Otras Paginas WEB

viernes, 4 de febrero de 2022

Se cumplen 60 años del embargo cubano. ¿Qué es exactamente?

 


Fotógrafos y camarógrafos de cine abarrotan al presidente Kennedy en su escritorio en la Oficina Oval al firmar la orden de Cuarentena de Cuba, el 23 de octubre de 1962, ocho meses después de anunciar el embargo y en medio de la crisis de los misiles cubanos. (Fotografías de la Casa Blanca de Robert Knudsen)


Fidel Castro una vez lo llamó 'una bola de hilo enredada', y después de seis décadas, la política clave de cambio de régimen de Washington todavía no ha funcionado.

3 DE FEBRERO DE 2022
Escrito por

El 3 de febrero de 1962 marca el sexagésimo aniversario de la Proclamación Presidencial 3447 del presidente John F. Kennedy que impone un “embargo a todo comercio con Cuba” para castigar al gobierno revolucionario de Fidel Castro por su “alineación con las potencias comunistas”, la Unión Soviética y China. A pesar de no haber logrado someter a La Habana a la voluntad de Washington durante las últimas seis décadas, el embargo sigue siendo la pieza central de la política estadounidense de “cambio de régimen”. El Subsecretario de Estado adjunto Lester D. Mallory explicó la estrategia en 1960: “Deben emprenderse todos los medios posibles con prontitud para debilitar la vida económica de Cuba… negar dinero y suministros a Cuba, disminuir los salarios monetarios y reales, provocar hambre, desesperación y derrocamiento del gobierno”.

El aniversario del embargo ofrece una ocasión para profundizar en sus complejidades a fin de comprender mejor lo que Fidel Castro alguna vez llamó “un ovillo enredado”.

¿Qué es exactamente el embargo contra Cuba?

“El embargo” es la abreviatura de un complejo mosaico de leyes y reglamentos que comprenden las sanciones económicas más antiguas y completas de Estados Unidos contra cualquier país del mundo. Aunque el presidente Eisenhower impuso algunas sanciones económicas a Cuba en 1960, el embargo actual comenzó cuando el presidente Kennedy proclamó la prohibición de todo comercio con Cuba en 1962, y un año después invocó la Ley de Comercio con el Enemigo para extender el embargo y prohibir todas las transacciones ( comercio, viajes y finanzas) a menos que tenga licencia del Secretario del Tesoro (bajo la dirección del presidente). Las regulaciones que rigen la implementación del embargo y las excepciones autorizadas están codificadas en las Regulaciones de Control de Activos Cubanos (CACR) del Departamento del Tesoro.

Varios otros estatutos rigen los elementos del embargo:

— La Ley de la Democracia Cubana de 1992 autoriza las donaciones humanitarias de alimentos y medicinas, y la venta de servicios de telecomunicaciones y suministros médicos, aunque sujeto a restricciones detalladas. También prohíbe el comercio entre las filiales de empresas estadounidenses en el extranjero y Cuba.

— La Ley de Libertad y Solidaridad Democrática Cubana de 1996 convirtió en ley el embargo hasta que Cuba se convierta en una democracia multipartidista de libre mercado y pague indemnizaciones por las propiedades nacionalizadas por el gobierno revolucionario. También otorga a los ciudadanos estadounidenses, incluidos los cubanoamericanos naturalizados, el derecho de demandar en un tribunal federal a cualquier persona, en los Estados Unidos o en el extranjero, que esté “traficando” (beneficiándose de) propiedad nacionalizada, y bloquea la entrada de los oficiales de las empresas traficantes extranjeras. los Estados Unidos.

— La Ley de Reforma de las Sanciones Comerciales y Mejora de las Exportaciones de 2000 (TWEA) legalizó la venta de productos agrícolas a Cuba, pero solo en efectivo por adelantado. También prohíbe viajar a Cuba por turismo, definido como cualquier viaje que no tenga una licencia en ese momento.

— La llamada “ enmienda Berman ” (nombrada así por el representante patrocinador Howard Berman) exime del embargo las obras artísticas y los materiales informativos.

— La designación de Cuba por parte de la administración Trump como estado patrocinador del terrorismo internacional en virtud de la Ley de Administración de Exportaciones de 1979 desencadenó una variedad de sanciones económicas, aunque la mayoría ya están vigentes bajo el embargo más amplio.

— Tanto la administración de Trump como la de Biden impusieron sanciones a personas cubanas en virtud de la Ley Global Magnitsky de Responsabilidad por los Derechos Humanos de 2012 , que congela los activos estadounidenses y niega la entrada a Estados Unidos a personas culpables de corrupción o abusos graves contra los derechos humanos.

¿Por qué Estados Unidos impuso el embargo?

El embargo a veces se justifica como una respuesta a la nacionalización de propiedades estadounidenses por parte de Cuba en 1960, que ascendió a más de mil millones de dólares en inversiones. Sin embargo, el embargo no se impuso hasta 1962 como parte de la política del presidente Kennedy para desestabilizar al gobierno cubano mediante una combinación de sanciones económicas y ataques paramilitares encubiertos. Desde entonces, los presidentes estadounidenses han citado varias razones para continuar con el embargo, que van desde la asociación de Cuba con la Unión Soviética hasta su apoyo a los movimientos revolucionarios en América Latina y África, su historial de derechos humanos y su sistema socialista.

¿Cómo ha cambiado el embargo con el tiempo?

Todos los presidentes han modificado el embargo usando su autoridad de otorgamiento de licencias para aflojar o endurecer aspectos del mismo. Tomemos los viajes , por ejemplo. El presidente Jimmy Carter eliminó todos los límites de viaje a Cuba en 1977. El presidente Ronald Reagan volvió a imponer una prohibición a la mayoría de los tipos de viajes en 1982. El presidente Bill Clinton aflojó las restricciones de viaje al crear la categoría de viajes educativos de persona a persona en 1999. El presidente George W. Bush eliminó los viajes de persona a persona, el presidente Barack Obama los restauró y el presidente Trump los abolió nuevamente. El Congreso también ha modificado el embargo por ley. El cambio más importante fue la Ley de Libertad y Solidaridad Democrática de Cuba.que inscribió el embargo en la ley. En la actualidad, el impacto del embargo es especialmente severo porque el presidente Trump agregó una serie de sanciones nuevas y ampliadas y el presidente Biden ha dejado esas sanciones adicionales vigentes.

