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viernes, 3 de agosto de 2018

El parasitismo financiero y la oligarquía estadounidense

Patrick Martin, wsws

El reporte de que el Gobierno de Trump busca aprobar otro regalo de $100 mil millones para los superricos subraya la urgente realidad que enfrenta la clase trabajadora: la sociedad estadounidense ya no puede costear la interminable acumulación de riqueza personal por parte de la élite gobernante.

Este es, por supuesto, un problema global. Como lo concluyó un estudio de Oxfam el año pasado, ocho multimillonarios controlan tanta riqueza como la mitad más pobre de la humanidad, alrededor de 3,6 mil millones de personas. Seis de ellos son estadounidenses, mientras que no hay otra parte en el mundo en que el conflicto entre las necesidades de los trabajadores y el apetito voraz de la aristocracia financiera sea tan agudo como en Estados Unidos.

Un solo megamilmillonario, Jeff Bezos de Amazon, el hombre más rico del mundo, ha visto su fortuna aumentar casi $50 mil millones en el 2018, lo suficiente como para pagarles una bonificación de $100.000 a los más de medio millón de trabajadores de la empresa.

La propuesta para otro obsequio tributario masivo es la expresión más reciente de la agenda bipartidista de redistribución de la riqueza que han avanzado tanto republicanos como demócratas por varias décadas. Sin duda, la mayor transferencia de riqueza ocurrió durante el Gobierno de Obama tras el colapso económico del 2008, cuando dedicó billones de dólares para inflar los mercados financieros, el principal mecanismo que ingeniaron para rescatar a los ricos.

Un reporte reciente del Instituto Roosevelt y el Proyecto Nacional de Leyes Laborales devela el nivel exorbitante de parasitismo financiero que caracteriza a la economía estadounidense. El reporte examinó las recompras de acciones bursátiles en tres industrias importantes: restaurantes, ventas minoristas y producción alimentaria.

Bajo la desregulación financiera impulsada tanto por Gobiernos demócratas como por republicanos durante los últimos 25 años, las recompras de acciones se han disparado de menos de 5 por ciento de las ganancias a principios de los años ochenta hasta 54 por ciento en el 2012 y casi 60 por ciento en la actualidad.

Tales cifras desmientan inequívocamente el mito procapitalista de que las ganancias capitalistas “gotearán” hasta llegar a las masas porque las compañías invertirán sus ingresos en nuevas máquinas y en la contratación de más trabajadores. En realidad, gastaron más de la mitad de sus ganancias enriqueciendo a sus grandes tenedores de acciones y altos gerentes, quienes controlan el grueso de las acciones.

Cabe notar que la industria gastronómica gastó más en recompras de lo que obtuvo en ganancias, un 136,5 por ciento. Esto significa que las compañías en el sector acumularon deudas, tomando prestado dinero para darle regalías a sus inversores. Las cinco mayores cadenas de restaurantes son McDonald’s, YUM Brands (Taco Bell, KFC, Pizza Hut), Starbucks, Restaurant Brands International (Burger King, Tim Horton’s) y Domino’s Pizza. Si ese dinero se hubiera dividido entre los trabajadores, eso hubiera aumentado los salarios un 25 por ciento.

La industria de ventas minoristas gastó 79,2 por ciento de sus ganancias netas en recompras de acciones. Empresas como Walmart, CVS, Target, Lowe’s y Home Depot les pudieron haber dado un aumento salarial del 63 por ciento a sus trabajadores. En cuando a la producción alimentaria (PepsiCo, KraftHeinz, Tyson Foods, Archer Daniels Midland, entre otros), las cifras comparables equivalen a un gasto de 58 por ciento de las ganancias netas en recompras de acciones; sin embargo, las ganancias fueron mayores y pudieron traducirse en un aumento salarial de 79 por ciento para los trabajadores.

