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miércoles, 20 de octubre de 2021

La empresa reflejo de la sociedad

Por Rafael Alhama Belamaric

Si la sociedad impulsa la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), la empresa no sólo que la apoya e impulsa sino la ejecuta. Lo cual pone de manifiesto una verdad de perogrullo. La empresa dificilmente sea algo ajeno a las prácticas establecidas en la sociedad. Otra cosa es si la iniciativa parte de la empresa, en cuyo caso pudiera tener una vida mucho más larga. He aquí un ejemplo.

Recuerdo que en 2008 cuando se formó un grupo de trabajo para revisar un anteproyecto de norma ISO, la 26000, que finalmente no se constituyó en norma de obligatorio cumplimiento, en parte por la complejidad en su realización, en parte porque un grupo de países no estuvieron de acuerdo que fuera de obligatorio cumplimiento, entre otros, por lo que se quedó como guía, es decir, no se convirtió en norma de sistemas de gestión, y se dejaba a la disposición de la organización a hacerlo y no a su obligatoriedad, el trabajo del grupo se terminó rápidamente.

Realmente, no había casi interés en que se continuara el trabajo de revisión y propuesta, y porque había conceptos, como Responsabilidad Social Empresarial que chocaban, máxime que se hacia referencia a terminología nueva, como la gobernanza de la organización, a las prácticas laborales, a las operaciones, a la cadena de valor, a la participación de los consumidores, a la participación política responsable, al medio ambiente, al desarrollo de la comunidad, o “stakeholder“, sobre todo esta palabra (personas u organizaciones que se relacionan con las actividades y decisiones de una empresa desde trabajadores pasando por los proveedores y clientes, hasta el gobierno), entre otros muchos asuntos, que no sólo “sonaban extraño“ sino conceptos poco o nada conocidos en nuestra cultura empresarial, o institucional como entes interrelacionados.

El que crea que materializar y llevar a la práctica la RSE sea más fácil que solucionar los problemas internos de la empresa, empezando por la RESPONSABILIDAD SOCIAL INTERNA, bienvenido sea.

Con los años y el incremento en las exigencias de herramientas y directrices de otras normas de gestión avanzada de calidad y mejora continua, como la ISO 9004 de 2018, los nuevos retos cualitativos hacían innevitable el tratamiento de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o eficiencia organizacional, o autoevaluación.

Hasta aquí este ejemplo, que bien viene hoy, a la vista de la importancia que cobra de la noche a la mañana la responsabilidad social empresarial, un concepto que bien pudiera tener raices autóctonas, pero que es importante establecerlo sobre lo ya existente. Y sobre todo, que se entienda que no es un elemento ajeno a la gestión empresarial de avanzada, ajeno a su quehacer y las prácticas cotidianas, ni puede convertirse en moda pasajera de ubicar algunos recursos, por demás escasos, en algun lugar próximo a la ubicación geográfica de la empresa, para estar bien con los vecinos y con las orientaciones de arriba. Tiene que ver con la forma en que se estructura la organización dentro y fuera de la empresa. No debe ser abordado fuera del desenvolvimiento que caracteriza a la economía de la empresa, o que se quede en un bono o diploma.

Y de regreso a las prácticas, he visto muchas referencias, cuestionamientos y preguntas acerca de la empresa en estos días y de la necesaria sacudida o estremecimiento que debería experimentar, tanto para asimilar las nuevas medidas como para proponer y desarrollar nuevas. Hay que entender una cosa, y es que esa no ha sido la lógica durante la vida de la empresa estatal, quizás, para poner una época, desde la empresa consolidada de los años 60. Si no lo ha sido como parte de su subsistenacia, hay grandes limitaciones de todo tipo, como se dice, objetivas y subjetivas, y éstas tan o más objetivas que aquellas que buscan por todos los medios señales y direcciones.

Y hay que darlas, y los que deben darlas son las instituciones y niveles y organísmos superiores que precisamente han establecido y desarrollado esa lógica de (des)aciertos o prácticas económicas, sociales, productivas, financieras y comerciales, organizativas y organizacionales, que han llevado a la empresa a la situación actual.

