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jueves, 11 de octubre de 2018

FIDEL VASCÓS EN REVISTA TEMAS: PRESENTACION DEL LIBRO “¿QUÉ SOCIALISMO?”


Por Fidel Vascos

En primer lugar deseo agradecer a Rafael Hernández y demás compañeros y compañeras de la revista TEMAS por haberme invitado a presentar el libro digital ¿QUÉ SOCIALISMO? De unas 700 páginas, incluye 15 artículos, 1 panel con 3 ponentes más el moderador y 7 entrevistas. Como bien dice Humberto Pérez, a quien se debe el prólogo de la publicación, la temática es diversa pero todos los trabajos se refieren a hechos y asuntos enmarcados en el proceso revolucionario de Cuba entre 1959 y 2017. 

Entre los 25 autores se identifican economistas, filósofos, sociólogos, politólogos, juristas, periodistas y un cantante. En la publicación se hacen análisis y diagnósticos y se plantean propuestas y alternativas para recuperar la viabilidad económica y, a la vez, sostener la justicia social y la independencia nacional, y se esboza la necesidad de cambios en el sistema económico sin enajenar su esencia socialista. 

No puedo analizar cada uno de los artículos y demás trabajos incluidos en el libro. Eso se lo dejo a ustedes, a los lectores. Solamente abordaré algunas características que considero deben estar presentes en el socialismo al que aspiramos hoy. 

La palabra socialismo tiene múltiples interpretaciones. La primera obra escrita donde se caracteriza una sociedad sin propiedad privada y de absoluta comunidad de bienes es en La República, de Platón, en la Grecia Antigua. 

Posteriormente se han expuesto diferentes teorías y esfuerzos prácticos para establecer un sistema social humanista con relaciones de ayuda y solidaridad entre sus integrantes, que pudieran considerarse socialistas. Se destacan los socialistas utópicos de los siglos XVIII y XIX. Fueron Carlos Marx y Federico Engels quienes formularon la teoría del socialismo científico basada en la concepción materialista y dialéctica de la historia, que luego fue desarrollada por Lenin. 

Pero el término “socialista” no solamente ha sido utilizado por reformadores sociales progresistas. Recordemos que el partido político de Adolfo Hitler se denominaba Partido Nacional Socialista. 

Con esta referencia histórica pretendo subrayar que ha habido muchos socialismos concebidos y descritos teóricamente. Los países nórdicos europeos se autodefinen como socialistas. La República de Sri Lanka también. El más ampliamente conocido fue el modelo soviético de socialismo experimentado en la Unión Soviética durante gran parte del siglo XX y que sirvió de referente para las llamadas democracias populares de la Europa Central y del Este, para China, Vietnam e incluso para Cuba. 

Utilizaré la historia del auge y la caída de este modelo soviético de socialismo para exponer ante ustedes mi respuesta a la pregunta que se formula en el título del libro: ¿Qué socialismo? ¿A cuál socialismo nos referimos? 

Quiero subrayar la idea, a riesgo de ser absoluto, que habrá tantos socialismos como países existen en el mundo. Desde luego que hay ciertos elementos básicos y generales para poder definir una sociedad contemporánea como socialista. Pero los rasgos nacionales, culturales e históricos de las naciones en cuestión determinan, en gran medida, las características del socialismo al que pueden aspirar. 

También hay que diferenciar entre socialismo y transición socialista o período de construcción del socialismo. En ningún lugar del planeta se ha logrado establecer una sociedad socialista. Los procesos que se han autoproclamado como socialistas lo que han hecho es transitar por el período de construcción del socialismo, sin haber alcanzado el socialismo como tal. 

Volvamos al modelo soviético de socialismo y su mecanismo de mando vertical. En la historia de la URSS se pueden reconocer aciertos y desaciertos. En un momento determinado, la acumulación de los últimos fue mayor que los primeros. De ahí el desenlace fatal del intento. Uno de los importantes aciertos fue la creación de una poderosa industria, incluyendo la nuclear, que convirtió a la URSS en una potencia militar. También se demostró el apoyo del pueblo en la derrota del nazifascismo y la consecuente y positiva recomposición política de Europa. En ello hay que subrayar que las medidas a favor de los trabajadores aplicadas como resultado de la Revolución de Octubre, la acertada conducción de la guerra una vez iniciada la agresión alemana y el patriotismo de los pueblos que componían la URSS fueron los factores decisivos en la victoria contra Hitler. Estas y otras manifestacines demuestran que la inmensa mayoría de las masas populares defendían a la URSS y su transición socialista ante el ataque extranjero. He aquí el primer rasgo, el más decisivo para alcanzar el socialismo: el irrestricto apoyo del pueblo a la vanguardia revolucionaria que lo dirige. Si el pueblo retira este apoyo, la revolución cae irremediablemente. 

El sentido patriótico se mantuvo en la URSS y se mantiene hoy en la Federación Rusa. Pero el sistema político soviético se desintegró porque no mantuvo el apoyo de la mayoría del pueblo que decía representar. Son varias las causas por las que ese apoyo se debilitó y desapareció. Entre ellas hay que destacar las graves afectaciones a la moral y a la vida espiritual de ese pueblo, infligidas por la masiva política represiva ejercida durante la etapa estalinista y la falta de libertad en varios aspectos de la proclamada democracia socialista, con la consiguiente frustración de pueblo al respecto. 

