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lunes, 15 de noviembre de 2021

La economía cubana y sus muchas guerras


En materia de economía nuestras guerras han sido muchas en estos sesenta años.




En los últimos sesenta años, en esta pequeña isla hemos tenido que enfrentar muchas y muy variadas guerras en el ámbito tan difícil de aprehender desde una sola perspectiva que es el de la economía.

Escribo estas líneas motivado por un reportaje del Noticiero Nacional de Televisión. Tres intervenciones en el Pleno de Comité Central del Partido son su contenido. Las tres estaban dirigidas a explicar /argumentar/ defender a las llamadas “formas de gestión no estatales” y su legitimidad en el socialismo. No es la primera vez —e imagino que no será la última— que desde la más alta dirección del gobierno y del Partido se defiende a estas nuevas formas de gestión.

Es cierto que a veces el discurso político que las defiende va muy por delante de los instrumentos regulatorios que permiten su consolidación y, mucho más aún, de los prejuicios ideológicos que se empeñan en identificarla a priori como un mal necesario y a veces como un error estratégico. También es cierto que otras tantas veces esos prejuicios, muchos de los cuales nos acompañan casi desde el inicio, han permitido consolidar posiciones que han retrasado el proceso de cambio iniciado en los noventa e incluso, lo pusieron en reversa en más de una ocasión. El daño ocasionado por esos prejuicios es muy difícil de calcular, pero la debilidad de nuestra economía hoy, nuestra vulnerabilidad a las medidas de la administración estadounidense, y el tremendo esfuerzo que se hace para salir de esta pandemia puede servir de proxy para estimar ese daño, al menos en una buena parte.

Sin dudas esas intervenciones también reflejan esa otra guerra que todos los días — desde hace ya mucho más de veinte años—, se libra en nuestro país contra la resistencia y contra los resistentes. Es probablemente las más difícil de todas las guerras, porque incluso es nuestra propia guerra, aquella que hay que librar todos los días contra nosotros mismos, contra lo que un día aprendimos, contra lo que nos pareció que debía ser para todos los tiempos, contra lo que en un tiempo estuvo sustentado en “principios”, que después cambiaron radicalmente, incluso contra valores dentro de los cuales crecimos y asimilamos como los valores de un socialismo, asumido como el socialismo, y definidos, a veces incluso en contra de los principios básicos del marxismo.

En materia de economía nuestras guerras han sido muchas en estos sesenta años, desde aquellas primeras libradas contra las medidas iniciales del gobierno estadounidense y que nos llevaron a instituir una tarjeta para la compra de manteca, preludio de lo que después sería nuestra sempiterna libreta de abastecimiento.

Luego la guerra contra el bloqueo en su versión inicial —que fuera muy amortiguado por la “ayuda fraternal y solidaria de la Unión Soviética (URSS)”—, después contra el bloqueo incrementado por las “Torricellis”, expandido luego hasta lo que parecía imposible por la Helms-Burton y más tarde llevado a expresiones casi inimaginables por Mr. Trump, herencia recibida por Mr. Biden con beneplácito. El bloqueo, sin dudas ha modelado parte de nuestra manera de ser, de pensar en soluciones, de asumir el presente y de imaginar el futuro.

Otra guerra de más larga data ha sido la que nuestro país ha librado contra el subdesarrollo y la dependencia. Subdesarrollados antes y ahora, aún no dejamos de ser un enano de cabeza y tórax enorme y piernas y brazos pequeños y débiles, entendiendo por cabeza y tórax a esa burocracia que se resiste y por las piernas a nuestro aparato productivo que no es capaz de sostenernos. Dependiente de España, dependiente de Estados Unidos, dependiente de la URSS y cuasi dependientes de Venezuela en tiempo reciente. Subdesarrollo y dependencia van de la mano y también han condicionado nuestra manera de comportarnos, nuestra cultura empresarial, el enfoque y la adopción de soluciones a nuestros problemas, caracterizado por buscar “afuera” lo que se puede obtener “adentro”, por preferir a lo de “afuera y a los de afuera” antes que a los de “adentro”, al extremo de que logramos tener un cuerpo legal para la inversión extranjera mucho antes de tenerlo para las “actores nacionales”.

Y todo ello se ha conjugado todos estos años y ha creado ese pensamiento y esa forma de reaccionar ante las oportunidades y las amenazas, haciéndonos más reactivos que proactivos, condicionados por aquel aprendizaje que ha prevalecido hasta hoy y que consolidó la idea del Estado omnipresente, del presupuesto infinito, de los supuestos recursos ilimitados, de hacerlo todo a cualquier costo, de los falsos conceptos de que la educación y la salud porque son gratis, no cuestan. De la espera infinita por la respuesta a destiempo, de la incultura del servicio público, la del sacrificio de todos por la ineficiencia de algunos, —tan común en nuestro sistema empresarial estatal—, donde no hemos logrado ganar ninguna de las batallas, en esta, quizás una de las más largas guerras, que data de mediados de los setenta.