Aquí me vino a la memoria un texto que escribimos un colectivo del desaparecido Instituto de Estudios e Investigaciones del Trabajo “Nuevas Formas Organizativas“ de 2004, con una revisión y ampliación en 2008, donde Ricardo Antunes en el prologo señala:

Dentro de las innumerables contradicciones de la sociedad actual encontramos una cuya solución parece una completa imposibilidad, dentro de la lógica destructiva que preside la sociedad del capital; si bien en el plano microcósmico, en el plano de las empresas, hay una necesidad intrínseca de racionalizar su modus operandi, si hay una necesidad imperiosa de seguir el recetario y la pragmática de Lean Production, de una empresa ligera, vislumbrando cómo preservar la concurrencia con las demás empresas que participan del sistema global del capital, la expansión ilimitada de esa lógica microcósmica para la totalidad de las empresas del ámbito mundial, desencadena una consecuencia trágica.

“Su racionalidad interna acaba por generar una monumental sociedad de desaciertos, una vez que la lógica de reestructuración y de la productividad, cuando dirigida por el ideario y por la pragmática del capital, acaban por acarrear la reducción del trabajo vivo y su sustitución por el trabajo muerto, para usar los términos de Marx”.

“Pero, ¿cómo hacer cuando la lógica de la producción no es dirigida prioritariamente por la acumulación privada del excedente, cuando el objetivo de la economía fuese economizar, en el sentido original, del latín oeconomia, esto es, utilizar racionalmente los recursos naturales y humanos?; Cuando el objetivo es transformar la empresa productiva desde la óptica de producción de bienes socialmente útiles, colectivamente determinados?; Cuando el objetivo no es la acumulación privada de capital, sino avanzar en la construcción de un diseño societal socialista, donde el valor de uso de los bienes producidos no está dirigido por la prevalencia de su valor de cambio?”

“Que por el contrario, sea una contribución para que se piense en una forma de empresa socialmente productiva, capaz de apoyar efectivamente la construcción de una sociedad nueva, donde la autonomía, el autocontrol, el saber colectivo prevalezcan sobre la heteronomía, el sometimiento, la alienación, típicos de la sociedad capitalista.”

“¿Cómo entonces, compatibilizar productividad, competencia con humanidad?”

“¿Cómo hacer para que el conocimiento no se convierta, como todo en la sociedad del capital, en una mercancía más, deshumanizada y fetichista?”

Los contornos del problema, que no se soluciona de la noche a la mañana, ni por las mejores intenciones y voluntad del mundo, van mucho más allá de la empresa, incluso de sus niveles superiores, porque siempre se ha insistido en la relevancia de las formas institucionales superiores, porque la lógica pasaba por la centralización y los controles centrales. No voy a hacer la historia de las raices que se hunden en la década del 30 con la asesoría norteamericana en la URSS con recomendaciones acerca de la corporación y “empresa moderna“ de entonces, que quedaron recogidas, trasladadas a los textos y metodologías, que quedaron para todos los tiempos, mientras aquellos conceptos se sacudían de lo superfluo y creaban nuevas bases en los 50, los 60, y un largo etc. Todo aquello encontró, lamentablemente, campo fértil y que concordaba con una concepción más compleja acerca del Estado, de la propiedad social, de las relaciones de poder, de la participación de los trabajadores, santificado por una burocracia cada vez mayor y más poderosa, base del “Estado de todo el pueblo“, acuñado por la misma época.

Entonces, se puede decir que a día de hoy hay interrogantes no resueltas. Es la relación de lo social con lo político, o mejor, lo social en lo político, o desde lo político, y aquí ubico a la empresa. No sé si es una visión diferente, pero sí que es necesaria, porque la empresa, su perfeccionamiento, siempre se ha enfocado como un problema TÉCNICO Y TECNOLÓGICO, y hoy se sigue haciendo, sin enteder que todos los cambios y transformaciones, desde cualquier ángulo, problema o tema, es un problema profundamente SOCIAL, profundamente de RELACIONES SOCIALES DE PRODUCCIÓN.

Cuando se habla de empresa, si en el imaginario popular y de la propia empresa, persiste la idea que es una estructura donde un grupo de personas desarrolla distintas funciones, bajo la supervisión de otro grupo de personas para alcanzar un resultado económico productivo, y que es lugar para trabajar, trabajar y trabajar, lejos se está del camino para transformarla.

Hoy día, en la empresa hay que conocer y manejar códigos de comportamiento, hay que saber la forma de pensar de los que conforman la empresa, hay que comunicar con ellos, dejar que intercambien los trabajadores, y decidir de conjunto en las deicisones mćas importantes. De lo contrario, puede haber una responsabilidad social de la empresa, pero no responsabilidad social en la empresa.

