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sábado, 31 de octubre de 2020

Economía, decisiones y comportamientos

 Por Rafael Alhama Belamaric

Se sabe, no importa si aceptamos o evitamos los cambios, si los potenciamos o frenamos, siempre son difíciles, en cualquier escenario, circunstancias y condiciones, máxime si de reformas económicas se trata en tiempos de crisis global, que puede ser un similar al problema de cuadratura del círculo. Son inevitables las aproximaciones sucesivas.

Es una situación crítica, no sólo epidemiológica y de salud, sino que esta es parte de una multicrisis, desde personal hasta económica (subrayando la escasez en la producción, comercialización y consumo) hasta el nivel de economía global y la sociedad. 

Porque son acciones y decisiones humanas que crean trastornos y conflictos adicionales, exigen comprensión y conocimientos de nuevas dimensiones y utilización de métodos no tradicionales o acostumbrados para la solución de problemas, donde confluyen campos y disciplinas. Solución de problemas existentes, pero también problemas nuevos generados por los procesos de cambio de las condiciones de vida y de trabajo. Aminorar estas dimensiones y su complejidad puede ser tan contraproducente, como reducirlo a aspectos o problemas parciales. En el caso nuestro, frente al comportamiento heroico cotidiano de muchos, el  agotamiento y la incertidumbre pueden definir el comportamiento de otros tantos. Para todos, es válido tener en consideración estos aspectos, pero en primer lugar para los que toman decisiones a cualquier nivel.

Pero tal pareciera, aún a estas alturas del siglo XXI que los múltiples temas y disciplinas que tratan el comportamiento humano, económico, social, político, siguen siendo menores, incluso cuando se incluye entre éstas a la economía, que a veces se olvida que es una ciencia social.

Para no hablar de la psicología, o la sociología. Realmente la pregunta es si es posible hablar de un comportamiento económico y de las variables que inciden en la toma de decisiones económicas, individuales y colectivas, así como de las formas cómo las personas comprenden este mundo y sus variaciones, sin hablar de comportamiento humano con diferentes enfoques integrados. Se trata de conductas posibles en un espacio y tiempo determinado, en un entorno definido. La respuesta es no. ¿Es posible producir cambios o trasformaciones, por mínimos que sean, que no tengan en cuenta el comportamiento humano? La respuesta es no. Esto va más allá del gestor de cambio a nivel organizacional, pero también lo implica, y sigue siendo asignatura pendiente. Trataré de ir más allá del consumidor.

Variadas disciplinas humanas, y campos, se han ido sumando a lo largo del último siglo al conocimiento de las acciones de tipo económico, además de la teoría económica, como es la sociología, historia, antropología cultural, la psicología, la filosofía política y social, la ética, la política.

Comportamiento guiado por valores (Weber, Pareto)

Comportamiento gobernado por reglas (Weber, Hayek, Veblen, Durkheim)

Comportamiento afectivo (Weber, Schumpeter, Keynes)

Comportamiento orientado por el poder (Weber)

Comportamiento orientado a la aprobación social (Weber, Veblen)

Modelos histórico-institucionales de comportamiento (Durkheim, Weber, Parsons). 

En todo caso, cualquiera sea el nivel y profundidad de las transformaciones, y su implementación exitosa, y los resultados esperados, es imprescindible no sólo el trabajo con las personas, como muchas veces se dice, sino conocimientos acerca de las personas, no como masa homogénea.  Más allá de convertirlo en cliché, debe estar presente desde la concepción, diseño y fijación de etapas, fijación de metas, ajustes, reforzamientos, creación de nuevas estructuras, desarrollo de nuevos sistemas y mecanismos, fomento de actitudes y conductas, nuevas formas de trabajar.  Es imprescindible el conocimiento y cooperación de diferentes disciplinas y de la tecnología, que han sido muchas veces desatendidos en los diferentes procesos pasados.

Esto nos llevaría directamente a la necesaria explicación, sobre comportamientos pasados y presentes, y sobre todo de creencias, de que los cambios, son todo menos una relación matemática, de suma y resta, o de acción y reacción, o como la elaboración de un producto en que las decisiones, medidas y aplicaciones de un lado provocan o llevan a un resultado esperado, preconcebido, y no a otro.

Más allá, la Economía Política, de carácter histórico, y como rama interdisciplinaria que estudia las relaciones sociales implicadas en los procesos de producción, sus leyes, la distribución de la riqueza, el cambio y consumo de los bienes en la comunidad, que también debe nutrirse de elementos psicológicos, sociológicos y políticos, de derecho y de comunicación, que haría más enriquecedor un análisis simplemente económico basado en datos estadísticos, estaría en mejores condiciones para intentar explicar cómo los contextos, condiciones e instituciones de tipo político inciden en el comportamiento y los procesos económicos. Las diferentes escuelas de economía política, desde al menos mediados del siglo pasado han avanzado en este sentido, y han hecho sus propuestas y desarrollos. Han derivado en unas cuantas formulaciones como la teoría de decisión, la teoría de juegos, la racionalidad estratégica, o la teoría de acción colectiva, de particular interés para destacar. De cuándo y cómo actuará un grupo de personas conjuntamente con un mismo propósito, o no; acción colectiva con el mismo propósito, intereses comunes, pero que no necesariamente lo harán por la misma vía ni los mismos medios, ni al mismo tiempo.

Quizás escapa en esta breve presentación, plantear que diversos individuos y grupos tengan intereses en comun, y por qué y en qué condiciones pueden actuar de conjunto en función de sus intereses, no necesariamente parte de entidades supraindividuales como son las clases sociales, o colectivos, a priori. Un interés común, un grupo de individuos cada uno con sus motivaciones, actuando de conjunto, exige un conocimiento y una rigurosa aplicación de comportamiento colectivo sin violar la individualidad. No es  necesario que todos actuen de conjunto, al mismo tiempo, con los mismos medios. Aunque el beneficio puede ser colectivo, general, el costo es individual, y cada individuo lo evaluará así, y actuará en consecuencia. De cómo alcanzar la cooperación, sin forzar las acciones que lleven al colectivo a defender sus intereses, es el quid de la cuestión. Es la confianza la que salva la situación, o al menos es un buen punto de partida. No es un asunto trivial.

Para aprovechar mejor el tiempo y espacio, imagínense cualquier situación vivida como participante, desde la familia, colectivo laboral, grupo social. o a nivel de sociedad. En la familia extendida, incluso nuclear, todos persiguen su bienestar, pero cada uno de los integrantes lo hará de forma particular. A nivel del centro de trabajo, de una empresa, todos entenderán y tendrán experiencias propias, de qué ocurre cuando se pretende que todos cumplan con determinados objetivos, con el mismo cronograma, es decir, al mismo tiempo y del mismo modo.