Quizás la mayor virtud de estas llamadas formas de gestión no estatales —todavía demasiado pocas, aunque ya para algunos sean demasiadas— sea la de sacar de la “zona de confort” a casi todos, a los ministerios que deben finalmente entender que sus fronteras de acción van más allá de “lo estatal” porque el país lo construimos todos; a los reguladores, para algunos de los cuales es más importante perseguir la riqueza que luchar de forma efectiva contra la pobreza; a las autoridades territoriales que aun desaprovechan la fuerza tremenda que estas formas de gestión tienen a nivel local y; a los empresarios del sector estatal que entienden la competencia más como un mal evitable y reclaman una “protección” que por su desempeño algunos no merecen, en vez de como una oportunidad de mejora para un sector —el de las empresas estatales— del cual depende fundamentalmente la dinámica de nuestra economía.

Las tres intervenciones tocaron temas claves del proceso de reforma que Cuba está experimentado de forma mas intensa desde hace unos meses atrás. Las tres constatan que se libra una guerra en el campo de las ideas políticas, que se requiere un esfuerzo mayor en el orden político para que lo acordado hace ya varios años termine por vencer a aquellas otras ideas ancladas en condiciones pasadas, que parece que no volverán a repetirse en los años venideros.

No es posible avanzar hacia la prosperidad sin producir riqueza. No es posible producir riqueza si los que la producen no logran disfrutarla plenamente, como tampoco es posible disfrutar plenamente de la riqueza si las desigualdades son extremas. Si queremos un país de mujeres y hombres buenos, tenemos que tener un país de hombres y mujeres prósperos, porque como afirmara una vez nuestro Apóstol, en lo común del comportamiento humano se necesita ser próspero para ser bueno.

En la nueva normalidad La Habana, de cumpleaños, hacia su recuperación económica

 

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La Habana, 15 nov (ACN) Tras casi dos años de enfrentamiento a la pandemia, feliz coincidencia para los habaneros la celebración del aniversario 502 de la fundación de esta Villa de San Cristóbal con el inicio de la nueva normalidad, lo cual incluye la reanudación de las clases y de otras tantas actividades en aras de la recuperación económica y social del territorio.

Y al calor de tan significativa festividad, pese a las condiciones invernales y cuando siguen mejorando los indicadores de la COVID-19, en no pocos parques la alegría y el colorido se hicieron sentir con espectáculos y ferias, mientras mil 206 instituciones educativas con una matrícula de más 303 mil estudiantes abrían sus puertas hoy, y en varios espacios públicos la tranquilidad transcurría para muchos como un día normal.

En bulevares como los de San Rafael y Obispo y el Parque Central la música también estuvo presente, y en algunos hoteles sus trabajadores esperaban la llegada de los primeros grupos de turistas, luego de un largo periodo de inactividad debido a la epidemia, no sin antes haber sido certificados sus instalaciones como seguras e higiénicas por las autoridades sanitarias.

Precisamente la bienvenida oficial a la reapertura de tan importante sector -considerado locomotora de la economía cubana- tuvo lugar hoy en el Hotel Nacional, con la presencia de Manuel Marrero Cruz, primer ministro, y directivos del ramo.

Por otra parte, en centros asistenciales del territorio comenzó este lunes la aplicación de la dosis de refuerzo anti-COVID-19 a trabajadores de la salud y grupos de riesgo de interés.

Al calor de las celebraciones por el 502 cumpleaños de la capital tienen lugar en La Habana Vieja el Coloquio Internacional Gallego, antropología testimonial y cultura de la pobreza, y diversas actividades en instituciones como el Centro a+ Espacios adolescentes y Habana Espacios Creativos.

Igualmente reabren las salas del Castillo de la Real Fuerza y el Museo del automóvil, y no podrá faltar la tradicional vuelta a la ceiba en el Templete este 15 de noviembre.

Ómnibus por momento llenos de pasajeros, largas colas frente a unidades del comercio para comprar alimentos u otros productos, trabajadores de servicios comunales inmersos en la limpieza de calles y avenidas, brigadas de constructores que batallan por transformar la vida en barrios vulnerables, en fin, la cotidianidad de estos tiempos está presente hoy en La Habana, pues contra viento y marea, con paz y tranquilidad, Cuba vive.

Más de 500 nuevos actores económicos en Cuba hasta inicios de noviembre

 

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La Habana, 15 nov (ACN) Un total de 502 nuevos actores económicos existían en Cuba desde finales de septiembre hasta el 11 de noviembre del presente año, informó hoy en Twitter, el Ministerio de Economía y Planificación (MEP).

