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viernes, 7 de febrero de 2020

El triunfo de la hipocresía fiscal en Estados Unidos

Los republicanos usaron la excusa del rigor en las cuentas para emprender un sabotaje económico contra Obama



Trump muestra The Washington Post con su absolución. LEAH MILLIS (REUTERS)

La campaña de Donald Trump por la reelección se centrará en que ha hecho grandes cosas por la economía. Y seamos sinceros: la economía estadounidense va viento en popa hoy en día. El crecimiento del PIB y del empleo ha sido bueno, aunque no espectacular; la tasa de desempleo se acerca al mínimo histórico.

Pero se aprecian algunas sombras. Las mejoras económicas han estado desequilibradas, con un gran aumento de los beneficios obtenidos por las empresas, que refleja principalmente las gigantescas rebajas de impuestos, mientras que los trabajadores no han experimentado mejoras comparables (y el aumento de los ingresos de los trabajadores con salarios más bajos se ha visto impulsado en parte por la subida del salario mínimo en los Estados demócratas). Las enormes mejoras de la cobertura sanitaria durante el mandato del presidente Barack Obama se han interrumpido o han retrocedido, y se ha producido un fuerte aumento del número de estadounidenses que afirman que retrasan el tratamiento médico debido al coste que supone.

Así y todo, es efectivamente una economía fuerte. Pero si preguntamos qué hay detrás de esa fortaleza, la principal respuesta es una explosión del déficit presupuestario federal, que superó el billón de dólares el año pasado. Y el relato de cómo ha sucedido eso permite deducir implicaciones profundamente inquietantes para el futuro de la política estadounidense.

Regresemos por un instante a principios de 2009, cuando la economía estaba implosionando y necesitaba ayuda en forma de gasto deficitario. El Gobierno de Obama propuso de hecho un significativo plan de estímulos, pero era demasiado pequeño en relación con el tamaño del problema, en gran medida porque el Gobierno quería obtener el apoyo de los dos partidos y no estaba dispuesto a recurrir a la reconciliación para eludir a los obstruccionistas.

No digo esto a toro pasado. En enero de 2009, yo estaba prácticamente tirándome de los pelos por la insuficiencia del estímulo, y advertí de que se produciría un escenario en el que "aunque el plan limite el aumento del desempleo, las cosas seguirán bastante mal, con una tasa de desempleo que alcanzará un máximo en torno al 9% y que solo descenderá poco a poco. Y entonces Mitch McConnell dirá, 'Ven, el gasto público no funciona". Y cómo no, eso es exactamente lo que ocurrió.

Después, en 2010, los republicanos consiguieron el control de la Cámara de Representantes y estaban en posición de obligar a Obama a años de recortes de gastos que ejercieron un significativo lastre en el crecimiento económico. Este lastre no fue suficiente para impedir una recuperación económica sostenida, pero la recuperación podría y debería haber sido mucho más rápida. No había razones económicas que nos impidieran haber vuelto al pleno empleo, digamos, en 2013; y, sin embargo, por culpa en parte de la austeridad fiscal, la tasa media de desempleo de ese año seguía manteniéndose por encima del 7%.

Pues bien, los republicanos afirmaban que exigían recortes de gastos porque les preocupaba el déficit presupuestario. Y los medios informativos, siento decirlo, se tragaron el relato de que los déficits eran nuestro problema más importante —abandonando las habituales convenciones de neutralidad— y se tomaron al pie de la letra las declaraciones de probidad fiscal por parte de los republicanos. Por cierto, ¿qué ha pasado con los cascarrabias del déficit que tanto destacaron durante los años de Obama? Están extrañamente calladitos ahora.

De todas formas, siempre fue evidente para cualquiera que prestase verdadera atención que Paul Ryan y otros como él eran hipócritas fiscales, que en cuanto un republicano ocupara la Casa Blanca perderían repentinamente todo interés por los déficits. Y así ha sido. Como he dicho, el déficit presupuestario se ha disparado por encima del billón de dólares durante el Gobierno de Trump, frente a los menos de 600.000 millones del último año de Obama. La mayor parte de ese aumento puede atribuirse a las políticas de Trump, principalmente a la rebaja fiscal cuya aprobación se logró en el Congreso usando la misma táctica hiperpartidista que Obama evitó en 2009.