Esto ha sido en todas las experiencias y experimentos a lo largo de las últimas cinco décadas escasamente o nada tratado. De manera que el ejemplo puesto de responsabilidad social empresarial sí tiene que ver con una nueva concepción. Y es tan importante que sea desarrollado fuera de la empresa como dentro de la empresa. Su vínculo con la política y las políticas, el modelo de desarrollo y la democracia participativa real, laboral y más allá, se ponen a prueba, y el núcleo central es la empresa, no el organismo superior ni el ministerio.

Las estrategias y los planes de desarrollo deben estar en el plano de la empresa, sólo así los objetivos e instrumentos de la política para encarar los problemas internos y del ambiente donde está insertada llevan a transformaciones requeridas. La visión actual contiene elaboraciones con diversos grados de sistematización que se refieren a determinadas premisas y formas de conceptualización, y todo proyecta criterios de nuevas prácticas y de políticas sociales y empresariales. El apoyo que necesita la empresa de sus niveles superiores, son las transformaciones que estos deben realizar en consonancia, y eso, en primer lugar, significa, calidad del personal, cantidades del personal, modificación de metodologías de actuación. Complementariedad y no imposiciones, y dirigir los esfuerzos de sus organizaciones al menor costo.

Se sabe que el abuso puede generar rechazo y bloqueo, eso también puede pasar con la ideología, sobre todo cuando se mal emplea, pero de allí a que algunos puedan considerar que llegó la hora de olvidarse de la ideología y de la teoría, porque todo vale, va un trecho. Porque ideología como sistema de pensamiento o conjunto de principios para abordar la realidad, para representar la sociedad, un programa político y un plan de acción, que responde a tal o más cual corriente siempre estará presente.

Que alguien me diga si se ha abusado, ni siquiera seguido estos pilares que Marx y Engels han planteado en su obra para desarrollar una aproximación diferente de la propiedad como sistema en su desarrollo histórico concreto, y sobre esa base fundamentar unas relaciones de propiedad diferente en la práctica revolucionaria.

Ese sistema se objetiva, o debe materializarse en la práctica en el funcionamiento de la sociedad como el CONJUNTO DE LAS RELACIONES SOCIALES DE PRODUCCIÓN, no sólo en el papel. Esto permitiría fundamentar el papel decisivo del proceso de dirección social con una nueva naturaleza y dimensión, y el papel central del productor directo en la economía, sobre:

· la concepción marxista de la contradicción entre enajenación y emancipación, que coloca este proceso sobre un fundamento material: el proceso del trabajo, como autorrealización humana.

·  la superación del proceso de alienación del trabajo, que sienta las pautas para una visión diferente del proceso de producción- reproducción de la vida social, con una visión diferente de la riqueza social, su producción y apropiación por los individuos.

Si son pilares y claves, el proceso de trabajo como autorrealización humana, y la superación de la alienación del trabajo, como algo ajeno al individuo, deben guiar las transformaciones y los cambios en la empresa, en la economía, en la sociedad. Todo lo demás, como los factores a contrarrestar y factores a incentivar son instrumentos. Sólo así se podrán contrarrestar los estilos de dirección que consideran funciones en lugar de gestión integrada; estructuras como funciones especializadas en lugar de decisiones integradas desde la base; gestión individualista en lugar de gestión participativa; la baja capacidad de respuesta a los cambios del entorno a la capacidad rápida y calidad total; definición de responsabilidades frente a actitudes y aptitudes requeridas, entre muchos otros.

 

Mirada crítica a los sucesos del 11 y 12 de julio en Cuba: sus causas y propuestas de acciones para evitar que se repitan hechos como estos.


Consejo Científico

Sociedad Económica de Amigos del País

 Lo acontecido en Cuba los días 11 y 12 de julio del presente año puso en alerta a la sociedad, que se sintió conmocionada al conocer que en aproximadamente treinta y cinco localidades ubicadas en trece provincias del país cientos de personas habían salido a la calle a manifestarse. Una parte lo hizo de manera pacífica para expresar sus insatisfacciones y reclamar solución a problemas concretos que afectaban sus condiciones de vida como la escasez de alimentos, medicamentos, la falta de fluido eléctrico y de agua.

