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domingo, 7 de noviembre de 2021

Excelente reflexión de Silvio Rodríguez que comparto:

Por Silvio Rodríguez

La estrategia de Obama para mí siempre estuvo clara: “no le combatas, acércate a tu enemigo e inflúyelo”. Podremos ponerle los epítetos que queramos, pero sin dudas fue la política más pacífica, la menos cruenta de todos los presidentes norteamericanos que nos tocaron después de 1959. Por otra parte, de la misma forma que becar y hospedar en casas de personas de nivel medio, en los Estados Unidos, puede hacer pensar diferente a un joven que desde niño solo conoce nuestra realidad –de ventajas sociales y carencias materiales–, visitar a Cuba, para un joven norteamericano, puede significar un gran cambio de mentalidad respecto a lo que desde niño oyó y leyó sobre nosotros.

Por eso siempre he dicho que, en el intercambio de influencias pueblo a pueblo, teníamos las de ganar. El porqué es sencillo. Por nuestra parte siempre hemos sabido que en los Estados Unidos materialmente se vive mucho mejor que en Cuba. En tal sentido no hay sorpresas para el ciudadano nuestro que pase por allá. Pero para los que sí habría sorpresas, y muchas, sería para los ciudadanos norteamericanos, cuando descubrieran la calidad solidaria de nuestro pueblo, a pesar de sus carencias. Y no iban a tener que leer editoriales que pululan en nuestra prensa, escrita o televisiva; bastaría vivir un poco entre nosotros para enterarse de los efectos del bloqueo al que sus dirigentes nos someten desde hace más de seis décadas.

La CIA, la USAID, Soros y el copón bendito anglosajón saben eso, y se lo vienen advirtiendo a todos los presidentes norteamericanos: si nos abrimos con Cuba, la perdemos. Los primeros que lo saben son los ultraderechosos políticos de la Florida, herederos de los esbirros de Batista. Por eso han creado el monstruo propagandístico que re-edita, generación tras generación, una feroz ideología anticastrista, hija del anticomunismo macarthista. Este monstruo, alimentado durante 6 décadas, ya es un factor electoral a veces determinante, como se ha comprobado. Por todo esto se recrudecen las presiones a Cuba. Mucho más cuando, a pesar de nuestra lamentable realidad económica, somos el único país del tercer mundo que ha creado sus propias vacunas contra la Covid-19.

Respecto a nuestra realidad interna, siempre he dicho que no fuimos lo que íbamos a ser, fuera eso lo que fuera, sino lo que el conglomerado de presiones externas y capacidades propias nos ha permitido.

No tiene sentido llorar o lamentarse. La realidad es la realidad. Y si la queremos mejor no se puede empezar ignorándola o sacando conclusiones parciales. La justicia social, la ejemplaridad moral y cívica también pasa por comprender y asumir lo que genera lo complejo. No olvidemos el resultado de las presiones y/o represiones que atentan contra la impaciencia –virtud o defecto, según desde dónde se mire–. Hace 62 años que los más poderosos pretenden asfixiarnos. La mejor razón para tomar distancia de todo lo inhumano.

7 de noviembre de 2021, 10:28

Modelación de procesos sociales: arma principal del enemigo


El tema está situado en el campo de la Simulación Social (llamada SIM-SOC.) Una disciplina que hace algunos años se enseña en muchas universidades de países del norte y del sur. Se trata de un híbrido entre las matemáticas, las técnicas de computación y las ciencias del comportamiento –principalmente Sociología y Psicología, entre otras–. Su objetivo es modelar y someter, mediante regulación, los procesos sociales, seleccionando previamente un conjunto de variables. Lo aplican tanto a la previsión de las crisis financieras como a las epidemias y otros procesos sociales. Si Ud. entra en Google, va a encontrar no pocas fuentes bibliográficas en inglés, alemán y algo en español.

La asignatura SIM-SOC comienza a impartirse en las universidades españolas en 2012. Incluso pueden encontrarse videos en You Tube sobre Ingeniería Social, que es otra denominación para lo mismo. Fue lo que aplicaron el 11 de julio y les salió bien. Hay que estar ciego para no verlo. Lo hicieron también con el presidente, en la CELAC. Algún tiempo antes, los operadores orientaron a Lacalle Pou que se aprendiera las estrofas de Patria y Vida. Unos días antes de la CELAC, Claver Carone, presidente del BID, puesto por Trump, se reunió con los presidentes de Uruguay y Paraguay, y otorgó créditos millonarios a ambos jefes de estado. Ya circulan por YouTube videos que denuncian, con los datos correspondientes, sobre el evidente soborno (ver la emisión del Youtuber argentino o mejicano del canal denominado El Chapucero).

Todo programado y bien pensado, y nosotros detrás del madero. La subestimación de la sociología y la psicología la heredamos de la politología soviética, según la cual eran ciencias burguesas, igual que la cibernética, y que por lo tanto no había que estudiarlas ni priorizar su desarrollo. Sin embargo, son ciencias decisivas para lograr un nivel satisfactorio en los niveles de gobernabilidad y la eficiencia del buen gobierno. El enemigo preparó un paro (fallido) el 12 de octubre (era un pilotaje para probar fuerzas, recoger datos y modelar lo del 15 de noviembre). Expertos de alto nivel en ciencias sociales están monitoreando todo esto. Dejan muy poco a la casualidad.

Algunos recordarán cuando, en etapa previa a la administración de Obama, la oficina de intereses de USA repartió planillas entre los estudiantes de la universidad para pasar cursos en universidades norteamericanas. Fueron unos cuantos autorizados y otros que no. Al regreso hablé con algunos de ellos. Pregunté sobre el contenido. Nada de Marketing, ni de las ventajas del capitalismo. Los alojaron en casas de familias norteamericanas media alta. A los hijos de los médicos en casa de médicos, para que vieran el nivel de vida de un galeno yanqui. El entrenamiento fue sobre liderazgo. También un proceso bien modelado; aprenden las técnicas para influir en el comportamiento de otros, el debate y el intercambio de ideas.

Son muchos los países que tienen centros de desarrollo para líderes. Nosotros no le hacemos mucho caso a eso; son “técnicas capitalistas que dañan la mente de las personas”. Pero eso mismo le enseñaron los jesuitas a Fidel cuando lo incorporaron al entrenamiento en el club de oratoria y debates del colegio de Belén, desde tercer año de bachillerato. Dentro de Cuba hay unos cuantos preparados allá con esas técnicas. Me pregunto cuántas de estas semillas tóxicas tienen sembradas en la sociedad cubana y cuantos participaron en la preparación del 11 de julio. No intento explicar el 11j a partir de que todos los participantes estaban manipulados. Probablemente estos eran una minoría y muchos fueron espontáneos. Sería una simplificación de mi parte.

