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jueves, 18 de julio de 2019

Empleo y dinámica demográfica, en la atención del Gobierno cubano. Comentario HHC

Creado el Jueves, 18 Julio 2019 17:00 | Leticia Martínez Hernández | Fotos: Archivo ACN

La Habana, 18 jul(ACN) El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, continuó durante esta semana el chequeo de los programas priorizados para el desarrollo del país, entre ellos los relacionados con el empleo y la dinámica demográfica en Cuba.

En el primero, la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Margarita González Fernández, presentó los resultados de una labor conjunta con la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana para aportar soluciones a los problemas que afectan hoy el empleo en el país, del cual se desprendió una propuesta de 57 medidas de implementación inmediata, a corto y mediano plazos, que serán evaluadas por el Gobierno.

Según reseñó, las medidas contribuyen a establecer mejor correspondencia entre demanda y oferta de fuerza de trabajo calificada; promover incentivos económicos y de desarrollo profesional; lograr mayor sostenibilidad de la Educación Superior y actualización de los conocimientos; así como mejorar el sistema de innovación y la distribución de ingresos.

El mandatario consideró que en el país debe potenciarse el trabajo a distancia, con adecuados mecanismos de control y contratos respaldados por el Código de Trabajo. De tal manera, indicó estudiar en qué sectores de la economía resulta más factibles utilizar esta modalidad de empleo.

Asimismo se refirió al pluriempleo, al que actualmente solo se acogen unas 200 mil personas, lo que representa el 2% del empleo total. (1)

Díaz-Canel Bermúdez apuntó que hay que buscar las mejores vías para flexibilizar esa opción, atendiendo al envejecimiento de la población cubana y al hecho de que cada vez será menor el número de personas aptas para trabajar.

Necesitamos una revolución de pensamiento en los temas de empleo -apuntó el Presidente- y poner a los investigadores a estudiar para aportar soluciones que se parezcan al país.

En el caso del chequeo al programa de atención a la dinámica demográfica se prestó especial interés al tratamiento médico a las parejas infértiles.

Explicó Marino Murillo Jorge, jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo, que hasta el momento existen 113 mil 148 parejas dispensarizadas, término que incluye a aquellas identificadas por el equipo básico de Salud que están en edad fértil, mantienen relaciones sexuales de manera estable y han intentado tener un hijo durante más de un año sin lograrlo.

De aquella cifra se han atendido por primera vez unas 102 mil 900 y se han logrado 7 mil 080 embarazos, lo que denota el impulso que el Ministerio de Salud Pública le está dando a este sensible asunto, aunque los resultados están aún lejos de lo que necesita el país.

En tanto, la eficiencia en el tratamiento que se brinda a las parejas infértiles en los Centros de Alta Tecnología -dos ubicados en La Habana, uno en Cienfuegos y otro en Holguín- incrementa ligeramente y se mantiene el propósito de llegar este año hasta un 50%.

En este punto y ante una queja recibida, el presidente Díaz-Canel Bermúdez urgió a mantener en esas instituciones de salud un ambiente de discreción, limpieza y cultura del detalle.

Otro tema que generó debate a través de videoconferencia con directivos de todas las provincias, estuvo relacionado con el cumplimiento de la medida aprobada por el Gobierno para la entrega de financiamiento a las madres con tres o más hijos menores de 12 años, para la rehabilitación, mantenimiento y construcción de sus viviendas, en 32 municipios cuya población no crece de manera natural; los casos similares del resto del país reciben prioridad a través de la política de subsidio.

Esta decisión se tomó para estimular la natalidad, por lo cual se aplican criterios de selección diferentes.

Con ese fin se aprobaron 50 millones de pesos, pero sus niveles de ejecución hasta el momento son muy bajos.

En ese sentido, el Jefe de Estado instó a trabajar con más celeridad en la tramitación de la ayuda a las madres necesitadas y a chequear hasta el final la terminación de las obras. A este tema, dijo, se le pasará revista en los chequeos que se hacen de manera habitual en las visitas a provincias.

Comentario de HHC:  Este tema es fundamental para el país, se trata del activo principal con que contamos y contaremos, la fuerza de trabajo. En muchos paises han identificado la capacitación de la misma como el problema fundamental para incrementar la productividad del trabajo sostenidamente, esta es la madre de todas la soluciones, para alcanzar el desarrollo del pais, para afrontar de manera satisfactoria el envejecimiento de la población , para incrementar el nivel de vida , etc. Pero este tema no se aborda integralmente aún.

En el último informe del Indice de Desarrollo Humano del PNUD Cuba aparece en educación  en el lugar 51 entre todos los paises; hay tres paises  que tienen  niveles muy similares al nuestro en educación index, Croacia, Montenegro y Arabia Saudita.

En el indicador  Gross National Income (GNI) per capita que mide de alguna manera el nivel de riqueza per capita a precios comparables entre paises , podemos observar la diferencia con nuestro pais, amen de otras consideraciones que evidentemente existen, a pesar de tener niveles educativos similares. Este desnivel constituye además el potencial, la reserva que tenemos en Cuba por alcanzar, que tiene al menos un mínimo de un + 55.2 % que necesitamos incrementar,  en el estatus que estamos apenas alcanzamos el lugar 115 en este indicador.



 A la inversa los países que tienen un GNI per cápita similar al nuestro como se observa no " necesitan" los niveles de educación nuestros.




 

Las reformas emprendidas para resistir el embate agresivo de la política del gobierno de EE.UU y desarrollarnos, solo tendrán resultados si logramos que nuestra fuerza de trabajo tenga la necesidad y la posibilidad de incrementar en todos los ordenes la productividad del trabajo, esto no es solo un criterio económico, es sobre todo lo que determina una superioridad social y  política.

El socialismo  al que aspiramos, no puede ser menos eficiente y eficaz que sus iguales capitalistas, es como dijo Lenin solo se vencerá cuando se alcance una productividad superior. a estos , y si estamos a la zaga en esto, pues estamos limitando la construcción de la sociedad socialista y hay que rectificar.

Por otra parte, resulta algo preocupante que actuemos por estímulos externos al país y no internos, que desechemos postulados en la construcción del socialismo y que años posteriores los aceptemos como necesidad de la práctica. El ambiente social de la sociedad socialista debería crear una motivación adicional a la económica, esa es una ventaja decisiva. 

No olvidemos en el primer borrador del Manifiesto Comunista, Federico Engels se preguntó “¿cuál es el objetivo de los comunistas?” y respondió, “organizar la sociedad de tal manera que cada uno de sus miembros pueda desarrollar y usar su potencial y sus facultades en completa libertad, sin desnaturalizar así la esencia básica de esa sociedad.” En la versión final del Manifiesto, Marx resume todo esto diciendo que el objetivo es “una asociación en que el libre desarrollo de cada uno sea la condición para el libre desarrollo de todos.”  ¿ Se nota que no es a la inversa?.


