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sábado, 5 de diciembre de 2020

Desgranando el management más exitoso de la Historia

 CATEGORÍA DE NIVEL PRINCIPAL O RAÍZ: ENTREVISTAS

Desgranando el management más exitoso de la Historia
Además de rigurosa, la actividad investigadora de Javier Fernández Aguado es excelsa. En esta ocasión, nos sentamos con el gran pensador y conferenciante español, para conocer su último trabajo: 2000 años liderando equipos, una investigación a la que –nos cuenta–“más tiempo he dedicado en mi vida tras las dos tesis doctorales”.

A lo largo de más de 600 páginas, se acumulan innumerables aprendizajes procedentes de dos milenios de experiencias organizativas y directivas del modelo de management más exitoso de la Historia: el de múltiples organizaciones de la Iglesia católica y muchos de sus grandes padres fundadores.

EXECUTIVE EXCELLENCE: 2000 años liderando equipos sitúa a la Iglesia católica y sus miembros bajo el microscopio del management. ¿Qué puede atraer a un no creyente a acercarse a esta obra?

JAVIER FERNÁNDEZ AGUADO: 2000 años liderando equipos pone el foco en enseñanzas para el gobierno de personas y organizaciones procedentes de una institución que lleva veinte siglos en marcha. Este estudio puede interesar tanto a creyentes como a no creyentes, porque ofrece aprendizajes para cualquiera tanto desde el punto de vista personal como profesional.

E.E.: Declara que: “Yerran quienes afirman que la Iglesia católica es una institución inmovilista”, y prueba de ello es su existencia durante dos milenios. Teniendo en cuenta que la vida media de las empresas se va acortando progresivamente, y hoy muchas apenas alcanzan la mayoría de edad, ¿qué ha garantizado la supervivencia de la Iglesia?

J.F.A.: En la prolongada existencia de la Iglesia influyen múltiples componentes. Algunos, sin duda, de carácter trascendente. Su fundador aseguró que las puertas del infierno no prevalecerían sobre ella. Jesucristo auguró con esas palabras la continuidad de la institución por Él creada hasta el fin de los tiempos. Más allá de esta profecía, es obvia la resiliencia de innumerables personas, tanto fundadores como seguidores de equipos de trabajo surgidos en el entorno de la Iglesia católica que han superado dificultades inenarrables. Como en ocasiones se ha formulado, la sangre de los mártires, de los creyentes que han ofrecido su testimonio hasta el fin, ha sido el humus de nuevas levas de cristianos.


Este estudio puede interesar tanto a creyentes como a no creyentes, porque ofrece aprendizajes para cualquiera, tanto desde el punto de vista personal como profesional


E.E.: En el libro analiza el comportamiento directivo de 16 pontífices romanos y de docenas de organizaciones, entre ellas la Inquisición… o campañas como las Cruzadas. ¿Qué criterio ha seguido para elegir estos y no otros?

J.F.A.: En el caso de los romanos pontífices, he espigado a los 16 cuya toma de decisiones ha sido más relevante. De los casi 270 papas que han gobernado hasta el momento, los que figuran en el libro son para mí quienes ofrecen mayores enseñanzas con relación al management: visión estratégica, capacidad de toma de decisiones, habilidad para la selección de personal o la promoción de spin off’s, el respeto a los intraemprendedores, o su humildad y valentía para abandonar un puesto para el que no se ven capacitados. Por otro lado, he seleccionado iniciativas que, en mi opinión, aportan enseñanzas particularmente valiosas. Me ha resultado arduo no mencionar a otras muy significativas, pero en algún punto había que cortar. De otro modo, en vez de un libro hubiera sido una enciclopedia, ya que son miles las que han brotado desde el interior de la Iglesia católica.


He espigado a los 16 pontífices romanos cuya toma de decisiones ha sido más relevante y, de los casi 270 papas que han gobernado hasta el momento, seleccionado a aquellos que ofrecen mayores enseñanza


He espigado a los 16 pontífices romanos cuya toma de decisiones ha sido más relevante y, de los casi 270 papas que han gobernado hasta el momento, seleccionado a aquellos que ofrecen mayores enseñanza

E.E.: En muchas ocasiones, el término católico es entendido como un adjetivo. Asociamos líder católico a un buen líder… Sin embargo, nos advierte que “la mezcolanza de bien y mal en los directivos de la Iglesia ha sido una constante”. ¿Cómo definiría a un líder empresarial católico?

J.F.A.: Cuatro alternativas existen en la vida: hacer bien el bien, bien el mal, mal el bien o mal el mal. Obrar bien el bien es lograr los resultados que la organización se propone o que nosotros fijamos, en el caso de que seamos los máximos responsables, a la vez que sembramos un alto nivel de motivación entre los colaboradores. Desarrollar mal el bien supone culminar los objetivos a costa del desagrado y a veces del daño a los stakeholders. Sería el caso, por ejemplo, de los gulags soviéticos: alcanzaban retos de producción que solicitaban los timoneles de la dictadura en Moscú, a expensas de la vida o la salud de quienes bregaban. Hacer bien el mal significa no lograr los resultados, pero agenciando que los stakeholders, al menos en el corto plazo, queden campantes. Hacer mal el mal implica desmotivar a aquellos con quienes laboramos a la vez que no logramos los resultados exigibles.

Un profesional católico tiene como reto hacer bien el bien. Muchos lo han logrado. Otros, desafortunadamente, no. La fe no proporciona una patente de corso para la buena gestión. Conozco directivos ateos que son profusamente eficaces y católicos que han dañado gravemente a quienes les han seguido. Y viceversa.

El reto de obrar bien el bien está siempre presente, quizá más para el creyente que ejerce de peregrino en tierra extraña, de romántico de mundos mejores que trata de anticipar en este planeta con un brío esforzado y magnánimo.

