gobierno
El presidente cubano durante la sesión plenaria de la Asamblea Nacional. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
“La nueva legislatura del Parlamento cubano apuesta por el perfeccionamiento del Poder Popular en todos los niveles, para lograr una sociedad independiente, próspera y sostenible en el que se asumirán nuevos retos como la reforma constitucional”, precisa Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, al abordar el primer punto del orden del día.
Lazo informa que 380 diputados, el 68 por ciento del quórum total del parlamento cubano, integran las diez comisiones permanentes del órgano legislativo y aclara que los parlamentarios restantes desarrollarán otras actividades dentro del mismo. Detalla la composición de las comisiones y las somete a aprobación.
Las comisiones de trabajo tienen como funciones, auxiliar a la Asamblea Nacional y al Consejo de Estado en la más alta fiscalización de los órganos del Estado y del Gobierno, elaborar proyectos de leyes y acuerdos, dictaminar sobre los asuntos que se sometan a su examen, realizar los estudios que se les encomienden, y participar en la comprobación del cumplimiento de las decisiones adoptadas por la Asamblea Nacional y el Consejo de Estado que se programen en sus planes de trabajo.
Composición de las comisiones permanentes de la ANPP
Cada comisión está integrada por entre 30 y 35 diputados
56% son mujeres
58% tiene nivel superior
42% son negros y mestizos
36 miembros integran los cargos de presidentes, vicepresidente y secretario de las mismas
8 presidentes, 4 vicepresidentes y 4 secretarios con experiencia, 14 son elegidos por primera vez
Las diez comisiones
Asuntos Constitucionales y Jurídicos: Presidente, José Luis Toledo Santander
Preparar proyectos de leyes, reglamentos y acuerdos, así como proponer las modificaciones que correspondan a la legislación vigente y ejercer la iniciativa legislativa;
Elaborar dictámenes sobre proyectos de leyes, acuerdos e informes que se sometan a su examen;
Realizar estudios e informes sobre asuntos que, por su naturaleza y contenido, resulten de interés nacional;
Comprobar el ejercicio y cumplimiento que las asambleas locales del Poder Popular hacen de sus atribuciones constitucionales, de las leyes, de los reglamentos y de las decisiones de los órganos superiores del Estado en cuanto les concierne emitiendo las consideraciones que resulten;
Informar al Presidente de la Asamblea Nacional y a ésta sobre la marcha del trabajo, cuando les sea solicitado;
Verificar, el cumplimiento de los acuerdos adoptados por la Asamblea Nacional que corresponden a su esfera de trabajo;
Promover el control y la participación popular en el cumplimiento de los objetivos priorizados por el Presidente de la Asamblea Nacional.
Para el cumplimiento de sus funciones pueden:
Convocar la celebración de audiencias y realizar investigaciones que le permitan profundizar en temas concretos, para lo cual podrán celebrar reuniones con dirigentes, funcionarios, especialistas y ciudadanos, así como realizar encuestas, análisis de eficiencia y cuantas otras tareas y actividades sean necesarias para evaluar el tema de que se trate.
Visitar instituciones del Estado y del Gobierno, empresas y entidades, que les permitan verificar objetivamente el cumplimiento de leyes, acuerdos y programas;
Entrevistar funcionarios del Estado y del Gobierno, así como de las empresas y entidades que les permitan información útil para sus análisis.
Recabar de los órganos u organismos estatales, las organizaciones de masas y las entidades económicas, científicas y sociales la información que precisen para su labor, la cual se les suministrará en un plazo no mayor de 30 días. Si la información es clasificada, la solicitud se hace de acuerdo con lo establecido en la legislación vigente sobre Secreto Estatal por conducto del Presidente de la Asamblea Nacional;
Invitar o convocar a sus reuniones a los jefes de organismos de la Administración Central del Estado, de organismo estatales y otros cuadros del primer nivel de dirección, previa aprobación del Presidente de la Asamblea Nacional, en coordinación con el jefe de Gobierno.
Grupos de Amistad, un Parlamento de Cuba para el mundo
Primera sesión extraordinaria de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Durante la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular se ampliará el alcance de la gestión de los grupos parlamentarios de amistad para dinamizar su funcionamiento y consolidar las relaciones interparlamentarias del legislativo cubano, trascendió hoy en la primera sesión extraordinaria en que fueron aprobados.
“Estos grupos son un valioso complemento para el trabajo de la Comisión de Relaciones Internacionales, así como para defender nuestra política exterior, posiciones de principio e informar al mundo sobre el sistema político de nuestro país”, aseguró Lazo Hernández ante los 572 diputados presentes hoy en el Parlamento cubano.
La Asamblea Nacional tiene grupos de amistad con 93 países, integrados por 179 diputados, elegidos libre y democráticamente por el pueblo cubano.
Encargados de establecer un intercambio sistemático con sus homólogos, los Grupos permiten difundir la realidad del país, desmontar campañas contra Cuba, defender nuestra política exterior y posiciones de principios e informar sobre la actividad parlamentaria y el funcionamiento del sistema del Poder Popular.
Sus tareas principales son:
Participar en los encuentros que se realicen en la Asamblea Nacional con las delegaciones de los países que les corresponden y en la atención a sus legisladores, de acuerdo a la designación del Presidente.
Participar en actividades a las que sean invitados por la representación diplomática radicada en Cuba de los países que les corresponden, previa designación de la Asamblea Nacional.
Participar en actividades para las que sean designados, convocadas por el Comité Central del Partido, la Asamblea Nacional o provinciales, el MINREX, el ICAP, la OSPAAL y otros organismos e instituciones.
Mantenerse informados del acontecer político, económico, social y cultural de los países que les corresponden, a través de los medios nacionales e internacionales.
Establecer vínculos permanentes con el área de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Mantener intercambio vía correo electrónico con integrantes del Grupo homólogo, siempre que sea posible, y según distribución Interna, para informarles sobre nuestro país y específicamente sobre el quehacer de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Hacerles llegar nuestra felicitación por efemérides nacionales o elección de nuevas directivas, agradecimiento por actividades o pronunciamientos realizados, saludo por conmemoraciones especiales o condolencias ante situaciones que así lo ameriten.
Si por razones de su trabajo específico alguno de los integrantes de un Grupo viajara al país o alguno de los países que le corresponde, el Área de Relaciones Internacionales coordinaría un programa colateral de trabajo para aprovechar su estancia a los efectos de fortalecer el trabajo parlamentario.
Los parlamentarios guardaron un minuto de silencio en recordación a las víctimas del accidente aéreo. Foto: Irene Pérez/ cubadebate.
Primera sesión extraordinaria de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
La Asamblea Nacional tiene grupos de amistad con 93 países, integrados por 179 diputados, elegidos libre y democráticamente por el pueblo cubano. Foto: Irene Pérez/ cubadebate.
Esta nota es una respuesta a “El valor de cambio. Notas a propósito de un artículo de Rolando Astarita”, de Miguel Ángel Hayes Martínez, publicado en La Trinchera, Cuba, el 10/05/18 (http://www.desdetutrinchera.com/2018/05/548/).
