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jueves, 7 de febrero de 2019

Tantos a favor y retos de la agricultura de las ciudades


Desde los pasillos entre los edificios o un antiguo basurero en Santiago de Cuba; el municipio de Yara de la oriental provincia de Granma, o en otrora tierras ociosas de La Habana, se ha nutrido la cultura alimentaria de cubanas y cubanos. Si hace 30 años las hortalizas eran plato de pocas personas, hoy la demanda es creciente.
La agricultura urbana, suburbana y familiar, sin llegar todavía a satisfacer las necesidades de vegetales y plantas de condimentos, ha demostrado la viabilidad de producirlas dentro o cerca de las poblaciones.  A su vez, precisa de explotar todas sus potencialidades para dar respuesta a varios de sus postulados: cercanía, aporte nutricional, reducción de costos de transportación, fuente de empleo, inocuidad y protección al entorno, al reducirse el uso de productos químicos en el proceso con el empleo de métodos agroecológicos.
Vitaminas puras y frescas
Durante 2018 en este sistema se produjeron en el país 1 252 000 toneladas de hortalizas y solo las provincias de Holguín, Pinar del Río, Granma y Mayabeque, por diferentes causas, no alcanzaron sus compromisos productivos, según se conoció en el balance nacional de la agricultura urbana, suburbana y familiar.
Según dio a conocer Elizabeth Peña Turruellas, al frente del grupo permanente para la atención a estas modalidades agrícolas, se trabaja por completar las 10 000 hectáreas comprometidas en el estudio de factibilidad del programa, aprobado por el Ministerio de Economía y Planificación hasta el 2020. Igualmente, se realizan acciones dirigidas a incrementar el área para alcanzar una hectárea por cada 1 000 habitantes, lo que representaría a nivel de país un total de 11 200 ha dedicadas a la producción de hortalizas en las modalidades de la agricultura urbana.
Dar cumplimiento a esas proyecciones, indicó el informe de balance, exige realizar una fuerte labor en la recuperación de la infraestructura de riego, en el 50 % de las áreas dedicadas a las hortalizas.
Lo que crece en los patios
Aunque pudiera parecer increíble, es relevante la contribución de los patios y parcelas individuales en los resultados de la agricultura urbana, suburbana y familiar, que en 2018 aportaron una producción estimada en hortalizas y condimentos frescos de 351 500 toneladas (293 000 de plátano vianda y fruta y 290 000 de frutas).
En la etapa se avanzó en la revitalización de los patios productivos, que se contabilizan en un total de 234 000, de estos 13 025 de nueva incorporación. En las parcelas se producen fundamentalmente hortalizas, vianda y  frutales.  De acuerdo con el informe de los resultados de 2018, son los patios y parcelas las modalidades productivas donde se reporta la mayor diversificación.
Desde la semilla
En estos sistemas productivos se avanza en la producción local de semillas, una misión esencial para mantener la biodiversidad que exigen las tecnologías, así como para disponer de variedades adaptadas a las distintas condiciones agroclimáticas y épocas del año, como componente importante del manejo agroecológico de plagas y enfermedades y de la estabilidad de los altos rendimientos.
En la actualidad existen 147 fincas de semillas municipales -de un total de 168 municipios en los que se divide el país-, con atención priorizadas a las 26 fincas especiales, donde se produce semilla básica, con la participación de los centros de investigaciones patrocinadores de variedades, el seguimiento del servicio fitosanitario y la certificación de semillas de cada territorio.
La producción de simientes en los cultivos priorizados por el programa superó durante 2018 las 12 toneladas: lechuga, acelga, rábano y habichuela, a lo cual se dedican unas 60,9 hectáreas. Además, se continúa trabajando en la obtención de semillas de pepino, ají y pimiento, con una estructura de variedades para cada cultivo.
Como respaldo, para su conservación se han entregado a los municipios cámaras frías (74), ante lo que se exige mantener la disciplina en su funcionamiento, uso y mantenimiento, de manera que se pueda conservar con un año de antelación las semillas necesarias a la hora de la siembra.
Hortalizas para el turismo
Estimados indican que la demanda actual de vegetales producidos en las unidades de la agricultura urbana del sector turístico es de unas 7 000 toneladas anualmente, lo que demanda mantener en óptimo estado productivo las 140 hectáreas de organopónicos, huertos intensivos y cultivos semiprotegidos.
En territorios como La Habana y Matanzas, fundamentalmente, coincidentes con los mayores volúmenes de visitantes, se presentaron dificultades en el tercer trimestre e inicios del cuarto con el abastecimiento de surtidos como lechuga y acelga, atribuidos a una insuficiente coordinación entre las partes involucradas: la empresa Frutas Selectas, la agricultura urbana y turismo, a nivel de las provincias, destacó el informe.
Para no tropezar nuevamente con la misma piedra, se ha establecido un sistema de conciliación con participación de las entidades involucradas para analizar no solo la marcha del abastecimiento, sino además las necesidades por surtido con tres meses de antelación para poder ejecutar siembras que garanticen, en su momento, las demandas solicitadas.
A su vez, deben solucionarse elementos como mallas y partes y piezas de repuesto de los sistemas de riego, sobre todo en los cultivos semiprotegidos y garantizarse los insumos necesarios para unidades y productores seleccionados, que permitan responder a las exigencias del turismo.
2019
Para los venideros meses, aun en medio de dificultades financieras para la adquisición de insumos productivos, se persigue alcanzar mayor integración de las potencialidades locales en los procesos productivos, asegurando los insumos y condiciones que garanticen resultados favorables y estables, aun en momentos adversos, así como la producción de no menos de 1 200 000 toneladas de hortalizas y avanzar en la recuperación de organopónicos, huertos intensivos y semiprotegidos.
El ministro de la Agricultura, Gustavo Rodríguez Rollero, llamó a recordar los orígenes del movimiento, cuando no había tecnología y se regaba a mano o con los inventos que hacían los mecánicos, para no justificar los bajos rendimientos con la ausencia de riegos modernos.
A su vez, reiteró la necesidad de mantener la sistematicidad, el suministro de abonos orgánicos y la atención como únicas vías para evitar retrocesos.
El sistema proyecta fortalecer e incrementar la eficiencia de los centros y microcentros de abonos orgánicos haciendo máximo uso de la tracción animal en el proceso productivo, continuar avanzando en la producción de semillas, fortalecer el manejo agroecólogico de plagas y lograr mayor vinculación de patios y parcelas, ajustando los estimados en correspondencia con las características y condiciones locales.
Una de las prioridades es incrementar la participación del movimiento en el autoabastecimiento alimentario municipal, con prioridad para las hortalizas, condimentos frescos, frutas naturales, viandas y las carnes de las cinco especies de ganado menor.