Pero en no pocos lugares hubo una escalada de violencia. La información registrada por diferentes medios de comunicación evidenció que los organizadores de estos actos, desde un inicio tenían la intención de alterar el orden público, incitar al saqueo de la propiedad social, atentar contra la vida de personas, generar disturbios y enfrentamientos con la policía y fuerzas revolucionarias que acudieran a defender su proyecto político y social.

Estos sucesos tuvieron sus antecedentes más inmediatos en noviembre de 2020 con la supuesta huelga de hambre de un grupo de personas -que se presentaban como artistas y se autodenominaban movimiento- en el barrio de San Isidro, y el plantón frente a la sede del Ministerio de Cultura, que congregó a creadores, en su mayoría jóvenes, decididos a expresar su descontento y preocupaciones sobre asuntos concretos del accionar de instituciones que regulan la vida cultural del país, pero cuyo protagonismo fue suplantado por los verdaderos incitadores de desde el exterior.

Esta concentración, que respondían a una agenda dictada. Estas manifestaciones públicas, manipuladas hasta el extremo por los detractores del proceso revolucionario, constituyeron el plato fuerte de una campaña de sucesivos y crecientes ataques, que tuvo como escenario principal las redes digitales, a lo que se sumaron voceros y funcionarios del gobierno norteamericano y de otros países aliados a esta potencia imperialista.

Especialistas en el tema de la información y las comunicaciones han demostrado cómo desde principios de 2020 se puso en marcha un dispositivo para crear una atmósfera de amplio descontento y estimular la desconfianza hacia las instituciones, sembrando en la mente de los usuarios de las redes las imágenes de un “país en crisis” y un “Estado fallido”, incapaz de encontrar solución viable a los problemas de escasez, desabastecimiento, controlar la pandemia de la COVID-19, así como garantizar servicios estables de electricidad y agua a la población. Esta avalancha de desinformación y distorsión de la realidad tuvo el respaldo de Joe Biden, actual inquilino de la Casa Blanca, quien el 15 de julio, durante una conferencia de prensa con la canciller alemana Ángela Merkel, declaró de manera injuriosa que Cuba es un estado fallido que reprime a sus ciudadanos.

Las acciones de noviembre y las protestas de julio -a diferencia de las manifestaciones del 5 agosto de 1994- se inscriben en la doctrina de Guerra No Convencional, enarbolada por el gobierno estadounidense, que tiene entre sus propósitos hacer que en esta Isla del Caribe estalle una revolución de colores que ponga fin al proceso de transformaciones iniciado en 1959. La coyuntura escogida no podía ser más afín a estos planes, en medio de una crisis económica agravada por los impactos de la pandemia de COVID-19 y del recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba.

Estos lamentables acontecimientos deben ser objeto de un profundo análisis que aporte elementos para mejorar el proyecto cubano de desarrollo socialista, en defensa de nuestra independencia y soberanía nacional porque como alertara en su momento José Martí: “es la hora de los hornos, en que no se ha de ver más que la luz”1. No podemos ni debemos dejar el camino libre a discursos oportunistas y malintencionados de quienes asumen posiciones anexionistas y mercenarias.

Es por ello que el Consejo Científico de la Sociedad Económica de Amigos del País se dio a la tarea de elaborar este texto -resultado de las contribuciones de su membresía- para reflexionar acerca de las causas de los sucesos iniciados el 11 de julio, así como referir medidas y acciones que pudieran enriquecer el caudal de opciones que está considerando la dirección del Estado y el Gobierno. El presente documento, aprobado por el pleno del Consejo Científico, se entregará a la Presidenta de la SEAP para su consideración y remisión a las instancias correspondientes.

Sobre las causas

Un paso inicial importante para emprender un programa de acciones viable y efectivo consiste en esclarecer las causas que condujeron a que grupos de ciudadanos recurrieran a este medio de expresión, no habitual -aunque constitucionalmente reconocido2- en más de sesenta años de práctica política, para hacerse escuchar.

Lo ocurrido fue resultado de la conjugación de múltiples factores asociados a la compleja coyuntura por la que atraviesa el país, pero también a contradicciones no resueltas, y otras nuevas, en la estructura y funcionamiento del sistema económico, social y político cubano actual.

En medio de este panorama es imprescindible reiterar que la campaña de manipulación y descrédito del gobierno de la Isla, desatada a través de las redes digitales, sirvió de percutor para provocar acciones subversivas y de desestabilización interna. En tanto los impactos económicos, sociales y psicológicos que han tenido en la vida cotidiana de la familia cubana la pandemia de COVID-19 y el arreciado bloqueo fueron empleados como catalizadores del descontento popular.