Cuántas discusiones e incomprensiones ha generado esta postura forzada en los distintos procesos llevados a cabo desde la década del 70, llámese este Normación, Organización Científica del Trabajo, Cálculo Económico con innumerables discusiones acaloradas e incomprensiones acerca de los costos y la rentabilidad, Brigadas Integrales, Perfeccionamiento Empresarial que se fue alejando cada vez más de los objetivos originales, o reformas generales del salario, o mejor dicho propuestas desoídas después de 1982, con sus limitaciones de enfoque, incomprensiones acerca de las complejidades y rechazo de propuestas de escalas que tuvieran en cuenta los costos de vida, como ocurrió en 2005, o en la formación de Cooperativas fuera de estructuras ministeriales, y Trabajo por Cuenta Propia inicialmente propuesta su diferenciación, ambos congelados en el tiempo.

Las transformaciones económicas deben propender acrecentar, incrementar o aumentar el mejoramiento continuo de las condiciones de vida, con avances reales sucesivos a partir de los logros alcanzados de etapas anteriores, evitando por todos los medios los retrocesos para tomar decisiones que debieron haberse ejecutado en momentos anteriores.

Es cierto que hubo crisis recurrentes, dadas las condiciones  adversas y agresivas del desarrollo económico, pero no sería exacto decir que fueron de la misma intensidad y peso a lo largo de las seis décadas. Sería desconocer el enorme esfuerzo de todas las partes implicadas, sobre todo de los países del Consejo de Ayuda Mutua Económica, y en especial por parte de la URSS, para elevar las inversiones (ineficientes, con bajos o muy bajos niveles de aprovechamiento de las capacidades instaladas) sobre todo a finales de la década del 70 (incluso antes cuando se iba de compra por siete equipos y se regresaba con un adicional de otros siete), y los años 80, crecimiento que sobrepasó en algún momento el producto material bruto (PMB) y la relación inversión/PMB con constantes y más altas, a niveles dificilmente alcanzables en estos momentos.

De regreso al tema, sin leer ningun libro de otras experiencias, ni teorías, es si se obliga a llevar a cabo un proceso de cambios, de forma rígida, y sin tener en cuenta los posibles diferentes comportamientos, en que se espera que cada uno de los interesados lo haga de la misma manera al mismo tiempo para cumplir con los objetivos generales prestablecidos, puede ser tan o más contraproducente que si no se hiciera nada.

Claro que mientras mayor sea el colectivo, hasta el nivel de sociedad, menos previsibles serán las acciones o comportamientos colectivos en función de los intereses comunes, y desde luego, más complejo  con los comportamientos. Hay que tener en cuenta que siempre habrá unos que actuarán primero (bola de nieve), y el resto  seguirán de acuerdo a los resultados, benefícios, o éxito alcanzado. Son estos los elementos, poco entendidos, y casi nunca antendidos. Pero son los que pueden llevar a la cooperación y acción colectiva, que para algunos siempre se verá como precio superior al beneficio individual que les puede reportar. La acción colectiva (Olson,M. 1991), coherente, no se debe dar por descontado, porque puede llevar a las peores estrategias para el conjunto.

Entonces, ¿cómo hacerlo cuando se trata de medidas que afectan más allá de un grupo, un colectivo u organización identificada, a toda la sociedad?

Hace más de un  siglo existe un libro “Psicología económica” de Tarde, pero no es hasta los años 50 con Katona, y la sociedad como sistema dinámico abierto, algo más conocido, con su perspectiva cognitiva, en que considera los motivos, actitudes, expectativas y aspiraciones como variables interventoras que median entre los estímulos económicos y las respuestas comportamentales, que se comienza a hablar de las influencias de la psicología en determinados aspectos económicos, como es el ahorro, motivaciones empresariales,  la toma de decisiones, o la inflación, y luego con McClelland, Simon, Kahneman, Tversky, Rabin, se incorporan variables de orden psicológico. En los años 70 vendría Strumpel y en los 80 Van Raaij, con nuevas variables como el bienestar subjetivo, o comportamiento económico respectivamente, y cómo la percepción de los diversos aspectos de la vida de un individuo, como es el trabajo, consumo, ingresos, nivel de vida influyen. Van Raaij insiste en la importancia de la retroalimentación entre la conducta económica y las condiciones del medio.

Por lo tanto el tema, o problema, no es nada novedoso, pero si actual, cada día más actual, hasta la incorporación de nuevos campos como la neuroeconomía, a ver si la ampliación del conocimiento a través de la cooperación interdisciplinaria, puede atenuar en algo las crisis que se viven.

No se trata de psicologizar la economía, sino  de incorporar el componente subjetivo en los diferentes procesos económicos y a diferentes niveles, y por otra parte, no es posible con las complejidades de la vida actual, entendida la economía como parte de ésta, no tener en cuenta las variables económicas para el bienestar, satisfacción, consumo, o de las actitudes de las personas involucradas en los distintos procesos. Lo cierto es que es cada vez más difícil destacar la  “racionalidad aplicada a las decisiones económicas”, que deja de lado muchas veces, o apenas se lo menciona, la vida cotidiana de las personas. Porque, detrás de cada decisión económica y cada proceso económico, existen personas e individualidades subjetivas, influencias grupales y colectivas que intervienen, pero hay que recordar también son personas e individualidades subjetivas, los interesados.

Así se comenzó a prestar atención al interés común, a través de los consumidores.  Sobran pruebas empíricas y desarrollos y propuestas teóricas, acerca del interés y la percepción común del consumidor,  las decisiones individuales y elección racional, decisión de oferta y decisión de demanda, la conducta de los emprendedores, así como más recientemente, de las redes sociales, el significado del dinero, la economía política, la percepción del tiempo y las creencias, así como la influencia de los grupos sociales, las actitudes y valores de las instituciones.

Desde luego, casi todo se mueve alrededor del mercado, relaciones de mercado, pero casi nadie o pocos toman en cuenta, algo que se extiende por el mundo desde hace un tiempo, debajo del radar. Es el enorme poder dado a los políticos, peculiaridad del llamado crono capitalismo (dios Chronos de las edades), es decir, entendido como sistema social y económico en constante movimiento, estructuralmente propenso a generar crisis sistémicas, o quizás generador de crisis como medio de transformación, en todo caso, mantiene una capacidad de  transformación.

Estas capacidades de transformación, con políticas más, o menos liberales, persiguen por encima de todo la eficiencia, abogando, supuestamente, por un menor protagonismo del Estado. Digo supuestamente, porque aquí hay tantos criterios y prácticas que no es posible convertirlo mecánicamente en una fórmula. Sobre todo no en los últimos tiempos, en el último año, cuando el mundo enfrenta una crisis global de proporciones insospechadas, cuando la mayoría estaría de acuerdo en que sin el Estado no hay políticas sociales válidas en profundidad y cobertura, y lo mejor sería fortalecer esta función de bienes públicos, pero disminuyendo su papel en cuanto a libertades empresariales o corporativas. Así surge todo una corriente, muy poco comentada, del papel del Estado, también en la economía, en tiempos de crisis, para la “estabilización del sistema”, imprescindible para las otras libertades.

