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sábado, 24 de julio de 2021

Aquelarre de protestas

 SINE DIE 2021 

                     SEGUNDA SERIE   # 38                    

 

Julio 24 de 2021

Juan M Ferran Oliva


El sabio habla de las ideas, el inteligente de los hechos, y el hombre vulgar de lo que ha comido.

Proverbio chino.

 


El pasado 11 de julio diversos grupos protagonizaron inusitados actos de rebelión. Se han aclarado muchos pormenores y es posible un análisis relativamente objetivo. Siempre faltan piezas del rompecabezas. Los variopintos alborotados pueden clasificar como agentes políticos de la reacción, residentes en Cuba contrarios al Partido-gobierno, contestatarios arrastrados emocionalmente, apolíticos ingenuos o lumpen y delincuentes habituales.

Tanto los protestantes como los protestados subliman conceptos grandilocuentes como democracia y libertad, cada cual a su manera. Tantos ismos tienden a confundir. Revolución y contrarrevolución, comunismo y anticomunismo son denominaciones convencionales de la retórica. Sintetizando pudieran resumirse en las clásicas derecha e izquierda políticas[1]. La primera representa el segmento minoritario que acepta las diferencias sociales como naturales frente a la izquierda que persigue el bienestar de la mayoría. El Partido-gobierno de Cuba es exponente de esta última.

En ruda prosa y sin lirismos ni adornos pomposos, pueden inferirse algunas conclusiones acerca de lo sucedido.

La derecha dispone de recursos mediáticos empleados a fondo. Logra, inclusive, atraer a parte de quienes de forma natural constituyen la izquierda.  El rosario de fake news, el abuso de la emotividad, las carencias y crisis reales y las deficiencias locales sirven para crear un estado de opinión.   Es impresionante la cantidad de You Tube y mensajes similares cargados de embustes y de manipulación, que tergiversan los hechos, desprestigian y ofrecen una imagen de ingobernabilidad. El Partido-gobierno cubano, por su parte, no miente, pero omite; es una forma leve de manipulación.

Cientos de los mencionados YouTube destacan la revuelta en cuestión. Pura prensa amarilla generosa en falsedades e incitaciones. Aunque el mal de muchos no es consuelo, puede afirmarse su parcialidad. Apenas refieren las revueltas, protestas, marchas y motines desarrolladas a diario en otras latitudes, algunas con numerosos muertos como las de Colombia con su imparable sarta de asesinatos. El propio magnicidio de Haití no alcanza un despliegue similar. Es evidente la extrema parcialidad de esta publicación digital que, además, ofrece noticias favorables a los movimientos reaccionarios en  todas partes y circunstancias. La poderosa prensa mundial derechista o supuestamente neutral se hace eco de la campaña.

La revuelta de Cuba tuvo un muerto (opositor) y duró unas horas.  Se ha demostrado que no hay desaparecidos. Los sistemas policiaco y judicial se encargan de las indispensables investigaciones y procesamientos.

Lo que comenzó como un cacerolazo degeneró en alboroto político. Quizás influyó un primer grito de guerra del Partido-gobierno, después atenuado. La violencia no conduce a la conciliación, todo lo contrario. Cuando Songo le da a Borondongo es difícil que Bernabé y Muchilanga permanezcan impávidos. Protestantes buenos, regulares y malos participaron en saqueos y violentos actos de fuerza. Han proporcionado un show magnificado por los medios derechistas. Los partícipes en la algarada se han convertido en cipayos, algunos inconscientemente. El cercano vecino del Norte ha creado una falsa imagen de democracia que no alcanzan negros, aborígenes, hispanos y asiáticos.

