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El Toque exchange y un apocalipsis de dos centavos (+Video)
Por: Antonio Rodríguez Salvador
Según El Toque, es decir, la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés) — quien tenga dudas de la relación, confírmelo en el sitio de Espacio Público—, ellos calculan la tasa de cambio informal en base a datos confiables. Subrayo la palabra confiable, y acudo al diccionario:
Confianza: “Esperanza firme que se tiene en algo o en alguien”; “familiaridad o libertad excesiva”; “pacto o convenio hecho oculta y reservadamente entre dos o más personas, particularmente si son tratantes o del comercio”.
También nos dicen que para el cálculo de dichas tasas usan valores del mercado informal, específicamente la media de compra y venta en divisas en grupos de redes sociales y sitios de clasificados. Volvamos entonces a la palabra confianza. Hagámonos algunas preguntas: ¿Quiénes administran los grupos de venta informal? ¿Qué les generan tanta confianza a los de El Toque? ¿Hay familiaridad o pacto comercial oculto entre ellos? ¿Acaso se puede confiar en quienes no conocemos?
No son capciosas las preguntas: ¿Cómo podemos llegar a un número real promediando precios de oferta, sin tener en cuenta el volumen de ventas reales? ¿Acaso las conocen porque intiman con las personas que allí venden? Pondré un ejemplo sin tener en cuenta el volumen de ventas. Supongamos que hay 5 ofertas con 5 precios diferentes: 5, 10, 20, 25 y 30. La mediana en este caso es 20. Ahora bien, supongamos que al precio de 5 se vendieron 20 productos, mientras que al del resto, ninguno. A calidades semejantes, es lógico tratar de pagar menos, ¿o no? El precio real sería entonces 5, no 20.
Leo en El Toque un reciente artículo. Cito: “En los primeros días de septiembre la tasa de cambio del CUP en el mercado informal llegó a la emblemática marca de 150. Este número, junto a muchas otras experiencias extremadamente difíciles que atraviesan los cubanos en los últimos años, nos transporta a 1993, cuando se vivían los peores momentos del período especial”.
Es obvio que en la plataforma tienen problemas con el análisis estadístico. En 1994, el salario medio en Cuba era de 190 pesos, de modo que si dividimos 190 entre 150 nos da 1,27 dólares por trabajador. Ahora bien, el salario medio en 2021 ya era de unos 3800 pesos. Si dividimos 3800 entre 150, obtenemos 25,33 dólares por trabajador. ¡Vaya pequeñez de error! Se ha equivocado en apenas el 1994 por ciento (casualidad de número). Es el clásico apuntar al Morro y darle a la Cabaña.
Prosigue el economista, y cito: “El gran error ha sido la decisión de perseguir una compra neta de USD en las operaciones de las Cadeca y los bancos. Ello implica sacar USD de un mercado en el que no sobran los USD, faltan, y una evidencia muy clara ha sido su continuado encarecimiento en el mercado informal durante más de dos años. Poco turismo y menos remesas son dos factores fundamentales en este desequilibrio”.
O sea, y enfatizo. Nos dice que poco turismo y menos remesas son dos factores fundamentales en ese desequilibrio. Pero si en el primer semestre de este año el turismo creció un 557% respecto a igual período de 2021, ¿por qué razón desde enero hasta hoy la tasa informal es del doble? Algo no cuadra en el análisis. Súmese que también han aumentado considerablemente las visitas de cubanos residentes en el exterior.
Además, nos dice: “La disposición del sistema financiero de comprar más USD de los que van a vender es sumamente inflacionaria. De esta forma, el mercado cambiario formal se convierte en un emisor neto de CUP, en un momento en el que la economía está inundada de CUP debido a la monetización de los excesivos déficits fiscales”.
Prosigue: “Además, presiona a una mayor depreciación de la tasa de cambio informal (tal y como en efecto ocurrió en agosto y continúa en septiembre) y ello se transmite a los costos de producción y a los precios finales de los productos en los mercados de consumo (el llamado efecto traspaso hacia la inflación)”.
O sea, la culpa de la depreciación del peso se debe a que la medida del Banco Central es… ¿altamente inflacionaria? ¿De verdad? ¿Eso es así?
Veamos. Resulta que la venta de divisa se hace en 37 unidades de Cadeca de todo el país. He estado realizando búsquedas, y en estos primeros días la venta promedio es de unos 7000 equivalentes a dólares, lo cual implica un monto diario de 259 000 MLC. Ahora, fíjense, si dividimos esa cantidad entre 11 millones, tenemos que, como promedio, cada cubano compraría apenas dos centavos de dólar al día. O sea, gasta 86 pesos al mes. Apenas dos libras de malanga, o un caramelito a la semana. ¡Y esa es una medida “altamente inflacionaria”! ¿Es eso lo que provoca, “por el llamado efecto traspaso hacia la inflación”, la elevada depreciación del CUP?
Es ridículo, una tomadura de pelo ese artículo. El final, por supuesto, ya aburre: más de lo mismo. Proponen “cambios en el modelo de socialismo burocrático y la persistente apuesta por el monopolio de la empresa estatal”. O sea, privatizar, aunque también pudieron decir: volver al año 1958, lo cual es más coherente y honesto con lo que en verdad quiere la Agencia Central de Inteligencia para Cuba.
