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sábado, 30 de noviembre de 2019

Priorizan en Holguín el uso del biogás en la agricultura


Creado el Sábado, 30 Noviembre 2019 12:04 | Eileen Esther Molina Fernández
Producción de biogás
Holguín, 30 nov (ACN) Las principales potencialidades en la fabricación y uso del biogás como parte de la estrategia para ampliar el uso de las fuentes renovables de energía se incluyen entre las prioridades del sector de la agricultura en Holguín.
Jorge Balceira, investigador y profesor de la Universidad holguinera, precisó a la ACN que el uso de este gas constituye una alternativa para el aprovechamiento de los desechos generados por la cría de cerdos, la cual se ha incrementado progresivamente en el oriental territorio.
El especialista indicó que este tipo combustible, obtenido en las propias unidades agropecuarias, puede emplearse también en los sistemas de riego, la generación de energía eléctrica y fertilizante en los campos, aunque su mayor uso se destina hacia las unidades porcinas, además de contribuir a la protección del medioambiente.
En el oriental territorio existen varias experiencias en el uso de este componente con resultados alentadores, como los que obtiene el productor Eliades González Ochoa en la localidad de Aguas Claras, perteneciente al municipio cabecera, el cual provee de energía eléctrica a unas 14 viviendas en los alrededores de las áreas dedicadas a la masa porcina.
Alrededor de 700 plantas dedicadas a este fin existen en todo el país, ubicadas en criaderos estatales y particulares, una medida que contribuye también al cumplimiento de los Lineamientos aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, en 2011.

Citas de Contabilidad y Gestión Empresarial enriquecen modelo económico (+Fotos)

Creado el Sábado, 30 Noviembre 2019 13:57 | Fidel Rendón Matienzo | Fotos: Ariel LEY ROYERO

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La Habana, 30 nov (ACN) En espacios de reflexión y debate que aportaron ideas al perfeccionamiento del modelo económico y social cubano, devinieron, en esta capital, el XIII Encuentro Internacional de Contabilidad, Auditoría y Finanzas y el IV de Gestión y Dirección Empresarial, segun sus organizadores y delegados.
Ambas citas fueron clausuradas hoy en el Palacio de Convenciones de La Habana, tras cuatro intensas jornadas de conferencias, paneles y discusiones de unas 100 ponencias en comisiones, en las que participaron más de 600 profesionales de esas ciencias provenientes de 10 países.
La relatoría del evento, leída por el Doctor en Ciencias Francisco Borras, del comité organizador, destaca cuán enriquecedores fueron los intercambios sobre las tendencias actuales de la contabilidad, la auditoria y el control interno, el emprendimiento y la innovación, el desarrollo local y el sistema bancario y sus relaciones con los nuevos actores y los desafíos de la empresa exportadora, entre otros muchos temas.
En la sesión final Oscar Luis Hung Pentón, presidente de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba, reiteró el empeño de esta organización social de continuar acompañando a la Revolución en la búsqueda de soluciones a esos y otros asuntos vitales para la economía.
Como continuidad de los debates regionales en las ciencias afines, anunció la celebración, en 2020, del IV Congreso Internacional de Gestión Económica y Desarrollo, del 18 al 22 de mayo, y del II Encuentro Internacional: la economía en América Latina y el Caribe ante el nuevo entorno internacional, del 9 al 13 de noviembre, ambos en el Palacio de Convenciones.
Al hacer las conclusiones, Vladimir Regueiro Ale, viceministro de Finanzas y Precios, señaló que los temas a debate han revelado la necesidad de continuar estudiando, perfeccionando y aportando al desarrollo de la Contabilidad y las Finanzas de las empresas y unidades ejecutoras de gastos de los gobiernos en cada país, con sus características y particularidades.
En las discusiones, dijo el orador, han estado presentes las concepciones de los sistemas tributarios de las naciones, la lucha contra la evasión fiscal y las pautas de perfeccionamiento de los sistemas de control interno y la auditoría, desde diferentes puntos de vista.
Regueiro Ale subrayó que el modelo cubano ha apostado por el perfeccionamiento y desarrollo de la empresa estatal socialista, y en este propósito se centran los estudios actuales de los procesos de innovación, los cuales junto al vínculo con las universidades permitirán un resultado superior en esa meta.
El viceministro destacó que el carácter eminentemente social del presupuesto del Estado en Cuba hace que todos los métodos de innovación, en materia de finanzas públicas, tengan un seguimiento intencionado por la dirección del país, como respaldo a las principales conquistas en salud, educación, cultura y otras políticas.
El Dr.C. Francisco Borrás Atienzar, vicepresidente de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC), durante su intervención en la clausura del XIII Encuentro Internacional de Contabilidad, Auditoria y Finanzas, y el IV Encuentro Internacional de Gestión y Dirección Empresarial, en el Palacio de Convenciones, en La Habana, Cuba, el 30 de noviembre de 2019.
Oscar Hung Pentón (en el podio), presidente de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC), durante su intervención en la clausura del XIII Encuentro Internacional de Contabilidad, Auditoria y Finanzas, y el IV Encuentro Internacional de Gestión y Dirección Empresarial, en el Palacio de Convenciones, en La Habana, Cuba, el 30 de noviembre de 2019.
Asistentes a la clausura del XIII Encuentro Internacional de Contabilidad, Auditoria y Finanzas, y el IV Encuentro Internacional de Gestión y Dirección Empresarial, en el Palacio de Convenciones, en La Habana, Cuba, el 30 de noviembre de 2019.


Necesarias nuevas relaciones entre el colectivo laboral y el Estado*


Por Rafael Alhama Belamaric

De que la empresa estatal es el eslabón fundamental de la economía en nuestra sociedad no lo duda nadie, incluso como parte de la multiplicidad de formas de propiedad, ni tampoco que debe existir una combinación adecuada, armónica y oportuna de las decisiones, no como muchas veces se dice, entre las que se toman centralmente y las que se delegan a la empresa, entre otras. Se trata de una redistribución de funciones, las llamadas estatales y de empresa, en un proceso que debería alcanzar la “cooperación” necesaria de los diferentes niveles de dirección. Y cooperación significa eso, no preponderancia de unas sobre otras, ni imposiciones de unos y exclusión de otros, sino trabajo conjunto entre iguales. 

Pero el hecho cierto es que en la práctica, no se han alcanzado los significativos cambios, ni en las ideas, ni en las concepciones que trasciendan lo conocido, ni en su organización interna, ni en la gestión, que es todo menos integral, y mucho menos en las relaciones inter-empresariales, para no hablar de los “encadenamientos” y con instituciones y organismos. Los resultados económicos y productivos, excepciones aparte, muestran a las claras que debe haber cambios significativos y profundos.