Cubanos radicados principalmente en Miami, a título de demócratas y anticomunistas, perciben jugosas rentas que paga el contribuyente norteamericano. Desempeñan su tarea con envilecimiento ejemplar. Buena parte de las deficiencias protestadas se deben al bloqueo impuesto por la Casa Blanca.  También inciden las limitaciones financieras, los errores del Partido-gobierno y la pandemia. Valga aclarar que a pesar de sus alarmantes cifras, esta última afecta a Cuba muchísimo menos que al resto de los países. Resulta notorio que el país haya desarrollado vacunas propias.  No es por casualidad. 

El propósito de los agentes contrarrevolucionarios y sus seguidores es derrocar al gobierno.  Washington no admite oposiciones en lo que considera su traspatio. Las combate sin escrúpulos.  Las revueltas en cuestión son una muestra de ello. Tuvieron lugar en varias zonas de La Habana y otras localizadas en puntos del interior. La simultaneidad sugiere que obedecen a un plan.

El retorno al modelo anterior a 1959 seria restaurar el neocolonialismo liquidado por la Revolución. No se pierda de vista que sirvió de ejemplo para que otros intentaran lo mismo como por suerte ha sucedido.

Seria terrorífico que tomaran las riendas de la nación personajes como los alborotadores mostrados  en las grabaciones del día de autos .En general carecen de preparación. Sería el gobierno de la Corte de los Milagros[2].

También da escalofríos pensar en el ascenso al poder de los politicastros del exilio. Además de implantar la dependencia, la plutocracia y quizás la anexión, incorporarían los peores vicios politiqueros. Ello consistiría una apoteosis de la corrupción.

El rescate del modelo soviético es impensable. No tiene arreglo.  El Partido-gobierno argumenta la continuidad con el propósito de aprovechar el capital político de épocas pasadas. Sin embargo, el giro de 180º en la estrategia económica indica lo contrario.

Una revolución política implica el cambio brusco de la estructura de poder. Cuba culminó tal propósito con la exagerada Ofensiva Revolucionaria que en 1968 liquidó la actividad económica privada residual. La transformación económica quedó como asignatura pendiente y muchas de sus consecuencias negativas aún perduran. El modelo al que se aspira actualmente es de supervivencia con soberanía.

Pasaron los tiempos del encanto místico revolucionario despertado en 1959. La población se dividía entonces en integrados y gusanos. El tiempo ha moldeado una nueva masa ciudadana. Nada extraño a 60 años de distancia. Cesó la dicotomía maniquea. Los cubanos de aquí y de allá sustentan todos los matices del diapasón político. En la extrema derecha se hallan los anexionistas y a unos milímetros los autoproclamados anticomunistas soñadores de una democracia falaz. En el centro derecha quienes desean un retorno capitalista moderado. En la banda izquierda y acariciando el centro están los que desean mantener la soberanía y lograr un modelo económico adecuado.  Algo más distantes aquellos que, además, descartan un modelo capitalista.  Otros zurdos sueñan con mantener también ciertos atributos románticos de la utopía. En el extremo, los incondicionales que identifican al Partido-gobierno con la Revolución y la conciben como un auto de fe.

La realidad observada en otros países muestra una insultante simetría entre la derecha y la izquierda. Aunque la primera es minoritaria en beneficiarios cuenta con recursos mediáticos que la potencian. Resulta chocante que la Fujimori, Macri, Lenin Moreno, Bolsonario, Biden[3] y muchos más, alcancen y a veces superen en voto a las fuerzas progresistas. En ello interviene el soborno, la ingenuidad, el caudillismo y los mecanismos electorales diseñados por las minorías reaccionarias.

En Cuba se mantiene la rigurosidad de un Partido único. Pero la estructura política poblacional se ha fragmentado y son múltiples las formas de pensar. Pasó la época en que todo el pueblo se agrupaba alrededor del Partido. Hoy en día, incluso hay seguidores del gobierno que piensan que sobra el órgano político rector puntualizado en el artículo 5 de la Constitución. Las protestas han sacudido al Partido-gobierno, pero no lo han derribado. Posiblemente la mayoría del pueblo continúa apoyándolo. De cualquier modo la segmentación política es real y debe tenerse en cuenta. Pudiera argumentarse que el propio Partido ha impedido el surgimiento de opositores serios cuya ausencia impide otra opción.

