CUBA
a) La política fiscal
En 2020 la política fiscal tuvo un carácter contracíclico ante el enfrentamiento de la pandemia, en un contexto económico que ya era recesivo. Los gastos asociados al ordenamiento monetario, como el aumento de los salarios del sector estatal y las pensiones, impactaron parcialmente a las finanzas públicas en diciembre de 2020. Los ingresos totales del gobierno cayeron un 20,1% en términos reales. Tanto los ingresos tributarios como los no tributarios decrecieron (un 20,6% y un 18,6%, respectivamente), al mismo tiempo que los gastos totales disminuyeron un 3,1%, como resultado de las caídas de los gastos corrientes (1,5%) y de los gastos y trasferencias de capital (22,4%). Cabe señalar que los desembolsos públicos en las áreas de seguridad social, ciencia e innovación tecnológica, educación, salud pública y asistencia social, entre otros relacionados, registraron aumentos en términos reales. Como era de esperarse, se produjo un considerable aumento del déficit fiscal, que pasó del 6,2% del PIB en 2019 al 17,7% del PIB en 2020. El financiamiento del déficit se realizó mediante la emisión de bonos soberanos, con plazos de amortización que van de 1 a 20 años y una tasa de interés promedio del 2,5% por cada emisión.
En los primeros meses de 2021 la situación de las finanzas públicas no ha mejorado, ya que los ingresos se mantienen bajos como resultado de la incipiente recuperación de la actividad económica y los mayores gastos asociados al rebrote de la pandemia desde enero, incluida la inversión en el desarrollo y los ensayos clínicos de cinco vacunas candidatas contra el COVID-19, de las cuales dos (Abdala y Soberana 02, con la tercera fase de ensayos terminada) se comenzaron a aplicar como medida de emergencia en mayo. Los gastos en la salud pública representan el 27% de los gastos totales, según el dato más reciente dado a conocer por el Gobierno cubano para este año.
La política fiscal presenta cambios importantes en 2021, en el contexto del primer año de la implementación del ordenamiento monetario: i) la corrección gradual de los precios mayoristas y minoristas como resultado de la devaluación; ii) la aplicación de una reforma general de salarios y pensiones; iii) la eliminación de subsidios excesivos a los precios de productos no básicos para la población; iv) la constitución de una reserva en los presupuestos locales destinada a la protección de las personas y núcleos vulnerables y una reserva en el presupuesto central para el apoyo financiero temporal al sistema empresarial como resultado del incremento de los costos; v) establecimiento de bonificaciones totales o parciales en el pago de los impuestos sobre las ventas y los servicios a las formas de gestión no estatal, con el objetivo de lograr adecuadas concertaciones de precios en los bienes y servicios de impacto sobre la población; vi) adecuaciones en la tributación, en las que se redimensionan las bases de gravámenes, se reducen tipos impositivos y se incrementan las deducciones de gastos y el mínimo exento tanto en las formas de gestión estales como no estatales; vii) exoneración del pago anual del impuesto sobre los ingresos personales de los trabajadores por cuenta propia cuya actividad se mantuvo suspendida por un período de seis meses o más por efecto del COVID-19, y viii) autorización a los gobiernos locales para que accedan a créditos bancarios de corto plazo con el objetivo de financiar desequilibrios temporales de caja en sus cuentas, al mismo tiempo que se alistan las normas para introducir la Letra del Tesoro como instrumento de deuda a corto plazo.
Tomando en cuenta las reformas antes señaladas, los gastos totales llegarían a un monto estimado del 79,1% del PIB (frente al 69,2% del PIB en 2020), en tanto que los ingresos netos representarían el 60,8% del PIB (frente al 51,5% del PIB en 2020). El déficit fiscal estimado para 2021 sería del 18,3% del PIB (frente al 17,7% del PIB en 2020). Cabe señalar que, en realidad, el nuevo tipo de cambio se aplica al sistema empresarial estatal y a la administración pública que anteriormente realizaban, en su generalidad, transacciones en dólares a una tasa de 1 a 1. El tipo de cambio de 24 CUP por dólar era el vigente para los hogares cubanos y el sector privado.
b) La política monetaria, cambiaria y financiera
Las tasas de interés no presentaron cambios en 2020: para préstamos en CUC la tasa mínima fue del 4,5% y la máxima del 5,5%, mientras que para préstamos en CUP la tasa mínima fue del 4,5% y la máxima del 7,0%.