En no pocas ocasiones se difunde una visión restringida del concepto de sociedad socialista, priorizándose la definición de este tipo de sociedad como aquella donde prevalece la propiedad estatal, de todo el pueblo, sobre los medios fundamentales de producción. Es cierto que la economía y el sistema de propiedad constituyen la base estratégica del desarrollo social; pero, en el corto y mediano plazo, la superestructura de instituciones e ideas erigida sobre esa base estratégica, puede jugar un papel independiente y más activo en la influencia social y, por ende, determinar el rumbo de los acontecimientos. La importancia de la ética, la moral social y demás aspectos de la superestructura no pueden disminuirse. En gran medida, esto fue lo que ocurrió en la URSS. 

A su vez, hay que acertar en la intencionalidad revolucionaria de las políticas económicas, sociales y de relaciones exteriores, las cuales también forman parte de la definición de socialismo. 

No puede obviarse en este análisis acerca de la desintegración de la URSS, la agresiva política injerencista y contrarrevolucionaria de las potencias imperialistas contra el país de los soviets. No obstante, fueron causas internas las decisivas en la debacle. 

En la actuación de los revolucionarios hay líneas rojas morales, del mundo subjetivo, de la espiritualidad del pueblo, que no pueden traspasarse. No como concepto abstracto y general sino, fundamentalmente, porque, en el terreno práctico, esas violaciones morales afectan el apoyo de las masas al movimiento revolucionario, lo que resulta fatal para el proceso. 

Los más graves errores de Stalin vinculados a la represión contra personas inocentes tienen su origen en su desconfianza generalizada, que le hacía ver enemigos en todo su entorno. Debido a ello, desplegó una intensa y cruel represión contra personalidades soviéticas acusadas de “enemigos del pueblo”, muchas de las cuales fueron luego rehabilitadas por haber sido objeto de acusaciones injustificadas e ilegales. 

Señalaré una manifestación evidente de la falta de realismo de la dirección soviética ante las realidades de su país y del mundo. En el XXII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, realizado en octubre de 1961, se aprobó el Tercer Programa del Partido. En su texto estaba plasmado el objetivo de alcanzar la sociedad comunista en la Unión Soviética en el año 1980. Lo que en verdad ocurrió es que la URSS se desintegró en 1991. 

A su vez, durante el período de Khrushchev y los que le siguieron, se mantuvo como antes el aplastamiento de importantes aspectos de la libertad individual en aras del supuesto interés colectivo, lo que se manifiesta en varias facetas de la sociedad. Sin pretender una identificación de prioridades, se destacan las restricciones a la utili­zación del mercado como regulador de la econo­mía y la planificación central exageradamente administrativa aplicada. 

Los impedimentos al traslado físico de las perso­nas por motivos propios era otra de las expresiones de la limitación individual existente, sobre todo para salir, temporal o definitivamente, del terri­torio soviético. 

Otra manifestación de la violación de la li­bertad individual era la mengua en el acceso a la información. Existían muchas dificultades para acceder a diferentes fuentes informativas internas y de otros países. El secretismo se en­señoreó en la actuación del PCUS y el Estado soviético y no solo en el período de Stalin y de Khruschev. Recordemos que el accidente de la planta nuclear de Chernóbil, en abril de 1986, fue ocultado al mundo por varios días ya durante el ejercicio gubernamental de Mijaíl Gorbachov. 

En los tiempos actuales ya no es posible mantener informaciones ocultas. Con INTERNET la noticia se globaliza y millones de personas pueden acceder a ella en tiempo real con solo un click. Ahora se pueden ver los acontecimientos en el mismo momento que ocurren, incluyendo las guerras. El libre acceso a INTERNET generaliza la información a todos y a todas. Cualquiera puede colgar lo que quiera en la red y una vez allí ya es imposible ocultarlo. Todo está a la vista. INTERNET suprimió el secretismo. El socialismo tiene que tener en cuenta esta realidad. 

En la URSS, aún mayores restricciones tenía la libertad de expresión. Las críticas que se formulaban públicamente se dirigían a los países capitalis­tas y no había señalamientos a los problemas de la sociedad soviética, salvo los que decidían los altos mandos del Partido y del Estado. 

El ambiente restrictivo de la libertad de pen­samiento impidió el desarrollo teórico y práctico de la doctrina marxista-leninista. El dogmatismo reinó en la investiga­ción y la enseñanza de las ciencias sociales. 

De manera significativa, la democracia se ma­nifestaba mermada en los procesos de toma de decisiones en el Partido, el Estado, el gobierno y los demás organismos y organizaciones sociales. No se apreció la plena dimensión funcional del Estado, cuyos órganos ejecutivos, legislativos y judiciales en los distintos niveles territoriales actuaban bajo la dirección administrativa del PCUS, cuando, al contrario, la doctrina socialista ratifica que el pueblo es el soberano y debe estar con toda su dignidad representado en el parlamen­to, el cual debe actuar sin subordinación administrativa directa a otras instancias ni estatales ni partidistas. 

En general, el PCUS no garantizó su influencia por la vía del ejemplo ético y utilizando la persuasión, sino por los métodos de órdenes verticales, la impo­sición administrativa y las exigencias legales. Perdió la condición de ser la fuerza inspiradora y movilizadora superior de la sociedad y su guía en la construcción del socialismo. No tuvo en cuenta que la confianza y el apoyo del pueblo son condiciones imprescindibles para que el Partido ejerza con eficiencia su capacidad de dirección. 

