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martes, 13 de octubre de 2020

Ordenamiento monetario, clave en la nueva estrategia socioeconómica de Cuba

Por Cubadebate, Randy Alonso, Oscar Figueredo, 
13 octubre 2020 


La Tarea Ordenamiento que incluye la eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria en Cuba.  Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

El ordenamiento monetario y cambiario en Cuba tiene un carácter interdisciplinario y transversal, incluye la unificación monetaria y cambiaria, la eliminación de los subsidios excesivos y gratuidades indebidas, así como la transformación de los ingresos, y su aplicación es una necesidad impostergable y un paso imprescindible para avanzar en la estrategia económica del país.

Como dijera el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, la unificación monetaria y cambiaria no constituye la solución mágica a los problemas económicos y financieros, “pero sí nos debe conducir a la elevación de la productividad del trabajo y a un desempeño más eficiente de las fuerzas productivas”.

Para brindar al pueblo una información inicial sobre la Tarea Ordenamiento, que incluye la eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria del país, comparecen en la Mesa Redonda el vice primer ministro, Alejandro Gil Fernández, y el jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos, Marino Murillo Jorge.

La transformación que la economía necesita para el bien del país y nuestra población

Vice primer ministro, Alejandro Gil Fernández, este martes 13 de octubre en la Mesa Redonda. Foto: Roberto Garaicoa/Cubadebate.

Uno de los elementos más importantes de la estrategia económica y social es el ordenamiento monetario en el país, recordó el vice primer ministro, Alejandro Gil Fernández, al iniciar su intervención en la Mesa Redonda, y añadió que es una transformación que la economía necesita para el bien del país y nuestra población.

En esta información inicial a nuestro pueblo sobre el ordenamiento monetario, el vice primer ministro recordó una frase de Raúl Castro en la clausura del décimo periodo ordinario de sesiones del Parlamento, en diciembre de 2017:

“Aunque la eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria por sí misma no solucionará mágicamente todos los problemas acumulados en la economía cubana, constituye el proceso más determinante para avanzar en la actualización del modelo económico cubano por el impacto que tendrá en todas las esferas del quehacer económico y social de la nación. Sin resolver eso, es difícil avanzar correctamente.

“Debemos ser capaces de, a la par que unificamos el sistema monetario, superar las distorsiones existentes en materia de subsidios, precios y tarifas mayoristas y minoristas, y como es lógico, las pensiones y salarios del sector estatal”.

Gil Fernández afirmó que para este proceso, con una estrategia en la que se viene trabajando hace algunos años y para cuya implementación se han ido creando las condiciones, Cuba cuenta con un sector estatal con cierto nivel de desarrollo.

“Se necesita lograr un encadenamiento productivo entre ambos sectores: estatal y no estatal, en condiciones similares, junto a otros actores económicos, así como incentivar las exportaciones”, señaló.

¿Por qué el ordenamiento monetario?

Marino Murillo Jorge, jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos. Foto: Roberto Garaicoa/Cubadebate.

El jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos, Marino Murillo Jorge, comenzó su intervención en la Mesa Redonda explicando que se trata de un tema complejo y transversal en la economía y la sociedad cubanas.

“Hay personas que piensan que el día que resolvamos la dualidad monetaria y cambiaria, se resolverán automáticamente todos los problemas de la economía”, pero “esto en automático no va a resolver todos los problemas de la economía cubana, que, como todos sabemos, tiene problemas estructurales en los que que habrá que continuar trabajando”.

Otra de las características de este proceso –continuó–, es que “cuando se toma la decisión y se inicia, no se puede virar atrás; hay que seguir con él, rectificando desviaciones. Económicamente, no es posible revertirlo”.

“Eso nos obliga a trabajarlo con mucho cuidado y rigor. En este proceso están creados 14 subgrupos de trabajo, donde participan más de 200 compañeros de diferentes organismos y académicos. Incluso, hemos consultado experiencias internacionales. Esta es la primera vez que abordamos estos temas en público, pero no es suficiente, habrá que ir explicando y aclarando poco a poco”.

Aclaró que, como otros procesos económicos y sociales tan grandes, este no está exento de riesgos.

“¿Por qué el ordenamiento monetario? Tenemos hoy un entorno monetario en el que es muy difícil que la economía funcione, digamos, de manera natural, tanto por el entorno monetario como las deformaciones estructurales. Eso lleva a que tengamos que hacer una conducción de la economía muy administrativa”.

Al respecto, mencionó fenómenos como las deformaciones en la formación de los precios. Tenemos un sistema de precios que no da señales claras del mercado a los productores. No quiere decir que Cuba vaya a una economía de mercado, pero el mercado existe independientemente de la voluntad nuestra, y a los productores les tienen que llegar las señales de ese mercado: si yo produzco algo, tengo que saber quién está dispuesto a comprar dichos productos”.