El problema de la vivienda en Cuba, bloque a bloque

La vivienda será el daño material que más tiempo llevará resarcir. El tornado no respetó ni el concreto ni el acero.






Sirvan estas primeras líneas para expresar mis condolencias a quienes han sido víctimas del tornado del domingo 27 de enero, en primer lugar a las familias que perdieron a alguno de sus miembros. Y mi admiración a todos los que apenas dejando tiempo a la perplejidad de tamaño desastre, llegaron hasta allí a ofrecer su corazón y sus brazos. A todo el personal del Hospital Hijas de Galicia que realizaran tremenda hazaña, a los trabajadores de la electricidad, de los teléfonos y de las aguas que, como casi siempre ocurre, hacen proezas ante eventos como este. A aquellos que se sumaron a la inmensa tarea de la recuperación, unos ciudadanos simples, otros cumpliendo con la condición de ser servidores públicos. Todos, como uno solo, han acompañado y acompañan a tantos cubanos dañados material y espiritualmente, y les han llevando alivio y esperanza.

La vivienda será el daño material que más tiempo llevará resarcir. El tornado no respetó ni el concreto ni el acero. Son centenares las destruidas totalmente y miles las dañadas en diferente grado. Pocos países en el mundo pueden mostrar que más del 80% de su población es propietaria de la vivienda que habiata. La vivienda, aun en malas condiciones, es probablemente el bien más preciado de cualquier familia, en especial de las familias de menos ingresos. Es la parte material de ese espacio habitado por personas que llamamos hogar.