Resumiendo, el modelo soviético, con todas sus virtudes y sus mayores deficiencias, no es la respuesta adecuada a la pregunta ¿Qué socialismo? 

Para concluir esta presentación abordaré algunos aspectos del proceso de transición socialista en la Cuba de hoy. 

El documento rector que caracteriza el momento actual y las perspectivas de la transición socialista por la que atraviesa nuestro pueblo es la “Conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista” aprobado en abril de 2016 por el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba. También son referentes los “Lineamientos para el período 2016 – 2021” y “La Primera Conferencia Nacional del Partido”. 

Una advertencia insoslayable. Cualquier análisis y propuesta que se formule para el perfeccionamiento de la sociedad cubana actual debe tener muy presente la permanente hostilidad contra la Revolución del gobierno imperialista de los Estados Unidos y el bloqueo que nos afecta desde hace casi 60 años. Ante estas realidades, la doctrina de la Guerra de Todo el Pueblo no puede debilitarse en lo más mínimo. A su vez, debe mantenerse la política de cooperación y solidaridad con los demás pueblos, que siempre nos ha caracterizado 

La “Conceptualización…” define con certeza que la sociedad cubana se encuentra en el período de construcción del socialismo, el cual, cito “constituye un prolongado, heterogéneo, complejo y contradictorio proceso de profundas transformaciones en las estructuras políticas, económicas y sociales” (fin de la cita). 

Otro documento que complementa a la “Conceptualización…” es el proyecto de Constitución sometido a consulta popular en estos momentos y cuyo contenido define una reforma del sistema político de la nación. 

La Reforma Económica y la Reforma Política del país ya están en marcha. La dirección revolucionaria merece una felicitación por ello, pues el inmovilismo para mantener el statu quo comporta un riesgo mayor que adentrarnos en la inexplorada senda de los cambios que se deben acometer. 

Muy acertado ha sido el método de consultar al pueblo en la confección de la Constitución y que se recojan para su análisis la totalidad de las opiniones vertidas. El pueblo cubano está actuando en asamblea constituyente y ha tomado muy en serio esta responsabilidad. 

Para ilustrar los diferentes matices que pueden formularse a partir de los mencionados documentos y su aplicación, me referiré a cuatro aspectos abordados en ellos: el sector no estatal de la economía, las inversiones, la unificación monetaria y cambiaria, y el comercio exterior. 

En el sector no estatal se incluyen las cooperativas, los trabajadores por cuenta propia y las medianas, pequeñas y microempresas privadas. Al inicio de la puesta en marcha de estas nuevas concepciones se planteó que la propiedad estatal se ocuparía de los medios fundamentales de producción y que el sector no estatal abarcaría, principalmente, la producción y prestación de servicios minoristas a la población. Incluso se dijo que los más de 14 mil establecimientos minoristas pasarían al sector no estatal para aligerar al Estado de esas responsabilidades. Recientemente este objetivo se ha paralizado y se aprecia un esfuerzo inversionista del Estado para remodelar cafeterías, pizzerías y otros establecimientos minoristas, lo que anuncia que se mantendrán en el sector estatal. El socialismo que concibo está apegado a los inicios del impulso al sector no estatal aquí referido, pues las cafeterías, pizzerías, paladares y otros establecimientos similares no constituyen “medios fundamentales de producción”. 

En los “Lineamientos…” se plantea correctamente un impulso a las Inversiones Extranjeras Directas como fuente importante para el desarrollo del país y, en determinados sectores, como un elemento fundamental. Antes de esta formulación, las IED se concebían como elementos complementarios a la inversión nacional, que era la principal. En el proyecto de Constitución se abordan en varios artículos lo relacionado a las inversiones extranjeras. Considero que estas menciones deben ampliarse a la inversión nacional, tanto del sector estatal como no estatal, incluyendo personas naturales y jurídicas. Y no solo referido a los cubanos en el territorio nacional, sino también a los compatriotas residentes en el exterior. 

En la unificación monetaria, la clave del tema es la unificación cambiaria. Deseo presentarles una provocación. La inmensa mayoría de las propuestas apuntan a mantener el CUP como moneda en circulación, lo que genera un proceso de modificaciones de la tasa de cambio. Sin embargo, si la moneda que se mantiene en circulación es el CUC, esta puede anclarse de inmediato con la tasa 1 CUC = 1 USD y mantenerla fija aplicando un régimen parcial de control de cambio. Sería conveniente realizar cálculos previos sobre los precios, salarios y jubilaciones a modificar, pero éstos sería mínimos con relación a si se deja el CUP en circulación. 

Durante un largo período se proclamó en nuestro país el monopolio del comercio exterior, lo que significaba que solo las empresas estatales registradas en esta rama de la economía estaban facultadas para realizar operaciones de exportación e importación. Con el surgimiento de las empresas mixtas se modificó este monopolio y las empresas de capital conjunto cubano y extranjero fueron autorizadas a exportar e importar directamente. Las actuales condiciones en las que se desenvuelve nuestra economía requieren de una mayor flexibilidad y rapidez en las decisiones de las entidades económicas. Ello conduce a eliminar el monopolio del comercio exterior y autorizar a todas las personas naturales y jurídicas, tanto estatales como no estatales, a exportar e importar directamente. El Estado puede regular estas operaciones mediante las aduanas y otros mecanismos. Pueden existir empresas estatales del comercio exterior, pero éstas deben actuar en competencia con las entidades que necesiten salir al exterior. 