Si analizamos el evento con este enfoque, se pueden Identificar 14 variables (*). Cuatro de ellas del entorno. Como ya algunos han señalado, la presión mediática del enemigo por las redes de una parte y de otra la desidia, ineptitud e indiferencia de no pocos directivos territoriales, que es también una variable que ellos monitorean. Hay que añadir, en nuestro caso, el stress sostenido por la pandemia, las colas y los apagones. Todo ello funcionó como una caja de resonancia para los disturbios. Una tormenta perfecta.

En la sección de Granma Cartas a la dirección, cada 6 meses publican una lista de las entidades que no se dignan a contestar las quejas de los ciudadanos. Son unas 25 cada semestre, de las cuales más de la mitad son los gobiernos territoriales. Así durante años. Hubo un efecto acumulativo de indiferencia gubernamental. Recuerdo ahora una conocida historia plena de sabiduría china. Cuenta que el emperador designó un ministro para que atendiera las quejas de los ciudadanos. A los pocos días fue el ministro el que se quejó al emperador: “No tiene sentido mi trabajo”, le dijo, “no podemos resolverles sus problemas”. A lo que el emperador contestó: ¨No te puse para que resolvieras sus problemas; ellos necesitan ser escuchados y eso ya es bastante”.

A todo esto, hay que sumar nuestro macro error: la demora por lo que teníamos que haber comenzado hace 10 años. Si lo hubiéramos terminado, nuestra situación sería otra. Pero no tiene sentido seguirlo mencionando; hay que pasar página y concéntranos en los desafíos que tenemos por delante.

Hace años, navegando por Internet, encontré inesperadamente unas declaraciones de la actriz francesa Catherine Deneuve contra Cuba. Al rato otra del Harvey Keitel, un protagonista del padrino, repitiendo lo mismo. Poco después encontré el dato que explicaba el hecho. Resulta que los extremistas de Miami habían recibido apoyo financiero para contratar una importante empresa publicitaria neoyorkina, para que armara una campaña de descrédito contra Cuba (lo que debiera investigarse al detalle). Es decir, personal científico especializado. El redactor de la nota acotaba que era un hecho sin precedentes. Nunca antes se había contratado una agencia publicitaria para desprestigiar un país. Cambiaron la promoción de jabones y perfumes por el envenenamiento de la opinión publica contra Cuba. Pues en eso llevan décadas y lo han seguido haciendo. Todo se basa en el uso intensivo de las ciencias del comportamiento, las que tienen que ver con las complicadas interacciones entre las ideas y los sentimientos humanos. Cambridge Analitical y el Big Data.

Esta vez tienen una modelación bien estructurada para regular el desarrollo de la marcha con el enfoque de jaque doble. Si el gobierno dice que no –que es lo que ellos esperan y desean– ya está preparada cuidadosamente la macro-campaña mundial, para aprovecharla al máximo. Probablemente tienen ya los titulares y los artículos de opinión de decenas de periódicos de varios países. Si el gobierno dice que sí, también tienen otra campaña igualmente elaborada, con las imágenes que necesitan, incluso con gente con mochilas llenas de piedras para ejercer violencia y provocar la intervención de la policía. Es una emboscada.

Recuerdo que Fidel señaló en una ocasión, con mucho tacto, como una de las limitaciones del Che, que no valorara la importancia del papel de la astucia en la confrontación con el enemigo. El rigor de su ética espartana se lo impedía. Sin embargo, la astucia es un decisivo componente táctico en la guerra. Y en eso estamos: en una guerra con todas las de la ley, y hay que utilizar todos los resortes.

Si me pidieran una breve definición de la astucia, diría que es engañar sin mentir. Es lo que hacía Máximo Gómez por las noches, rodeado por un pequeño grupo de soldados, cuando mandaba a encender decenas de fogatas para que el enemigo creyera que eran cientos. También hacía como que iba para un lado e iba para otro, siempre haciendo lo que no se esperaba. Fidel lo hizo muchas veces. El enemigo, repito, tiende una emboscada para la marcha de noviembre. No se trata de que nuestro gobierno no intentara regular la situación en julio. Lo hizo cuando dio la orden de no disparar, e incluso recogió las armas. Pocos países harían esto de dejar indefensos a los custodios de la seguridad pública. Sin embargo, algo falló. Un agente policial perdió el control y disparó sobre la manifestación. Lograron lo que querían: un cadáver. Ya lo tienen, y unos cuantos heridos. No obedeció la orden y su actitud nos ha ocasionado no poco daño. La posterior declaración de la Unión Europea lo aprovechó al máximo.

Necesitamos aprender a modelar de manera integral; no basta hacerlo solo con variables restringidas. El dilema para la dirección cubana no es sencillo sino muy complicado. Aquí la tozudez, la arrogancia y el temor a parecer débiles no son buenos consejeros. Es un asunto del poder inteligente: no hacer lo que ellos esperan. Un tema de creatividad y astucia: romper las reglas, hacer algo distinto, inesperado.

La zona escogida para la manifestación, el Prado y El Capitolio, es zona aledaña a sectores vulnerables, con personas irritadas. Muchos se incorporarían para seguir una agenda propia. Eso lo tienen pensado los manifestantes. Lo programan con seis semanas, vista para preparar la opinión internacional. El mundo nos estará mirando ese lunes 15 de noviembre. El enemigo está apurado e intenta forzar el desenlace. Sabe que la vacunación avanza y dará resultados. Se abrirá el turismo y venderemos millones de vacunas cubanas. Y de nuevo nos escaparemos. Estamos contra reloj y el tiempo huye.

Seguro podemos esperar que la dirección del país disponga de un laboratorio de pensamiento –con las personas adecuadas– para enfrentar este nuevo reto, para encontrar una variante que descoloque al enemigo.
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(*) Con motivo de los sucesos del 11 de julio redacté una memoria técnica, que es un texto no exactamente de opinión sino una densa y cargada síntesis sobre la modelación social, con enfoque científico, no apropiado para el perfil de Segunda Cita, que se publicará en las redes la semana próxima. Si a alguien le interesa, envío el link

Díaz-Canel en La Lisa: Hay una capacidad incalculable en nosotros mismos (+Video)

 Con la presencia del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, sesionó este sábado la Asamblea de Balance partidista del municipio capitalino de La Lisa

Asamblea de Balance partidista del municipio capitalino de La Lisa Foto: Estudios Revolución

«El mejor trabajo que vamos a hacer es darle continuidad a esta asamblea», dijo en la tarde de este sábado el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en los momentos finales de la Asamblea de Balance partidista del municipio capitalino de La Lisa.

En el Complejo Científico Ortopédico Internacional «Frank País», que sirvió de sede a la reunión y que está enclavado en el territorio, el Jefe de Estado compartió esa expresión, de la que a todas luces se desprendía una valoración acerca de cómo transcurrió la Asamblea: fue un encuentro excelente, que hizo radiografía a un municipio del cual hay mucho que contar, y que gravita con mucha fuerza en los destinos de La Habana y hasta del país.

En la Asamblea que forma parte del proceso de balance del Partido Comunista de Cuba (PCC) a niveles distrital, municipal y provincial —proceso que busca pulsar cómo se van implementando las ideas, conceptos y directrices que emanaron del 8vo Congreso partidista—, Alain Delcourt López, primer secretario del Comité Municipal del PCC en La Lisa, habló a los presentes sobre una «manera crítica» para mirar lo que se va haciendo.