I
Lo que dice Hayes Martínez
Mi crítico escribe: “según Astarita, los austriacos niegan la existencia de la ‘sustancia común’ de los valores de cambio”. Luego: “Para Astarita es indudable,-y lo demuestra con toda una serie de citas y razonamientos-, la existencia de esa “sustancia común” de los valores de cambio. Según su tesis, estos son reducibles a la susodicha sustancia, a una medida común: el valor, por tanto, a su trabajo”. Hayes Martínez sostiene que el propio Marx desmintió las ideas que le atribuyo en la nota. Para probarlo, cita las “Glosas marginales al ‘Tratado de economía política’ de Adolph Wagner, donde Marx dice: “Yo no hablo en parte alguna de la ‘sustancia social común del valor de cambio’; digo, por el contrario, que los valores de cambio… representan algo que les es común, algo que es ‘en absoluto independiente de sus valores de uso”. Más adelante escribe:
“Al parecer muchos pensaron que el valor de cambio, llevaba escondido elementos cuantitativos que permitían la tan necesaria conmensurabilidad del cambio. Quien piense así ha construido el camino teórico al revés. Por eso, ese razonamiento termina por decir que es el trabajo esa sustancia común. Respecto a eso, Marx afirma: Yo no digo que la sustancia social común del valor de cambio sea el trabajo. (4 pág. 171). También sostiene que, según Marx, el valor, “al quedar separado de su elemento referencial (el valor equivalencial), queda solo como algo que la sociedad le atribuye cierto valor, reconocimiento, identidad, poder, porque lo valida como valor de uso”. Después afirma que las “esencias (valor) son de sustancia puramente social, lo cual quiere decir, que es un reconocimiento al papel que juega la mercancía en la sociedad. La identidad (valor), resulta de cómo los hombres reconocen racionalmente los resultados del trabajo, lo que como elemento consciente, está determinado por factores de índole cultural, histórica, e incluso pulsionales”. Esto es, la sustancia “puramente social” que es el valor se explica “por un reconocimiento al papel que juega la mercancía en la sociedad”. Hayes Martínez también nos recuerda que “la lógica formal, establece su identidad de la forma, estableciendo la comparación en términos de cantidad. De esa misma manera han procedido muchos (como Astarita) a buscar esa cantidad -en este caso de trabajo- que permita establecer la comparación”.
A lo que agrega que “Marx en un primer momento, en su análisis desde la forma, compara cuantitativamente una mercancía con otra (tanto de A por tanto de B). Desde ahí, construye su noción de contenido (valor), que no intenta cuantificar nuevamente. No existe momento del tomo primero donde Marx equipare dos mercancías en términos de horas, sino en su forma, cantidades de mercancías. Eso contribuye a demostrar que esa o sustancia común no existe, al menos como tal sustancia (…). El hecho de que el cambio se explique en términos de valores de uso, está mostrando como el contenido de ese cambio se entenderá a partir de los papeles de esas formas (valores de uso) en la sociedad”.
Veamos ahora lo que afirma Hayes Martínez a la luz del capítulo 1 del tomo 1 de El Capital. En la segunda parte de la nota analizaré las Glosas sobre Wagner, de hecho el único texto que cita Hayes Martínez en su crítica.
Lo que escribió Marx y Hayes Martínez dice que no escribió
En lo que sigue las referencias son tomadas de la edición Siglo XXI de El Capital. Voy a mostrar que, según Marx, y contra lo que afirma Hayes Martínez: a) los valores de cambio son reducidos, de hecho, a sustancia común en el intercambio; b) que esa sustancia común es el valor; c) que el valor es tiempo de trabajo socialmente necesario objetivado en la mercancía; d) que Marx da importancia a la determinación cuantitativa del valor. Además, y por la negativa, se verá que Marx no sostiene que el trabajo sea la sustancia común de los valores de cambio.
Empecemos entonces con los pasajes más significativos del capítulo 1 de El Capital.
En la p. 45 Marx explica que “los valores de cambio vigentes de la misma mercancía expresan un algo que es igual” (énfasis agregado, 3ª y 4ª edición), y distingue entre forma y contenido: “… el valor de cambio únicamente puede ser el modo de expresión, o ‘forma de manifestarse’ de un contenido diferenciable de él” (ibid.). Obsérvese que si es forma o modo de manifestarse, no puede ser lo mismo que el contenido que manifiesta.
Luego, en la p. 46, dice que existe “algo común, de la misma magnitud” en dos cosas distintas, tanto en 1 quarter de trigo como en a quintales de hierro. Y agrega: “por consiguiente, son iguales a una tercera… Cada una de ellas, pues, en tanto valor de cambio, tiene que ser reducible a esta tercera” (énfasis agregado). Un poco más adelante: “es preciso reducir los valores de cambio de las mercancías a algo que les sea común, con respecto a lo cual representen un más o un menos” (énfasis agregado). Señalemos en este punto que estos pasajes están en concordancia con la noción de medida, contenida en la Ciencia de la Lógica, de Hegel. Es que la medida en Hegel es la categoría de transición hacia la esencia, desde la esfera del ser. Y en Marx la medida nos lleva desde el valor de cambio –proporción cuantitativa en que se intercambian las mercancías- al valor (tiempo de trabajo socialmente necesario) que gobierna las relaciones de cambio. Por eso no son casuales los ejemplos presentados por Marx, tomados de Hegel, sobre las relaciones cuantitativas en que se combinan los elementos químicos, para ilustrar las cuestiones referidas a la magnitud del valor. Algunos autores deberían alardear un poco menos de “pensamiento dialéctico” y aplicarlo un poco más al análisis científico.
Prosigamos ahora con el capítulo 1 de El Capital. En las pp. 46-7 procede Marx a esa reducción por medio de la abstracción: “Si hacemos abstracción de su valor de uso, abstraemos también los componentes y formas corpóreas que hacen de él [el producto del trabajo] un valor de uso” (énfasis agregado). Realizada esta reducción, Marx examina “el residuo de los productos del trabajo” y dice que de ellos solo ha quedado “una misma objetividad espectral, una mera gelatina de trabajo humano sin consideración a la forma en que se gastó la misma”. O sea, ha llegado a ese “algo en común”, por el que se estaba preguntando desde que definió el valor de cambio como la relación cuantitativa en que se intercambian las mercancías.
A continuación escribe: “En cuanto cristalizaciones de esa sustancia social común a ellas, son valores” (énfasis agregado). Y esa sustancia social común es trabajo objetivado: “Un valor de uso o un bien, por ende, solo tiene valor porque en él está objetivado o materializado trabajo abstractamente humano” (p. 47). En ninguna parte encontramos que el valor se explique “como algo que la sociedad le atribuye cierto valor, reconocimiento, identidad, poder, porque lo valida como valor de uso”. Eso lo afirman aquellos que defienden una teoría del valor basado en la utilidad, o el valor de uso; pero no Marx. Véase, además, que Marx explícitamente habla de “sustancia común”. Sin embargo, Hayes Martínez dice que en Marx “esa sustancia común no existe, al menos como tal sustancia…”. ¿Qué quiere decir esto de “como tal sustancia”? ¿Acaso que no se trata de una sustancia física? Pero eso está dicho por Marx una y otra vez (véase aquí, para una discusión). El tiempo de trabajo socialmente necesario objetivado es, según Marx, una sustancia social. Pero que sea “social” no niega su carácter de sustancia común. ¿A qué viene entonces el agregado de “como tal sustancia”? La respuesta es que Hayes Martínez rechaza, en esencia, el razonamiento, de Marx, que lleva a concluir que el trabajo es la sustancia en común que subyace en el intercambio mercantil. En otros términos, se trata del rechazo, simple y puro, de la teoría del valor trabajo. En este respecto, Hayes Martínez está por detrás de Ricardo, y muy cerca de las teorías subjetivas del valor (ampliamos sobre este aspecto en la segunda parte).