Ninguna de las alternativas que ofrecería el derribo del Partido-gobierno es conveniente. El actual equipo de Diaz Canel constituye la nueva generación; casi todos nacieron después de 1959. Tienen a su favor un nivel educacional elevado, experiencia de dirección política, intenciones puras y patriotismo. También acarrean sus errores, pero intentan remediarlos.

 ¿Tiene alguien una opción mejor?

Fin



[1] Ambos términos se originaron durante la Revolución Francesa.  Durante la Asamblea Constituyente los diputados favorables al tradicional poder monárquico estaba situados a la derecha, mientras que a la izquierda se hallaban quienes defendían posiciones revolucionarias. Fue el día 14 de julio de 1789. 

[2] La Cour des miracles era una zona del París medieval habitada por mendigos, ladrones y prostitutas. Por el día pedían limosna fingiéndose discapacitados y de noche recuperaban la salud. Aparece en la novela Nuestra Señora de París de Victor Hugo. Valle-Inclán aplica alegóricamente su sentido para ridiculizar la corte de la reina Isabel II, bien conocida por sus vicios y excentricidades.

[3] El triunfo de Biden no puede achacarse enteramente a sus seguidores. Muchos votos fueron de castigo a los extremismos de Trump

 

ADMINISTRAR CRISIS Y CREAR OPORTUNIDADES

Por Jorge Gómez Barata

Es conocido el punto de vista de que la necesidad de reformas es tructurales a escala del sistema social y el levantamiento o la atenuación del bloqueo de los Estados Unidos constituyen dos problemas nodales de la sociedad cubana, no obstante, tanto el discurso oficial como otros razonamientos, tienden a considerarlos por separado, sin percibir la dialéctica entre ellos.

Durante los primeros 30 años, entre los pretextos de Estados Unidos para sostener el bloqueo estuvieron la nacionalización de propiedades norteamericanas en Cuba, la alianza con la Unión Soviética y el apoyo cubano al movimiento de liberación nacional. Con el tiempo dos de esas excusas desaparecieron y Cuba se declaró dispuesta a negociar las reclamaciones sobre las propiedades nacionalizadas o confiscadas. Para Estados Unidos el bloqueo perdió sentido.

En 2009 Barack Obama, un político de perfil diferente asumió la presidencia de los Estados Unidos hasta 2017 y, en 2008 Raúl Castro fue elegido presidente de Cuba, lo cual le permitió impulsar un dinámico proceso de reformas. Apreciados en su conjunto estos procesos resultaron decisivos para que, superando obstáculos y prejuicios, ambos mandatarios dieron pasos al encuentro, negociaran de buena fe y en 2014 anunciaran el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.

Por otra parte, en la primera década del presente siglo tuvo lugar un cambio de la correlación de fuerzas en América Latina en virtud del cual una docena de países fueron gobernados por elementos de izquierda, progresistas o simplemente realistas, al punto que en 2009 la OEA fue obligada a revocar la expulsión de la Isla adoptada en 1962. Estados Unidos quedó aislado y por primera vez en 2015 Cuba fue invitada a la Cumbre de las Américas en donde estuvo representada por su presidente Raúl Castro que tuvo allí un brillante desempeño.

Parece obvio que Obama avanzó del modo que lo hizo porque percibió que las reformas impulsadas por Raúl abrían expectativas de aperturas en la sociedad cubana, a la vez que el presidente cubano, comprendió que las proyecciones políticas del líder americano representaban una oportunidad que nunca antes se había presentado.

Desafortunadamente, con la llegada a la presidencia de Donald Trump que, se ensañó para en revertir los avances logrados, mientras en Cuba, por razones internas, ralentizaron las reformas impulsadas por Raúl, lo cual dio lugar a una especie de “tormenta perfecta” o nudo gordiano que impide avanzar.