Coincidió este tornado con un evento de mucha importancia que año tras año se realiza en Camagüey, sobre el manejo de ciudades. Las ciudades han devenido pieza clave del desarrollo, son espacios sociales donde se agrupan decenas y centenares de fenómenos y alcanzan una sinergia propia. Son hoy un gran reto para los seres humanos que las creamos y vivimos en ellas. Alcanzan a tener “vida propia”, son seres vivos. Y la vivienda es quizás la pieza clave de las ciudades.

En Cuba la vivienda es uno de los problemas mas difíciles y resistentes. Ya en su alegato de defensa en el juicio por el asalto al Cuartel Moncada, Fidel Castro identificaba a la vivienda como uno de los problemas que la Revolución atendería de forma prioritaria.

Después de 1959 la rebaja de los alquileres y la Ley de Reforma Urbana se erigieron como medidas que perseguían solucionar aquel problema. Luego un programa de construcciones casi masivo permitió elevar el fondo habitacional que Cuba había heredado (alrededor de 1 millón 200 mil viviendas) hasta los mas de 3,8 millones que tenemos hoy en todo el país.

Sesenta años después, la vivienda continúa siendo uno de los problemas que más afecta a la población cubana.


Vista de la casa de Danaisy Alfonso, en Guanabacoa, La Habana, seriamente dañada por el tornado del pasado 27 de enero de 2019. En el patio, una de sus vecinas. Foto: Otmaro Rodríguez.

Desde 1959 deben haberse construido más de 2 millones de unidades habitacionales. Pero, como bien ha explicado García Pleján, “los factores de incremento de la demanda se han ido superponiendo: la población ha pasado de 7,7 a 11,2 millones de habitantes; el tamaño de la familia se ha reducido de casi 5 integrantes a 2,8 en el último censo (con lo que las familias han pasado de 1,6 a 3,9 millones); el mantenimiento del fondo construido ha sido mínimo y los movimientos migratorios internos han sido considerables”.

En el año 2005, en el Encuentro Mundial de Ciudades Sostenibles celebrado en La Habana, las autoridades cubanas del sector reconocieron que para revertir la situación se requería una inversión estatal de mas de 4 mil millones de dólares y un ritmo de construcción de 50 mil viviendas anuales, mientras que La Habana requería unas 20 mil de esas 50 mil.

Vayamos a los datos que nos ofrece el Anuario de 2017.



De esta suerte el actual gobierno ha heredado un saldo negativo de 211 mil 463 viviendas no construidas, solo desde 2005, a lo que habría que sumar todas aquellas otras que necesitan de algún tipo de reparación. Pero el déficit acumulado en todos los años es mucho mayor.

…el país cuenta con un fondo habitacional de 3 millones 811 mil 002 viviendas y un déficit que asciende a 883 mil 50 viviendas al cierre del 2016, incrementándose en 30 mil con respecto al año anterior. Cubadebate

Para 2018, es probable que ese déficit se haya incrementado, quizás en otras 30 mil viviendas. En resumen, que al ritmo de construcción de 2017, las viviendas construidas (21 mil 817) quedan a más de 8 mil viviendas de las necesitadas para cubrir ese incremento del déficit.


Brigadas de contructores. Foto: Otmaro Rodríguez.

La vivienda no ha dejado de estar en la mesa de análisis por parte del gobierno y de los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Diversos programas se han puesto en práctica, se han adoptado políticas al respecto, desde la creación de un mercado inmobiliario en Cuba, hasta el programa que aspira a construir al menos una vivienda diaria por municipio, junto a la creación o consolidación de una industria municipal de materiales de la construcción, pasando por políticas de precios, subsidios y créditos a las personas físicas para facilitar la construcción y reparación de esas viviendas. De hecho, se ha identificado un grupo de problemas:

• Retraso en el cumplimiento de los cronogramas de ejecución para la construcción de viviendas por meses.

• Incumplimiento de las productividades tecnológicas por sistemas constructivos por mala organización de las obras, que provocan un mayor empleo de la fuerza de trabajo y dilatan el cumplimiento de sus cronogramas de terminación.