Las recompras de acciones enriquecen a los CEO en particular, quienes reciben la mayor parte de sus ingresos a través de acciones financieras y, consecuentemente, se benefician cuando las recompras aumentan sus precios. Según un reporte esta semana de Politico, los CEO que más fueron remunerados incluyeron a Safra Catz de Oracle ($250 millones), Thomas Kurian de Oracle ($85 millones) y Ajay Banga de Mastercard ($44,4 millones).

Otro hecho expone las enormes sumas de dinero siendo acaparadas por la aristocracia corporativa y financiera. Más temprano esta semana, el Wall Street Journal reportó que 350 ejecutivos y miembros de la junta directa de Goldman Sachs que recibieron participaciones accionarias en el 2008, en lo peor de la crisis financiera global, habrán acumulado $3 mil millones para cuando estas participaciones expiren este año.

La inundación de recompras bursátiles fue desatada por el gigantesco recorte de impuestos valorado en $1,5 billones de dólares promulgado por Trump y el Congreso republicano en diciembre, con la complicidad de los demócratas. La élite corporativa estadounidense está rellenando los bolsillos de sus accionistas con $2,5 billones por medio de recompras, dividendos, fusiones y adquisiciones y otras manipulaciones financieras.

Fue evidente el resentimiento de ciertas secciones de los superricos de que los recortes se dirigieran a impuestos de ganancias corporativas y personales, mientras que las tasas fiscales para ganancias al capital se mantuvieron intactas. Como respuesta, el Gobierno de Trump ha indicado que se está preparando para revertir los precedentes existentes, considerando un decreto ejecutivo para cambiar el reglamento para los impuestos sobre las ganancias de capital—provenientes de la compra y venta de acciones, bonos y otros activos financieros—permitiéndoles a los ricos restar el efecto de la inflación en sus declaraciones de impuestos.

Esto reducirá el impuesto sobre las ganancias de capital por una tercera parte, o $102 mil millones en total a lo largo de diez años. Dos terceras partes de esta suma o $66 mil millones irán al 0,1 por ciento más rico de estadounidenses.

Gobiernos previos han determinado que dicho ajuste a la inflación requerirá una autorización por parte del Congreso, lo cual significa que un cambio por decreto ejecutivo es ilegal. Sin embargo, según Mnuchin, “Si no se puede hacer por medio de un proceso legislativo, veremos cuáles herramientas tenemos en el Tesoro para hacerlo por nuestra cuenta y lo consideraremos”.

Esta es una Administración que demoniza a millones de trabajadores que vienen a EUA en busca de seguridad y una vida mejor, llamándolos “extranjeros ilegales” porque son indocumentados. Sin embargo, en lo que se refiere a los intereses de los milmillonarios, no les preocupa qué sea y no sea ilegal, solo qué ensanche más sus portafolios de inversiones.

Lo que sostiene a la Administración de Trump, en cara a la creciente hostilidad popular hacia sus políticas retrógradas sociales, sus ataques flagrantes contra los derechos democráticos y su militarismo irrestricto, es el carácter de la supuesta oposición. El Partido Demócrata es el partido de Wall Street y el aparato militar y de inteligencia y no está menos dedicado que Trump a defender los intereses de la élite corporativa y financiera.

No existe ni un solo problema social que pueda resolverse mientras la élite corporativa y financiera gobierne la economía estadounidense y global. Ponerle fin al dominio de estos parásitos sociales significa acabar con el sistema económico en su conjunto, el capitalismo, el cual existe para mantener y expandir su riqueza y poder

