Centro
de Estudios de la Economía Cubana
Msc.
Ricardo González Aguila[3]
Centro
de Estudios de la Economía Cubana
Resumen
En el trabajo se analizan los
principales impactos de la crisis de la COVID-19 sobre la economía cubana. Se
identifican canales de incidencia por el lado de la oferta y de la demanda, y
se discuten medidas de política económica para enfrentar la crisis.
Palabras claves: COVID-19, economía cubana, impactos
Introducción: contexto país previo a la crisis del
COVID-19
A inicios de 2020, antes de la crisis
del coronavirus COVID-19, el escenario económico doméstico era delicado y
crecientemente vulnerable. En los meses de enero y febrero de 2020, el arribo
de turistas internacionales había descendido en 19% y 13%,[4]
respecto a igual período del año anterior. Estimamos que el país dejó de
ingresar por ese motivo alrededor de 100 millones de USD.[5]
Las tensiones sobre la
disponibilidad de combustible, que habían puesto en dificultades al sector
empresarial en el último cuatrimestre del año 2019; se mantuvieron. Implicó que
las empresas trabajasen en base a planes de la economía ajustados a la baja. El
gobierno pronosticó que la economía crecería alrededor de 1% en el año 2020.
Adicionalmente, los mercados de consumos habían experimentado una creciente
escasez a lo largo del 2019.
Contexto externo
En términos de relaciones económicas
internacionales, la política de la administración de Donald Trump se mantuvo
con ninguna perspectiva futura de mejoramiento y afectaciones significativas
sobre las remesas, el turismo y la inversión extranjera. Las probabilidades de
reelección (al menos antes del impacto de la COVID-19 en EE.UU.) eran elevadas.
El país
había experimentado una recomposición
de sus relaciones externas en el quinquenio anterior (2015-2020), propiciado por un período inicial de mejoras en
sus relaciones económicas, comerciales y financieras con el gobierno de Estados
Unidos, durante la administración de Barack Obama. De otra parte, los últimos
tres años se habían caracterizado por el afianzamiento de gobiernos de derecha
en América Latina, con la consiguiente pérdida de aliados, tal es el caso de
Brasil, Ecuador y Bolivia, con afectaciones directas para Cuba en los ingresos
por exportaciones de servicios.
La
compleja situación política en Venezuela y su pobre desempeño económico
constituyó un factor negativo en el desempeño de la economía cubana, que se afectó
directamente en el abastecimiento de petróleo y en los ingresos por
exportaciones. El ascenso de gobiernos progresistas en Argentina y México
resulta lo más positivo para Cuba en estos años, sin embargo, en términos de
impacto económico, no logran compensar suficientemente las pérdidas antes
indicadas.
La
mejora ostensible de las relaciones con la Unión Europea y Rusia parece
equilibrar la situación en términos políticos. En el caso de Rusia, se
producido un incremento de las relaciones económicas con Cuba, con significativos
proyectos de inversión extranjera en
infraestructura, mientras varios países miembros de la Unión Europea, en
especial España y Francia, mantienen relaciones económicas y proyectos de
inversión en diferentes sectores de la economía de la Isla.
China,
permanece como un socio comercial muy importante; pero más cauto que en años anteriores,
tanto en términos comerciales como en proyectos de inversión, a pesar de la conocida
afinidad política entre ambos países.
Contexto Interno
En el
orden interno, estos últimos años se han caracterizado, primero, por un proceso de reforma económica sustentado en varios documentos rectores[6] (elaborados
todos con el concurso de académicos de diferentes ámbitos de las ciencias
sociales). Todos esos documentos fueron también ampliamente discutidos por la
sociedad cubana y sin dudas consensuados al nivel de las instituciones
decisoras. Luego de diez años de implementación ese proceso de reformas puede
calificarse de cauto y si atendemos a los resultados
obtenidos en términos económicos, puede afirmarse que ha quedado lejos de sus propósitos.
El
proceso de reforma económica intentó dar más espacio al mercado dentro de un
modelo económico de planificación centralizada, que no ha logrado desprenderse
de la utilización de mecanismos de control directo sobre la economía en general.
Ha tenido como ejes centrales:
1. la
reforma de la empresa estatal, aún inconclusa;
2. la
promoción de la Inversión Extranjera Directa, la cual no ha alcanzado
las metas de monto de inversión por año y es manejada con extrema
discrecionalidad; a la vez que las empresas creadas están sometidas a regulaciones
que limitan su agilidad en la toma de decisiones y su eficiencia;
3. la
concesión de mayores espacios a los agentes económicos no-estatales, entre ellos, los
llamados trabajadores por cuenta propia (TCP) y las cooperativas no-agropecuarias
(CNoA), sobre los cuales se mantienen una alta discrecionalidad regulatoria, y
límites en cuanto a su crecimiento, tanto cualitativo como cuantitativo;
4. la
concesión de mayor autonomía a los gobiernos territoriales, proceso este último de
extrema complejidad que recién comienza y obligará repensar las relaciones
entre el gobierno central y los gobiernos locales, en especial las económicas.
Todo
ello ha provocado, además, la elaboración y puesta en práctica de centenares de
medias de política económica, sin embargo, su impacto en las aspiraciones de
crecimiento y desarrollo están lejos de las necesidades reales del país.