E.E.: La obra cuestiona que conceptos como interim management, mapa de talento, unicornios, coaching, VUCA, océanos azules, feedback 360 sean novedosos. Por el contrario, nos dice: “Mucho de lo que consideramos novedoso en management son reediciones de necesidades antropológicas del ser humano manifestadas de un modo solo en apariencia insólito”. ¿Existe todavía espacio para la innovación genuina en el management?

J.F.A.: La gestión de personas y organizaciones implica tratar de antropología. Desde que el mundo es mundo han cambiado relativamente pocas cosas en el fondo. Sí en la forma. Hace algunos años fui invitado a mantener un debate con David Norton, creador del balanced scorecard. Los promotores promovieron un cara a cara sobre los modelos de gestión por él propuestos y los que yo he creado. El encuentro se celebró en Baja California, ante docenas de CEO’s. Las propuestas de Norton, aplicadas en muchas empresas, se diferencian básicamente solo en el nombre de lo que han formulado desde hace siglos dirigentes de organizaciones de la Iglesia. El cuadro de mando integral ha sido aplicado y vivido, obviamente con otras denominaciones, desde hace cientos de años. Lo mismo puede decirse de la descripción de puestos o del interim management.

En la conferencia de clausura del primer Congreso de directivos interim que tuvo lugar en España, detallé que en el siglo XVI se empleaba el término de interim en Hispanoamérica para aquellas personas que ocupaban un puesto de dirección durante un periodo a la espera del nombramiento definitivo desde España.

El coaching, es decir, el asesoramiento personalizado para la mejora de habilidades, ha sido aplicado por personajes tan lejanos en el tiempo como Aristóteles con respecto a Alejandro Magno o Erasmo de Rotterdam con Carlos V. Por no mencionar la labor que en este sentido llevó a cabo Bernardo de Claraval con los principales directivos del ámbito civil y eclesiástico en la primera mitad del siglo XII en Europa.

En 2000 años liderando equipos  detallo, en fin, muchísimas más enseñanzas que se presentan como innovadoras y que son reediciones de modelos aplicados en numerosas instituciones, también de la Iglesia católica.

Queda mucho por hacer, adaptando las múltiples técnicas, modelos y tecnologías a las cambiantes circunstancias y entornos, pero en ningún caso mejoraremos al margen de las claves metafísicas esenciales.


La fe no proporciona una patente de corso para la buena gestión. Conozco directivos ateos que son profusamente eficaces y católicos que han dañado gravemente a quienes les han seguido; y viceversa


E.E.: Hace décadas que propuso que un paradigma adecuado para comprender las organizaciones sería el antropomórfico. Ese modelo contempla que las empresas también tienen “alma”, pero nos parece que la administración de esa parte espiritual sigue siendo ajena al entorno empresarial. ¿La Iglesia ha gestionado con éxito esa dimensión?

J.F.A.: En la presentación de un ensayo que titulé El alma de las organizaciones mencioné que, para muchos, el término S.A. parece significar Sin Alma. Tomar en consideración el alma de las organizaciones es para mí un desiderátum, una aspiración que casi toda persona alienta. Muchos anhelamos sentirnos parte de un proyecto por el que merezca la pena negarnos para afirmar lo colectivo. Hay organizaciones que bien conocen este concepto. ”la Caixa”, sin ir más lejos, al dar a conocer su labor social habla con toda razón del alma de ”la Caixa”. Esto debería suceder en cualquier tipo de institución mercantil o financiera, pública o privada. Con mayor motivo en aquellas estructuras promovidas en el entorno de la Iglesia católica. Muchas lo han logrado. La respuesta del porqué la hallamos en las personas. El alma de las organizaciones ha de ser insuflada por los fundadores y mantenida por los directivos que van sucediéndose. Los templarios, por detallarlo con un ejemplo, tuvieron alma desde su creación en el año 1118 hasta la batalla de los cuernos de Hattin, en 1187, cuando un mal directivo –Gérard de Ridefort– les condujo al fracaso. Al poco tiempo, fue posible reeditar su alma, objetivo que ya no fue viable en 1307 cuando los templarios eran timoneados por Jacques de Molay, su último gran Maestre.

E.E.: Marc Raibert, fundador de Boston Dynamics, señala que para desarrollar robots con éxito es fundamental el principio build it, break it, fix it (constrúyelo, rómpelo y arréglalo). La Iglesia ha estado en numerosas ocasiones al borde del colapso, pero ha mostrado una resiliencia inigualable. ¿Es un ejemplo de que los errores sirven para seguir avanzando?

J.F.A.: En ocasiones aprendemos de los errores y en otras de los éxitos. Habitualmente más del dolor, de los obstáculos. La Iglesia ha sido y sigue siendo resiliente en su concepción grupal y también en cada una o al menos en muchas de las iniciativas que han germinado en su seno. Bastantes que van surgiendo en la Iglesia toman nota de los errores de las precedentes. Otras, por el contrario, reiteran yerros que deberían haber soslayado, porque caen en la jactancia de considerar que sus proyectos son mejores que los que han existido previamente. Asimilar experiencias de los ancestros no es un capricho, sino una imperiosa necesidad que aplica cualquiera que acopia un mínimo de sentido común.

E.E.: Usted siempre insiste en que hay que distinguir entre manipulación y liderazgo y señala que mientras el líder ve personas, el manipulador ve masas. ¿Hay alguna característica común que defina a los líderes de la Iglesia católica? Si tuviera que elegir, ¿con cuál se quedaría?

J.F.A.: Stalin, Mao, Hitler, Pinochet, Diosdado, Maduro, Stroessner o cualquiera de los manipuladores que en el mundo han sido piensan en su propio interés y capricho, en su enriquecimiento, en vivir ellos mejor que los demás, en disponer de un casoplón para su uso personal a costa del esfuerzo ajeno.

El líder, por el contrario, cuenta solo hasta uno. Es decir, contempla personas concretas. El tirano, el manipulador se apalanca en conceptos como la gente, los que importan y simplezas semejantes para engañar a los incautos mientras ellos atesoran: cualquiera de los citados, al igual que Petain, Napoleón, Goering,  y tantos otros murieron millonarios.

