Otras Paginas WEB

martes, 22 de diciembre de 2020

Desigualdad en Cuba. Estimaciones a partir del consumo eléctrico.

Por Liu Mok León
22 DICIEMBRE, 2020

La distribución del ingreso y la desigualdad han sido un asunto medular en cualquier intento de construcción de una sociedad más justa y equitativa. Respecto a la desigualdad, Marx veía en el Manifiesto Comunista cómo la concentración de los capitales y de la propiedad territorial, (…) las desigualdades irritantes en la distribución de la riqueza, tal (…) proceso tenía que conducir, por fuerza lógica, a un régimen de centralización política (…) porque (…) aglomera la población, centraliza los medios de producción y concentra en manos de unos cuantos la propiedad (Marx & Engels, 1970). Esa alerta temprana sobre los peligros de la concentración del capital de forma creciente bajo el capitalismo ha sido corroborada de forma empírica (Banco Mundial, 2019).

Los análisis de la desigualdad a nivel mundial indican la ineficiencia del modelo de desarrollo capitalista para resolver este flagelo. La desigualdad creció en el mundo de forma sostenida desde principios del siglo XIX hasta la crisis de 2008. Fue en este momento que se logró la primera caída de la desigualdad a nivel mundial, entre 2008 y 2013 el índice de Gini[1] tuvo una disminución de cinco puntos porcentuales. Muchos vieron en esto la prueba definitiva de la infalibilidad del capitalismo, al considerar resuelto el asunto de que mayor prosperidad trae consigo la convergencia entre los distintos niveles de ingresos y que se avanza en la reducción de las asimetrías, pero no fue así.

El principal motor de esa reducción de la desigualdad fue un proyecto de construcción socialista: China (Banco Mundial, 2019). Este país por sí solo ha dado cuenta de un 60% (OIT, 2018) del incremento mundial del salario medio en las últimas décadas y ha contribuido a sacar 850 millones de personas de la pobreza (Banco Mundial, 2020). Así es que dichos resultados están lejos de ser atribuibles al sistema capitalista y sí pueden ser asociados a la constante preocupación de los sistemas socialistas por alcanzar modelos equitativos y prósperos.

En el caso cubano el tema ha sido dejado a interpretaciones y estimaciones personales, sin respaldo numérico, por muchos años[2]. Este vacío de información oficial ha sido llenado por las más fantasiosas teorías conspirativas y el acomodo numérico por parte de algunos malintencionados en su afán de sostener su crítica contra Cuba y su modelo. Mucho ha pasado la Revolución desde el ultimo Gini publicado en los ochenta: la caída del campo socialista que generó un derrumbe del PIB cubano en el entorno del 35%, más los nocivos impactos del bloqueo que se recrudece cada año y que por cada incremento porcentual en su costo anual impulsa un decrecimiento del PIB cubano entre 0.87% y 1.17% (Mok, 2017). Esa propia política estadounidense, con más fuerza desde 2019, ha buscado impedir todas las formas de ingreso de divisas a la economía cubana, ya sea atacando los principales renglones exportables cubanos, la entrada de inversión extranjera directa o las remesas que recibe el país. Todo ello mientras su maquinaria mediática se encarga de resaltar como justificante una posibilidad que permite a Cuba, aunque no de forma fácil, adquirir “a la vista” cierto grupo de bienes de consumo y medicinas. Obviamente, la sumatoria de esas medidas, bloqueo de las escasas fuentes de ingresos y pago al contado de importaciones, permite vislumbrar la verdadera intención de la estrategia estadounidense que busca dejar a Cuba sin divisas.

Todo ese complejo entorno ha estado, además en el 2020, abigarrado por una pandemia mundial que ha hecho al mundo enfrentar el escenario económico más complejo de los últimos años. A Cuba, economía pequeña y altamente dependiente del comercio internacional, que se empeña en poner el bienestar del pueblo por delante de economicismos, le ha proporcionado un daño incrementado. No es trivial, por tanto, retomar el estudio de la desigualdad en Cuba. La utilidad de este estudio va más allá de comparaciones necesarias. Para Cuba debe ser además una forma de introspección, de análisis interno y de reafirmación de hacia dónde vamos.

Por otro lado, los impactos del bloqueo sobre la desigualdad, aunque han sido atenuados por el Gobierno cubano se han dejado sentir sobre todo en las últimas décadas. El ataque al comercio exterior cubano ha generado la necesidad de explorar nuevos métodos en el campo económico que podrían generar desigualdad en el corto y mediano plazo. A la par, la vocación de protección al trabajador en Cuba ha impedido que se apliquen recetas neoliberales de despidos masivos ante coyunturas adversas, al contrario, se ha garantizado el derecho al empleo hasta en los momentos más complejos.