Los precios, aseguró, son una categoría sintética de la economía y en la formación de precios, tanto mayoristas, como minoristas, “tenemos muchas deformaciones”.

Históricamente, hemos usado un método de formar precios que es un margen de utilidad sobre los costos o sobre los gastos totales. “Eso, por supuesto, tiene deformaciones. No están correlacionados con el mercado mundial, es muy difícil comparar si una producción en Cuba es tan eficiente como su importación”.

Murillo se refirió al tema de los déficits salariales acumulados, partiendo del principio de que el salario tiene que cubrir las necesidades del obrero y su familia. “Tratando de resolver este asunto y sin haber hecho durante mucho tiempo una reforma salarial, se han venido tomado un grupo de medidas parciales, por sectores, no integrales, que de alguna manera resolvieron ciertos problemas en su momento”.

En la economía cubana, por ejemplo, existen casi 900 000 personas que tienen sistemas de estímulo en CUC, de entre 12 y 18 CUC por trabajador.

“Hay algunos que ganan 40; otros, menos. Pero como el tipo de cambio es 1x1, la empresa le paga al trabajador 10 CUC, este va a Cadeca (con tipo de cambio 24x1) y adquiere 240 pesos (CUP). El trabajador adquiere 240 pesos, y para los costos de la empresa solo son 10. Él aumenta la capacidad monetaria en Cadeca.

“No son tres o cuatro trabajadores, son 900 000. Y se preguntan hoy cómo quedarán sus ingresos en CUC, que multiplican por 24, cuando llegue la unificación monetaria y cambiaria y la reforma de salarios”.

Murillo se refirió también a la deficiencias en el sistema empresarial, “que no son pocas”. Por ejemplo, hay problemas de gestión, restricciones administrativas durante años que han acumulado un nivel grande de ineficiencia; problemas de incentivos a los exportadores y desequilibrios macroeconómicos.

Sobre este último, se refirió a los elevados déficits fiscales que se han debido aprobar en los últimos años, debido al alto nivel de transferencia del presupuesto del Estado al sistema empresarial, que “en gran medida está provocado por la dualidad cambiaria”.

Por ejemplo, una empresa exportadora vende en 500 dólares una tonelada de lo que produce, pero en pesos, cuando se suman los costos de importación y los nacionales, que incluyen el salario, el precio de esa empresa es 1000. Como el tipo de cambio es uno, recibe 500 pesos, y hay un déficit de los otros 500 pesos. Al no ser responsabilidad de la empresa, ese déficit es cubierto por el presupuesto del Estado.

A esto nos referimos, explicó, “cuando decimos que existe una alta transferencia del presupuesto del Estado hacia el sistema empresarial. Pero el presupuesto del Estado está para recibir del sector empresarial, en términos de impuestos por utilidades, por uso de la fuerza de trabajo, por rendimiento de la inversión”.

Con respecto al mercado internacional, Murillo señaló que para poder decir que una producción cubana es competitiva en el mundo, se acude a la solución ficha-costo-empresa (tomar el estado de los gastos de la empresa) y ficha-costo-país (tomar lo que la empresa paga en moneda nacional, hacerle un cálculo en dólar, expresarlo en dólar y compararlo con el mundo). Realmente es muy complejo”.

Un proceso complejo que representa una gran carga para los contadores en el sistema empresarial e institucional. La ficha de costo, por ejemplo, se debe presentar al Ministerio de Finanzas, se revisan los gastos, se aprueban o no. “No es un proceso por vía natural, de que yo exporté y me dieron el ingreso que me corresponde”.

Aunque se le ha ido buscando solución al problema poco a poco, es aún por vías administrativas y muy complejas.

“El entramado institucional que ha generado la dualidad monetaria y cambiaria en Cuba, no pensemos que se puede desmantelar en el corto tiempo por voluntad y fuerza de un grupo de personas. Todo esto tiene después efectos en las personas”.

Murillo insistió en que todas las medidas que se tomaron antes y durante los años más duros del Período especial, en su momento tuvieron un efecto positivo.

“No se trata de ponernos a criticar todo lo que se ha hecho. Lo que sucede es que con tantas medidas tomadas de forma parcial, no hay modo de avanzar en las transformaciones que requiere la economía, sin ordenarlo todo, y por eso se llama ordenamiento monetario. 

“Tenemos que buscar equilibrios macroeconómicos, reducir los déficits presupuestarios, hacer que el sistema empresarial sea más eficiente, pero en estas condiciones es muy complejo”, subrayó. “Estas complejidades desde el punto de partida, son las que demoran la toma de un grupo de decisiones”. 