Acto de sinceridad entre cubanos

Lo hecho en interés de la producción de arroz en el municipio de Mayarí también fue constatado en áreas del consejo popular Nipe-Ayúa. Fotos: Estudios Revolución
HOLGUÍN.–El complejo oficio de conducir masas se valida cuando quien lo ejerce asume como concepto el hábito de tomarle el pulso a las cuestiones estratégicas, sin desvincularse de la cotidianidad de los compatriotas.
Y eso, que aprendió de Fidel y Raúl, identificó la presencia aquí, el jueves, de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba.
Constituyó su primera visita al territorio como mandatario de la nación. Los holguineros tenían la certeza de que se produciría y en los días e instantes previos a la misma no pudieron pasar por alto el desempeño de Díaz-Canel como primer secretario del Comité Provincial del Partido entre el 2003 y el 2009.
Por eso, cada encuentro e intercambio fue un acto de simpatía y sinceridad entre cubanos.
UN PROYECTO PARA ENAMORARSE
Un proyecto para enamorarse, así consideró el Jefe de Estado al emergente Polo Turístico de Antilla,  al resumir el encuentro de trabajo en el que se analizó el progreso del programa constructivo que lo hace realidad, en el municipio de igual nombre. Hasta allí llegó por vía aérea acompañado por Ernesto Santiesteban Velázquez, primer secretario del Partido Comunista de Cuba en la provincia de Holguín, así como por otros dirigentes del territorio y del país.
Tan pronto llegó a la base de apoyo a las fuerzas que acometen las labores, Díaz-Canel le comentó a Freddy Blett Gómez, presidente del consejo popular No. 3 de Ramón de Antilla, las oportunidades de trabajo abiertas en la zona a raíz de las acciones en marcha.
Lo que se hace aquí, dijo, le cambiará la vida a mucha gente porque abrirá proyectos de desarrollo personal y familiar. Tenía como respaldo la amplia información que le brindaron directivos a cargo del programa y otros funcionarios con quienes interactuó constantemente.
Pavel Rodríguez Rodríguez, director del Centro Provincial de Vialidad, explicó que las obras en ejecución son parte de un conjunto mayor que reportará más de 700 kilómetros de carreteras y caminos a mejorar en función del turismo en la provincia.
De lo hecho, el directivo destacó la intervención en la carretera Banes-Nipe, que ya tiene una primera carpeta de pavimentación en 31 de los 35,6 kilómetros de longitud que posee. También hizo puntualizaciones sobre el vial Santa Lucía-Cortadera-Antilla, vital para las futuras operaciones turísticas en la zona y la población que allí reside.
El mandatario llamó a reflexionar sobre los efectos del cambio climático y los eventos meteorológicos que produce, de manera que se prevean los posibles impactos en la red vial. En consecuencia, sugirió revisar los proyectos de alcantarillas y otras obras de fábrica, de manera que estén en condiciones de enfrentar periodos de fuertes precipitaciones, pues los recientes sucesos ocurridos en el centro del país, acotó, confirman que esas situaciones pueden dejar más daños que los huracanes.
Cuando fue abordado el tema del abasto de agua al polo turístico, el mandatario precisó que la solución no se puede ver independiente de los problemas históricos que ha padecido la población de Antilla en cuanto al suministro del vital líquido. Por eso, precisó, deben emprenderse todo tipo de acciones, incluida la revisión y utilización de estudios realizados en otros momentos.
Entre los diversos temas abordados estuvieron la reanimación del puerto de Antilla, instalación que no debe quedar atrás en estos planes de desarrollo, porque es importante para el turismo y la economía en general, apuntó.
A la vez, instó al aprovechamiento del potencial cultural de la región, y en particular de Antilla, matizado por tradiciones, historias y leyendas. Sobre esto último señaló la necesidad de hacer evaluaciones objetivas e incluir las acciones en los planes de desarrollo de la provincia y del municipio.  
En la instalación porcina de la unidad empresarial de base Mario Martínez, la masa crecerá paulatinamente hasta 2 000 cabezas por ciclos de cinco meses. Fotos:Estudios Revolución