En cuanto a la afirmación de Hayes Martínez sobre que el autor de El Capital “no intenta cuantificar el valor”, encontramos que en las pp. 47-8 Marx se pregunta cómo “medir la magnitud del valor”, y responde: “Por la cantidad de sustancia generadora de valor –por la cantidad de trabajo- contenida en ese valor de uso”. Agrega que esa cantidad de trabajo “se mide por su duración”, por “determinadas fracciones temporales como hora, día, etcétera”. También: “Es solo la cantidad de trabajo socialmente necesario, pues, o el tiempo de trabajo socialmente necesario para la producción de un valor de uso, lo que determina su magnitud de valor” (énfasis agregado). Un poco después afirma: “las mercancías que contienen cantidades iguales de trabajo, o que se pueden producir en el mismo tiempo de trabajo, tienen la misma magnitud de valor. El valor de una mercancía es al valor de cualquier otra, como el tiempo de trabajo necesario para la producción de la una es al tiempo de trabajo necesario para la producción de la otra” (p. 49; énfasis agregado). Asimismo: “La magnitud de valor de una mercancía se mantendría constante… si también fuera constante el tiempo de trabajo requerido para su producción” (ibid.; énfasis añadido).
A partir de aquí, son numerosos los pasajes en los que Marx habla de la sustancia del valor y de su magnitud, junto a la reducción a esa sustancia común. En la p. 55: “El trabajo sastreril y el textil… son sustancia del valor de la chaqueta y del valor del lienzo solo en tanto se hace abstracción de su cualidad específica, en tanto ambos poseen la misma cualidad, la de trabajo humano”. En la p. 56 reafirma que “[c]omo la magnitud de valor de una mercancía solo representa la cantidad del trabajo contenida en ella, las mercancías, en cierta proporción, serán siempre, necesariamente, valores iguales” (énfasis agregado). En la p. 61: “… las magnitudes de dos cosas diferentes no llegan a ser comparables cuantitativamente sino después de su reducción a una misma unidad. Solo en cuanto expresiones de la misma unidad son magnitudes de la misma denominación y por lo tanto conmensurables” (p. 61, énfasis agregado). Obsérvese de nuevo que en ningún momento dice que esa “misma unidad” que hace comparables a los valores sea “la sustancia de los valores de cambio”.
Por otra parte, es claro que para Marx esa reducción a “unidad”, a ese “algo” o “sustancia”, necesariamente está implícita en el intercambio. Ya lo había anticipado y ahora lo desarrolla. Escribe, en p. 61: “siempre está implícito que el lienzo y las chaquetas, en cuanto magnitudes de valor son expresiones de la misma unidad, cosas de igual naturaleza” (énfasis agregado). Luego, en la p. 62: “Si decimos que las mercancías, en cuanto valores, no son más que gelatina de trabajo humano, nuestro análisis las reduce a la abstracción de valor…” (énfasis agregado). “Nuestro análisis” se refiere al estudioso. Pero en el intercambio, de hecho, también se equiparan trabajos, y por eso se reducen a lo que tienen de igual. Escribe Marx: “al igualar la chaqueta, en cuanto cosa que es valor, al lienzo se equipara el trabajo que se encierra en la primera al trabajo encerrado en el segundo… Pero la equiparación con este [del trabajo del sastre con el trabajo de tejer] reduce el trabajo del sastre, en realidad, a lo que en ambos trabajos es efectivamente igual, a su carácter común de trabajo humano” (énfasis agregado). Y termina la página insistiendo en que la expresión de equivalencia de las mercancías “reduce” los trabajos heterogéneos a lo que les es común.
Más abajo, en p. 73, Marx reivindica la observación de Aristóteles sobre que la relación de intercambio 5 lechos = 1 casa “implica… que la casa se equipare cualitativamente al lecho, y que sin tal igualdad de esenciasno se podría establecer una relación recíproca, como magnitudes conmensurables, entre esas cosas que para nuestros sentidos son diferentes” (énfasis agregado). Poco después cita aprobatoriamente la pregunta que hace Aristóteles “¿Qué es lo igual, es decir, cuál es la sustancia común que la casa representa para el lecho, en la expresión de valor de este?” (énfasis agregado). Nótese que Marx dice que, en la relación de intercambio, la casa (valor de cambio del lecho) representa para el lecho sustancia común. En ningún lado habla de alguna “sustancia común del valor de cambio”, ya que en ese caso el valor (contenido) y el valor de cambio (forma) serían indistinguibles. Pero la distinción entre forma y contenido del valor, y el análisis crítico de su relación, está en la base misma de la crítica de Marx a la Economía Política clásica, y en particular, a la teoría del valor de Ricardo; así como en su crítica a Wagner, como veremos más abajo.
Luego, en p. 90, Marx vuelve a explicar que en el intercambio, de hecho, los seres humanos equiparan productos heterogéneos reduciéndolos a trabajo abstractamente humanos: “… el que los hombres relacionen como valores los productos de su trabajo no se debe al hecho de que tales cosas cuenten para ellos como meras envolturas materiales de trabajo homogéneamente humano. A la inversa. Al equiparar entre sí en el cambio como valores sus productos heterogéneos, equiparan recíprocamente sus diversos trabajos como trabajos humanos. No lo saben, pero lo hacen” (énfasis agregado).
En definitiva, lo que Hayes Martínez dice que escribió Marx tiene poco que ver con lo que Marx escribió en el capítulo 1 de El Capital, dedicado al análisis crítico de la mercancía y del valor. Tengamos presente que ese capítulo fue revisado y corregido por Marx para otras tres reediciones de su obra. Nunca cambió el sentido fundamental de su escrito. Tampoco lo hizo en los textos que quedaron en borrador, desde los que conformaron los volúmenes 2 y 3 de El Capital, hasta los Grundrisse, pasando por Teorías de la plusvalía, por su abundante correspondencia, y escritos políticos. En todos ellos encontramos, con matices, las mismas ideas fundamentales: que el valor es tiempo de trabajo socialmente necesario objetivado; que se expresa a través del valor de cambio; y que, por lo tanto, la plusvalía es trabajo no pagado, apropiado por el capitalista. Por supuesto, cualquiera puede estar en contra de la teoría de Marx. Pero es inadmisible inventar cualquier cosa para hacerle decir a Marx (o a cualquier otro autor) lo que se nos ocurre que debe decir.