Actualmente, en la coyuntura más difícil que en los ámbitos interno y externo haya experimentado el proceso político y la nación cubanas, y cuando la pandemia azota de modo implacable, la diplomacia isleña está obligada ser creativa o virtualmente mágica para, apoyándose en el hecho de que, tanto el presidente Biden como varios de sus más importantes colaboradores formaron parte de la administración de Obama, lo cual crea premisas que, aunque mínimas, pueden generar desarrollos favorables.

En circunstancias así, los operadores de la política exterior, deben estar alertas para no dejarse arrastrar por elementos coyunturales que suman tensiones y trabajar para encontrar fórmulas diplomáticas apropiadas para solucionar crisis, apagar fuegos y crear oportunidades. Es su tarea y es lo que se necesita de ellos cuyo talento y consagración están fuera de dudas.

Hubo un momento en que, para crear facilidades para el turismo, Fidel se propuso rellenar el mar para construir una carretera entre la ciudad de Caibarién y Cayo Santa Maria distante a 50 kilómetros de distancia. El responsable de la tarea cuenta que, ante la faraónica majestuosidad de la obra, surgieron. Enterado, Fidel les dijo: "Echen piedras y no miren ."

De eso se trata ahora, de soslayar todo lo que no sea de principios y…echar piedras. Obviamente es más fácil decirlo que realizarlo, pero hay confianza. Ya Raúl probó que: ¡Si, se puede! Allá nos vemos.

24/07/2021
Publicado por el diario ¡Por esto! Al reproducirlo indicar la fuente

LA FIESTA DE LA GUELAGUETZA.

Por Froilán González García.

El 20 de julio escuché que la cadena Telesur proyectará la Fiesta de la Guelaguetza, uno de los grandes espectáculos culturales del estado de Oaxaca y decidimos sugerir a nuestros amigos que traten de verlo. Cuando cumplimos misión diplomática en México (1974-1980) participamos en esa celebración.

La Guelaguetza, es una fiesta desde tiempos históricos, la palabra significa en zapoteco "intercambio de regalos y servicios" y los pobladores se unen para crear redes de cooperación entre familias, personas, pequeños pueblos y municipios. Está considerada la mayor fiesta folklórica del continente americano. La celebración forma parte de los cultos populares y su origen proviene de los antiguos habitantes que veneraban a la "diosa-energía del maíz" Centéotl, y le rendían grandes honores, ofrendas y presidía las fiestas.

Es un recorrido por la historia, comienza desde los tiempos en que fueron conquistados por los mexicas, le sigue la llegada de los españoles con la prohibición de venerar a sus dioses. Cuando construyeron el templo católico, los obligaron a rendir culto a la Virgen del Carmen. En la celebración participan delegaciones de las ocho regiones que conforman el estado, donde cada una desfila ataviada con sus trajes, bandas de música y danzas. En esa ocasión la más aplaudida fue la del Istmo de Tehuantepec con la danza La Sandunga. Al cierre de la Guelaguetza, se presenta la Danza de la Pluma integrada por bailarines con grandes penachos coloridos y decorados con pequeños espejos.

Al final una procesión en honor a la virgen y un carnaval donde sobresale la “sierpe” una especie de serpiente gigante, acompañados por la música de la banda del estado. Según los historiadores la celebración comenzó con motivo del centenario del natalicio de Benito Juárez

Después de cumplir la programación oficial a la que fuimos invitados, visitamos los lugares de interés, entre ellos los atractivos mercados de artesanías, ellos elaboran los tejidos con hilo de algodón, lana y estambre teñidos con tintes naturales elaborados de grana cochinilla, añil y caracol púrpura. Explicaron que cada localidad y región posee sus propios diseños, dibujos y colores que los identifica, ningún estado de México posee la riqueza étnica que caracteriza a Oaxaca. Habitan amuzgos, chatinos, chinantecos, cuicatecos, huaves, mazatecos, mixes, mixtecos, tecuates, tlapanecos, triquis y zapotecos y cada uno tiene sus atributos distintivos y se calcula que existen unos 300 trajes distintos.