• Mala planificación de los cronogramas de ejecución, concentrando la mayor cantidad de viviendas a terminar en el último trimestre del año, lo que conspira en contra de la calidad y el aprovechamiento de la fuerza de trabajo.

• Retraso en la ejecución de las urbanizaciones que impiden la habitabilidad de las viviendas, imposibilitando poner en explotación la inversión.

• Debilidad del proceso inversionista, que conspira contra el control eficiente del cumplimiento del plan de viviendas.

• Bajo aprovechamiento de las potencialidades de los centros universitarios, con destino al desarrollo de los programas de la vivienda.

• Deficiente control de la calidad durante el proceso constructivo de las viviendas.

• Éxodo de fuerza de trabajo calificada de las instituciones estatales hacia el sector no estatal.

La gravedad del problema, lo esquivo a las soluciones abordadas, el impacto que la vivienda tiene en la percepción de la prosperidad, obligan a seguir buscando nuevas fórmulas que, junto a las existentes, contribuyan a acortar los tiempos para su solución.


La esquina derrumbada de Zulueta 505. Foto: Otmaro Rodríguez.

La vivienda, como afirma García Plejan, tiene varias dimensiones, desde la constructiva hasta la jurídica, junto a la financiera y social.

El tornado volvió a estimular la imaginación, y desde organismos y empresas del Estado se encontraron “reservas” en edificaciones y locales que pueden, con un costo relativamente bajo y en un tiempo relativamente corto, ser convertidas en vivienda. No es la primera vez que se echa mano a tal alternativa. Esta solución de emergencia debería ser convertida en una solución permanente. O lo que es lo mismo, convertir locales de los gobiernos, del Estado, de las organizaciones de masas y políticas, así como de empresas y entidades presupuestadas, en viviendas. Realizar un censo de las que ya pueden ser convertidas y de las que potencialmente pudieran convertirse a partir de un uso más racional y eficiente de los propios locales de estos organismos sería una contribución importante.

Pero otra de las dimensiones de la vivienda es la financiera. Lograr recursos para construir viviendas no es fácil, en especial porque una parte mayoritaria de nuestra población no tiene cómo pagarlas en un tiempo razonable, por lo cual desde el Estado se ha desarrollado un programa de subsidios.

En un artículo anterior me referí a la cantidad de solares vacíos que existen en nuestras ciudades, que cuentan con toda la infraestructura urbanística.

La posibilidad de licitar esos solares para proyectos inmobiliarios esta ahí, es posible convertir esos ingresos obtenidos por la licitación, los obtenidos por el arrendamiento de esos terrenos y las que se deriven de las rentas de los pisos y los impuestos a sus moradores. Claro que habría que andar todo un camino en términos regulatorios y legales, pero solo al andar se hace camino.

Por ejemplo, en la esquina de 5ta. Avenida y calle 10, Miramar, existen dos de esos terrenos, cada uno de al menos 400 metros cuadrados, uno en la esquina norte este y el otro en diagonal, en la esquina suroeste. Pongámosle un precio al alquiler por metro cuadrado en esa zona, digamos que 400 dólares / año, incluso más bajo. ¿Cuántas viviendas modestas pero confortables se pueden construir con ese dinero?

Clientes para estos proyectos no faltarán, ese turismo de la tercera edad de los países fríos que prefieren tener una propiedad incluso compartida en climas más amigables y no tener que ir a un hotel puede ser un mercado meta. Estoy convencido de que solo en la zona de Miramar hay más de veinte terrenos de dimensiones parecidas.

Tampoco sé si las empresas turísticas que construyen grandes proyectos turísticos en diferentes municipios de La Habana pagan alquiler por la utilización de un bien del pueblo (los terrenos donde se erigen esos proyectos), imagino que sí. Sería muy bueno que ese ingreso se dedicara por los gobiernos municipales a la construcción de viviendas modestas para los dueños de esos terrenos.


El Hotel Gran Packard en La Habana. Foto: Iberostar Hotels & Resorts.