II
Cuestión de método
Antes de analizar lo que escribe Marx en las glosas sobre Wagner, es necesario realizar una observación con respecto a las discusiones o interpretaciones sobre autores. Se refiere a que no basta con contraponer la cita X a la cita Y para “demostrar” que Y debe ser dejada de lado a fin de interpretar correctamente el pensamiento de un autor; o a la inversa, citar Y para dejar de lado X. Esta forma de polemizar es propia de dogmáticos, o de gente que no comprende de qué se está hablando. Así, si en el escrito X Marx parece sostener, con relación al mismo asunto y en el mismo sentido, lo opuesto de lo que afirma en Y, o bien estamos ante una contradicción lógica; o ante un cambio de posición; o simplemente X e Y se refieren a cuestiones distintas. Lo importante entonces es explicar. Más aún cuando se trata de conceptos fundamentales, como son los contenidos en el capítulo 1 de El Capital, y en otros textos de Marx que quedaron en borrador, pero que dicen lo mismo que en ese primer capítulo.
Las glosas sobre Wagner y la teoría del valor de Marx
Vayamos ahora las “Glosas marginales al ’Tratado de Economía Política’ de Adolfo Wagner”, de Marx (en adelante, “Glosas”). Las citas que siguen corresponden a la versión contenida en el Apéndice del tomo 1 de El Capital, edición FCE, México, 1964; los pasajes citados los he comparado con la versión en alemán y la traducción al inglés que pueden consultarse en https://www.marxists.org/archive/marx/works/1881/01/wagner.htm. En lo que sigue, y en la medida en que indique solo el número de página, la cita pertenece a las “Glosas”.
Vayamos entonces al nudo de la cuestión. Como hemos visto en la primera parte de esa nota Marx habla, repetidas veces, sobre la reducción de los valores de cambio a sustancia común. Para dar ahora un solo ejemplo, ya citado, en la p. 46 del capítulo 1 de El Capital afirma que “es preciso reducir los valores de cambio de las mercancías a algo que les sea común, con respecto a lo cual representen un más o un menos.”
Sin embargo, y dado que Hayes Martínez no está de acuerdo con esta idea, le contrapone un pasaje tomado de las “Glosas” en el que Marx afirma que en ninguna parte habla de “la sustancia común del valor de cambio”. Sin embargo, son dos los pasajes que pueden desorientar a un lector superficial. A fin de clarificar la cuestión, los presentamos:
a) “Yo no hablo en parte alguna de ‘la sustancia social común del valor de cambio’; lo que digo es que los valores de cambio… representan algo común a ellos… a saber: el ‘valor’” (p. 713). Este pasaje es el que recuerda Hayes Martínez en su crítica.
b) “Yo no digo que la ‘sustancia social común del valor de cambio’ sea el ‘trabajo’; y como trato por extenso, en un apartado especial, de la forma del valor, es decir, del desarrollo del valor de cambio, sería curioso que yo redujera esta forma ‘a una sustancia común’, al trabajo” (pp. 713-4, corregido según versión alemana y traducción inglesa).
Como puede verse, estamos ante afirmaciones aparentemente contradictorias. En El Capital Marx explica que es preciso reducir los valores de cambio a algo que les sea común. Pero en las “Glosas” afirma que es equivocado hablar de la sustancia social común del valor de cambio, y precisa que sería “curioso” si él redujera el valor de cambio a “sustancia social común” (trabajo). Aunque en este texto Marx también recuerda el pasaje de El Capital, cap. 1, en el cual dice: “La sustancia común que se manifiesta en la relación de intercambio o el valor de cambio es, por lo tanto, su valor” (“Glosas”, p. 713; El Capital, p. 47 t. 1). Por lo tanto sabemos que en las “Glosas” Marx no modificó lo que escribió en El Capital. ¿Cómo se explican entonces los pasajes (a) y (b)?
El asunto se aclara una vez que entendemos de qué trata la crítica de Marx a Wagner. En primer lugar, tengamos presente que Marx critica a Wagner porque, según este, el determinante del valor son los costos, la utilidad, el provecho y el factor necesidad (véase p. 715). Marx está en desacuerdo, y de ahí su énfasis, en las mismas “Glosas”, en que la “sustancia social común” que subyace al intercambio es el gasto de fuerza de trabajo. Pero en segundo término, Marx critica a Wagner por no distinguir entre valor y valor de cambio y hacer pasar por valor al “precio comercial”, o sea, al valor de cambio (véase p. 715).
Pues bien, esta segunda crítica explica por qué los pasajes (a) y (b) citados no están en contradicción lógica con lo que afirma en El Capital. La razón radica en que si no se distingue entre valor de cambio y valor (o sea, entre forma y contenido), el afirmar, como hace Wagner, que el valor de cambio se reduce a sustancia social común, equivale a identificarlo con el valor. Por lo cual es imposible “encontrar el valor detrás de la forma de manifestarse” (véase p. 723). Si por el contrario se distingue el valor de cambio del valor, la reducción a sustancia común significa pasar de la esfera de la forma al contenido; o sea, del valor de cambio al valor. Lo cual no es sinónimo de hacer desaparecer el valor de cambio en el valor, como ocurre en el razonamiento “a lo Wagner”. Por eso, la “reducción” que hace Marx no conlleva la equivocada idea de que el valor de cambio es el valor. Por eso también Marx dice que sería “curioso” que luego de haber tratado la forma del valor “por extenso y en un apartado especial”, la redujera a simple “sustancia social común”, o sea, al trabajo.
Agreguemos que esta cuestión está en el centro de la crítica de Marx, no solo a Wagner, sino también a la teoría del valor trabajo de Ricardo, y por consiguiente, a su teoría monetaria. Marx insiste una y otra vez que el valor de cambio es la manera de manifestarse del valor, y que por eso hay que operar la reducción a sustancia común de los valores de cambio. Pero esa reducción no disuelve a la forma en la “sustancia común”. Por eso también Marx sostuvo que el valor de cambio no puede reflejar, de manera inequívoca y exhaustiva, los cambios en las magnitudes de valor (véase, p. 67, t. 1, El Capital). Y en el mismo sentido criticó la idea de que el dinero pudiera expresar, de manera directa, el contenido del valor, el tiempo de trabajo social (véase, por ejemplo, su crítica a John Gray en Contribución a la crítica de la Economía Política).
Es claro entonces que no hay contradicción entre la crítica de Marx a Wagner y su afirmación de que es preciso reducir los valores de cambio de las mercancías a algo que les sea común.
Rechazo de la teoría del valor trabajo de Marx
Digamos por último que Hayes Martínez, en esencia, apunta contra la teoría del valor trabajo. Por eso en “Teoría del valor y dialéctica”, escribe: “No es el trabajo el que le da valor a las cosas, sino las cosas, las que adquieren un reconocimiento social (valor), y con esto, por transitividad, se valida la actividad creadora, el trabajo” (La Trinchera, 2/02/2018, http://www.desdetutrinchera.com/2018/02/teoria-del-valor-dialectica/).