Retomar ideas centrales que aquellos documentos que de alguna manera fueron
“congeladas” desde su aprobación” y ser más osados, parece ser uno de los
propósitos inmediatos del liderazgo político. “Hay
que tener valentía y tenemos que hacer cosas diferentes, haciendo lo mismo no
vamos a resolverlo, ni vamos a avanzar más” fue la exhortación del Presidente
Díaz-Canel (Cubadebate, 4 de mayo, 2020).
En segundo lugar, las distorsiones
macroeconómicas acumuladas por décadas
se mantuvieron. Entre ellas, la de mayor importancia ha sido la sobrevaloración
del tipo de cambio oficial y la dualidad monetaria; pero también han persistido
distorsiones salariales y fiscales. El gobierno ha hecho varios anuncios acerca
de su intención de lograr la unificación cambiaria y monetaria, sin embargo, la
propia situación económica del país, en especial la restricción financiera
externa y la restricción fiscal han propiciado la demora en la ejecución de tal
medida. Debe adicionarse a lo anterior que Cuba no cuenta con la posibilidad de
recibir algún tipo de crédito de ningún organismo internacional para este fin.
La distorsión cambiaria y monetaria se traduce en problemas de eficiencia asignativa,
y mal funcionamiento del sistema de incentivos.
Crecimiento del Producto Bruto Interno
Basado
en necesidades de aumento de la inversión y el consumo, el gobierno declaró
como meta de crecimiento del PIB, una tasa anual entre 5,5% y 6%. Sin embargo,
el crecimiento del PIB en el último quinquenio no solo estuvo por debajo la
meta anunciada; sino también del crecimiento estructural observado en el
período 1996-2018 (ver gráfico 1). Ello indica que las reformas introducidas en
el marco de los Lineamientos han sido insuficientes para acelerar
significativamente el ritmo de expansión de la economía.
Gráfico 1. Dinámica del PIB a
precios constantes, 1996-2018
Fuente: ONEI, Series Estadísticas, 1996-2018
Entre
los factores estructurales que han impactado negativamente en la dinámica del
PIB se encuentran:
–
Débil estructura productiva, y falta de incentivos y
complementariedad del sistema empresarial.
–
Una tasa de formación bruta de capital que no ha
rebasado el 15% del PIB en los últimos diez años.
–
Alta sensibilidad del PIB a las importaciones, y
altas restricciones a la importación.
–
Alta propensión marginal a consumir, y escaso ahorro
nacional.
–
Alto deterioro tecnológico acumulado.
–
Débil flujo de financiamiento externo (créditos e
Inversión Extranjera Directa)
De otra
parte, la estructura del PIB favorece significativamente el sector servicios. El
peso de los servicios ha sido preponderante en la composición del producto, prácticamente
desde los años sesenta. El
sector de los servicios generó el 75% del PIB en el año 2018 (gráfico 2), de
ellos 43 puntos porcentuales correspondieron a los servicios públicos (por
ejemplo, salud, educación, administración pública, etc.). El sector del turismo
representó un 9% del PIB. No existe datos públicos del 2019, pero no deben
existir grandes variaciones en cuanto a la participación sectorial en el PIB.
Gráfico 2.
Estructura del PIB, año 2018
Fuente: ONEI,
Anuario estadístico de Cuba 2018.
En el año 2018, el Índice de
Precios al Consumidor (IPC) reflejó un modesto incremento de 2,4%. Sin embargo,
su utilidad como indicador de inflación es limitada si atendemos a que deja
fuera los precios en pesos convertibles (ONEI, 2019).
El gobierno decretó a partir de
agosto del 2019 una expansión salarial que representó un incremento del 68% del
salario nominal promedio, para la mitad de los empleados del sector estatal. Al
unísono, decidió topar los precios de los productos alimenticios. [7]
En los últimos tres años, las
presiones al alza de los precios ya habían aumentado debido a una menor
disponibilidad de productos en los mercados (inflación reprimida). La crisis
venezolana, las nuevas sanciones económicas de la administración Trump, la
caída de las exportaciones y del turismo, y el congelamiento de las reformas
estructurales forman un coctel que produce estancamiento, obliga al recorte de
importaciones e impacta negativamente en la oferta de productos, aun cuando
este este efecto no se contemple fielmente en las cifras oficiales de consumo,
ni en los valores del IPC.
Desempleo
Al cierre de 2019 se estimaba en 4
millones 515 mil 200 ocupados en la economía, de los cuales 3 millones 79 mil
500 pertenecen al sector estatal y un millón 435 mil 700 al sector no-estatal,
con una tasa de desocupación[8]
(desempleo abierto) del 1,2%.[9]
Desde el 2013 a la fecha se ha manifestado una tendencia decreciente en el
comportamiento de la tasa oficial de desempleo.
Sin embargo, dicha tasa debe tomarse con
especial cuidado si se tiene en cuenta que, para el año 2018, la población en
edad laboral[10]
era de 7 millones 146 mil 900 personas; mientras que la población activa solo
alcanzaba los 4 millones 559 mil 100 personas para una tasa de actividad
económica de 63,8%.
La tendencia del empleo en los últimos
cinco años confirma que:
1. El empleo total disminuyó desde los 4 713 700 empleados en el 2015,
hasta 4 515 200 en el 2019, esto es, unos 198 500 empleados menos, aunque
es de señalar el crecimiento del empleo total entre el 2018 y el 2019.