Una crítica para la Empresa eléctrica de Las Tunas

Redacción Tiempo 2118 julio, 2019

La sociedad cubana va encaminada a eliminar las deficiencias que todavía existen en el tratamiento a la población, una idea que ha venido reforzando el Presidente Miguel Díaz-Canel, quien insiste en que todos los que tienen que ver con el servicio a la población –incluyendo al Gobierno a todos los niveles- son servidores públicos. Hoy damos a conocer la opinión de un usuario con motivo del trabajo A partir de este sábado se normalizará el servicio eléctrico.

Muy mala atención, arrogancia y mucha falta de transparencia hubo por parte de la Empresa Eléctrica de Las Tunas ante el corte del servicio en diferentes momentos del día, la cual no dio toda la información, mostrando un desconocimiento aparente, sin mediar aviso previo, solo decían que era una emergencia nacional sin más detalles y nunca en las llamadas que hice me pidieron disculpas por las molestias ocasionadas, como si yo no fuera un cliente de ellos y me regalaran la electricidad.

Estas cosas son las que molestan e irritan a la población, la falta de inmediatez en la información oportuna, ya que nosotros somos consumidores y tenemos ese derecho.

Diego Palacio

Y nosotros preguntamos: ¿Qué opina la Empresa Eléctrica de Las Tunas? Una respuesta de su parte sería muy provechosa.

Dime como comes y te diré quien eres

Por Juan M .Ferran Oliva

En 1857 el estadígrafo Ernst Engel[1] investigó 200 estructuras de gasto de familias de Sajonia. A partir de sus resultados formuló su famosa Ley - más bien una regularidad - según la cual a medida que aumenta el presupuesto doméstico disminuye la proporción dedicada a la alimentación dentro del hogar. En el siglo XX se difundió este tipo de investigación y actualmente se realiza en muchos países por la vía de las encuestas o de la estadística continua. 

Los compradores jerarquizan las necesidades comenzando por las vitales. A medida que aumentan sus ingresos amplían su gasto en ellas. Cuando se alcanzan niveles suficientes comienzan un proceso de sustitución de los habituales por otros con mejores atributos, y más precio. Generalmente hay límites físicos que establecen puntos de saturación. Una persona puede ir mejorando la calidad de sus comestibles pero sólo es capaz de ingerir una cantidad dada de ellos.

La alimentación dentro del hogar constituye un indicador fundamental: el consumo de otros bienes y servicios se realiza a partir de lo que resta del presupuesto después de adquirirlos. Quienes no tienen para pan y se lo gastan en tafetán, son excepciones de la regla. La actual crisis mundial hizo su entrada en escena con la bancarrota de quienes compraron sueños a crédito. El gasto proporcional en alimentos dentro del hogar es una contundente regularidad que expresa el bienestar material de un país o grupo social. Primero vivir, después filosofar, expresaban en el mundo antiguo. Un Hamlet criollo diría Comer o no comer, he ahí el problema. 

Anteriormente se expuso un estudio que clasificaba a los naciones en 5 categorías atendiendo a una visión integral de su generación de riqueza[2]. Un segundo análisis empleando la misma clasificación de países[3] (paupérrimos, pobres, en despegue, ricos y opulentos) muestra los patrones de consumo en cada una de estas categorías. 

Una sociedad que en su conjunto emplee la mitad de su ingreso en la alimentación hogareña, sólo dispondrá del otro 50% para el resto de sus muchas necesidades[4]. En países más ricos ocurre todo lo contrario. Si emplean sólo el 10% en la alimentación en el hogar, les queda un 90% para los otros gastos. Es factible la inversión a partir del ahorro.

Otra regularidad importante registrada por el consumo es la elasticidad-ingreso. Expresa el porciento en que aumenta un capítulo de gastos cada vez que se produce un incremente de un 1% en el ingreso. Una demanda elástica aumenta el consumo más que proporcionalmente respecto al ingreso. Si es unitaria lo hace a la par. Es inelástica cuando se incrementa en forma menos que proporcional.

En un estudio realizado al respecto[5] utilicé los 14 grupos de consumo personal habituales en informes de Naciones Unidas. Destaca la demanda de alimentos dentro del hogar que crece, como tendencia, 0.66% por cada 1% que aumenta el ingreso. Es inelástica y lo mismo ocurre en los grupos de bebidas en el hogar; vestuario y educación. Los gastos en tabaco, transporte público, servicios personales, gastos domésticos y efectos domésticos muestran una elasticidad que se mueve entre 0,9 y 1,10. Convencionalmente puede considerarse como unitaria pues se mueven a la par del ritmo de crecimiento de los ingresos. Los otros 5 grupos muestran una demanda plenamente elástica. Se trata del pago de la vivienda; la salud; el transporte personal; la recreación y cultura, y los hoteles y gastronomía que crecen entre 1,2% y 1,4% cada vez que los ingresos aumentan en 1%. Parecen insaciables: siempre es posible disponer de una casa adicional de veraneo, instalar piscinas y otros lujos, atender mejor la salud, tener más de un auto, divertirse, hacer turismo, poseer yates, et cosi via.

La tabla muestra la actualización del coeficiente de Engel, referido a los alimentos dentro del hogar. Como se ha expresado es un parámetro clave. El año 2019 no debe registrar variaciones sensibles.

Estimado del  Coeficiente de Engel (alimentos en el hogar)

PAÍSES

PAUPÉRRIMOS
POBRES
EN DESPEGUE
RICOS
OPULENTOS.
Año ~1990
65%
31%
31%
27%
27%
22%
22%
20%
20%
16%
Años 2007-2010
65%
31%
31%
25%
25%
15%
15%
10%
10%
8%
Actualización elaborada   a partir de la elasticidad de la demanda de alimentos, los incrementos en el ingreso y  la propensión marginal al consumo. Base de datos inicial: Informe Sobre El Consumo de la  Población. ICIODI Diciembre de 1993, Pág.


Actualización elaborada a partir de la elasticidad de la demanda de alimentos, los incrementos en el ingreso y la propensión marginal al consumo. Base de datos inicial: Informe Sobre El Consumo de la Población. ICIODI Diciembre de 1993, Pág. 

Se pueden elaborar funciones de regresión entre dicho el coeficiente de Engel y el PIB per cápita. A un nivel dado de este último corresponde como variable dependiente dicha proporción de gasto en alimentos. Pero también se puede despejar la función y convertir el PIB per cápita en resultado. Entonces se tendrá que un país que emplee más del 31% de su presupuesto en alimentos es paupérrimo. Dime como consumes y te diré quién eres.