Hizo tal énfasis mientras exponía ideas esenciales del Informe Central en la reunión, a la cual solo faltó una militante de todos los que debían estar presentes, por encontrarse enferma de la COVID-19. Fue esa intervención el punto de partida para un fructífero encuentro que contó desde la presidencia con Roberto Morales Ojeda, Miembro del Buró Político y Secretario de Organización y Política de Cuadros del Comité Central del Partido Comunista; con Humberto Camilo Hernández Suárez, jefe del departamento de Organización y Política de Cuadros del Comité Central del PCC; con Luis Antonio Torres Iríbar, Primer Secretario del Partido en la capital; y con el Gobernador de La Habana, Reinaldo García Zapata, entre otras autoridades. 

Asamblea de Balance partidista del municipio capitalino de La Lisa Foto: Estudios Revolución

Casi comenzando su intervención acerca de la organización política que en el municipio consta de 377 estructuras de base, Alain Delcourt López hizo una mención especial, de agradecimiento, «hacia todos los que combatieron en los diferentes frentes contra la pandemia: médicos, enfermeras, personal de salud, de manera particular científicos y trabajadores de los laboratorios de medicamentos, que sin descanso y con una confianza infinita en la victoria, sacaron adelante nuestras vacunas y la vida de los cubanos».

Después habló de la vida interna de la organización de vanguardia, de la batalla en los frentes de la economía y del trabajo ideológico, de tareas como la labor de transformación integral que se acomete en los seis barrios del municipio que presentan mayor complejidad, del escenario tan desafiante que vive Cuba, y de los retos por venir. Pero todos en la Asamblea entendieron hasta la última letra qué significa hablar, desde La Lisa, de haber sacado adelante la vida de los cubanos.

Quedó claro como el agua cuando Yadián Guillermo Pérez Betancourt, secretario del Comité del Partido en la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), hizo uso de la palabra para recordar que con ese centro, idea de Fidel, podrá seguir contando la Revolución, como mismo pudo hacerlo en estos tiempos de COVID-19, cuando en sus recintos fueron atendidos decenas de miles de pacientes, algo que fue posible por la entrega de miles de universitarios, quienes donaron sangre y se fueron a jornadas productivas. Desde luego, como dijo Yadián, la urgencia de estos tiempos no ha desdibujado el compromiso de «aportar al desarrollo del país desde la informatización, de dar a la sociedad profesionales más comprometidos».

A partir de la intervención de Yadián, el Presidente Díaz-Canel subrayó que la UCI constituye una fortaleza para el país, para la provincia y para el municipio donde se encuentra; tiene —razonó— un papel muy importante en todo el proceso de informatización de Cuba, en la transformación digital de la que ya se habla.

El Primer Secretario del Comité Central del PCC pidió a quienes forman parte del universo de la UCI, donde por esencia la innovación es una premisa, «mayor presencia en el desarrollo territorial de La Lisa, en varias dimensiones», para así desarrollar el propósito de la autonomía municipal.

El municipio tiene un sector del conocimiento fuerte —expresó Díaz-Canel—; hay que establecer interconexiones entre ese ámbito y el sector productivo de bienes y servicios, y que todo apunte al desarrollo local. «Si ustedes son capaces de gestionar eso desde el Partido, la Lisa se puede convertir en un municipio de referencia, y vale la pena hacerlo».

A los militantes el mandatario les comentó: «Pensando un poco y soñando, propónganse convertirse en municipio inteligente, en ciudad inteligente, a partir del apoyo de la UCI».

Asamblea de Balance partidista del municipio capitalino de La Lisa Foto: Estudios Revolución

Se sumaron otras intervenciones, como la de Antonio Vallín García, director general de Laboratorios AICA, entidad que ha garantizado productos como el Nasalferón (gotas nasales contra la COVID-19), o la vacuna Abadala; que ha logrado rescatar procesos productivos, y ha estabilizado con solidez su fuerza laboral.

Las conductas pueden ser modificadas, los pasados complejos puede ser superados cuando se ponen corazón y ganas al empeño, afirmó Vallín. Y en ese tono se expresaron quienes iban haciendo uso de la palabra y daban fe de cómo técnicos en refrigeración y calderas se pusieron en función de hospitales y de centros científicos, de cómo las soluciones iban de un lugar a otro, con encadenamientos del saber.

De la saga heroica del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK); del trabajo desplegado con los jóvenes en el Hospital Frank País –y de cómo ese trabajo no puede perderse porque es la continuidad—; del Centro de Estudios Avanzados de Cuba (CEA) —allí, en ese mundo de la nanotecnología, donde el 70 por ciento de los trabajadores son jóvenes—; del esfuerzo en las comunidades; de temas tan importantes se habló en la Asamblea. Y todo parecía llevar a conceptos como el expresado por el dirigente partidista Alain Delcourt López: «La Revolución es todos los días, todos los días hacemos cosas lindas en el territorio, lo que hay que hacer es ponerle intencionalidad».

Cuando se hizo referencia a la tarea vital de producir alimentos, Luis Antonio Torres Iríbar subrayó el valor de acrecentar el encadenamiento de los actores productivos. El país necesita como nunca, afirmó, que la militancia esté en la vanguardia, asumiendo cada proceso, haciendo viable cada idea, estremeciendo, por ejemplo, a la Empresa Estatal Socialista. «Este es el tiempo de los leales, es el tiempo en que tenemos que entregarnos en cuerpo y alma a lo que se dijo en II Pleno del Comité Central, y en el 8vo Congreso».

 Diálogo cristalino, y otras verdades necesarias

—Háblame de cómo está la batalla de los precios, de la insatisfacción que tiene nuestra población con los precios de los productos. ¿Cuál es tu criterio sobre eso? ¿Cuánto te cuesta producir el quintal de guayaba?, preguntó el Presidente a un productor agrícola. Y ese fue el comienzo de una interacción magnífica en la cual salieron a la luz verdades que tienen que ver con la tierra, con lo que ella da, y con la importancia de transformar realidades de la comercialización.

Alguien pidió un fuerte aplauso para los campesinos de La Lisa, quienes se preguntaron en un momento muy crítico cómo producir para los más golpeados por la COVID-19. Y dio gusto el intercambio de Fernando, un consagrado productor, con el Presidente Díaz-Canel: «Pueden ir a mi finca que siempre me verán trabajando —dijo el primero—. Cada vez que yo produzco un mango me siento feliz aunque lo regale. Hay que pensar en el pueblo, en cuánto le va a costar ese mango al pueblo».

«En todas las intervenciones hay una claridad de lo que acordó el Congreso», valoró hacia el final de la Asamblea Roberto Morales Ojeda, quien hizo hincapié en que las principales misiones del Partido son la batalla económica, la lucha por la paz, y la misión ideológica. «Existe una capacidad incalculable en la generación de soluciones», dijo. Y destacó ideas como la importancia de la vida interna de la organización, que el Partido único sea cada día más democrático y más participativo, que el trabajo político ideológico genere sentimientos, emociones, y compromiso.

