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jueves, 20 de diciembre de 2018

Balance Preliminar de la Cepal. Cuba 2018


La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ajustó su proyección de crecimiento para 2018 del 1,6% al 1,1% a causa del menor número de visitantes a la isla —vinculado a las restricciones de viaje impuestas por el Gobierno de los Estados Unidos a sus nacionales— y del efecto de los fenómenos meteorológicos sobre las actividades primarias. La proyección considera el importante estímulo fiscal, orientado principalmente a promover las exportaciones y sustituir las importaciones de alimentos, así como la inversión en infraestructura. El déficit del Estado se estima en aproximadamente un 11,5% del producto interno bruto (PIB), nivel significativamente mayor al ya considerable déficit de un 8,6% del PIB registrado en 2017. Como resultado del recrudecimiento del bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos, el deterioro de la situación económica de la República Bolivariana de Venezuela y el pobre desempeño de las actividades primarias, se anticipa un deterioro del balance del sector externo para 2018. Se prevé que la regulación de precios mantendrá la variación anual de los precios al consumidor en un nivel relativamente bajo (0,6% en 2017). A pesar de que a finales de 2017 se inició la suspensión temporal del otorgamiento de ciertas licencias para el trabajo por cuenta propia, la demanda del resto de las licencias disponibles habría mantenido la tendencia de crecimiento del empleo en el sector no estatal de la economía. 

El ensanchamiento del déficit fiscal refleja el incremento de cerca de 1,5 puntos del PIB en los gastos totales, al cual se suma una contracción de magnitud similar de los ingresos totales expresados como proporción del PIB. Basándose en el supuesto de un crecimiento del 4% en el deflactor implícito del PIB para 2018, se estima que la reducción de los ingresos reales reflejará sobre todo la caída real de aproximadamente un 7% en los ingresos no tributarios (3,7% en 2017), equivalentes a cerca de un 14% del PIB, los cuales se habrían visto afectados por una desaceleración en el rendimiento de la inversión estatal realizada por las empresas y el impacto de una menor demanda de servicios médicos externos. Los ingresos tributarios, equivalentes al 42,6% del PIB en 2017, crecerán cerca de un 0,5% real (4,5% en 2017). 

Por su parte, los gastos totales tendrían un crecimiento del 3,3% real (6,1% en 2017), impulsados principalmente por el crecimiento del 9,6% en los recursos destinados a actividades no presupuestarias (25% del PIB) y, en menor medida, por el incremento del 17,6% en el gasto y las transferencias de capital (5% del PIB). La prioridad asignada a actividades no presupuestarias refleja los esfuerzos del Gobierno de Cuba por promover las exportaciones y sustituir importaciones, con la finalidad de relajar la restricción impuesta al crecimiento por la disponibilidad de divisas. El gasto dedicado a actividades presupuestarias (equivalente a un 38,6% del PIB en 2017) se contraerá un 2,1% en términos reales. 

El déficit ha sido financiado colocando bonos en el sistema bancario nacional con un plazo de amortización de hasta 20 años y una tasa de interés nominal promedio del 2,5%. Cuba no publica cifras actualizadas con respecto del saldo de la deuda pública. 

De acuerdo con el Banco Central de Cuba, durante 2018 se ha observado una desaceleración en el crecimiento de los principales agregados monetarios. En 2017 el agregado M2 ampliado creció un 8,1% y alcanzó un 53,8% del PIB. Uno de los factores determinantes de dicha desaceleración ha sido la menor demanda de efectivo ante la pérdida de dinamismo de las actividades vinculadas al turismo, que exhiben altos niveles de participación de trabajadores por cuenta propia, quienes privilegian el uso de efectivo. Asimismo, la información disponible indica una desaceleración en la colocación de crédito para actividades productivas por parte del sistema bancario. 

Ante este panorama y la ausencia de presiones de demanda, en 2018 el Banco Central no ha realizado modificaciones ni a los requerimientos de encaje legal ni a las bandas de referencia para las tasas activas nominales. Con el fin de complementar los ajustes a la normativa referente a la inversión extranjera directa (IED), en octubre entraron en vigor diversas disposiciones sobre la participación de instituciones financieras e inversionistas extranjeros en el sistema financiero nacional, dirigidas a simplificar los trámites relativos a la aprobación y ejecución de proyectos de IED. 