¿Por qué Cuba lo llama “bloqueo” en lugar de embargo?

El gobierno cubano llama bloqueo al embargo porque sus disposiciones extraterritoriales restringen el comercio cubano con otros países . Estados Unidos trató de que el embargo fuera multilateral desde el principio. En 1964, el presidente Lyndon Johnson presionó a la OEA para que adoptara formalmente un embargo comercial y diplomático contra Cuba, que duró hasta mediados de la década de 1970. La mayoría de los países europeos también limitaron sus lazos comerciales con Cuba en respuesta a la presión estadounidense. Aunque el embargo no puede impedir que otros países comercien con Cuba, dificulta dicho comercio:

— El embargo prohíbe comerciar con Cuba a las filiales de empresas estadounidenses que operan en otros países.

— Prohíbe a otros países exportar a Cuba cualquier producto con más del 10 por ciento de contenido estadounidense.

— Prohíbe que las instituciones financieras extranjeras manejen cualquier transacción en dólares estadounidenses que involucre a Cuba (las llamadas transacciones U-turn).

— Permite a los ciudadanos estadounidenses que perdieron propiedades después de la revolución cubana demandar ante un tribunal federal estadounidense a cualquiera, incluidas empresas extranjeras, que hagan negocios con Cuba relacionados con esas propiedades.

— Prohíbe la entrada a los Estados Unidos de cualquier funcionario de empresas extranjeras y sus familiares si esas empresas están haciendo negocios con Cuba que involucren propiedades que hayan sido propiedad de ciudadanos estadounidenses.

— Las instituciones financieras internacionales están obligadas a realizar una costosa “diligencia debida mejorada” antes de participar en transacciones que involucren a países designados como patrocinadores estatales del terrorismo internacional, que actualmente incluye a Cuba.

— Las instituciones financieras internacionales multilaterales no pueden brindar asistencia a Cuba sin perder una parte de su financiamiento estadounidense.

¿Es legal el embargo según el derecho internacional?

Los partidarios argumentan que el embargo es legal porque Estados Unidos tiene derecho a decidir si quiere o no comerciar con otro país, y el embargo está justificado por la nacionalización de Cuba de propiedades estadounidenses sin compensación. Los opositores argumentan que el embargo constituye una coerción destinada a forzar un cambio de régimen en violación de la Carta de la OEA y la Declaración de la ONU.sobre la Inadmisibilidad de la Intervención e Injerencia en los Asuntos Internos de los Estados. La Declaración de la ONU reconoce “el derecho soberano e inalienable de un Estado a determinar libremente sus propios sistemas políticos, económicos, culturales y sociales”, e impone a todos los Estados el deber de “abstenerse de cualquier acción o tentativa en cualquier forma o bajo cualquier pretexto desestabilizar o socavar la estabilidad de otro Estado”. El consenso de la opinión internacional es que el embargo no es compatible con el derecho internacional, como lo refleja el hecho de que el año pasado, por vigésimo novena vez, la Asamblea General de la ONU votó abrumadoramente a favor de una resolución anual que pedía a Estados Unidos que levantara el embargo. En 2021, la votación fue 184 a favor, 2 en contra (Estados Unidos e Israel), con 3 abstenciones.

¿Cómo puede el embargo anular el derecho constitucional de los ciudadanos estadounidenses a viajar?

Aunque la Corte Suprema ha reconocido el derecho a viajar en Kent v. Dulles (1958), no es absoluto. En dos casos, Zemel v. Rusk (1965) y Regan v. Wald (1984), la Corte rechazó las impugnaciones a las restricciones del embargo sobre los viajes a Cuba, sosteniendo que el presidente tiene autoridad para limitar los viajes por motivos de seguridad nacional. Si usted es una “persona sujeta a la jurisdicción de los EE. UU.” (es decir, un ciudadano o residente de los EE. UU. u otra persona dentro de los Estados Unidos, independientemente de su nacionalidad), solo puede viajar a Cuba bajo una de las 12 categorías de viaje autorizadas por los EE . UU. Departamento de Tesoreria.

¿Cuba puede comprar alimentos y medicinas bajo el embargo?

Sí, pero no libre o fácilmente. Las empresas estadounidenses pueden exportar productos agrícolas a Cuba solo si el gobierno cubano paga en efectivo por adelantado. No se permiten ventas a crédito, que no es la forma en que normalmente funciona el comercio internacional. Las empresas estadounidenses pueden vender suministros médicos a Cuba “solo para el uso y beneficio del pueblo cubano”, solo si no se utilizan con fines biofarmacéuticos (por ejemplo, fabricación de vacunas), y solo si el gobierno de los Estados Unidos certifica que se cumplen estos requisitos. Estos requisitos son tan onerosos que muchas empresas deciden no vender a Cuba en lugar de cumplir con ellos; un ejemplo reciente es la empresa que decidió cancelar un contrato para vender ventiladores a Cuba durante la pandemia de COVID-19.

¿Es el embargo responsable de los problemas económicos de Cuba?

En parte, sí. La economía cubana sufre una serie de problemas estructurales crónicos derivados de la adopción de un modelo de planificación central al estilo soviético en la década de 1970. Aunque está llevando a cabo reformas orientadas al mercado, sus debilidades estructurales persisten. Hacen que Cuba sea especialmente vulnerable a las conmociones y presiones económicas externas, de las cuales el embargo es la más significativa y persistente. El gobierno cubano estima que el embargo le cuesta más de 3.000 millones de dólares anuales en gastos adicionales en los que incurre al comerciar con otros socios. La Comisión Económica para América Latina de la ONU estimó que el embargo ha costado $130 mil millones (a precios actuales) desde que se impuso, o aproximadamente $2 mil millones anuales en promedio.

¿Terminaría automáticamente el embargo si el presidente no lo renovara todos los años?

No. La autoridad estatutaria para el embargo en virtud de la Ley de Comercio con el Enemigo caducará si el presidente no la extiende cada septiembre como lo exige la ley, pero la codificación del embargo en virtud de la Ley para la Libertad y la Solidaridad Democrática de Cuba seguirá vigente. .

¿Puede el presidente levantar el embargo unilateralmente?