Para que esto ocurra, efectivamente, hay que revisar las funciones, las atribuciones y facultades dadas a la empresa y a los niveles superiores de dirección hasta hoy, pero no es sólo eso. Porque ese es solo parte del problema. Pero eso no es coser y cantar, no se trata de cambiar unas por otras.

Está estrechamente vinculado a la propia concepción y arquitectura de la “empresa estatal”, como forma de propiedad social y forma de gestión, que ha enrumbado por caminos de desarrollo regresivo, desde hace tiempo, tal como muestran las experiencias históricas reales de transformación, precisamente por no haber desarrollado un concepto propio de la construcción del socialismo, más específicamente lo relacionado con la gestión de la empresa estatal, como es el de “productor asociado” o rol del productor directo en su función de dueño de los medios de producción.

De esta manera la empresa estatal se ha convertido en eslabón fundamental de la economía, con supuestos poderes y para responder a los intereses de la sociedad toda, que genera productos y servicios en función de sus necesidades, tratando de financiarse de forma eficiente, creando excedente que se aportan a la sociedad; y el ahorro generado de la gestión, también se aporta al Estado.

Sin entrar en otras cuestiones, más conceptuales, y de esencia, como es el caso de la “propiedad social” y sus diversas formas de gestión, tema aún por abrir el debate, y que está en la base de las transformaciones económicas y sociales por acometer en los momentos actuales, no puede dejar de mencionarse, que la visión, los objetivos, dirección, responsabilidad, las funciones, sean cuales fueran, dependen sin embargo, de las respuestas que se den a la “propiedad social”, y concretamente a la “empresa estatal”, en la que la esencia pasa inevitablemente, o debe ser, “un nuevo papel del productor directo”.

Una nueva dimensión del colectivo laboral, poco o nada tratado hasta ahora en las transformaciones de perfeccionamiento de la empresa estatal, que no fuera de manera formal y declaratoria, pero muchas veces no considerado como parte esencial del enfoque económico productivo, y que se encuentra en franco proceso de involución en los últimos veinte años.

De esta manera, desde una perspectiva puramente económica, si puede haberla, la empresa estatal se caracterizaría como una entidad autónoma de producción de bienes y servicios, en la que se integran de forma coordinada diversos medios productivos, bajo la dirección del “productor directo”. En este sentido la descentralización de funciones, en el contexto de nuestro desarrollo y el llamado capital humano acumulado, se impone. Pero, la separación no debe ser solo funcional, sino combinado a la descentralización vertical y horizontal, la administrativa, territorial, y también de políticas; y sobre todo de nuevas relaciones de dirección cooperada. Respecto a esto un destacado investigador nuestro Luís Marcelo Yera  opina:  “La descentralización real de funciones empresariales desde el aparato gubernamental a las empresas correspondientes del Estado, es no sólo la respuesta lógica a los problemas de organización que suscita el tamaño y el crecimiento, sino la vía para acercar las decisiones calificadas al lugar de la acción y para reducir eficientemente la dimensión del gobierno vinculado a la esfera productiva y a los servicios mercantiles”.

El objetivo, es la consecución de un resultado, y de un excedente a través de la satisfacción de las necesidades e intereses de la sociedad, pero expresadas a través del “mercado”, de manera que este no es la bestia  negra,  sino parte consustancial de la planificación. No se trata de primero y lo segundo, o antes uno y luego lo otro, sino de satisfacer las necesidades del mercado, como parte de la planificación, que se concreta en el ofrecimiento de productos y servicios de calidad que exige la sociedad, con la contraprestación de un precio.

Es impensable que todo ello pueda llevarse a cabo, con cambiar solamente más para arriba o más para abajo las funciones principales de la empresa, dejando intacto las relaciones externas de la empresa, y la arquitectura, no estructura solamente, como de los organismos ramales y rectores, y también de las relaciones internas sociales de producción; son cambios estructurales profundos, complicados y complejos, que pueden comenzar con el primero, pero si se busca integralidad, hay que empezar con un paquete completo armónico y oportuno.

¿Pero, qué nueva forma puede tomar esta empresa estatal?

Es la pregunta a responder, pero sea el perfeccionamiento de la existente, u otra forma en que se expresa la propiedad social, como pudiera ser el “arrendamiento”, desde el punto de vista jurídico sería una unidad patrimonial autónoma, en la que se integra un conjunto organizado de bienes, derechos y obligaciones, bajo la responsabilidad del colectivo. En consecuencia, hay responsabilidad por los resultados obtenidos, pero los intereses del colectivo varían, y se acercan al productor directo, al trabajador que gestiona la empresa,  que, bajo los principios de dirección cooperativa, tiene participación en el excedente, y en el ahorro.

 ¿Dónde radican las complicaciones y complejidades de la empresa estatal en la actualidad, dentro de todos los cambios económicos y sociales que deben producirse? pudiera decir que en buscar la “armonización” entre las funciones superiores y de empresa, para que no se produzcan choques, o contradicciones, que hagan nulos los esfuerzos por operativizar, y hacer más eficiente la empresa en su vida cotidiana, pero que a la vez haga válido el instrumental estratégico, que tanto se ha trabajado, pero sin los necesarios apoyos.

Sencillamente, hay que ponerse de acuerdo en que los llamados factores activos o las personas y los factores pasivos o bienes económicos, no se contrapongan. Si los primeros forman la dinámica de la empresa, dinámica que hoy día tiene poca, muy poca dinámica, y actúan sobre los factores pasivos, los primeros necesitan de todas las funciones y facultades que precisa la organización, para dirigir y gestionar eficientemente, acorde a la dinámica “del mercado”. Entonces se trata de dilucidar, ante todo, las funciones referidas a las personas, o el llamado capital humano, empezando por los reglamentos de la empresa, las relaciones de trabajo,  remuneración, beneficios obtenidos, además de calidad y precios del producto o servicio y, por supuesto, inversiones, entre otros.

Desde luego, la base  de los cambios a cometer al interior, y parte de esto es el nuevo funcionamiento con el levantamiento de las restricciones de todo tipo, y la propuesta de nuevas funciones, es la “socialización de la dirección de la empresa”. Es impensable que se sigan las estructuras organizativas actuales, ni las verticales, ni las llamadas planas, que han ido engordando en los últimos años, tanto o más que las tradicionales. Esto implica mayor responsabilidad del “productor directo”, con funciones que hoy se llevan a cabo por encima de él.

De manera que, la empresa estatal, en cualquiera de las formas de gestión que adopte, es decir perfeccionada como parte del sistema de propiedad social, debe asumir y dirigir básicamente el proceso de producción, o los servicios, aun cuando los organismos estatales regulen ciertos aspectos, para que los riesgos económicos, productivos o financieros en determinadas situaciones sean menores.