Suficientes libros se han escrito desde hace décadas que abordan cómo el capitalismo ha sabido adaptarse a los cambios fundamentales que determinaban su propia existencia futura del sistema. Así aparecieron textos que la mayoría de los estudiosos e interesados conocen a través de lecturas acríticas acerca de las nuevas estructuras de producción. que renuevan sus elementos tanto como su propia naturaleza y las relaciones e interconexiones entre ellos. Al mismo tiempo se transformaban, fundamentalmente, las maneras y los mecanismos de actuación del capital explotando, en el modo dinámico, los alcances de la revolución contemporánea técnica. Y todo ello que ha llevado al nacimiento de una nueva etapa en el desarrollo de la economía capitalista, llamada por muchos de capitalismo supra nacional. Y las concepciones sobre economía y otras disciplinas, también se enriquecían. 

Pero, ¿qué es lo que ha ocurrido con el socialismo del este para no hablar del oeste?

Establecimiento de una concepción relacionada con el Estado, que ha sido identificada en el último siglo de prácticas del socialismo como el eje centralización-descentralización, con una concepción estadocentrista y suprafuncional basado en un supuesto “centralismo democrático”, y “propiedad social sobre los medios de producción” que administra el Estado en representación de todos, que determinó prácticamente todas las actividades, incluida la económica, en consecuencia los comportamientos, y que frenaba cada vez más y ponía límites al desarrollo de las relaciones de producción, que aún no ha sido resuelto ni teórica ni prácticamente. 

Si la diferencia básica entre la fase socialista y comunista, dicho de forma simple, reside en el desarrollo de las fuerzas productivas y en el grado de madurez de las relaciones de producción, y el Estado en representación del pueblo administra la propiedad social, muchos se han preguntado ya ¿de qué manera y en qué sentido madurarán las relaciones de producción con el papel disminuido del productor directo? ¿O es la relación DFP-RP es automática? ¿Porque es tan difícil concebir y asimilar otras formas colectivas de propiedad sobre los medios de producción más cercanas e identificadas con el productor directo como parte de la institución representativa del poder estatal que no sea como propiedad estatal con instituciones multiniveles burocratizadas? La socialización de los bienes de producción, no los de consumo, pasa irremediablemente por la socialización de los procesos de producción y la dirección de estos procesos, que también abarca la descentralización de las decisiones económicas, las diferentes formas de propiedad y cambios de contenido de la planificación. 

Me atrevo a decir, que este dilema, consciente o inconscientemente, visto desde otra perspectiva, estaba presente en todas y cada una de las propuestas de reformas económicas de los países socialistas de Europa de Este, parciales, frenadas o abortadas, fracasadas en los resultados alcanzados, incompletas, sin suficiente y necesario desarrollo teórico conceptual, que no pasaran de repetir mecánicamente frases, ideológicamente congeladas en el tiempo, sin adecuaciones necesarias a las prácticas sociales, y el momento histórico-concreto de estas sociedades. Se olvidaba la palabra y concepto “transición”; se olvidaba el contexto, y se insistía en un ideal, por caminos nada ideales. Este tema recurrente, menos de lo que debiera ser, es necesario, porque forma parte de la historia, del contexto institucional, y de la percepción previa, que influirá, sin duda, en las percepciones y comportamientos actuales, a nivel individual y a nivel grupal.

La mezcla de intereses comunes- interés individual-confianza-cooperación-acción colectiva, puede ser explosiva si no se maneja con cuidado. La acción colectiva coherente, no forzado por presiones sociales, es un fenómeno social complejo, no cotidiano. Pretender otra cosa, es anular la individualidad. Desde luego que existe, pero la racionalidad de la acción colectiva, además de los intereses de los integrantes, exige de incentivos selectivos, además de incentivos compartidos, desde la propia participación en las acciones hasta los resultados. Y un marco institucional y transformaciones institucionales puede coadyuvar a la racionalidad colectiva.Todos han oído hablar de pertenencia, bueno, este es el camino que conduce a esta.

Si se introduce la incertidumbre, por complejidad, o por carencia de conocimientos y de definiciones, se complica aún más la cosa. Esta puede estar presente no sólo cuando cambian las reglas de juego, sino cuando cambian las condiciones en que se desenvuelve la persona, grupo o colectivo, lo cual provocará cambios o dificultará las respuestas racionales, sobre todo si no se cuenta con información necesaria y suficiente, que influyan positivamente en las estrategias personales. Lo primero que hará esta persona o grupo, es identificarse y adscribirse a una entidad colectiva con la que mejor se identifica, que le puede reportar beneficios en la identificación del camino a seguir, en definitiva de mayor certidumbre (Pizzorno, A. 1989).

El problema de la acción colectiva, desde la perspectiva de la racionalidad estratégica, es decir, que se sostenga y que sea ordenada, no es un problema trivial ni una complicación artificial derivada de los propios presupuestos de la teoría, y ha sido subestimada y mal urilizada. Se trata de hermanar la psicología y la economía, que parten del tronco común, aunque los deseos, propuestas y metodologías seguidas a lo largo de más de un siglo, se fueron alejando una de otra. Pero la interdependencia existe. Ambas se interesan por el comportamiento humano, para ser objetivos, a pesar de sus avances no exactos ni en uno ni en otro caso. Quizás si fuera así, sería más fácil, pero también más preocupante. Son incompletas, una y otra, si no se tienen en cuenta mutuamente,  para los temas objeto aquí tratado.

Ya dije que no es suma y resta de variables, de crecimientos económicos, ni siquiera de desarrollos a nivel económico o nivel social, o de políticas que propenden al bienestar general de la sociedad, basado en una supuesta racionalidad, que en un  momento o etapa dieron unos resultados, pero en otros no. En todo caso, si no se tienen en cuenta las personas e individualidades subjetivas, las influencias grupales y colectivas que intervienen en cada proceso, en cada decisión, en cada acción, en cada momento. Y los momentos son diferentes.

No es necesario mencionar las medidas últimas aprobadas, sobre la empresa estatal socialista, las cooperativas en general, los trabajadores por cuenta propia, la micro, pequeña y mediana empresa, la inversión extranjera, ni de la dualidad y reunificación monetaria y de sus causas anteriores y consecuencias actuales, que abarca las más disímiles esferas económicas y actividades hasta las individuales. Ya hay suficiente material crítico, analítico, abarcador y constructivo, escrito por colegas. Algo digno a tener en cuenta. 

Sin embargo, desde la aprobación de los lineamientos económicos del VI Congreso del Partido ya se hablaba de la casi totalidad de estos actores y medidas. La revitalizada reforma económica en vías de implementación, luego de doce años de frenajes y reajustes, y las medidas recientes para estimular la empresa estatal cubana para alcanzar la autonomía empresarial, cuya intención, objetivo y necesidad, son de una época muy anterior a ésta década, anterior incluso al proceso de Perfeccionamiento Empresarial de 1998, o a la Resolución  Económica del Partido Comunista de Cuba de 1997, al cálculo económico de los 80, a la OCT de los 70, encuentra sus raices más profundas en las Tesis y Resoluciones y los objetivos del I Congreso del PCC y del primer quinquenio, cuando se proponía “autonomía e iniciativa de la empresa“. 