En la Iglesia católica ha habido y continúan pululando manipuladores, pero destaca de forma incontestable el número de líderes. En los diversos capítulos que componen este libro hablo de cientos. Si es lejano en el tiempo, mencionaría a Roberto de Molesmes. Si se tratase de alguien más próximo a nosotros, la elección recaería sobre Juan Pablo II. Ser líder no significa no cometer ningún error. De hecho, ambos tuvieron fallas, pero hasta donde sabemos nunca a propósito ni por fines egoístas. Su característica común fue el intento de convertir la tierra en paraíso, sin soslayar que es sendero de transición.


En la Iglesia católica ha habido y continúan pululando manipuladores, pero destaca de forma incontestable el número de líderes


E.E.: Brad Smith, presidente de Microsoft, considera que es necesario establecer límites éticos a la Inteligencia Artificial, y ha exigido el desarrollo de una regulación que proteja a los usuarios frente al potencial mal uso de esta tecnología. ¿Cuál es su opinión?

J.F.A.: La ética no es un opcional, forma parte esencial de la condición del ser humano. Si alguien no acepta un sistema ético objetivo, acaba labrando normativas más o menos ventajosas a sus objetivos crematísticos o a sus caprichos. Las nuevas tecnologías plantean desafíos conceptuales novedosos. La ética, ciencia de la felicidad, ha de prestar atención a esas circunstancias sin olvidar que lo más importante del ser humano, lo que le hace feliz o le conduce al desamparo es muy semejante hace 5500 años y en la actualidad. Así lo muestro en Egipto escuela directivos (LID), donde recojo la normativa moral especificada en el libro de los muertos de los rivereños del Nilo, que resulta igualmente de urgente aplicación hoy, tanto a nivel personal como corporativo.

E.E.: Según Rob Wolcott, presidente de TWIN, la crisis del COVID-19 marcará un antes y un después en el ámbito empresarial, ya que está impulsando la digitalización y la aparición de nuevos modelos de negocio basados en la proximidad. ¿Qué lecciones de liderazgo podemos sacar de esta situación?

J.F.A.: Todos tenemos tendencia a considerar que lo que estamos viviendo es radicalmente novedoso, que va a suponer un salto inaudito en la historia de la humanidad. Es probable que dentro de un lustro contemplemos como una anécdota más del pasado esta terrible pandemia –¡tan mal gestionada por determinados poderes públicos!– que ahora estamos padeciendo. Las lecciones que podemos aprender son numerosas. Quizá la primera es la humildad, tanto personal como colectiva. La humanidad siempre ha sido, es y será vulnerable. Olvidar que somos criaturas conduce a actitudes protervas que resultan risibles desde una cierta altura. Esta terrible situación sanitaria y económica debería abrirnos a entender que las personas son lo primero, por encima de las instituciones, y que las instituciones deben estar al servicio del bien común, y no de quienes en un momento determinado las pilotan. Y también que elegir a políticos inconsistentes e inmorales implica siempre un alto precio.

E.E.: Durante la pandemia hemos visto ejemplos de organizaciones que han dejado de lado su actividad principal para ayudar en la lucha contra el coronavirus. ¿Impactará esta crisis hasta el punto de dotar de otro sentido a los negocios, sobrepasando los aspectos puramente económicos?

J.F.A.: Ojalá sea así. Las situaciones de crisis extraen lo mejor y lo peor de cada ser humano. Lo explicaba Viktor Frankl en su inolvidable libro El hombre en busca de sentido. También lo encontramos expresado de forma sublime en la autobiografía de un jesuita, Walter Ciszek, condenado a los gulagsCaminando por valles oscuros. Esta pandemia puede propiciar un salto adelante de relevancia en aspectos tecnológicos y ojalá también nos ayude a dar siquiera unos pasitos en lo antropológico, es decir, en la deferencia que debemos tener con nuestros prójimos, ayudándonos a liberarnos siquiera de algunas esquirlas del egoísmo que todos arrastramos.

E.E.: Según Gary Hamel, la enorme transformación vivida en las últimas décadas en los modelos de negocio no se ha visto reflejada en los modelos de gestión. ¿Cómo se puede trasladar ese cambio al modo en que las organizaciones seleccionan a sus líderes?

J.F.A.: Las condiciones esenciales del liderazgo siguen siendo las mismas. Pocos libros son de tanto interés en el momento actual como Ética a Nicómaco (LID), de Aristóteles , obra que recomiendo de manera insistente porque está repleta de enseñanzas que superan el filtro del tiempo. Ese texto, escrito hace 2300 años, sigue siendo de rabiosa actualidad. En 2000 años liderando equipos,  el lector encontrará diferentes sistemas de elección que se han manejado tanto en el papado como en diferentes instituciones católicas. Sugiero que atiendan a lo que hacían los templarios que detallo en el capítulo correspondiente. Su sistema de selección de líderes permitió que de docenas de grandes Maestres solo tres fueron atroces; los demás aportaron valor a la orden del temple.


Javier Fernández Aguado, director de la Cátedra de Management de Fundación la Caixa en el IE, socio director de MindValue, y director de investigación de EUCIM.

Entrevista publicada en Executive Excellence nº170 noviembre 2020

Cuba: ¿Cuáles son los precios de los productos agrícolas para este fin de año?

  

Lista de precios en un agro capitalino. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Se acerca el fin de año 2020 y las celebraciones familiares en esta ocasión tendrán un cariz diferente, debido al aislamiento impuesto entre las medidas sanitarias para evitar el contagio de la COVID-19 y también por las carencias de alimentos en la red de mercados agropecuarios.

Desde hace algún tiempo las personas han estado argumentando que no encuentran varios de los productos agropecuarios habituales en este tipo de establecimientos y que, de hacerlo, los precios son elevados, muy por encima de los topes establecidos.