Lamentablemente Cuba clasifica dentro de los que emplean bastante más del 31% en alimentos dentro del hogar.


Fin


[1] No confundir con F.Engels 


[2] Ferran Juan M. Sine Die 47 de julio 14 de 2019. Tomado de Los Parámetros del Desarrollo Económico. Pág. .54-70. 

[3] Ferran Juan M Informe sobre el Consumo de la Población. . Dic. 1993 . ICIODI.. 

[4] Bebidas; tabaco; vestuario; gas, agua y electricidad; vivienda; mobiliario; mantenimiento doméstico; salud; trasporte personal; transporte publico; educación; recreación y cultura; servicios personales; restaurantes, bares y hoteles. Apenas restará algo para el ahorro, si es que queda. Ferran, Juan M. Informe Consumo Población. ICIODI. DICIEMBRE 1993 Pág. 12. 

[5] Ferran Oliva, Juan M. El Consumo de la Población. ICIODI Diciembre de 1993, Pág. 




SOCIEDAD LOCAL Y SISTEMAS MUNDIALES: EL PAPEL DE LA CULTURA EN EL DESARROLLO TERRITORIAL

Por Elías ZAMORA ACOSTA 

Departamento de Antropología Social 
Universidad de Sevilla 

Publicado en: VV.AA.: La Función de la Cultura en el Desarrollo Local, pp. 21-31. Córdoba. 

El tiempo presente y el tiempo pasado estén quizá presentes en el tiempo futuro 
y el tiempo futuro contenido en el tiempo pasado. 
Si todo el tiempo es eternamente presente 
todo el tiempo es irredimible... 

T.S. Elliot 

El ejercicio continuado de algunas actividades da lugar a menudo, y de manera prácticamente universal, a la aparición de ciertos usos o hábitos; como deformaciones profesionales. En mi caso, la actividad académica docente me dirige, de modo casi mecánico, a iniciar cualquier exposición con una quizás muy profesoral divagación sobre el significado de los términos que se utilizarán para designar los conceptos tenidos como fundamentales en el tema de que se hable. Se trata de un hábito que puede ser reputado por algunos oyentes o lec-tores como innecesario, y a veces hasta fruto de cierta pedantería que a los de mi gremio se nos atribuye. Podría ser así, pero la experiencia de las aulas me dice que no son pocas las ocasiones en que los significados que hablante y o-yentes asignan a un mismo significante, no coinciden. Al menos no lo hacen de modo que sea posible una comunicación completa de las ideas que se quieren expresar. Y esto por no hablar del amplísimo campo de las connotaciones semánticas contenidas en ciertos vocablos cuyo uso, por continuado, deviene en común sin que los que lo utilizan sean conscientes de la totalidad de significaciones implícitas en el término, que tienen notables consecuencias en el contenido de los discursos que se elaboran a partir de dichos vocablos. 

Es por esto, por lo que mi aportación al tema a que se dedican estas Jornadas comenzará con un espacio dedicado a tratar sobre la significación de su concepto central: desarrollo. Considero que resulta necesario llegar a un acuerdo acerca de qué queremos decir con esta palabra, así como objetivar toda la red de significados que connota. Si es cierto que en esta primera fase del trabajo seré yo quien haga público qué entiendo por desarrollo, de modo que se comprenda lo mejor posible el sentido de mi discurso, también lo es que en una segunda fase del mismo deberemos llegar a un pacto que permita con-sensuar el significado y, en consecuencia, la comunicación. Algo semejante deberá hacerse con el término cultura, palabro polisémico donde los haya y que constituye el segundo elemento sobre el que pivotan las Jornadas y mi propia contribución a las mismas. 

SOBRE EL CONCEPTO DE DESARROLLO 

En español, el término desarrollo hace referencia a "crecimiento" y "aumento". Aplicado a los asuntos de las sociedades, comenzó a utilizarse después del siglo XVIII con el sentido de crecimiento económico y, posteriormente, se hizo sinónimo de modernización, aunque como veremos no se trata de pro-cesos exactamente iguales. 

En su sentido inicial de crecimiento económico, desarrollo es tanto como aumento rápido y sostenido del producto real por habitante en una sociedad dada; con los consiguientes cambios en las características tecnológicas, económicas y demográficas de la misma. Efectivamente, el énfasis se pone en el ámbito de la innovación tecnológica, la producción, el consumo, el incremento y distribución de la renta, y la mejora de las condiciones del comercio exterior. El indicador considerado más fiable para medir el resultado de los procesos de desarrollo es el incremento de producto o renta por habitante: se estima que la mayor capacidad de una sociedad para consumir es también un sinónimo de bienestar. 

Esta concepción clásica y puramente economicista del bienestar fue posteriormente corregida, al considerar que las situaciones de desarrollo implicaban asimismo alteraciones en los ámbitos sociales y políticos, cuando menos. Para designar este nuevo tipo de procesos se utilizó el término de modernización, que se definía como proceso de cambio social, en el que el componente económico es el desarrollo, que implica la innovación en numerosas facetas del comportamiento humano y la organización social. Esta modernización producirá necesariamente alteraciones en los patrones de conducta tradicional que tienen que ver con la aceptación de las nuevas reglas del juego económico, que desde este momento se centran en la mejora del comportamiento productivo de los individuos y en su deseo de consumir. Para que el objetivo se logre es preciso, además, que los individuos admitan la bondad de estas nuevas reglas y las difundan, de modo que se conviertan en universales para la sociedad que se trata de desarrollar. En última instancia, se considera que de este modo los individuos y los grupos logran más altos nive-les de bienestar que es la meta final de la acción. 

Desarrollo y modernización es tanto como "movimiento", obviamente hacia adelante; mientras que subdesarrollo es sinónimo de "estancamiento". Subdesarrollo se identifica con malestar y "retraso", en tanto que modernización y desarrollo remiten a la idea de bienestar y "progreso". El bienestar se asocia a la satisfacción de ciertas "necesidades" que se consideran naturales en los hombres y que deben ser cubiertas. Se trata de un concepto de origen funcionalista, que es utilizado por muchos de los especialistas que se ocupan de la "ingeniería" social: desde esta perspectiva, el desarrollo se ve como "una acción coordinada y sistemática que, en respuesta a las necesidades o a la demanda social, trata de organizar el proceso global en una comunidad..."1. 