No obstante, esto genera peligrosos desequilibrios financieros que han provocado no pocos problemas para las finanzas internas cubanas. La dolarización de la economía en los 90, la doble moneda para comenzar la desdolarización, los tipos de cambio múltiples, la segmentación de mercados, todas han sido medidas coyunturales que ha tomado el Gobierno cubano, para enfrentar situaciones extremas creadas por el bloqueo, afectando lo menos posible la calidad de vida de las personas. Un efecto indeseable de esas medidas coyunturales, ha sido el incremento perceptible de la desigualdad comparada con la existente antes de la caída del campo socialista.

Foto: Irene Pérez
Actualmente, y en medio de una difícil situación económica, se ha emprendido la tarea del ordenamiento monetario. Un asunto complejo y no con total predictibilidad de los resultados, sobre todo en el entramado económico cubano. Esta tarea de ordenamiento plantea la unificación de tipos de cambio como base para comenzar el camino al crecimiento sostenido, el incremento de salarios y la reducción de subsidios. Conseguirá inmediatamente, eliminar distorsiones en los registros contables y económicos, eliminar transferencias cuasi fiscales, subsidios implícitos a importaciones y gravámenes a exportaciones que partían de un tipo de cambio sobrevalorado del peso cubano para el circuito empresarial. En este contexto, se han ido ofreciendo informaciones relevantes para fomentar el debate y aporte del pueblo a la construcción conjunta de la estrategia nacional de desarrollo.

Entre las informaciones publicadas se encuentra la distribución de los consumos eléctricos por categorías en los hogares de Cuba. Esta oportunidad parecería única para retomar las estimaciones de la desigualdad utilizando el consumo eléctrico como aproximación al nivel de ingreso o riqueza. De esta forma, los distintos estratos de consumo eléctrico conforman los distintos niveles de ingreso de los hogares. 
 


La información utilizada para los cálculos fue extraída del sitio digital Cubadebate: Fuente: Tomado de Cubadebate[3]


Los estudios que correlacionan el Índice de Gini con distintas variables no son novedosos en el ámbito académico. Así por ejemplo, se ha encontrado una fuerte relación entre el coeficiente de Gini y el crimen en distintas variantes ( (Hsieh & Pugh, 1993), (Fajnzylber, Lederman, & Loayza, Determinants of crime rates in Latin America and the world: an empirical assessment, 1998), (Daly, Wilson, & Vasdev, 2001) (Fajnzylber, Lederman, & Loayza, Inequality and violent crime, 2002), (Kim, Seo, & Hong, 2020)). El razonamiento detrás de estos estudios es que la fuerte correlación existente entre Gini y crimen, viene dada por una relación de causalidad donde mayor desigualdad tiende a causar mayor incidencia del crimen. Este resultado ha sido verificado empíricamente tanto dentro de los países, como entre ellos. En este sentido, y tomando los indicadores de Cuba y la región (Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el delito, 2020), se podría pensar que el posicionamiento de Cuba es bastante positivo. La baja incidencia del crimen y los altos niveles de seguridad en Cuba son referencia internacional y un elemento relevante en su atractivo al turismo.

Victimas de homicidio, cantidad y tasa por cada 100,000 habitantes en 2016

PaísFuenteCantidadTasa
ChileCTS/OAS               6203.5
CubaMD/MOH               5725.0
EcuadorOAS/CTS               9595.9
ArgentinaCTS           2,6055.9
Bolivia (Estado Plurinacional de)CTS               6866.3
UruguayMOI/CTS               2657.7
Costa RicaUNSDC/MOJ/CTS               57811.9
GuyanaOAS/CTS/NSO               14218.4
Puerto RicoNP/NSO               67918.5
MéxicoNSO         24,55919.3
ColombiaUNSDC/OAS/CTS         12,40225.5
GuatemalaUNSDC/NP/CTS           4,52027.3
BrasilMD Adjusted/NGO         61,28329.5
JamaicaOAS/CTS           1,35447.0
HondurasOCAVI/NSO/CTS           5,15056.5
El SalvadorOAS/CTS/RSC           5,25782.8

Fuente: Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el delito

La estimación realizada en este trabajo, por su parte, tiene dos supuestos base. El primero, como se mencionaba anteriormente, es que el consumo eléctrico es una variable altamente correlacionada con el nivel de ingreso de los hogares, o “la riqueza”, si queremos usar un término más amplio y asociado a “stock” en lugar de “a flujo”. La evidencia empírica internacional parece respaldar ampliamente esta suposición (de Rezende Francisco, Aranha, Zambaldi, & Goldszmidt, 2007), (Medina Moral & Vicens Otero, 2011), (Castillo, Peña, & Guardián, 2016).  El razonamiento detrás del supuesto es que, en general, los hogares restringen su presupuesto para el consumo eléctrico en dependencia de la holgura que le permiten sus ingresos, por lo que variaciones en estos últimos implican un ajuste de los primeros. Por otro lado, la cantidad de equipos consumidores de energía, que determinan en un sentido amplio la riqueza, también dependería de los flujos de ingreso que el hogar es capaz de ahorrar y convertir en “stocks”.