En cierto modo, lo sorprendente del festín deficitario de Trump es que no haya estimulado la economía aún más, un fallo que puede atribuirse a su mal diseño. Al fin y al cabo, las rebajas del impuesto de sociedades, que son lo que más ha impulsado la subida del déficit, no han servido para aumentar la inversión empresarial que, de hecho, ha descendido en el último año.

Y mientras que el estímulo de Obama incluía significativas inversiones en el futuro, contribuyendo en particular a fomentar un progreso revolucionario en energías verdes, Trump no ha desembolsado ni un céntimo de lo prometido para reconstruir la infraestructura estadounidense.

Aun así, los déficits de Trump han dado a la economía —y a la fortuna política de Trump— un empujón a corto plazo. Y ese hecho debería preocuparnos, y mucho. Los republicanos utilizaron la excusa de que les preocupaba la responsabilidad fiscal para emprender en la práctica un sabotaje económico mientras hubiera un demócrata en la Casa Blanca. Luego, abandonaron la excusa y abrieron los grifos del gasto tan pronto como tuvieron a uno de los suyos en el poder. Y lejos de pagar un precio por su duplicidad, están siendo recompensados políticamente. Las inferencias para la estrategia de los partidos son claras: el cinismo máximo es la mejor política. Obstruye, perturba y perjudica la economía todo lo posible, desplegando todas las excusas hipócritas que pienses que convencerán a los medios, cuando el otro partido tenga la presidencia. Después, abandona toda preocupación por el futuro y compra votos cuando vuelvas a tener el control.

Por la razón que sea, los demócratas no han querido o no han podido comportarse tan cínicamente. Los republicanos, sin embargo, sí. Y si Trump sale reelegido, ese cinismo asimétrico será la principal razón.

Paul Krugman es premio Nobel de Economía.

© The New York Times, 2020

Traducción de News Clips

El programa de autoabastecimiento territorial, irrenunciable empeño guantanamero

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Paraguay, Guantánamo, 7 feb (ACN) El autoabastecimiento territorial constituye un empeño guantanamero irrenunciable, a pesar del bloqueo y de más de 200 medidas recientes para recrudecerlo, aseguró hoy Rafael Pérez Fernández, miembro del Comité Central del Partido y primer secretario en Guantánamo.
Pérez Fernández reiteró la voluntad inquebrantable del Partido, el Gobierno y la delegación de la Agricultura, y el apoyo de la delegación del CITMA, para materializar ese programa cuyo aporte se calcula en casi 85 mil toneladas de alimentos, la mitad de ellas de viandas, el 33 por ciento de hortalizas, y una proporción más discreta de carne de cerdo, ave y otras especies.
Ese propósito excluye las cifras asignadas al territorio por el denominado Balance Nacional, inscritas en el Plan de la Economía, esclareció el dirigente durante el encuentro sostenido en este Consejo Popular (CP), limítrofe con la porción de tierra ocupada desde 1903 por la ilegítima base naval estadounidense, en la bahía de Guantánamo.
Asignó a esas estructuras vinculadas a las asambleas municipales del Poder Popular un papel preponderante en la producción agrícola, pues en ellas radican las cooperativas, las granjas, las unidades básicas de producción cooperativa, y los usufructuarios de tierra, a quienes exhortó a cumplir sus compromisos de entrega.
Durante el encuentro, al que asistieron directores de empresas y unidades de la provincia y el municipio se pasó revista a la estrategia que a la postre permitirá duplicar mensualmente el per cápita de distribución de la inmensa mayoría de los citados renglones, y elevará a 11 libras la entrega de proteína animal.
La estrategia productiva diseñada para este CP se integra a otra de mayor alcance: el Anillo Verde de la Ciudad, mediante el cual se abastecerá a la sexta urbe más poblada de Cuba, en posesión de escasas tierras cultivables, puesto que gran parte de ellas las cedió al municipio de Manuel Tames, durante los ajustes territoriales de que fue objeto el país, durante 2010.
Dicho “anillo” lo conforman áreas de la zona productiva que bordean la Villa del Guaso y se extienden aproximadamente dos kilómetros por el norte, y alcanza los 12 en el sureste, donde limita con La Jabilla, en las cercanías de Caimanera.
Como un proyecto admirable y digno de respeto, por su complejidad, alcance y sentido humano, lo calificó Joel Suárez Pellé, vicejefe del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido, en visita a Guantánamo, en la cual constató el esfuerzo y tesón para seguir adelante a pesar de la carencia de recursos, incluidos la maquinaria y el combustible, y de las poderosas fuerzas externas dirigidas a obstaculizar metas como esa en Guantánamo y el resto del país.