Conviene ahora detenerse, aunque sea brevemente, en la idea de "progreso" que se asocia con modernización y desarrollo. El concepto de progreso aparece, como el de desarrollo, durante la Ilustración. En líneas generales se puede decir que refiere a un proceso supuestamente interminable, por el que las sociedades caminan hacia formas cada vez más perfectas de "civilización": para las sociedades más atrasadas --como ahora subdesarrolladas-- , el progreso es el camino que las dirige a la situación propia de las sociedades europeas más avanzadas. Se trata de un discurso evolucionista de carácter determinista, unilineal, y etnocéntrico, que considera el modo de vida de las sociedades europeas como el más adecuado y el único modelo posible para to-das las sociedades: una sociedad se considerará más desarrollada cuanto más coincidan sus modos de vida con aquéllos que se consideran superiores. 

Este discurso etnocéntrico ha estado presente en todos los científicos sociales que se han acercado al tema, y permanece como referencia implícita en la actualidad en la mayor parte de las disertaciones sobre el desarrollo. Carlos Marx, cuya visión evolucionista y unilineal de la historia no es discutible, consideraba que los países desarrollados mostraban a los menos industriali-zados una imagen de su propio futuro. Para Ferdinand Tönnies, el paso de la "comunidad" (tradicional y subdesarrollada) a la "sociedad" (moderna y desarrollada) resulta un paso necesario en la modernización. Emile Durkheim pensaba que la "solidaridad orgánica", propia de las sociedades industriales europeas, era una forma superior y más perfecta de cohesión social que la "solidaridad mecánica" característica de las sociedades primitivas. Max Weber consideraba que la modernización implicaba la sustitución del "comportamiento tradicional" por la "conducta racional" propia de las sociedades avanzadas. Para 

1. Rudolf Rezsohazy (1988), El desarrollo comunitario. Madrid: Narcea, pp. 18. Las cursivas son mías. 


Talcott Parsons, el desarrollo implica el paso de los patrones tradicionales de conducta --que priman la adscripción, el particularismo y la difusividad-- a los avanzados, marcados por el logro, el universalismo y la especificidad. 

El desarrollo así entendido se mide en relación con una situación que se estima objetivamente mejor, que viene representada por la sociedad urbano-industrial dominante. El modelo desarrollado en los años cuarenta por el antropólogo norteamericano Robert Redfield, conocido como el "continuum folk-urbano"2, refleja de una manera muy clara esta idea que no ha sido abandonada en nuestros días. Para Redfield, las sociedades tradicionales se caracterizan por la multidimensionalidad, de modo que los actos sociales no responden sólo a un interés sino a varios; así, la actividad económica se une a fines productivos, pero también se relaciona directamente con aspectos rituales que favorecen la cohesión social, así como con la estructuración social, el sistema político, etc. El paso de una sociedad tradicional --folk-- a una sociedad moderna, esto es urbana, implica la asunción de la unidimensionalidad de los actos sociales: el acto económico --aquél que permite el desarrollo-- deviene entonces en finalista; se comprende y justifica en sí mismo. Producir y consumir se convierten en las actividades fundamentales de la sociedad desarrollada. Implica asimismo asumir los valores de la sociedad que sirve de patrón de medida para el desarrollo: hipervaloración del logro (self-made man) sobre la adscripción, igualitarismo liberal, especificidad económica derivada de la división social del trabajo3. 

De modo que al menos subconscientemente, porque así se representa en el imaginario colectivo, los conceptos de desarrollo y modernización remiten a aproximación a los modelos socioeconómicos propios de las sociedades urbano-industriales, a las que se considera avanzadas. Lo que supone, en última instancia, abandonar los modelos culturales propios, que pueden considerarse folk o tradicionales, para adoptar los de la sociedad de consumo dominante en la actualidad. 

2. Robert Redfield (1941), The Folk Culture of Yucatan. Chicago: University of Chicago Press. 

3. Talcott Parsons (), El sistema social. Madrid: Alianza Editorial. 

SOCIEDAD LOCAL Y SISTEMA MUNDIAL 

Si es cierto que los conceptos de modernización y desarrollo se sitúan en un campo semántico universalista, unilineal y etnocéntrico, que de algún modo ha impedido a los agentes sociales implicados pensar abiertamente en modelos alternativos, también lo es que las condiciones sociopolíticas y económicas actuales no han permitido salir de ese sendero. En efecto, la preeminencia de la idea economicista del desarrollo, y la equiparación de modernización con el modo de vida de las sociedades de consumo, no es otra cosa que una manifestación más de la posición también dominante de ciertas sociedades en el escenario mundial desde hace ya casi dos siglos. 

El proceso de mundialización de la economía, que ha venido acompañado por el intento de universalización cultural a través de los discursos difundidos por los medios de comunicación de masas, ha producido la polarización social y cultural: dominio del norte sobre el sur; de lo urbano sobre lo rural; de lo "moderno" sobre lo "tradicional"; de los centros sobre las periferias. Se produce además una relación de dependencia que asigna posiciones preeminentes y subordinadas a ciertas regiones; y mientras las primeras luchan por mantener su posición de dominio en el sistema mundial, las segundas encuentran graves dificultades para abandonar su dependencia. Resulta además evidente que el propio sistema requiere de esta división para su propia supervivencia. 

Junto a ello se predica que el desarrollo y la modernización, esto es la asunción de los valores y los modos de conducta social y económica de las sociedades dominantes, es la única tabla de salvación para las sociedades subordinadas. Pero como evidentemente el abandono de la posición dependiente resulta imposible, según es el funcionamiento del sistema, el discurso del desarrollo así entendido deviene en una mixtificación: se corre en pos de una meta imposible, de un espejismo. Cuando se ha producido el prometido incremento de la renta por habitante, la sociedad ha perdido el control sobre su propio destino y se sitúa en una posición de absoluta debilidad, de dependencia extrema. En los niveles regionales, la alternativa ha sido a veces la misma desaparición física de la pequeña sociedad local: los centros urbanos dominantes se convierten en polos de atracción física, y los individuos abandonan sus comunidades de origen y se trasladan a la ciudad, donde también ocuparán posiciones física y socialmente periféricas, económicamente dependientes y culturalmente dominadas. 

UNA ALTERNATIVA PARA EL DESARROLLO 

¿Significa todo lo anterior que no hay alternativa para las sociedades dependientes? Como hemos visto, el de la modernización y el desarrollo es un discurso ideológicamente orientado. El intento de planetarización de los modos de vida de las sociedades dominantes surge de la negación de la diversidad: la modernización tiene un único camino y pasa por el abandono de modos tradicionales, folk, de vida. Pero la misma supuesta universalización pone de relieve cada vez más la importancia de la diversidad y se cuestionan con fuerza, no sólo desde los movimientos sociales sino también desde los ámbitos académicos, la hegemonía de las ideas universalistas --e imperialistas-- que están en el origen del pensamiento planetario: se está produciendo una deslegitimación de estas categorías 4. 