Con lo dicho hasta aquí creo que puede colegirse mi respuesta a la pregunta ¿Qué socialismo? Muchas gracias.


Por el imprescindible camino del reordenamiento

Definir prioridades y sistemas de trabajo para elevar el uso de las máquinas y equipos es objetivo esencial de esta política. Foto: Juvenal Balán
La industria metalmecánica cubana, desde el decenio de los noventa, se ha visto lacerada por el deterioro de las instalaciones, la subutilización de capacidades, el éxodo de la fuerza técnica y la falta de mantenimiento.
Para subsanar tales deficiencias y oxigenar este renglón vital de nuestra economía, el Ministerio de la Industria (Mindus), de conjunto con el Ministerio de Economía y Planificación (MEP), ha implementado desde mayo del 2013 la política para el reordenamiento y uso eficiente de máquinas herramientas y equipos en la economía nacional.
Un diagnóstico integral realizado por especialistas del Mindus en el año 2010 concluyó que el estado técnico del equipamiento instalado en Cuba era deficiente. De un total de 72 780 máquinas y equipos, solo el 34,7 % presentaba un estado técnico bueno; el 44,5 % funcionaba de forma regular y el 20,6 % se encontraba en pésimo estado. Se reportaron fallas como: la obsolescencia del equipamiento, la baja utilización del parque y su dispersión en tres Organismos de la Administración Central del Estado (Oace), la existencia de más de 16 000 medios paralizados, entre otras muchas limitantes que frenaban el desarrollo industrial del país.
Al unísono, el Ministerio ejecutó un inventario de todas las máquinas herramientas y equipos con que contaba el país. Esta práctica develó que el parque estaba distribuido de la siguiente forma: 127 144 máquinas y equipos se encontraban instaladas en producción, otras 17 363 eran explotadas en talleres de mantenimiento y apoyo; unas 1 671 se hallaban en los talleres herramentales, mientras que un total de 6 427 estaban dispuestas en centros de enseñanza.
Una vez señaladas las principales deficiencias y hecha la relación por sectores y entidades de las máquinas herramientas y equipos, se procedió a la implementación de la política. El objetivo fundamental fue, desde un principio, definir prioridades y sistemas de trabajo para elevar el uso de las máquinas y equipos, impidiendo así el deterioro y desmantelamiento indiscriminado del parque.
Para ello, se trabajó y aún se trabaja en el reordenamiento, revitalización y modernización del parque existente, en aras de garantizar mejoras en las condiciones productivas, tecnológicas y de organización que conlleven al desarrollo paulatino del sector metalmecánico.
En este sentido, la política persigue en esencia dos propósitos: primeramente, reorientar a corto plazo las producciones metalmecánicas para asegurar demandas prioritarias de la economía y de las nuevas formas productivas, y, transversalmente, explorar nuevas formas organizativas y de complementariedad, enfocadas en la concentración integral de recursos y capacidades tecnológicas; para ello se tiene en cuenta la especialización, la cooperación y el encadenamiento entre las fábricas productoras (estatales y no estatales), los talleres de apoyo, la industria local y las nuevas formas de gestión, de modo que sea factible elevar la productividad y reducir los costos.
Asimismo el plan de trabajo correspondiente a la materialización de este colosal ejercicio puntualiza como líneas de acción las siguientes:
Definir prioridades del reordenamiento y perfeccionar la planificación por objetivos para el desarrollo eficiente de la actividad;
Diseñar procedimientos y procesos económico-financieros que favorezcan un reordenamiento eficiente y eficaz;
Desarrollar la logística y la infraestructura tecnológica, con medidas que garanticen el aseguramiento material;
Diseñar el esquema de organización empresarial para la actividad de fabricación, reparación capital y comercialización;
Establecer las regulaciones técnicas y tecnológicas para la eficiente explotación del equipamiento;
Desarrollar los procesos de formación, captación, retención y desarrollo de los recursos humanos requeridos.

MAQUIMOTOR, MONCAR, Y REFRIGERACIÓN Y CALDERAS

En el despliegue de la política resultan cruciales tres empresas especializadas. Aunque no son las únicas que tributan a la estrategia, estas tres casas representan sus cimientos y se ratifican como pioneras en el fortalecimiento de sus servicios en todo el país, así como en el incremento y calidad de las reparaciones y servicios de mantenimiento.
De acuerdo con el informe del Mindus referente a la política, en el año 2017 Maquimotor, como encargada de los servicios de sostenibilidad de máquinas herramientas y equipos, creció un 167 % en relación con los 3 708 servicios realizados en el 2016. Esta empresa mantiene la alianza con China para la modernización y revitalización de máquinas con sistemas de control numérico (CNC), que permite la reconversión a CNC de 28 máquinas, mientras otras ocho se encuentran en proceso. En sus distintas sedes fueron fortalecidos los talleres de fabricación de piezas de repuesto, de pizarras y de enrollados.
Por su parte, RC, empresa encargada de ejecutar el programa de salas de Calderas, ha alcanzado la certificación de más de 60, luego de la implementación de la política, lo que se traduce en una reducción del consumo de combustible no menor al 8 % de lo que consumían antes de aplicarse las reparaciones, mantenimientos y sistemas de explotación y control.
Asimismo, la eficiencia de Moncar es palpable en números. En esta empresa se evidencia un incremento del 23 % en las reparaciones generales y medias, muy superior a las 3 525 realizadas en el 2016. Otros avances tangibles en esta entidad son el ensanchamiento de su capacidad para la producción de montacargas (200), y los primeros pasos en el desarrollo del montacargas eléctricos.
Toda vez que esta triada de empresas realza su importancia para la correcta implementación de la política de reordenamiento y uso eficiente de máquinas herramientas y equipos, nuestro diario dedicará otras páginas al funcionamiento e impacto de la estrategia en cada una de ellas, así como su aporte en la cooperación interempresarial.