De Tlaxiaco, Tuxtepec y Huautla de Jiménez son los famosos trajes regionales, de origen prehispánico, que incluyen los huipiles, ropas con vistosos diseños, pero no solo el textil, también es importante la alfarería, la talabartería, joyería, maderas talladas y diferentes plantas, como las palmas.

Cada año la Gran Fiesta de la Guelaguetza se presenta en el Auditorio de México a lleno completo, se hace difícil conseguir entradas. Queríamos que nuestros hijos apreciaran el extraordinario espectáculo y un domingo temprano los llevamos al parque de Chapultepec; al pasar por el Auditorio observamos a las personas entrando masivamente, decidimos hablar con los organizadores para ver si podíamos conseguir entradas para la sesión de la tarde. Nos identificamos y nos dejaron pasar. Un funcionario habló con uno y este con otro y así fuimos hasta llegar al Director, quien muy amablemente nos atendió y expresó que esperáramos unos minutos. Con rapidez vino a buscarnos y nos condujo hasta uno de los palcos de la presidencia, mientras el presentador anunciaba: “En estos momentos acaban de llegar los representantes de la Cuba Revolucionaria”. El auditorio de pie dando vivas a nuestro pueblo, gritando abajo el imperialismo norteamericano, Viva Cuba. Viva Fidel. Fue una de las grandes emociones vividas en el pueblo hermano.

¿Debería pagar impuestos solo la gente de a pie?

La fuerza de los defraudadores ha crecido a medida que el Partido Republicano ha ido enloqueciendo



Calle de la ciudad de Nueva York.SPENCER PLATT / AFP

Soy el mayor escéptico frente a los políticos que ven en la reducción de impuestos a los ricos la solución a todos los problemas. De hecho, la afirmación de que las rebajas de impuestos pueden hacer magia es un ejemplo buenísimo de idea zombi, una idea que se mantiene viva, a pesar de las pruebas abrumadoras en su contra, porque su supervivencia redunda en beneficio de los donantes ricos.

Pero hasta a mí me tomó por sorpresa que los republicanos que negocian una posible ley de infraestructuras descartaran pagarla en parte dando al Servicio de Impuestos Internos (IRS por sus siglas en inglés) más recursos para perseguir la evasión fiscal. Se trata de algo muy importante. El Departamento del Tesoro cree que el “desfase fiscal”, impuestos debidos pero no pagados, supera los 500.000 millones de dólares anuales; algunos cálculos dan una cifra mucho más elevada. Y el Gobierno de Biden propone dar al IRS recursos suficientes para reducir este desfase, como forma de ayudar a pagar la inversión en el futuro de Estados Unidos.

Pero si el Gobierno sigue esta senda, lo hará aparentemente sin el respaldo del Partido Republicano. Seamos claros: a mí no me sorprende saber que un número considerable de senadores se muestre comprensivo con los intereses de los fraudes fiscales de los ricos, que sean objetivamente favorables a la evasión fiscal. Sí me sorprende, sin embargo, que estén dispuestos a mostrar tan abiertamente sus simpatías. Al fin y al cabo, hay una gran diferencia entre defender que hay que bajar los impuestos a los ricos, y sostener de hecho que debemos permitir a los ricos que no pagan lo que la ley establece que se salgan con la suya.

Para empezar, no creo que ni siquiera los derechistas se atreviesen a utilizar los habituales argumentos favorables a la rebaja de los tipos fiscales, con todo lo dudosos que son, para defender la evasión fiscal. ¿Quién sostendría en serio que lo único que mantiene en movimiento a los “creadores de puestos de trabajo” es su creencia de que pueden evadir los impuestos que la ley les obliga a pagar?