4. Véase, Roland Robertson y Frank Lechner, "Modernization, globalization and the problem of culture in world-systems theory", Theory, Culture and Society, 2(1985): 103-117. También es interesante el debate planteado en el trabajo de Inmanuel Wallerstein, "Societal development, or development of the world-system", en M. Abrow y E. King, edits. (1990), Globalization, Knowledge and Society, Londres: Sage. Esta publicación contiene otros trabajos relacionados con el tema que se discute. 

La cuestión fundamental de la crítica al concepto clásico de desarrollo radica en el hecho de que el proceso de modernización debe llevar implícito el abandono de las categorías tradicionales, y su sustitución por las que son propias de las sociedades dominantes, desarrolladas y modernas, que se toman como modelo. Como se pensaba que la evolución era unilineal y permanente, no había alternativa posible. Sin embargo, este modelo universa-lista es erróneo: el cambio social se produce en la interacción dialéctica entre el pasado y la acción. Como dicen los versos que sirven de entrada a este texto, el tiempo pasado y el tiempo presente están presentes en el tiempo futuro. 

Es así que todo cambio social tiene un componente endógeno --el pasado contiene de algún modo el germen del futuro-- y otro exógeno. El endógeno es consecuencia de la trayectoria de una formación social concreta; el exógeno puede contener elementos imitativos o impuestos en el caso de las sociedades económica y culturalmente dependientes. Pero las trayectorias de las sociedades locales no pueden dirigirse sustituyendo mutatis mutandis las pautas tradicionales de conducta, ni convirtiendo la producción y el consumo en los únicos objetivos sociales. La experiencia histórica ha demostrado que el bienestar no es precisamente una consecuencia de la unidimensionalidad de los actos sociales que Robert Redfield consideraba propia de las modernas sociedades urbanas; así como que la especificidad de los actos económicos que Parsons tenía como deseable, frente a la difusividad de las sociedades tradicionales, no conduce necesariamente a la mejora de las condiciones de vida de las sociedades socioeconómicamente dominadas. 

La importancia que hoy se da al respeto del entorno natural como condición necesaria para mantener niveles de vida aceptables, y que no ha sido precisamente una característica del desarrollo universalista al uso, es sólo una muestra de lo que vengo afirmando. Como también lo es la atención a las condiciones relacionales de los individuos, cuyo abandono en las posmodernas sociedades de consumo ha dado lugar a situaciones indeseables que es preciso evitar. De modo que resulta necesario cambiar la unidireccionalidad del concepto de desarrollo: el bienestar de los individuos y los grupos se logrará 
atendiendo tanto al ámbito de lo económico como a otros aspectos sociales e ideológicos, así como evitando el desarraigo cultural a que el concepto universalista de modernización daba lugar. 

Si el futuro sólo puede construir a partir de la unión del pasado con la acción, es preciso que se tomen como punto de partida aquellos elementos que constituyen el núcleo cultural de los pueblos protagonistas de los procesos de cambio, de forma que los resultados sean coherentes con la tradición y no su-pongan rupturas traumáticas. El reconocimiento y potenciación de la identidad cultural se convierten así en elementos fundamentales en la elección de estrategias y acciones para el desarrollo 5. Si, por otro lado, la vía exógena y economicista a la modernización no permite salir del círculo vicioso, será preciso ensayar un camino endógeno y multidireccional para resolver los problemas, que no "necesidades", de las pequeñas sociedades locales. 

5. . Véase, Xavier Dupuis (1991), Culture et development. De la reconnaissance à l'évaluation. París: UNESCO. 


ALGUNAS CONDICIONES PARA EL DESARROLLO ENDÓGENO 

Si se acepta una propuesta como ésta, resulta necesario hacer algunas precisiones. La primera de ellas es obvia: si está claro que la vía posible para el desarrollo es distinta a la que se proponía desde las instancias tradicionales, también lo es que las sociedades locales no pueden quedar al margen de las condiciones globales que impone el sistema mundial. Si los actos económicos no deben ser considerados unidireccionales, tampoco se puede obviar que no hay posibilidades caminar a situaciones de mayor bienestar olvidando la importancia que tiene lo económico: la planetarización, la macluhiana aldea global, impone ciertas condiciones que evidentemente no pueden ser soslayadas. 

¿Cuál podría ser entonces la alternativa? Precisamente tratar de situarse en el contexto mundial evitando la ruptura con la propia historia; buscando o caminos que partan de la misma sociedad en vez de recorrer senderos impuestos desde sistemas extraños. Como las vías de la evolución y el "progreso" son diversas, conviene caminar por aquellas que son conocidas porque parten de situaciones con las que los individuos y los grupos se identifican. Ese es el camino que hay que buscar: original y no imitativo, porque las condiciones de cada territorio, que es un espacio cultural, son diferentes y las soluciones deben ser del mismo modo distintas. 

Expondré ahora algunos de los requisitos que considero fundamentales para caminar hacia ese desarrollo alternativo y multidireccional 6. El desarrollo ha de ser fundamentalmente endógeno, esto es, debe partir de los recursos propios de la comunidad cuyas condiciones de vida se pretenden mejorar. En este sentido es preciso prestar especial atención a las peculiares características ecológicas, demográficas, culturales y económicas del territorio. Debe ser integral, es decir, ha de atender no sólo a los factores económicos, sino a todos aquéllos que contribuyen a un mayor bienestar de la comunidad: relacionalidad, acceso a la cultura creativa, salud... Es necesario lograr el adecuado equilibrio entre todos los elementos que conforman el sistema sociocultural de la comunidad. 

El desarrollo posible tiene que ser sostenido, es decir, debe garantizar la continuidad de las condiciones creadas, de modo que la sociedad de que se trate sea capaz de superar las dificultades que eventualmente puedan producir los cambios de coyuntura. El proceso que tiene como fin lograr este desarrollo ha de ser participativo, esto es, debe contar con el consenso del grupo al que va destinada la acción, porque tiene que partir de él mismo; el proyecto o programa de desarrollo debe ser conocido y aceptado por el grupo, que debe implicarse directamente en todas sus acciones: debe ser considerado como algo propio y no impuesto. 

6. Estas ideas fueron expuestas previamente en: José I. Artillo y Elías Zamora (1993), ¿Qué es el desarrollo social y cultural?. Ms. inédito. 