PIEZAS DE REPUESTO
La producción nacional de piezas de repuesto a partir de la implementación de la política mantiene un crecimiento sostenido y poco a poco ha ganado espacio en la satisfacción de la demanda total de piezas en el país.
Sin embargo, esta gestión se ha visto limitada históricamente por la falta de financiamiento para las importaciones, lo que implica una atención diferenciada al desarrollo de las producciones nacionales. Los niveles de ahorro que garantiza esta actividad frente a la importación de piezas justifican la necesidad de lograr un aseguramiento oportuno de los insumos y materias primas con que cuenta el país, así como la modernización de la maquinaria existente.
Independientemente de los resultados que se han obtenido, la explotación de las capacidades instaladas que posee hoy la industria metalmecánica es baja como consecuencia de la falta de fuerza de trabajo calificada, la escasez de útiles de corte, insumos y materiales para la producción, el desfavorable estado técnico de la maquinaria, así como la carencia de tecnologías 3D para el diseño, entre otras limitaciones.
La política se inclina particularmente hacia la solución de estos problemas, y en correspondencia con los resultados obtenidos hasta la fecha con respecto a la fabricación de piezas de repuesto, ha redimensionado sus líneas de acción. Entre estas directrices se encuentran el trabajo directo con el MEP para el perfeccionamiento del plan de piezas de repuesto y su correspondiente respaldo financiero; la coordinación pertinente con el Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (Mincex) para asegurar que existan en plaza los metales y útiles de corte necesarios; la realización de cortes parciales (trimestrales), que permitan definir con tiempo suficiente lo que se incluiría en el plan actual o se pospondría para el plan del próximo año; y priorizar la realización de inversiones que potencien la fabricación de piezas de repuesto.
Otra arista a la que se le imprime especial empeño, a propósito de la producción de piezas de repuesto, es el programa de modernización y transformación de los tornos rusos y búlgaros en tornos CNC. Para el desarrollo de dicho proyecto las instancias que rigen la política están inmersas en un proceso de  evaluación de posibles negociaciones.
En este orden, también es prioridad la adquisición del equipamiento para el desarrollo de la ingeniería inversa experimental con la empresa Cedema, de modo que sea posible incorporar las experiencias adquiridas en China en el 2017 sobre la preparación del personal en estas técnicas.


EL RASTRO
Como el objetivo fundamental de la política es reordenar las capacidades de la industria metalmecánica para su mejor aprovechamiento, el funcionamiento del rastro se antoja pieza clave dentro del engranaje de esta actividad. Hasta la fecha, el único rastro habilitado para la venta de máquinas y equipos se encuentra en Villa Clara, cuando lo ideal sería contar al menos con uno de su tipo en el Oriente, el Centro y el Occidente del país.
Al cierre del 2017, según versa el informe general de la política, el rastro villaclareño vendió o reordenó 185 máquinas y equipos, todos a personas jurídicas (CCS, CPA, fondo de bienes culturales, cooperativas no agropecuarias y empresas estatales). Este dato supera en un 25 % a las 148 del 2016.
Por el momento, la venta a personas naturales continúa paralizada por la inexistencia de canales autorizados de comercialización de insumos (metales y utillajes) para la explotación de las máquinas compradas.
De manera general, el espectro de entidades visitadas por los gestores del rastro, con vista a la captación de equipamiento para la venta, resulta insuficiente y poco representativo del potencial real de la oferta existente en el país.  
Las principales insuficiencias que han incidido en la labor de esta entidad recaen en la vaga divulgación de la Resolución No. 108/2015 del Mindus, así como de la existencia, funciones y potencialidades del rastro; la tardía incorporación de Divep y sus unidades empresariales de base al trabajo de la política de máquinas herramientas; la insuficiente disponibilidad en el rastro de equipamiento (montacargas fundamentalmente) para trasegar equipos de más de 2,5 toneladas de peso y de herramientas especializadas para el desanclaje de máquinas herramientas captadas.

RESULTADOS ACTUALES

De acuerdo con los datos ofrecidos por el MinduS, al cierre del primer semestre del 2018, la recuperación de las salas eficientes de calderas se vio paralizada y no se cumplieron las reparaciones generales y medias, lo que representa el 33 % del plan del año. Este descalabro se debe fundamentalmente al bajo nivel de cumplimiento de las importaciones previstas (12,2 %). Por la misma causa, el plan de mantenimiento de las cámaras frías se incumplió al 41 %.
Por otra parte, se terminaron de modernizar diez máquinas, lo que representa un cumplimiento del plan de reparaciones al 70,3 %.
Asimismo, se cumplió el plan de reparaciones del año al 62 %, a pesar de que no se ha recibido financiamiento para las importaciones. La fabricación de montacargas nuevos solo alcanza las 44 unidades de un plan de 200; se estima llegar a la cifra de 75 montacargas nuevos, a partir de la importación de metales para la fabricación de los chasis.
Además, se desarrolló el prototipo de montacargas eléctricos, con un componente físico de producción nacional del 40 % (chasis, contrapesos y sistema hidráulico) y en valores de un 8 %. El plan de importaciones para la sostenibilidad de los montacargas es de 1,46 millones de USD, y no está asegurado, lo que pone en peligro el futuro estado técnico de estos equipos.
La producción de piezas de repuesto mantiene su crecimiento sostenido. Este año, al cierre del primer semestre, el plan de producción de piezas de repuesto presenta un cumplimiento del 50,7 % del plan del año, o sea 3,4 millones. Sin embargo, el pronóstico total de cierre, a partir de lo informado por las OSDE, es de quedarse al 99 %, algo que depende del comportamiento del aseguramiento de los insumos y que suscita atención imperativa en esta etapa para lograr el cumplimiento y sustituir parte de las importaciones.