La Asamblea de Balance no concluye, apuntó Ojeda, pues vendrán días de seguir implementando lo acordado en el 8vo Congreso del PCC, y de encuentros de la máxima dirección del Partido con la militancia del país, para abarcar a todos los sectores de la sociedad.

La de este sábado fue una asamblea que deja ganas de seguir trabajando, y de hacerlo martianamente, como expresó Alain Delcourt López —quien fue ratificado por unanimidad como primer secretario del PCC en La Lisa—: cada cual haga bien lo que le toca, y así la obra será invencible.



https://www.youtube.com/watch?v=zaJU291pfKM


Cuba: el pueblo retoma la iniciativa

 Por Nils Castro *

Los imprevistos incidentes de descontento del 11 de julio de 2021 le dieron al liderazgo cubano la oportunidad de pasar a la ofensiva con una de las cualidades básicas de la Revolución: la capacidad de multiplicar diálogos con el pueblo y estimular su participación, en cada sector y comunidad, para acometer la solución a sus problemas. Entendiendo este sujeto ‑‑“si de lucha se trata”‑‑ en el sentido a la vez plural e integrador con que La historia me absolverá precisó su concepto de pueblo. Sentido que mantiene toda la certidumbre y convicción que le dieron origen.[1]

Sabemos que tales disgustos son secuela de la abrumadora acumulación de daños ‑‑materiales y psicológicos‑‑ infligidos por más de 60 años de hostilidad y bloqueo económico recrudecidos por los gobiernos de Washington contra la nación y el pueblo cubanos, daños además agravados por los efectos de la pandemia de covid 19. Acumulación de malestar e inconformidades que ahora ha sido metódicamente redirigida a orquestar, en algunos nichos urbanos, un brote de acciones depredadoras concebidas para ensamblar un espectáculo contrarrevolucionario mayor. Una operación compleja y costosa que, obviamente, aún no ha concluido.[2]

Probablemente, de haberse mantenido un trabajo institucional y político participativo en tales nichos, esa manipulación de las insatisfacciones no hubiera podido levantar vuelo. Es decir, a su incubación también contribuyó cierto rebrote, entre las filas revolucionarias, de un estilo de trabajo ­­contaminado de autosuficiencia política, insensibilidad burocrática o letargo ante el cambio de las necesidades y talante sociales. Vicios proclives al inmovilismo que la Revolución fidelista ya antes enfrentó desde 1986 con su “proceso de rectificación de errores y tendencias negativas” y, desde 1998 a través de la “Batalla de Ideas”, que actualmente dan bríos a las grandes transformaciones de estructura y métodos de gestión que esa Revolución viene impulsando.

Dinamizar instrumentos idóneos

No para resolver esta coyuntura, sino para ir más allá y renovar esas rectificaciones y robustecer estas transformaciones, es preciso volver a los barrios, afirma el Presidente Miguel Díaz Canel. Y no para intervenir en ellos, sino a reanimar y relanzar prácticas y experiencias que ya han probado su valía. Para esto lo esencial es escuchar los planteamientos de la gente, de los actores que están en el barrio. Porque de ellos debe salir el diagnóstico, las propuestas, las ideas ‑‑como también las insatisfacciones‑‑, para apoyar proyectos que de verdad ayuden a solucionar problemas e instisfacciones de las comunidades, las familias y las personas, lo que nos permitirá articular eficazmente los conceptos de participación y democracia.

Con esa perspectiva, Diaz Canel señala que ahora lo importante es extender este modo de hacer a todo el país, “teniendo en cuenta las características de cada provincia y cada territorio”. Al respecto, destaca la importancia de potenciar en esa dirección el papel de las Asambleas Municipales del Poder Popular, y de su presidente en cada municipio, porque esa es la estructura fundamental del Estado y del Gobierno cubanos.[3]

Debemos fortalecer en ese sentido los municipios y el papel de las asambleas municipales, puntualiza Salvador Valdés Mesa, Vicepresidente de la República. Dinamizar el funcionamiento de las asambleas municipales, de sus comisiones y de los consejos populares, y respaldar las acciones de los delegados de cada circunscripción, como vínculos permanentes con la población en sus barrios y comunidades, añade Ana María Machado, vicepresidente del parlamento. Porque “el delegado es el pilar del Poder Popular, del sistema político cubano, de la Revolución en la comunidad. De ahí la importancia de acompañar y respaldar su labor, su vínculo permanente con la población”, enfatiza Homero Acosta, secretario del legislativo cubano.[4]

La fuerza de trabajo: su reposición

Un concepto básico del pensamiento marxista que debe dar sentido a “este modo de hacer”, que Díaz Canel llama a extender a todo el país, es el relativo al trabajo, la fuerza de trabajo, su producto y valor, y su necesaria reposición. Vale recordar, resumidamente, lo que Carlos Marx señala en las páginas iniciales del primer tomo de El capital, y sus implicaciones para el asunto que aquí nos ocupa.

La capacidad o fuerza de trabajo, dice, es el conjunto de facultades físicas e intelectuales que una persona pone en acción para crear un producto, el cual tiene valor de uso en tanto resuelve una necesidad. En la respectiva sociedad, ese producto además posee valor de cambio respecto a los productos elaborados por otras personas, con quienes es posible canjearlos. No obstante, los humanos elaboramos infinidad de productos diversos, y lo que hace posible establecer un mercado donde intercambiarlos no son las características de cada uno, que difieren, sino lo que todos ellos poseen en común: son productos de la fuerza de trabajo invertido en confeccionarlos.

Más exactamente, el tiempo de trabajo socialmente necesario invertido para elaborar un producto determina el valor que este tiene y, en consecuencia, la posibilidad de tasar las cuantías en que unos y otros productos pueden canjearse. No obstante, eso que nos permite estimar el valor del producto, no dice cuál es el valor de la fuerza de trabajo invertida en elaborarlo.

La fuerza de trabajo solo se hace efectiva por medio de su exteriorización: se plasma tan solo por medio del trabajo que la persona efectúa. Sin embargo, al cabo esa fuerza se agota por la fatiga física y mental que ello ocasiona, lo que exige reponerla, para reponer las energías y productividad del trabajador. Reponerlas es un proceso que tiene lugar en otro ámbito, usualmente el de la familia, en su barrio o comunidad. Por consiguiente, el valor de la fuerza de trabajo equivale al costo de la suma de los medios necesarios para sostener y reproducir la vida del trabajador y de su familia.

Una vida social y familiar satisfactoria es funcional para restaurar a diario la salud física, mental y laboral. Y las energías físicas, psicológicas e intelectuales que allí se recuperan, también son las requeridas para renovar las aptitudes indispensables para la sociabilidad, el desarrollo cultural y la creatividad, no solo para el trabajo eficiente. Lo que implica reconocer que la recuperación de la fuerza de trabajo no puede ser satisfactoria en condiciones familiares y vecinales disfuncionales.