 El segundo supuesto, asume que el consumo promedio de cada una de las categorías es precisamente el promedio de sus límites mínimo y máximo. Aunque esto puede o no estar cerca de los valores reales, este estudio no tiene pretensiones de llegar a la perfección en el cálculo, sino de llegar a un resultado inicial fundamentado y lógico tomando en cuenta información real. 

A partir de los supuestos anteriores se realizó una estimación del Gini para Cuba. El valor obtenido fue de 37.4, un resultado positivo si tomamos en cuenta una comparativa internacional.

Fuente: Elaboración propia, (Banco Mundial, 2020) y (CEPAL, 2019)

El país mejor ubicado de la región en el ranking mundial de desigualdad es Canadá con 31.2, el siguiente país de la región y por debajo de 0.40 es Uruguay con 39.7. En esta comparativa, se puede apreciar en su verdadera dimensión lo que significa para un país como Cuba, en medio de todas sus complejidades, mantener resultados tan alentadores en términos de desigualdad. Información adicional podemos obtener de la representación gráfica (Curva de Lorenz[4]) de ese valor de desigualdad en Cuba.

Fuente: Elaboración propia

El gráfico representa la distribución del consumo, que asumimos directamente asociado al ingreso, en los diferentes hogares. El eje de la “X” muestra el porciento de población en cada categoría de consumo eléctrico, mientras que el eje “Y” refleja el porciento de consumo que concentra cada categoría. El nivel perfecto de igualdad, representado por la línea naranja, ilustra cuando, por ejemplo, el 50% de los hogares consume el 50% de la energía. En este caso particular, se puede decir que alrededor del 40% de los más bajos consumidores representan 15% del consumo total; o, que el 3,1% de los mas altos consumidores, consuman lo mismo que el 37.9% de los más bajos.

El objetivo no debe tratarse solo de que los mayores consumidores disminuyan su consumo, que es importante para el país en estos momentos, se trata de generar las condiciones para que los menores consumidores puedan disponer de los recursos a través de la redistribución para incrementar su consumo también sobre bases racionales.

Además, esos excedentes que se captan de los mayores consumidores, luego de la redistribución, podrían utilizarse para ayudar a financiar una mayor penetración de las fuentes renovables de energía en la matriz energética nacional y reducir así los costos de la electricidad para todos. Aunque no es el objetivo de este artículo abordar el asunto de los nuevos precios de la electricidad y su justeza o no, sí queda claro que la marcada diferencia en el consumo entre los distintos grupos debe recaer, en términos de tarifas, sobre los más altos consumidores con más fuerza que sobre los más bajos.

Los resultados obtenidos dan señales de que aún queda mucho por hacer y lograr en materia de igualdad y justicia social, pero es también un indicativo de que no estamos descarriados como nos quieren hacer creer. Es también una señal de que, incluso en los momentos más complejos, en Cuba no se deja a nadie desamparado. Sin embargo, no debemos tomar esto como un pedestal en el que quedarnos inmóviles, la meta socialista de llevar al mínimo la desigualdad, es también la meta nuestra. Las medidas actuales tienen inexorablemente que apuntar a un crecimiento productivo en primer lugar, no hay socialismo si solo se distribuye pobreza. El Socialismo es la distribución de la prosperidad y no hay prosperidad sin incremento sostenido de la producción. Pero tampoco hay Socialismo si el crecimiento de la producción es tomado como único criterio para la política económica.

(Bufa subversiva)

Referencias

Banco Mundial. (2019). Obtenido de https://www.bancomundial.org/es/topic/poverty/lac-equity-lab1/income-inequality

Banco Mundial. (2020). Obtenido de https://datos.bancomundial.org/indicador/SI.POV.GINI?locations=CA

Banco Mundial. (2020). Obtenido de https://www.worldbank.org/en/country/china/overview

Castillo, A. E., Peña, L. S., & Guardián, G. P. (2016). Hogares y energía eléctrica en México. Revista Espinhaço, 30-43.

CEPAL. (2019). Panorama Social de América Latina 2019. CEPAL.

Daly, M., Wilson, M., & Vasdev, S. (2001). Income inequality and homicide rates in Canada and the United States. Canadian J. Criminology, 43, 219.

de Rezende Francisco, E., Aranha, F., Zambaldi, F., & Goldszmidt, R. (2007). Electricity consumption as a predictor of household income: a spatial statistics approach. En Advances in geoinformatics (págs. 267-282). Springer, Berlin, Heidelberg.