El nudo gordiano del desarrollo

Construir las obras en tiempo es una meta que reclama de las fuerzas constructoras cubanas mayor eficiencia y habilidades. Foto: Miguel Febles Hernández
La llegada de turistas a Cuba ha experimentado un frenazo. Es una de las pocas cosas que le han salido bien a Donald Trump, pero no tan bien como para desalentar la construcción de más y más hoteles en playas y ciudades cubanas. Las inversiones continúan a toda marcha; no parecen enteradas de que se ha disminuido el espectacular ascenso de visitantes internacionales de años previos.
Después de adoptar el Gobierno de Estados Unidos en el 2017 medidas para restringir los viajes de sus ciudadanos a Cuba, empezó a declinar el acelerado flujo de turistas extranjeros que se registró durante cuatro años seguidos. Todavía en el 2017 las llegadas dieron un salto de 16,2 %. Pero este año debe concluir prácticamente sin crecimiento, si cierra con los 4,75 millones de visitantes que el Ministerio de Turismo prevé redondear.
Más dura es la reducción de los ingresos, por las rebajas de precios a las que se vio obligada la industria turística para enfrentar la contracción de la demanda, daño sensible por constituir este el sector que más divisas aporta a la economía cubana, detrás de la exportación de servicios profesionales.
A pesar de los nubarrones, Cuba sigue inmersa en ambiciosos planes de construcción: inaugura hoteles de lujo, amplía las capacidades en Varadero y en otros destinos, irrumpe en nuevos cayos de playas vírgenes y hasta desata asombros de signo variado con el anuncio del hotel más alto que tendrá La Habana el 2020, en pleno Vedado. Más de 5 300 habitaciones agregó el país este año, cifra superior a la planificada.
Por más que Trump y sus halcones persistan en amenazas y fantasías de ataques sónicos, la puerta para los viajes entre ambos países ya está abierta. Las visitas pueden recuperarse rápido y, por extensión, reanimarse desde otros mercados emisores de turistas, como los europeos y Canadá, afectados indirectamente por las pendencias de Washington contra La Habana. Una señal alentadora es que el 2018 terminaría sin pérdidas en el indicador de visitantes internacionales, tras comenzar el año en baja evidente.
Creo que los desafíos son mayores en otra dirección. Uno es la estabilidad de las fuentes de financiamiento para esos planes constructivos, bajo presión cuando las exportaciones aportan menos que lo previsto. Por suerte, las inversiones extranjeras directas, redefinidas como otra alternativa, importante para el desarrollo de sectores fundamentales, han comenzado a despegar gradualmente.
En el 2017 Cuba acordó proyectos de inversión foránea con un capital comprometido de más de 2 300 millones de dólares, según informó el Ministerio de Comercio Exterior en la pasada Feria Internacional de La Habana –más de 4 000 millones desde que se aprobó en el 2014 la actual Ley de Inversión Extranjera.
Aunque el país requiere de mayor volumen de capital aún, el avance es estimulante. Las medidas adoptadas recientemente para dinamizar las negociaciones pueden rendir beneficio en próximos años
El provecho es más visible en sectores como el turismo. Una gran parte de los acuerdos con compañías extranjeras tiene como destino la construcción de hoteles y otras instalaciones turísticas, marinas y aeropuertos. El encanto de la naturaleza y la cultura cubana mantiene en plaza a casi 20 cadenas hoteleras internacionales de renombre.
Aunque crece la inversión de esas compañías, Cuba financia con recursos propios gran parte de las obras, incluido el desarrollo logístico imprescindible: acueductos, electricidad, vías de acceso a los cayos, aeropuertos y otras. Muchas de las cadenas extranjeras solo se alían mediante contratos de administración de hoteles, para garantizar después el acceso a mercados externos y aportar experiencia gerencial.
Otro desafío es construir todas esas obras en tiempo, una meta que reclama de las fuerzas constructoras cubanas mayor eficiencia y habilidades para levantar inmuebles con cánones de calidad internacional que se les vuelven esquivos a los albañiles del patio. Las demoras incrementan los costos de cualquier inversión y encarecen los intereses de los créditos adquiridos para financiarlas.
Pero el reto mayor, en mi opinión, es otro: desarrollar capacidades industriales y agropecuarias para garantizar los suministros de los proyectos turísticos desde que dan el primer paso. Si las instalaciones hoteleras crecen sin articular a la par encadenamientos productivos entre sectores diversos de la economía cubana, el beneficio de un turismo en expansión prácticamente se evaporaría, en importación de los múltiples bienes y servicios que demanda la industria del ocio. Varias de las inversiones extranjeras en la Zona Especial de Desarrollo Mariel y en otros sitios de la geografía cubana apuntan precisamente a la creación de fábricas que calcen la demanda del turismo, pero avanzan a menor velocidad que la construcción de hoteles.
Ni Trump ni las trabas para desalentar a los turistas son, en mi opinión, las amenazas mayores. Son transitorias. El nudo gordiano lo veo en la disciplina inversionista para cumplir los planes, en la eficiencia de las empresas constructoras y en la capacidad de otros sectores para abastecer una industria que se presentó alguna vez como locomotora de la economía cubana.