Hay otras potencialidades. Desde hace varios años una parte de las nuevas viviendas construidas por esfuerzo propio tienen como fuente financiamiento la utilización individual de las remesas. Podría intentarse la creación de un fondo para la construcción de viviendas en Cuba cuya fuente de financiamiento, o una de ellas, fueran las remesas; probablemente resultará muchos mas eficiente el empleo del dinero.

No es fácil generar la confianza necesaria para tales proyectos, pero bastaría uno que funcione bien para comenzar a crear ese ambiente. Es cierto que el diablo está en los detalles, que habrá que hacerlo de forma “muy fina”, pero hay que arriesgarse.

También es posible la creación de empresas que fueran el resultado de alianzas público-privadas para la construcción y venta de viviendas. Digo lo mismo que en el ejemplo anterior, el diablo está en los detalles, los temas legales tendrán que ser bien definidos, pero hay que empezar.

Además de todo lo anterior, quedaría un tema que siempre ha sido y hoy es uno de los grandes cuellos de botella: la insuficiente capacidad productiva que impacta tan negativamente en los volúmenes de oferta, en la calidad y en la estabilidad de los materiales de construcción.

Cuba es uno de los pocos países en el mundo donde tener exceso de demanda no se traduce en estímulo a la producción y a la oferta. La creación de una industria local de materiales de la construcción es parte de la solución; pero el esfuerzo constructivo que requiere ese déficit de más de 800 mil viviendas y las miles que deben ser reparadas, más los mantenimientos, requieren de una industria de materiales poderosa en la cual la inversión extranjera debe jugar un papel importante.

En 2005 se estimó en 4 mil millones de dólares las necesidades de financiamiento para la vivienda. Hoy Cuba no tiene de dónde sacar esa cifra, que seguro diez años después es mayor. Los programas implementados hasta ahora para solucionar el problema de la vivienda tienen un horizonte de al menos diez años. Diez años para una parte del pueblo de Cuba es el tiempo que nos separa entre nuestra vida útil y aquella otra en que poco podremos aportar. Buscar fórmulas para acortar los tiempos es importante.

La vivienda, el mayor reto para la recuperación de La Habana

El Consejo de Ministros se relanza en la recuperación del tornado en la capital como el principal coordinador ejecutivo.

El sector de mayores daños: la vivienda.
Foto: Jorge Luis Baños_IPS
La Habana, 7 feb.- Las acciones inmediatas, consensuadas y con visión de ministerios, organismos y empresas estatales, junto al fuerte despliegue de solidaridad ciudadana, intentan borrar la destructiva huella que dejó sobre cinco municipios de La Habana el tornado del 27 de enero.
Una edición especial del programa televisivo Mesa redonda, con la presencia del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, fue transmitida la víspera en vivo desde el Palacio de la Revolución, para informar sobre los avances en la recuperación de los servicios básicos y el sector de mayores daños, la vivienda.
El mandatario explicó que la estrategia de la recuperación priorizó proteger la vida, recuperar los servicios básicos, recoger de inmediato los escombros, atender a los damnificados, planificar, organizar y escalonar la recuperación, y empezar a determinar dónde están los recursos.