Sin embargo, obtener el cuadro lo más acabado posible de las causas sistémicas que provocaron tales efectos requiere de una indagación más detenida y profunda, que seguramente encontrará en las investigaciones realizadas por las ciencias sociales y humanísticas cubanas un valioso material. Considerando la inmediatez del análisis al que nos convocamos, la búsqueda de los ¿por qué? la ubicamos en tres procesos estratégicos: 

Tarea Ordenamiento

La implementación del ordenamiento monetario constituye una de las acciones de mayor impacto para el perfeccionamiento de la economía nacional, en particular de la empresa estatal socialista. No obstante, después de una demora en años, el momento escogido para hacerlo -enero 2021-, los procedimientos seguidos y las consecuencias de medidas adoptadas han agravado algunas de las irregularidades existentes en su funcionamiento, generando en la población incertidumbre y malestar. Cuando se emprende un cambio sistémico, se deben valorar todos los factores, en tanto una reforma monetaria y salarial necesariamente implica la introducción de nuevas y revolucionarias reglas para la banca y el mercado, lo que puede hacer emerger al mercado sumergido y semisumergido. Con el avance de la Tarea Ordenamiento, este mercado ilegal ha cobrado fuerza, se ha extendido y diversificado, debido a regulaciones y limitaciones a que está sometido el mercado legal, y a los fenómenos de especulación y corrupción, que se están entronizando en la sociedad.

Precisamente en la inestabilidad provocada por la incontrolable inflación, el galopante aumento de los precios de productos básicos -en especial de los alimentos-, la segmentación del mercado interno con la apertura desmedida de tiendas en MLC -desconociendo lo informado oficialmente por los ministerios involucrados-, el desabastecimiento, la clausura de comercios en CUP para la venta de insumos necesarios -plomería, electricidad, entre otros-, el fortalecimiento de la economía sumergida, la tendencia a la dolarización, los especuladores, las colas agotadoras, la creciente desigualdad, se encierran muchas de las causas del descontento.

La trayectoria de la Tarea Ordenamiento demuestra que las decisiones que involucren el futuro del país tienen que ser consultadas y socializadas de manera más efectiva, para evitar -como ha ocurrido- los frecuentes ajustes por decisiones técnicas, que no utilizan adecuadamente la satisfacción social como indicador de validez. Esta es, entre muchas, una de las enseñanzas que trasciende del colapso de los experimentos socialistas en Europa del Este y la URSS, en el siglo XX.

Dirección política y administrativa de la sociedad

Este es un proceso abarcador en el que un papel central le corresponde a la nueva dirección política del país, encargada de dar continuidad a la obra fundada por la generación histórica, con estilos y métodos propios que le permita llevar adelante la actividad política cotidiana.

En esta esfera existe un acumulado de experiencias favorables, pero también de insuficiencias y problemas que urgen resolver, entre los que están:

Ø  la inoperancia de las instituciones del Poder Popular y de Organismos de la Administración Central del Estado en brindar soluciones a los problemas más acuciantes de comunidades y barrios, lo que se puso en evidencia recientemente.

Ø  el insuficiente conocimiento, por parte de dirigentes comunitarios y provinciales, de las características históricas, culturales y sociales del territorio, donde gobiernan o administran, lo que limita la efectividad y eficiencia en el despliegue de sus funciones.

Ø  el deterioro de competencias y sensibilidad de no pocos cuadros -con particular impacto en provincias y municipios-, quienes se concentran más en las tareas que les "bajan" que, en hacer política en sus territorios y ser reconocidos como líderes por los dirigidos.

Ø  la insuficiente vinculación de algunos dirigentes políticos y administrativos con el pueblo para conocer sus necesidades e intereses, así como desarrollar la labor educativa, de información y comunicación inherente a su responsabilidad.

Ø  la inercia y pasividad de las organizaciones de masas (FMC y CDR) ante los problemas reales de las comunidades y los barrios.

Ø  la realización de visitas que se anuncian previamente, donde se muestra siempre lo mejor y se encubren las posibles insuficiencias y problemas.

Ø  la disminución a todos los niveles -aun antes de la pandemia- de las rendiciones de cuentas, su frecuencia, exigencia y efectividad.