En la realidad actual, se impone profundización y desarrollo en temas no atendidos o desconocidos hasta ahora, tanto a nivel de las inversiones, que es mucho más que ofrecimiento de una propuesta en una carpeta; o sobre la compra (compulsiva); o de las preferencias del consumidor que permitan estrategias de implementación más reales, puesto que las consecuencias de las decisiones económicas deben ser la satisfacción y el bienestar de los individuos, aunque pueden llevar también al descontento, que es imprescindible monitorear. Hace décadas atrás existió toda una institución para ello. Estos comportamientos, y las decisiones que llevan a ello, sirven de aprendizaje que pueden influir en las próximas decisiones, para no volver sobre el mismo camino. 

No es posible desconocer que existen diferentes estratos socioeconómicos de pertenencia, cada uno con elementos comunes, pero con experiencias particulares, que generarán comportamientos diferentes, con expectativas sociales y económicas diferentes, e influirán de manera diferente en el sistema político y cultural en que está inserto cada individuo. Las condiciones y circunstancias de estos individuos, grupos o estratos (tamaño, ingreso, familia, situación de mercado) no sólo pueden limitar las acciones y actuaciones a partir de determinadas decisiones económicas, sino su propia explicación o entendimiento, provocando actitudes pesimistas o generando expectativas demasiado optimístas, lo cual, en uno y otro caso, lleva a decisiones de gastos, inversión o ahorro. 

Por tanto, es importante tener en cuenta que los determinantes de las decisiones económicas incluyen variados factores, actores y su accionar, desde personales y situacionales, pasando por los sociales y culturales, hasta económicos generales que pueden estimular o no la conducta, y por tanto, pueden estimular o no el comportamiento económico.

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Favorecida cuentapropista artemiseña por estrategia económica cubana

 

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Artemisa, 31 oct (ACN) Caridad María González Guerra es una de los 54 artemiseños que establecieron contratos para importar insumos como parte de la estrategia cubana que permite a las empresas estatales líderes en exportación e importación ofrecer sus servicios a las formas de gestión no estatal.

González Guerra, natural de Güira de Melena y dedicada a la elaboración de helados hace ocho años, es, además, la primera del territorio favorecida por este mecanismo, con una importación realizada y otra en proceso.

Según destacó a la Agencia Cubana de Noticias (ACN), ha sido vital la puesta en práctica de esta iniciativa como vía de acceso a componentes de calidad ante la imposibilidad de comprarlos en el mercado cubano, impactado por el bloqueo económico, comercial y financiero que impone Estados Unidos al país.

Este mecanismo mercantil, dijo, estabiliza la adquisición de los ingredientes para superar las 100 tinas de helado de cuatro litros que elabora mensualmente, y le permitirá concretar procedimientos comerciales y sanitarios para expandir la venta hacia entidades estatales mientras mantiene las ofertas a la población, su principal cliente.

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Señaló que la importación de materias primas, además de elevar los volúmenes y calidad del helado, abre una puerta a la comercialización en moneda libremente convertible (MLC) para adquirir los insumos y equipamiento profesional que sustituyan los caseros con los que trabaja, los cuales reúnen los requisitos necesarios, pero son de pequeño porte y, por tanto, limitan la producción.

Caridad Milagro Rodríguez Montoya, jefa del departamento de Comercio exterior, Inversión extranjera y Colaboración económica del Consejo de la Administración Municipal (CAM), informó a la ACN que otro par de cuentapropistas de Güira de Melena firmaron contratos para importar recursos con vistas a la preparación de pinturas ecológicas y la reparación de equipos mecánicos y de combustión.

Jorge Luis Oramas Vargas, jefe del departamento de Comercio Exterior, Inversión Extranjera y Cooperación Internacional del gobierno provincial, explicó que durante el mes de octubre se experimentó un aumento considerable de los interesados en esta alternativa por los beneficios ofrecidos.

En septiembre, precisó, 16 personas naturales y jurídicas iniciaron el proceso y al cierre de octubre las cifras reflejan 114 interesados, de los cuales 84 abrieron sus cuentas en MLC y 54 firmaron contratos con entidades importadoras-exportadoras.

Entre los artículos de mayor demanda, añadió, resaltan los insumos agrícolas y las materias primas para la manufactura de artesanías y comestibles.

Ordenar la economía exigirá que seamos más eficientes ante el trabajo

El ordenamiento monetario y cambiario en Cuba es un paso imprescindible para avanzar en la Estrategia económico-social del país, alejar aquellas distorsiones que hoy desestimulan la eficiencia y la generación de riquezas, y transformar un grupo de medidas que en su momento fueron necesarias, pero que han perdurado en el tiempo, y aunque durante ese proceso resulte inevitable hacer ajustes, no habrá terapias de choques


31 de octubre de 2020 00:10:05

Marino Murillo Jorge, jefe de la Comisión Permanente de Implementación de los Lineamientos, ratificó que se respetará el saldo que hoy tienen las personas en sus cuentas bancarias según el tipo de cambio actual. Foto: José Manuel Correa

El ordenamiento monetario y cambiario en Cuba es un paso imprescindible para avanzar en la Estrategia económico-social del país, alejar aquellas distorsiones que hoy desestimulan la eficiencia y la generación de riquezas, y transformar un grupo de medidas que en su momento fueron necesarias, pero que han perdurado en el tiempo, y aunque durante ese proceso resulte inevitable hacer ajustes, no habrá terapias de choques.

Así aseguró Marino Murillo Jorge, miembro del Buró Político del Partido y jefe de la Comisión Permanente de Implementación de los Lineamientos, durante el intercambio que sostuvo con los diputados cubanos, previo al V Periodo Ordinario de Sesiones de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, y que fue transmitido este viernes.

Dicho proceso, indicó, es más grande que quitar una moneda. No solo estamos hablando de la unificación monetaria y cambiaria, sino también de la eliminación de los subsidios excesivos y gratuidades indebidas, así como de una reforma salarial que conducirá a la transformación de los ingresos de los trabajadores, incluyendo los salarios y el sistema de pensiones y de las prestaciones de la asistencia social.

En el entorno monetario cubano, reflexionó, existen dos monedas domésticas de curso legal –CUC y CUP–, así como dos tasas de cambio, el del circuito de entidades mayoristas que fija 1 CUP x 1 CUC, y el circuito de personas naturales minoristas de 25 CUP x 1 CUC.

Para las personas en Cuba, el peso ya está devaluado y, consecuentemente, el salario ha perdido capacidad de compra; donde no se ha devaluado es en el sistema empresarial, y eso es lo que haremos, señaló.

«La gran diferencia entre las dos tasas de cambio implica riesgos, entre ellos la devaluación del peso cubano y, con ello, un proceso inflacionario, y este último elemento lo trataremos de controlar para que no supere lo que hemos estimado», afirmó.