Fajnzylber, P., Lederman, D., & Loayza, N. (1998). Determinants of crime rates in Latin America and the world: an empirical assessment. The World Bank.

Fajnzylber, P., Lederman, D., & Loayza, N. (2002). Inequality and violent crime. The journal of Law and Economics, 45(1), 1-39.

Hsieh, C. C., & Pugh, M. D. (1993). Poverty, income inequality, and violent crime: a meta-analysis of recent aggregate data studies. Criminal justice review, 18(2), 182-202.

Kim, B., Seo, C., & Hong, Y. O. (2020). A systematic review and meta-analysis of income inequality and crime in Europe: Do places matter? European Journal on Criminal Policy and Research, 1-24.

Marx, K., & Engels, F. (1970). El Manifiesto Comunista. Moscú: Editorial Progreso.

Medina Moral, E., & Vicens Otero, J. (2011). Factores determinantes de la demanda eléctrica de los hogares en España: una aproximación mediante regresión cuantílica. En Estudios de economía aplicada.

Mok, L. (2017). Crecimiento Económico en Cuba: principales aspectos. Cuba: investigación económica, 23(1 y 2), 12-14.

Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el delito. (Diciembre de 2020). Obtenido de https://dataunodc.un.org/crime/intentional-homicide-victims

OIT. (2018). Global Wage Report 2018/19: What Lies Behind Gender Pay Gaps.


[1] Indicador utilizado para el cálculo de la desigualdad de ingresos entre ciudadanos, territorios o países. El valor del se ubica entre 0 y 1, donde cero es la máxima igualdad y 1 la máxima desigualdad.

[2] La última información publicada por fuentes oficiales data de 1986, cuando el Gini cubano se ubicaba en el entorno de los 0.2200.

[3] En http://www.cubadebate.cu/noticias/2020/12/13/ordenamiento-monetario-tarifas-consumos-y-el-nuevo-calculo-de-la-electricidad/#http://www.cubadebate.cu/noticias/2020/12/13/ordenamiento-monetario-tarifas-consumos-y-el-nuevo-calculo-de-la-electricidad/

[4] La Curva de Lorenz es utilizada generalmente para la representación gráfica de la desigualdad en un determinado dominio. Cada punto en la curva representa un porcentaje acumulativo de los valores del dominio. Por lo tanto, el punto (0;0) representa el 0% de la gráfica, mientras que el punto (1;1) representa el 100%.

Crónica de una jornada cultural agraria

La introducción «literario-agrícola» no es gratuita: resulta necesaria para explicar por qué preferí sumarme a un recorrido por los campos de Jatibonico, en medio de las diversas actividades por la Jornada de la cultura cubana desarrolladas en mi municipio

Foto: José Manuel Correa

La palabra cultura tiene origen agrícola: en latín significa cultivo, dar a la tierra y a las plantas las labores necesarias para que fructifiquen. La cultura cubana también tuvo sus raíces en la tierra: criollos, o gente de la tierra, se les llamó a los nacidos en nuestra Isla durante los siglos del XVI al XIX, antes de que, definitivamente, nos llamáramos cubanos.

Ambos términos –criollo y gente de la tierra– ya aparecen registrados en la primera obra literaria escrita en Cuba, Espejo de Paciencia, de Silvestre de Balboa: poema donde el color local se dibuja con nuestros frutos: guanábanas, caimitos, mameyes, tunas, aguacates, plátanos, mamones y piñas.  Casi 300 años tardamos en tener otro poema con cierto valor literario, y curiosamente, en este se hace una Oda a la piña. En su último verso, el poeta Manuel de Zequeira y Arango califica esta fruta como «la pompa de mi patria».

La introducción «literario-agrícola» no es gratuita: resulta necesaria para explicar por qué preferí sumarme a un recorrido por los campos de Jatibonico, en medio de las diversas actividades por la Jornada de la cultura cubana desarrolladas en mi municipio. No obstante, por si ello no fuera cabal argumento, a esto añado mi origen campesino; que los lugares visitados fueron testigos de relevantes hechos históricos en nuestras guerras de independencia, y que allí también se mantienen vivas algunas de las más antiguas y caras tradiciones de nuestra cultura nacional.

Acepté entonces la invitación realizada por Isbel Reina Abreu, secretario del Partido en el municipio, y Serguey Jiménez Rodríguez, intendente municipal; y enrumbamos por la carretera que conduce hacia Arroyo Blanco, para mirar de ojo testigo el avance de los polos productivos en el territorio.