Las mentiras del Financial Times



Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo

Introducción

Las principales publicaciones financieras han engañado a sus suscriptores, políticos e inversores sobre las crisis emergentes y las derrotas militares lo que ha precipitado catastróficas pérdidas políticas y económicas.

El ejemplo más indignante de ello lo proporciona el Financial Times (FT), una publicación ampliamente leída por las élites financiera y empresarial.

En este artículo comenzaremos resumiendo la coyuntura general en la que se produce la transformación de FT, que ha pasado de ser un proveedor relativamente objetivo de información mundial a ser un propagador de guerras y de políticas económicas fallidas.

En la segunda parte del mismo, nos acercaremos a varios estudios de caso que ilustran sobre el giro espectacular sufrido por un periódico empresarial prudente convertido en feroz defensor de las actuaciones militares, que ha abandonado los análisis basados en la investigación de programas económicos para convertirse en ideólogo de la inversión especulativa mas nefasta.

El deterioro de calidad de sus reportajes se ve acompañado por la degradación del lenguaje. Los conceptos se distorsionan, se vacía a los significados de su sentido cognitivo y el vitriolo cubre crímenes y fechorías.

Concluiremos examinando cómo y por qué los análisis de los medios de comunicación “respetables” han afectado a los ciudadanos y a los inversores por sus consecuencias políticas y su influencia sobre los mercados.

Contexto político y económico

El declive del Financial Times no puede aislarse de las transformaciones políticas y económicas en las que de produce su publicación y circulación. El FT celebró la desaparición de la Unión Soviética, el saqueo de la economía rusa durante los años noventa y la declaración estadounidense de un mundo unipolar como un gran éxito de los “valores occidentales”. La anexión de la Europa oriental y de los estados bálticos y balcánicos por parte de EE.UU. y la UE provocó una enorme corrupción y el deterioro de las narrativas periodísticas.

FT acogió encantado las violaciones del acuerdo firmado por Reagan y Gorbachov y los avances de la OTAN hacia las fronteras rusas. La militarización de la política exterior estadounidense vino acompañada por la conversión de FT en un intérprete militar de lo que denominó “la transición a la democracia”.

El lenguaje de los reportajes del FT combinaba la retórica democrática con la aceptación de prácticas militares. Esto se convirtió en el sello distintivo de todas las futuras informaciones y editoriales. Las políticas militaristas del FT se extendieron de Europa a Oriente Próximo, el Cáucaso, África septentrional y los estados del Golfo. El otrora prestigioso diario se pasó a la prensa amarillista al considerar las invasiones militares y el derrocamiento de los adversarios políticos como “transición a la democracia” y creación de “sociedades abiertas”.

El apoyo unánime de las publicaciones liberales y de derechas al imperialismo occidental impedía cualquier comprensión de los enormes costes políticos y económicos resultantes.

Para protegerse de sus debilidades ideológicas más notorias, FT incluyó “cláusulas de seguro” que le cubrieran de posibles consecuencias autoritarias catastróficas. Aconsejarona los dirigentes políticos, por ejemplo, que promovieran intervenciones militares y, de paso, “transiciones democráticas”.

Cuando fue evidente que las intervenciones de EE.UU. y la OTAN no acababan bien, sino que eran el inicio de insurgencias prolongadas, o cuando los clientes occidentales se convertían en tiranos corruptos, el Financial Times se limitaba a aclarar que no era eso lo que proponían al hablar de “transición democrática”: esa no era su versión del “libre mercado y las elecciones libres”.

La militarización del Financial Times

La militarización del FT le llevó a acoger de buen grado una definición militarista de la realidad política. Los costes humanos y especialmente los económicos, la pérdida de mercados, de inversiones y de recursos quedaban subordinados al resultado militar de las “guerras contra el terrorismo” y al “autoritarismo ruso”.
Todos y cada uno de los reportajes y editoriales favorables a la intervención militar occidental en los últimos veinte años provocaron pérdidas económicas a gran escala y a largo plazo.

Financial Times apoyó la invasión de Estados Unidos a Irak que puso fin a importantes acuerdos petroleros multimillonarios (la campaña “petróleo por alimentos”) aprobados por el presidente Saddam Hussein. La subsiguiente ocupación estadounidense impidió un posterior renacimiento de la industria petrolera. El régimen clientelar nombrado por Estados Unidos expolió los gigantescos programas de reconstrucción (valorados en miles de millones de dólares) pagados por los contribuyentes de EE.UU. y la UE y privó a los iraquíes de sus necesidades más básicas.

Las milicias insurgentes, entre ellas la del Estado Islámico (ISIS), ganaron control sobre la mitad del país e impidieron la llegada de nuevas inversiones.

Estados Unidos y el FT respaldaron los resultados de elecciones amañadas organizadas por los regímenes clientelares occidentales y saquearon los ingresos procedentes del petróleo, provocando la ira de poblaciones carentes de electricidad, agua potable y otras necesidades básicas.