¿Y quiénes son aquí los posibles electores? Cuando un millonario o multimillonario evade impuestos, lo hace a expensas de todos los demás: un mayor déficit podría significar un menor margen para el gasto social, pero también significa un menor margen para las rebajas de impuestos legales. De modo que todo el mundo debería estar a favor de que se tomen medidas contra los defraudadores, es decir, todos menos los propios defraudadores. Podríamos pensar incluso que los estadounidenses ricos que pagan lo que deben, ya sea por escrúpulos o porque les importa su reputación, se enfadarían especialmente con aquellos de sus iguales que se saltan las normas.

Una cosa antes de seguir: he estado escribiendo como si la evasión fiscal fuera una actividad a la que se dedican solo los ricos. Claramente, eso no es completamente cierto; si algún fontanero o mecánico de coches les ha ofrecido un descuento por pagar en efectivo, seguramente se hacen una idea de cuáles son los motivos. Pero, en su mayoría, los estadounidenses obtienen sus rentas de sueldos y salarios, ambos sometidos a retenciones y declarados automáticamente a la Administración, de modo que tienen pocas oportunidades de defraudar.

De modo que la evasión fiscal afecta principalmente a los ingresos de sociedades o, mejor dicho, a los ingresos de “sociedades”, porque se produce principalmente a través de compañías y otras entidades, como las sociedades anónimas de tipo S, que no producen de hecho bienes y servicios, sino que son principalmente ficciones contables. Hay algunas razones legítimas por las que se permite la existencia de estas entidades, como, por ejemplo, ayudar en la planificación de las jubilaciones. Pero también ofrecen formas de ocultar ingresos a las autoridades fiscales: declaración de ingresos por debajo de la cifra real, exageración de gastos, beneficios personales —como el apartamento que la Organización Trump proporcionaba a su jefe financiero— declarados como gastos de empresa y no como rentas de personas físicas.

Y estas oportunidades de ocultar rentas se concentran en la cima; recientemente se ha calculado que más del 20% de las rentas percibidas por el 1% más rico de la población queda sin declarar. ¿Cómo puede entonces alguien justificar que no se persigan estos abusos? Hasta donde yo he visto, los republicanos que se oponen al reforzamiento de las medidas antifraude ni siquiera intentan justificarse, excepto planteando alegaciones viejas y desacreditadas hace tiempo de que el IRS ataca directamente a los grupos conservadores. Pero parecen decididos a defender los privilegios de los defraudadores fiscales ricos. ¿Por qué?

Algunos grandes defraudadores son también grandes donantes políticos. Lo que yo insinuaría es que la fuerza que los defraudadores tienen en el Partido Republicano ha ido aumentando de hecho a medida que el partido ha ido enloqueciendo. Siempre ha habido ricos a los que les disgusta que la derecha asuma la hostilidad racial y las guerras culturales, pero están dispuestos a tragarse su asco mientras los republicanos sigan manteniendo bajos los impuestos. Pero a medida que el Partido Republicano se ha ido volviendo más extremista, a medida que se convertía en el partido de las mentiras electorales y la insurrección violenta, ¿qué ricos siguen dispuestos a aceptar esa compensación?

Algunos estadounidenses acaudalados siempre han sido derechistas radicales. Pero en cuanto al resto, la base del partido dentro de la clase donante se compone cada vez más de los ricos con menos escrúpulos y menos preocupados por su reputación, que son precisamente el tipo de gente que más probabilidades tiene de evadir impuestos descaradamente. De modo que, a lo mejor, una forma de entender la oposición al fortalecimiento del IRS es que representa una alianza impía entre supremacistas blancos y defraudadores fiscales. ¿Verdad que este es un país asombroso?

Paul Krugman es premio Nobel de Economía. © The New York Times, 2021. raducción de News Clips