Para ilustrar si tales ausencias de productos y afectaciones en los precios son ciertas, la ACN hizo un recorrido por agros y puestos, en el que intentaron determinar si se trata solamente de una percepción generalizada o si, en efecto, los productos han ido desapareciendo de las tarimas en tiempos recientes, y los pocos que aparecen han aumentado sus precios.

Entre los productos del campo más demandados por los cubanos están los frijoles, tanto negros como colorados, y este alimento ha estado ausente durante casi todo el año, mientras que, según nuestra encuesta nacional, solo los mercados estatales de la provincia de Sancti Spíritus lo han expendido en la última semana.

El resto de proveedores del país son particulares, con precios que comienzan en 25 pesos en moneda nacional, pero que alcanzan cifras de hasta 60 pesos la libra, muy por encima del precio estatal, que sitúa a nueve pesos el frijol negro y 11 el colorado.

Sobre este producto en particular, la causa fundamental de su falta en los mercados cubanos hoy ha sido el bajo rendimiento del cultivo, debido a la plaga comúnmente conocida como trips.

Entre las provincias con mayores afectaciones en la anterior campaña se encuentran Mayabeque, Artemisa, Villa Clara, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Matanzas, pero los diagnósticos realizados confirman que la plaga se encuentra presente en áreas productivas del cultivo del frijol y la habichuela en todas las provincias del país.

Otros productos en falta son las viandas y las ensaladas, que no fueron afectados por una plaga, pero que han sufrido los embates del paso de la tormenta tropical Eta, un hecho que se sumó a la baja productividad de determinadas cosechas por afectaciones asociadas a la COVID-19.

El ají cachucha, uno de los más baratos y comunes durante todo el año, ahora tiene precios que rondan los 10 pesos por una lata pequeña, y que pueden llegar a los 15 pesos, si bien es un producto que hay en todas las provincias del país, y el tomate, una ensalada de estación, tiene precios que van desde un extremo (40 pesos) al otro (8 pesos, en la venta estatal), si bien el valor más recurrente es 30 pesos la libra.

También ha subido el precio de la malanga y del plátano: la primera en todo el país se puede comprar por 10 pesos, un número ya de por si elevado, y desde Granma llega el preocupante reporte de que los carretilleros y particulares son los únicos que poseen la vianda y la venden a 30 pesos.

El plátano, por su parte, siempre resulta un cultivo que se afecta por el paso de tormentas tropicales y de ciclones, y este año no debe ser diferente tal daño, pues el producto no es habitual en las tarimas como solía ser en esta época y sus precios han aumentado, llegando a costar cinco pesos cada plátano en provincias como Granma o Santiago de Cuba.

Por otra parte, el precio de la carne de cerdo es uno de los más altos en los últimos tiempos, pues hace menos de un año tuvo que ser topado entre 35 y 45 pesos, y ahora acaba de fijarse nuevamente en 55 pesos, un número que desde hace algún tiempo era el habitual en los vendedores y que ahora mismo es casi el mínimo, según nuestras indagaciones.

En casi todo el país la carne cuesta entre 45 y 60 pesos cubanos, mientras que en Matanzas y La Habana los vendedores, en su mayoría particulares, muestran precios por encima de 65 pesos y que alcanzan los 70.

Solo en dos establecimientos estatales de Las Tunas y tres de Sancti Spíritus se encuentra el producto en oferta por estos días, y en ese caso sí se ofrece con un valor adecuado, a precios mucho menores: 17 y 16 pesos la libra, respectivamente.

La situación de la producción de carne de cerdo no es una novedad en 2020, puesto que en los últimos años ya experimentaba un estancamiento que comenzó a ser más evidente en 2019 ante la falta de financiamiento para la importación de pienso.

Es un hecho que muchos productos necesarios para la canasta básica han desaparecido de los agros y placitas, o han incrementado sus precios en los últimos meses, no solo en La Habana, sino en todo el país.

También es justo señalar que en algunos casos este incremento del costo está avalado por la falta de producción, también justificada en algunas ocasiones por el paso de fenómenos meteorológicos y biológicos, o humanos, ya que en este año la producción agrícola, como en muchas ramas, se frenó debido al paso de una pandemia, a la vez que las personas en sus casas consumieron más comida de lo habitual.

Pero como señalara recientemente el viceprimer ministro y ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, en el fenómeno es posible apreciar visos de especulación a partir de los anuncios de la cercanía del proceso de ordenamiento monetario, que generará fenómenos de inflación.

Por tanto, quedaría analizar si la falta de algunos otros productos tiene también una justificación, o se trata de unos pocos aprovechándose de las necesidades de otros, pero lo más importante, sobre todo, es devolver los productos a las tarimas, para que puedan ser consumidos por las personas.

(Con información de la ACN)

Dejemos de preocuparnos por la deuda

Los costes del endeudamiento público son muy bajos y seguramente seguirán así durante mucho tiempo

PAUL KRUGMAN
04 DEC 2020 - 17:30 CST


Olivier Blanchard, execonomista jefe del FMI.YOSHIKAZU TSUNO/AFP/GETTY IMAGES

En medio de todos los giros bruscos que ha dado la política estadounidense en la última década, hay algo que ha permanecido constante: la posición del Partido Republicano respecto a la deuda pública. El partido considera que los niveles de endeudamiento elevados suponen una amenaza existencial… si el que gobierna en la Casa Blanca es un demócrata. Si los grandes déficits se producen con un presidente republicano, “a nadie le preocupa”, como supuestamente comentó el año pasado el director de Presupuestos de Donald Trump a algunos seguidores.