El  jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y el Desarrollo de los Lineamientos dijo que “el problema no es tan sencillo como devaluar una moneda y quitar la otra. Hay un grupo de interrelaciones”.

“Sabemos que la población dice que ha sido un proceso muy demorado, algunas personas lo entienden más y otras menos. Luego, cuando uno lo explica, algunos logran comprenderlo; otros, no obstante, dicen que hay que acelerarlo”, afirmó.

Murillo recordó que en los dos últimos congresos del Partido han existido lineamientos relacionados con la Tarea Ordenamiento. En el VI Congreso del PCC, el lineamiento 55 dijo que se avanzaría hacia la unificación monetaria y cambiaria; mientras que el VII Congreso el mandato que realizó en su lineamiento 40 fue concluir el proceso de unificación monetaria y cambiaria. 

“Son casi 10 años en todo este proceso”, dijo.

“Este proceso tiene un impacto en todos los ámbitos. En la preparación han participado especialistas, funcionarios, académicos y directivos de instituciones y sectores en su concepción. No siempre coinciden los criterios, hay diferentes formas de enfrentar este problema en una economía, pero poco a poco hemos ido llegando a un consenso”.

¿Por qué la unificación monetaria y cambiaria en estos momentos?

Sobre esta pregunta, Murillo apuntó que no es posible avanzar en las otras transformaciones de la economía si no se ordena monetariamente el país.

“En el entorno de la crisis mundial que estamos viviendo, con el efecto de la COVID-19 y los decrecimientos en las economías, nosotros creemos que no podemos seguir esperando, por problemas prácticos. ¿Qué pasa si la situación empeora? El bloqueo está arreciando más que nunca, y los compañeros que estamos trabajando estos temas colegiamos que no es posible enfrentar otras cosas si no logramos un ordenamiento monetario para poder avanzar en temas más profundos en el modelo económico”.

En este sentido, habló del desarrollo de las cooperativas no agropecuarias. En Cuba, dijo, el cooperativismo no era un fenómeno ajeno, pero estaba sobre todo en el sector agropecuario. “Se comenzó un experimento en las cooperativas no agropecuarias, el cual se ha demorado mucho, ha tenido múltiples deformaciones que ya están estudiadas”.

“Imaginemos que creamos una cooperativa de la construcción que oferta servicios de la construcción en CUP y en CUC, y además tiene cuentas en ambas monedas. Ahora, una unidad presupuestada le sirve como inversionista para una labor constructiva.

“A esta entidad, el presupuesto del Estado le aprueba un presupuesto en pesos, pero con esos pesos compra CUC. Si tuviera que devengar 20 000 CUC por una obra (el tipo de cambio es 1x1), que compra con 20 000 pesos. Paga los 20 000 CUC a la cooperativa, y como esta tiene cuenta tanto en CUP como en CUC y cambia al tipo de cambio de Cadeca (1x24), va a Cadeca con los 20 000 CUC, los cambia a 1x24 y le paga a cualquier trabajador 10 000 o 12 000 pesos de anticipos mensuales. Luego vas y comparas eso con el salario de un albañil estatal, que solo gana 385 pesos”.

“Se desfavorece a unos actores económicos frente a otros”, dijo.

La complejidad de este entramado va mucho más allá. Siguiendo el ejemplo, el economista refirió que en el sector presupuestado se produjo un ahorro, ya que con 20 000 pesos tuvo una capacidad de pago de 20 000 x 24; mientras que la cooperativa tuvo un ingreso que no necesariamente tuvo que venir de su eficiencia.

“Cuando cualquier actor económico tiene beneficios en términos de gastos, o tiene beneficio en términos de ingresos por la diferencia de tipo de cambio, eso se llama en economía arbitraje, que distorsiona esa realidad”, puntualizó.

Si bien la entidad presupuestada tuvo un ahorro y la cooperativa tuvo un ingreso, “pero al que sí castigamos fue al exportador, porque cuando exportó los 500 dólares solo recibió 500 pesos y para que no tenga pérdida, el presupuesto del Estado tiene que poner los otros 500”. 

“No podemos seguir avanzando en las transformaciones de la economía, si no tomamos decisiones sobre estos temas, con las complejidades que tienen y los efectos que pudieran tener en la población”, afirmó.

¿En qué consiste el ordenamiento monetario?

“¿En qué consiste el ordenamiento monetario? En nuestro contexto, hay relaciones entre los diferentes actores económicos que sí hay que organizar de forma diferente”.

Marino apuntó que durante mucho tiempo se debatió si era posible resolver la unificación monetaria de otra manera en el tiempo.