La cuenta oficial de ese Ministerio refirió que, de ese total, 497 son micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) privadas y 12 cooperativas no agropecuarias (CNA).

Del total de nuevos actores económicos, 34 forman parte de proyectos de desarrollo local, 19 han realizado previamente acciones de exportación y seis están incubados en el Parque Científico y Tecnológico de La Habana.

Según el MEP, se estima que estos actores económicos generen siete mil 704 nuevos puestos de trabajo en la economía nacional.

Cuba abre fronteras al turismo internacional, indispensable para la recuperación de su economía

 Por: Edilberto Carmona Tamayo, Lissett Izquierdo Ferrer




Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana no descuida los protocolos del Control Sanitario Internacional. Foto: Ariel Ley Royero/ACN.

Los 10 aeropuertos internacionales del país abrirán hoy sus puertas listos para recibir a los primeros viajeros tras meses de restricciones por la pandemia. Será una reapertura “controlada y escalonada”, dijeron las autoridades del Turismo, un sector clave en la recuperación esperada por la economía nacional y la de no pocas familias.

Entre el 2020 y lo que va de este año Cuba ha perdido un 13% de su PIB. Para frenar esta situación y propiciar el despegue económico se apuesta, entre otras cosas, por la reactivación de la llamada industria del ocio, una medida que llega luego de una disminución de los casos de COVID-19 y un avance significativo en el proceso de vacunación.

Expertos y representantes de empresas del sector coinciden en que será un desafío reconquistar a los clientes y volver a posicionar al producto turístico cubano. De acuerdo con el ministro del sector, en lo que va de año ingresaron al país unos 200 000 viajeros, y esperan otros 100 000 antes de concluir 2021. “Es un reto, porque depende de cómo reaccionen los mercados, pero estamos optimistas”.

“No pensamos que el día 15 (de noviembre) el país se llene, pero estimamos que podamos tener un invierno adelantado”, auguró.


 

A juicio del secretario general de la Organización Mundial del Turismo, Zurab Pololikasvili, existe claramente una fuerte demanda de turismo internacional, y muchos destinos han empezado a recibir visitantes de manera segura y responsable. Sin embargo, “el verdadero reinicio del turismo, con los beneficios que conlleva, sigue demorándose, mientras la existencia de normas y regulaciones dispares y de tasas desiguales de vacunación continúa afectando a la confianza de los viajes”.

Por eso, aunque existe potencial para llegar a los 100 000 viajeros, aseguró a Cubadebate Carlos Benítez Meriño, vicepresidente de la Organización Superior de Dirección Empresarial Viajes Cuba, cumplir la meta “está en dependencia de los vuelos que se vayan concertando y de la situación de la pandemia en los mercados emisores”.

El Ministerio del Transporte había informado que a partir del 15 de noviembre las frecuencias aéreas que conectan a la Isla con el resto del mundo se elevarían a más de 400 a la semana. De ellas 77 desde los Estados Unidos hacia La Habana, de las 147 aprobadas para todo el territorio nacional.

Desde junio del pasado año, el mercado ruso ha sido el principal cliente de Varadero y de los cayos del norte del país. Según Benítez Meriño, de cara a la reapertura de las fronteras cubanas se hicieron negociaciones con turoperadores de Rusia, así como de Alemania, Francia, España, Italia, Polonia, Serbia y Turquía.

El incremento de los visitantes —pronosticó el vicepresidente de Viajes Cuba— será paulatino. “En un inicio puede que lleguen de manera individual, y en el caso de los grupos, que ya no serán tan grandes como antes cuando agrupaban a 40 clientes, se irán incorporando poco a poco”.

Con respecto a los cruceros, modalidad que debe comenzar en diciembre, el directivo dijo que ya se hicieron negociaciones con tres buques para incluir los puertos cubanos en sus itinerarios.

“En la medida que aumenten esos viajes, que los clientes vean seguridad en nuestro destino y que los recorridos por el país cumplan las expectativas, volveremos a tener cruceros, incluso siendo en algunos casos puertos de salida, incrementando el promedio de estancia en las instalaciones y el uso de los servicios”.

Por un turismo seguro: ¿Qué hacer?

Varadero. Foto: Ismael Franciso/Cubadebate.

En esta nueva etapa del turismo, en medio de la pandemia, los viajeros son aún más exigentes, refieren sitios especializados. Además de servicios de calidad, buscan seguridad sanitaria y libre esparcimiento.

Para ello, en Cuba se concibió el Programa de Turismo más Higiénico y Seguro, que establece la obligación de que los centros turísticos, estatales y privados, cuenten con un certificado que avale sus buenas prácticas sanitarias.

Gricel López Fumero, directora de Calidad del Ministerio de Turismo, especificó que la certificación de los hoteles tiene 205 requisitos, de ellos alrededor de 40 son puntos críticos, o sea, hay requerimientos que, de incumplirse, se invalida el aval. Por ejemplo, es indispensable mantener el distanciamiento requerido de dos metros entre las mesas, la pesquisa a clientes y trabajadores y la adecuada limpieza de las superficies.