En la evolución del sector externo ha incidido la dinámica de la actividad relacionada con el turismo. A septiembre de 2018 el número de visitantes se redujo cerca de un 3% interanual debido especialmente a la caída del 10% en el número de aquellos que vienen de los Estados Unidos. La reducción de visitantes se ha visto agravada porque han disminuido los que llegan por aire en relación con los que llegan en cruceros, ya que los primeros tienen un promedio de gastos y estancias mayores. Las exportaciones de otros servicios, sobre todo médicos, también han sido afectadas por una menor demanda. 

En 2018 las exportaciones de bienes sufrieron el impacto de fenómenos meteorológicos, como la tormenta tropical Alberto en mayo y el huracán Michael en octubre, y de la escasez de insumos. De particular relevancia son los efectos sobre la producción de azúcar y sus derivados, así como sobre la explotación de níquel. La situación del sector exportador ha sido parcialmente compensada por las iniciativas orientadas a restringir las importaciones, que han afectado particularmente la importación de bienes de capital. 

De acuerdo con cifras publicadas en octubre de 2018, en 2017 —y a pesar del impacto negativo del huracán Irma— la economía cubana habría crecido un 1,8% gracias al desempeño de los sectores vinculados al turismo y al esfuerzo de reconstrucción que se llevó a cabo hacia finales de año. En 2018 el ritmo de expansión se ha desacelerado. Ante el estancamiento del flujo de visitantes, la actividad de los sectores de comercio, comunicaciones y transportes, y hoteles y restaurantes ha perdido dinamismo. A lo anterior se suma la contracción de la producción azucarera como consecuencia del huracán Irma. Por el contrario, se habría observado un mayor dinamismo en el sector de la construcción, que tiene que ver con la reparación de los daños causados por los huracanes Irma y Matthew. No se cuenta con información actualizada sobre la evolución de los precios al consumidor; sin embargo, tomando en cuenta la pérdida de dinamismo de la actividad económica y la regulación de precios, no se anticipan presiones inflacionarias. 

En 2017 la tasa de participación laboral continuó mostrando una tendencia a la baja, impulsada por la dinámica demográfica y de migración, y se ubicó en un 63,4%. Si bien se observó una ligera reducción en la brecha de participación entre hombres y mujeres, esta sigue siendo superior a los 25 puntos porcentuales. La tasa de desocupación se redujo de un 2% en 2016 a un 1,7% en 2017, mientras que el salario medio nominal creció un 3,6% en 2017, lo que implica una importante desaceleración con respecto del 7,7% observado en 2016. En diciembre de 2018 entrarán en vigor las modificaciones a la normativa que regula las actividades por cuenta propia, sector que concentra aproximadamente a un 12% de los ocupados del país. Entre los cambios destaca el requerimiento de que las transacciones de las actividades por cuenta propia se realicen a través de cuentas bancarias. 

Para 2019 la CEPAL proyecta un crecimiento de la actividad económica similar al de 2018, de un 1,0%,impulsada por un mayor dinamismo de los sectores asociados al turismo, que será contrarrestada parcialmente por el retiro gradual del estímulo fiscal y por el efecto de los menores ingresos por concepto de exportación de servicios de salud.

El níquel comienza a brillar en región oriental de Cuba

La exportación de níquel se vio favorecida este año por mejores precios más que por un incremento de los volúmenes de producción.

DESPUÉS DEL CERO Redacción IPS Cuba 20 diciembre, 2018


La producción cubana de níquel y cobalto debe aportar mayores ingresos este año, a cuenta de mejores precios. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

Cuba cerrará el año con una producción superior a 50.000 toneladas de níquel y cobalto, como se había propuesto desde fecha temprana el grupo empresarial que extrae esos minerales. Beneficiado, además, por un buen año de precios en el mercado externo, ese sector envía una señal de aliento a la economía cubana, después de una temporada aciaga en años anteriores.