“Tenemos CUP y CUC y tenemos tipos de cambio de 1x1 y 1x24. Uno pudiera decir: ‘Quito una de las dos monedas y doy los primeros pasos para unificar el tipo de cambio’. Pudiéramos, en el sector de las entidades estatales, pasar de 1 a 3 y 6x24, si se buscaba acercarlas al tipo de cambio de la población. Eso dilata en el tiempo, pero, además, hay que tomar en cuenta que si haces ese proceso gradualmente, y hay dos partes de la Tarea Ordenamiento (transformación de subsidios y gratuidades, y transformación de ingresos), vas acercando los tipos de cambio y esas dos cuestiones no las has tocado”.

Al comentar sobre los subsidios excesivos y gratuidades indebidas, tal cual aparece en los documentos del Partido, Murillo Jorge reconoció que todos los subsidios no son malos.

“Subsidiar a una familia de bajos ingresos es parte de la humanidad de nuestro modelo socialista. Y todas las gratuidades no son malas: la salud, la educación y todas las conquistas de la Revolución. El problema es cuando esto tiene un carácter masivo que no estimula la productividad del trabajo”.

En ese sentido, dijo que todos estamos subsidiados en estos momentos, incluso los que no trabajan. “Y al mismo tiempo a todos no nos alcanza el salario. Entonces, por un lado, nos subsidiamos todos y, por otro, no nos alcanza el salario a todos. Eso es algo que hay que transformar, de manera urgente.

“Lo mismo se subsidia a la persona que trabaja y aporta, que al individuo que no lo hace. ¿Es justo repartir la riqueza de esa forma en una sociedad?”, preguntó.

“No será posible eliminar los subsidios y gratuidades, o reducirlos gradualmente, si no hay una transformación de los ingresos, entendido este término como salario, pensiones, jubilaciones y la asistencia social”.

Entre las cosas que se han hablado en las redes sociales –continuó–, está el incremento de precios y salarios. “La Tarea Ordenamiento incluye cuatro elementos bien claros: resolver la dualidad monetaria, resolver la dualidad cambiaria, eliminar subsidios y gratuidades hasta donde sea posible en las condiciones de nuestra economía y hacer una transformación de los ingresos”.

En sus palabras recordó lo expresado por el presidente cubano en una Mesa Redonda anterior. Si solo se habla de que van a subir los precios y no se tiene en cuenta que van a subir los salarios, entonces el análisis no es correcto.

“En economía hay una gran teoría entre el salario real y el salario nominal. Nosotros, en este proceso, tenemos una gran aspiración y creo que la vamos a poder cumplir: que todos los asalariados queden en mejores condiciones que en el punto de partida en el que estamos”.

Hace poco se le realizó un incremento de salario al sector presupuestado y hubo que revisarlo varias veces, recordó. “En algunos casos, la diferencia de salario entre el que más aporta y el que menos aporta es muy poca. Todas las complicaciones que lleva mover salario en cualquier sociedad. Solo hacer una reforma de salario es un problema, y este es un tema que se ha trabajado por un grupo de personas de distintos organismos. En cualquier sociedad, hacer una reforma de salario es compleja, y nosotros vamos a hacer una reforma de salario y otras tres cosas. De ahí la gran complejidad”.

En cualquier sociedad este “es un proceso al que las personas están acostumbradas; sin embargo, la sociedad cubana es muy equitativa y no es posible hacerlo como se hace en otros lugares del mundo. Muchas veces, en otros países, se hace una devaluación y varias empresas no la soportan y van a la quiebra, y eso significa desempleo.

“La solución para nosotros con la Tarea Ordenamiento, aun cuando un grupo de empresas tiene serios problemas de eficiencia, no es tirar a las calles a 250 000 o 300 000 personas. El desempleo para nosotros no es una opción”, recalcó, pero, sin embargo, “no podemos seguir subsidiándole pérdidas de por vida a las empresas”.

Unificar los tipos de cambio conlleva una devaluación –dijo Murillo Jorge–, “y en cualquier lugar del mundo una devaluación genera ajustes: genera presión al sistema empresarial en la búsqueda de más eficiencia, y genera que las personas tengan que ser más productivas, más eficientes en el trabajo.

“Entonces, hay que hacerlo para que la economía se mueva de forma más natural, pero no estamos hablando de terapia de choque, todo lo contrarioPero sí va a haber más presión sobre los actores económicos, en términos de que sean más eficientes”.

Para poder seguir avanzando –continuó–, hay que hacer varias cosas fundamentales al mismo tiempo, entre ellas quitar una moneda y dejar un solo tipo de cambio (para anunciarlo habrá que esperar un poco, pero en su momento se dirá todo y habrá información para la población).

El jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos explicó que el tipo de cambio no es más que el valor de las divisas internacionales expresadas en términos de la moneda nacional.

“Si yo digo que el valor de la moneda es 1x20, estoy diciendo que en Cuba un dólar es igual a 20 pesos (reitero, es solo un ejemplo para ilustrar)”, dijo.

Otra de las preguntas más socorridas es cómo calcular el tipo de cambio en una economía. “Existen diferentes formas, una de ellas es tomar la canasta de monedas de otros países, generalmente con los que tiene muchas relaciones de comercio, y a partir de ella calculan un tipo de cambio. Y al mismo tiempo que calculan la canasta de moneda y el tipo de cambio, establecen una banda, en la que se enmarca ese valor cambiario”.

¿Por qué hay economías con más de una moneda? Murillo Jorge explicó que esto ocurre cuando la “moneda base” del país empieza a dejar de cumplir las funciones del dinero (medio de pago, unidad de cuenta y reserva de valor). En Cuba, tras la caída del Campo Socialista y una pérdida de más del 30% del PIB, el peso cubano no tuvo respaldo en la economía real y perdió sus funciones.

Casi siempre, cuando la moneda base deja de cumplir sus funciones de dinero, aparece otra, y además –como se necesita conducir las funciones del dinero– aparecen las economías excesivamente administrativas.

El experto hizo alusión a varios conceptos, como la tasa de cambio: precio de la divisa expresado en términos de moneda nacional. “No pensemos que los tipos de cambio pueden andar por un lado y la formación de precios por otro. Son dos procesos que se integran”.

Aclaró que el tipo de cambio en las mercancías importadas tiene un efecto directo en la formación de precios al interior de la economía.

En el caso de Cuba –con una economía abierta–, compra en el exterior anualmente productos por un valor de alrededor de 12 000 millones de dólares: casi el 50% de los combustibles, alimentos calculados en 2 000 millones de dólares y un número significativo de materias primas.

“Si devaluamos el peso, no habrá más remedio que incrementar los precios mayoristas, minoristas (aquellos que se decidan) y los salarios”.

La dualidad monetaria en Cuba implica que la economía funciona con dos monedas domésticas (CUP y CUC), que coexisten y comparten legalmente, en alguna medida, las funciones del dinero. En tanto, la dualidad cambiaria es la existencia de dos tipos de cambio legales, 1 CUP= 1 CUC= 1 USD para el sector de las empresas, mientras que para el circuito de la población es 25 CUP = 1 CUC = 1 USD.

Existen países que han tenido un tipo de cambio legal y otro establecido por el mercado, como es el caso de Vietnam y China, que tuvieron una moneda y dos tipos de cambio. El problema es acercar esos tipos de cambio, y de manera general lo que se ha hecho es acercar el tipo de cambio oficial al del mercado, casi siempre mayor.

¿Qué impacto tiene para las empresas nacionales operar con un tipo de cambio que iguala el peso con el dólar? “La sobrevaloración del peso cubano contra el dólar le ha quitado dinero a los exportadores y ha abaratado las importaciones, de ahí que sea más fácil importar que exportar”, apuntó Murillo Jorge.

“En la estrategia económica se habla de incrementar las exportaciones y sustituir las importaciones mediante los encadenamientos productivos. Con el peso sobrevalorado contra el dólar, eso no es posible. Esa política de Gobierno hay que acompañarla monetariamente, y para ello no basta quitar el CUC sino que también hay que devaluar el peso cubano”.

¿Cómo se realizaría el proceso de unificación monetaria?

En la Mesa Redonda, este martes 13 de octubre de 2020 se brindó la información inicial sobre la Tarea Ordenamiento, que incluye la eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria en Cuba. Foto: Roberto Garaicoa/Cubadebate.

¿Cómo se realizaría el proceso de unificación monetaria? “Se hace un día quitando el CUC, amanecimos y no existe el CUC”. Murillo explicó, sin precisar fecha, que la decisión se tomaría en el primer día de un mes, porque las empresas deben cerrar sus estados financieros.

Ese día, una nota del Banco Central de Cuba anuncia el cese de la circulación legal del CUC (no se emite más, el que está en poder de la población sigue circulando y el Estado lo va recogiendo hasta que se agota) y también la nueva tasa de cambio.

La población tendrá tiempo (se prevé que sea un periodo no menor de seis meses) para cambiar y gastar los CUC en su poder. Por ejemplo, las tiendas recogerán ese efectivo en las compras y devolverán los cambios en CUP, una medida que ya se implementa en el país, señaló el jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos.