Legalmente, probablemente podría. Políticamente, probablemente no lo haría. El abogado Robert Muse y otros han argumentado que debido a que no hay limitaciones en la autoridad de otorgamiento de licencias del presidente especificadas en la Ley de Comercio con el Enemigo o en la CACR, el presidente podría autorizar la eliminación del embargo en su totalidad simplemente autorizando una licencia general para todos transacciones con Cuba. El argumento en contra de esta interpretación es que tal ejercicio de autoridad violaría la clara intención de la ley, ya que la Ley de Libertad y Solidaridad Democrática Cubana establece condiciones específicas para el levantamiento del embargo. Muse responde que la ley es una infracción inconstitucional de la autoridad del presidente para conducir la política exterior, que el presidente Clinton sugirió en sudeclaración de firma . Políticamente, un presidente tendría que estar dispuesto a arriesgarse a una confrontación con el Congreso para dar este paso y, hasta ahora, todos los presidentes han aceptado la interpretación de que el embargo solo puede levantarse bajo los términos de la Ley para la Libertad y la Solidaridad Democrática de Cuba o después de su aprobación. revocar.

¿Cuánto durará el embargo?

Como sugiere la longevidad del embargo, no hay ninguna disposición que lo ponga fin automáticamente. La Ley de Libertad y Solidaridad Democrática de Cuba prohíbe levantarla hasta que el gobierno cubano se haya convertido en una democracia multipartidista de libre mercado, y hasta que todas las propiedades de los ciudadanos estadounidenses, incluidos los cubanoamericanos, nacionalizadas después de 1959 sean devueltas o compensadas. La continua influencia de los cubanoamericanos conservadores en el Partido Republicano y su fuerza electoral en Florida ha transformado el embargo de un asunto de política exterior a un asunto de política interna . En consecuencia, es poco probable que el Congreso derogue el embargo en un futuro previsible.

Pero un presidente realista dispuesto a declarar abiertamente lo que la mayoría de los analistas de política exterior reconocen, que el embargo es un fracaso contraproducente, podría usar su autoridad ejecutiva para autorizar amplias categorías de comercio e intercambio, dejando el embargo legal como una cáscara vacía.

Se agrava la crisis del capitalismo estadounidense, cuando deuda nacional alcanza $30 billones


El anuncio del Departamento del Tesoro de EE.UU. de que la deuda nacional pública superó los $30 billones constituye un hito de la profundización de la histórica crisis del capitalismo estadounidense.

Durante las últimas décadas, particularmente desde el derrumbe financiero de 2009, la clase gobernante y las instituciones de su Estado han intentado ocultar esta crisis inundando el sistema financiero con dinero creado con presionar un botón. Pero sigue manifestándose y asumiendo formas cada vez más malignas.

En su reporte sobre el nivel de la deuda, el New York Times lo describió como “un hito fiscal ominoso que subraya la naturaleza frágil de la salud económica del país a largo plazo, mientras lidia con el aumento de los precios y la posibilidad de mayores tasas de interés”.


El Capitolio de EE.UU. en Capitol Hill, Washington, 2 de noviembre de 2020 (AP Photo/Patrick Semansky)

Es casi imposible concebir el tamaño de la deuda. Pero, para ponerlo en perspectiva, los $30 billones son $7 billones más que el producto interno bruto de EE.UU.: el total de bienes y servicios producidos en un año, que actualmente es de $23 billones.

Y el paso del aumento de la deuda se acelera. A inicios de 2020, se pronosticaba que alcanzaría $30 billones para el fin de 2025. La aceleración se le está atribuyendo al mayor gasto por la pandemia. Pero dicho análisis ignora dos hechos vitales.

En primer lugar, el golpe asestado por el coronavirus a la economía estadounidense se multiplicó muchas veces por la negativa criminal del Gobierno, bajo Trump y Biden, de tomar medidas de salud pública significativas, especialmente para contener el brote desde un inicio. Esto se debió al temor de que afectara negativamente la bolsa de valores. Además, gran parte del gasto en la pandemia ha estado conformado por los miles de millones de dólares entregados a las grandes corporaciones, al tiempo en que se les ha concedido más exoneraciones fiscales.

En segundo lugar, el aumento de la deuda, que se remonta varias décadas, no se debe al aumento en el gasto en servicios e instalaciones sociales. De hecho, este gasto se ha seguido disminuyendo. En cambio, deriva del aumento en el gasto militar —el actual presupuesto militar alcanzó un nuevo récord de $770 mil millones—, así como los continuos recortes de impuestos para los ultrarricos y las mayores corporaciones, muchas de las cuales, como lo han demostrado varios estudios, pagan ningún o pocos impuestos.

Estas políticas se han mantenido consistentes en los Gobiernos de Bush, Obama, Trump y Biden.

Además, el aumento de la deuda nacional es el resultado de profundos más profundamente arraigados en la transformación del modo de acumulación de ganancias en la economía estadounidense.

Las últimas cuatro décadas y más han visto el auge de la financiarización, el proceso por el cual se acumulan cada vez más los beneficios de las operaciones financieras a través del mercado de valores. Esto se ha acelerado en los últimos dos años, en los cuales Wall Street alcanzó nuevos récords, dando lugar a la transferencia de billones de dólares a las arcas de los milmillonarios pandémicos. Los mismos procesos están en marcha en todas las economías capitalistas del mundo, pero asumen su forma más extrema en EE.UU.

Las preguntas inmediatas que surgen son cómo se pagará esta deuda y cuáles son sus implicaciones para la clase trabajadora.

En su intervención en la reunión virtual del Foro Económico Mundial el mes pasado, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, dijo que era “importante evaluar la sostenibilidad de la deuda en el contexto del entorno de los tipos de interés” y que la carga de la deuda estadounidense era “muy manejable” debido a los bajos tipos de interés.

La llamada “gestión” de la deuda nacional se lleva a cabo a través del mercado de bonos del Tesoro de EE.UU. que emite el Gobierno estadounidense y que son comprados por los inversores financieros. Sin embargo, en marzo de 2020, cuando Wall Street se desplomó, este proceso se vino abajo por completo al producirse una huida de la deuda pública. En el punto álgido de la crisis, no se pudieron encontrar compradores para los bonos del Tesoro, que supuestamente son el activo financiero más seguro y estable del mundo.

La crisis, que amenazó con derribar los mercados financieros estadounidenses y mundiales, solo se evitó gracias a una intervención masiva del banco central de la Reserva Federal o “Fed”, que respaldó todos los ámbitos del sistema financiero, gastando en un momento dado un millón de dólares por segundo. El resultado es que, mientras que en 2008 la Fed tenía 800 mil millones de dólares de activos en sus libros, ahora tiene algo menos de 9 billones.