A su vez, dijo, la devaluación viene acompañada de ajustes fiscales y monetarios, y favorecerá a los exportadores y a los que sustituyen importaciones. El reto, no obstante, es lograr una devaluación real y no nominal, para que así el tipo de cambio y los precios no crezcan en la misma medida, agregó el Jefe de la Comisión Permanente de Implementación de los Lineamientos.

El ordenamiento monetario y cambiario no está exento de riesgos, puntualizó. Uno de los más significativos –reiteró– es que la inflación sea mayor que la diseñada, como consecuencia de la solución a la dualidad monetaria. «Asimismo, algunas empresas estatales pueden presentar insolvencia por el efecto del incremento del costo de las materias primas importadas y la aplicación de la reforma salarial».

Otro peligro es la percepción, por parte de la población, del deterioro de la
capacidad de compra de los ingresos y del ahorro, debido a la eliminación de una parte de los subsidios y gratuidades que hoy se mantienen en la sociedad, y por la posible inflación, comentó.

Al respecto, ratificó que se respetará el saldo que hoy tienen las personas en sus cuentas bancarias según el tipo de cambio actual. «En el caso de las cuentas de ahorro, si hay incrementos de precios, inevitablemente se perderá capacidad de compra, pues resulta insostenible para la economía multiplicar ese ahorro por el tipo de cambio que se establezca. Eso nadie lo hace en el mundo».

«En relación con el sistema empresarial, vamos a cambiar el método que tienen para formar los precios, y así eliminar la ecuación de costos más un margen de utilidad, que en muchos casos nos ha llevado a financiar ineficiencias».

Según Murillo Jorge, como parte de un ejercicio que se realizó con 1 717 empresas –de ellas 1 275 de subordinación nacional y 442 de subordinación local–, con la intención de medir impacto financiero de estas medidas, pudimos conocer que, como regla, los exportadores y los que sustituyen importaciones tienen un resultado favorable, en tanto, las empresas de
subordinación nacional, en su conjunto, obtienen utilidades netas superiores a 100 000 millones de pesos.

Para aquellas empresas que reportaron pérdidas, se ha diseñado una estrategia para «calzarlas» monetariamente, al menos durante el primer año, luego de aplicado el ordenamiento monetario y cambiario, señaló.

Con ello, expresó, estaríamos evitando el cierre de estas entidades y situaciones como el desempleo, o que dejen de llegar a la población servicios básicos y de primera necesidad, que son generados por esas empresas. «Sin embargo, debe quedar reflejado el compromiso de cómo, en el tiempo, esas pérdidas se van a reducir y que la empresa irá ganando en competitividad».

Por otra parte, a las empresas de subordinación local del Comercio, Gastronomía y Servicios Personales y Técnicos no se les van a financiar las pérdidas, alertó.



¿CÓMO EVITAR UNA INFLACIÓN MAYOR QUE LA DISEÑADA?

A la par de la unificación monetaria y cambiaria, se han diseñado otras disposiciones que tienen en cuenta los riesgos que implica el proceso. Una de esas medidas, dijo el miembro del Buró Político del Partido, será flexibilizar la distribución de utilidades en las empresas para la repartición a sus trabajadores, con lo cual se busca poner en igualdad de condiciones a todos los actores económicos del país.

Habrá un descalce asociado a la devaluación en las obligaciones externas vencidas, las cuales serán asumidas por el Presupuesto del Estado; y se otorgarán créditos-puentes a las empresas, consistentes en facilidades de corto plazo para capital de trabajo, inversiones o salarios, añadió.

Las medidas contenidas en la Tarea Ordenamiento se aplicarían a inicio de un mes, para que las empresas puedan cerrar sus estados financieros y abrir con el nuevo tipo de cambio, comentó.

«Eso significa que el día primero de ese mes amanecemos con los nuevos precios y, para que los trabajadores puedan afrontar ese cambio, se ha diseñado un esquema de anticipo de salario». La empresa pagaría a sus trabajadores ese dinero los últimos tres días del mes anterior, y luego, en la fecha de cobro, entregaría la diferencia; para los pensionados y asistenciados también se va a aplicar ese mismo método de anticipo, explicó.

«Por otra parte, en aras de evitar inflaciones mayores que las diseñadas, se ha propuesto que un grupo reducido de productos que son transversales a la economía, tengan precios centralizados».

Se trata de 42 productos, entre ellos, el combustible, energía eléctrica, agua y alcantarillado, cemento, azúcar, café mezclado, picadillo texturizado, de res y de pescado; compotas, leche, queso fundido, yogur de soya y natural, mortadella, pastas alimenticias, pan de corteza dura, salchichas de pollo, cigarros y pasta dental, entre otros más.

Se definieron precios centralizados para Acopio y el sistema minorista, y se le dará facultad al sistema empresarial para que forme esos otros precios, que no son centralizados, pero tienen determinados límites, agregó.

«En relación con las formas de gestión no estatal, hemos propuesto un mecanismo de contención de precios mediante acuerdos, pues es verdad que van a recibir crecimientos de costos».

Una de esas medidas es la adecuación de la carga tributaria. La intención, dijo Murillo Jorge, es reducirles costos en términos de impuesto, con el objetivo de que no necesariamente el crecimiento de los precios sea al mismo ritmo de los costos.

También aumentará el mínimo exento, que es la parte del ingreso sobre la cual las personas no pagan impuestos porque respalda el costo de la vida, y el gasto deducible, agregó. «Este es el momento en que las formas de gestión no estatal actúen con responsabilidad social, a partir de la adecuación tributaria, aunque eso no se puede dejar a la espontaneidad».

Sobre el salario, destacó que tendrá como punto de partida la canasta de bienes y servicios de referencia, y se cumplirá el principio de que satisfaga las necesidades del trabajador y su familia.

Explicó que las diferencias entre el salario bruto y neto radica en la contribución a la seguridad social. «El elemento que se introduce, es que todos debemos pagar ese 5 %, con lo cual estaríamos financiando nuestra propia jubilación». El salario mínimo neto, que es el queda después de pagar la seguridad social, permitirá acceder al valor de esa canasta de referencia y un poquito más, destacó.

«Por otra parte, se establecerá un mínimo exento para el pago del impuesto sobre el salario (3 %)».

Referente a la eliminación de subsidios y gratuidades indebidas, afirmó que se mantendrán, en un primer momento, un grupo de subsidios totales como los productos específicos que se les entregan a los niños de 0 a seis años, y a aquellos que padecen enfermedades crónicas de la infancia, entre otros.

A la par, hay otros que mantienen un subsidio parcial. Por ejemplo, los medicamentos asociados a enfermedades crónicas se quedan con subsidios, y el resto no, apuntó.

La política de trabajo será siempre proteger a los más vulnerables, aseveró. Por ello, no se extinguirán de oficio las prestaciones excepcionales aprobadas para núcleos en los cuales se abran oportunidades de nuevos ingresos, y se revaluarán todos los casos en un término de hasta seis meses a partir del día cero.