2. El empleo estatal ha sido el principal responsable del decrecimiento
del empleo total con una pérdida de empleados de 380 600 para los mismos años.
3. Los ocupados en el sector no estatal crecen en 182 100 personas,
siendo en los ocupados en el sector privado donde se experimenta el mayor
crecimiento con 223 500, mientras los ocupados en cooperativas agropecuarias
decrecieron entre el 2015 y el 2018 en 71 800 personas.
Otro elemento a destacar es la
representatividad del empleo no estatal en la estructura del empleo total que
alcanza un 31,7% y se hace aún más significativo si se le compara con el peso
del empleo en el sector empresarial estatal en el empleo total que es de 35,4%.
El crecimiento del empleo en el sector
estatal y la mejora de la calidad del empleo en el sector privado pareciera
debieran ser las prioridades en cuanto a política de empleo para los años
venideros.
El sector externo
Cuba ha padecido de una secular debilidad
de su sector exportador asociada a deformaciones estructurales de larga data
que contribuyeron decisivamente a la concentración geográfica de sus
exportaciones y a una alta concentración en términos de bienes,[11]
generando una dependencia significativa de convenios sustentados en relaciones
políticas.
El cambio estructural más significativo
se ha producido en el papel determinante de los servicios en los ingresos
totales de exportación, algo prácticamente inexistente hasta inicios de los
años noventa, con la irrupción del sector turístico primeramente; y luego la
incorporación de los servicios de telecomunicaciones y de los servicios médicos
y profesionales.
Hoy, las exportaciones de servicios más
que cuadruplican los ingresos por exportaciones de bienes.
Los datos del período también confirman
el deterioro en el comportamiento de las exportaciones, tanto de servicios como
de bienes. Es posible que el 2019 haya seguido la misma tendencia y todo indica
que en el 2020 esa tendencia a la disminución será más pronunciada.
Las exportaciones de servicios
Para el año 2018 la estructura de los
ingresos por exportaciones de servicios fue como se muestra en la tabla 1.
Tabla 1. Exportaciones
de servicios de Cuba
Exportaciones de
Servicios (miles de USD)
|
2018
|
Total Exportaciones
de Servicios
|
11 289 821
|
Servicios de salud
humana y servicios de atención social
|
6 398 538
|
Servicios de soporte
|
1 319 072
|
Alojamiento y
restaurantes
|
970 425
|
Telecomunicaciones
|
722 162
|
Fuente: ONEI, Anuario
Estadístico de Cuba 2018
Esos cuatro rubros concentran el 71% de
los ingresos por exportación de servicios en el año 2018. En el 2019 la
estructura no debe haber cambiado significativamente.
Las exportaciones de bienes
Tras la desaparición de la Unión
Soviética el país no ha vuelto a recuperar sus niveles de exportación de
bienes, exceptuando un incremento inusitado observado en el período 2010-2014
(ver gráfico 3), que se explica por la exportación de combustible y lubricantes,
resultado de acuerdos con Venezuela y la puesta en marcha de la inversión
conjunta en la refinería de Cienfuegos.
Gráfico 3.
Renglones de exportación de bienes, 1985-2018
Fuente: ONEI, 2019. Series Estadísticas
Sin embargo, en líneas generales, las
exportaciones de bienes han descendido desde 2011. En 2018 se exportaron poco
más de 2000 millones, cifra similar a la observada en 2004-2005. Los
medicamentos, el níquel y cobalto, el tabaco y sus productos asociados,
bebidas, azucares y mieles y concentraron el 83% de las exportaciones.
Luego de 1989, también se produjo una
cierta desconcentración geográfica de los mercados de destino de las
exportaciones. No obstante, esa relativa desconcentración del mercado de
exportación, aun cinco países, Venezuela, Canadá, China, España, Países Bajos,
constituían el destino principal de la mayoría de las exportaciones cubanas,
concentrando poco más del 70% de ellas.[12]
La inversión extranjera directa
La información oficial indica que entre el
período que va de octubre del 2018 a octubre del 2019, se firmaron 25 nuevos
negocios por 1 700 millones de USD. Mientras, desde el 2014, se han establecido
45 negocios en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel por un monto de 2 600
millones de dólares. Alrededor de 149 acuerdos se han firmado en el resto del
país (Rodríguez 2020). En total es posible estimar que entre el año 2014 y el
final del 2019, Cuba, ha logrado compromisos de inversión por 8 000 millones de
dólares con empresarios de 35 países, ello hace que el monto anual de inversión
comprometida en el país estaría alrededor de los 1600 millones de dólares,
prácticamente 1000 millones menos de lo reconocido oficialmente como necesario.
España, por su presencia en el turismo a través de contratos de administración,
Rusia con megaproyectos en la infraestructura (ferrocarril y energía) y Canadá,
parecen liderar esas inversiones.
Hoy una parte sustancial de los proyectos
se concentra en Infraestructura (energía, ferrocarril, puertos). Proyectos
anunciados como el referido a la modernización de los aeropuertos no se han
divulgado nuevas informaciones.
Impactos de la COVID-19 sobre la economía cubana
A diferencia de otras, la crisis
provocada por el coronavirus COVID-19 es el efecto combinado de un shock de oferta y de demanda. CEPAL
estimó que debido a la crisis, el PIB decrecería en -3,4% en 2020.