En la última década, la deuda nacional se ha financiado cada vez más mediante una operación de “Round Robin” (ida y vuelta) en la que un brazo del Estado, el Gobierno, emite deuda en forma de bonos del Tesoro, mientras que otro brazo, el banco central, la compra.

Se ha calculado que desde que la Fed comenzó su segundo programa de flexibilización cuantitativa en 2010, sus compras de deuda del Tesoro han financiado entre el 60 y el 80 por ciento de todas las necesidades de endeudamiento del gobierno.

El resultado ha sido el mantenimiento de los tipos de interés en mínimos históricos, alimentando un auge de las cotizaciones bursátiles hasta sus máximos históricos.

Pero hay un viejo dicho económico: si un proceso es intrínsecamente insostenible, entonces debe detenerse. ¿Cómo terminará entonces esta orgía financiera?

La respuesta se encuentra en la propia naturaleza del capital financiero. Tiene un carácter esencialmente depredador. Los activos financieros no encarnan en sí mismos ningún valor, sino que son un reclamo sobre el valor, en particular, la plusvalía extraída de la clase obrera en el proceso de producción.

La esencia del capital financiero, como señaló Karl Marx, es su afán por “enriquecerse, pero no mediante la producción, sino embolsándose la riqueza disponible de otros”.

Este impulso tan fuertemente arraigado en todas las estructuras del capitalismo estadounidense, asume dos formas: la guerra en el extranjero y la contrarrevolución social contra la clase obrera en casa.

La escalada de provocaciones del Gobierno de Biden contra Rusia en relación con Ucrania está impulsada en gran parte por el intento de proyectar hacia el exterior las crecientes tensiones sociales y políticas en Estados Unidos. Además, hay factores económicos a más largo plazo en juego.

Desde la liquidación de la Unión Soviética por parte de la burocracia estalinista en 1991, varios sectores importantes de la clase gobernante estadounidense y sus representantes, incluyendo al difunto asesor de seguridad nacional demócrata Zbigniew Brzezinski, han visto el saqueo de los vastos recursos de Rusia como un medio para superar el declive económico del capitalismo estadounidense.

La crisis del sistema financiero ejemplificada en el aumento la deuda nacional a dimensiones antes inimaginables es en esencia una crisis de valor. Y la única fuente de valor en la economía capitalista es la clase trabajadora. El valor solo puede ser devuelto a la montaña de capital ficticio, de la cual la deuda nacional es un componente, intensificando la explotación de la clase obrera hasta nuevos niveles.

Los incidentes pequeños a veces arrojan luz sobre desarrollos de mayor envergadura. Ese es el significado de un reciente artículo del Wall Street Journal, que decidió presentar el comentario de un director general de una empresa que se vio obligado a elevar el salario inicial de los trabajadores de 15 dólares por hora a entre 16 y 18 dólares, y manifestó su inquietud de que “no sabemos cuándo terminará esta hiperinflación de los costes laborales”.

Mientras tanto, según un informe de Bloomberg, los milmillonarios que lucraron en la pandemia, como el jefe de Amazon, Jeff Bezos, buscan superarse en sus compras de superyates de millones de dólares, cuyos pedidos han aumentado un 77 por ciento respecto al año anterior.

Las líneas de batalla entre las clases se están marcando. La clase gobernante tiene una agenda clara: guerras por saqueo y un asalto masivo a los salarios y las condiciones sociales de la población para enriquecerse aún más.

La clase obrera debe responder con su propio programa independiente elaborado hasta sus últimas consecuencias: la lucha por el socialismo, la abolición del sistema de lucro capitalista y la construcción de un partido revolucionario que ofrezca una dirección a esta lucha de vida o muerte.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 2 de febrero de 2022)

Díaz-Canel: ¡Hay que seguir trabajando! (+Video)

Hasta La Purísima, un barrio del capitalino municipio del Cotorro, llegó este viernes el Presidente Díaz-Canel para dialogar con sus vecinos y visitar las obras que se han emprendido como parte de las transformaciones que viven comunidades vulnerables de La Habana.

Foto: Estudios Revolución

«Cuando vi a Díaz-Canel metido en los barrios me dije: ¡Esto va! ¡Ahora sí!» De pie, sobre una ancha acera, concluida pocos días atrás, Nereyda Hernández Campo cuenta a nuestro equipo de prensa cómo se han vivido en su barrio las acciones de rehabilitación que desde hace meses se realizan.

«¡La calle es una maravilla! ¡Y las aceras!», dice la abuela, que desde hace 32 años vive en el barrio La Purísima, ubicado en el capitalino municipio del Cotorro. Esta es una de las 126 comunidades habaneras consideradas en situación de vulnerabilidad y que este viernes fue recorrida por el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Cualquiera que visite el vecindario —con casi todas sus casas en buen estado constructivo a ambos lados de la calle principal y otras muchas entrecalles— podría preguntarse hoy si en verdad es tal la situación de vulnerabilidad que allí existía.

Foto: Estudios Revolución

Esa imagen es solo para el visitante, ajeno a la realidad que meses atrás definía esta zona, donde la amplia calle no era más que un camino de «pura tierra, baches y piedras». Definida así por algún vecino mientras se esperaba la llegada del Jefe de Estado, lo cierto es que hoy ninguno de ellos puede evitar hablar de las «maravillosas calles» y sonreír.

Cuentan que antes no era común ver niños jugando en las calles y ahora «la cosa ha cambiado mucho». Es lindo —confesó Paula Noda, quien por 25 años ha vivido en La Purísima— ver a los pequeños montando carriolas, chivichana, bicicleta; incluso a los adultos, el estado en que se encontraban las calles nos dificultaba comunicarnos.

«El barrio estaba en candela antes de arreglar las calles». Así de simple, definió desde sus 18 años la joven preuniversitaria Denise Barison Martínez. Nosotros ayudamos a barrer, a recoger basura, repartimos merienda... este es un lugar tranquilo, la gente se ayuda mucho, pero antes si no era una necesidad casi no salíamos a las calles, recuerda.

«Ahora es diferente, salimos a caminar, hacemos actividades entre los jóvenes: este es un barrio activo», contó emocionada, contenta de sentir que aquí puede dar forma a un proyecto de vida que convoque a los jóvenes.