Pero, la gestión, gestión acordada planificada, diferente de la planificación centralizada, es más de la empresa, de su colectivo de trabajadores; su posición en el mercado y su competitividad, son responsabilidad del colectivo; el manejo de los fondos financieros y el aprovechamiento máximo de las capacidades instaladas, un patrimonio, es su responsabilidad; el trabajo especializado, y las llamadas funciones empresariales es responsabilidad de la empresa, su conocimiento y preparación adecuada acorde a las necesidades, lo que debe llevar al desarrollo de capacidades requeridas del personal, aparte las capacidades adquiridas básicas.

Las funciones principales, tampoco son tantas como para perderse, ni elaborar cientos de artículos de cómo llevarlo a cabo: es la gestión económica y financiera (contabilidad, finanzas, temas fiscales), la comercialización (mercado, ventas, marketing), la producción (diseño, calidad, organización) y los recursos humanos o el llamado capital humano, con toda la carga actual del tema laboral. Si esto se lleva a cabo sobre la base de la experiencia acumulada, y todo el bagaje teórico y conceptual que nuestros empresarios, técnicos y académicos tienen, se integra de manera coordinada, se puede decretar la defunción del modo de hacer de la empresa estatal actual.

Que esto implica relaciones sociales, económicas y organizativas diferentes, como también relaciones de propiedad y de gestión, diferentes de cómo están establecidos, es cierto. Pero es el único camino para perfeccionar el socialismo y su base económica, a partir de la socialización de los procesos de dirección, y la responsabilidad del colectivo laboral de la gestión; es la lógica del desarrollo de la construcción socialista.

Este tema tiene una amplia bibliografía, toda con origen en la ideología y base técnica y conceptual de autores de sociedades capitalistas desarrolladas en el último siglo y cuarto de tiempo, y profusión de bibliografía acrítica producida en los países ex –socialistas, sin una sola propuesta original conocida, y cuando más variaciones con mayor o menor alcance, pero con predominio casi total de conceptos que no llevan a nuevos desarrollos necesarios de las necesarias nuevas relaciones sociales de producción.

Profundizando en el tema, por el interés actual, guardando distancias en tiempo y espacio, se mostrarán varias citas, de uno de los manuales más utilizados en la década del cuarenta y cincuenta del siglo pasado.

La propiedad es un término jurídico, ante todo, y todos, en mayor o menor medida se refieren primero a ello. En general significa el derecho legal a una cosa, el derecho de poseer y disponer de una cosa. Aplicada a una empresa este término significa el derecho a la posesión del activo de una empresa, el derecho a determinar su política y el de recibir y disponer de los créditos 1.En este primer capítulo La Industria Norteamericana, se puede encontrar todo el cuerpo conceptual de la actividad económica, que pasa por un el control a mediados del siglo, hasta los tipos de propiedad.

En el mismo capítulo se dice: Como se verá, en el término “propiedad” queda incluido propiamente el dominio sobre la cosa que se posee. Sin embargo, desde el desarrollo de la sociedad anónima o corporación existe cierta tendencia a hablar de la separación de la propiedad y del dominio 2.

Se quiere decir con esto que, si bien todos los derechos de propiedad están en manos de los accionistas, las condiciones prácticas obligan a que la dirección de los asuntos de la sociedad pase a manos de sus funcionarios y directores….”.

Pero el origen de tales planteamientos, su desarrollo teórico y conceptual, hay que buscarlo en la década anterior, con un texto fundamental que al parecer ha influido hasta nuestros días, de Adolf Berle y Means Gardiner The Corporation and Private Property.

En el texto, Bethel en cuanto a controles, señala: Entre las cuestiones más importantes del presente se encuentra la de si el gobierno se limitará a fijar y hacer cumplir las reglas del juego o si continuará su expansión para hacerse cargo de las funciones de la dirección industrial y llegar hasta conducir, por cuenta propia, las empresas que eran de carácter privado 3 (como ocurre en los sistemas socialistas).

Es necesario recordar que en ese entonces se estaba viviendo aún una etapa marcada por la guerra en que el Estado intervino directamente en las empresas. Los vaivenes y discusiones en el capitalismo del papel del Estado no han cesado, y estas bases teóricas y conceptuales, sirvieron para el desarrollo de una profusa bibliografía a partir de los años 50 y 60 en el campo de la organización empresarial y desarrollo organizacional.

La cuestión de primer plano (…) es comprender claramente cómo se regula o controla hoy en día, a la empresa industrial. El control implica poder fijar los objetivos y la política directiva de las actividades económicas, y las relacionadas, hacer reglamentos y regulaciones que gobiernen las operaciones económicas y determinar cómo y a quién se deben distribuir los provechos o utilidades económicas 4.

Se continúa citando en la misma obra en cuanto a la relación gobierno-negocios como referencia histórica, aun cuando sea otro contexto.

El gobierno y los negocios, la política y la economía, se han encontrado siempre íntimamente asociados de hecho. En ciertos períodos de la historia la asociación ha sido tan íntima que ha parecido que la vida política y la económica se hallaban bajo el dominio de un solo grupo de personas. A veces, el grupo puramente político ha sido tan fuerte que ha dominado las actividades de los grupos económicos 5, en alusión evidente a la situación creada a raíz de la II Guerra Mundial en EEUU.

Al comienzo, el control lo ejercían los propietarios-directores, (…) con la aparición de la corporación, el control pasó a manos de directores profesionales, a sueldo, (…) el tercer cambio en el control queda señalado por la participación del gobierno a través de actividades económicas públicas, juntas, comisiones y reglamentos. El cuarto desarrollo, y el más reciente, ha sido la ascensión del trabajo organizado a una posición en la que influye poderosamente…6  Se refiriere a los sindicatos.

Hoy día, el control de las políticas, de las operaciones y del fruto de la producción se halla distribuido entre los propietarios y los directores de empresa, el trabajo organizado y el gobierno, acuerdos tripartitos que tuvo su auge posterior, y hoy cuestionado. Como resultado de sus poderes los tres han adquirido responsabilidad ante el pueblo en general en lo tocante al funcionamiento adecuado del sistema industrial 7.

Hasta aquí la historia, de la que se puede aprender mucho, sobre todo cuando se trata de hacer copias acríticas.

Se imponen entonces las preguntas iniciales, no sólo de si se trata realmente de “separación” de funciones estatales y empresariales, si eso es realmente posible, y preguntar a qué conduce, que es como plantear la separación propiedad-gestión en su estado o estadios originales, como se ve, pero que en nuestro caso no abarca toda la problemática de propiedad social y propiedad estatal, y si esta “distribución de funciones” responde a la necesidad actual de cambios profundos que es necesario desarrollar de la participación real de los trabajadores a nivel de toda la sociedad y de los colectivos laborales, de tal manera que se produzca una cooperación efectiva de los niveles de dirección existentes.