En video, Denuncia de la actuación de medios afiliados al gobierno de los Estados Unidos
https://www.youtube.com/watch?v=a7hZQ6P9plA&t=1542s&ab_channel=Cubadebate
(Tomado de La Jiribilla)
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Comentario sobre el artículo de Yudy Castro Morales titulado “Que siga siendo recto el camino de lo aprobado” publicado en Granma el 22 de octubre de 2022
El pasado
23 de octubre el compañero Joaquín Benavides circuló un análisis crítico acerca
del artículo mencionado en el título de este comentario. Entiendo que Benavides
se refiere tanto al aspecto periodístico como al contenido de lo expuesto. Me
referiré a este último tema del contenido del artículo. Es satisfactorio
constatar que los asuntos abordados en la reunión del Primer Ministro con
gobernadores e intendentes del país están entre los mas acuciantes de la
economía cubana y que afectan a la vida de la población. No obstante es mi
criterio que, en general, los enfoques y posibles soluciones a los problemas descritos
se basan en una concepción centralizada y administrativista que deja poco espacio
al accionar de las leyes objetivas del mercado y a la necesaria autonomía de
las entidades económicas y los territorios.
Formularé
brevemente mi opinión sobre algunos de los puntos abordados.
En
la reunión se hizo hincapié en la situación de las cuentas por cobrar y por pagar,
“viejo asunto que exige soluciones
definitivas”. Según mi opinión, la solución consiste en que las entidades a las que no se les paga no sigan
vendiéndole a las instancias que no les pagan, denunciando ante los tribunales los
casos morosos.
Se
dijo que “el país no tiene más dinero
para importar”. Aquí se confunde el país con el Estado. Es probable que el
Estado no tenga mas dinero para importar, pero el sector no estatal si lo tiene
y puede conseguir mas. Al respecto, se
debe facilitar esta gestión al sector no estatal suprimiendo el monopolio
estatal del comercio exterior y autorizando a las cooperativas, MIPYMES y
Trabajadores por Cuenta Propia (TCP) a importar y exportar directamente a
suministradores y clientes en otros países sin necesidad de hacerlo mediante un
intermediario estatal. Además, al sector no estatal se le debe autorizar abrir
cuentas en divisas extranjeras en Cuba para que operen con sus propias divisas
a su cuenta y riesgo financiero.
Se
planteó que “La
contratación no puede dejarse a la espontaneidad”.
En este criterio se manifiesta el perjudicial método de planificarlo todo
administrativamente desde un centro por encima de las empresas. Los contratos deben
establecerlos las entidades contratantes con absoluta libertad entre ellas sin
interferencias de terceros, solo cumpliendo las normas generales de ese acto
legal establecidas por el Estado.
En
cuanto a la construcción de viviendas, se informó que los resultados del plan
aprobado “no son halagüeños”. El Primer Ministro pidió que le presentaran “una propuesta sobre qué hacer, de manera diferente, que permita
realmente avanzar”. En respuesta a esta solicitud propongo tener en cuenta
las consideraciones siguientes. La construcción de viviendas no debe basarse
principalmente en el llamado “esfuerzo propio” aunque éste debe seguir promoviéndose.
El Estado debe asumir el grueso de la construcción de sólidas viviendas que no
salgan volando con el primer ciclón que aparezca. Los arquitectos y
constructores cubanos están capacitados para ello. Lo demuestra el diseño y
edificación de los eficientes y fastuosos hoteles que se construyen para el
turismo. Comprendo que uno de los problemas más graves que enfrenta el Estado es
el financiamiento. Para resolver este asunto considero que se puede acceder a
varias fuentes. Una ellas consisten en
que los propios aspirantes a tener una vivienda construida por el Estado la
financien con sus propios recursos, tanto individualmente como mediante la
organización de cooperativas para esos fines. Otra variante es retornar al
método que aplicó Pastorita Núñez al principio de la Revolución, que logró el
financiamiento mediante una Lotería Nacional.
Llama
la atención que se aprueban muchas más MIPYMES que cooperativas no agropecuarias,
siendo estas las que se basan en la propiedad social y métodos colectivos de
dirección.
En la reunión se reafirmó que “la empresa estatal socialista es el actor fundamental y los nuevos actores son su complemento”. Al respecto tengo una opinión diferente. Pienso que los nuevos actores no deben ser considerados como un complemento subordinado a la empresa estatal socialista. Ambas entidades productivas deben actuar con el mismo nivel autónomo de gestión en un ambiente de competencia leal en el marco de las leyes económicas objetivas del mercado. Tampoco creo que los nuevos actores deben ser incorporados mediante un plan administrativo a las estrategias de desarrollo local e “insertarlos en el ecosistema municipal, incluyendo los encadenamientos con la empresa estatal y el vínculo con el Gobierno, la universidad, la banca”. Estoy de acuerdo con estos objetivos pero éstos deben promoverse creando condiciones estimulantes para ello y dejando a los propios actores la toma de decisiones al respecto sin compulsión administrativa estatal.
Coincido
con “la elaboración de una norma que defina los
mecanismos de control de estas figuras, desde los organismos nacionales hasta
el nivel de los municipios”. Asimismo
considero que también debe elaborarse una norma que impulse y desarrolle la
participación creciente de estas figuras en la economía cubana.