De modo que es seguro predecir que, en cuanto Joe Biden asuma el cargo, volveremos a oír un montón de indignadas diatribas republicanas contra los males del endeudamiento. Lo que está menos claro es si veremos repetirse lo ocurrido durante la presidencia de Obama, cuando muchos centristas —y buena parte de los medios informativos— se tomaron en serio a los farsantes fiscales y se unieron al coro de agoreros. Esperemos que no. Porque el hecho es que en los últimos años hemos aprendido mucho sobre la economía de la deuda pública; tanto, que Olivier Blanchard, el eminente ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional, habla de un “cambio en el paradigma fiscal”. Y el nuevo paradigma da a entender que la deuda pública no es un gran problema, y que lo verdaderamente responsable es que el Estado se endeude para los fines adecuados.

¿Por qué han cambiado de opinión los economistas acerca del endeudamiento? Parte de la respuesta reside en que hemos descubierto algunas cosas acerca de cómo funciona el mundo; el resto de la respuesta es que el mundo ha cambiado.

Hace nueve o diez años, tenía sentido preocuparse por la posibilidad de que la crisis financiera griega fuese un presagio de posibles crisis de deuda en otros países (aunque yo nunca me lo creí). Resultó, sin embargo, que en la lista completa de países que acabaron pareciéndose a Grecia consta… Grecia. Lo que durante un breve tiempo pareció una propagación de problemas similares a los griegos por todo el sur de Europa, resultó ser un pánico temporal de los inversores, al que el Banco Central Europeo puso rápidamente fin con la promesa de que, si fuera necesario, prestaría dinero a los países con falta de liquidez.

En otras palabras, esas advertencias funestas que solíamos oír (y pronto volveremos a oír) de que Estados Unidos afronta un desastre inminente en cuanto la deuda pública cruza determinada línea roja han ido siempre desencaminadas. Ni hemos estado ni estamos cerca de ese tipo de crisis, y probablemente nunca lo estemos. Pero, ¿y a largo plazo? ¿Acaso no impone la deuda una carga para las generaciones futuras, que tendrán que dedicar al pago de intereses un dinero al que se podría haber dado un uso mejor? Aquí es donde resulta crucial ser conscientes de que el mundo ha cambiado: los tipos de interés son mucho más bajos que en el pasado, y todo indica que seguirán manteniéndose bajos durante años.

Un indicador clave es el tipo de interés real de los bonos del tesoro a largo plazo, es decir, el tipo de interés menos la inflación, que mide los costes del endeudamiento mejor que el tipo de interés nominal. El tipo de interés real de los bonos a 10 años se situó de media en torno al 4% en la década de 1990; a lo largo de la última década ha estado en general por debajo del 1%, y en algunos momentos ha llegado a ser negativo.

¿Por qué están tan bajos los tipos de interés? Esa es una historia más larga, en la que probablemente influyan la demografía y la tecnología. Básicamente, el sector privado no parece ver muchas oportunidades de inversión productiva, y los ahorradores que no tienen otro lugar al que acudir están dispuestos a comprar deuda pública, aunque no les ofrezca intereses elevados. Lo que importa para la discusión actual es que los costes del endeudamiento público son ahora muy bajos, y probablemente se mantengan así durante mucho tiempo.

En consecuencia, la carga de la deuda —que siempre se ha exagerado y que en todo caso se ha tergiversado— no es la que era. Una idea de hasta qué punto han cambiado las cosas: en vísperas de la pandemia, la deuda federal como porcentaje del PIB duplicaba el nivel alcanzado en 2000. Pero los pagos de intereses como porcentaje del PIB bajaron de hecho.

La conclusión es que la deuda pública no constituye un gran problema hoy en día. Y esto nos devuelve a la política.

Joe Biden ha prometido “reconstruir mejor”, un lema que se traduce en propuestas de invertir grandes sumas en infraestructuras, políticas contra el cambio climático, educación, etcétera, en gran medida con dinero prestado. Y eso es en realidad lo que debe hacer; puede que las empresas solo vean una rentabilidad limitada de sus inversiones, pero necesitamos desesperadamente más inversión pública, definida ampliamente (por ejemplo, incluyendo el gasto en protección a la infancia).

Pero los republicanos se opondrán seguramente a estas propuestas. De hecho, si conservan el Senado, probablemente hagan lo mismo que le hicieron a Barack Obama, e intenten obligar a Biden a recortar el gasto. Y justificarán su intransigencia despotricando contra los males de la deuda. De modo que, ¿cómo deberíamos contrarrestar este intento predecible de obstruir el programa de Biden? Sería tentador hacer hincapié en la hipocresía republicana. Pero el mayor problema de la política del miedo a la deuda, que todos sabemos que utilizarán, no es la hipocresía ni la mala fe; es el hecho de que se basa en fundamentos errados.

Teniendo en cuenta lo que hemos aprendido y dónde estamos, está claro que el Gobierno estadounidense debería estar invirtiendo fuertemente en el futuro del país, y que está bien, y de hecho es deseable, pedir prestado el dinero que necesita para efectuar esas inversiones. Es decir, para actuar de manera responsable, debemos dejar de preocuparnos por la deuda y aprender a quererla.

Paul Krugman es premio Nobel de Economía © The New York Times, 2020. Traducción de News Clips

Método estadístico matemático para identificar el estado de la COVID-19 con relación al pico epidémico



Recibido: 6 de noviembre de 2020        Aprobado: 13 de noviembre de 2020

 

RESUMEN

Introducción: varios modelos han intentado pronosticar y evaluar el estado actual de la pandemia que ha generado el coronavirus SARVS-CoV2, siendo la evaluación la base fundamental para la toma de decisiones. Por ello, la importancia de identificar el  estado de la COVID-19 en un lapso seleccionado es un proceso de gestión de información muy importante, el cual puede realizarse a través de métodos estadísticos y matemáticos con el fin de tomar decisiones para controlar la epidemia. Objetivo: proponer un método estadístico matemático para identificar el estado de la COVID-19 con relación al pico epidémico en lapsos escogidos. Método: se utilizaron métodos teóricos entre los que destacan el análisis, la síntesis y la abstracción, y otros de carácter puramente matemáticos.Resultados: como resultado de la aplicación práctica del método se generan gráficos que ofrecen información válida y confiable para un eficaz proceso de toma de decisiones. Conclusiones: esta propuesta muestra robustez teórica y eficacia práctica que, aunque se elabora teniendo en cuenta los datos de Cuba, es extrapolable a cualquier otro país, e incluso a provincias y municipios.