Por la vía de la oferta la (ya
insuficiente) disponibilidad de insumos importados será clave para evaluar el
alcance recesivo de la crisis sobre la oferta doméstica. En particular, la disponibilidad
de combustibles y de ciertos insumos que no pueden ser producidos localmente
marcará la gravedad del impacto. Es de esperar (y de hecho ya se han hecho
algunos anuncios) que los escasos insumos disponibles se concentren en la
producción de alimentos y la exportación.
Por lo pronto el gobierno anunció
recortes importantes, así como la concentración de los recursos en objetivos
bien definidos; no paralizar las exportaciones, por el contrario estimular todo
esfuerzo en ese propósito; incrementar la producción de alimentos, y garantizar
todos los suministros asociados al enfrentamiento de la pandemia.
Las principales fuentes de
divisas en Cuba se han visto impactadas por la pandemia y su recuperación no
será inmediata:
1.
El
turismo, y el resto de los servicios asociados al sector, servicios de apoyo,
viajes, ingresos aeroportuarios, debido a la suspensión de vuelos
internacionales y al cierre de fronteras. Las expectativas de recuperación son
bajas debido al impacto recesivo que se observa en economías que hoy son los
principales emisores de turistas a Cuba.
2.
Las
remesas. El creciente desempleo y mayor incertidumbre en economías emisoras
supondrá una caída significativa de las mismas por tiempo desconocido; en
especial por el impacto de la epidemia sobre el desempleo en los Estados Unidos
de Norteamérica, origen principal de las remesas hacia Cuba (alrededor de un
85%).
El Banco Mundial estimó
una reducción de las remesas cercana al 20% debido a los efectos de la COVID
-19. Para el caso de Cuba, que además enfrenta restricciones específicas
dictadas por la administración Trump y cuya fuente principal es Estados Unidos,
epicentro actual de la pandemia, es probable que esa disminución sea, cuando
menos un 10% por encima del estimado.
3.
Los
ingresos por exportaciones de bienes, con la probable excepción de los
farmacéuticos deben disminuir. Se espera una caída en los precios de los commodities debido a una fuerte
desaceleración del comercio internacional, y la paralización (parcial) de
cadenas globales de valor. En el caso de los bienes farmacéuticos, no resulta
probable que el aumento de las exportaciones de estos rubros compense la caída
de los ingresos de los commodities.
4.
La
inversión extranjera directa debido a una mayor aversión al riesgo de los
inversionistas internacionales; a que se mantienen estándares de negociación y
operación alejados de los internacionales; y a una creciente incertidumbre sobre
la economía cubana. No se espera que la IED pueda retomar una dinámica cercana
a años anteriores.
Por la
vía de la demanda los canales tradicionales determinarán la profundidad del
impacto: el consumo de los hogares y el gobierno, la formación bruta de capital
(la inversión), y las exportaciones netas.
Consumo de los
Hogares
Debe
esperarse una caída significativa en el consumo de los hogares, en particular,
por el impacto sobre los ingresos de las familias que se explica por:
1.
Caída
de las remesas
2.
El
descenso de los ingresos del sector no-estatal como consecuencia de las medidas
de aislamiento social. El informe de AUGE (2020) relacionado al impacto de la
COVID-19 sobre el Trabajo por Cuenta Propia (TCP) estima que 24 de 38
actividades seleccionadas percibirían un impacto medio-alto sobre su desempeño.
Ello afectaría a 264 mil TCP.
3.
La
caída de salarios de trabajadores del sector estatal
4.
La paralización
(parcial) del empleo informal
5.
El
cierre de actividades de comercio no esenciales y la gastronomía
Por
otra parte el consumo de los hogares podría verse afectado por una mayor
escasez relativa de productos de origen importado y la disminución sustancial de los “envíos” desde el
exterior.
Consumo del Gobierno
Aunque
no hay un efecto claro sobre cómo la crisis del COVID-19 afecte el consumo de
gobierno para el año corriente, es probable que aumente. Por una parte, al
menos mientras dure la epidemia, los gastos en sanidad y asistencia social se
incrementarán, por otra, los gastos de educación, cultura, deporte sufrirán un
ajuste a la baja.
Sin
embargo, dado la caída significativa que se espera en los ingresos fiscales
producto de una paralización parcial de la actividad económica estatal y no
estatal, y de una menor recaudación por la vía del consumo de los hogares; es
(altamente) probable que el consumo de gobierno experimente un ajuste
significativo hacia adelante. Con un déficit fiscal incrementado y un espacio
fiscal muy ajustado, es de esperar que el déficit termine por monetizarse con
sus conocidas repercusiones inflacionarias.
Formación Bruta de Capital (Inversiones)
Fue anunciado por el Ministro de
Economía, la interrupción de inversiones, en especial, no se iniciará ninguna
nueva mientras dure esta situación.
Debido a la alta propensión al
consumo, el bajo ahorro nacional, y las restricciones de endeudamiento externo
cabe esperar ningún cambio drástico hacia el incremento de la formación bruta
de capital.