“¿Habrá alguna racionalidad que al decir que con más máquinas se crea menos valor? Por supuesto que sí, pero no precisamente haya menos “trabajo materializado”. Recordando lo que es el valor (lo que he expuesto), tiene toda la lógica del mundo que al intervenir máquinas que faciliten la producción, los hombres de una sociedad, le den un menor reconocimiento (figurado en un precio) al producto resultante. Sin duda alguna hay una reducción del valor, pero no por las máquinas per se, sino por el efecto en el subconsciente colectivo (cosa objetiva) y la nueva percepción respecto a los resultados del trabajo, a partir de los cambios en su producción”.
Pero cualquiera con un mínimo de conocimiento sabe que, según Marx, el valor del producto de una sociedad capitalista “no es más que trabajo social objetivado”. No hay manera de hacerle decir a Marx que el valor tiene como fuente “las percepciones sociales” y no el trabajo humano. No hay interpretación de las “Glosas” que pueda fundar semejante pretensión en la obra del autor de El Capital.
Por otra parte, cualquiera con un mínimo de conocimiento también sabe que, según Marx, la máquina no crea valor (véase, por ejemplo, p. 471, t. 1, El Capital); y que si la introducción de la máquina permite disminuir el tiempo de trabajo necesario para la producción de X, el valor de X disminuirá, al margen del efecto que pueda tener esa disminución “en el subconsciente colectivo”.
En definitiva, y en el mismo sentido en que terminaba la primera parte de la nota, repito: si se ha abrazado la teoría subjetiva del valor, lo más sano es decirlo abiertamente y no andar disimulando el asunto con charlatanería acerca de la “interpretación dialéctica de Marx”.
He leído recientemente una publicación de Rolando Astarita en su blog (1). En esta parece hacer otra de esas defensas del marxismo,-que como he dicho (2)- defienden en nombre de Marx cosas que este no dijo. Sin ánimo de ofender, y buscando siempre liberar al marxismo de malas interpretaciones, presento a continuación (brevemente) algunas ideas que ponen en duda lo defendido por Astarita.
En su artículo, él regresa a un viejo debate de los marxistas con el exterior: la existencia de “la sustancia común” en el cambio. Establece todo un cuestionamiento sobre las posiciones de los austriacos respecto a estas ideas. Según Astarita, los austriacos niegan la existencia de “la sustancia común” de los valores de cambio. No voy a referirme a la idea de dichos austriacos, sino a la supuesta tesis de Marx que él defiende. Solo quiero recordar que El Capital fue escrito bajo formas de razonamiento, que los neoclásicos no conocían. Estos estaban impregnados del positivismo de la época, y con esos esquemas interpretaron a Marx, y así, malinterpretado, comenzaron a criticarlo.
Para Astarita es indudable,-y lo demuestra con toda una serie de citas y razonamientos-, la existencia de esa “sustancia común” de los valores de cambio. Según su tesis, estos son reducibles la susodicha sustancia, a una medida común: el valor, por tanto, a su trabajo. Es cierto que lo que expone tiene mucha lógica e incluso es enseñado aún en la academia, pero ¿qué pasaría si el propio Marx desmintiera eso?
Como he expuesto en un buen número de artículos publicados ya, siempre hago el llamado de no leer el Capital como un libro de economía que es respuesta a los neoclásicos, sino como un libro de dialéctica aplicada, heredero de la tradición de La ciencia de la lógica de Hegel. Si no se hace así, se logrará-tal y como hacen tantos- cambiar lo que dijo Marx. También es muy importante mirar en la obra de Marx con ojos muy críticos, que sospechen, que analicen cada idea y que busquen explicaciones, y de ser necesario, la propia significación de cada término en cada época, que puede servir para evitar fatales errores del marxismo, como el ocurrido con la palabra producción.
Es por eso, que –como he hecho otras veces-, me apoyo en uno de los textos más avanzados y desconocidos de Marx: Las Glosas al tratado de Adolph Wagner. En él, Marx reivindica algunas de las mentiras que ese señor había expuesto a nombre de su obra El Capital. Si bien, con lo que yo he expuesto ya sobre el valor (3), podría cuestionar la tesis de Astarita, dejemos que sea el propio Marx quien hable.
Este comienza un párrafo diciendo: “Yo no digo en parte alguna de “la sustancia común del valor de cambio”; digo por el contrario, digo que el valor de cambio representa algo que les es común: el valor.” (4 pág. 171) No sé por qué muchos no lo hacen, pero hay que mirar este texto de Marx.
Aquí está dejando claro este algo tiene implicaciones teóricas y metodológicas muy fuertes. Primero hay que entender que el valor se figura, toma cuerpo, en el valor de cambio. El valor de cambio es una expresión que adquiere sentido porque existen dos o más valores.
Al parecer muchos pensaron que el valor de cambio, llevaba escondido elementos cuantitativos que permitían la tan necesaria conmensurabilidad del cambio. Quien piense así ha construido el camino teórico al revés. Por eso, ese razonamiento termina por decir que es el trabajo esa sustancia común .Respecto a eso, Marx afirma: Yo no digo que la sustancia social común del valor de cambio sea el trabajo. (4 pág. 171)
No sé qué tan claro pueda quedar esto, solo con esas citas, por lo que aclararé par de elementos. Lo primero que debe quedar resaltarse, es la metodología de la sección primera. En ella Marx explica que el valor de cambio se presenta, como relación cuantitativa de equivalencia. Es decir, el valor de cambio, entendido desde su fetichismo, es solo esas proporciones del cambio, relaciones entre cosas. Sin embargo más adelante, aclara como eso no es más que la forma de expresión del valor, es decir, la relación donde esta se figura, donde se manifiesta la relación de valor, su carácter de valor.
Ampliando la explicación
Para ampliar la compresión solo habría que entender qué es el valor y qué el valor de cambio. El primero, es la abstracción que se hace de la relación de cambio aislando uno de sus elementos. Así el valor, al quedar separado de su elemento referencial (el valor equivalencial), queda solo como algo que la sociedad le atribuye cierto valor, reconocimiento, identidad, poder, porque lo valida como valor de uso. Como toda teoría del lenguaje, no debe buscarse en su interior (error cometido por algunos lingüistas rusos), como si la conmensurabilidad se hiciera de forma mecánica por un contenido interno de las cosas. El valor, separado de su referente, queda solo como algo relacionable, enajenable, pero que no se sabe cómo.
Al compararlo con otro valor, se da la relación de valor de cambio. En esta, el valor, que no puede expresar su valor en sí mismo (por razones lógicas), lo expresa en el otro elemento de la ecuación de valor. En esta interacción ambos se reconocen mutuamente. Pero ¿qué es lo que reconocen? Algunos han comenzado a buscar explicaciones que van desde lo mencionado (una sustancia común interna, hasta un tercer elemento exterior).
Me pregunto:¿ Para qué Marx explica el valor? Para entender el valor de cambio, hay que pensar y saber primero qué es el valor. Es por eso, que el valor de cambio, no es más que la relación la igualación de dos valores a través de procesos sociales. ¿Con respecto a qué?