 

INTRODUCCIÓN

El nuevo coronavirus ha sido catalogado por la Organización Mundial de la Salud primeramente como una emergencia en salud pública de jerarquía internacional y, posteriormente como, una pandemia global.(1) 

La enfermedad denominada COVID-19 provocada por el nuevo coronavirus causa daños significativos a la salud humana, de ahí, la importancia de aplanar la curva, y una enunciación útil -no la única- al respecto es que el número de casos activos deje de incrementarse y comience a disminuir, es decir, el gráfico de casos activos crece, se aplana y luego disminuye. Lamentablemente, desde el punto de vista matemático, en Cuba no se ha seguido una modelación algorítmica encaminada a aplanar la curva. 

Diferentes modelos estadísticos matemáticos y de pronósticos intentan mostrar en qué estado se encuentra la epidemia destacando las curvas relativas a los casos activos, los que no son la única variable digna de estudio durante la epidemia, pero son muy importantes no solo porque son los que están sometidos al sufrimiento de una enfermedad que puede provocarles la muerte, sino también porque son fuentes potenciales de nuevas infecciones. Cuando los casos activos disminuyen, la probabilidad de que se incrementen también disminuye. 

Los casos activos se aplanan cuando los casos nuevos son menores que la suma de recuperaciones y fallecimientos. Se trata de una aritmética simple con tres variables. 

En Cuba, la matemática ha definido esencialmente tres escenarios (favorable, medio y crítico), los cuales se han mantenido bastante constantes durante toda la epidemia. También se han modelado curvas de pronósticos que hasta la fecha se han comportado mayoritariamente por debajo del escenario favorable. 

La principal problemática teórico práctica se halla en que el comportamiento de la epidemia, según estos modelos, se ha mantenido en un escenario favorable, a pesar de: 

· Tener el 80 % de casos activos con respecto al pico epidémico.

· Más de 20 personas en estado crítico o grave.

· 14 fallecidos en 12 días.

Estos datos reflejan una situación desfavorable, lo cual es contradictorio con los modelos.

Dada la contradicción mencionada anteriormente, el propósito esencial de este artículo es proponer un método estadístico matemático para identificar el estado de la COVID-19 con relación al pico epidémico. Este método, aunque se elabora teniendo en cuenta los datos de Cuba, es extrapolable a cualquier otro país. 

DESARROLLO

Disponer de datos precisos y accesibles sobre una epidemia es transcendental porque estos facilitan información válida y confiable acerca de la propagación de la enfermedad y permiten a las autoridades competentes el proceso de toma de decisiones para su control.

En Cuba ha existido desde el comienzo de la epidemia transparencia total en la divulgación de los datos, lo cual facilita el trabajo de científicos e investigadores porque se pueden realizar estimaciones de los cambios en la transmisión a través del tiempo, que proveen una comprensión de la situación epidemiológica(2), y la estimación identifica si las medidas de control están teniendo un efecto deseado.(3,4)

Basados en esos datos se ha publicado recientemente el gráfico de los escenarios y seis curvas de pronóstico, el cual se muestra en la Figura 1 y se analiza a continuación, críticamente, teniendo en cuenta que la crítica científica es esencial para que el conocimiento crezca, y se puedan encontrar elementos que no fueron tomados en cuenta en una investigación, cabos sueltos, otras opiniones, puntos de vistas diferentes e incluso errores.

Además, ese tipo de crítica es una modalidad de publicación, y es tan respetable y respetada que las revistas más prestigiosas del mundo, y las de mayor impacto la incluyen desde el siglo XVII.(5)

 

Primero que todo hay que considerar que la ciencia tiene una dimensión moral que plantea por un lado, el ascenso de los derechos humanos y, por el otro, la forma en que el trabajo científico debe llevarse a cabo.(6) Con respecto al gráfico, el análisis desde el punto de vista axiológico se fundamenta en que bajo condiciones de una epidemia las personas no se encuentran nunca en un escenario favorable sinónimo de un estado propicio, apacible o benévolo, incoherente con una situación real, donde prima el miedo a una enfermedad que se propaga rápidamente; nadie puede considerar la muerte en un escenario favorable.

Por otra parte, y ya desde el punto de vista científico, es falible construir una curva para el caso del rebrote con un máximo valor superior al pico epidémico, lo que ha provocado que, a pesar de una gran cantidad de casos activos entre el 61 y el 80 % del pico epidémico durante los días que van desde el 10 de agosto hasta el 14 de septiembre, con el fallecimiento de 14 personas en solo 12 días (lo cual no ocurría desde el 12 de mayo), se haya considerado que estamos en un escenario favorable.

Por suerte es obvio que las autoridades cubanas no tomaron decisiones basadas en este gráfico, pues de haberse considerado que estábamos en una situación favorable no se hubieran adoptado las medidas precisas, coherentes y severas que se han llevado a efecto.

Es evidente que estos modelos no brindan información válida para una alerta necesaria y suficiente para que se realice un proceso de toma de decisiones coherente. También, la utilización de seis pronósticos distintos es una muestra de falta de precisión sobre todo cuando el rango entre ellos supera fácilmente decenas de miles de casos, provocadas por el pronóstico II, que además parece irse casi asintóticamente al infinito.

En esencia, el problema no radica en lo desacertado de los pronósticos, sino en que se obtienen modelos de escenarios que no facilitan información para la toma de decisiones en momentos donde está en riesgo la vida humana.