Ø  la demora o ausencia de respuesta de los que dirigen las entidades públicas ante las demandas y problemas planteados por la población.

Por otra parte, la dinámica política que se observa actualmente en los territorios indica que la delegación de autoridad y mandato a los municipios no garantiza el éxito de la descentralización de las funciones estatales y gubernamentales a ese nivel. Esa transformación, relevante para la vida cotidiana de la sociedad, entraña importantes retos, que demandan, entre otras acciones, una intensa e integral preparación de los profesionales que asumirán las diferentes responsabilidades, unido a su conducta ética y ejemplaridad.

Además, las asambleas de circunscripción deben transformarse en espacios de intercambio de ideas, de compromisos, formulación de propuestas y toma de decisiones sobre la distribución y utilización de los recursos, que contribuya a erradicar la práctica del asistencialismo como método para solucionar los problemas.

Comunicación social y participación ciudadana 

La comunicación social constituye uno de los pilares básicos en el funcionamiento democrático de la sociedad. En este ámbito, no obstante las políticas, planes y acciones encaminadas, no se logra consolidar la estrategia trazada para la comunicación social, que sigue siendo poco eficaz. 

Ø  En las actuales circunstancias, por ejemplo, las reuniones y noticias se divulgan en todos los medios, pero se carece de especialización, de la necesaria interacción y retroalimentación del emisor con los públicos, de los dirigentes y los dirigidos.

Ø  A la prensa cubana le sigue faltando la imprescindible inmediatez, que provoca que el ciudadano acuda a las redes y fuentes extranjeras para informarse sobre asuntos de su realidad nacional.

En materia de comunicación conocemos que el Presidente de la República mantiene un diálogo franco y abierto con representantes de diferentes sectores de la sociedad cubana. Además, ha convocado a los intercambios con colectivos laborales, vecinos de comunidades y barrios, grupos de estudiantes, artistas, los que están en la agenda de trabajo de dirigentes políticos y administrativos durante las visitas que realizan a diferentes territorios y colectivos del país. No obstante, esta debe ser una práctica sistemática, inherente al funcionamiento de las diferentes instituciones del sistema político en todos sus niveles, lo que permitiría ensanchar y fortalecer los canales para la participación de todos los que, aun cuando difieran en determinados enfoques, se sientan comprometidos con el proyecto de país que defiende la Revolución.

 Sobre las medidas y acciones

Ø  Enfrentar el bloqueo con una actitud proactiva, preventiva, resiliente y adaptativa (blindaje) de sus impactos e impulsar y consolidar, sin dilaciones innecesarias, todo aquello que no pueda impedir, promoviendo la productividad y la eficiencia.

Ø  Denunciar sin descanso las violaciones flagrantes de las normas internacionales y las implicaciones extraterritoriales de la política de bloqueo.

Ø  Documentar eficazmente ante nuestra sociedad, los hechos que evidencian al bloqueo y sus nefastos impactos.

Ø  Identificar, prever y reducir o eliminar las vulnerabilidades y riesgos que aún existen en el enfrentamiento a la pandemia de COVID-19, y que permita estar preparados para afrontar similares situaciones epidemiológicas en el futuro.

Ø  Diagnosticar y enfrentar crítica y valientemente las problemáticas existentes en los sistemas de salud y educación (prestar atención particular a la enseñanza de la historia y a la formación cívica de los estudiantes).

Ø  Trabajar con urgencia por la excelencia en la educación e instrucción, tarea de toda la sociedad, la familia y la escuela. Dignificar al maestro y al profesor resulta imprescindible.

Ø  Continuar y perfeccionar la educación para adultos, la capacitación de obreros y campesinos, así como del personal técnico en todas las esferas de la economía y la sociedad.

Ø  Impulsar el diálogo político con todos los componentes de la sociedad, en intercambio franco y abierto de criterios, ideas y propuestas de soluciones.

Ø  Promover las sinergias del desarrollo de Cuba, desde cada territorio, con una profunda transformación de los actores económicos y de las capacidades productivas de cada rincón del país.

Ø  Potenciar al sector empresarial público y privado, para que transite por los caminos de la ciencia y la innovación tecnológica, haciendo realidad el potencial creativo de la obra educacional y cultural de la Revolución, con marcado énfasis en la productividad y la eficiencia, con aportes concretos al desarrollo del país y al bienestar de la población.