También es de esperar una
contracción de la inversión extranjera, principalmente, por factores asociados
a la propia situación de las economías donde están radicadas las casas matrices
(Canadá, España, Rusia que son economías muy golpeadas por la pandemia). Debe
esperarse también un incremento del riesgo-país y también hay que tener en
cuenta la competencia de otros mercados en la región que pueden implementar
políticas agresivas de atracción de flujos de inversión y hacer concesiones que
en el caso de Cuba no resultan fáciles de adoptar
Exportaciones Netas
Exportaciones de Servicios.
Expansión de la exportación de servicios profesionales, en particular, cabe
esperar un incremento de las exportaciones de servicios médicos. El incremento
de los ingresos por estos servicios estará en dependencia de la duración de la
crisis sanitaria y de la magnitud de su demanda. De otra parte, aunque no deben
esperarse reducciones en los convenios existentes con Venezuela, la crítica
situación de su economía levanta serias dudas sobre la capacidad de pago por el
consumo de tales servicios.
De las varias misiones enviadas a países
que enfrentan la pandemia (2000 nuevos colaboradores[13]) no es
posible estimar qué nivel de ingresos significarán para el país, pues se
desconocen las tarifas a las que fueron pactados dichos servicios. No obstante,
se descartan incrementos sustanciales al extremo de recuperar los niveles que
los mismos tuvieron a mediados de la presente década.
Caída abrupta del
turismo. Volver a los niveles
de arribos de turistas observados anterior a la pandemia no parece probable en
un lapso de tiempo inferior a un año. De hecho, el sector turístico cubano
deberá reinventarse para cumplir con los nuevos estándares que esta pandemia ha
impuesto. De otra parte, es muy probable que a escala mundial los flujos de
turistas demoren en recuperarse debido a razones sanitarias, al incremento de
costos de los pasajes aéreos, y a la difícil situación económica, en particular
de desempleo, que se experimentarán las principales economías emisoras. La
tabla 2 resume en cuánto decrecerá el PIB de los principales emisores de
turistas a Cuba.
Tabla
2. Impacto de la COVID-19 sobre el PIB de los
principales emisores de turistas a Cuba
Países
|
% del
|
Decrecimiento PIB
|
total de turistas
|
estimado 2020
|
|
Canadá
|
26%
|
-6.2%
|
Estados Unidos
|
12%
|
-5.9%
|
Comunidad Cubana en el Exterior
|
15%
|
-
|
Italia
|
3%
|
-9.5%
|
Alemania
|
4%
|
-6.5%
|
Federación Rusa
|
4%
|
-5.5%
|
Francia
|
4%
|
-8.2%
|
México
|
4%
|
-6.6
|
Reino Unido
|
3%
|
-6.5%
|
España
|
3%
|
-9.4%
|
Fuente: ONEI, 2020; Unión Europea, 2020; y Fondo Monetario
Internacional, 2020
El peor escenario para el turismo
cubano sería que la recesión en las economías listadas en la tabla 2 tuviese
forma de “U”, o sea, que posterior a la caída del PIB en 2020 aconteciera un
período de estancamiento o lento crecimiento (hasta el momento, ése es un
escenario poco probable pero no descartable).
En un escenario discreto en el
cual el arribo de turistas en Cuba descienda en 20%-30% respecto al 2019
(UNWTO, 2020), estimamos que los ingresos descenderán entre 600-800 millones a
lo largo del año.
En la medida que el país pueda
elevar los ingresos por turista se podrá mitigar el impacto negativo de la
contracción del turismo. Sin embargo, la relación entre ingresos y arribos
demuestra un bajo aprovechamiento de las potencialidades del sector, tal como muestra
el siguiente gráfico:
Gráfico 4.
Ingresos y arribo de turistas a Cuba
Fuente: ONEI, Anuarios Estadístico de Cuba, varios números
Exportaciones de bienes. Es importante observar el avance de la situación económica en los principales mercados de
destino de las exportaciones cubanas. Como se explicaba en la sección 2, estos
países concentran el 74% del total de las exportaciones cubanas.
La recuperación de la dinámica
económica de China será decisiva, al igual que España. En el caso de los países
bajos (Cuba comercia una parte importante del níquel a través de los puertos en
esos países) la dependencia no es tan decisiva y estaría asociada más bien a
los destinos finales del níquel y el cobalto cubano.
Es más lógico esperar una mejor
recuperación de la economía china que de la española. En cuanto a Venezuela no
parece probable esperar variaciones dramáticas en uno u otro sentido.
Disminución del precio de
los commodities
La ralentización del crecimiento
económico a escala mundial, en particular, de jugadores claves como China,
Estados Unidos, y la Unión Europea es probable que induzca a la baja en los
precios de los principales commodities
cubanos, azúcar y níquel más cobalto.
En el mes de abril de 2020, el
precio del azúcar alcanzó el valor más bajo de la última década, 10.05 centavos
por libra, aunque la tendencia ha venido siendo decreciente desde el 2010.
Gráfico 5.
Evolución de los precios de los principales commodities
de exportación
Fuente: Elaboración propia con datos del Fondo Monetario
Internacional, 2020
A los precios actuales del azúcar,
y sus proyecciones para el año 2020, unido a los bajísimos niveles de
producción de Cuba y a los anuncios de incumplimiento del plan de producción,
es de esperar que en 2020 se registren los peores datos de ingresos por
exportación de este rubro.