La relación entre las obras y el medio ambiente también afloró en el intercambio. Esta es una zona que debe desarrollarse de modo sostenible, aclaró. Antes había comentado la necesidad de no descuidar el tratamiento de los residuales en las futuras instalaciones turísticas, para lo cual se contempla, entre otras variantes, una moderna planta, del tipo compacta.
MAYARÍ Y SU PROMETEDOR DESARROLLO
El Presidente cubano pasó de Antilla al municipio de Mayarí. Lo que ocurre en este último, había dicho, también incide en el prometedor desarrollo de la provincia.
La primera escala del periplo ocurrió en el consejo popular de Guaro, en una instalación porcina de la unidad empresarial de base Mario Martínez, ­perteneciente a la Empresa Agropecuaria Guatemala. Las naves fueron recuperadas a finales del pasado año, momento en que recibió los primeros 500 animales de ceba ya comercializados. Le explicaron que la masa crecerá paulatinamente hasta 2 000 cabezas por ciclos de cinco meses, con la idea de alcanzar cien kilogramos por ejemplar, pues en la primera entrega promediaron 90.
En diálogo con José Ruiz Gómez, uno de los miembros del establecimiento, supo que los salarios mensuales están por encima de los 2 000 pesos. También le confirmaron que tienen buenas condiciones de trabajo.
Igualmente, constató la producción de arroz en áreas de la unidad básica de producción cooperativa (UBPC) Humberto Estupiñán, en las cercanías del asentamiento de Manacal 2. Allí transcurrió un fluido intercambio con Domingo Colón Quiala, usufructuario que explota seis hectáreas de tierra, quien le contó que su primera cosecha fue un desastre ante el cual no se amilanó, pues después fue creciendo en rendimientos que han estado por encima de las cuatro toneladas por hectárea.
La conversación también abordó los problemas que enfrentan los usufructuarios en la demora de la preparación de tierras, servicio que les ofrecen entidades estatales. También se habló de semillas de mayor calidad.
Al concluir la conversación con Domingo Colón, a quien manifestó la satisfacción de conocerlo, Díaz-Canel se detuvo en el referido poblado y dialogó con varias personas. Resultó un encuentro breve, pero muy cálido.
Lo hecho en interés de la producción de arroz en el municipio de Mayarí también fue constatado en áreas del consejo popular Nipe-Ayúa, en la industria procesadora del cereal que desde su arrancada en el 2014 hasta el pasado 31 de julio ha beneficiado más de 2 000 toneladas.
También visitó la UBPC 40 aniversario de la FMC, con 660 hectáreas en explotación. Al pie de una máquina de riego de fabricación nacional, Díaz-Canel fue informado de los rendimientos por hectárea, que en el caso del boniato y el plátano vianda ascienden, respectivamente, a 16 y 15 toneladas. Asimismo, hay incrementos en la producción de leche. Así transforman la situación económica propia, lo que les permite honrar las deudas contraídas con el Banco.
SITIO SAGRADO DE LA PATRIA
«Este es un lugar sagrado de la patria», ratificó el mandatario cubano ante los trabajadores del sitio Histórico de Birán, en el municipio de Cueto, al que arribó con el fin de comprobar la marcha de acciones de restauración, vitales para la conservación de las instalaciones.
El recorrido incluyó el panteón de la familia Castro Ruz y la escuela rural donde estudió Fidel, así como la parte baja de una de las viviendas, en la que se concentró parte del colectivo de trabajadores.
Díaz-Canel aprovechó la oportunidad para indagar aspectos de la vida en la comunidad de Birán, entre ellos el funcionamiento de las instalaciones culturales y la escuela, a lo que acompañaron preguntas sobre el estado de los caminos y el transporte.
Igualmente, mostró interés por las opciones veraniegas. Aquí tienen la posibilidad de disfrutar de buenas pozas de río y de otras bondades de la naturaleza, les comentó como un amigo cercano que conoce la zona.
Al cierre de esta información, Díaz-Canel proseguía su visita de Gobierno al territorio holguinero, por sitios como el complejo turístico Valle de Mayabe en las cercanías de la ciudad, el policlínico Pedro del Toro, un centro de producción de materiales de la construcción y varias unidades de servicios recuperadas recientemente.