Decir Arroyo Blanco es decir historia y larga tradición cultural. Allí se mantiene vivo el punto cubano más antiguo del que se tenga memoria en Cuba: ese que Esteban Pichardo define como «Ay» en su Diccionario casi razonado de vozes cubanas (sic), publicado en 1836. Según la tradición oral, la más emblemática parranda típica que aún entona décimas por estos lares, Los Sánchez, se fundó en 1879: hicieron su debut en la boda del Mayor General del Ejército Libertador Serafín Sánchez Valdivia y la capitana Josefa Pina Marín. 

Ese poblado fue, asimismo, escenario de dos importantes batallas por la independencia, ambas dirigidas por Máximo Gómez. La primera ocurrió en 1895, y fue bautismo de fuego para el entonces corresponsal de guerra Winston Churchill, luego famoso primer ministro británico. La segunda, tuvo lugar en 1898, último importante combate de esa contienda, y oportuno aviso de autonomía de las tropas mambisas, tras la intervención estadounidense.

Pero no seguimos hacia Arroyo Blanco, de repente torcemos hacia la izquierda, por un camino vecinal, hasta llegar al sitio conocido por La Ceiba. Antes me han avisado que allí fueron recuperadas cien hectáreas que pocos meses atrás eran puro aromal. Yo esperaba ver tierras recién roturadas, quién sabe si hasta vestigios del marabú en las trochas; pero no fue así. Encontré vastos lotes sembrados de viandas, absolutamente limpios de maleza, y hasta un nuevo banco de transformadores que garantiza energía para el riego por aspersión.

En medio del campo, se improvisa un breve intercambio para chequear tareas en proceso. Me entero de que el territorio ya logra 24,7 libras de viandas y hortalizas por habitante, sin contar el consumo social y las aportaciones semanales a las capitales de la provincia y el país. El reto es llegar a 30 libras por habitante en el corto plazo, y, según explica Eddy Gil Díaz, directivo de la ueb Uruguay, para alcanzar este objetivo ya se han rescatado 300 hectáreas en tres polos productivos.

Adicionalmente se informa que ya están casi listas tres enormes cubas, de una hectárea cada una, para la crianza intensiva de peces en instalaciones de la antigua papelera. Por otra parte, ya se realizaron las pruebas de calidad, con satisfactorios resultados, para envasar tamales en latas en la local fábrica de conservas Bonico.

Visitamos tres cooperativas más en la mañana y parte de la tarde, y en todas se realizó un breve balance de las tareas en proceso. Nada de retórica, justificaciones ni consignas; se realizan intervenciones bien concretas en las que se respira profesionalidad y sentido de pertenencia.

Particularmente impresionan los campos de caña de la cooperativa Fico Hernández, con rendimientos entre 70 y 80 toneladas por hectárea, a pesar de que este año no recibieron fertilizantes ni herbicidas: «Eso se llama cultura de producción», comenta Isbel Reina, y otra vez me quedo pensando en el alcance de la palabra cultura.

Es esta otra zona de mucho protagonismo histórico. Fue centro de la llamada Campaña de la Reforma, la segunda más importante de la contienda del 95, tras la Invasión a Occidente. Muy cerca de allí nació el capitán Panchito Gómez Toro, ayudante del general Antonio Maceo, e hijo del generalísimo Máximo Gómez.

En la Fico Hernández supimos que han puesto en explotación una minindustria para fabricar el muy codiciado aceite de sésamo, que se extrae del ajonjolí. Lo usan para su autoabastecimiento: todo un lujo; pero también aportan a otras entidades del municipio. Supe también de sus alentadores resultados en la cría de ganado menor, y de cuánto contribuyen al balance alimentario municipal. Llama mi atención que, a pesar de carencias económicas, no aprovechan el momento para realizar demandas o anteponer dificultades, tenemos la gente y los implementos de labranza, argumentan.  

A media tarde regresamos a Jatibonico, ahora por la carretera central. A un lado y otro veo sitios en explotación, y, a lo lejos, las torres del coloso Uruguay, uno de los centrales azucareros más eficientes del país. De pronto recuerdo una idea de Marx, que Engels se encargó de subrayar en su despedida de duelo: antes de hacer arte, primero hay que comer. Luego, pienso en otra de Martí que también coloca en su justo orden ciertas prioridades: «Ganado tengo el pan, hágase el verso»

Julio 2013- Diciembre 2020: Raúl y Díaz-Canel contra nuestros propios demonios

 Por Jorge Rodríguez Hernández*

Un colega, conocedor de mis investigaciones periodísticas sobre algunos de nuestros propios demonios, entre ellos, la corrupción, me comentó que nos falta cerrar ciclos en este y otros ámbitos, para liquidar esta y otras plagas parasitarias presentes, de una forma u otras, en el entramado económico-social cubano.