Pero quizás, por encima de todo, el desarrollo tiene que ser innovador: debe estar basado en la creatividad social e individual. En este sentido, sin abandonar las bases endógenas de que parte, todo proceso de desarrollo tiene que fundamentarse en la prospectiva permanente, para adaptarse a las ten-dencias predominantes en cada momento; ha de tener en cuenta las nuevas tecnologías, y lograr que los individuos protagonistas de la acción asuman los conceptos de vanguardia y modernidad como conductores permanente de sus acciones. Pero los modelos ajenos sólo sirven como referencia: el avance ha de producirse desde el interior de la propia cultura y siendo congruente con ella. Aunque no está aislado sino en continua e inevitable retroalimentación con su entorno, es original y único. Es este contexto donde adquieren pleno sentido las palabras de Marshall McLuhan: "La verdad no es copia. No es un rótulo ni una reflexión mental. Es algo que hacemos en el encuentro con el mundo que nos está haciendo"7. 

LA CULTURA EN LOS PROCESOS DE DESARROLLO 

Considero que es momento ahora de reflexionar sobre el segundo de los ejes sobre los que gira esta convocatoria: la cultura. Como antropólogo estoy obligado a hacer algunas precisiones sobre el propio término, ya que para los de mi profesión se trata de una palabra casi mágica, el mismo corazón del uni-verso que tratamos de conocer. De un modo general, y desde el principio de que sólo es posible conocer cosas realmente existentes, entendemos por cultura todas aquellas formas de la conducta humana, y sus consecuencias materiales, que son transmitidas de generación en generación por vías distintas a las genéticas. 

Como es evidente que se trata de un significado no común, y desde luego diferente de tiene en el contexto en que nos encontramos, presentaré otros significados que serán algo más útiles para los objetivos que nos proponemos. En un sentido más restringido, algunos antropólogos de orientación funcionalista, y en general los sociólogos, emplean el término para referirse al mundo de las representaciones, a la cosmovisión y la explicación que del mundo hacen los miembros de las sociedades humanas. Desde esta perspectiva, cultura es tanto como universo ideológico o superestructura. En ese universo se comprenden todos los aspectos mentales de la conducta humana, todas las representaciones y explicaciones del universo: las "ideologías", la religión, la ética, las artes, la estética, la cosmovisión, los valores...  

7. M. McLuhan y B.R. Powers(1990), La aldea global. Transformaciones en la vida de los medios de comunicación mundiales en el siglo XXI. Barcelona: Gedisa, pp. 17. 

Finalmente, el sentido más restringido del término es el que lo hace equivalente a expresividad, o lo que de modo más preciso podríamos denominar cultura expresiva, uno de los aspectos de la superestructura ideológica y sus manifestaciones materiales: las artes y todo el universo de formas, ideas y valores asociado con ellas. 

La importancia del universo de la expresividad en los procesos de cambio social y cultural deriva directamente de su propia naturaleza y de la función que desempeña en el sistema social global. El sistema ideológico, y la cultura expresiva como uno de sus componentes, justifica y explica todos los demás aspectos de la conducta humana, representa el universo que nos rodea dándole coherencia. Constituye asimismo una como "memoria" del sistema total: sabemos lo que somos y hacia donde debemos caminar, lo que corresponde hacer en cada momento. Es desde lo ideológico desde donde se edifica el mundo de las aspiraciones, y desde donde se construyen y destruyen los valores que suponemos guían nuestra conducta. 

En el conjunto del sistema sociocultural, las ideologías son consecuencia de la acción, a la vez que representaciones y retroalimentadoras de aquélla. En el proceso de continuo cambio a que todos los sistemas sociales están sujetos, las ideologías son de dinámica "lenta", tienen un tempo de cambio más largo que los aspectos económicos y sociopolíticos de la conducta. Es así que explicamos el presente y miramos el futuro con instrumentos que son del pasado, consecuencia de lo que ya aconteció y de las circunstancias que lo produjeron. Si en las sociedades "tradicionales" el ritmo del cambio era relativamente lento, en el momento actual el mundo vive un período de cambio de aceleración vertiginosa, y las distancias entre el universo de las representa-ciones y el de la realidad llegan a ser inmensas: la obsolescencia puede convertirse en la característica más importante de las ideologías dominantes, frente a una realidad en continua y desbordante transformación. 

Otra vez es obligada la referencia a McLuhan, una de las personas que mejor supieron comprender la naturaleza y la trayectoria de la sociedad actual: su tétrade es el nuevo modelo para mirar la realidad y vislumbrar lo que puede suceder; una nueva y revolucionaria forma de enfrentarse al futuro. Como dice B.R. Powers, discípulo y colaborador del pensador, "cada generación tiene una visión del mundo en el pasado: Medusa es vista a través de un escudo lustrado: el espejo retrovisor"8. Y es esta forma de mirar lo que precisa un cambio. De nuevo debemos dejar hablar a Powers: "a velocidades supersónicas, los espejos retrovisores no sirven de mucho... La humanidad [...] debe hacer lo que hace el artista: desarrollar el hábito de acercarse al presente como una tarea, como un medio a ser analizado, discutido, tratado, para que pueda vislumbrarse el futuro con mayor claridad..."9. 

8. B.R. Powers: "Introducción", en M. McLuhan y B.R. Powers (1990), La aldea global. Transformaciones en la vida de los medios de comunicación mundiales en el siglo XXI. Barce-lona: Gedisa, pp. 14. 

9. Ibid. 

Es en este punto donde la cultura expresiva entra en el juego. La cultura expresiva es una manera de materializar las representaciones ideológicas, un modo de manifestación de las formas de ver e interpretar el mundo de las sociedades humanas. Trabajar sobre ella es también transformarla de espejo retrovisor en telescopio. Pero si el futuro sólo se construye desde el pasado, esa transformación no es la ruptura con la tradición sino su desenvolvimiento. El desarrollo congruente, endógeno, integral, sostenido, participativo e innovador sólo se conseguirá entonces desde dentro de la propia cultura -- entendida en el sentido amplio que los antropólogos damos al término--; desde el territorio que no es sólo un espacio físico sino el lugar geométrico de una sociedad con historia. 

Es obvio, como vimos, que en las actuales condiciones la mejora de las condiciones de vida de las sociedades pasa por la búsqueda de soluciones económicas. También lo es que lo cultural, sobre todo en los ámbitos rurales, representa una muy pequeña parte del movimiento de capitales y mercancías que hoy constituye el centro de las actividades económicas. Por ese camino las "instituciones culturales" tienen poco que hacer en el desarrollo. Pero su papel resulta esencial en el cambio de actitudes, en la búsqueda de nuevas vías, en la preparación de los individuos y los grupos para la búsqueda de las soluciones alternativas. Los denominados "agentes culturales" pueden ser agentes para el desarrollo si se convierten en artesanos de la óptica: las instituciones culturales no han de ser otra cosa que sofisticadas fábricas de telescopios. 