Después de haber alcanzado un
mínimo histórico en 2017, los precios del níquel experimentaron una
recuperación que duró hasta septiembre de 2019, cuando comenzaron a descender
de forma acelerada. A raíz de la crisis de la COVID-19, la demanda
internacional del níquel sufrió una fuerte caída debido a la disminución de la
actividad económica en China e Italia, dos de los principales consumidores
mundiales.
Cuba produjo 54 mil toneladas
métricas de níquel en 2019, lo que nos permite estimar unos ingresos de alrededor
de 750 millones de USD. Se espera que los precios desciendan alrededor de 17%
en 2020. Asumiendo unos niveles de producción iguales a los de 2019 (lo cual es
improbable que ocurra) implicaría una disminución de alrededor de 125 millones
de USD de ingresos en el año.
El cobalto (denominado como “oro
azul” entre los inversionistas) es uno de los commodities con futuro más prometedor por su uso para baterías
recargables. Se espera que la expansión del mercado de los autos eléctricos
eleve la demanda de este mineral, de hecho, entre los años 2017 y 2018 sus
precios se aceleraron rápidamente debido a las expectativas de los
inversionistas internacionales. Sin embargo, en 2019 los precios se desplomaron
nuevamente debido a las tendencias reales del mercado de automóviles
eléctricos.
Otros bienes de
exportación,
como el tabaco y el ron, productos que se mueven en segmentos de mercados de
altos ingresos también pueden recibir impactos negativos por la disminución de
la demanda para este año. En el caso del tabaco, la paralización de los vuelos
internacionales ya ha afectado la operación de exportación en tanto el tabaco
se exporta en aviones.
Repunte de la
exportación de productos biotecnológicos. Como ya se planteó es posible esperar el
crecimiento de los ingresos por exportaciones de fármacos biotecnológicos. Las
exportaciones de medicamentos (genéricos y fármacos biotecnológicos) fue uno de
los principales rubros de exportación. En buena parte esos ingresos estuvieron
sustentados en los genéricos y muy asociados a las misiones médicas cubanas en
diferentes países. Lo que cambia cualitativamente ahora, pues, es la demanda
sobre productos fármacos biotecnológicos (interferón, ciertos tipos de vacunas
de alta capacidad inmunológica) la que puede dinamizar los ingresos. Una
ventaja indiscutible del país es la disponibilidad de capacidades productivas
tanto en territorio nacional como en el exterior para satisfacer esa demanda.
Otros Impactos
¿Se aproxima una
crisis alimentaria?
Elevar la producción agropecuaria doméstica fue una de las primeras prioridades
económicas anunciadas por el gobierno desde el inicio de la pandemia.
Básicamente, las acciones se han dirigido a acelerar las producciones de ciclo
corto y a aumentar las asignaciones de recursos (fertilizantes, plaguicidas,
combustibles, etc.) para la producción de alimentos, en un año que se dibujaba
sombrío para el sector.[14]
La caída de los ingresos externos
en un país que depende de las importaciones para garantizar la alimentación de
la población, se interpretó rápidamente como el detonante de una posible crisis
alimentaria. Sin embargo, hay
acontecimientos en desarrollo en el entorno internacional que podría aumentar
la probabilidad de ocurrencia de dicho escenario.
Primero, a diferencia de otros
tipos de bienes, la demanda de alimentos ha aumentado a lo largo del mundo con
las medidas de confinamiento implementadas a diferentes niveles por los países.
Debido a la incertidumbre, el acaparamiento de alimentos ha sido una práctica
observada con frecuencia. Además, con el objetivo de proteger a sus poblaciones
varios países han acelerado las importaciones de alimentos con el objetivo de
crear reservas.
Segundo, por el lado de la
oferta, las restricciones de movimiento de personas tanto a nivel internacional
como a nivel doméstico, han puesto en riesgo el ciclo estacional del trabajo
agrícola, con ejemplos en diferentes países de cosechas perdidas por
insuficiente disponibilidad de empleados. Además, el incremento del precio
internacional de los fertilizantes ha sido evidente desde febrero de 2020
elevando los costos de producción de los alimentos. Asimismo, la escasez de
medios de trasporte ha complejizado mucho más situación.
Tercero, varios países
productores-exportadores de alimentos han respondido a la crisis con cuotas o
prohibiciones de exportación.
Como consecuencia de todo lo
anterior podría suceder en los próximos meses un incremento del precio de los
alimentos, agranvado la ya de por sí compleja situación alimentaria que
enfrenta Cuba.
Ajustes y reformas para el 2020
El gobierno cubano anunció un
grupo de acciones para enfrentar el rigor que impone la pandemia, ajustar la
economía y prepare para la recuperación de la economía.
El Ministro de Economía anuncio
ajustes importantes a la economía sobe la base de “proteger las exportaciones,
priorizar la producción nacional de alimentos, medicamentos y aseo;
intensificar las medidas de ahorro de recursos de todo tipo, no solo los energéticos;
y no paralizar la actividad productiva ni la comercialización de recursos
básicos.” [15]
Reducción de gastos, paralización
de nuevas inversiones, paralización de miles de vehículos estatales (mas de 34
000) no vinculados directamente a la producción. A la vez, se tomó la decisión
de:
•
potenciar
la producción agropecuaria;
• destinar
recursos materiales y financieros en divisas, preferencialmente, para las
producciones de arroz, plátano, frijol, maíz, boniato, huevos, carne de cerdo y
ganado menor;
•
priorizar
la acuicultura y también la producción nacional de alimento animal.