Contra el derecho internacional: así viene librando EEUU su lucha contra Cuba desde 1962


© Foto : Pixabay/Falkenpost
16:41 GMT 07.02.2020 
Sputnik


El 7 de febrero de 1962 se hizo efectivo el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos sobre Cuba. Se trata del también llamado embargo que viene obstaculizando la economía del país caribeño desde hace casi seis décadas.

Sputnik te invita a recordar los momentos clave de las largas décadas de medidas represoras que sucedieron a este acontecimiento.

Hay que remontarse a los tiempos de la Revolución cubana para entender de dónde viene el bloqueo que pesa sobre la economía cubana. Muy alejado del modelo ideológico que EEUU lideraba, el rumbo puramente socialista que tomó Cuba a principios de los 60 chocaba frontalmente con los intereses de su enemigo. Así, desde el mismo triunfo de la Revolución Cubana en 1959, la administración de EEUU puso en marcha su plan para sofocar el movimiento castrista.

La primera decisión drástica fue romper las relaciones diplomáticas con la isla, el 3 de enero de 1961. A partir de este momento, la situación se fue volviendo cada vez más tensa: primero EEUU elaboró una lista que recogía algunos alimentos y medicinas que necesitaban una licencia antes de ser exportados a la isla.

© CC0 / PIXABAY

"Cuba sigue considerando a Rusia uno de sus socios estratégicos"Lo que ocurrió después distanció a los dos países para siempre: EEUU dio apoyo y envió a la isla a tropas de cubanos exiliados en Miami en abril de ese año para intentar derrocar a los Castro y formar un gobierno provisional en la llamada invasión de bahía de Cochinos. El plan salió mal para EEUU y desde entonces Cuba ha sido representante de la ideología socialista.

Después, el 6 de febrero de 1962, el Departamento del Tesoro del país norteamericano promulgó las Regulaciones para las Importaciones Cubanas. Esta medida supuso el mayor golpe económico asestado hasta aquel momento a la isla: desde ese día quedaban prohibidas las importaciones de cualquier mercancía cubana a territorio de EEUU.

Finalmente, un día después, llegó el embargo económico, comercial y financiero que dura hasta nuestros días. El objetivo era derrocar el nuevo sistema de los Castro, meta que no se alcanzó por ahora. Lejos de rendirse, EEUU ha intensificado aún más su lucha por aislar a Cuba:

En 1992, la Ley Torricelli elevó las sanciones a un nuevo nivel al hacerlas extensibles a terceras naciones en las que se ubicaran subsidiarias de EEUU por intercambiar bienes con la isla caribeña.

El Vaticano critica el embargo estadounidense impuesto a CubaLa Ley de Reforma de las Sanciones Comerciales y Ampliación de las Exportaciones de 2000 fue aún más agresiva: todo viaje en calidad de turista a Cuba quedaba prohibido para los ciudadanos estadounidenses. Esto, sumado a otras medidas coercitivas, era un paso más para poner al país insular al filo del desastre económico.

Con la llegada de Trump, las medidas para aislar a Cuba continuaron recrudeciéndose. Llegados a este punto, y tras casi 60 años de un bloqueo que ha ocasionado pérdidas millonarias, se puede decir que EEUU viene violando los derechos humanos de los cubanos y los principios del derecho internacional. Sin embargo, los cubanos no se rinden: “Cincuenta y ocho años después, Cuba resiste y se crece frente al bloqueo de Estados Unidos. Nuestra respuesta es de resistencia, lucha y emancipación”, declaró el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel.