Son inspecciones rigurosas por expertos seleccionados, aseguró la especialista y comentó que, de las casi 2 300 instituciones evaluadas (600 del sector no estatal, incluidas casas de renta y restaurantes), a 27 le denegaron el certificado por incumplir requisitos, 10 de ellas lo obtuvieron después de corregir los señalamientos.

Esta revisión, explicó López Fumero, deberá repetirse anualmente, como parte de un programa que no solo se concibió para garantizar la seguridad y salud de clientes y trabajadores frente a la pandemia, sino también de otras enfermedades de transmisión.

Para el grupo hotelero Gran Caribe, en esta nueva normalidad lo primero y más importante es que el cliente se sienta seguro. Diana Olivera Rodríguez, vicepresidenta comercial de la empresa, precisó que algunos hoteles abrirán con un máximo de un 60% de ocupación y en caso de aquellos con muchos puntos de ventas, podrán llegar a un 80%.

La especialista comentó que se han abierto nuevos servicios para asegurar niveles de venta que permitan la rentabilidad de la instalación, y que a la vez los clientes reciban lo que en su momento dejaron.

Durante este tiempo de pandemia, dijo, los hoteles han tenido que replantearse muchas modalidades de turismo: la oferta solamente para el mercado interno, su convivencia con el turismo internacional y el aislamiento de viajeros. “No es lo mismo un cliente que permanece en una habitación toda la estancia, a otro que disfruta de todos los servicios del hotel”.

Y el esperado regreso de los turistas, ¿solamente hacia destinos de sol y playa? “En estos momentos los mercados que están volando tienen mayor preferencia por esta modalidad, como los rusos y canadienses. Pero esto puede cambiar, porque estamos buscando las oportunidades y necesidades de viaje que existan, como el turismo de ciudad, a partir de las operaciones de los programas de circuitos”, subrayó Olivera Rodríguez.

Protocolos sanitarios para viajeros a partir del 15 de noviembre

  • Se elimina la realización del PCR de entrada en frontera.
  • Todos los viajeros (cubanos o extranjeros) que entren al país deberán presentar un pasaporte de salud o certificado internacional anticovid de aquellas vacunas certificadas por las agencias reguladoras correspondientes.
  • Aquellos que no tengan esos documentos, están en la obligación de presentar al arribo del país una certificación de PCR negativo a covid-19 con no menos de 72 horas antes de viajar, realizada en un laboratorio certificado en el país de origen.
  • Se mantendrá la vigilancia epidemiológica de control sanitario internacional en todos los puntos de entrada, así como en las instalaciones hoteleras, para lo cual se fortalece la asistencia médica con la ubicación de los equipos básicos de salud en las propias instalaciones.
  • Los niños menores de 12 años de edad, independientemente de su nacionalidad, estarán exentos de presentar un esquema de vacunación o prueba de PCR al arribo a Cuba.
  • Se exigirá la presentación de la Declaración de Sanidad del Viajero (Declaración Jurada de Salud), para todos los que arriben al país.
  • Se mantiene el uso obligatorio del nasobuco dentro de las terminales aéreas y portuarias, al igual que en todo el país.
  • Para abordar el vuelo en origen, las líneas aéreas exigirán a sus pasajeros la evidencia de un esquema de vacunación o una prueba de PCR negativo aplicado durante las 72 horas antes.
  • El personal de Control Sanitario Internacional realizará en el aeropuerto de manera aleatoria tomas de muestras para PCR.
  • Todo viajero que arribe al país y presente signos y síntomas de la covid-19 u otra enfermedad transmisible será remitido a una institución de salud y se le realizará una prueba de PCR.
  • Se responsabiliza a los propietarios de casas de renta o personas que hospeden a viajeros no residentes en el país, de informar con inmediatez a las autoridades sanitarias correspondientes la aparición de cualquier sintomatología que presenten los mismos.
  • Las áreas de salud en la comunidad mantendrán la vigilancia epidemiológica de los turistas hospedados en las casas particulares.
  • Para los viajeros cubanos residentes en el país se restablece la obligatoriedad de presentarse en el consultorio del médico de familia o área de salud en un período no mayor de 48 horas de su arribo, para darle seguimiento por el médico de la familia.
  • Todo viajero cubano residente en el país de no estar vacunado, se le realizará un test de antígeno al séptimo día del arribo en su área de salud y de presentar síntomas se tratará como un caso sospechoso.
  • Se refuerzan los protocolos en las instalaciones: el uso de la mascarilla en lugares cerrados y en presencia de otras personas, el distanciamiento físico, la higienización constante, las medidas de desinfección de manos, toma de temperatura y otras.