El 7 de julio de 2013 (7J-2013), en la Primera Sesión Ordinaria de la Octava Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, pronunció, en mi opinión, su discurso más trascendente sobre ´´los malos hábitos y los errores que en las más diversas esferas cometen diariamente muchos ciudadanos, incluso militantes´´, tal como expresó Fidel el 24 de febrero del propio 2013, cuando se constituyó dicha legislatura de la ANPP.

En la intervención de marras, Raúl dijo: ´´me atengo al convencimiento de que el primer paso para superar un problema de manera efectiva es reconocer su existencia en toda la dimensión y hurgar en las causas y condiciones que han propiciado este fenómeno a lo largo de muchos años.´´

Casi a renglón seguido, Raúl señaló: ´´ no debemos restringirnos a debatir con toda crudeza la realidad, si lo que nos motiva es el más firme propósito de rebasar el ambiente de indisciplina que se ha arraigado en nuestra sociedad y ocasiona daños morales y materiales nada despreciables.´´

A pesar de la fuerza y alcance de estos planteamientos, no se ha avanzado lo suficiente en ´´hurgar en las causas y condiciones que han propiciado este fenómeno a lo largo de muchos años.´´. Tampoco se ha concretado el debate ´´con toda crudeza´´ sobre dicha realidad, y ´´el acrecentado deterioro de valores morales y cívicos, como la honestidad, la decencia, la vergüenza, el decoro, la honradez y la sensibilidad ante los problemas de los demás.´´

El 7J-2013, Raúl planteó que ´´una parte de la sociedad ha pasado a ver normal el robo al Estado´´, al tiempo que ´´se vandaliza la telefonía pública, el tendido eléctrico y telefónico, alcantarillas y otros elementos de los acueductos, las señales de tránsito metálicas de las carreteras(…) y se evade el pago del pasaje en el transporte estatal o se lo apropian algunos trabajadores del sector´´, entre las 191 manifestaciones ´´de este tipo´´, según levantamiento hecho ´´con el concurso del Partido y los organismos del Gobierno.´´

Se trata de nuestros propios demonios, los cuales, por una u otra razón, no hemos podido dominar como se requiere, o al menos mantenerlos a raya, para cerrar  ciclos en esta importantísima problemática, con visibles efectos en la subjetividad ciudadana, y la cual transversaliza la economía y sociedad cubanas.

A más de siete años y cinco meses de aquel memorable discurso de Raúl ante el parlamento, el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en su discurso de clausura del Sexto Periodo Ordinario de Sesiones de la ANPP, retomó algunos temas abordados por Raúl en 7J-2013, y consideró como una urgencia ´´arrinconar a la burocracia y cerrarle los caminos a la corrupción´´.

El 17 de diciembre de 2020 (17D-2020), Díaz-Canel llamó a ´´abordar sin cortapisas el debate y la atención a temas sociales como la marginalidad, la deshonestidad, la vulgaridad, las adicciones, la disfuncionalidad familiar , la deserción escolar, la situación de los más vulnerables y el feminicidio, entre ´´otros problemas´´, de esos ´´que un día nos saltan a la cara a través de las plataformas digitales, pero no mediante los entes que deberían estar con las unas hurgando en el terreno.´´

Cuba está urgida de rebasar cuanto antes algunas de estas crudas realidades, las cuales, de una forma u otra, comprometen las reformas económico-sociales en curso, aunque decirlo una y otra vez parezca un lugar común. Se requiere abordarlas ´´de la manera más inmediata posible´´, tal como el mandatario demandó a las autoridades habaneras, durante la visita de trabajo del Gobierno a esa provincia, realizada a principios de la segunda decena de diciembre, pocas jornadas antes de los pronunciamientos hechos el 17D-2020.

Se hace imprescindible, como dice mi colega, cerrar ciclos, pasar a estadios superiores y trazar nuevas metas, y hacerlo sin apelar a consignas y coyunturas, las cuales, de por sí, llevan consigo el efectismo político del momento, otro mal requerido de transformación radical.

Se demanda , como también expresó una colega, ´´asumir soluciones de fondo´´, para lo que se haga en cuanto a este vital tema, ´´sea un paso firme, y no una curita fácil de quitar cuando la herida no ha sanado todavía.´´(León Moya: 2020). Sobran ejemplos al respecto. Estamos en el preludio del inicio de la Tarea de ordenamiento y monetario, el 1ro de enero de 2021, fecha del triunfo de la Revolución, y cuyo éxito dependerá, en buena medida, de derribar muros asociados a la vagancia ,  el parasitismo, la abulia y la desidia , y en su lugar levantar bastiones de honestidad, labranza, civismo y decencia, cualidades más afines con la prosperidad y sostenibilidad socialista añorada.