El agregado M2A (población) se estabilizó en los primeros meses de 2020 y posteriormente se aceleró de manera importante; la tasa de crecimiento anual fue del 51,0% (frente a un 10,3% en 2019). En caso de mantenerse este escenario, se puede esperar un aumento de las presiones inflacionarias existentes en los mercados con precios no regulados y la profundización de fenómenos monetarios como inflación reprimida, ahorro forzoso y escasez. En años recientes, el crecimiento del agregado M2A se ha asociado en lo fundamental al comportamiento del efectivo en circulación, como resultado del dinamismo del sector privado, que opera generalmente al margen de los canales de pago del sistema financiero.
En 2020, el financiamiento otorgado en pesos cubanos por los bancos a la economía nacional, incluidas las personas naturales, disminuyó un 6,4% respecto al monto concedido en 2019. Los mayores decrecimientos correspondieron a las otras formas de gestión no estatal, las cooperativas no agropecuarias y los trabajadores por cuenta propia. Este resultado estuvo asociado fundamentalmente a la situación epidemiológica que enfrentaba el país, que ocasionó la reducción significativa de la actividad en estos sectores.
El crédito otorgado a las personas jurídicas mostró una disminución del 6,1% respecto del año anterior. Del total de los financiamientos, el 93,1% se destinó a las empresas estatales y el 6,7% a la actividad agropecuaria no estatal. El financiamiento otorgado a las personas naturales decreció en 10,7% respecto del monto registrado en 2019.
En 2021 las autoridades monetarias enfrentan el reto de
controlar el ritmo inflacionario tras el choque inicial
de precios por el ordenamiento monetario y el entorno de escasez asociado
a la pandemia. Los
problemas de liquidez en dólares aumentan la inestabilidad de los precios, a
pesar de los esfuerzos de las
autoridades para amortiguarla aplicando controles directos sobre las divisas,
los precios, los salarios
y el crédito. La fuerte contracción de la oferta de divisas
amplió el diferencial entre la tasa oficial y la tasa del mercado informal, lo que se
agudizó por la mayor demanda de dólares ante el retorno a la modalidad de ventas en divisas en los
mercados estatales de bienes y servicios. Ambos factores afectan la estabilidad de los precios,
especialmente en los mercados desregulados del sector no estatal
(incluido el mercado agropecuario) y el propio mercado
informal.
Cabe señalar que el 10 de junio de 2021 el banco central
anunció que a partir del 21 del mismo mes
las personas naturales y jurídicas, tanto cubanas como extranjeras, no podrían
realizar en las instituciones
bancarias cubanas depósitos o cualquier otra transacción en dólares
estadounidenses en efectivo. Lo
anterior surge como resultado de los obstáculos adicionales que impone el
bloqueo de los Estados Unidos
para que el sistema bancario
cubano pueda depositar en el exterior
el efectivo en dólares estadounidenses que se recauda
en el país. La inclusión de Cuba, en enero de 2021, en la lista de Estados
patrocinadores del terrorismo
por parte de los
Estados Unidos agravó esta situación.
c) Otras políticas
3. La evolución de las principales variables
A pesar del panorama internacional adverso, agravado por el bloqueo impuesto por los Estados Unidos, en 2020 se logró aprobar 33 nuevos proyectos de inversión extranjera, 4 de ellos en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, por un monto de inversión total superior a los 2. 450 millones de dólares. En estos proyectos se tiene previsto realizar nuevas inversiones en los sectores del turismo, la construcción, las energías renovables y las industrias. Adicionalmente, se aprobaron varias prórrogas a negocios ya establecidos.
En 2021 el Gobierno cubano mantiene los esfuerzos por materializar proyectos en sectores estratégicos, priorizando aquellos del sector agroalimentario, las industrias farmacéutica y biotecnológica, las energías renovables y el turismo. Prosiguen los esfuerzos para consolidar el funcionamiento de la Ventanilla Única de Inversión Extranjera, así como otras iniciativas orientadas a facilitar la llegada de inversión extranjera directa. Asimismo, están en curso el diseño y la renovación de la Cartera de Oportunidades de Inversión Extranjera, orientada a proyectos vinculados al desarrollo local, las inversiones en infraestructura, los parques tecnológicos y la prestación de servicios profesionales con orientación exportadora.