A partir de esta crítica y, con basamento en que esta área de investigación es todavía incipiente, y, por lo tanto, es difícil confiar en un modelo único para la predicción(7), se propone un nuevo método estadístico matemático, como modelo que genere información confiable para tomar decisiones, identificando el estado real en que se encuentra la COVID-19 (con datos de Cuba), a partir de una curva que compara los datos de activos con el pico epidémico.

En otras palabras, se trata de que los análisis del estado del rebrote sean realizados por comparación con nuestra propia realidad en la dinámica de la epidemia. Un marco referencial atinado sería el pico epidémico cuyo valor ascendió a 847 casos.

Siguiendo la idea anterior, se utilizará el porcentaje que es usado para definir relaciones entre dos cantidades, en este caso serán relacionados el número de casos activos diarios con respecto al pico epidémico para medir los niveles alcanzados de los datos consultados como fundamento de decisiones, así como también para entender la magnitud de cambios de la medida utilizada.

De esta manera, la estimación de los cambios en la transmisión a través del tiempo puede proveer una comprensión dentro de la situación epidemiológica(2), y la estimación identifica si las medidas de control están teniendo un efecto deseado.(8,9)

Por todo lo anterior, el cálculo del porcentaje de activos diarios con respecto al pico epidémico será el primer paso a seguir en este método (todos los datos tomados del tablero cubano en internet(10)). Este cómputo puede hacerse para toda la serie, pero es más importante para los últimos días. En Cuba, generalmente se refieren con preponderancia los datos de los últimos 15 días. Con estos porcentajes se puede generar la curva, pero ello no es suficiente para visualizar el estado de la epidemia.

Entonces, con el objetivo de ir completando el método, será útil revelar el gráfico con una curva que evidencie el porcentaje que representan los casos activos con respecto a dicho pico y fijar umbrales que delimiten zonas interpretables. No puede evitarse que dichos umbrales tengan una carga de subjetividad, pero al menos responden al sentido común y pueden, a su vez, ser debatidos y comprendidos por cualquier persona. Las zonas representarían distintos estados de la epidemia y serían denominadas de la siguiente manera:
 

Estado tolerable (zona por debajo de la curva verde): donde hay una marcada confianza en que se tiene bajo control la epidemia porque se puede soportar y hacerle resistencia.

 

Estado de alerta (zona por debajo de la curva azul): es aquella que obliga al incremento de la vigilancia y de las medidas restrictivas. Disminuye el nivel de tolerancia.

 

Estado de alarma (zona por debajo de la curva rojo claro): identificada como la que exige cambios profundos en la estrategia y que pondría de manifiesto que se está en un marco de mucha gravedad.

 

Estado de crisis (zona por debajo de la curva rojo oscuro): es la que indica una inminente regresión al peor momento de la epidemia.

 

Estado de emergencia (zona por encima de la curva rojo oscuro coloreada en negro): situación de peligro o desastre que requiere una acción inmediata para decidir la restricción o suspensión de algunos derechos esenciales de forma parcial o total para garantizar el orden en el estricto cumplimiento de las normas dictadas por el Estado para evitar que la situación empeore y genere un caos aún mayor.


Consiguientemente, deben determinarse valores numéricos que delimiten los estados que se propongan. Es evidente que deben determinarse cuatro límites en el gráfico, como cotas superiores de los cuatro primeros estados (representados en zonas del gráfico) ya que el quinto estado estaría por encima del límite del cuarto.

Ya una vez conocida la forma de calcular y construir la curva, además de las cinco zonas a delimitar en el gráfico y con el objetivo de determinar los valores que acotarán a cada zona o estado, se debe pasar al cálculo de la media de los casos activos durante 135 días de la epidemia, ya que el pico fue alcanzado en 45 días y se debe tener en cuenta que la demora en llegar al pico puede ser la mitad de la demora en bajar. 

La media es el valor más importante cuando los datos son dispersos, sin seguir un patrón típico. La moda puede identificar aquellos valores que se producen con más frecuencia mientras la mediana es sesgada cuando los datos son dispersos y hay mayor cantidad de valores altos o bajos, pero la media captura todos los valores. 

La epidemia muestra patrones no típicos y, en ellos, el número de casos varía de acuerdo a factores externos muy relacionados con el comportamiento humano. La media o promedio genera un valor intermedio influido por todos los datos y forma una buena base para la estimación de los valores futuros, siempre y cuando los factores externos sigan siendo los mismos, aun cuando se comporten de maneras diferentes. 

El resultado del cálculo de la media es 273,92 casos, pero como la curva debe estar en porcentajes, hay que calcular qué porcentaje representa este promedio con respecto al pico, obteniéndose como resultado el 32,33 % del pico epidémico. Aproximando por defecto, entonces se tiene como media de las ordenadas del gráfico 32 %.

A partir de lo anterior se deben generar dos zonas hacia abajo entre 32 y 0 %, cuya media es 16 %. Por tanto, ya se tienen dos límites: 16 y 32 %. Ahora corresponde determinar el límite para generar dos zonas entre 32 y 100 % y la media será 66 %. Así quedan calculados y definidos los cuatro límites: 16, 32, 66 y 100 %. 

Con los datos de casos activos diarios, el porcentaje que representa cada uno con respecto al pico epidémico, la definición de las cinco zonas que representan los cinco estados posibles de la epidemia y el cálculo y definición de sus límites, se obtiene el siguiente gráfico para 15 días de la epidemia en Cuba comprendidos entre el 1ro y el 15 de septiembre (Figura 2).

Se observa que la curva se ha mantenido todo el tiempo en un estado de crisis, haciendo una meseta entre el 64 y el 80 % del pico epidémico, de donde se deduce que las medidas para hacer bajar la epidemia no han sido eficaces, y esto puede tener dos posibles causas esenciales, una porque las medidas hayan sido concebidas y, otra, por causa de su incumplimiento. En el segundo caso quedan implicados entre otros varios actores relacionados con: la comunicación social, el orden público, el comercio interior, el control del cumplimiento de las medidas implementadas por el gobierno sobre la base de indicadores medibles e independientes entre sí y la correcta aplicación de la ciencia. Por tanto, la información que ofrece el gráfico conduce a una revisión de las medidas y del comportamiento en general con respecto a ellas.