Para saber ese qué hay que dominar la dialéctica cómo método-que no es precisamente considerar las cosas en movimiento-. La identidad que se establece en el intercambio mercantil, es una identidad respecto a las esencias de esas mercancías. Hay que recordar que esas esencias (valor) son de sustancia puramente social, lo cual quiere decir, que es un reconocimiento al papel que juega la mercancía en la sociedad. La identidad (valor), resulta de cómo los hombres reconocen racionalmente los resultados del trabajo, lo que como elemento consciente, está determinado por factores de índole cultural, histórica, e incluso pulsionales.
En materia de dialéctica el contenido que permite establecer una comparación, tal como el valor de cambio, no se enfrenta como la lógica formal. Recuerdo que la lógica formal, establece su identidad de la forma, estableciendo la comparación en términos de cantidad. De esa misma manera han procedido muchos (como Astarita) a buscar esa cantidad-en este caso de trabajo- que permita establecer la comparación. La dialéctica, en su rechazo de convertir la forma, la cantidad en contenido, compara, mide, en relación a las cualidades. Esas cualidades, no son más que las cualidades que racionalmente la sociedad le confiere a cada mercancía a partir de su valor de uso, es decir, por adquirir su valor de uso un carácter social.
Por eso, Marx en un primer momento, en su análisis desde la forma, compara cuantitativamente una mercancía con otra (tanto de A por tanto de B). Desde ahí, construye su noción de contenido (valor), que no intenta cuantificar nuevamente. No existe momento del tomo primero donde Marx equipare dos mercancías en términos de horas, sino en su forma, cantidades de mercancías. Eso contribuye a demostrar que esa o sustancia común no existe, al menos como tal sustancia. Lo que existe es un contenido del valor, es decir, su papel en la sociedad, que se expresa, adquiere forma social, es decir, FORMA, al entenderlo como valor de cambio. El hecho de que el cambio se explique en términos de valores de uso, está mostrando como el contenido de ese cambio se entenderá a partir de los papeles de esas formas (valores de uso) en la sociedad.
Consideraciones finales
Una de las causas de esas conclusiones teóricas, es el desconocimiento de la dialéctica. Sin esta, se llega a pensar que debe haber algo material que permita la conmensurabilidad (trabajo), cuando la conmensurabilidad ocurre en la propia interacción de individuos conscientes, determinada en la lucha de clases. Lo conmensurable se ha entendido axiomáticamente, como si fuera un punto de partida a la hora de comparar dos elementos. Recuerdo que uno de los mayores cuestionamientos de Hegel (cuerpo fundamental del aparato lógico del Capital) (5), este critica fuertemente los esquemas preestablecidos de la matemática como la estructura del silogismo (6 pág. 363), que encasilla el pensamiento y lo puede llevar a resultados equivocados. De esta misma forma, se intenta buscar un contenido, un axioma para entender que está pasando en el cambio.
Lo que debe hacerse es, metodológicamente hablando, o mejor dicho, lo que hace Marx, al comprender la estructura de cambio, no es buscar lo común en el cambio, sino explicar cómo en este se expresa al valor. No es que el valor de cambio sea algo propio que esconde un denominador común que hay que buscar, tal y como hace la matemática en su proceso de simplificar funciones. Se trata de que el valor de cambio de es más que la fenomenización, una forma más concreta de expresarse el valor. Por lo que se puede afirmar que se ha invertido la forma de abordar la cuestión en explicaciones como la de Astarita.
El otro componente significativo, es el regreso al fetichismo. Marx traza un camino alrededor del valor de cambio, iniciado con visiones cosificadas, relaciones entre cosas (una mercancía respecto a otra), para después pasar a entender las relaciones que esconde, las relaciones de valores de cambio, para después desentrañar relación más simple, la de valor, y ese es el contenido (esas relaciones sociales)¿Cómo es posible que una crítica a las interpretaciones fetichistas, termine en una respuesta fetichista? Es decir, decir que el cambio, es por otra cosa, por el trabajo contenido en las mercancías es algo fetichista. ¿Toda la teoría era para decir que se estaba cambiando por la cosa incorrecta, que debe ser por el trabajo materializado (otra cosa)? Lo que explica Marx, es una visión que se centra en las relaciones sociales (relaciones entre los hombres) que ocurre en el cambio. El cierre de la teoría esa no puede ser para buscar una cosa (cosificada, trabajo), que sea punto de partida del cambio.
Con lo anterior solo intento dar pie un ciertos cuestionamientos que desarrollaré en escritos posteriores y que son una línea de lucha por destruir todas esas teorías que triunfalistas que buscan axiomas a los que aferrarse para enjuiciar la realidad, en parte por su renuncia al estudio de la dialéctica, que conlleva a lecturas del Capital sin la metodología correcta y en parte por desconocer textos como en el que explícitamente Marx desmiente la idea de la sustancia común.
En todo caso, si la explicación no es suficiente, para quien busque algo a lo que aferrarse, ahí están las declaraciones de Marx al respecto.
4. Marx, Carlos. Glosas marginales al ”Tratado de economía política” de Adolph Wagner. [aut. libro] Maurice Dobb, y otros. Estudios sobre El Capital. México : Siglo XXI, 1970.
5. Lukács, Georg. El Joven Hegel. La Habana : Edición Revolucionaria, 1966.
6. Hegel, Federico. La ciencia de la Lógica. s.l. : Ediciones Solar, 1982.
La Habana, may (ACN) Incrementar la educación cooperativa resulta el requerimiento más urgente para el desarrollo de esa forma de gestión en Cuba, coincidieron hoy funcionarios del Ministerio de la Agricultura (Minag), académicos y cooperativistas reunidos en un foro, en esta capital.
Una de las comisiones del III Congreso Internacional Gestión Económica y Desarrollo, que se efectúa en el Palacio de Convenciones, centró sus debates en el andar de esas organizaciones en el país, donde desde 2013 se impulsan de manera experimental cooperativas que funcionan, por vez primera, fuera del sector agropecuario.
Alcides López Labrada, director general del Centro de Capacitación del Minag, significó que en Cuba, al igual que en otras naciones, se necesita incrementar la cultura cooperativa, considerada la regla de oro de este movimiento.
En los principios definidos por la Alianza Cooperativa Internacional se precisa que las cooperativas pueden surgir de forma espontánea o inducida, pero, al decir del especialista, siempre con la debida preparación.
Precisamente el referido entrenamiento es uno de sus principios, además del control democrático de los socios, membresía abierta y voluntaria, autonomía e independencia y, sobre todo, la responsabilidad social.
Una experiencia de más de medio siglo posee Cuba en este tipo de asociación laboral, con el surgimiento en 1960 de la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS), luego de la Cooperativa de Producción Agropecuaria y en 1993 de las Unidades Básicas de Producción Cooperativa.
De acuerdo con López Labrada, las cooperativas aglutinan en el mundo a más de mil millones de personas, y en la Isla resultan clave en el sector agropecuario, pues producen más del 90 por ciento de los alimentos del país.
Datos expuestos en la comisión refieren que esas organizaciones asumen en Cuba la siembra del 99 por ciento del tabaco, el 100 por ciento de la caña de azúcar, 91 por ciento de las viandas, así como también es significativo el aporte de hortalizas, frutas arroz, maíz y frijol.