La guerra, ocupación y control de Iraq apoyados por FT fueron un desastre injustificable. El apoyo de FT a las invasiones de Afganistán, Libia, Siria y Yemen tuvo consecuencias similares.

Por ejemplo, el Financial Times propagó la historia de que los talibanes estaban proporcionando refugio a Bin Laden para su planificación del atentado terrorista del 11-S. En realidad, los dirigentes afganos ofrecieron entregar a Estados Unidos al sospechoso cuando se les proporcionaran pruebas de la acusación. Washington rechazó el ofrecimiento, invadió Kabul y FT se unió al coro que apoyaba la llamada “guerra contra el terror” que dio paso a una guerra inacabable que ha costado ya 1 billón de dólares.

Libia firmó un desarme y un acuerdo petrolero multimillonario con Estados Unidos en 2003. En 2011, Estados Unidos y sus aliados occidentales bombardearon Libia, asesinaron a Gadafi, destruyeron por completo la sociedad civil y socavaron los acuerdos petroleros de la UE y EE.UU. El FT respaldó la guerra pero denunció el resultado, recurriendo así a una artimaña que ya nos resulta familiar: la promoción de invasiones militares para luego, una vez realizadas, criticar el desastre económico causado.

En otro caso, el FT lideró la embestida mediática a favor de la guerra por delegación contra Siria: se ensañó contra su legítimo gobierno y alabó el trabajo de terroristas mercenarios, a los que denominaba “rebeldes” y “militantes”, un término cuestionable para operativos financiados por Estados Unidos y la UE.

Como resultado de las guerras occidentales en Libia, Afganistán Siria e Irak, millones de personas han huido de sus países para buscar asilo en Europa. FT denominó al holocausto imperial “los dilemas de Europa” y lamentó el ascenso de partidos contrarios a la inmigración, pero nunca asumió responsabilidad alguna por las guerras que han obligado a millones de personas a buscar refugio en Occidente.

Los columnistas del FT parlotean sobre los “valores occidentales” y critican a la “extrema derecha”, pero olvidan denunciar a Israel por la masacre cotidiana de palestinos. En vez de eso, los lectores reciben una dosis de artículos elogiosos y superficiales sin ninguna mención al poder de influencia sionista en la política exterior estadounidense.

Financial Times: Sanciones, complots y crisis: Rusia, China e Irán

El Financial Times, como todas las prestigiosas publicaciones propagandísticas, ha tenido un papel destacado en los conflictos de Estados Unidos con Rusia, China e Irán.

Durante años, los escribas de la cuadra de FT han descubierto (o inventado) múltiples “crisis” en la economía china, que siempre parecía al borde de la catastrofe. Sin embargo, durante todo ese tiempo la economía china creció a un ritmo cuatro veces superior a la de Estados Unidos; haciendo caso omiso de sus críticos, China se ha dedicado a construir un sistema de infraestructuras global en lugar de enfrascarse en múltiples guerras con el apoyo de periodistas belicistas.

Cuando China innova, FT prefiere dar la matraca con el robo tecnológico e ignorar el declive económico de Estados Unidos. Se jacta de escribir “sin miedo y sin sesgo”, lo que quiere decir que opta por servir voluntariamente a las potencias imperiales.

Cuando Estados Unidos sanciona a China, FT dice que Washington está corrigiendo sus políticas estatistas abusivas. Como China no instala bases militares en el extranjero para igualar las 800 que tiene EE.UU. en los cinco continentes, el FT ha inventado lo que denomina “colonialismo de la deuda”, aparentemente para describir los proyectos de infraestructuras a gran escala financiados por Pekín.

La lógica perversa del FT se hace extensiva a Rusia. Para encubrir el golpe de Estado en Ucrania, financiado por EE.UU., la publicación convirtió al movimiento separatista del Donbass en una apropiación de tierras rusa. Del mismo modo, una elección libre en Crimea se describe como una anexión del Kremlin. FT proporciona a los imperios occidentales en decadencia el lenguaje que necesitan.

Rusia, democrática e independiente, libre del pillaje occidental y de injerencias electorales extranjeras es catalogada como “autoritaria”; la seguridad social que sirve para reducir las desigualdades se desvaloriza como “populismo”... vinculado a la extrema derecha. Sin ninguna prueba ni verificación independiente, fabrica complots “putinescos” sobre venenos en Inglaterra y conspiraciones de Bashar el-Assad con gas venenoso en Siria.

Conclusión

El Financial Times ha optado por adoptar una línea editorial militarista que ha llevado a una serie de guerras económicamente desastrosas. El respaldo del FT a las sanciones ha costado a las compañías petroleras miles de millones de dólares, euros y libras. Dichas sanciones han destruido las redes globales.

El FT ha adoptado una postura ideológica que amenaza las cadenas de suministro entre Occidente, China, Irán y Rusia. El FT escribe en muchas lenguas pero ha omitido a sus lectores su responsabilidad parcial por los mercados que están bajo asedio.

No cabe duda de que es necesario replantearse el nombre y el propósito del Financial Times. Un periodista cercano a los editores sugiere que debería cambiar su nombre por el de “Military Times”, la voz de un imperio en decadencia.

El presente artículo puede reproducirse libremente siempre que se respete su integridad y se nombre a su autor, a su traductor y a Rebelión como fuente del mismo.

Salpicaduras de malas mañas y marañas