Todo indica que el gobierno se
acerca a un proceso de cambios en las estructuras de propiedad de la economía
en el futuro inmediato, según las propias afirmaciones del Presidente
Díaz-Canel, quien destacó la necesidad de poner en marcha ideas planteadas ya varios
años atrás como:
•
“el
redimensionamiento del sector empresarial y del privado; y la adecuada relación
que debe haber entre ambos, de lo cual, apuntó, “tenemos buenas experiencias en
estos momentos de la pandemia”.
•
“No
se trata de improvisar, sino de introducir en los esquemas económicos y en las
políticas de desarrollo, los nuevos actores y prácticas que han estado
aprobadas en la Conceptualización, en los Lineamientos de la Política Económica
y Social, y en las Bases del Plan de Desarrollo Económico y Social hasta 2030”[16]
.
Al respecto quedan urgentes
pendientes que deberían ser solucionados durante lo que queda del 2020, entre
ellos podemos situar:
La
reforma de la empresa estatal que va más allá de “quitarle trabas” y que
debiera impulsarse adelantando la discusión de una ley de empresas que parece
no debe postergarse más, especialmente no hasta el 2022. En particular,
deberían eliminarse todos los procedimientos administrativos que rodean
decisiones claves de las empresas como la producción, los precios, las
inversiones, la contratación, entre otras. Además, las empresas deben enfrentar
un entorno más competitivo que las incentive a ganar eficiencia y productividad.
La
modernización y actualización de la ley de inversión extranjera, para ponerla a
tono con las necesidades de financiamiento y desarrollo productivo del país. En
especial, facilitar adecuadamente los nuevos negocios, acortando los tiempos y
flexibilizando o eliminando regulaciones. Entre las acciones a introducir de
forma inmediata, estaría:
• Transparencia
en temas tan sensible como la valoración de los activos que figuran como aporte
de la parte cubana.
• Contratación
directa de la fuerza de trabajo a precios adecuados a la región o utilización
voluntaria de los servicios de las compañías de contratación de mano de obra.
• Seguridad
en el retorno de sus inversiones.
• Mayores
facilidades en los temas de importación y exportación.
• Facilidades
para establecerse en Cuba: trámites migratorios, compra de casa y de autos,
cuentas bancarias personales, etc.
• Algunos
servicios tienen las tarifas más altas de toda la región del Caribe.
• Menos
burocracia en la cadena de negociación.
• Más
profesionalidad y capacidad de decisión de los grupos negociadores
El
reconocimiento legal de la pequeña y mediana empresa y la apertura a la misma
de todos los sectores de la economía nacional, con la excepción de los mismos
que aparecen en la ley de inversión extranjera. De los peligros y de las
ventajas se ha hablado demasiado, lo cierto es que desde su retoma a inicios de
los años noventa han pasado treinta años en los cuales hemos desperdiciado un
potencial productivo indiscutible. La mejor prueba de lo que significa una
alianza entre esas pequeñas empresas privadas y el sector estatal ha sido el
turismo, pero también la producción de carne de cerdo, y toda la red de
restaurantes privados que lograron lo que en cuarenta o mas años no se logró a
pesar de los esfuerzos y recursos a través del Ministerio de Comercio Interior
y de las direcciones de gastronomía de los gobiernos provinciales y
municipales.
Ahí
está todo el potencial productivo (y de servicios productivos) de nuestro país.
Son transformaciones que pueden hacerse ya, sin esperar al próximo Congreso
pues todas fueron aprobadas en los dos anteriores, son deudas que deben ser
saldadas y cuanto antes mejor. Incluso aún sin esperar por la tan anunciada
unificación cambiaria y monetaria, que ahora tiene una situación más compleja
para realizarse.
Hay
otros temas también importantes, pero que de alguna manera están casi
umbilicalmente conectados a los tres anteriores; el primero de todos es actuar
consecuentemente con aquella definición de medios de producción fundamentales
que aparece en la conceptualización e impulsar la racionalización del aparato
del Estado y del Gobierno así como de los cargos y puestos en organizaciones
sociales, algo que la pandemia ha demostrado no solo que es necesario sino
posible (teletrabajo, trabajo a domicilio, trabajo “on line”) y redirigir
muchos trabajadores hacia el sector productivo, para lo cual hacen falta
inversiones y nuevas empresas, estatales y no estatales. Ello además generaría
reducción de gastos. Que mejor ejemplo que la paralización de autos decidida
hace poco.
La deuda con proveedores es otro tema urgente y
estratégico. Afecta la capacidad productiva, reduce la oferta de bienes de
capital y de bienes de consumo, contribuye a elevar el riesgo país, genera
incertidumbre a proveedores. Se puede, sin emabrgo, intentar soluciones, una de
las cuales es hacer “swaps”, por ejemplo, dando una parte de la propiedad de
algunos bienes del Estado (hoteles[17],
por ejemplo) a cambio de esa deuda y de esta forma ganar liquidez en el
presente.
Temas decisivos como la
redefinición de cuales deben ser las industrias estratégicas del país, su
identificación y el diseño de programas que realmente le reconozcan y concedan
ese rol estratégico debieran ser definidos cuanto antes. En el Plan Nacional de
Desarrollo Económico y Social hasta 2030: Propuesta de Visión de la Nación,
Ejes y Sectores Económicos Estratégicos, se identificaron once sectores
estratégicos[18] sobre
la base de diez criterios metodológicos. Todo indica que son demasiados para el
tamaño de la economía cubana.