Igualmente, se respetará el tipo de cambio vigente antes de la medida. Sea cual sea el nuevo tipo de cambio, las personas podrán realizar los canjes por el mismo tipo de cambio actual (24 CUP).

En el caso del sector empresarial, las cuentas en CUC se convertirán en CUP, 1x1, manteniendo su valor actual.

Murillo Jorge anunció que la unificación cambiaria no será un proceso dilatado e implicará una devaluación alta.

Este proceso –añadió– se realiza buscando competitividad, de ahí que genera un nivel de presión en el sector empresarial. Si se pusiera un tipo de cambio de 1 USD igual a 20 CUP, todos los insumos importados aumentarán los precios y, por consiguiente, aumentarán todos los precios mayoristas.

De acuerdo con Murillo, este crecimiento de los precios mayoristas también estará influenciado por la reforma salarial que se llevará a cabo en el país, porque las empresas deberán incorporar a sus costos la subida de los salarios.

“Devaluar la moneda y subir los salarios es sinónimo de crecimiento de precios, que significa inflación. El tema está en cuánto demora el incremento de los precios mayoristas en reflejarse en los minoristas”.

Este proceso de traspaso de la devaluación puede demorar de seis a 12 meses, aunque en algunos productos este reflejo sucede desde el primer día. “Si no hay crecimiento de los precios mayoristas, las empresas entrarían en pérdidas”, reiteró Murillo.

El problema está en lograr que el crecimiento de los precios no sea mayor al diseño de la subida de los salarios, porque sería una inflación por encima de lo diseñado. Independientemente de las señales del mercado, las propias características de la economía permiten crear condiciones para que esto no ocurra”.

¿Qué impacto tendrá la unificación en el sistema empresarial?

Hay un grupo de empresas que deberán realizar un esfuerzo grande para soportar el peso de la devaluación. Los estudios realizados arrojan que un grupo de entidades pudieran tener pérdidas en el primer año, y se diseñan soluciones como destinar recursos financieros para “calzarlas monetariamente” durante ese periodo.

De no subsidiar las pérdidas de esas empresas, habría que cerrarlas y ello generaría desempleo. “Ese programa de ayuda desde el Gobierno implicaría compromisos claros de las empresas sobre cómo reducir esas pérdidas en el tiempo y ganar competitividad”.

Con la unificación cambiaria se logrará una “corrección de precios relativos”, lo que significa que las materias primas nacionales serán más baratas que las importadas. “Con esto, el mercado empezará a dar señales diferentes a la economía”.

“Este es el efecto más grande que estamos esperando, una corrección de los precios relativos, un incremento de los salarios y mayor motivación para trabajar, aunque no sucederá de un día para el otro”.

Dos métodos para controlar la inflación en los precios del mercado mayorista

Marino Murillo Jorge destacó que una parte esencial de este ordenamiento es lograr que la inflación en los precios mayoristas no sea mayor a lo planificado. Para controlar eso –dijo– están previstos dos métodos fundamentales, sobre todo para garantizar que esos crecimientos se enmarquen dentro de lo esperado.

El primer mecanismo es mantener un precio centralizado a un pequeño grupo de productos, sobre todo en aquellos con presencia en varios sectores de la economía, como los combustibles. La segunda forma está en poner límites a los precios mayoristas formados por el sistema empresarial.

“Las empresas tendrán una mayor autoridad para establecer el valor de sus mercancías. No obstante, podremos calcular los componentes importados más el incremento salarial y a partir de allí fijar un tope en la cantidad de veces que un precio mayorista puede crecer respecto al salario mínimo. Pero sí es un objetivo flexibilizar la creación de precios mayoristas”.

Precios minoristas y canasta familiar normada

Respecto al mercado minorista, el jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos explicó que existe un grupo de productos vinculados al consumo de la población que se mantendrán con precios centralizados. No obstante, algunos mantendrán sus subsidios, pero en otros casos sí serán eliminados.

“En el caso de la canasta familiar normada, mantendremos algunos productos con precios centralizados y también subsidiados. Otros productos también tendrán costos únicos, pero sin subsidios. No obstante, estos últimos también se mantendrán dentro de la libreta de abastecimiento para garantizar que lleguen a todas las personas”.

Murillo Jorge reconoció que otra forma habitualmente empleada para controlar la inflación es garantizar mayores abastecimientos, pero destacó que en las actuales condiciones de la economía cubana esa no es una estrategia factible. “Esa forma indirecta de control no es posible ante nuestro déficit de oferta, pero una vez que la economía logre avanzar, también podremos utilizarla”.

Al concluir su explicación sobre este tema, comentó que cualquier incremento de precios pone presión en los ingresos de las personas; de ahí la importancia de llevar a cabo una reforma salarial para enfrentar esa y otras situaciones. En tal sentido, destacó cómo esa realidad es un buen ejemplo de por qué todos los elementos de la tarea de ordenamiento monetario se entrelazan entre sí.