Con una población de 1 984 habitantes y 642 viviendas, La Purísima es un reparto residencial del consejo popular Magdalena-Torriente donde, según definió la delegada de circunscripción, Yuleidis Infante Rodríguez, el mayor problema siempre estuvo asociado al estado de los viales.

Como explicaron al Presidente Díaz-Canel durante el recorrido —en el cual estuvo acompañado todo el tiempo por las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en la provincia y el municipio— aquí se han empleado unas 5 000 toneladas de asfalto en la pavimentación y se han construido aproximadamente 35 kilómetros de acerca.

Del total de las viviendas —la mayoría en muy buen estado constructivo— solo diez se encuentran en mal estado y han requerido acciones de rehabilitación. Como parte de ese proceso se atiende también la situación habitacional que presentan las diez madres que con tres o más hijos viven en La Purísima.

Idai Rojas Pino es una de ellas. Desde hace cinco años reside allí y hace poco recibió la buena nueva de haber sido beneficiada con un subsidio para reparar un local que será convertido en vivienda para ella y su familia. «En lo personal para mí es una gran noticia», dice mientras toma la mano de uno de sus hijos, sin poder ocultar la emoción que la embarga.

Mucho falta por hacer en La Purísima en medio de tantas urgencias cotidianas. Los vecinos, que participan activamente en el  proceso de transformación, lo saben, y también reconocen y agradecen la manera en que se han volcado todos a embellecer y rehabilitar instalaciones que dan «otros aires al barrio».

Foto: Estudios Revolución

Sobre todo ello pudo apreciar el mandatario cubano desde el primer momento en que puso un pie en el vecindario. El Consultorio del Médico y la Enfermera de la Familia, recién pintado y muy organizado, fue el momento inicial de su recorrido. Para satisfacción de muchos, no solo se trabajó en mejorar las condiciones de ese local, sino también de las casas de la doctora y la enfermera que en él laboran.

Después Díaz-Canel continuó hacia el mercado de servicios; la panera; la escuela primaria Luis de la Puente Uceda y el Jardín de la Infancia Pioneros del Futuro. En todas esas instituciones se realizaron importantes obras de reparación con el apoyo de organismos de la Administración Central del Estado, entre ellos el Grupo Empresarial de la Industria Sidero Mecánica (GESIME); el sector no estatal; trabajadores sociales y vecinos de la comunidad.

«¡Presidente, estamos muy agradecidos! ¡Gracias por tanto amor! ¡Confiamos en la Revolución!» Decían habitantes de La Purísima al paso del Jefe de Estado por los diferentes lugares.

A ellos habló entonces de seguir trabajando y mantener lo que hemos hecho para avanzar en la solución de nuevos problemas; de mejorar las infraestructuras, pero también trabajar en la espiritualidad de las comunidades con proyectos culturales, de emprendimiento, de trabajo social; de escuchar a los jóvenes, para saber qué quieren en su barrio; de participar todos y controlar juntos para que los recursos disponibles se aprovechen bien.

«¡Hay que se seguir trabajando!» Así, sin muchos rodeos, definió el Presidente cubano el camino que se debe andar para consolidar cada una de las transformaciones que se han iniciado en muchos barrios cubanos. Es un reto al que estamos convocados todos.

Foto: Estudios Revolución

https://www.youtube.com/watch?v=x5WroXhpYZY&t=4s

Decálogo de la participación

Por Rafael Alhama Belamaric

Corto y claro, menos de tres minutos, aunque el camino para alcanzarlo es de esfuerzo continuado, y multidimensional. Bien lo saben los cientístas sociales que a lo largo del último medio siglo han hecho investigaciones, intervenciones, experimentos con distintos tipos de colectivos y disímiles resultados. Todos a tener en cuenta, pero lamentablemente la mayoría perdidos en el tiempo y los archivos.

Probablemente, sea la palabra, el tema, que más se menciona en los últimos meses en todo tipo de discurso, y artículo, académico o no, claro, además de la inflación. Pero, ¿es este acto, o proceso, una voluntad divina, un deseo, una necesidad, que se aparece espontáneamente y se cumple de forma automática, o es parte de la construcción de una cultura participativa que implica de entrada un clima de confianza?

Sin entrar en grades explicaciones, si la participación, individual o colectiva, se desarrolla por los sujetos para crear y dar forma al entorno social, político, económico en el que viven, y así influir activamente en los procesos que aquellos implican, evidentemente debe ser algo complejo, y como tal debe tratarse.

Entonces, será importante participar porque: constituye un elemento imprescindible de la ciudadanía democrática, largamente subvalorado, desatendido. Es mediante, que se ejerce la condición ciudadana, en todos los ámbitos de la vida cotidiana, no en uno, no sólo en la

ciomunidad, no sólo en la empresa. Es la materialización, la práctica del sujeto político, tan largamente tratado, pero poco o mal aplicado, o manipulado. Se trata de derechos otorgados derechos aplicados.

¿ Y dónde comienza este aprendizaje, esta construcción de cultura?

Pues seguramente desde la escuela y la más temprana juventud, como etapa de preparación ciudadana. Es donde se comienza a crear el clima de confianza, se aprenden los derechos y deberes, cómo se llevan a cabo los procesos de cambio, y cómo han sido los procesos de cambio sociopolítico de la sociedad en que se vive. También se aprende la visión crítica sobre la sociedad en las que viven, cuáles son las prácticas institucionalizadas, cuáles pueden ser legítimas, cuáles hay que deslegitimar.

Es así como se comienza el aprendizaje, antes de la adultez, de cómo es importante la “socialidad“, para estar y hacer con los demás, y no hacer la vida futura de lobo solitario. No es posible, es casi imposible, que llegados a la tercera década de vida se oiga por primera vez hablar de lo importante que es la vida social, o la socialidad, política, social, emocional y expresivamente. Así también se llega a la expresión de individualidad, individualización (diferente a individuo “individualista“). No para „fiestear“, sino para vivir en sociedad, y decidir de conjunto sobre la vida.

Sería interesante investigar en una población joven cuáles son las actitudes que prevalecen hoy, a la usanza del mundo, entre “inmovilismo“, “conservadurismo“, “reformismo“, “radicalismo“. Pero, eso son especulaciones.