PREGUNTAS PARA EL DEBATE: 

1. El uso permanente de ciertos términos, sobre todo aquellos que son polisémicos, da lugar a veces a situaciones de incomunicación: varios interlocutores pueden estar utilizando el mismo término para referirse a conceptos o significados diferentes. Para evitar esta circunstancia, ¿qué estamos entendiendo por desarrollo? 

2. El actual proceso de globalización deviene en la uniformización cultural como consecuencia de la disminución de las distancias relativas y la acción masiva e igualadora de los medios de comunicación social. Al mismo tiempo, da lugar a la consolidación de estructuras socioeconómicas mundiales que asignan posiciones preeminentes a unos territorios y subordinadas a otros, situación que se repite a escalas continentales y regionales. En estas condiciones, ¿es posible iniciar y mantener en pequeños territorios deprimidos procesos de desarrollo indepen-dientes y sostenibles? ¿Cuál es el grado de compatibilidad entre la cultura local, de la que debe surgir el desarrollo de pequeños territorios, y los modos de conducta y los valores propios de las modernas sociedades de consumo?

La soberanía alimentaria se define desde el desarrollo agrícola local

Con la decisión de avanzar en la producción de alimentos y fortalecer todos los factores que lo garantizan ante las dificultades que nos impone el recrudecimiento del bloqueo, el Grupo Nacional de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar emprendió el recorrido número 84 por todos los municipios del país



17 de julio de 2019 23:07:24


Cultivo de lechuga, trabajo creador y tecnologías sustentan resultados en el Complejo Agroproductivo Raíz del Caguairán. Foto: Pastor Batista

Con la decisión de avanzar en la producción de alimentos y fortalecer todos los factores que lo garantizan ante las dificultades que nos impone el recrudecimiento del bloqueo, el Grupo Nacional de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar emprendió el recorrido número 84 por todos los municipios del país.

Realizado entre el 9 de mayo y el 4 de julio, los especialistas del grupo chequearon la implementación de las indicaciones de los niveles superiores del Estado, el Partido y el Ministerio de la Agricultura (Minag), así como el cumplimiento de los compromisos de producción y de tareas colaterales, el estado y funcionamiento de la base productiva y el intercambio y capacitación de los productores, dijo a Granma la doctora en Ciencias Elizabeth Peña Turruellas, jefa nacional del Programa de la agricultura urbana, suburbana y familiar.

Como aspectos significativos de este recorrido, Peña Turruellas destacó el trabajo realizado por todos los territorios, aunque señaló el gran potencial que aún queda para incrementar las producciones de alimentos y fortalecer sus bases. En este sentido, resaltó que es preciso explotar las características fundacionales de este Movimiento, que fue ideado de manera que induzca sostenibilidad local e independencia de factores externos, además de permitir una mayor eficiencia en la distribución de los agroproductos a la población.

La vinculación de los patios es una tarea priorizada por el Grupo, al ser esta modalidad la genuina expresión de la agricultura familiar en nuestro país y contribuir al autoabastecimiento alimentario a nivel local, de ahí que fuera uno de los aspectos evaluados.

La infraestructura para el riego se mantuvo en este recorrido como uno de los elementos que afecta la recuperación de las unidades productivas y se constató que se continúa avanzando en su solución con el apoyo del sistema de la Agricultura y las autoridades del Partido y el Gobierno en los territorios. Además, se avanza en la recuperación de los Organopónicos Gigantes, a los cuales se les ha dado la mayor prioridad.

La producción de semillas constituye en los momentos actuales una tarea estratégica de primer orden, al evitar gastos de divisa y garantizar material de siembra en el momento necesario, razones por las cuales igualmente se verificó el avance en esta tarea.

Durante el recorrido se desarrolló un seminario con todos los representantes del movimiento a nivel de consejo popular, con participación de dirigentes y entidades vinculadas al movimiento en cada municipio, además de la capacitación directa en las unidades de producción.

Los temas desarrollados en el seminario fueron el autoabastecimiento alimentario a nivel de consejo popular, la crianza de ganado menor para alcanzar los cinco kg de carne percápita mensual y la problemática de la alimentación animal sobre la base del potencial local. Participaron un total de 2 076 personas, destacándose Santiago de Cuba y La Habana con más de 200 participantes cada una.

¿Dónde está la clave para mejorar el transporte público en Cuba?

Recientes datos muestran que el transporte de carga y pasajeros representa el ocho por ciento de los casi 600.000 trabajadores privados, una de las modalidades más representativas dentro del trabajo privado autorizado desde hace nueve años en este país insular caribeño.

SOCIEDAD Patricia Grogg 18 julio, 2019


Un grupo de personas hace fila en una parada de autobuses del municipio de Centro Habana en la capital de Cuba. El deficitario sistema de transporte público es uno de los problemas que enfrenta la ciudadanía cubana cotidianamente.

Foto: Jorge Luis Baños/ IPS

LA HABANA, 18 jul 2019 (IPS) – El tema del transporte en Cuba es como un cubo de Rubik, con muchas caras, distintos colores y una muy difícil solución, resume el biólogo Eldis Batista al evaluar la situación de un sector que el gobierno considera estratégico para impulsar el desarrollo del país.

Este residente de 50 años en el municipio del Cotorro, en el sur de La Habana, es uno de los millares de habitantes de la capital de 2,2 millones de personas que a diario tienen que usar el transporte público para llegar a sus centros laborales.

Batista valora que en los últimos años las autoridades adquirieron nuevos vehículos para las rutas de mayor demanda, pero considera que “el servicio es irregular, inestable y en horarios de más movimiento las paradas permanecen atestadas, porque el parque automotor es insuficiente”.

Asegura que desde que tiene uso de razón, no solo en los 15 municipios que conforman La Habana, sino en todo el país de 11,2 millones de habitantes, la crisis del servicio de transporte ha sido permanente. “Nunca ha estado resuelta; ha tenido periodos de mejoras, pero por una u otra razón es imposible mantenerlo en el tiempo”, dijo Batista a IPS.

El tema fue debatido durante la reunión de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento unicameral), del 8 al 13 de julio. La agenda parlamentaria incluyó la situación del transporte público y evaluó el cumplimiento de las normas jurídicas en las formas no estatales de gestión asociadas al sector.

“El transporte tiene muchos problemas acumulados en sus cuatro ramas: marítima, aérea, automotor y ferroviaria. En esta última se han hecho esfuerzos importantes y los resultados ya se están evidenciando”, reconoció en esa reunión Ricardo Cabrisas, vicepresidente del Consejo de Ministros.