¿No sería más consecuente pensar en que la separación de funciones, que no es tal, hay que sustituirlo por una real gestión cooperada de la propiedad social de la empresa estatal, en que el Estado juega su papel y el colectivo laboral de la empresa juega su papel de actor activo, que rompa con la cadena burocrática de la administración burocrática estructurada y heredada en concepto y práctica de la sociedad de clases? De esta manera no se permitiría más plenamente el ejercicio de la propiedad social socialista, del “sistema de propiedad social”, de tal manera que “todo el pueblo” se materialice a través de la pertenencia, posesión, adquisición y uso, que es común a todas las formas de propiedad de los colectivos de trabajadores.

Tal es el caso de las funciones, que el Estado asumió, a partir de la historia y prácticas de la propiedad pública y empresa pública, y también la propiedad privada y empresa privada desarrollada en corporaciones, que con procesos de socialización de la producción comenzaron a hacer propuestas nuevas a partir de la década del treinta del siglo pasado.

De manera que si el problema o cuestión práctica a resolver es la superación del estado de cosas acerca de las funciones inherentes y excluyentes del Estado hacia la empresa-colectivos laborales, subrayado colectivos laborales, porque, en los Lineamientos Económicos y Sociales  solamente se habla de empresa en términos jurídicos y económicos, y no sociales, los planteamientos de “separación de funciones estatales y empresariales”, que implica una distribución de las funciones a partir de relaciones de “separación” y no de iguales, en la que la empresa, y no necesariamente el colectivo laboral, van a jugar un nuevo rol, con responsabilidades que hasta ahora no tenía, la mayoría, como es el caso de los expertos preguntados en una investigación realizada hace unos años, responderán positivamente, que es necesario para que la empresa pueda gestionar con mayor autonomía los recursos puestos a su disposición para alcanzar determinados objetivos y estrategias. Pero, no es suficiente para que la mayoría ejerza su función de dueños.

1 Bethel L.L. et al: Organización y Dirección Industrial.
2 Ídem.
3 Ídem.
4 Ídem.
5 Ídem.
6 Ídem.
7 Ídem.

*Tomado del libro “Breves reflexiones sobre actualidad económica y social” Editorial Ciencias Sociales 2013


Trump debería odiar el día de Acción de Gracias

PAUL KRUGMAN
30 NOV 2019 - 00:42 CET


El presidente de EE UU, Donald Trump, junto a un pavo, símbolo de Acción de Gracias LOREN ELLIOT REUTERS

Así que no les bastaba la imaginaria “guerra contra la Navidad”. Donald Trump y Fox News acusan ahora a los progresistas de librar también una guerra contra el día de Acción de Gracias, basándose en... pues bueno, en nada. ¿Pero entienden Trump y su panda de intolerantes siquiera de qué va Acción de Gracias? Si lo hicieran, odiarían esta fiesta, una de las más estadounidenses.

Al fin y al cabo, los peregrinos eran refugiados que huían de la persecución de la monarquía inglesa, que en aquel tiempo era todavía un régimen autocrático. Eran, en otras palabras, exactamente la clase de gente a la que Trump y compañía quieren prohibirle la entrada.

Es más, el retrato tradicional de la primera Acción de Gracias es un momento de tolerancia racial y multiculturalismo: inmigrantes europeos compartiendo un festín con nativos americanos. Ese momento no duró: buena parte de la población nativa de Nueva Inglaterra fue eliminada a lo largo de las siguientes décadas. Y es muy posible que ese desenlace fuese inevitable. Pero seguimos celebrando el relato de un encuentro amable entre razas y culturas.

Acción de Gracias se convirtió en fiesta oficial gracias a una proclamación firmada en 1863 por Abraham Lincoln. La firmó pocos meses después de rubricar la Proclamación de Emancipación y solo unas semanas antes de pronunciar el discurso de Gettysburg, en el que declaró que Estados Unidos es una nación dedicada a la idea de que todos los hombres han nacido iguales. De modo que la Acción de Gracias que ahora celebramos también conmemora la lucha contra la esclavitud.

Tranquiliza saber que, salvo los intolerantes, el resto del país parezca comprometido con una sociedad abierta

Por último, Acción de Gracias es enteramente aconfesional. La proclamación de Lincoln daba gracias al Dios Todopoderoso, pero se mostraba vaga respecto a la naturaleza del Todopoderoso. No hay nada en la fiesta que la reserve a los fieles de una religión en particular, o de hecho, a una religión oficial, y está abierta a todas las culturas. The New York Times informaba hace poco sobre la creciente popularidad del pavo de Acción de Gracias preparado al estilo del pato asado chino; nada más fiel al espíritu de la fiesta.

Acción de Gracias es, en resumen, una fiesta verdaderamente estadounidense. No solo es específica de nuestro país, sino que es también una celebración de los valores que de hecho hacen grande a Estados Unidos: la apertura a personas con apariencia y formas de actuar distintas, la tolerancia religiosa, la simpatía hacia los perseguidos, la creencia en la igualdad humana.

Cierto que con demasiada frecuencia solo honramos estos valores de boquilla; en la historia del país ha habido muchos capítulos oscuros. Pero siempre nos las hemos apañado para salir de la oscuridad. A veces esa salida nos ha llevado muchas generaciones; la era de Jim Crow en el Sur duró casi un siglo, y ni siquiera hoy ha desaparecido por completo. Así y todo, una y otra vez, desde los abolicionistas hasta el movimiento por los derechos civiles, pasando por el sufragio femenino y los derechos LGTBI, los ideales de Estados Unidos han acabado por prevalecer, y hemos vuelto a los valores fundamentales de nuestra nación.

Atravesamos ahora uno de esos capítulos oscuros. Trump y compañía son, sin duda, nacionalistas blancos cuyos valores se asemejan mucho más a los de los autoritarios europeos de sangre y tierra que a la tradición estadounidense. Y todo el Partido Republicano parece dispuesto a respaldar a Trump, por mucho que este traicione por completo no solo los valores sino también los intereses estadounidenses.

Es más, tampoco hay ninguna garantía de que salgamos de este capítulo oscuro como la nación que éramos. Es verdad que Trump es un presidente inusualmente impopular; pero su tasa de aprobación, que ronda el 40% o un poco más, es en todo caso más alta que la que registraba Viktor Orban mientras desmantelaba la democracia húngara. Y Trump, al igual que los nacionalistas blancos europeos, hace lo posible por eliminar las barreras que supuestamente debían limitar el abuso de poder, al tiempo que deslegitima cualquier oposición.

Pero, aunque un número alarmante de estadounidenses parece satisfecho con este programa autoritario y esta aceptación de la intolerancia, tranquiliza que el resto del país parezca comprometido con una sociedad abierta.

Los esfuerzos de Trump por extender el miedo a las personas de tez oscura parecen haberse vuelto de hecho contra él: la creencia popular de que los inmigrantes realizan una aportación positiva a Estados Unidos se encuentra en el punto más alto desde hace décadas.