El proceso de cambiar todo lo que debe ser cambiado


Creo que es de interés tratar de precisar cómo es que se ha llegado a la conclusión de que era imprescindible introducir cambios en la organización de la sociedad cubana definida como socialista y, sobre todo, a la definición de los cambios más trascendentes considerados necesarios que se les propone a los cubanos para su aprobación.

Todo este proceso se inicia cuando, hace ya más de ocho años, se convocó a todo el pueblo a discutir qué había que hacer para mejorar el socialismo cubano, que si bien había logrado sobreponerse al derrumbe del campo socialista, al cual había integrado su economía, no podía seguir funcionando como antes en la nueva situación internacional en que, desde 1991, debía desenvolverse Cuba.

Esa consulta popular desembocó, en el 2011, en los 311 Lineamientos, según los cuales la conclusión de los cubanos era, en síntesis, conservar todo lo bueno que se había logrado en medio siglo de Revolución, y mejorarlo. Así se definía concretamente al socialismo cubano como el humanismo logrado, entendiendo por este concepto las condiciones de vida y las ideas compartidas bajo las cuales este pueblo había organizado su vida en el archipiélago en donde habita. Pero, para mejorarlo, era necesario cambiar todo lo que debía ser cambiado, tal como Fidel lo expresó en el 2006. Pero cambiar, vale decir volver a determinar, era negar hasta donde fuera necesario aspectos de lo ya existente, lo cual chocaba con una idea que había sido divulgada durante décadas, de que únicamente existía una sola organización socialista de la sociedad, basada en ciertos principios inmutables.

De hecho, logró primar una concepción de lo que es un proceso revolucionario que persigue un socialismo próspero y sostenible, expuesta por el General Raúl Castro en el 2011, según la cual el socialismo es “un trayecto hacia lo ignoto, hacia lo desconocido”, vale decir un proceso esencialmente transformador con resultados a veces sorpresivos con relación a los objetivos propuestos, reiterando la idea de Fidel Castro expuesta antes en el 2006, cuando dijo que “Revolución es cambiar todo lo que debe ser cambiado”. Ambos enunciados expresan la idea de que un proceso revolucionario es esencialmente dialéctico y por lo tanto trasformador.

Fue un adiós al determinismo, según el cual una vez establecido el socialismo, básicamente mediante el dominio de la propiedad estatal sobre todos los medios de producción y sus consecuencias, era solo una cuestión de tiempo lograr el desarrollo económico precursor de un nuevo estadio existencial, denominado comunismo. Fue también el adiós a un socialismo esquemático, considerado como el único real y por consiguiente posible. Pero, por otra parte, esa visión renovó la sensación de que continuaba la aventura emprendida por los cubanos el 1 de enero de 1959, por lo cual, a pesar de llevar más de medio siglo de Revolución, se mantenía la búsqueda del destino que le corresponde al pueblo cubano. Toma tiempo convencer de ello a más de 11 millones de cubanos que, en su vida, reiteran lo dicho por Marx: que los hombres sólo saben reproducir las condiciones de vida que conocen. Pero esta especie de inercia social que preside la manera de pensar tiene su aspecto positivo que, en este caso, se expresó por la voluntad de todos ellos, o al menos de una gran mayoría, de conservar todo lo bueno que les ha traído esta Revolución, todos los servicios sociales gratuitos de los que disponen y el hecho de que todos ellos se sienten no solamente iguales ante la ley sino también iguales en su derecho de existir y de realizarse plenamente durante su vida, lo que es, en esencia, el humanismo cubano que han creado y al que no están dispuestos a renunciar.