Varios pasajeros abordan un “taxi rutero”, en las inmediaciones de la popular heladería Coppelia, en una céntrica esquina de La Habana. Así llaman en Cuba a las microunidades que transportan hasta 12 pasajeros por una ruta determinada, operadas por choferes autónomos que arriendan los vehículos de propiedad estatal.

Foto: Jorge Luis Baños/ IPS

Según Cabrisas, el gobierno de Miguel Díaz-Canel otorga prioridad a este sector, por su valor transversal en todos los procesos de la vida económica y social del país.

Sin embargo, el servicio de transporte público continúa deficitario, tanto por la escasez y el deterioro del equipamiento para facilitar el movimiento de las personas como la falta de personal para conducirlos, debido a la migración de choferes hacia sectores que ofrecen mayores beneficios.

De hecho, la fiscalización efectuada durante seis meses en 119 de los 168 municipios cubanos, encontró poca disponibilidad técnica y la no correspondencia entre calidad y precio, junto a muchos otros problemas que lastran al sector.

El sistema de transporte nacional colapsó en 1991 cuando desapareció el bloque socialista del este europeo, entonces el principal socio comercial y financiero de la isla. Desde entonces quedó paralizado indefinidamente el proyecto de construcción del metro habanero, que se pretendía llevar a cabo con financiamiento de Moscú.

Ya en aquella época, expertos cubanos coincidían con los de otras urbes latinoamericanas en que solo un transporte superficial de buses nunca resolvería el problema de movilización en una ciudad.

La opción era un sistema público que integre variantes como tranvía tradicional, tranvía ligero, microbús, metro, trolebús, metrobus y otros vehículos livianos.

Actualmente prestan servicio en La Habana alrededor de 700 vehículos distribuidos en unas 126 rutas, cuyo precio por pasaje se mantiene subvencionado, con una tarifa de 0,40 centavos de peso, en un país con un salario medio de 767 pesos mensuales, unos 30 dólares, según la paridad en las estatales casas de cambio (Cadeca).

Un hombre y una mujer suben a un microbús en la capital de Cuba, operado por una de las cooperativas que gestionan el transporte en algunos importantes trayectos en La Habana, mientras detrás espera llegar a la parada uno de los nuevos autobuses que palian el déficit crónico del transporte público en el país.

A ello se suma el servicio de las cooperativas no agropecuarias del transporte que mueven alrededor de 38.000 pasajeros mediante taxis y microbuses, además de unos 187 ómnibus de la estatal Empresa Transmetro que prestan servicios en algunos horarios preestablecidos.

Datos del Ministerio de Transporte indican que en la capital se mueven a diario, como promedio, 1,4 millones de personas, de los cuales un millón lo hacen a través de medios de la estatal Empresa de Ómnibus Urbanos. Pero la oferta apenas cubre 50 por ciento de la demanda de trayectos de la población.

José Conesa González, director general de Transporte de La Habana, explicó que unos 150 choferes han abandonado sus puestos para irse a otros con mayor remuneración, ocasionando un déficit que acarrea que dejen de transportarse diariamente 125.000 personas.

A ello se añaden problemas e insatisfacciones con los cuales se arrastra desde hace años y que influyen en la percepción social de baja calidad del servicio, como impuntualidades e incumplimientos de itinerarios, paradas indebidas y maltrato a los pasajeros.

Adicionalmente perduran condiciones inadecuadas en varias terminales de ómnibus, comercialización ilícita de boletines y apropiación del efectivo, así como la no correspondencia del precio con la calidad del servicio que se oferta.

Entre otras medidas, el gobierno se ha propuesto importar cada año al menos un centenar de buses, así como componentes y piezas de repuesto que permitan modernizar paulatinamente el parque automotor y dotarlo de mayores niveles de disponibilidad.


Uno de los 400 “metrotaxi” adquiridos por el gobierno cubano a Rusia, que circulan por La Habana. Las nuevas unidades de microbuses, conocidos popularmente como “gacelas”, complementan el transporte entre los municipios más poblados de La Habana.

Foto: Jorge Luis Baños/ IPS

A inicios de 2019, arribaron al país 90 ómnibus de la marca china Yutong para el reforzamiento de distintas rutas capitalinas. Se sumaron además 400 microbuses de 12 plazas adquiridos en Rusia que, llamados localmente metrotaxis o “gacelas”, se destinaron al servicio complementario que brindan los taxis y ómnibus de rutas estatales.

Los metrotaxis realizan como promedio más de 5.000 viajes diarios, movilizan a más de 70.000 pasajeros en 24 rutas y trabajan bajo el modelo de la empresa Taxiscuba, que utiliza trabajadores por cuenta propia (privados) y con licencia para la actividad de transporte de pasajeros, para conducir vehículos estatales arrendados.

Sus precios por pasajero van de cinco a 15 pesos (entre 20 y poco más de 60 centavos de dólar) según el recorrido.

Sin embargo, lo que comenzó como un experimento prometedor, fue desvirtuado por una inadecuada planificación, lo que llevó al propio gobierno a reconocer “que no ha alcanzado los objetivos previstos, pues los transportistas rechazan el servicio en ruta, que es más demandado por los pasajeros por ser más económico”.

En el barrio de Alamar, en La Habana del Este, “las gacelas han incrementado las frecuencias de salidas de pasajeros ahora con algo de comodidad y rapidez en el recorrido. Pero resulta insuficiente la cantidad de carros de este tipo y las opciones de confort que brindan, pues son muy calurosos”, dijo a IPS la usuaria Danay Caballero.

Según cifras de la Dirección General de Transporte de La Habana, aproximadamente 26 por ciento del total de pasajeros estimados en la capital recurren a los transportistas privados, pese a que una buena parte de ellos ofrece sus servicios, en automóviles viejos y en mal estado, como “taxis ruteros”, aquellos que tienen rutas prestablecidas.

Desde el año pasado, el gobierno mantiene con estos transportistas un pulso no del todo resuelto, a fin de minimizar la crisis generada por las medidas que buscan reordenar el sector y controlar las ganancias de los particulares.

Al respecto, un grupo de normas entró en vigor en octubre y diciembre de 2018, pero tal reordenamiento generó amenazas de posibles manifestaciones y una especie de “huelga silenciosa” que dejó las vías semidesiertas en el último mes del año, lo que aumentó las tensiones en el sector.

Recientes datos muestran que el transporte de carga y pasajeros representa el ocho por ciento de los casi 600.000 trabajadores privados, una de las modalidades más representativas dentro del trabajo privado autorizado desde hace nueve años en este país insular caribeño de gobierno socialista.