Reforma salarial y subsidio a los más vulnerables

Para llevar a cabo la reforma salarial, Marino Murillo explicó que se tuvo en cuenta la llamada “canasta de bienes y servicios”, un mecanismo que agrupó no solo los productos entregados a través de la libreta de abastecimiento, sino también otro amplio grupo de bienes y servicios como el transporte, la recreación y otros.

En tal sentido, el cálculo del valor de esa canasta es el punto de referencia para formar los precios en el mercado minorista y para establecer el nuevo salario mínimo. No obstante, destacó que es imposible pretender resolverlo todo en el “día cero”, pero que cada paso forma parte del ordenamiento.

Respecto al aumento de los salarios, comentó que en el país existe una escala salarial compuesta por 32 grupos, en la cual alrededor de 29 000 personas cobran el salario mínimo. “Los nuevos salarios tienen que respaldar el consumo del obrero y su familia. Hemos estudiado la composición de los núcleos familiares en el país, compuestos por casi tres personas, de las cuales alrededor de dos tienen vínculo laboral.

“Entonces puede darse el caso de que en esos hogares una persona gana el salario mínimo y otra recibe hasta cinco veces ese valor, y, por tanto, puede suplir los gastos del otro miembro del núcleo que no trabaja. Sin embargo, también puede suceder que dos de esas personas perciban la cantidad mínima y no puedan llegar al valor de la canasta de bienes y servicios para cada una. En esos casos, intervendrá la seguridad social”.

En relación con este complejo tema, comentó que aparece el concepto de persona vulnerable, también contemplado en la estrategia de ordenamiento monetario. El objetivo –aseguró– es subsidiar a esas personas y no a todos los productos. “En este proceso nadie quedará desamparado”.

“Hay otras cosas que sí no subsidiaremos, como las pérdidas en el sector del comercio y la gastronomía. No es posible que el presupuesto estatal asuma esos gastos en empresas que no precisamente se caracterizan por el buen servicio o el control de los recursos”, apuntó.

Asimismo, anunció que el fondo de salario en el país subirá en 4.9 veces, mientras que el destinado a la seguridad social lo hará en cinco veces. Mientras tanto, los precios en el sector estatal tienen previsto aumentos muy por debajo de esos valores.

Murillo Jorge resaltó que ese es el gran tema de la reforma salarial. “Si la dinámica de crecimiento del salario es más alta que la del aumento de precios, entonces quienes trabajamos con el Estado estaremos en una mejor posición. Ese es otro de los objetivos del ordenamiento”, comentó.

Todo lo hecho en el tema de la reforma salarial tiene que ver con una mejor distribución de las riquezas, porque en la práctica no se han creado nuevas ganancias, dijo. Entonces, es prioridad eliminar subsidios y gratuidades indebidas, siempre protegiendo a niños y embarazadas, ciudadanos imposibilitados de trabajar o servicios de alto consumo nacional, como la electricidad.

Alejandro Gil: “Será difícil vivir sin trabajar”

En la conclusión de la Mesa Redonda, el vice primer ministro y ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, afirmó que Cuba continuará ampliando y profundizando su modelo económico. De igual manera, reiteró la importancia de ejecutar las cuatro tareas contenidas en el ordenamiento monetario como única forma de lograr una verdadera transformación.

“No veamos esto como un mal necesario ni como un retroceso. Los cambios propuestos nos permitirán estar en mejores condiciones para enfrentar el contexto actual y salir adelante”, dijo.

Como antes lo hizo Murillo Jorge, reconoció que con el ordenamiento algunas empresas enfrentarán pérdidas, pero otras saldrán más fortalecidas. También serán beneficiadas aquellas entidades que sustituyan importaciones y tengan un desempeño económico eficiente. Asimismo, destacó la necesidad de crear riquezas para conseguir la prosperidad.

“Estas medidas son para el bien de todos. Quienes trabajamos con el Estado vamos a agradecer el aumento salarial y que el trabajo sea la principal fuente de ingresos. Va a ser difícil vivir sin trabajar, pero en medio de ese contexto daremos todo el apoyo a las personas vulnerables y no aptas para hacerlo. El ordenamiento monetario generará importantes beneficios para todos”, concluyó.

Vea la Mesa Redonda

En video, Presidente cubano expone los principios del Ordenamiento Monetario

 

Responsabilidad compartida y reactivación económica

Por Jorge Rodríguez Hernández

El Gobierno cubano, desde la asunción del Presidente
Miguel Díaz-Canel Bermúdez, se ha movido en una lógica, con cierto pragmatismo, en la implementación de la política económica, y lo ha realizado, a pesar de no tenerlas todas consigo. Baste recapitular la cronología de sucesos y acontecimientos diversos acaecidos en ese periodo gubernamental, para arribar a esas conclusiones.