La existencia humana es imposible sin actividades productivas, y por lo mismo tampoco es posible sin reponer la fuerza de trabajo requerida para sostener esas actividades. Al propio tiempo, las necesidades y expectativas de los trabajadores y de sus familias evolucionan a lo largo de la historia. El desarrollo cultural del país y de su pueblo genera demandas espirituales y técnicas progresivamente más complejas, que incrementan los costos de la reposición de la fuerza de trabajo mientras esta, a su vez, al adquirir mayor calificación cultural mejora su productividad.

Esto demanda precisar tres elementos del proceso: la naturaleza del descanso restaurador de la fuerza de trabajo; la naturaleza y papel de la familia, y de su ámbito; y el papel del complejo trabajo de las mujeres que “no trabajan”, quienes hacen posible el trabajo de los hombres, además de criar las siguientes generaciones de trabajadores.

No cabe rebajar a nivel animal el concepto de reposición de fuerza de trabajo: dormir, comer y haraganear. Como función humana, la reposición de la fuerza de trabajo incluye cambiar de quehaceres, actividades físicas y recreativas que contribuyan a eliminar estrés, convivencias donde disfrutar de relaciones e ideas, y retos cognitivos que estimulen aprendizajes y ayuden a sentirse renovado.

Su ámbito normal es la familia. En general, por familia entendemos un grupo estable constituido por personas de distintos sexos y edades, enlazadas por relaciones de parentesco por consanguineidad o afinidad, entre quienes hay una convivencia asidua y cierto ambiente de privacidad. Ahí tienen sitio cosas tan importantes como el mantenimiento personal, la reposición de la fuerza de trabajo, la socialización primaria de los niños y, con ello, la reproducción cultural de ese sector social, además de la procreación de las siguientes generaciones de trabajadores.[5]

Una situación familiar satisfactoria, en un entorno aceptable, son funcionales para restablecer a diario la salud física, mental y del trabajo. Y las energías físicas, psicológicas e intelectuales que allí se recuperan, son asimismo las requeridas para renovar las aptitudes humanas para la sociabilidad, el desarrollo cultural, la creatividad y la capacidad de innovar, no solo las necesarias para trabajar.[6]

Lo opuesto también es ostensible: cuando la situación familiar y su entorno comunitarios son disfuncionales, la reposición de la fuerza de trabajo tampoco puede resultar satisfactoria.

El barrio en su tinta

Las familias no viven en un nicho aislado, ni la recuperación de la fuerza de trabajo sucede fuera de un contexto. Existen, conviven y evolucionan en las comunidades y barrios donde residen. Estos son asentamientos estables que, como observa Díaz-Canel, con el tiempo han formado características materiales y socioculturales propias, que en sus áreas congregan poblaciones más heterogéneas que las reunidas en los grandes y medianos centros de trabajo. Lo que implica que tales colectividades deben abordarse con distintas formas y estilos de gestión y de política.

En general, el organizador básico de los centros laborales es el trabajo dirigido a determinados fines. Acopla a colaboradores en edad laboral, con pericias técnicas o profesionales afines o complementarias, organizados para realizar diversas tareas alineadas a obtener un propósito común. En la defensa de sus intereses y aspiraciones y en la lucha de clases, la organización histórica de estos trabajadores son los sindicatos y otras formas de asociarse como los gremios y colegios profesionales. Sus luchas pueden asumir grandes temas nacionales, pero pocas veces estos se vinculan a una población local.

En cambio, en los barrios cohabita gente de todas las edades, disímiles aptitudes y ocupaciones, no sujetas a tareas ni jefes comunes. En su espacio los mejores trabajadores y ciudadanos comparten el mismo entorno con las amas de casa, estudiantes, trabajadores eventuales, holgazanes y malandrines, aglomerados por n avecinamiento que suele haber derivado de su anterior nivel de ingresos, pero no de la articulación de sus labores.

En los centros de trabajo la organización física y ambiental están a cargo de la dirección administrativa. En el barrio, corresponden a las autoridades municipales y los propios vecinos, con el concurso de entidades dedicadas a eso (comercios locales, suministro eléctrico, agua y drenaje, bacheo, recolección de basura, etc.). Las organizaciones de los trabajadores, como las sindicales, son ajenas a ello. En la mayoría de los países latinoamericanos no es común encontrar organizaciones vecinales permanentes; sus inconformidades y demandas suelen aflorar a través de ocasionales protestas locales.

Para resolver los problemas y expectativas del ámbito barrial, reitera Díaz-Canel, es necesario “asumir como fortaleza la heterogeneidad de la sociedad cubana, y esto implica un trabajo político-ideológico diferenciado”. Se requiere robustecer los mecanismos de participación popular y fomentar el análisis crítico de la realidad; practicar la autocrítica y eliminar la complacencia. Asegurarse de que todas nuestras estructuras de trabajo escuchen, dialoguen, den respuestas y también soluciones, para renovar el trabajo en las comunidades, donde radica la base del apoyo a nuestra Revolución, tejiendo y desarrollando un proceso genuino, inclusivo, democrático y participativo.

Para esto, recalca, en los espacios municipales y comunitarios es esencial articular y promover formas participativas que contribuyan más eficazmente a identificar y atender las necesidades, insatisfacciones y prioridades de los ciudadanos.  Se requiere dirigir la gestión municipal a evitar y prevenir problemas en las comunidades, dejar atrás la tolerancia y las justificaciones, y desarrollar un verdadero y efectivo control popular.[7]

En los últimos tiempos la acción principal del Poder Popular se centró, a nivel nacional, en el copioso esfuerzo legislativo requerido para implementar las grandes transformaciones desarrolladas durante estos años. Sin embargo, ante el ímpetu que se quiere reimprimir al esfuerzo revolucionario en los barrios y comunidades donde vive la gente, no solo donde trabaja, es perentorio poner nuevo acento en el nivel municipal y local de ese Poder.

Necesitamos ahora un fortalecimiento integral de las estructuras de los municipios, así como del papel de las asambleas municipales y comunales del Poder Popular, como elementos esenciales de nuestro sistema político y como vínculo permanente con la población en los barrios y comunidades, destaca Salvador Valdés Mesa, vicepresidente de la República. En especial, se plantea la prioridad de fortalecer el papel de los delegados. Porque “el delegado es el pilar del Poder Popular, del sistema político cubano, de la Revolución en la comunidad. De ahí la importancia de acompañar y respaldar su labor, su vínculo permanente con la población”, afirma Homero Acosta, secretario del legislativo cubano.[8]

Una organización providencial

La Revolución cubana creó, desde sus inicios, una enorme organización de masas especialmente apta para asumir y dinamizar esos objetivos desde el seno de los barrios y comunidades, en todo el país: los Comités de Defensa de la Revolución. Organización integradora, representativa de los intereses, necesidades y expectativas locales de una sociedad nacional heterogénea y cambiante, los Comités, ‑‑hechura del mismo pueblo que los integra‑‑ son agrupaciones esencialmente participativas, democráticas y funcionales.