 ( Tomado Sputnik)

Cuba en Datos: Más cubanos se sumaron a trabajar en 2019

Por: Oscar Figueredo Reinaldo, Lissett Izquierdo Ferrer, Edilberto Carmona Tamayo

 
Más personas se incorporaron a trabajar en Cuba durante 2019. El incremento, con respecto al año precedente, es de 32 mil 500. Según valoraciones oficiales, se trata de la primera vez, en los últimos 4 años, que disminuye el número de inactivos*, o lo que es lo mismo, los que no trabajan ni estudian.   
Los motivos los revela un informe del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS). Dentro de los nuevos ocupados en la economía tiene un peso considerable los que se sumaron al trabajo por cuenta propia y, fundamentalmente, los maestros. Recordemos aquel titular en Cubadebate que decía que más de ocho mil profesores regresaban a las aulas, tras la decisión del Gobierno de aumentar los salarios en el sector presupuestado.
En 2019 acudieron a la direcciones de Trabajo municipales 48 mil 693 personas buscando empleo, de los cuales 23 mil 208 son jóvenes (49%). 
De acuerdo con el MTSS, las medidas adoptadas para fortalecer la economía, entre ellas el incremento salarial y la eliminación de los subsidios indebidos y gratuidades excesivas, deben tributar a la disminución paulatina de la cantidad de inactivos. 
Y sería una estadística favorable, sobre todo, si tenemos en cuenta que en Cuba los que trabajan representan solo el 40% del total de la población. Además, cuando tampoco es despreciable el número de personas en edades inactivas. En ascenso está el grupo de 60 años y más.  
El Decreto Ley 268 de 2009 flexibilizó el régimen laboral del país, legalizando el contrato de trabajo adicional. Una de las posibilidades aprobadas fue la contratación, por tiempo determinado, de estudiantes de los cursos regulares de los niveles medio superior y superior. 
Durante el pasado año se aprobaron 53 procesos de disponibilidad en 41 organismos de la Administración Central del Estado, organizaciones superiores de dirección y consejos de la Administración Provincial. Del total se hizo efectivo el 36%. 
El informe del MTSS revela, además, que en 2019 se contabilizaron 30 mil 24 trabajadores interruptos, de los cuales 6 mil 289 son mujeres (21%) y 5 mil 275 son jóvenes (18%).

Un respiro para la billetera

El aumento salarial efectivo a partir del mes de julio para los trabajadores del sector presupuestado fue una de las medidas aprobadas por el Gobierno cubano “enfocadas a dar una mayor respuesta a las necesidades de la población y de la economía”. Si bien no se trató de una reforma salarial,  la decisión benefició a 1 millón 470 mil 736 trabajadores y sus familias.
*El grupo de los inactivos y otros que incluye a las personas que no trabajan ni estudian y declaran que no desean trabajar o los que no declaran una ocupación como medio de vida y constituye uno de las posibles fuentes para la incorporación al trabajo, disminuyó en 49 mil personas.

Desigualdad social, fuente de toda riqueza

Eduardo Lucita, Rebelión

La desigualdad social global está “fuera de control”. Esta es la conclusión más general a la que arribaron un conjunto de organizaciones no gubernamentales reunidas en Oxfam, organismo internacional que busca combatir la injusticia de la pobreza en el mundo.

Según los datos informados por Oxfam en los días previos a la reciente reunión del Foro Económico Mundial en Davos, los multimillonarios más ricos del mundo -aquellas personas que su patrimonio supera los mil millones de dólares- suman 2153 y poseen más riqueza que el 60 por ciento de la población mundial. El 1% más rico del mundo tiene más del doble de riqueza que el 90% (6.900 millones de personas) de la población mundial. O que solo 26 personas poseen lo mismo que la mitad de la población (3.800 millones).

“La desigualdad en el mundo está profundamente arraigada y ha alcanzado un nivel escandaloso” concluye el informe citado que se basa en datos oficiales del FMI, el BM y la CEPAL entre otros organismos internacionales.

No es obra de la naturaleza

La desigualdad social, es decir aquella condición que hace que las personas tengan un acceso desigual a los diferentes tipos de recursos (ingresos dinerarios, viviendas, servicios esenciales…) no es obra de la naturaleza como nos suelen decir quienes reproducen aquel concepto que supone que “pobres habrá siempre”. Por el contrario es inherente al sistema capitalista como tal, que no puede sobrevivir sin desigualdades sociales, porque esta es necesidad y a su vez resultado de la lógica de la acumulación del capital en cada período histórico. En otras palabras, la tasa de ganancia del capital es mayor que la tasa de crecimiento de la economía.