Cuando se trata de jovenes, no hay un modelo fijo, sino muchos caminos, a veces poco diferenciado, pero siempre expresivo, y esta falta de tipología estable hay que tenerlo en cuenta. Ellos mismos lo expresan, hoy día son inevitables las redes que se tejen en función de las más disímiles causas, o simplemente aglutinadores colectivos. Mas temprano que tarde o se destejen, desparecen, o estos caminos informales terminan en un escalón superior de organización participativa, con formas realmente creativas y colaborativas de participación sociopolítica. A estás formas hay que prestarle atención y apoyo.

Hasta aquí, la idea o reflexión, es acerca de la importancia de prestarle atención, y ayudar al aprendizaje de la participación en edades juveniles, porque sólo así, mediante repetición, duración en el tiempo que lo convierta en hábito , con resultados visibles, se puede llegar a la edad madura con una clara visión de la relaciones con los demás ciudadanos, los vínculos que los identifican y generan implicaciones, o mejor, participación activa consciente, con autonomía de los participantes y decisiones que se tienen en cuenta.

Entonces, ¿Cómo y donde se aprende a participar?

· La participación debe ser un proceso de acción

· Para que sea efectiva debe disponer de mecanismos, instrumentos y conocimientos

· Es importante tener en cuenta quién y cómo convoca

· Se aprende participando

· Conlleva implicación, tomar decisiones, parte en las acciones, y responsabilidades individuales y colectivas

· Reconocer a todos los participantes como sujetos políticos activos

· Parte clave del proceso del protagonismo democrático ciudadano

Partiendo de la voluntad política, trataré de formular un decálogo de participación (abierto), que puede ser válido para cualquier ámbito y nivel de decisión:

1. Derecho reconocido, regulado y protegido para una participación real y trasparente basado en consenso entre los colectivos y los actores sociales y políticos

2. Ambiente de confianza, accesibilidad abierta y activa de la información, con igualdad de oportunidades.

3. Intervenciones factibles, de calidad con intervención directa en la toma de decisiones, en cada paso del este procerso, así como la gestión al nivel que sea.

4. Compromiso y respuesta sea del gobierno municipal, sea de la empresa, con las decisiones tomadas y consensuadas entre ciudadanos-trabajadores-administración

5. Continuidad en el tiempo con mecanísmos para adaptar a la realidad en cada caso (comunidad, municipio, territorio, empresa, u otro)

6. Contar con recursos suficientes para materializar una participación efectiva, con controles efectivos de los objetivos, acciones, tiempo de ejecución, presupuesto.

7. Sencilla y agil en la tramitación entre los acuerdos y la ejecución

8. Tecnología de información y comunicación que posibilita visualizar los pasos de todos los procesos

Las propuestas de tres economistas para controlar la inflación en Cuba

 Por: Edilberto Carmona Tamayo, Lissett Izquierdo Ferrer




Enfrentar la elevada inflación, que hoy “se come la capacidad de compra del salario”, es el principal reto de la economía cubana. Lo ha dicho el Gobierno y lo perciben día a día los bolsillos domésticos. “En Cuba hay una exageración de precios”, resumía así la situación un lector de Cubadebate

Cuando googleamos inflación aparecen, en primera instancia, dos acepciones:

  • Incremento excesivo de algo.
  • Proceso económico provocado por el desequilibrio existente entre la producción y la demanda; causa una subida continuada de los precios de la mayor parte de los productos y servicios, y una pérdida del valor del dinero para poder adquirirlos o hacer uso de ellos.

Las consecuencias de este fenómeno llegan a cada establecimiento. No importan el lugar, el producto ni su calidad, los precios han aumentado –con excepción de determinados bienes y servicios ofertados por el Estado- mucho más de lo previsto en la Tarea OrdenamientoEscasez de oferta, costos elevados y una tasa cambiaria informal que se mueve en una creciente espiral especulativa, estallan en las tablillas en cada rincón de la isla. 

Inevitablemente, el impacto de la pandemia se ha hecho sentir en el país, en medio del ordenamiento monetario. Porque la covid-19 ha provocado “un alza de los precios a una escala que no se veía desde hace décadas”, subrayan por estos días medios de prensa internacionales, calificando a la inflación como “un problema que da la vuelta al mundo”.   


Para encontrar posibles soluciones a este desafío, Cubadebate consultó a los economistas José Luis Rodríguez, asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial y Premio Nacional de Economía; Ricardo González, profesor e investigador de la Universidad de La Habana, y Jesús Pulido Catasus, director general de Coordinación y Asesoría de la Asociación Nacional de Economistas de Cuba.

¿Cómo frenar la alta inflación que padece la economía cubana?

—José Luis Rodríguez: En primer lugar, es necesario tener en cuenta que la inflación –como aumento generalizado de los precios de bienes y servicios en un período de tiempo determinado- es uno de los fenómenos de mayor complejidad que puede enfrentar una economía y no existen soluciones sencillas y rápidas para enfrentarla y revertir sus efectos.

“A primera vista la causa de la inflación se relaciona con un fuerte desequilibrio entre una demanda solvente y la oferta en el mercado, pero esa situación puede ser provocada por múltiples causas, entre las que se destacan una caída de la disponibilidad de bienes y servicios unida a un aumento de la liquidez en manos de la población.

“En el caso de nuestra historia económica reciente, la inflación que se desató en el Período Especial obedeció a una caída de casi el 35% del PIB entre 1989 y 1993, unida a un incremento de la liquidez en manos de la población que alcanzó algo más del 73% del PIB. Un análisis más reciente muestra que en el 2020 el PIB cayó un 10.9% y la liquidez en manos de la población representó el 121% del PIB, lo que elevó notablemente la tasa de inflación. Otro elemento indicativo de la existencia de fuertes presiones inflacionarias fue que el déficit del presupuesto se elevó hasta el 17.7% del PIB en 2020, cifra que en 1993 alcanzó el 33.5%.[1]

“La estadística disponible evidencia que ya antes del 2020 existía una presión inflacionaria creciente al aumentar la masa de dinero en circulación con una disponibilidad menor de bienes y servicios, situación que se agudizaría en el 2020 y el 2021 por la crisis debido a la irrupción de la pandemia.