Conclusiones
Aunque hay poco margen de
maniobra para eludir el impacto de la crisis en el corto plazo, solo mediante las
reformas anunciadas desde hace ya más de cinco años se podrán mitigar las
repercusiones de las crisis en el mediano y largo plazo.
Habrá que poner énfasis en
restructurar los fundamentos del modelo económico cubano a través de concederle
más autonomía a la empresa estatal, un mayor protagonismo al sector no-estatal
y de la Inversión Extranjera Directa, así como un proceso de planificación más
concentrado en los factores estratégicos, y una redefinición de las industrias estratégicas
del país. Con las mismas armas que se venció a la epidemia (diálogo científico,
liderazgo y cooperación) debemos vencer la crisis económica que nos lega.
Bibliografía
1.
AUGE
(2020) “El emprendimiento privado en Cuba. Un paciente positivo a la Covid-19”
Informe analítico. Disponible en https://cubayeconomia.blogspot.com/2020/05/auge-informe-analitico-el.html?m=1. Consultado el 20 de mayo 2020.
2.
ONEI
– Oficina Nacional de Estadísticas e Información (2020) “Anuario Estadístico de
Cuba” Disponible en http://www.onei.gob.cu. Consultado en 5 de mayo de 2020.
3.
Rodríguez
José L. (2020) “Cuba y su economía en 2019: un año de avances en medio de
dificultades” Cubadebate. Disponible
en: http://www.cubadebate.cu/opinion/2020/02/18/cuba-y-su-economia-en-2019-un-ano-de-avances-en-medio-de-dificultades. Consultado el
10 de mayo de 2020
4.
Statista
(2020) “Occupancy rate of the hotel industry worldwide from 2008 to 2019, by region”
Disponible en https://www.statista.com/statistics/266741/occupancy-rate-of-hotels-worldwide-byregion/?fbclid=IwAR3gnWIFRxbN6rvdBSRMGJO3xZA3Lpe01qwCnvUMf9sFRyhIbl_-jLug9YE. Consultado el 3 mayo 2020.
5. UNWTO
– World Tourism Organization (2011) “Tourism Towards 2030 Global Overview”
6.
UNWTO
– World Tourism Organization (2020) “Impact assessment of the COVID-19 outbreak
on international tourism”
Citas
[7] No existen
datos fiables del incremento de los precios en el mercado informal, pero es
posible apreciar un crecimiento significativo en algunos de los mismos, en
especial, productos para la alimentación. En menos de dos años, por ejemplo, el
precio de la carne de cerdo se ha elevado desde los 25 CUP por libra hasta los
60 CUP.
[1] Informe en base
a información disponible hasta 1 junio de 2020
[2]
email: juantrianacu@yahoo.es
[3]
email: ricardo@fec.uh.cu
[4] 16% en valores
acumulados hasta el mes de febrero que es como lo presenta la ONEI.
[5] Empleamos para el cálculo
los ingresos medios por turista del año 2018, último año
disponible en los Anuarios Estadísticos de Cuba.
[6] Se refiere a Los Lineamientos del 6to Congreso del PCC; Lineamientos
del 7mo Congreso del PCC; Conceptualización del modelo económico y social
cubano de desarrollo socialista; Bases del Plan Nacional de Desarrollo a 2030 y
ejes estratégicos; Constitución de la República.
[8] Los desocupados son las personas en edad laboral (los hombres de 17 a 64
años y mujeres de 17 a 59 años) que no trabajaron en el período de referencia
de la Encuesta Nacional de Ocupación (ENO), por no tener vínculo laboral
estable, porque lo habían perdido y han realizado gestiones en busca de otro
empleo o porque lo buscaban por primera vez.
[9] Cubadebate, 18 de
enero 2020.
[10] Corresponde a la población masculina de 17 a 64 años y a la femenina
de 17 a 59 años.
[11] El mercado soviético llegó
a representar el destino de mas del 75% de todas las exportaciones cubanas y
estas a la vez se concentraban en alrededor del 80% en azucar de caña.
[12] Cabe
significar la relativa pérdida de peso de Venezuela en el destino de las
exportaciones de bienes de Cuba que en el 2015 llegó a concentrar el 39,5% de
esas exportaciones y el 72% de las exportaciones hacia América. Para el año
2018, esa participación fue de 19,4% y 41%, respectivamente.
[13] Mesa Redonda
4.05.2020
[14] Información
a partir de intercambio con varios productores y expertos del sector.
[15] Cubadebate,
4-5-2020
[16] Cubadebate,
4-5-2020
[17] Hay más de 300
hoteles que son propiedad del pueblo 100%. Si se decidiera capitalizar el 20%
de la propiedad de cada uno de ellos el país podría ingresar una cantidad no
despreciable de divisas. Es cierto que en estos momentos son activos con un
precio de mercado a la baja, pero aun así no es imposible. Claro que implica
cambiar determinadas reglas de juego.
[18] Plan nacional
de desarrollo económico y social hasta 2030: propuesta de visión de la nación,
ejes y sectores económicos estratégicos, numerales del 223 al 247.