Primero fue el intento de diseñar un nuevo modelo económico y social a implementar en Cuba, que trató de conceptualizar lo que debe ser la economía socialista en el siglo XXI, según los cubanos, en un documento con más de doscientos acápites, de difícil síntesis conceptual, que fue aprobado por la Asamblea Nacional del Poder Popular, pero que despertó inquietudes en el pueblo con respecto a si no entraba en contradicción con valores y realidades existentes. Hacía falta enmarcar el socialismo cubano en un diseño legal y coherente que definiera claramente los rasgos del régimen económico, social, político e ideológico a establecer, para que se logre ese socialismo próspero y sustentable que se ambiciona. Ese ha sido el proyecto de Constitución de la República de Cuba, recientemente también aprobado por la Asamblea Nacional del Poder Popular para ser presentado al pueblo para su discusión y su aprobación.

En este proyecto de Constitución tres cambios fundamentales --y subrayo lo de fundamentales-- que caracterizaran una nueva etapa del socialismo en Cuba, han sido propuestos por la Asamblea Nacional del Poder Popular a la consideración de los cubanos:

- --Reconocimiento y desarrollo de un sector privado en la economía que, por estar basado en la compra de fuerza de trabajo, es establecer nuevamente en Cuba lo que Marx denominó la relación social de producción capitalista que, aunque no sea dominante, llevará inexorablemente a la acumulación de riqueza por los neo capitalistas cubanos.

- --Corolario de lo anterior, la consideración de la inversión extranjera en Cuba no solamente como deseable sino también como necesaria para construir en Cuba un socialismo “próspero y sustentable”.

- --Reconocimiento de que en la nueva economía cubana que se quiere establecer, regirá la producción y circulación de mercancías, que conlleva la vigencia de la operatoria del mercado conjuntamente con la planificación nacional.

El carácter fundamental de estos cambios proviene del reconocimiento de que se están modificando tanto la estructura económica y por tanto también la estructura de clases sociales existentes en el país, así como la manera en que los diferentes elementos de la nueva estructura social van a interrelacionarse entre sí y la manera en que los propios cubanos van a interpretar esta nueva realidad. No está de más decir que esos cambios conformarán nuevas contradicciones en el seno de la sociedad cubana, algunas de las cuales ya se están manifestando, como el nacimiento y desarrollo de la clase minoritaria de los neo-ricos, conjuntamente con la mayoritaria constituida por trabajadores asalariados. La interpretación de esos cambios como fundamentales en el proyecto propuesto de nueva Constitución de la República de Cuba, se basa en las ideas del marxismo clásico, el de Marx y Engels.

¿Es que esa propuesta a los cubanos, preparada por una comisión de sus representantes a la Asamblea Nacional del Poder Popular, responde a las discusiones de los intelectuales cubanos sobre como concebir el futuro del país, o más bien al diagnóstico de problemas trascendentes y de sus consecuencias, por parte de la dirección política del país, respondiendo a lo manifestado por el pueblo cubano en la consulta del 2011? (1) 

Todo parece indicar que lo acontecido ha sido el resultado de un enfoque pragmático de la realidad, más que de uno teórico, con la excepción de lo expuesto por el General Raúl Castro en el 2011. Porque hay que recordar cuando algunos años atrás --y si mal no recuerdo antes del 2011, con antelación a la gran discusión nacional sobre el qué hacer que dio lugar a los 311 Lineamientos--, el Gobierno hizo público que sobraba un millón de trabajadores en el sector estatal que habría que despedir, a la par que el 42% de las tierras propiedad del Estado no estaban siendo cultivadas, lo que dio lugar a que forzosamente, para no condenar a esos cubanos al desempleo, era inevitable autorizarlos a que se ganaran la vida por su cuenta y que, si querían y podían hacerlo, se les entregarían tierras estatales en usufructo para su explotación individual y se les arrendarían algunas instalaciones estatales para que las operaran por su cuenta.

Guste o no, ese fue el momento en que se aceptó como inevitable y necesaria, a nivel del Gobierno, la autorización para que se constituyera un sector económico privado que se sumaba a la existencia de los pequeños campesinos, tanto independientes como organizados en cooperativas. A raíz de ello dejó de tener validez aquella condición para la definición del socialismo, la apropiación por el Estado de todo el pueblo de los medios de producción de la sociedad, y se limitaba solamente a los considerados fundamentales y determinantes en la producción social. Se consideraba válida, por tanto, desde ese momento, también a la relación social de producción capitalista que descansa en la compra de la fuerza de trabajo, compatible con el socialismo.