El director del Grupo Empresarial Cubaníquel, Eder Manuel Oliveros Garcel, confirmó hace unos pocos días que esa industria producirá más de 50.000 toneladas en 2018, cifra que había anticipado temprano en el año. Pero Oliveros reiteró también la necesidad de ampliar las inversiones para renovar maquinaria como principal reto de la industria ubicada en el emporio minero de Moa, provincia de Holguín, en el oriente del país.

En años previos, la producción había registrado volúmenes similares, pero se vio golpeada por una tendencia de precios desfavorable en el mercado internacional. En 2018, por el contrario, las cotizaciones se comportaron mejor.

El precio del níquel alcanzó este año una media anual de 13.200 dólares por tonelada, según la firma Thompson Reuters, mayor a la del año 2017, que fue de 10.408 dólares y la de 2016, calculada en 9.600 dólares, aunque lejos aún de la excelente temporada de 2007, cuando trepó a una media superior a 37.00 dólares por tonelada.

Sin embargo, después de registrar este año un pico de 15.747 dólares por tonelada en junio en la bolsa de Londres, el níquel ha vuelto a una tendencia a la baja. Hoy la tonelada se cotiza sobre 11.000 dólares.

De cualquier manera, el año ha sido satisfactorio para la industria de Moa. Después de la fuerte caída de 2015 a 2017, la recuperación de precios en 2018 debe haber favorecido un incremento de los ingresos cubanos por exportación de estos minerales en sus diversas presentaciones industriales: sínter de níquel más cobalto, óxido de Ni + Co y sulfuro de Ni + Co, los dos primeros a cargo de la empresa Comandante Ernesto Che Guevara y el tercero aportado por la empresa mixta MoaNíckel S.A. Pedro Soto Alba, propiedad de CubaNíquel y de la canadiense Sherritt International.


La industria minero-industrial de Moa emprendió este año la reposición de parte del equipamiento empleado en la extracción de mineral. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

La mejoría de los precios llegó en un año en que esta industria minera comenzó inversiones importantes para reponer parte del equipamiento minero y favorecer la extracción de minerales. Pero coincidió con el impacto negativo de fuertes lluvias meses atrás, en minas que son a cielo abierto.

El director de la Empresa Comandante Ernesto Che Guevara, Yovani Aldana Espinosa, insistió ante la prensa en que el restablecimiento de los caminos es prioridad aún, pues todavía evidencian daños por esas lluvias. Los trabajadores de esta industria construyen también tres grandes plazoletas para facilitar el depósito del mineral en época de precipitaciones.

Después del deterioro tecnológico acumulado, la fábrica Ernesto Che Guevara emprendió este año inversiones por unos 50 millones de pesos en el mantenimiento de puntos vitales de la industria: los hornos de reducción, el proceso de lixiviación y los sistemas captadores de polvo, para minimizar las pérdidas de mineral y la contaminación ambiental. Los obreros también han dado mantenimiento al generador número tres, el más moderno de esa planta.

El plan de producción de la fábrica Comandante Ernesto Che Guevara es de unas 19.000 toneladas.

El níquel constituye el primer producto en la lista de bienes exportados por Cuba desde hace años y el tercero detrás de los servicios profesionales y el turismo.(2018)

PEF 2019: entre continuidad y transformación

Por Alejandro Nadal, La Jornada

Hace tres décadas la economía mexicana inició su recorrido por la senda del neoliberalismo. Todos conocemos la premisa central: la trayectoria económica debía estar trazada por las fuerzas del mercado. El resultado ha sido un país marcado por los desequilibrios, la pobreza, una terrible fractura social y un saldo nefasto en materia de destrucción ambiental. Este es el país al que se enfrenta Andrés Manuel López Obrador.