Sin embargo estas desigualdades que se habían aminorado en los llamados “30 años dorados del capitalismo”, los que van de 1945 a 1975 - un proceso único e irrepetible- según intelectuales de la envergadura de Ernest Mandel y E.P. Thompson, sufrieron un cambio a partir de la crisis mundial de los años ’70 del siglo pasado.

El origen de aquella crisis se centró en la caída, a fines de los ’60, de la tasa media de ganancia de los capitales a escala mundial, combinada, a inicios de los ’70, con el alza de los precios del petróleo. Todo redundó en una plétora de capital financiero que no encontraba oportunidades de inversión en la economía real.

El capital dio una respuesta global a esta crisis: reestructuró sus espacios productivos y de servicios y lanzó una fuerte ofensiva sobre el mundo del trabajo. Ofensiva generalizada, ya que buscó desmontar todas y cada una de las conquistas obreras que los trabajadores habían conseguido en su lucha contra la voracidad del capital y sostenida en el tiempo, porque dura hasta nuestros días. Todo bajo la hegemonía del capital financiero. El resultado fue una caída estructural de los salarios, un aumento de la desocupación y de la precarización laboral y por lo tanto un incremento de la pobreza a nivel mundial. Esta desigualdad tiene un impacto directo en las relaciones de género siendo las mujeres y niños a quienes más afecta esta situación.

La crisis del 2008

Cuando parecía que al crisis mundial del 2008 sería un freno a la acumulación por valorización financiera y su impacto social, resultó una oportunidad para profundizar la desregulación de los mercados y el peso de los organismos financieros internacionales. El papel del BCE y del FMI en la crisis griega lo dice todo.

Desde entonces las desigualdades sociales se han incrementado, particularmente en nuestra región, donde está fuertemente asociada a las clases sociales, a las cuestiones de género y etnia. En América Latina y el Caribe el 20 por ciento de la población concentra el 83% de la riqueza, mientras que la pobreza está aumentando. Según la CEPAL el 10.7% de la población, alrededor de 66 millones de personas, vivía en la extrema pobreza en 2019.

Esto es particularmente significativo porque si hay algo sobre lo que hay consenso es que los 15 años de gobiernos progresistas en la región significaron mejoras en la distribución de los ingresos y reducciones de la pobreza. Sin embargo no redundó en una reducción de las desigualdades, por el contrario en términos generales la brecha se amplió. Esto resultó así porque la tasa de acumulación en la parte superior de la pirámide social es mayor que la tasa de decrecimiento de la pobreza en la base de dicha pirámide. Según el informe citado el número de multimillonarios en la región ha pasado de 27 a 104 desde el año 2000, esto indica que casi se cuadruplicó en solo 20 años.

Revueltas y rebeliones

La contrapartida de este incremento de las desigualdades es la oleada de revueltas y rebeliones populares que recorre el mundo, que se inspiran en los movimientos de principios de la década pasada: la Primavera Árabe, iniciada a finales de 2010 en Túnez, y también Ocuppy Wall Street, en septiembre de 2011. En Francia fue el aumento de los combustibles y la inequidad fiscal; en Catalunya las condenas contra los dirigentes independentistas; la cuestión de la autonomía en Hong Kong, el autoritarismo en Sudán y Argelia; el costo de las llamadas por Whatsapp en el Líbano; en Irak es el desempleo; el aumento del pasaje del metro en Chile; el “paquetazo” del FMI en Ecuador y Colombia; la reforma jubilatoria en Nicaragua; una vez más la corrupción en Haití; crisis políticas en Perú y en Puerto Rico. La corruptela de las élites en casi todos lados.

Como se ve el detonante ha sido distinto en cada país, pero hay un hilo conductor. Las desigualdades sociales, los abusos del capital financiero, la cada vez mayor distancia entre las élites y los pueblos lo que pone en crisis los regímenes democrático liberales. En todos los casos es el protagonismo de la juventud, que siente que le expropian el futuro .

Una vez más hay que señalarlo. El problema no es la pobreza, sino la riqueza que para concentrarse necesita de la expansión de la pobreza. Comprender la lógica inmanente del capital en esta etapa histórica: que la velocidad de la acumulación capitalista limita, cuando no anula, toda reducción sustancial de la pobreza, es decisiva para resolver el problema de raíz.