* Periodista de investigación, especializado en temas económicos. Investiga hace alrededor de treinta años sobre mercado negro, entre cuyos rasgos figura la corrupción. Coautor del libro Yo soy Fidel. Pensamiento económico-social, publicado por la Editorial Ciencias Sociales. El texto también se editó en Italia. Posee varios premios en concursos periodísticos provinciales y nacionales, entre ellos galardones anuales de periodismo económico, y de los premios especiales de ensayo sobre pensamiento económico de Ernesto Che Guevara, convocado por la ANEC, y acerca del aniversario 50 de la Planificación en Cuba, concedido por la ANEC, el ministerio correspondiente y la facultad de Economía de la Universidad de La Habana. Septiembre 2017: Mención en el Concurso de ensayo breve, en la categoría de ciencias sociales, convocado por la Revista Espacio Laical, perteneciente al Proyecto del Centro Cultural Padre Félix Varela. Febrero 2020: Mención en Edición XVII del Premio de Ensayo Pensar a Contracorriente. Ganador de Premio por la Obra de la Vida ´´Guido García Inclán´´, conferido por la Delegación Provincial de la UPEC de La Habana. Trabajos suyos sobre economía cubana y economía sumergida han sido publicados en medios de prensa provinciales, nacionales e internacionales. Columnista habitual de temas económicos en espacios informativos radiales y digitales. Preside la Sección de Base de la ANEC y la filial científica de Periodismo Económico de La Habana. Se desempeña como director de Comunicación e Información en el Consejo Ejecutivo Provincial de la ANEC de La Habana.

 

 

Conozca los precios de los productos básicos en las tiendas de Cimex tras el Día Cero

22 diciembre 2020 , Cubadebat



El ordenamiento monetario que comenzará el 1ro de enero implica una modificación de los precios de los bienes y servicios, debido a la devaluación del peso cubano en el sector empresarial al pasar de una tasa de cambio de 1 CUP x 1 USD a 1x24.

Conozca los precios de productos básicos de alimento y aseo que se ofertarán en las unidades comerciales a partir del primero de enero.

Cuatro años después: el mundo ha cambiado para Biden (y para todos)

Posted: 22 Dec 2020 01:00 AM PST

El mundo ha cambiado para Biden (y para todos). Cinta de advertencia en el Capitolio de EEUU. Foto: Andy Feliciotti (@someguy). Blog Elcano

El mundo ha cambiado para Biden (y para todos). Cinta de advertencia en el Capitolio de EEUU. Foto: Andy Feliciotti (@someguy)

Joe Biden tiene una larga trayectoria en cuestiones de política exterior, seguridad e inteligencia, con sus lustros en el Senado y tras ocho años de vicepresidente de Barack Obama. Pero en el mandato de Trump, el mundo ha cambiado en varios aspectos importantes, que el nuevo presidente deberá tener en cuenta, en temas que, más allá de la pandemia y de su propio predecesor, le han de preocupar y ocupar.

En 2016, cuando ganó Trump, había en el mundo unos 7.400 millones de personas, que ahora son más de 7.800 millones, es decir, más de unos EEUU suplementarios en términos de población. La pobreza extrema había bajado, pero está volviendo a subir con la pandemia y sus efectos económicos. La desigualdad ha aumentado aún más. El planeta se ha seguido recalentando, incluso a pesar del COVID-19. Se espera que la temperatura global promedio para 2016-2020 sea la más cálida registrada, aproximadamente 1,1ºC por encima de la de 1850-1900. Y la globalización está en retroceso en algunos aspectos, aunque no en otros, como el digital, incluidos los flujos de información (intercambios de datos), que aumentaron casi un 50% entre mediados de 2019 y mediados de 2020 con los confinamientos y el trabajo en remoto.

En estos cuatro años –otro tema preocupante para Biden y para otros muchos– la democracia se ha seguido deteriorando en el mundo. Lleva haciéndolo 14 años consecutivos según los índices anuales de Freedom House. Aunque según el Economist, si había 16 “democracias plenas” en 2016, ahora son 22. En nuestros tiempos hablar de democracia y control no tiene sentido sin mencionar la conectividad y las redes sociales. En este período el número de teléfonos inteligentes en el mundo ha crecido. Hay actualmente 3.500 millones de usuarios de estos aparatos (el 44% de la población), frente a 2.500 millones cuatro años atrás. En 2016, por citar un ejemplo de red social de éxito, Facebook tenía 1.788 millones de usuarios; a mediados de 2020, 1.000 millones más. En 2020 se ha generado un movimiento por parte de gobiernos contra los cuasi-monopolios de las Big Tech, no sólo en la UE, sino también en EEUU e incluso en China ante sus propias empresas. Y en estos años, tras el caso Weinstein de 2017, con el #metoo, pero con siembras anteriores, se ha producido una explosión global de las reivindicaciones de las mujeres, del feminismo. Así como de las protestas contra el racismo.