Aquellas personas que necesiten protección, podrán presentar una solicitud al trabajador social que radica en la sede del consejo popular o en la dirección de trabajo municipal, y de considerarse insolvente, esa prestación eventual deberá ser otorgada al solicitante en un plazo no mayor de 48 horas, esclareció.

Retrato de un presidente desatado

Bob Woodward 

Trump, durante un discurso electoral en Jacks onville (Florida) el 24 de septiembre. TOM BRENNER REUTERS

30 OCT 2020 - 23:23 CET

Verborreico, indiscreto y mentiroso. Sin proyecto para su país. Así se muestra Trump ante el periodista que destapó el Watergate. Este es un avance de ‘Rabia’, el libro sobre un mandatario egocéntrico… y peligroso.

"He traído algo que nunca le he enseñado a nadie. Te lo voy a enseñar a ti”. Eso fue lo que me dijo Trump el 5 de diciembre de 2019. “Vas a ver algo genial”. Cogió el teléfono del escritorio del Despacho Oval. “Traedme alguna foto con Kim Jong-un cruzando la línea. De esas bonitas en color que acabo de ver”.

La entrevista de 74 minutos de aquella tarde se produjo tres meses antes de que la pandemia del coronavirus consumiera a Estados Unidos y al resto del mundo. Sería el primero de mis 17 encuentros con él para este libro.

—Todo esto quedará grabado para el libro —dije yo—. Estoy aquí para escuchar sus argumentos. Y quiero hablar de política. Porque después de abordar a nueve presidentes, la política es lo que importa. Es la columna vertebral y la definición.

—Estoy de acuerdo —dijo Trump—. Pero la política también puede cambiar, ¿sabes? Algunos dicen que yo cambio. Y lo hago. Me gusta la flexibilidad, no alguien que tiene una política y es capaz de atravesar un muro de ladrillo por ella, cuando puedes cambiar fácilmente y no tener que atravesarlo.

Mencioné que la CIA había llegado a la conclusión de que Kim es “astuto y hábil pero, en el fondo, estúpido”.

—Espero que lo escribas —dijo—. Y espero que escribas mi respuesta. Yo no estoy de acuerdo. Es astuto. Es hábil. Es muy listo. Y es muy duro.

—¿Y por qué dice eso la CIA?

—Porque ellos no saben —contestó—. ¿Vale? No tienen ni idea. Yo soy el único que lo sabe. El único con el que trata. No quiere tratar con nadie más

En aquel momento, Trump había tenido tres reuniones con Kim. Posteriormente descubrí que el principal experto de la CIA sobre Corea del Norte coincidía con el presidente en que Kim era inteligente y manipulador, y también bastante listo.

Un ayudante trajo las fotos. Todas habían sido publicadas y habían circulado bastante.

—Estos somos yo y él. Esa es la frontera, ¿no? Pues justo después, la crucé. No está mal, ¿eh? Esa es la línea entre Corea del Norte y Corea del Sur. Esa línea son palabras mayores. Nadie ha cruzado esa línea. Jamás.

Muchas otras personas habían cruzado la frontera hacia Corea del Norte, pero Trump fue el primer presidente de Estados Unidos en ejercicio en hacerlo.

—Yo dije: “¿Le gustaría que pase?”. Él dijo sí, me gustaría que pasara. Nunca lo ha hecho nadie. O sea, que estas fotos molan cuando…, o sea, como fotos icónicas, ¿qué te parece?

—Aun así, es una relación peligrosa —dije yo—. ¿Está de acuerdo?

—Sí , pero menos peligrosa que antes. Porque le caigo bien. Y él a mí también. Nos llevamos bien. Eso no significa que esté siendo ingenuo. No significa que piense ¡ah, esto va a ser maravilloso! Es un tipo difícil. Y es listo, muy listo.

—¿Está convencido de que es listo?

—Más que listo. Mira, con 27 años se puso al mando de un lugar inestable donde la gente es muy lista. Igual que en Corea del Sur. Son iguales. ¿Vale? La misma gente. Muy lista.

Trump no negó que Kim fuera también violento y despiadado. Según decía.

—Kim me lo cuenta todo. Lo sé todo de él. Mató a su tío y puso el cadáver en la misma escalera por la que salían los senadores. Y tenía la cabeza cortada, puesta sobre el pecho. ¿Te parece duro? Pues ellos creen que la política en este país es dura. Nancy Pelosi dijo: “Venga, vamos a procesarle”. ¿Te parece duro? Esto es duro. Son unas fotos geniales —señaló una de las imágenes—. Mira, ¿Le habías visto sonreír antes?

Los medios de comunicación de Corea del Norte publican regularmente imágenes de Kim sonriendo en distintos eventos.

—El comandante del NorthCom en Colorado Springs tiene la autoridad presidencial para derribar un misil que pueda golpear el territorio continental estadounidense desde Corea del Norte —dije—. Esto solo ocurriría si el secretario de Defensa no estuviera disponible. ¿Le parece bien delegar esa autoridad en el NorthCom?

—Claro. A ver, hay que estar preparado. Yo no espero a nada. Si lo hiciera, hace un año que ya no estaría aquí. Llevan tres años intentando destituirme. No, más. Desde el día en que bajé por las escaleras mecánicas, ¿sabes? —Aludía al lanzamiento de su campaña electoral—. Han estado intentando librarse de mí desde entonces.

Me mostró una fotografía.

—Mira qué bonita foto. La relación es buena.

—Ahora una pregunta difícil, presidente Trump — dije—. Tengo entendido que estuvimos cerca de entrar en guerra con Corea del Norte.

—Sí, más cerca de lo que nadie sabe. Mucho más. O sea, él lo sabe mejor que nadie —respondió refiriéndose a Kim—.

—¿Se lo dijo usted?

—No voy a decírtelo. Pero él lo sabe. Tengo una relación genial con él, pongámoslo así. Pero ya veremos lo que pasa.
Durante una reunión sobre temas educativos en la Casa Blanca, diciembre de 2019.

Entonces comentó que, en dos años, Corea del Norte no había realizado pruebas nucleares o con misiles balísticos intercontinentales. La última prueba con ICMB había sido en noviembre de 2017.

—Todavía no puedo decirte cuál será el final, cómo acabará la cosa. Ha probado misiles de corto alcance. Y por cierto, todos los países tienen misiles de corto alcance. ¿Vale? No es para tanto. Eso no significa que a partir de enero no vaya a hacer cosas. Veremos qué. Pero tengo una relación genial con él.

Figuras destacadas de asuntos exteriores han dicho que Trump hizo demasiadas concesiones a Kim al acceder a un encuentro sin condiciones oficiales por escrito.

—¿Cree que ha dado demasiado poder a Kim? —le pregunté. El norcoreano había dicho que no lanzaría más misiles balísticos intercontinentales—. Si se vuelve desafiante y dispara uno de esos ICBM, ¿qué hará, señor?