Aunque surgieron como masiva respuesta popular para derrotar la agresión contrarrevolucionaria de los primeros tiempos, los Comités de inmediato fueron más allá de cumplir ese rol. Porque su creación fue providencial: enseguida se movilizaron como instrumento de los vecinos de cada cuadra y rincón del país para asumir ‑‑sin esperar decisiones “de arriba” y con sus propios recursos‑‑ las demás prioridades locales: asegurar que los niños fuesen a la escuela y que se vacunaran, vigilar que el tendero cumpla las normas de distribución equitativa de lo que venda, organizar las campañas de higiene, saneamiento y hasta locales, ayudar en la reparación de viviendas, desagües, veredas y parques, solucionar discordias lugareñas, etc.

La Revolución, si de lucha se trata, no solo es una gran opción nacional‑liberadora y socialista, sino una responsabilidad ciudadana de muchos niveles, desde la estrategia nacional hasta las vicisitudes de cada morador en su vecindad. Los Comités no solo cumplieron su misión original, sino que a la vez satisficieron la aspiración común de darse un ámbito de convivencia donde no solo los trabajadores tienen participación, sino también los ancianos, los menores, los que trabajan por su cuenta, las amas de casa, los discapacitados físicos, y hasta los vecinos apolíticos dispuestos a ayudar a mejorar el entorno que comparten.

Esto es, satisficieron la expectativa de crear una inmensa agrupación integradora y expresiva de esa heterogénea mayoría que, en La Historia me absolverá, Fidel identificó como el pueblo cubano. Articulados desde sus propias bases, los Comités constituyen un espacio esencialmente democrático, participativo y funcional. La más idónea ante la prioridad de ahondar en las demandas y justas aspiraciones de la gente, precisamente en los barrios y comunidades, que hoy son escenario del debate político, tanto en Cuba como en las demás naciones latinoamericanas.

A los CDR, como lugar de confluencias y fuente de iniciativas para mejorar las condiciones de vida de sus comunidades ‑‑urbanas y rurales‑‑ y como fuerza que participa en su ejecución, les corresponde actuar como contraparte de la institucionalidad. No para asumir roles propios de los gobiernos locales, sino como plataformas ciudadanas ante las autoridades. Esto es, como promotores, actores y destinatarios de las transformaciones en curso para, junto con ellas, derrotar de nueva cuenta a una contrarrevolución ahora más ambigua y sofisticada.[9]

La próxima etapa

Obviamente, esta no es hora de pedirle al liderazgo de la Revolución cubana más de lo que la situación económica del país puede sostener. La suma de las consecuencias materiales y psicológicas acumuladas por más de medio siglo del bloqueo comercial y financiero que Washington le inflige a la Isla, más el flagelo de la pandemia, más el flagelo de la manipulación contrarrevolucionaria, es harto conocida. Ninguna otra nación ha resistido una agresión de tamañas magnitudes.

Sin embargo, lo que ya destaca en los barrios cubanos es una contraofensiva revolucionaria portadora de enormes y frescas energías éticas y populares. La iniciativa de reanimar las bases comunitarias del proceso de rectificaciones y nuevos desarrollos aprovechó en su justo momento la ocasión deparada por el alboroto de junio pasado. Pero ahora, al ampliar sus alcances, toca pensar su desarrollo a más largo plazo, que requerirá prever decisiones adicionales en las demás instancias del gobierno y el Estado.

El tronco siempre habrá de ser nuestro, como diría José Martí, pero el próximo futuro podrá enriquecerse al evaluar experiencias de otros países y procesos de liberación y revolución, en tanto se adecúan a las realidades cubanas. Al respecto, vale reseñar parte del artículo “Algunas cuestiones teóricas y prácticas sobre el socialismo y el camino al socialismo en Viet Nam”, del secretario general del Partido Comunista de ese país, Nguyen Phu Trong.[10]

Su autor explica que una característica importante de su orientación socialista es unificar la política económica con la política social; aumentar el crecimiento económico a la par de la realización del progreso y justicia social en cada paso, en todo el proceso de desarrollo. No esperar, dice, a que la economía alcance un alto nivel de desarrollo para realizar el progreso y justicia social, mucho menos “sacrificar” el progreso y la justicia sociales para perseguir un crecimiento económico. Al contrario, afirma, cada política económica debe orientar a objetivos de desarrollo social; cada política social debe tener como objetivo crear una fuerza impulsora para promover el desarrollo económico; estimular que el crecimiento legal debe ir de la mano de la erradicación del hambre y la reducción sostenible de la pobreza, el cuidado y atención de las personas con méritos relevantes en el servicio a la Patria y de las que se encuentran en circunstancias difíciles. Este es, afirma, un requisito de principio para garantizar un desarrollo sostenible y de orientación socialista.

Ciertamente, sabias sugerencias a la hora de proyectar a largo plazo la actual ofensiva de la Revolución de los barrios y comunidades en toda la Isla.  


[1].  “Nosotros llamamos pueblo si de lucha se trata, a los seiscientos mil cubanos que están sin trabajo deseando ganarse el pan honradamente sin tener que emigrar de su patria en busca de sustento; a los quinientos mil obreros del campo que habitan en los bohíos miserables, que trabajan cuatro meses al año y pasan hambre el resto compartiendo con sus hijos la miseria, que no tienen una pulgada de tierra para sembrar y cuya existencia debiera mover más a compasión si no hubiera tantos corazones de piedra; a los cuatrocientos mil obreros industriales y braceros cuyos retiros, todos, están desfalcados, cuyas conquistas les están arrebatando, cuyas viviendas son las infernales habitaciones de las cuarterías, cuyos salarios pasan de las manos del patrón a las del garrotero, cuyo futuro es la rebaja y el despido, cuya vida es el trabajo perenne y cuyo descanso es la tumba; a los cien mil agricultores pequeños, que viven y mueren trabajando una tierra que no es suya, contemplándola siempre tristemente como Moisés a la tierra prometida, para morirse sin llegar a poseerla, que tienen que pagar por sus parcelas como siervos feudales una parte de sus productos, que no pueden amarla, ni mejorarla, ni embellecerla, planta un cedro o un naranjo porque ignoran el día que vendrá un alguacil con la guardia rural a decirles que tienen que irse; a los treinta mil maestros y profesores tan abnegados, sacrificados y necesarios al destino mejor de las futuras generaciones y que tan mal se les trata y se les paga; a los veinte mil pequeños comerciantes abrumados de deudas, arruinados por la crisis y rematados por una plaga de funcionarios filibusteros y venales; a los diez mil profesionales jóvenes: médicos, ingenieros, abogados, veterinarios, pedagogos, dentistas, farmacéuticos, periodistas, pintores, escultores, etcétera, que salen de las aulas con sus títulos deseosos de lucha y llenos de esperanza para encontrarse en un callejón sin salida, cerradas todas las puertas, sordas al clamor y a la súplica. ¡Ése es el pueblo, cuyos caminos de angustias están empedrados de engaños y falsas promesas, no le íbamos a decir: ‘Te vamos a dar’, sino: ‘¡Aquí tienes, lucha ahora con todas tus fuerzas para que sean tuyas la libertad y la felicidad!’