Asimismo, aunque Trump pueda tener tantos partidarios como los cada vez más numerosos autócratas extranjeros, afronta una resistencia mucho más decidida. La oposición a la Fidesz en Hungría o al Partido de la Ley y la Justicia en Polonia parece desmoralizada y desorganizada desde el comienzo; la oposición a Trump ha sido, en conjunto, animosa y cohesiva. Y esto no se debe solo a las personalidades; por impresionantes que sean Nancy Pelosi y Adam Schiff, tanto la victoria demócrata en las elecciones de mitad de mandato como la eficacia del proceso de destitución reflejan en última instancia la determinación con la que muchos estadounidenses de a pie sostienen nuestros valores fundamentales.

Dicho esto, bien podríamos perderlo todo. Pero también era así cuando Lincoln convirtió el día de Acción de Gracias en fiesta nacional. Mientras él celebraba las virtudes de Estados Unidos, el país seguía en el abismo de la guerra civil, y a pesar de Gettysburg y Vicksburg, la victoria de la Unión no estaba ni mucho menos garantizada. La cuestión es que Acción de Gracias no es la celebración de un triunfo nacional; es la celebración de los mejores ángeles de la naturaleza estadounidense. Por eso es una fiesta que los verdaderos patriotas, que creen en los valores fundacionales de nuestra nación, deberían amar, y que gente como Trump y sus seguidores deberían odiar.

Paul Krugman es premio Nobel de Economía

© The New York Times, 2019

Traducción de News Clips

Crítica a Thomas Piketty, ¿incremento de desigualdades o de explotación?

Por Vicenç Navarro, Público

El aumento de las desigualdades de renta y de propiedad ha sido tan grande en la mayoría de países del mundo capitalista desarrollado que ha llamado la atención de los mayores fórums y medios de comunicación en tales países, así como en las instituciones internacionales. En realidad, el tema de las “desigualdades” se ha convertido casi en un tema de moda. Desde el Foro de Davos (el Vaticano del pensamiento neoliberal) hasta el Foro Social Mundial, todos hablan del tema de desigualdades.

Pero lo que es interesante (y diría yo también intrigante) es que apenas se habla de otro término (o concepto) que está claramente relacionado con el tema de desigualdades. Y me refiero al término (y concepto) de explotación , raramente citado y todavía menos analizado, por ser considerado demasiado polémico. Los datos, sin embargo, muestran que es casi imposible entender la enorme evolución de las desigualdades hoy en el mundo capitalista desarrollado sin hablar de explotación.

Qué es explotación

En realidad, el concepto explotación es muy fácil de definir: A explota a B cuando A vive mejor a costa de que B viva peor. Y A y B pueden ser clases sociales, géneros, razas, naciones o ambientes. Me explico: cuando a un trabajador se le paga menos de lo que contribuye con su producto o servicio a fin de que su empleador (el empresario) pueda aumentar más sus beneficios, hablamos de explotación de clase. Cuando una pareja (hombre y mujer) que viven juntos y trabajan los dos, llegan a casa al mismo tiempo y la mujer se va directamente a la cocina a preparar la cena para los dos mientras el marido se sienta a ver la televisión, hablamos de explotación de género. Cuando a un ciudadano negro se le paga menos que a un blanco por hacer el mismo trabajo, entonces indicamos que hay explotación de raza. Cuando un Estado–nación impone a otro más pobre las condiciones del comercio internacional que le favorecen, a costa de los intereses de esa nación pobre, hay explotación de nación. Y cuando la compañía Volkswagen era consciente del daño causado por sus automóviles, contaminando más de lo legalmente permitido, beneficiándose a costa de dañar la salud de la población, había un caso de explotación del medio ambiente por parte de dicha empresa, a costa de la salud de la población.

El crecimiento de las desigualdades de clase causado por un aumento de la explotación

Pues bien, una de las desigualdades más acentuadas y que han aumentado más sustancialmente desde los años ochenta del pasado siglo han sido las desigualdades por clase social, y ello se debe al aumento de la explotación de clase, que explica en gran medida la evolución de estas desigualdades de clase, las cuales, a su vez, afectan a otros tipos de desigualdades (como las desigualdades de género originadas por otros tipos de explotación, como mostraré más adelante). La explotación de clase centra la dinámica de las sociedades capitalistas hasta tal punto que no se pueden entender la génesis ni el desarrollo de la Gran Depresión o de la Gran Recesión en el mundo capitalista desarrollado sin analizar la evolución de tal explotación. Incluso un economista keynesiano como Paul Krugman ha reconocido últimamente esta realidad, señalando que el economista que explicó mejor la evolución de los ciclos económicos fue Michal Kalecki (que influenció a Keynes), que puso la explotación de clase y el conflicto generado por tal explotación en el centro de su análisis. Thomas Piketty, en su último libro Capital e ideología así también lo reconoce, aludiendo a la famosa cita de Karl Marx: “La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases”.

La explotación de clase durante la Gran Recesión

Esta observación se aplica claramente a España (incluyendo Catalunya), uno de los países de la UE con mayores desigualdades por clase social. Las rentas del trabajo han ido disminuyendo en España (incluyendo Catalunya), mientras las rentas del capital han ido aumentando, siendo el ascenso de estas últimas a costa del descenso de las primeras. En España (incluyendo Catalunya) el conflicto de banderas (la borbónica por un lado y la estelada independentista por el otro) durante los años de la Gran Recesión ha ocultado esta realidad. La enorme crisis de legitimidad del Estado se basa precisamente en esta realidad.

Uno de los elementos de estabilidad del sistema capitalista, que era la ideología de la meritocracia (que asumía que el mérito era el motor que definía la jerarquía social), ha perdido toda su credibilidad y capacidad cohesionadora, pues pocos se la creen. Y ahí está el problema para la reproducción del régimen político actual. Esta realidad muestra el poder de las ideologías en la configuración de las desigualdades, como concluye, con razón, Piketty en el libro anteriormente citado, Capital e ideología. Ahora bien, el gran error de Piketty es que concede excesiva autonomía a las ideologías, sin apercibirse de que las que él cita han sido creadas y promovidas para satisfacer los intereses de las clases que las originan. Piketty reconoce que Karl Marx llevaba razón (cuando ponía la lucha de clases en el centro de la explicación), pero añade inmediatamente después que hoy la lucha no es entre clases, sino entre ideologías. Por lo visto, Piketty no se da cuenta de que, como acabo de decir, las ideologías son sostenidas y promovidas como instrumentos del poder de clase. La meritocracia era una ideología promovida por los que estaban en la cúspide del poder, para justificar su derecho a dominar. Y el neoliberalismo ha sido la ideología de la clase capitalista dominante, como bien muestran los datos sobre la evolución de las rentas y su enorme concentración, lo cual ha ocurrido a costa de la clase trabajadora, cuyo nivel de vida ha ido empeorando. La evidencia de ello es clara y contundente (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015).