Celebraciones por 500 años de La Habana

El presidente cubano se refirió a las intensas jornadas de trabajo, de disciplina, de solidaridad y de cooperación, donde se ha insistido permanentemente en la sensibilidad de los funcionarios para evitar molestias a la población.
Reiteró el llamado a la paciencia y la comprensión por parte de la ciudadanía.
“El daño fue grande y estos daños no se pueden recuperar en un día o dos, vamos a estar trabajando intensamente durante meses, con la certeza de que aunque el tornado nos afectó, el 500 aniversario de La Habana, va”, dijo.
“Se trabaja para eso y todo lo que se haga como parte de la recuperación también será como parte de la celebración de ese 500 aniversario”, destacó a la vez que agradeció la solidaridad de países hermanos, organizaciones internacionales, instituciones y empresas extranjeras.
Desde el primer momento, sostuvo, se defendieron cuatro premisas: organización, darle prioridad a las personas más vulnerables y las que quedaron en peor situación, con sensibilidad y eficacia en la tramitación e información al pueblo.
La vivienda, el daño mayor
Se registraron más de 4.800 unidades residenciales con algún tipo de daño provocado por el raro evento meteorológico, en municipio altamente poblados y con un fondo habitacional antiguo y deteriorado.
En el municipio Diez de Octubre,unas 528 personas no podrán retornara sus hogares por los daños provocados por el tornado en sus viviendas.
De acuerdo con el ministro de la Construcción, René Villafaña, hasta el momento se cuantifican 505 derrumbes totales, 757 parciales, techos totales 804, techos parciales 1.853 y otros 1.815 (impermeabilización, losas de edificios, tanques y bases en cubierta).
A la mayoría de los derrumbes totales, destacó Villafaña, se les dará soluciones mediante el plan estatal, con adaptaciones de locales, mientras el mínimo será por el esfuerzo de los propietarios, con la asesoría y control técnico que ayude a lograr buenos diseños y apego a las regulaciones urbanísticas del lugar.
En algunos casos de derrumbes parciales, se decidió su demolición pues se trata de construcciones de muchos años, tienen fisuras y el gasto de materiales va a ser muy superior.
Hasta el momento, indicó, más de 900 familias recibieron materiales de construcción, mientras 289 casos de daños en viviendas ya fueron resueltos.
Villafaña enumeró los materiales entregados a la fecha, entre ellos acero (370 toneladas), madera, techos metálicos, tejas, módulos de puertas, ventanas, hidráulicos, sanitarios, llaves de agua, bombillos, bloques (105.305 unidades) y cemento (1.261 toneladas), entre otros.
También se enfatizó en la necesidad de agilizar los trámites establecidos para la certificación de los daños, la asignación de materiales, subsidios y créditos, de manera que el proceso no se extienda más allá de las 72 horas, dijo la titular de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños.
Bolaños abundó acerca de las facilidades para las personas más vulnerables (madres con varios hijos, ancianos y jubilados), así como de las rebajas de precios de los materiales de construcción (50 por ciento) y de los tanques (70 por ciento), que serán asumidos por el presupuesto estatal.
Avances
Varios ministros explicaron de primera mano las medidas adoptadas en los diferentes sectores.
Ramón Pardo, jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil,valoró la inmediatez en la asistencia a los damnificados, la evaluación de los daños, así como la solidaridad, profesionalidad, rapidez y organización que permitieron “en apenas siete días la rehabilitación del 90 por ciento en todos los sistemas vitales para atender a la población”.
La atención a las personas lesionadas, la adopción de medidas para la continuidad de los servicios médicos, así como la situación epidemiológica y la lucha antivectorial en los municipios impactados por el tornado fueron destacadas por José Ángel Portal, el ministro de salud pública.
El tornado provocó la muerte de cuatro personas, mientras otras dos fallecieron como consecuencia de los traumas sufridos durante el evento meteorológico. De los 195 lesionados, 18 permanecen hospitalizados y de ellos cinco en estado grave, informó Portal.
Antonio Rodríguez, presidente del estatal Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, explicó los principales daños sufridos en las redes hidráulicas y las acciones realizadas para la recuperación, sobre todo en edificios multifamiliares, de redes hidrosanitarias y los tanques.
Aseveró que se cuenta con todos los tanques para dar solución a las pérdidas y roturas de esos depósitos y se terminan en lo fundamental la recuperación de los sistemas de distribución de agua en edificios de Regla y Guanabacoa y, el día 8, comenzarán las labores de ese tipo en Diez de Octubre.
En el caso de las comunicaciones, indicó Jorge Luis Perdomo, ministro del ramo, fuerzas de La Habana con el apoyo de brigadas de otras provincias han logrado hasta ahora restablecer casi la totalidad de los servicios de telefonía fija, recuperar la móvil, además de montar nuevas radio bases de la telefonía móvil.
Los cambios realizados en zonas de Diez de Octubre, donde cayeron más de 317 postes telefónicos, dijo Perdomo, permitirá comercializar nuevos servicios a los hogares.
La ministra de la Industria Alimentaria, Iris Quiñones, destacó que la recuperación mínima en las tres instalaciones dañadas ha permitido restablecer la producción. (2019)