Hay que recordar también el anuncio por parte del Ministro del Comercio Exterior y de la Inversión Extranjera, que no dejó de tener una cierta connotación dramática, la presentación de la nueva ley que permitía las inversiones extranjeras en Cuba, cuando señaló que esa era la solución para poder lograr un crecimiento económico anual del orden del 5 al 5,5 % en vez del 2% alcanzado con el nivel del ahorro nacional. En síntesis, el Ministro dijo que un más rápido crecimiento económico de Cuba solo era posible con la introducción de capital extranjero que, como su nombre lo indica, conlleva también reintroducir en el país la relación social de producción capitalista y la presencia de intereses económicos foráneos.

Esas decisiones imponían por simple lógica reconsiderar la interrelación operativa entre empresas --que desde ahora serian estatales y privadas--, que ya no descansaría exclusivamente en un procedimiento denominado planificación --que consiste en el cálculo “ex antes” por una burocracia administrativa que va desde el Consejo de Ministros hasta las unidades productivas--, de lo que deben hacer y cómo deben hacerlo los productores y los encargados de su circulación, procedimiento reiteradamente ineficiente por el pobre cumplimiento de esos planes, sino que en el futuro también deberían decidirlo por ellos mismos según las informaciones objetivas que les lleguen, al interrelacionarse con las demás unidades a las cuales están objetivamente vinculadas y con las cuales deben realizar sus cometidos. Conjunción de la planificación nacional con la operatividad del mercado, dos formas contradictorias de asignar los recursos sociales, lo que presupone la invención de un procedimiento para ello que todavía no existe y que habrá que inventar.

El recuento de la secuencia de lo que ha sucedido en materia de cambios, en ideas y propuestas, y del por qué ha sucedido, ratifica que se han debido a una actitud pragmática de la dirección política del país ante la realidad, y a una concepción correcta de cómo enfrentar el problema de hacer más eficiente el socialismo en Cuba.

¿Es que era posible otra manera de enfocar la problemática de mejorar la eficiencia del socialismo, después de su desplome en Europa, que la de Napoleón al contestar una pregunta sobre su manera de dirigir una batalla, cuando dijo: “Entro en combate y veo que debo hacer”, lo que nos recuerda eso de que construir el socialismo es “un trayecto hacia lo ignoto, hacia lo desconocido”, y que por tanto hay que atreverse a dar los pasos necesarios e inventar que hacer? Si es así, entonces bien vale la consigna de los estudiantes franceses en mayo de 1968: “La imaginación al poder”.

Al encarar el cómo transformar la realidad, surgieron propuestas de soluciones a definir y aprobar finalmente por los propios cubanos, quienes tienen la última palabra al respecto y que, por consiguiente, pueden volver a cambiarlas si así lo consideran. Para ello el nuevo proyecto constitucional contempla que para conservar y mejorar el humanismo que se ha logrado en Cuba, debe mantenerse la unidad cívica-militar de los cubanos y su expresión política mediante un partido único, a los efectos de garantizar la unidad mediante el procedimiento por el que las minorías aceptan las decisiones de la mayoría. Esa solución política es el caldero que contendrá en su interior al nuevo “ajiaco” económico y social en donde “se guisará” la nueva sociedad cubana.

Entre agosto y noviembre de este año, el pueblo cubano tendrá la última palabra al respecto.

La Habana, 30 de julio del 2018

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( 1) Esa pregunta plantea la cuestión del rol de los intelectuales en un proceso revolucionario y de cómo pueden contribuir a su desenvolvimiento explorando en el plano teórico la solución de problemas que van surgiendo, tema que amerita un tratamiento aparte.