Lázaro Núñez, presidente desde 2006 de la CCS Frank País, de Alquízar (Artemisa), coincidió en la importancia de incentivar la capacitación, además de aumentar la autonomía y de eliminar barreras que entorpecen el desempeño de las cooperativas, cuando todavía existen empresas que se niegan a relacionarse con ellas.
En el panel se presentó la experiencia de seis cooperativas agropecuarias exitosas, y entre los factores del buen resultado sobresalen la disciplina, el respeto a las normas, organización y la presencia de un líder elegido democráticamente y cuya gestión es compartida por los miembros de la junta directiva.
Una ley general que aglutine las normas relacionadas con esta forma de gestión y la creación de un organismo o instituto que la atienda, fueron otros elementos señalados como vitales para el desarrollo del cooperativismo en la Isla.
Convocada por el Consejo de Estado, la sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular tiene lugar este sábado en el Palacio de Convenciones de La Habana. Siga también nuestra cobertura a través de las redes sociales
12:32 a.m. Lazo da por concluida la sesión
Recomendamos la lectura de los siguientes materiales para entender la importancia de este proceso:
12:27 a.m. Continúa Lazo su intervención: «Es muy importante la decisión de dar inicio a un proceso de reforma de la constitución»
«Para enfrentar con éxito la tarea hay que concentrar los esfuerzos en los meses siguientes, intercambiar con los electores, aclarar dudas, explicar, enfrentar los intentos enemigos de generar incertidumbres al respecto».
«Este proyecto debemos discutirlo y aprobarlo en esta asamblea en su momento, previo a su consulta popular, y luego someterlo a referendo. Debemos trabajar con el PCC para alcanzar el éxito de este proceso, para que los principios de la revolución que nos han guiado sigan marcando el rumbo para lograr una Cuba socialista, soberana, próspera, sostenible».
12:15 a.m. Díaz-Canel: «La comisión estará integrada por una representación de los más diversos sectores de la sociedad (33 diputados) organizaciones políticas y de masas y otros organismos»
Presidirá la comisión Raúl Castro Ruz, y Miguel Díaz-Canel será el Vicepresidente.
Los miembros son: Abelardo Álvarez Gil, Alexis Llorente Jiménez, Ana María Mari Machado, Ana Teresa Igarza, Ania María Aparicio Alvelo, Antonio Hernández López, Ariel Mantecón Ramos, Carlos Rafael Miranda Martínez, Claudio Alejandro Palmero, Eduardo Moisés Torres-Cuevas, Elba Martínez Amador, Elier Ramírez, Homero Acosta Álvarez, José Amado Ricardo Guerra, José Luis Toledo Santander, José Ramón Machado Ventura, Luis Rodobaldo Velázquez Pérez, Marcia Cristobalina Chicoi Ramírez, Miguel Ángel Barnet, Nancy Acosta Hernández, Rafael Ramón Santiesteban Pozo, Regla María Ferrer, Santiago Lage Choi, Teresa Amarelle Boué, Ulises Guilarte de Nascimento, Yailín Orta Rivera, Yanet Hernández Pérez, Yansi María Bravo, Yohana Odriozola Guitar, Yumil Rodríguez Fernández y Yuraida Núñez Bello.
12:12 a.m. Toma la palabra Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba
«La constitución vigente responde a circunstancias históricas que han ido cambiando con el tiempo. El Consejo de Estado ha propuesto iniciar el proceso de reforma constitucional y aprobar la creación de una comisión para estos fines con el objetivo de estudiar el impacto de las decisiones adoptadas en el VII congreso del PCC, estudiar procesos constitucionales desarrollados en otros países y teniendo en cuenta nuestra experiencia en la construcción socialista».
«Esta comisión redactará un anteproyecto de constitución que será sometido a la más amplia consulta popular y luego a un referendo en que la población se pronuncie al respecto. Se tendrán en cuenta los principios humanistas y de justicia social de la revolución».
Dos diputadas de estas provincias manifiestan su respaldo a los resultados del experimento en Artemisa y Mayabeque: mayor control administrativo y una mejor gestión popular.
11:54 a.m. El Diputado Toledo indica que se ha realizado un seguimiento y control a este proceso, señalando aspectos pertinentes para la buena marcha del trabajo
«Hubo dificultades con el funcionamiento de los órganos de administración, por lo que se ha decidido prorrogar en tres oportunidades los plazos del experimento. Aun así, se logra mayor estabilidad y eficiencia en la administración pública, que el presidente de la Asamblea tenga mayor control y dirección sobre la administración y más tiempo para atender los procesos de la asamblea y reclamos de la población».
«Se fortalece la administración local, y el desempeño eficiente de las Asambleas locales, se atienden más efectivamente las quejas de la población, hay mayor eficiencia en la función de los órganos locales, que es servir al pueblo. Por tanto, se propone adoptar el acuerdo siguiente:
Teniendo en cuenta los resultados, se concluye que es pertinente separar en personas distintas los cargos de presidente de las Asambleas locales del Poder Popular y de los órganos de administración.
Se propone modificar el artículo 117 de la Constitución, a fin de generalizar en el país la separación de los cargos, y que se incluya en el proceso de reforma constitucional.
11:50 a.m. Toma la palabra el Diputado José Luis Toledo Santander, Presidente de la comisión de asuntos constitucionales y jurídicos de la Asamblea
Atendiendo a la necesidad de perfeccionar los órganos del Poder Popular, la Asamblea Nacional acordó realizar un experimento: separar en personas distintas las direcciones de las Asambleas y de los órganos de administraciones locales».
11:44 a.m. Diputado Andollo Valdés: «El balance general es positivo»
«En cumplimiento de lo indicado por Lazo, de los resultados alcanzados el 1 agosto de 2011, se establece desarrollo en un plazo no mayor de 18 meses en Artemisa y Mayabeque un experimento de separación de funciones, poner en práctica un nuevo modelo de estructura y funcionamiento de las direcciones».
«En el trabajo vinculado con las administraciones destaca Crecimiento de la producción agropecuaria Incremento de los ingresos cedidos Comienzan a obtenerse resultados positivos en salud y educación, deporte y cultura y mejoramiento gradual de estructuras No obstantes en las administraciones en provincia y municipio persisten dificultades por lo que se decidió continuar perfeccionando el modelo puesto en práctica y culminar los estudios para luego introducir estos resultados».
11:39 a.m. Se somete a debate el tercer punto del orden del día
Toma la palabra el Diputado Leonardo Ramón Andollo Valdés, segundo jefe de la comisión de implementación, quien ofrece información del estado en que se encuentra.
11:37 a.m. Se somete a debate el segundo punto del orden del día
Lazo explica la importancia de los grupos, integrados por 179 diputados y diputadas, valioso para el trabajo de las relaciones internacionales, intercambios con 93 países.
11:27 a.m. Proponen soluciones de los asuntos que atienden, para mejorar la calidad de vida de nuestro valeroso pueblo
Este proceso de reforma constitucional, que lleva consulta popular y un referendo, será muestra palpable del apoyo del pueblo al PCC y al Gobierno, al proceso revolucionario.