“Por otro lado, la eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria que se implementó en el 2021 mediante una devaluación del peso cubano frente al dólar de EE.UU. respondía a la necesidad de ajustar la contabilidad social para reflejar adecuadamente los hechos económicos. En este caso y como ocurre con toda devaluación, se produjo un incremento de la presión inflacionaria y la misma se previó compensarla con aumentos de los salarios y las pensiones de los jubilados. Sin embargo, debido a la crisis que provocó el rebrote de la covid-19, no se alcanzó a cubrir el aumento de los precios que se observó en el mercado. De este modo, se produjo una inflación superior a lo previsto. Se registró un incremento de los precios minoristas estimada por la ONEI en 77.33% hasta diciembre del 2021, pero con aumentos acumulados superiores en transporte (188.60%), servicios de la vivienda (153.54%) y alimentos y bebidas no alcohólicas (113.50%).[2] Diversos autores estiman datos superiores a estas cifras.

“Para enfrentar esta situación se requiere un programa que –por un lado- mitigue de inmediato los efectos de la inflación en las personas y por otro reduzca el índice de precios al consumidor a mediano plazo.

“Para cubrir la mitigación señalada, es preciso concentrarse en elevar los ingresos reales en el segmento más vulnerable de la población:[3] personas que reciben asistencia social, pensionados de la seguridad social y trabajadores cuyo salario es menor que la media del salario nominal del país. Para ello deben indexarse los ingresos a percibir en relación al costo de la canasta básica definida en la Tarea Ordenamiento. Estos ingresos no necesariamente se brindarían en dinero en efectivo, sino que puede utilizarse la variante de bonos para adquirir productos o servicios que eleven el poder de compra de las personas beneficiadas.

Para cubrir el costo de esa medida, pueden redistribuirse recursos del Presupuesto del Estado reduciendo los subsidios indiferenciados a productos y servicios, sustituyéndolos por subsidios a las personas que lo necesiten.[4] También puede utilizarse la emisión de bonos de deuda pública para ser vendidos a personas naturales con el fin de cubrir estas erogaciones y reducir los subsidios por pérdidas a las empresas que muestren una irrentabilidad sostenida producto de su mala gestión.

“El programa antinflacionario propiamente puede brindar beneficios a mediano plazo al concebirse como un programa de estabilización macroeconómica, pero que demanda recursos de inmediato.

“Es por ello que muy sintéticamente se añade un grupo de las medidas fundamentales a incluir ese programa en el orden en que se exponen, las que pudieran ser las siguientes:

  1. Desarrollar un proceso de renegociación de la deuda externa bajo nuevos mecanismos, que permita restaurar los flujos financieros corrientes y a largo plazo que requiere la economía cubana. Vincular este proceso con una política más flexible de captación de la inversión extranjera directa.
  2. Reordenar la prioridad en el uso de los recursos disponibles y especialmente de las inversiones del país para priorizar producciones -especialmente de alimentos-, que incidan directamente en la reducción de la tasa de inflación mediante la elevación de la oferta en el mercado.
  3. Redistribuir los recursos del Plan de la economía para reducir el déficit de divisas de la balanza de pagos. Al mismo tiempo reducir el déficit del Presupuesto del Estado al 6% anual en los próximos cinco años y asegurar la recuperación del PIB del 2019 en los siguientes tres años. Esto debe llevar a la revisión de las metas del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social 2030 para hacerlo sostenible y coherente con la reducción de la tasa de inflación.
  4. Implementar esquemas de convertibilidad segmentados temporales para corregir el diferencial de la tasa de cambio oficial del CUP con la tasa de la economía informal para reducir esta última al más breve plazo posible.
  5. Revisar las fichas de costo de las empresas estatales con vistas a reducir los precios de sus producciones y servicios, especialmente aquellos que impactan directamente en la población.
  6. Desarrollar mecanismos que permitan encadenar productivamente las mipymes no estatales con el sector estatal, asegurando la fijación de precios por acuerdo para la producción y los servicios de las mismas”.

—Ricardo González: Antes de pasar a contestar la pregunta quiero decir que existe una vasta experiencia internacional en el manejo de la inflación. Por lo tanto no debemos abrumarnos, sino tomar acciones oportunas. La inflación no es un fenómeno nuevo y se conoce con mucha precisión qué instrumentos permiten dar estabilidad a los precios en una economía. Casi todos los países de América Latina y el Caribe –incluido el nuestro- han experimentado de una forma u otra episodios de este tipo y al final han logrado sobreponerse; el ejemplo más reciente es el de Venezuela donde ha habido importantes progresos al respecto en los últimos tiempos.

“Lo segundo que quiero decir es que controlar la inflación no es sinónimo de volver a los precios que existían en enero de 2020, o sea, antes de que tuviera lugar la crisis económica de la covid-19, y luego, el ordenamiento monetario. Por lo tanto, debemos ajustar nuestras expectativas sobre el objetivo a alcanzar. La meta que debemos proponernos es la de detener la tendencia que hemos estado observando en los mercados a lo largo del año 2021.

“Para controlar la inflación debemos actuar al unísono sobre factores de oferta y demanda.

“Desde el lado de la oferta, es sumamente importante seguir profundizando en transformaciones pendientes asociadas a la actualización del modelo económico cubano. Los economistas llamamos a este tipo de transformaciones reformas estructurales, en el entendido que permiten aumentar la oferta. Al respecto, hay varios asuntos que atender. Por una parte, seguir fomentando el surgimiento de nuevos actores, pymes, CNA y TCP. Quiero enfatizar en que, posiblemente, ésta fuera la medida económica más trascendental que se haya tomado en Cuba en los últimos 30 años; sin embargo, necesitamos complementar con otras para potenciar sus efectos positivos.

“Por ejemplo, es muy importante crear los llamados mercados de factores de producción, en particular, mercados de insumos y capital. Necesitamos que las empresas puedan acceder a recursos productivos de forma rápida y a menor precio para poder controlar la inflación de costos, o sea, la inflación que se genera por incremento de los costos de producción. Parecería que permitir la participación de nuevos actores en la comercialización mayorista y minorista -con vínculos a la importación- es una medida a tono con este propósito, porque conformar un mercado de insumos y de capitales a base exclusiva de recursos estatales resultaría una meta irrealista, en particular, en el escenario actual. Yo diría que esta medida es específicamente importante en el sector agropecuario; mientras los productores no accedan a insumos de forma regular –por ejemplo, fertilizantes, plaguicidas, combustibles - habrá poco que esperar.