—Si dispara, dispara —contestó—. Y entonces tendrá serios problemas, pongámoslo así. Problemas muy serios. Más serios de los que nadie ha tenido nunca.

Entonces, se desvió del tema para revelar algo extraordinario: un nuevo sistema armamentístico secreto.

—He construido un sistema nuclear, un sistema de armas que nadie ha tenido antes en este país. Tenemos cosas que no has visto jamás, ni siquiera te suenan. Cosas que ni les suenan a Putin o a Xi. Nadie… Lo que tenemos es increíble.

Más tarde, varias fuentes me confirmaron que el Ejército estadounidense tenía un nuevo sistema armamentístico, pero nadie quiso ofrecer detalles y les sorprendió que Trump lo hubiera revelado. Había solicitado y conseguido enormes aumentos para la financiación de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear, que mantiene las reservas de armamento nuclear.

Trump me dijo que lo único que había concedido a Kim era una reunión.

—Mira, mira qué buena foto. Se lo está pasando bien. ¿Lo ves? Nadie le ha visto sonreír. Se siente feliz.

—¿Cree que fue como lo de Nixon con China? —pregunté, en referencia a la apertura hacia China en 1972.

—No, no quiero ni hablar de Nixon y China. Creo que China ha sido algo horrible para este país. Porque les hemos dejado convertirse en una potencia económica.

Entonces comenté que el Ejército siempre afirma que las alianzas con la OTAN y Corea del Sur son el mejor acuerdo de Estados Unidos, una gran inversión en la defensa conjunta.

—El Ejército se equivoca —contestó—. No diría que son estúpidos, porque nunca diría eso de nuestros militares. Pero si alguien dijo eso, quienquiera que lo dijera se comportaba como un estúpido. Es un trato horrible. Nosotros estamos protegiendo a Corea del Sur de Corea del Norte, y ellos están haciendo una fortuna con televisores, barcos y todo lo demás. ¿No? Nos cuesta 10.000 millones de dólares. Somos tontos.

A EE UU le supone un gasto anual aproximado de 4.500 millones de dólares (más de 3.800 millones de euros) apostar tropas en Corea del Sur, 920 de los cuales los paga el Gobierno surcoreano.

—Ahí fuera hay indignación —dije, refiriéndome al país—. Y usted está aquí, sentado en el Despacho Oval. ¿Por qué? ¿Por qué tanta indignación?

—Vale —contestó—, creo que es por varias razones. Pero antes de acceder a contestar esa pregunta, ¿eh?, tengo que decir esto: también habrá muchos demócratas que me votarán en secreto. Igual que la última vez. Los demócratas de Obama que salieron…, iba a decir, de Barack Husein, pero mejor no, porque quiero que esto sea superagradable. Los demócratas de Obama que salieron y me votaron a mí fueron un porcentaje enorme. Y los de Bernie Sanders también me votaron.

Bob Woodward. Sus crónicas en 'The Washington Post' junto a Carl Bernstein hicieron caer a Nixon por el caso Watergate. Ha publicado libros sobre los últimos nueve presidentes de Estados Unidos. 'Rabia' es su segunda obra sobre Trump.

Según los sondeos a pie de urna, alrededor de un 9% de los votantes que se identificaban como demócratas votaron a Trump en 2016, y cerca de un 7% de los que se identificaban como republicanos votaron a Clinton.

Mencioné al expresidente Obama y dije que muchos le consideraban un hombre listo.

—No sé. No creo que Obama sea listo —respondió—. Mira, yo creo que está muy sobrevalorado. No creo que sea un gran orador. Es muy de… “Eh, mira, he ido a las mejores universidades, lo he hecho superbién”. Yo tuve un tío que fue profesor en el MIT durante 40 años, uno de los más respetados. Hermano de mi padre. Y mi padre era más listo que él. Es buena ascendencia. Y hablan de la élite. En serio, ¡de la élite! Oh, tienen casas bonitas. No. Las mías son mucho mejores. Yo lo tengo todo mejor que ellos, incluida la educación.

—Estamos en un momento importante de la historia —dije—, en que se va a iniciar un proceso para destituirle, la Cámara le va a destituir.

—Sí.

—Y ahora mismo estamos en el Despacho Oval. Y le veo satisfecho, feliz, orgulloso.

—Sí.

El subsecretario de prensa interrumpió diciendo:

—Caballeros, nos quedan cinco minutos. El secretario del Tesoro espera.

—No pasa nada —dijo Trump—. Adelante. Me encanta este tío. Aunque escriba mierda sobre mí.

—¿Cuál es la estrategia Trump-Pence para ganarse al votante indeciso en los próximos 11 meses?

—No lo sé —contestó—. ¿Sabes? Te diré cuál. Hacer un buen trabajo. Eso es todo. Es muy sencillo. No es… No tengo una estrategia. Simplemente lo hago bien.

—¿Por qué no me muestra sus impuestos? En serio.

Repitió su argumento de siempre de que la IRS estaba revisando sus declaraciones de impuestos, pero yo sabía que, si quería, eso no le detendría para enseñarlas.

—¿Sabes lo que gané el año pasado? —preguntó Trump—. 488 millones, o algo así. 488 millones. Y es porque no estoy ahí. Quiero decir, que habría ganado mucho más. Cuatro ocho ocho.

Según la declaración financiera presentada ante la Oficina de Ética Gubernamental en mayo de 2019, en 2018 Trump declaró ingresos por valor de al menos 434 millones de dólares.

Mencioné el efecto de pantalla partida del debate sobre el impeachment en la Cámara de Representantes y nuestra entrevista en el Despacho Oval. Sabía que aquello era un número preparado. Tenía todo su atrezo sobre el escritorio: los pergaminos con las órdenes de nombramiento de jueces en el centro de la mesa, sus fotos con Kim y un archivador con las cartas de Kim. Ya había entrevistado a Carter, Clinton, George W. Bush y a Obama en el Despacho Oval. Todos se sentaron en el sillón presidencial junto a la chimenea, y ninguno tenía atrezo.

—Es como si hubiera ganado el mayor premio de la lotería de la historia —dije.

—Sí. La ganaba cada día. Nancy Pelosi ha disparado mis números en las encuestas. Y sale diciendo: “Yo rezo por nuestro presidente”. No ha rezado por mí en su vida.

—De acuerdo. En una sola frase, ¿en qué consiste el trabajo del presidente? ¿Cuál es su trabajo?

—Tengo muchos trabajos.

Le ofrecí mi definición estándar.

—Yo creo que es averiguar cuál es la siguiente etapa de provecho para una mayoría de personas en el país.

—Es buena —dijo Trump.

—Y luego decir: vamos hacia allí, y este es el plan para llegar.

—Correcto. Pero, a veces, el camino cambia. O sea, mucha gente es inflexible. A veces el camino tiene que cambiar, ¿sabes? Tienes un muro delante y has de rodearlo en vez de atravesarlo: es mucho más fácil. Pero en realidad, el trabajo de un presidente es mantener a salvo nuestro país, que siga siendo próspero. ¿Vale? La prosperidad es importante. Aunque, a veces, hay tanta prosperidad que la gente quiere usarla mal, y tienes que tener cuidado con ella.