11:25 a.m. Se elegirán 8 Presidentes, 4 Vicepresidentes y 2 Secretarios con experiencia en estas funciones. 22 de otras legislaturas, 14 electos x 1ra vez
11:22 a.m. Se somete a debate el primer punto del orden del día
Para la organización de las comisiones y sus integrantes, se tuvo presente la factibilidad de dar cobertura a las actividades en lo politico, lo económico y lo social, y dar cumplimiento a las funciones establecidas.
380 diputados integrantes (62,8 % del total). Quienes no las integran, desarrollarán tareas de la Asamblea Nacional, de modo que todos participen activamente en la vida parlamentaria.
Para integrar las direcciones de las 10 comisiones, se proponen 36 miembros para los cargos de Presidente, Vicepresidente y Secretario, con una conjunción de experiencia y juventud.
11:15 a.m. Se somete a aprobación el orden del día de la sesión convocada por el Consejo de Estado
1. Aprobación de la integración de las comisiones permanentes de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
2. Aprobación de los grupos parlamentarios de Amistad.
3. Análisis del Dictamen sobre el experimento que se lleva a cabo en las provincias de Artemisa y Mayabeque.
4. Aprobación del proceso de Reforma Constitucional y de la Comisión integrada por diputados, encargada de elaborar y presentar el proyecto de Constitución de la República.
11:12 a.m. Lazo ofrece condolencias a los familiares de las víctimas del accidente aéreo
En nombre de la Asamblea, también agradece las numerosas muestras de solidaridad recibidas desde todo el mundo. El presidente de la Asamblea Nacional pide 1 minuto de silencio por las víctimas. Los Diputados se ponen de pie para honrar a las víctimas y a sus familiares
11:10 a.m.Presentes en la Asamblea el Diputado Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, y José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba
«Es propicia la ocasión para esclarecer, una vez más, que no pretendemos modificar el carácter irrevocable del socialismo en nuestro sistema político y social, ni el papel dirigente del Partido Comunista de Cuba, como vanguardia organizada y fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado», afirmó entonces en un discurso.
Antecendentes históricos de este proceso
De la Asamblea de Guáimaro, en abril de 1869, salió redactada la primera Constitución cubana puesta en vigor en el territorio, la cual reconocía que todos los habitantes eran enteramente libres; un precepto que no se abandonaría jamás y que se plasmó con igual ahínco en las otras tres constituciones que se proclamaron durante la gesta libertaria del siglo XIX: la Constitución de Baraguá (1878); la de Jimaguayú (1895); y la de La Yaya (1897).
Ante las presiones del interventor, de sus amenazas, incluso de no abandonar el país, y de sus maniobras políticas, transcurrieron en 1901 los debates de los delegados a la Asamblea Constituyente de Cuba, quienes debían redactar y adoptar una Constitución para el país en el nuevo contexto, pero que reflejara muy puntualmente el carácter de las relaciones entre la Isla y Estados Unidos. El 12 de junio de ese año se aprobó incorporar un apéndice a la Carta Magna: la Enmienda Platt, triste documento que plasmó la condición dependiente y semicolonial que asumía el territorio.
La Constitución de 1940, por otra parte, sí tenía un espíritu progresista, legado de las luchas revolucionarias de la década del 30. Su texto es el resultado histórico del proceso forjado desde los tiempos de Mella y el Directorio Estudiantil y la acción revolucionaria de Antonio Guiteras.
El 17 de febrero de 1976, en sesión extraordinaria del Consejo de Ministros, se conoció otra nueva Carta Magna, respaldada por más de cinco millones de cubanos, un 97,7 % de quienes acudieron a las urnas.
Con la experiencia acumulada en los primeros 15 años de funcionamiento del sistema del Poder Popular, y buscando perfeccionar y fortalecer nuestra democracia, los postulados de la Constitución fueron enriquecidos, en 1992, mediante una Ley de Reforma Constitucional que permitió hacer aquellos ajustes necesarios a nuestra economía para enfrentar el periodo especial.
En el año 2002, ante los discursos hegemonistas y provocadores del entonces presidente estadounidense George W. Bush –reflejo del injerencismo en asuntos que solo a los cubanos compete decidir–, empezó una nueva reforma constitucional, un proceso plebiscitario popular sin precedentes.
Durante este proceso, más de ocho millones de cubanos apoyaron dejar expresamente consignado, en nuestra Carta Magna, el carácter irrevocable del socialismo y del sistema político y social revolucionario por ella diseñado, y que las relaciones con cualquier otro Estado jamás serían negociadas bajo agresión o amenaza de una potencia extranjera.
10:10 a.m. ¿Qué dijo el presidente cubano sobre esta reunión de la ANPP durante el encuentro con el Consejo de Estado?
Miguel Díaz-Canel Bermúdez: Sobre la Asamblea Nacional del Poder Popular señaló el propósito de fortalecer la función legislativa de este órgano; perfeccionar el trabajo de sus comisiones; mantener visitas a las provincias; estrechar el vínculo de los diputados con los electores; y continuar dando seguimiento a los planteamientos de la población.
Igualmente, se refirió al trabajo de los Consejos de Estado y de Ministros, a la periodicidad de sus reuniones y al plan de temas a analizar en ellas.
10:05 a.m. Transmisión de la sesión por la TVC será a partir de las 11:00 a.m.
Cubavisión, Cubavisión Internacional, Radio Rebelde y Radio Habana Cuba transmitirán a partir de las 11.00 a.m. la Sesión Extraordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular en el Palacio de las Convenciones.
10:00 a.m. Comienza la Sesión Extraordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular
El Consejo de Estado de la República de Cuba, conforme a lo establecido en el Artículo 90, inciso a) de la Constitución, acordó convocar a Sesión Extraordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular para este sábado, desde las 10:00 a.m., en el Palacio de Convenciones, con el objetivo de analizar los siguientes temas:
1. Aprobación de la integración de las comisiones permanentes de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
2. Aprobación de los grupos parlamentarios de Amistad.
3. Análisis del Dictamen sobre el experimento que se lleva a cabo en las provincias de Artemisa y Mayabeque.
4. Aprobación del proceso de Reforma Constitucional y de la Comisión integrada por diputados, encargada de elaborar y presentar el proyecto de Constitución de la República.
Diputados se reunirán también los dos días siguientes a la Sesión Extraordinaria
Tras concluir este sábado los trabajos de la Sesión Extraordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular, los diputados se reunirán el domingo día 3 en el plenario del Palacio de Convenciones, como parte de la preparación para el mejor desempeño de sus cargos.
En esa ocasión se les explicarán temas relacionados con el Procedimiento Legislativo en general y con la Reforma Constitucional en particular; las atribuciones y funcionamiento de la Asamblea Nacional, del Consejo de Estado y de las Comisiones Permanentes de Trabajo.
El lunes siguiente, en distintas salas del propio Palacio, los diputados agrupados en las comisiones a las cuales pertenecen, considerarán los resultados del trabajo en la anterior legislatura y las directivas para el periodo 2018-2023.
Seguidamente, en igual composición, recibirán informaciones sobre las funciones de los organismos de la Administración Central del Estado y de organizaciones relacionadas con las esferas que atiende cada comisión, en el marco de la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.