La pandemia de la COVID-19 ha obligado a las máximas autoridades cubanas, a hacer un replanteo de los objetivos para el corto, mediano y largo plazos en términos económicos, sin apartarse de la lógica y pragmatismo inicial, aunque esto último no se reconozca de manera expresa. El confinamiento y las restricciones impuestas por la letal enfermedad postergó planes y programas económicos en el orden colectivo e individual, todo ello en un entorno hostil provocado por bloqueo norteamericano.

Pero el inmovilismo nunca ha sido lo más aconsejable en estas circunstancias, y mucho peor resulta el paternalismo. Ante un río crecido, con aguas encrespadas y turbulentas, las decisiones sabias y arrojadas suelen ser las más aconsejables. Siete meses de duro batallar contra la COVID-19, erosionaron aún más las de por sí menguadas finanzas internas.

En tales circunstancias, se hacía imposible seguir subsidiando por más tiempo la irresponsabilidad de algunos ciudadanos y acomodando el necesario protagonismo de la mayoría disciplinada, para mantener a raya la pandemia, con medidas sanitarias restrictivas, las cuales además de tener un alto costo económico, complejizan todavía más el entramado social y tensan el ambiente político por las propias dificultades económicas que afronta el país.

Ante esta realidad, someramente descrita, el Gobierno optó por la responsabilidad compartida con los ciudadanos, para mantener contenida la COVID-19 en las actuales circunstancias, donde aún no se dispone de una vacuna al respecto. A partir de ahora, toca  a uno y otros solventar los gastos generados por la pandemia en todos los órdenes, lo cual requiere, como es obvio, de una reactivación económica, y esta última corre a cargo de todos y cada uno de los actores y modelos de gestión económicos, tal como lo refrenda la Constitución de la República.

La naranja o pastel- para ilustrar un poco el asunto- se partió a la mitad, sin que las partes, obviamente, se desentiendan de su responsabilidad, menos aún en una sociedad como la nuestra.

Si se saca y no se ingresa

La ministra de Finanzas y Precios Meisis Bolaños Weiss informó que ese organismo de la Administración Central del Estado destinó mil millones de pesos para enfrentar la pandemia, lo cual equivale a un per cápita por habitante de unos 892 mil 800 pesos, aunque no todos enfermemos por el virus SARS-CoV-2 o requerimos de algún servicio como parte de los esfuerzos del Gobierno cubano, para minimizar, en lo posible, lo efectos negativos de la pandemia.

Por su parte, La Habana gastó en seis meses y medio de pandemia 125 millones de pesos, según declaró en la Mesa Redonda televisiva Jorge Luis Villa, coordinador de la actividad económica del gobierno provincial, e informó que la capital dejó de ingresar en ese periodo mil 400 millones de pesos, equivalentes al 14% del presupuesto.

Para reducir el déficit generado por la pandemia, la caja contadora debe sonar, obviamente.

Como La Habana no hay dos

El centro económico, social y financiero del país requiere reactivarse con suma urgencia, al igual que el resto de los territorios del país, y las cifras así lo confirman, pues como La Habana no hay dos.

n  Representa el 43% de la recaudación de la Oficina Nacional de Administración Tributaria, con respecto al país.
n  Acumula , de forma conjunta, el 50 % de la circulación mercantil y de la venta del comercio minorista.
n   Cuenta con 260 cooperativas NO agropecuarias de las más de 430 existentes en el país.
n    Posee más de 192 mil 500 trabajadores por cuenta propia.
n   En su geografía operan 593 empresas de las más de mil 770 existentes en Cuba. En Santiago de Cuba lo hacen alrededor de 113, y 107 en Holguín.
n   Aporta el 42% de la producción industrial del país.
n  Constituye el segundo destino turístico con más alojamiento: más de 12 mil 110 habitaciones en unas 64 instalaciones.
n    Agrupa el 56% del volumen de las inversiones que se ejecutan en Cuba.

Si bien habrá que observar con lupa la evolución de la COVID-19 en la llamada nueva normalidad, la cual cuenta con un código de actuación, también habrá  que hacerlo con relación a los réditos de la responsabilidad compartida entre Gobierno, ciudadano y familia, así como a la  decisiva conjugación de esta última con la reactivación económica.

Los incentivos son ahora mucho más importantes que nunca, como parte de la implementación de la agenda económico-social acordada. El costo-beneficio ha de ser también parte de esta estrategia gubernamental.