Naturalmente tales ideologías (de clase) no son las únicas, pues cada tipo de explotación genera diferentes ideologías. La explotación de género se sostiene gracias a la existencia de ideologías que reproducen tal explotación. Pero todas ellas están también influenciadas por las ideologías encaminadas a reproducir el dominio de clase. Hay muchos ejemplos de ello. Como ha escrito Rosalind Gill en su libro Cultura y subjetividad en tiempos neoliberales y posfeministas, el neoliberalismo (la ideología de la clase capitalista) influenció la expansión del erotismo en la moda femenina, a fin de empoderar a la mujer para competir en el mundo dominado por el hombre en términos que reproducían también el dominio del machismo, que veía a la mujer como objeto de deseo del hombre. Lo que la mujer (liberal) creía que era la libre expresión de su voluntad era, en realidad, la reafirmación de su opresión, presentándola como objeto de deseo.

Una situación semejante se da en las ideologías basadas en la explotación de raza (y de clase). El racismo ha jugado un papel clave en desempoderar al mundo del trabajo, dividiéndolo por raza. Es de sobra conocido que el racismo juega un papel clave en la desunión de la clase trabajadora, causa de que sea ampliamente promovido por la clase dominante. Como bien dijo Martin Luther King una semana antes de ser asesinado, “la lucha central en EEUU que afecta a todas las demás es la lucha de clases”. Lo dicho anteriormente no es, como algunos estarán tentados de pensar, reduccionismo de clase, sino intentar recuperar y resaltar la importancia de la clase social como variable de poder en el análisis de la realidad, y no solo a nivel económico, algo que raramente se hace no solo en los medios, sino también en los análisis académicos.

La explotación requiere dominio, hegemonía y represión por parte de los explotadores

Y estas ideologías se sustentan a base también de una enorme represión. Basta ver qué está ocurriendo en varios países de Latinoamérica hoy. De ahí que considere enormemente ingenua la observación que hace Piketty en su crítica a Marx. Dice Piketty: “A diferencia de la lucha de clases, la lucha de ideologías está basada en el conocimiento y las experiencias compartidas, en el respeto al otro, en la deliberación y en la democracia.” Tengo que admitir que tuve que leer este párrafo dos veces. Mis muchos años de experiencia y conocimiento de la realidad en los varios países en los que he vivido y he trabajado muestran que no es así. Piketty idealiza el sistema democrático. La prueba de ello es que el siglo XXI se está caracterizando por las enormes agitaciones sociales frente a las consecuencias de la aplicación de las políticas de clase impuestas por los grupos dominantes.

Hoy la gran mayoría de países a los dos lados del Atlántico Norte están experimentando una enorme crisis de legitimidad de sus Estados, resultado en gran parte de la aplicación de las políticas públicas neoliberales impuestas por los partidos gobernantes, incluidos los partidos socialdemócratas cuyo compromiso y aplicación de políticas públicas del mismo signo han generado su enorme colapso e incluso desaparición, como ha sido el caso del partido socialista en Francia, país donde reside Thomas Piketty. El surgimiento de la ultraderecha en Europa y el Gobierno de ultraderecha que gobierna EEUU son un indicador de tal crisis. Me parece incoherente que a la luz de estas realidades Piketty concluya que los sistemas políticos actuales responden a la idealizada versión que caracteriza su definición de ellos. Hoy estamos viendo el fin de una etapa en la que el poder de las clases dominantes ha alcanzado un nivel tal que la propia supervivencia de los sistemas democráticos está en juego. La escasa atención que Piketty presta al contexto político del fenómeno económico (que es casi característica de los estudios económicos actuales) empobrece su análisis, pues hace poco creíble que las propuestas que hace puedan considerarse como factibles sin que exista un cambio más sustancial de lo que él considera.

Respecto a sus propuestas, admito reservas en cuanto al hecho de que la solución pase por gravar a las rentas superiores y a la clase de propietarios del capital y que se distribuya la renta a cada uno de los ciudadanos. Ya he expresado mis reservas en cuanto a priorizar una renta universal a costa de un cambio más significativo, que es utilizar los fondos adquiridos gravando al capital y las rentas superiores para crear una sociedad en la que cada uno contribuya según sus habilidades y los recursos se distribuyan según sus necesidades . Habiendo dicho esto, no quiero desalentar al lector a que lea el libro de Thomas Piketty, que como siempre tiene información de gran interés.


viernes, 29 de noviembre de 2019

Modelo económico cubano: próspero, sostenible, ¿posible?

      Temas 
El papel del mercado y la planificación, retos y posibilidades en el sector estatal y no estatal de la economía, cómo eliminar las trabas que influyen en la instrumentación del modelo económico cubano, fueron los ejes conductores del debate en el espacio Último Jueves, de la Revista Temas, desarrollado en su sede habitual, el Centro Cultural Fresa y Chocolate.
¿Qué es el modelo económico cubano? ¿Si es mixto, qué carácter tiene esa composición?, constituyen algunas de las interrogantes que ayudaron a hilvanar un análisis conducido por Rafael Hernández, director de la publicación, que este año celebra su 25 onomástico.
El asesor del Ministerio de Economía y Planificación, Lázaro Toirac, abrió el debate con un análisis del contexto en que se produjo la actualización del modelo económico cubano, en el cual las relaciones sociales de producción no concordaban con el desarrollo de las fuerzas productivas, y no se correspondían con la estructura y el potencial de la economía cubana.
“Había que abrir un espacio a otras formas de gestión y de propiedad. El Estado no era capaz de asumir todas las esferas de la economía”.
En lo social, el modelo no renuncia a los objetivos desde el Triunfo de la Revolución, pero en lo económico había que hacer reformulaciones, afirmó Toirac.
Raúl Cruz, economista del Ministerio de Industrias, subrayó que se trata de un modelo mixto, que es la suma del ADN de otros modelos. El modelo que tenemos tiene su base, por ejemplo, en el Programa del Moncada, ejemplificó. No obstante, hoy el elemento principal es la planificación, y el principal reto –más allá de dónde queremos llegar- el cómo hacerlo.  “Veo los modelos como una red y los mecanismos como los hilos. Si no tejemos correctamente esos hilos el modelo tendrá huecos”, señaló.
El investigador Ricardo Torres, del Centro de Estudios de la Economía Cubana, destacó que el anterior modelo preponderaba la planificación central tradicional, estilo soviético, y la actualizaciónle asigna un peso relativo mayor a otras formas como la propiedad privada, cooperativa y la propiedad mixta.
¿En qué medida esa combinación nos permitirá resolver problema de innovación, competitividad, transformación productiva?, cuestionó. “Ese es el arte de crear el modelo, que no puede crearse en un buró, si se quiere que responda a las necesidades de la sociedad cubana en el siglo XXI”, insistió.
A su juicio, tenemos que superar los enfoques deterministas sobre el papel que tiene cada actor en el modelo. Pareciera que existe una fe ciega en los instrumentos administrativos: Queríamos separar las funciones estatales de las empresariales y creamos las OSDE, que sostienen un nivel de burocracia enorme para un país económicamente deprimido.
Foto: Willy Pedroso/Temas