En su primer proyecto de presupuesto (PEF), el nuevo gobierno comienza a enfrentar los retos que significan enderezar el rumbo económico. Se entiende que se busque tranquilizar los mercados, para lo cual el presupuesto esté diseñado para generar un superávit primario equivalente a uno por ciento del producto interno bruto (PIB) –el superávit primario se destina a cubrir cargas financieras. A pesar de un modesto aumento en el gasto programable, el presupuesto permite generar ese superávit primario porque la coyuntura así lo permite: mientras el precio de las gasolinas importadas ha disminuido, el margen del impuesto aumentó y eso permite acomodar el incremento en el gasto. Aunque el trámite por la Cámara de Diputados puede cambiar algunas cifras, en lo esencial es de esperar que se mantenga esta estructura.

Nadie tiene dudas sobre los dispendios y rubros ligados a la corrupción en los presupuestos de los años anteriores. Por lo mismo, es lógico que se puedan generar recursos eliminando desperdicio y cerrando las válvulas de la corrupción. Pero el presidente López Obrador se equivoca al pensar que hacer más eficiente el ejercicio del gasto equivale a establecer las bases de una transformación nacional. Aumentando la eficiencia, pero manteniendo la misma estrategia, no corregirá el rumbo equivocado. La posibilidad de escapar de la trayectoria neoliberal requiere mucho más que hacer más eficiente el manejo del gasto.

La economía mexicana se encuentra encasillada en un modelo excluyente del que no se podrá salir sin una estrategia bien diseñada. El nuevo presupuesto es una muestra de lo que hay que esperar en el sexenio. Desde luego, incrementar el gasto social es un acierto porque la exclusión y marginación ya son insoportables para la población. En los Criterios Generales de Política Económica del PEF se señala que el nuevo uso de los recursos públicos tiene como finalidad reducir las brechas y desigualdades económicas en nuestro país. Pero el gobierno no debe engañarse. El gasto social por sí solo no puede cambiar el actual estado de cosas en donde el índice de desigualdad es uno de los mayores del mundo y donde, según datos del Inegi, 57 por ciento de las personas que trabajan no les queda más remedio que hacerlo desde la informalidad.

El lanzamiento de programas de obra pública también es importante porque hay rezagos que revertir. Sin embargo, quedan muchas dudas sobre el tipo de obra pública que el nuevo gobierno quiere iniciar. Por ejemplo, el Tren Maya y todo lo que le acompaña es cuestionable y parece un resabio de aquella supuesta modernización sinónimo de abrir nuevas fronteras para la rentabilidad capitalista. Cuidado, el desarrollo social y económico del sureste no sólo no se garantiza con ese tipo de obras de infraestructura. Esos proyectos típicamente han estado plagados de todo tipo de problemas. Algo similar podemos afirmar del corredor en el Istmo de Tehuantepec. Los proyectos en los que grandes empresas serán los principales beneficiarios en el corto y largo plazos no son la respuesta a los retos económicos, sociales y ambientales en la región.

El presupuesto contiene un enorme desacierto en el renglón sobre ciencia y tecnología. Mientras en su campaña López Obrador prometió incrementar el gasto en investigación hasta alcanzar el nivel de uno por ciento del PIB, en el PEF se mantiene el nivel deprimido en ese rubro, mismo que no va a rebasar la cota de 0.5 por ciento del PIB. Lo peor es que la reducción en el presupuesto de ciencia y tecnología es el anuncio de que la política industrial no va a cambiar de rumbo. Por cierto, otra muy mala señal es que entre los 18 proyectos prioritarios del sector central no se cuenta con uno relacionado con la transición energética: es una de las más graves omisiones.

Particularmente negativo es el mensaje del recorte en el presupuesto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Esta institución es el corazón de la investigación científica en México y a pesar de haber sido castigada por los regímenes neoliberales ha mantenido un desempeño ejemplar en términos de formación de recursos humanos y de investigación científica. Reducir su presupuesto denota un descuido mayúsculo del nuevo Presidente y de su equipo. La UNAM es casi la única institución que el neoliberalismo no ha podido desfigurar o destruir. El nuevo gobierno debiera considerarla una pieza clave para la transformación que quiere poner en marcha.

En síntesis, el nuevo gobierno ha desaprovechado una oportunidad clave. Buscando conciliar la continuidad y el cambio, el presupuesto federal de egresos no transmite el mensaje de transformación nacional que se necesita.