En este cuadrienio de Trump, la imagen y la fiabilidad de EEUU se han deteriorado en muchas regiones del mundo y entre sus aliados y socios, según las encuestas de Pew, y aún más en el último año debido a la mala gestión de la pandemia. En varios países están en lo más bajo de las últimas dos décadas. Biden tiene una expectativa de recuperación de confianza internacional de su país, pero no automática ni gratuita. Como recuerda Anne Applebaum, EEUU “ya no es la democracia más admirada del mundo, es percibida más a menudo como un sistema único disfuncional, y con unos líderes notablemente peligrosos”. La UE también tiene problemas internos de democracia, llámense Hungría o Polonia.

No es que China haya ocupado el lugar de EEUU, pues su imagen internacional ha sufrido mucho con la pandemia (e intentará recuperarla donando o vendiendo a bajo precio sus vacunas para el COVID-19 en los países en vías de desarrollo mientras Occidente hace, de momento, poco al respecto). China también ha cambiado. Hasta la pandemia, su economía había crecido un 27% entre 2016 y 2019, e incluso ahora ya está expandiéndose a un 2% anual, la primera gran economía en lograrlo. Varias estimaciones apuntan que para 2024, cuando termine este mandato de Biden, China se habrá convertido en la primera economía del mundo, seguida de EEUU y de la India. Es ya una enorme potencia tecnológica, y la tecnología determina la geopolítica. Aunque sólo sea un dato que no refleja la innovación real, en 2019 China se convirtió en el líder mundial en solicitudes internacionales de patentes, cuando EEUU había ocupado el primer lugar durante más de cuatro décadas. Y a finales de 2020 ha conseguido traer muestras de rocas de la Luna.

El gasto militar oficial chino ha ido aumentando entre un 7,2% y un 8,1% anualmente, manteniendo su proporción respecto al gasto de la administración central. En 2020 este crecimiento ha bajado a un 6,6%, probablemente debido a los efectos de la pandemia. En 2017, botó su primer portaviones totalmente fabricado en China. Tras reducirse algo en algunos años de Obama, el presupuesto de EEUU aumentó con Trump, de unos 606.000 millones de dólares en 2016 a 721.000 millones en 2020. Pero mientras EEUU derrochaba dinero público en guerras perdidas –pues está claro que ha perdido en Irak y en Afganistán, como está descubriendo el presidente electo– China invertía en tecnología.

Una China más asertiva, y políticamente más autoritaria, con Xi Jinping, ha seguido penetrando en las instituciones del orden global general, y a la vez construyendo otro paralelo, más regional. Su último éxito ha sido el lanzamiento de la Asociación Económica Integral Regional (Regional Comprehensive Economic Partnership, RCEP), con 15 países, en Asia, mientras Trump hundió el Acuerdo de Asociación Transpacífico (Transpacific Partnership, TPP), que había lanzado Obama. Aunque el enfriamiento con China empezó con este último, la gran herencia que deja Trump a Biden es una guerra fría de nuevo cuño, 2.0, que el nuevo presidente tendrá que gestionar y reorientar. Sin embargo, pese a las medidas de Trump, el déficit comercial de EEUU con China no ha cambiado, y las inversiones mutuas se mantienen. La interdependencia sigue siendo la realidad.

En cuanto al terrorismo, el ISIS, o Estado Islámico, no ha desaparecido, pero ha perdido la base territorial para su llamado califato. Biden se va a encontrar con que en el mundo de Washington se considera que EEUU está gastando demasiado en lucha antiterrorista –que requiere importantes fondos– y no lo suficiente en la competencia militar con China (y en menor medida con Rusia). Pero el terrorismo yihadista sigue ahí.

Entretanto, el ensimismamiento de EEUU con Trump ha reforzado a la UE (gracias también al Brexit –que en algunos aspectos la debilita– y a la reacción ante la pandemia). Tratar con la UE sin los británicos será diferente a lo que recuerda Biden de épocas anteriores. También han cobrado mayor protagonismo algunas “potencias medianas” que quieren liderar al menos en términos regionales, a menudo bajo la dirección de autócratas/nacionalistas, ya sea la India, Turquía, Brasil, Arabia Saudí o Egipto, o una Rusia que quiere desempeñar un papel más global. A la vez, con la pandemia y sus efectos económicos se ha agravado una tendencia que venía de antes, a saber, la multiplicación de Estados fallidos, sobre todo en África.

No vamos a ver un regreso a la agenda exterior de Obama. Demasiadas cosas han cambiado. Aquí hemos esbozado las que consideramos variaciones significativas, pero hay otras. Biden, y su nuevo equipo, aunque en gran parte provenga de aquella Administración, tendrán que idear una nueva agenda para EEUU en un mundo que se ha transformado en estos cuatro años.

( Blog Elcano)