Ver en Radio Rebelde, La Historia me absolverá (texto íntegro), 12 de octubre de 2021, en www.radiorebelde.cu/26-julio-rebelde/lahistoriameabsolvera.html

[2]. Si bien este no es el tema del presente artículo, esta es una referencia ineludible.

[3] . Ver “Presidente cubano: Vamos a apoyar los barrios, no a intervenirlos”, en Cubadebate del 19 de agosto de 2021.

[4]. Ver “Fortalecer integralmente los municipios, principio esencial de trabajo del Poder Popular”, en Cubadebate del 31 de agosto de 2021.

El delgado es representante y vocero de su respetiva circunscripción. Se elige uno por cada una de las circunscripciones que integran el municipio, de entre dos o más candidatos. Estos son de libre postulación en las respectivas asambleas de vecinos y, en la fecha de los comicios son electos por libre voto individual, directo y secreto.

[5]. Ver INFOCOP, Valeria Colombo y Eva Cifre Gallego, “La importancia de recuperarse del trabajo”.

[6]. Por otra parte, el tratamiento del tema con frecuencia omite el papel que las mujeres desempeñan en hacer posible la vida familiar, y que esta sea lugar idóneo donde reponer la fuerza de trabajo. La mujer que “no trabaja” carga con el grueso de la limpieza y mantenimiento de la casa y la ropa, el cuidado de los niños, cocinar y procurar los insumos necesarios para todo eso, mientras la que “sí trabaja” no por esto deja esas responsabilidades. No obstante, el trabajo doméstico también consume fuerza de trabajo, satisface necesidades y tiene valor. Aun si una parte del salario del trabajador pareciese solventar las labores domésticas, eso apenas cubre los gastos que ella le paga a los proveedores, no el valor del trabajo que realiza, no su fatiga ni la reposición de sus energías. 

[7]. Díaz-Canel, “Estamos preparados y dispuestos a todo por defender lo más sagrado, lo que nos une”, por Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en Cubadebate del 25 octubre 2021.

[8]. Ver “Fortalecer integralmente los municipios, principio esencial de trabajo del Poder Popular”, en Cubadebate del 31 de agosto de 2921.

En Cuba, las Asambleas municipales proponen la subdivisión del territorio del respectivo municipio en circunscripciones, conforme a sus realidades físicas y demográficas. Cada circunscripción elige a un delegado entre varios nominados por sus residentes. Con frecuencia la elección se celebra a dos vueltas, porque cada delegado debe ser electo por el 50% o más de los votantes. El escogido pasa a ser miembro de la Asamblea municipal en representación de los ciudadanos de su comunidad, y gestor de sus requerimientos y propuestas ante el Municipio y demás autoridades locales.

[9]. Ver “En el barrio, con la gente”, editorial de El diario de Cuba, del 28 de septiembre de 2021.

[10]. Ver el boletín digital Panorama Mundial, editado por el Partido Comunista de Cuba, del 17 de septiembre de 2021, la víspera de iniciarse la visita oficial del autor ‑‑como Presidente de la República Socialista de Vietnam‑‑ a la Isla.  

 * Fue profesor en universidades de México, Cuba y Panamá. En Cuba, dirigió la Escuela de Letras, el Departamento de Filosofía y la Dirección de Extensión Universitaria de la Universidad de Oriente.


Medidas en sector agropecuario no admiten más trabas.Comentario HHC

Por JORGE LUIS MOREIRA MASSAGUÉ|FOTOS: RODOLFO BLANCO 07 NOVIEMBRE 2021

Medidas en sector agropecuario no admiten más trabas

Camagüey, 7 nov (ACN) Las 63 medidas aprobadas en Cuba para estimular la producción agropecuaria no admiten más trabas, cada parte implicada debe cumplir lo regulado con el objetivo de obtener sus beneficios en función de los campesinos y ganaderos.

Así expresó en esta ciudad el vice primer ministro Jorge Luis Tapia Fonseca durante un intercambio con agropecuarios y directivos de ese ámbito en la provincia de Camagüey, acompañado por el ministro de la Agricultura, Ydael Pérez Brito, y las principales autoridades politicas y gubernamentales de la región.

A seis meses de la aplicación de las disposiciones entre las cuales figuran las que incentivan la producción de leche mediante nuevos precios del alimento que entregan los campesinos a la industria, se aprecian dificultades en la implementación de los procedimientos.

Atrasos en el pago a los ganaderos y en la creación de tarjetas magnéticas resaltan entre las dificultades planteadas por ganaderos del territorio, lo cual el vice primer ministro llamó a resolver de inmediato a través de una mejor comunicación entre las partes y un trabajo cohesionado de los cuadros y organizaciones.

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Según se conoció en el encuentro más de 12 mil productores de leche tienen contratos con la Empresa Láctea de Camagüey, y la mayoría no posee aún tarjetas donde se le deposita el dinero, responsabilidad de los bancos agilizar ese procedimiento para que puedan efectuar otras operaciones como comprar medios e insumos.

Las normativas publicadas en la Gaceta Oficial desde mayo último tras el análisis del Consejo de Ministros están basadas en el contrato, el cual deben cumplir todos los implicados y cuyo objetivo fundamental es que el productor obtenga los beneficios a partir de sus buenos resultados con el pago a tiempo.

Recientes ajustes a las resoluciones establecen el pago del litro de la leche fresca a 20 pesos y la indemnización al campesino en caso de que la empresa Láctea no recoja la producción y viceversa cuando el ganadero no entregue lo convenido, de ahí el llamado del vice primer ministro a ser más responsables en esos compromisos.

Cuba hoy importa 150 millones de dólares por la compra de leche en polvo, y esa cifra puede disminuir si aumenta la producción de leche y cada quien cumple lo que le corresponde, aseveró Tapia Fonseca.

Como quedó claro durante la reunión las empresas están en la obligación de facilitar a los productores y retribuirle el esfuerzo en pos de crecer en sus rendimientos de leche y carne, y otros renglones que se incluyen en las medidas impulsadas por el Gobierno cubano en función de la producción agropecuaria.

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 Comentario HHC: ¿ Y quien(es) ponen las trabas? Digo para que los quiten del camino, porque las seguirán poniendo. ¿ O no hay nadie responsable que pueda actuar? 

El 15N es la fecha elegida por la CIA para ir contra Cuba



La guerra no convencional que libra Estados Unidos contra Cuba tiene una nueva fecha marcada en el calendario. Es el 15 de noviembre próximo. Quienes pretenden ponerle una lápida al socialismo en la isla volverán a movilizarse. Adentro lo hicieron el pasado 11 de julio, pero la protesta se desvaneció con rapidez. Afuera – con epicentro en Miami – tienen previstos casi cincuenta actos en unos 23 países, apenas un 12 por ciento de los 195 estados que integran Naciones Unidas..