Desafíos y potencialidades

El Doctor en Ciencias Económicas, José Luis Rodríguez catalogó al modelo como “sistema de dirección”, con un componente central que es la planificación, uno de gestión y otro de control, pero en el que prevalece este último, “y ahí radica un problema, en el sobrepeso del control, por encima de la planificación y la gestión”.
Se reconoce el mercado pero no se quiere reconocer q el mercado tiene sus leyes. Se pretende regular el mercado administrativamente, y eso no es posible así, dijo el economista.
En representación de los emprendedores cubanos, Marta Deus, al frente de la consultoría de negocios Negolutions, abordó que los cuentapropistas cubanos encuentran limitaciones hoy en las licencias “que no responden a las necesidades del sector no estatal”; la escasez de servicios profesionales; el acceso a la materia prima, que no se puede importar con carácter comercial. “Son varios los factores que hacen que ese sector no haya crecido al nivel que se esperaba”.
“Nos golpea el tema de la dualidad monetaria, no se puede importar con carácter comercial, la licencia se limita a un servicio... Con más apertura, me imagino un sector privado con más capacidad para brindar servicios, y con mayor calidad...”, apuntó Deus.
Ariel Terrero, director del Instituto Internacional José Martí, y periodista especializado en temas económicos, dijo que en el escenario económico cubano siempre han coexistido formas de propiedad diferentes. Quizá el cambio más importante del modelo económico, en ese sentido, no es tanto en el crecimiento de esos actores, si no la apuesta a una interrelación entre ellos.
“En los años 90 estas formas andaban cada uno por su lado, de manera dispersa. La intención de cambiar eso es una de las transformaciones más serias de las que se ha hablado. Se busca una interrelación diferente de esos privados y cooperativas con las formas estatales, alianza que plantea una serie de desafíos, que pueden frenarlas o hacerlas avanzar”.
A propósito, Lázaro Toirac abordó las implicaciones que tiene para la economía la dualidad monetaria y las distorsiones que provoca para la empresa estatal. Aunque no es suficiente, el ordenamiento monetario y cambiario es fundamental. “Hay consenso en que todos los agentes económicos, independientemente de la forma de propiedad, tienen que integrarse. La empresa estatal no compite en igualdad de condiciones”, advirtió.
Y la planificación centralizada debe existir, afirmó, pero como la posibilidad que tiene el Estado, con independencia de los actores económicos que forman su entramado empresarial, de conducir el desarrollo del país.
Ariel Terrero consideró que no puede decirse que la empresa estatal socialista es ineficiente de manera absoluta. Hay empresas estatales que trabajan con eficiencia, con excelentes resultados, con tantas trabas y dificultades. “¿Qué pasaría si mañana les creamos las condiciones que hoy no tienen?”, preguntó.
Foto: Willy Pedroso/Temas
Otro de los desafíos a los que se enfrenta la aplicación del modelo fue abordada por José Luis Rodríguez, al afirmar que no puede intentar regularse el mercado administrativamente, ponerle límites al trabajo por cuenta propia. Si no hay una comprensión de qué es el mercado y cómo se puede regular económicamente -y no administrativamente- no se puede caminar.
No obstante, a ello se suma otro elemento, y es las condiciones en que opera la economía cubana. No puede hablarse de relaciones de mercado cuando tenemos un bloqueo enfrente. “No se trata del mercado que busca traer un producto porque es mejor allí. Ello ha llevado a un crecimiento de los inventarios, porque se compra no en función de la necesidad, sino de la oportunidad, e institucionalmente tenemos trabas muy serias”.
Entre las intervenciones del auditorio estuvo la del líder del proyecto privado AUGE, dedicado al desarrollo de negocios, Oniel Díaz, para quien las dificultades a las que se enfrentan las empresas estatales y el sector no estatal de la economía, son similares: marco legal, limitaciones para el comercio exterior, acceso a un mercado mayorista, burocracia…
Sobre este último obstáculo, el economista Juan Triana dijo que hay exceso de burocracia en el sistema de dirección. Agregó que el sector privado ofrece mayores oportunidades al capital humano, que es la riqueza mayor que tiene Cuba. Y nada tienen que ver los proyectos de vida de los jóvenes de hoy a los de hace algunos años, refirió, algo a lo que debe dársele importancia. “Una economía tiene que ser planificada, no se alcanza el desarrollo sin planificación, pero tenemos que cambiar el concepto. Tenemos que entender que el mercado tiene sus leyes”.
En tanto, el economista Armando Nova dijo que hay al menos tres aspectos que el modelo debe resolver: la realización de la propiedad de todas las formas productivas; lograr la complementariedad necesaria entre planificación y mercado, sin dejar de tener presentes los aspectos sociales; así como el necesario enfoque sistémico de la economía.
El investigador Ramón García afirmó que detrás del modelo hay una concepción del desarrollo, un proyecto país y una experiencia histórica, y que la clave está en lograr el equilibrio entre el Estado y el mercado. “Apuesto por un estado servidor y un mercado facilitador del proceso”.
“¿Quién es el protagonista?”, debe ser la comunidad. Hablo de comunizar la economía, dotarla de anclajes. La co-gestión obrera de las empresas del Estado y la autogestión comunitaria de los municipios, pueden ser las claves de ese modelo”.
Los investigadores Humberto Pérez y Rafael Betancourt coincidieron en que debe retomarse por periodistas, organismos decisores y dirigentes el análisis de la conceptualización. “Pensar como país tenemos que hacerlo a partir de un programa de acción que es la conceptualización”, añadió el primero. 
La economista Tania García, por su parte, afirmó que hay que producir un sinceramiento del análisis de la economía cubana y controlar el triunfalismo empedernido, además de dar estabilidad y seguridad a las políticas, necesidad imperiosa del modelo.
Las conclusiones de los panelistas apuntaron a la necesidad de dotar de una mayor comprensión el marco legal que sustenta la actividad del sector no estatal de la economía; un sector que padece “una hipertrofia legislativa”, a la vez que se precisa “apretar el acelerador de los cambios”, si se quiere alcanzar el desarrollo esperado.