En 2020 se presentaron caídas generalizadas en los distintos sectores de actividad económica, con la excepción de la explotación de minas y canteras (0,7%), la construcción (0,5%) y el sector de la ciencia y la innovación tecnológica (0,3%). Destacan en particular los marcados descensos en los sectores de la educación (28,8%), la agricultura, ganadería y silvicultura (23,5%), los hoteles y restaurantes (24,5%), las industrias manufactureras (14,7%), el comercio y la reparación de efectos personales (12,2%) y la industria azucarera (11,0%). Para 2021 se espera una incipiente recuperación económica, en que sectores como las telecomunicaciones y la biotecnología muestren cierto dinamismo.
Por el lado de la oferta y la demanda agregadas, el consumo final cayó un 9,1% como resultado de las disminuciones del consumo tanto del gobierno (10,1%) como de los hogares (8,7%). La formación bruta de capital registró una caída (del 5,9%), en tanto que las exportaciones de bienes y servicios se redujeron un 20,5% y las importaciones de bienes y servicios un 7,6%, en el marco de la adversa coyuntura internacional debido a los cierres de fronteras que se establecieron para contener el avance de la pandemia.
c) La inflación, las remuneraciones y el empleo
Cabe destacar que el IPC en pesos convertibles creció un 0,08% en términos interanuales, lo que no sucedía desde enero de 2012, pues los precios registrados desde esa fecha hasta octubre de 2020 indicaban un proceso deflacionario persistente. Por su parte, la inflación general interanual en ambas monedas fue del 7,2% (frente a un −1,3% en 2019).
En 2020 se produjo un importante repunte de las presiones inflacionarias ante la situación de escasez de oferta, acrecentada por la emergencia sanitaria, la depreciación del tipo de cambio informal y las expectativas asociadas a la reforma salarial y de pensiones. En 2021 el inicio del ordenamiento monetario y cambiario no ha estado exento de dificultades y han existido problemas en su instrumentación que han obligado al Gobierno a modificar precios y tarifas de bienes y servicios, así como a incrementar los subsidios. Los esfuerzos gubernamentales para evitar incrementos crecientes de los precios no han sido suficientes. Los controles pueden ser efectivos en el corto plazo, pero no corrigen los problemas estructurales de oferta y generan distorsiones en la asignación de recursos y la captación de señales por parte de los agentes económicos.
En 2020 la tasa oficial de desempleo fue del 1,4% (en comparación con un 1,3% en 2019). El trabajo por cuenta propia como opción de empleo ha mantenido un sostenido incremento y actualmente representa el 13% de la ocupación en la economía del país. Al finalizar 2020 existían en Cuba 602.415 trabajadores por cuenta propia. A fines de marzo de 2021, ejercen el trabajo por cuenta propia 607.429 personas, de las cuales 212.536 son mujeres (35%). En febrero de 2021, el Gobierno anunció la eliminación del listado anterior de 127 actividades autorizadas para ejercer el trabajo por cuenta propia. En consecuencia, de las más de 2.000 actividades existentes en la economía solo se limitan 124, total o parcialmente.
En 2020 se elevó la protección a los trabajadores impedidos de asistir a sus centros laborales por los efectos de la pandemia. En todos los casos estuvieron protegidos con el 100% de su salario durante el primer mes y el 60% a partir del segundo mes y mientras se mantenga la situación que les impide asistir a su centro de trabajo.
En diciembre de 2020 el salario mínimo en el sector estatal
presupuestado se elevó a 2.100 CUP (87,5 dólares), frente a 400 CUP en
2019. El salario medio básico en el sector estatal (que presenta importantes variaciones según el sector de
actividad económica) se ubicó en 1.094 CUP (45,6 dólares) (frente a 879 CUP en 2019) como resultado
del inicio del proceso de ordenamiento monetario que conllevó modificaciones en las políticas de salarios y de pensiones.
En el marco de dicho ordenamiento se
establece una escala salarial con 32 niveles, según el tipo de actividad
laboral o profesional, y se fija un tope de
ingresos (remuneración) de 9.510
CUP (396 dólares).