La mayoría de estos encuentros se convocaron en ciudades de EEUU y España con una peculiaridad histórica: son la potencia invasora de 1898 que se apropió de Guantánamo y financió la operación mercenaria en Playa Girón, y el desmantelado imperio que colonizó sus tierras durante cuatro siglos. A ese cambio de rumbo que digita Washington suele llamárselo en el lenguaje de la diplomacia: injerencismo.

En esta ofensiva que se intensifica, la Casa Blanca aporta la doctrina de agitación y los recursos indispensables. La circular de entrenamiento TC-18-01 es clave para entender este tipo de operaciones. Fue redactada en noviembre de 2010 en la base de Fort Bragg, Carolina del Norte. Un cuartel que debe su nombre a un militar esclavista y condecorado por su papel en la guerra que anexó más de la mitad del territorio mexicano en el siglo XIX. Ahí funciona el Centro de Guerra Especial John F. Kennedy que ideó el manual del buen desestabilizador para gobiernos que no se disciplinan a la Casa Blanca. El de La Habana es el primero de la lista.

Bajo la consigna “Patria y vida, Viva Cuba libre” grupos contrarrevolucionarios vuelven a apostar todo a una fecha. Están envalentonados por la persistencia y recrudecimiento del bloqueo y la continuidad de una misma política. No varió de Donald Trump a Joe Biden que mantuvo 243 medidas hostiles del expresidente. Entre las más difundidas que dañan al pueblo cubano – sobre todo por el contexto de pandemia -, se cuentan: la limitación del envío de remesas a 1000 dólares por trimestre, las trabas insalvables para importar insumos médicos vitales en el combate contra la Covid-19 y la decisión de permitir demandas contra la isla en la justicia estadounidense bajo el Título III de la Ley Helms-Burton. Esta modalidad de injerencia estuvo suspendida durante 23 años.

El gobierno de Miguel Díaz Canel replicó los ataques y señaló que la sincronización de las marchas dentro y fuera de Cuba busca promover un cambio de su sistema político. El 15 de noviembre coincide con la decisión de La Habana de abrir sus fronteras al turismo “de manera escalonada y ordenada”. También con la apertura de las escuelas en la isla. No es azarosa la elección de ese día para la oposición empujada por EE.UU.

Los diez aeropuertos del país ya están dispuestos para operar. A partir de esa fecha, aumentará la frecuencia de vuelos y la cantidad de viajeros que llegarán a sus hoteles.

Una de las voces que denunció desde la isla la organización de las protestas con el apoyo financiero de Washington, es la de Rogelio Polanco Fuentes. Integrante del Comité Central del Partido Comunista, dio detalles en una extensa entrevista para la TV cubana: “Entre el 20 y el 27 de septiembre un reducido grupo de ciudadanos entregaron en las sedes de los gobiernos municipales o provinciales de ocho provincias del país, textos similares donde anunciaban la decisión de celebrar una marcha supuestamente pacífica. La acción fue concebida con un alcance nacional en evidente coordinación por parte de sus promotores”.

Recordó que el 12 de octubre, las autoridades de los municipios donde se recibieron esas notas, respondieron al pedido. “En esa ocasión se ofrecieron los argumentos precisos sobre el carácter ilícito de la marcha en correspondencia con los artículos 56, 45 y 4 de la Constitución”.

Para el gobierno cubano la convocatoria es ilegal. Polanco completó: “Ante el desafío de los promotores de la provocación, en su pretensión de hacer caso omiso a la negativa de las autoridades, el 21 de octubre la Fiscalía General de la República en sus sedes de varias provincias inició un proceso de apercibimiento a estos ciudadanos; manifestándoles que de incumplir la decisión incurrirían en los delitos de desobediencia, manifestaciones ilícitas, instigación a delinquir y otros, previstos y sancionados en la legislación penal vigente”.

A una hora y poco más de La Habana, los cubanos de Miami se juntarán el 15-N donde lo hacen siempre: en el restorán Versalles. Ha sido el punto de encuentro para festejar la muerte del comandante Fidel Castro – el 25 de noviembre se cumplirán cinco años – o esperar el desenlace de la larga batalla judicial que se entabló contra el gobierno de La Habana para retener al joven Elián González en EE.UU. Decepcionados, vieron como regresó a Cuba el 28 de junio de 2000 y se recibió de ingeniero industrial en su tierra. “Nunca me iré de Cuba, es un orgullo ser hijo de Cárdenas” dijo en un acto en su ciudad natal en 2020.

Varios presidentes de Estados Unidos fueron a buscar el voto anticastrista a ese popular reducto gastronómico. Desde Barack Obama al propio Trump que en Miami juega de local. Quienes se juntan en ese restorán de comida cubana inaugurado en 1971 son identificables por su cerril anticomunismo y el racismo que profesan varios de ellos contra el movimiento Black Lives Matter. Citada por la periodista Christina Morales del diario The New York Times, el 28 de julio de este año, la profesora adjunta y politóloga de la Universidad de Texas, Danielle Clealand, comentó: “Históricamente los cubanos negros han sido invisibles en Miami. En cuanto a las protestas cubanas, todavía es considerado por muchos como un espacio antinegro”.

En la ciudad del sol la Guerra Fría levanta temperatura como ocurrió en los años ’60. La palabra comunismo es hoy un significante muy fuerte en boca de esta tropa ultraconservadora. Los enemigos de la Revolución esperan ver en La Habana imágenes semejantes a las Guarimbas de Venezuela, según Polanco Fuentes. Ex diplomático en Caracas, recordó que existe un informe titulado «La verdad de Venezuela contra la infamia: datos y testimonios de un país bajo asedio», publicado en septiembre de 2020 que tiene elementos que se relacionan con las acciones que se pretenden ejecutar en nuestro país”.

Hay un hecho que se percibe ahora con nitidez a diferencia de los sucesos del 11 de julio. El gobierno cubano no será sorprendido esta vez. El integrante del secretariado del PC cubano comentó: “El gobierno de Estados Unidos es el verdadero organizador y promotor de la provocación montada para noviembre, los hechos y declaraciones lo demuestran. No se han tomado el cuidado de ocultarlo. Altos funcionarios gubernamentales participan directamente en su conducción”.

Por medio de organizaciones tributarias de la CIA como la NED y USAID, se promueven agitaciones de todo tipo en Cuba, aunque hasta ahora con nulas consecuencias políticas. La movilización alentada desde Estados Unidos busca que la isla se vuelva ingobernable. Si hay algo con lo que cuenta su poderoso vecino es mucho dinero. Millones de dólares repartidos entre varias organizaciones que ya no se destinan a golpes de Estado cruentos o a la política de las cañoneras. La guerra no convencional tiene su manual de estilo. Es el libro del filósofo y politólogo estadounidense fallecido en 2018, Gene Sharp: “De la dictadura a la democracia”. Sus detractores sostienen que se parece bastante a los viejos libelos de la CIA.