Nueva resolución de Etecsa para la telefonía básica residencial

Foto: Joyme Cuan
En los últimos años, a pesar de la situación económica del país, la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (Etecsa) ha destinado recursos para el incremento de los servicios de la telefonía básica fija hasta alcanzar en estos momentos la cifra de 1,2 millones de líneas residenciales.
Este servicio, considerado por los propios especialistas de la entidad como una de las mayores insatisfacciones de la población, sufrió modificaciones establecidas en la Resolución 176 de 2019 del Ministro de Comunicaciones, con el objetivo de beneficiar a un sector mayor de la población.
Publicada en la Gaceta Oficial Extraordinaria No. 26 del 11 de noviembre, esta Resolución establece los principios generales a tener en cuenta por Etecsa en la elaboración de los contratos correspondientes al servicio telefónico básico, que se presta a personas naturales, derogando la No. 82 de 2012, que puso en vigor el contrato del servicio de telefonía básica a la población.
NECESIDAD DE UNA MEDIDA
Ante la necesidad de explicar mejor a la población sobre un tema tan sensible, Adalys Montiel Creach, directora adjunta de la División de servicios fijos, explicó en conferencia de prensa este jueves que en el proceso de instalación del servicio de la telefonía fija, Etecsa, de conjunto con los órganos locales, ha coordinado para ubicarlos en los lugares donde la población más los necesita.
Sin embargo, agregó, inmediatamente después de ser otorgados los servicios, una parte significativa de los clientes solicitan el traslado, fundamentalmente hacia lugares donde no existen capacidades técnicas disponibles, por lo que la entidad ha tenido que destinar alrededor del 60 % de los recursos de inversiones previstos para el incremento de nuevos servicios, a la instalación de más de 30 000 traslados cada año, y casi 17 000 quedan pendientes por no disponer de capacidades técnicas, con lo cual se desaprovechan los recursos instalados, disminuyendo las líneas en servicio y, por supuesto, alargando la recuperación de esa inversión y el incremento de las insatisfacciones de la población.
Otro punto a considerar por la entidad fue que en el caso de la flexibilización de las regulaciones de la vivienda y la autorización de la compra-venta de estas, se motivó un incremento considerable de las ilegalidades y litigios asociados al servicio telefónico, así como de las solicitudes de traslado de las líneas residenciales, que se incrementaron de un 2 a un 6 %.
Las nuevas modificaciones, que se implementarán a partir del 8 de enero de 2020, tienen el propósito de dirigir los recursos técnicos y las inversiones a la ampliación de más servicios para la población y de aprovechar las capacidades instaladas y convertirlos en nuevos servicios.
TRASLADOS, CESIÓN Y TRANSMISIÓN DEL SERVICIO DE TELEFONÍA FIJA
La nueva normativa establece una diferenciación entre los clientes anteriores a esta Resolución 176 y los nuevos servicios que se contratarán después de la fecha de entrada en vigor de la disposición, radicada fundamentalmente en el traslado en las condiciones de cesión del servicio y la transmisión, explicó Montiel Creach.
La nueva resolución establece que los actuales clientes, cuyo contrato ha sido suscrito anteriormente a la aplicación de esta normativa, continuarán con el derecho a solicitar la continuidad del servicio en su nuevo domicilio legal, mientras no cedan la titularidad del contrato y Etecsa se lo instalará siempre que existan condiciones técnicas. El servicio instalado en el domicilio anterior no causará baja y se le transmitirá a quien la ley le otorgue el mejor derecho a la vivienda, donde se encuentra instalado.
Además, la compañía aclara que continuará trabajando para dar solución técnica a los traslados pendientes que existen hasta la fecha y a las nuevas solicitudes que vayan surgiendo con los cambios de domicilios de los titulares actuales.
Para los nuevos titulares –todas aquellas personas que adquieran un nuevo servicio telefónico a partir del 8 de enero de 2020–, el servicio va a quedar vinculado a la vivienda donde se encuentre instalado, por lo que no podrán solicitar el traslado, apuntó Montiel Creach.
Si el usuario se muda, el servicio se lo puede ceder a cualquier persona que siga residiendo en esa vivienda o puede seguir siendo titular del mismo, aunque el servicio se quedaría en el anterior domicilio.
Por ejemplo, agregó Montiel Creach, una vez que el cliente realiza cambio de dirección, Etecsa investigará si en el nuevo sitio existen las condiciones técnicas para instalar el servicio y se le ofrecerá respuesta en un periodo de 30 días. Si desea realizar el traslado, la entidad lo instala o queda pendiente en el caso de no existir facilidades, solo para aquellas personas cuyos contratos ya están establecidos antes de la Resolución.
En el caso de las permutas, si las dos personas tienen servicio telefónico, ambos mantendrán el servicio y tendrán un cambio como parte de los procedimientos establecidos por la entidad; si una de las partes no tenía, se verá beneficiado al quedar la telefonía fija en el lugar donde estuviese instalado.
En cuanto a la cesión de titularidad que cambia para todos los clientes, se puede continuar realizando esta, pero solo se podrán beneficiar las personas que residan legalmente en la vivienda donde se encuentra instalado el servicio telefónico.
«En el caso de que el cliente se fuese de su residencia anterior y en esta quedaran familiares, los mismos se quedan con el servicio en la vivienda, aprovechando las condiciones de instalación», acotó la Directora Adjunta.
La nueva Resolución reconoce la opción de transmisión de la titularidad del servicio en los casos de fallecimiento, declaración de presunción de muerte o declaración de emigrante del titular, a favor de la persona natural designada por este en el contrato, que resida legalmente en la vivienda donde se encuentra instalado el servicio a partir de la puesta en vigor de la norma legal.
Para los clientes nuevos, la transmisión siempre va a ser a favor de la persona a la que la ley otorga el mejor derecho a la vivienda, si no existe la designación, y en el caso de haberla, tiene que vivir la persona en el lugar donde se encuentra instalado el teléfono fijo.
«Los titulares que se van no pueden solicitar el traslado, aunque siempre tendrán el derecho de cederlo a cualquiera de las personas que residan en el domicilio. En el caso de designar a alguien en el contrato, debe también estar viviendo donde se encuentra instalado, por eso es la vinculación del servicio a la vivienda», declaró Montiel Creach.
OTROS PRINCIPIOS ESTABLECIDOS
Garantizar el reconocimiento y aplicación del principio de respeto a la privacidad de los datos personales del usuario y la inviolabilidad de sus comunicaciones, salvo los casos previstos en la legislación vigente.
Solucionar las interrupciones técnicas del servicio en un plazo máximo de 72 horas, a partir de que el usuario la reporte o que Etecsa la detecte, y disponer el procedimiento de compensación cuando no cumpla el plazo establecido para la solución de las afectaciones.
Reconocer el derecho de los usuarios a recibir la información sobre la facturación con la periodicidad convenida, lo que incluye el importe del consumo de los servicios contratados, desglosados por tipos y en correspondencia con los medios técnicos, se detalla en el caso del servicio local, el tiempo utilizado y en el de larga distancia, adicionalmente, el destino de las llamadas, y establecer la forma a emplear para cumplir ese fin.