Mientras le escuchaba, me sorprendió la vaguedad y la falta de rumbo de los comentarios de Trump. Llevaba casi tres años siendo presidente, y no parecía capaz de articu­lar una estrategia ni un plan para el país. Me sorprendía que afrontase 2020, año en que esperaba ser reelegido, sin un mensaje más claro.

—Por cierto, ¿puedo hacerte una pregunta? —dijo inquisitivamente Trump. Quería saber quién creía que sería designado candidato demócrata a la presidencia.

Mi historial con ese tipo de predicciones era lamentable y preferí pasar.

—¿Quién cree que va a ser su adversario? —le pregunté.

—Voy a serte sincero, creo que los candidatos son malísimos. Me avergüenzan los candidatos demócratas. Puede que tenga que presentarme contra uno de ellos y, quién sabe… Son unas elecciones. Pero, por ahora, pinta muy bien para mí. —

Rabia, de Bob Woodward, sale a la venta mañana 2 de noviembre en versión digital y el día 5 en papel, en Roca Editorial.

Confiemos en el voto popular, no deleguemos la elección en el Colegio Electoral

Por Amy Goodman y Denis Moynihan

Donald Trump podría ser el último perdedor en ganar las elecciones a través del Colegio Electoral. Dos de las últimas tres presidencias de Estados Unidos, incluida la de Trump, han recaído en el candidato que perdió en el voto popular a nivel nacional. En el año 2000, la Corte Suprema suspendió el recuento de votos del estado de Florida para anunciar que George W. Bush. había sido el ganador. Posteriormente, se determinó que, en realidad, el entonces vicepresidente Al Gore había ganado las elecciones con una ventaja de medio millón de votos. En el año 2016, Hillary Clinton obtuvo casi 3 millones de votos más que Donald Trump, pero aun así Trump fue el ganador. Estas victorias, en las que es el perdedor quien gana, fueron posibles gracias al Colegio Electoral, una de las disposiciones antidemocráticas clave de la Constitución de Estados Unidos.

Los 55 hombres blancos que redactaron la Constitución en 1787, muchos de los cuales eran dueños de esclavos, imaginaban una democracia, pero no confiaban en que el pueblo tuviera la capacidad de elegir al presidente adecuado. Así que crearon el Colegio Electoral. Ahora, más de 230 años después, ha surgido en el país un movimiento que reclama que el presidente sea elegido mediante el voto popular directo. 

En diciembre del año 2000, mientras la Corte Suprema de Estados Unidos dirimía sobre el recuento de votos del estado de Florida en el caso “Bush contra Gore”, el legendario historiador Howard Zinn, ya fallecido, se presentaba en Democracy Now! para arrojar luz sobre esta incomprendida entidad, el Colegio Electoral. El historiador nos describió detalles poco conocidos de la Convención Constitucional de 1787, celebrada en la ciudad de Filadelfia:

“Cuando llegó la hora de abordar la cuestión de cómo elegir un presidente, se desató un acalorado debate sobre cómo debía ser electo y cuántos años debía ejercer sus funciones un presidente, si debía haber un vicepresidente, y así sucesivamente. Se hicieron varias propuestas para que el presidente fuera electo por votación popular directa. Pero las propuestas se descartaron de inmediato, lo que no es una sorpresa, ya que los padres fundadores de Estado Unidos no estaban dispuestos a que el pueblo realmente eligiera a quienes iban a dirigir el gobierno”.

En cambio, idearon un plan por el cual los poderes legislativos estatales designarían “electores” que se reunirían estado por estado para elegir al presidente y actuarían como un filtro entre los votantes y la elección del presidente. En ese momento, el electorado estaba conformado por un grupo muy selecto de terratenientes, en su mayoría blancos, mientras que unos pocos estados también permitían que votaran los hombres negros que eran libres.

Alexander Hamilton, uno de los padres fundadores, que alcanzó la fama gracias a ser el personaje principal del exitoso musical de Broadway Hamilton, de Lin-Manuel Miranda, defendió la decisión de crear el Colegio Electoral y escribió en el sexagésimo octavo ensayo de los llamados “Papeles Federalistas” que los electores, que deliberarían de manera “juiciosa”, desecharían a los contendientes presidenciales no aptos para el cargo. Hamilton escribió:

“El talento para las bajas intrigas y las pequeñas astucias de la popularidad solo pueden bastar para elevar a un hombre a los primeros honores en un estado; pero se requerirá otro talento y un género de mérito distinto para confirmarlo (…) para el distinguido empleo de presidente de Estados Unidos”.

Si el Colegio Electoral tenía como objetivo proteger a la nación de un presidente con talento en el arte de “la baja intriga” y de “las pequeñas astucias de la popularidad”, el 2016 marcó un fracaso evidente.

Cada estado cuenta con un número de electores igual al número de senadores y representantes que tiene en el Congreso. Desde 1961, como resultado de la vigésima tercera enmienda a la Constitución, el Distrito de Columbia también cuenta con tres electores.

La mayoría de los estados le concede sus electores al candidato presidencial que consigue más votos en el estado. En todos los estados menos en dos es “a todo o nada”: el ganador se lleva todo. Es por este sistema que las campañas presidenciales se enfocan casi por completo en un pequeño grupo de los llamados “estados indecisos”, en los que tanto el candidato republicano como el demócrata tienen posibilidades de ganar. Por eso, las campañas suelen pasar por alto a los otros casi cuarenta estados, ya que la asignación de los votos electorales en esos lugares es previsible. Por ejemplo, los estados de California, Oregón y Washington son considerados “estados demócratas”, mientras que Misisipi y Alabama suelen considerarse como “estados republicanos”.

Los votantes modernos, que en su mayoría opinan que el presidente debe ser electo por el voto popular directo, se están uniendo, estado por estado, para abatir la aberración histórica que es el Colegio Electoral. El Pacto Interestatal por el Voto Popular Nacional es una de las iniciativas para lograrlo. Esta iniciativa no propone deshacerse del Colegio Electoral. Para eliminarlo por completo haría falta embarcarse en el difícil y largo proceso de promover una enmienda constitucional.

En cambio, cada estado que adopta el pacto debe aprobar una ley que establece que sus electores votarán por el candidato más votado a nivel nacional, más allá de quién sea el candidato que obtenga la mayoría de los votos en ese estado en particular.

El pacto no se formalizará hasta que no sea suscrito por la cantidad de estados suficientes para que el total de los votos electorales sea igual o superior a los 270 votos, el número necesario para garantizar la presidencia al candidato más votado a nivel nacional. Hasta la fecha, 15 estados y el Distrito de Columbia han aprobado la ley, lo que suma un total de 196 votos electorales. Cuando estados que sumen entre ellos un total de 74 votos electorales o más se unan al pacto, llegará a su fin el disfuncional sistema del Colegio Electoral.

© 2020 Amy Goodman

Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.