Ø  Renovar y actualizar el lenguaje de comunicación, sobre todo hacia los más jóvenes. Sistematizar los mensajes individuales de artistas, trabajadores por cuenta propia, científicos y otros sobre las afectaciones y los impactos del bloqueo.

Ø  Transformar el papel de los Delegados y los Diputados, con una mayor sensibilidad y actividad hacia los ciudadanos y desde las comunidades y barrios, con más resultados útiles y mayor eficacia en su trabajo.

Ø  Revitalizar y fortalecer el movimiento de los trabajadores sociales, asignándoles tareas concretas en las comunidades, que estén en correspondencia con sus capacidades y posibilidades.

Ø  Brindar una mayor atención, prioridad y sistematicidad a la situación de la vivienda, en particular lo referente a la eliminación definitiva de los albergues o lugares de tránsito, donde se producen manifestaciones de ilegalidad, alteraciones sociales, proliferan las malas actitudes y los comportamientos indecentes.

Ø  Lograr que la informatización de la sociedad llegue a los barrios y a los hogares, acercar la información a las personas, empleando diversas vías de divulgación como carteles, llamadas telefónicas, mensajes a través de los CDR y la FMC.

Ø  Destacar los logros de la obra de la Revolución, mediante estudios comparativos con otros países y entre las diferentes etapas de nuestro proceso, en materia de educación, salud, cultura, ciencia, deportes, medio ambiente, seguridad social y otras esferas.

Ø  Implementar formas creativas de contacto e intercambio con los electores y la población por parte de los Diputados, Delegados y dirigentes de base de las organizaciones de masas, tomando en consideración las actuales circunstancias de la pandemia y el necesario distanciamiento físico y social.

Ø  Promover la solidaridad, el amor, el respeto, la decencia, la educación formal, entre todos en las comunidades y barrios. Al mismo tiempo combatir los valores negativos de egoísmo, vanidad, desidia, oportunismo y otros.

Ø  Transmitir, sin fallos, ni dogmas, de forma científica, atractiva, efectiva y a la medida de la cultura y diversidad del pueblo cubano, las verdades profundas, las ideas justas y las ventajas esenciales del socialismo próspero y sostenible que pretendemos construir.

Ø  Completar, profundizar y perfeccionar los cambios que se vienen realizando en el país a partir de la aprobación de la nueva constitución: descentralización del gobierno y la economía, el fortalecimiento del poder judicial, la creación de empresas diversas, la separación conceptual de la propiedad y la gestión en las entidades civiles de producción y servicios, el ordenamiento monetario, la inserción del conocimiento científico innovador en el centro de la conducción del país en todas las esferas y niveles.

Ø  Implementar un sistema de planificación renovado y realista, dando valor libre a un mercado abarcador que, aunque esté semisumergido, inevitablemente existe en el país para todos los intercambios de valor entre los ciudadanos. Solo así puede convertirse en transparente para poder interactuar con él, regularlo y reducir al mínimo la corrupción hoy campeante. 

Ø  Basar la gestión estatal en herramientas fiscales modernas, a partir de un dinero con capacidad liberatoria ilimitada, incluyendo su cambio con divisas extranjeras.

Ø  Reducir o incluso eliminar la “formación de precios” artificial en cualquier nivel de la economía, lo cual debe ser excepcional cuando se justifique en muy contados renglones estratégicos.

Ø  Promover que la designación de un dirigente gestor y decisor en cualquier escenario de interés público y político tenga en cuenta primordialmente su liderazgo, cultura, capacidad de innovación, iniciativa y su historial de promoción del éxito.

Ø  Hacer sentir a los ciudadanos, mediante acciones y hechos concretos, que sus reclamos son escuchados y se atienden consecuente y sistemáticamente, en lo que puede contribuir, la utilización de la satisfacción ciudadana como criterio de efectividad de la gestión de los servidores públicos.

 Consejo Científico Sociedad Económica de Amigos del País

31 de agosto de 2021


1 Carta dirigida a su amigo José Dolores Poyo, desde Nueva York, firmada el 5 de diciembre de 1891.

2 En el artículo 56 de la Constitución de la República de Cuba, aprobada en referendo el 24 de febrero de 2019 se plantea: Los derechos de reunión, manifestación y asociación, con fines lícitos y pacíficos, se reconocen por el Estado siempre que se ejerzan con respeto al orden público y el acatamiento a las preceptivas establecidas en la ley.