Sin embargo, aunque esa situación es la más actualizada concluida la escritura de este documento, con solo dos meses de antelación la curva tenía un comportamiento similar en cuanto a que igualmente hacía una meseta, pero en otro estado, y se muestra a continuación en la Figura 3.

Es evidente que en este período el gráfico informa un control sobre la epidemia, seguramente basado en una mayor disciplina en el comportamiento humano en general, es decir, tanto como de los decisores, así como de los ejecutores. Pero puede que un exceso de confianza haya conllevado a disminuir el rigor de las medidas para el enfrentamiento de la epidemia y, entonces, sea esa la causa de lo ocurrido unos días después, lo cual se muestra seguidamente (Figura 4).


El gráfico muestra un crecimiento en solo 20 días desde el estado tolerable hasta el de crisis. Entonces hay que volver a dudar si las decisiones fueron buenas o es que no se cumplieron a cabalidad.

El crecimiento desde un escenario mínimo hasta el máximo antes de declarar un estado de emergencia, habla en favor de que, de haberse analizado con este método, las decisiones habrían sido otras, pues los decisores tendrían información con la que no contaban en ese momento utilizando un método diferente al que se ha presentado.

De manera general, el ajuste a la realidad de este método y los gráficos que genera, tiene un basamento dialéctico que es imprescindible referir.

Hay un ascenso de la realidad a la abstracción para visualizar y conceptualizar los cinco estados en que puede encontrarse la epidemia en los lapsos que se escojan y la elección de los porcentajes con respeto al pico epidémico, como medida estándar para medir el comportamiento epidémico.

Los datos cuantitativos se transforman en información cualitativa para la toma de decisiones, además, el método presentado y las definiciones de los conceptos relativos a los cinco estados constituyen generación de nuevo conocimiento. Aquí se exterioriza el papel clave de la gestión de información para la toma de decisiones, ahora para el caso de la COVID-19.

CONCLUSIONES

Han quedado demostradas las inexactitudes de los modelos utilizados para conocer el estado de la COVID-19 en Cuba, lo que condujo a que en este artículo se haya logrado proponer un nuevo método estadístico matemático, como modelo generador de información confiable para tomar decisiones, identificando el estado real en que se encuentra la COVID-19 (con datos del país), a partir de una curva que compara los datos de activos con el pico epidémico. 

Los gráficos generados a partir del método brindan la información referida en el párrafo anterior y, por tanto, se convierten en un instrumento útil para identificar de manera más exacta tendencias de la epidemia, y así poder aplicar medidas correctivas para controlarla.  

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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3.    Jaramillo O. Pertinencia del perfil de los profesionales de la información con las demandas del mercado laboral. Rev Int Bibliotecol [en línea]. 2015 [citado 11 Ago 2020]; 38(2):111-120. Disponible en: http://www.scielo.org.co/pdf/rib/v38n2/v38n2a3.pdf

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5.   Dorta-Contreras AJ. Criticar la ciencia y ciencia de la crítica. Rev Hab Cienc Méd [en línea]. 2007 Nov [citado           11           Ago           2020];           6(4):[aprox.           5           p.]           Disponible           en: http://scielo.sld.cu/pdf/rhcm/v6n4/rhcm01407.pdf

6.   Holton G. On the Integrity of Science: The Issues Since Bronowski. Leonardo [en línea]. 1985 [citado 11 Ago 2020]; 18(4):229-232. Disponible en: https://www.jstor.org/stable/1578071?seq=1

7.   Singhal A, Singh P, Lall B, Joshi SD. Modeling and prediction of COVID-19 pandemic using Gaussian mixture model. Chaos Solitons Fractals [en línea]. 2020 [citado 11 Ago 2020]; 138:110023. DOI: https://doi.org/10.1016/j.chaos.2020.110023

8.   Chaolin Huang YW, Xingwang Li, Lili Ren, Jianping Zhao, Yi Hu, Li Zhang, Guohui Fan JX, et al. Clinical features of patients infected with 2019 novel coronavirus in wuhan, china. Lancet [en línea]. 2020 [citado 11 Ago 2020]; 395(10223):497-506. DOI: https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)30183-5

9.   Cooper BS, PitmanR, Edmunds WJ, Gay NJ. Delaying the international spread of pandemic influenza. PLoS Med [en línea]. 2006 [citado 11 Ago 2020]; 3(e212). DOI: https://doi.org/10.1371/journal.pmed.0030212

10. Covid19-Dashboard Cuba. Covid19CubaData 2019. [citado 15 Sep 2020]. Disponible en: https://covid19cubadata.github.io/#cuba


Conflicto de intereses:

Los autores declaran que no tienen conflicto de intereses.

 Contribución de los autores:

JPC: participó en la concepción y diseño del estudio, realizó el análisis e interpretación de datos. Creó  el método matemático que se propone, y lo aplicó como se observa en Figura 2. Realizó la elaboración del borrador del artículo, así como su revisión crítica, con aportes importantes a su contenido intelectual. Participó en la aprobación de la versión final a ser publicada.


YCO: participó en la concepción y diseño del estudio, y construyó la base de datos a partir del tablero utilizado. Aplicó el método propuesto resultando las Figuras 3 y 4. Realizó una revisión crítica, con aportes importantes a su contenido intelectual, así como elementos destacados de edición. Participó en la aprobación de la versión final a ser publicada.


AJPC: participó en la recogida de datos, conformación y cálculos de la base de datos. Colaboró en la aplicación del método propuesto resultando las Figuras 3 y 4. Realizó una revisión crítica de su contenido intelectual. Participó en la aprobación de la versión final a ser publicada.


Fuente: http://www.revinfcientifica.sld.cu/index.php/ric/article/view/3147/4489