“El otro desafío pendiente es la creación de un mercado cambiario empresarial (una CADECA empresarial, decimos los economistas). Nuestra economía es muy dependiente de las importaciones, por lo tanto, el tipo de cambio es un precio muy importante para las empresas. Claro, el problema es cómo acometer esta tarea en medio de tanta escasez de divisas. Sobre este punto los economistas estamos divididos entre los que piensan que hay que dejar que el tipo de cambio flote hasta su valor de equilibrio; y otros –entre los cuales me incluyo- que pensamos que hay que avanzar hacia el equilibrio con cierto gradualismo, administrando temporalmente con tipos de cambios múltiples y otras medidas de naturaleza parcial. Es justo decir que ambas opciones tienen pro y contras; no obstante lo más costoso es no hacer nada y quedarnos donde estamos hoy.

“Otra de las transformaciones pendientes está en temas de financiamiento a las empresas. Es difícil que las empresas respondan con más producción bajo un escenario de restricciones de financiamiento. Aprovecho para destacar los hallazgos de un proyecto conjunto desarrollado entre el Ministerio de Economía y Planificación y la CEPAL, conocido como CIFFRA, que ha puesto de relieve las importantes reservas que aún existen en Cuba para mejorar el acceso de las empresas a financiamiento, fundamentalmente, externo, que como se conoce es bien limitado.

“Por último, si queremos incrementar la oferta, y mitigar así la inflación, es muy importante reducir los importantes problemas de asignación de recursos que tiene nuestra economía. Sucede que hay empresas de alto desempeño que acceden a menos recursos productivos que los que les correspondería según sus niveles de productividad. Por el contrario hay otras de menor productividad relativa que retienen una proporción mayor de dichos recursos. Este fenómeno es un ejemplo de lo que se conoce como ineficiencia asignativa. Resolverlo es una de las palancas más importantes que tiene ahora mismo el país para promover crecimiento económico en el corto plazo. Los pocos recursos que dispone la economía cubana deben ser asignados ahí donde más rinden, caso contrario, se termina penalizando el crecimiento agregado.

“Ahora, la inflación debe atenderse también desde el lado de la demanda. En este sentido el control de ciertas fuentes de emisión monetaria es clave. Lo primero es revisar los valores de déficit fiscal que hoy son excesivamente altos, 18 puntos del PIB. La posibilidad que tiene la economía cubana de financiar ese déficit es bien limitada, por lo tanto, reducirlo es una cuestión de primer orden o el costo será asumir más inflación. Lo otro sería resistir la tentación de subir salarios mientras la productividad no lo permita. Esto es muy importante, porque la reacción natural a la inflación es pensar en mayores salarios; y este razonamiento peligroso puede conducir a una espiral inflacionaria que agrave la situación en lugar de mejorarla. No quiero decir que no se pueda incrementar ciertos salarios en la economía pero habría que fundamentar muy bien la decisión. Por último, mejorar la coordinación macroeconómica entre instituciones con funciones presupuestarias y financieras (en particular MFP, MEP y Banco Central) es fundamental.

“Estos serían algunos de los temas que atender. Naturalmente hay otros, como por ejemplo, el control de las expectativas de los agentes que es también decisivo”.

—Jesús Pulido Catasus: A su juicio, para enfrentar cualquier proceso inflacionario se requiere la adopción de un conjunto de medidas o acciones que permitan el desarrollo eficiente y eficaz de todas las fuerzas productivas de un país. En el caso de Cuba, propone:

  1. Hacer extensiva la medida tomada con los viajeros, quienes pueden entrar al país alimentos, medicinas y productos de aseo, a otros bienes de consumo popular, a través del sistema de paquetería desde el exterior. Ampliar la gestión de las transitarias con la contratación de gestores y transportistas particulares para aumentar la eficiencia en la distribución de esos productos.
  2. Permitir a todos los actores económicos que puedan decidir acerca de cómo realizar sus exportaciones e importaciones.
  3. Detener el inicio de algunas inversiones que requieren grandes volúmenes de MLC y dedicarlo al financiamiento de pequeñas fábricas para producir alimentos por productores de las cooperativas agropecuarias, mediante préstamos con bajas tasas de interés.
  4. Concentrar el trabajo de las empresas estatales agropecuarias en la prestación de servicios a bajo costo a los productores agropecuarios de las CPA, CCS y UBPC.
  5. Estimular la inversión extranjera en la producción de caña de azúcar, azúcar crudo y refino y derivados respectivos hasta lograr niveles de producción de caña de azúcar que se correspondan, inicialmente, con la capacidad industrial conque cuenta el país.
  6. Poner a flotar la MLC, autorizada en el país, respecto al CUP, de forma tal que se acerque cada vez más al mercado informal interno.
  7. Crear un mercado de MLC, con un volumen equivalente a 100 millones de USD, para que los actores económicos -estatales y privados- puedan adquirir divisas convertibles. En la medida que aumente el rendimiento de estas operaciones ampliar el fondo de préstamos.
  8. Establecer la convertibilidad parcial de las utilidades netas, inicialmente de las empresas estatales socialistas, y posteriormente del resto de los actores económicos, en correspondencia con las posibilidades financieras con que cuente el país.
  9. No subsidiar los precios de los combustibles que se le venden a todos los actores económicos hasta lograr su liberación total de las asignaciones centralizadas.
  10. Permitir que proveedores internacionales mayoristas de bienes y servicios puedan participar con su capital y sus mercancías en el sistema empresarial cubano, tanto mayorista como minorista.
  11. Revisar la canasta de productos y servicios básicos, a partir de todos los precios actuales, para conocer el real poder adquisitivo que tiene la población. Esto permitirá tomar decisiones con aquellos salarios que queden centralizados por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.


Fuentes:
[1] Ver ONE “Anuario Estadístico de Cuba 1996” La Habana, 1998 y ONEI “Anuario Estadístico de Cuba 2020” La Habana 2021  www.onei.gob.cu
[2] Ver ONEI “Indice de Precios al Consumidor. Diciembre del 2021” Enero del 2022  www.onei.gob.cu
[3] En el año 2021 se registraron alrededor de 183 000 núcleos vulnerables en el país.
[4] En el presupuesto del 2019 se destinaron 3 529 millones de pesos a subsidios de precios minoristas. En el presupuesto del 2021 se destinaron 26 263 millones a subsidios de precios minoristas, en buena medida asociados a productos y servicios y no a personas necesitadas. Ver “Se modifican los conceptos de subsidio, pero se mantienen compensados varios productos” Febrero 15 de 2021  www.granma.cu.