Registro de las violaciones de los derechos humanos en EE. UU. en 2021. Oficina de Información del Consejo de Estado de la República Popular China Febrero, 2022
Índice
Prólogo
I. Un enorme costo para la prevención y el control de la epidemia en EE. UU.
II. El pensamiento violento arraigado amenaza las vidas
III. Jugar con la falsa democracia pisotea los derechos políticos
IV. Caer en la discriminación racial exacerba la injusticia social
V. Crear una crisis migratoria contra la humanidad
VI. Violación de los derechos humanos en otros países mediante fuerzas y sanciones excesivas
Prólogo
La situación de los derechos humanos en Estados Unidos, que tiene registros notorios, empeoró en 2021. La manipulación política provocó un fuerte aumento de las muertes por COVID-19, la cifra de muertes a tiros alcanzó un nuevo récord, la falsa democracia pisoteó los derechos políticos del pueblo, la aplicación violenta de la ley hizo la vida más difícil para los migrantes y refugiados, y se intensificó la discriminación contra los grupos étnicos minoritarios, especialmente los asiáticos. Mientras tanto, las acciones unilaterales de EE. UU. crearon nuevas crisis humanitarias en todo el mundo.
-- EE. UU. registró el mayor número de casos y muertes por COVID-19 en todo el mundo, con 34,51 millones de casos confirmados y 480.000 fallecidos, lo que supera ampliamente las cifras de 2020. La esperanza de vida cayó 1,13 años, la mayor caída desde la Segunda Guerra Mundial.
-- La situación de seguridad pública en EE. UU. se deterioró y el número de delitos violentos sigue siendo elevado. En 2021 hubo 693 tiroteos masivos, un 10,1 por ciento más que en 2020, y en ellos murieron más de 44.000 personas.
-- Se han presentado más de 420 proyectos de ley con disposiciones que restringen el acceso al voto en 49 estados de EE. UU. Solo el 7 por ciento de los jóvenes estadounidenses ven a su país como una "democracia saludable", mientras que la confianza pública en el Gobierno ha caído casi al mínimo histórico desde 1958.
-- Alrededor del 81 por ciento de los adultos asiáticos dijeron que la violencia contra las comunidades asiáticas está aumentando. Los crímenes motivados por el odio contra los asiáticos en la ciudad de Nueva York aumentaron un 361 por ciento con respecto a 2020. El 59 por ciento de los estadounidenses dijeron que los grupos étnicos minoritarios no tienen las mismas oportunidades laborales.
-- En el año fiscal de 2021, EE. UU. detuvo a más de 1,7 millones de migrantes en su frontera sur, incluidos 45.000 niños. La aplicación violenta de la ley cobró la vida de 557 personas, la cifra más alta desde 1998, y superior en más del doble a la del año fiscal anterior.
-- Un ataque perpetrado con un dron por EE. UU. durante la retirada de sus tropas de Afganistán mató a 10 miembros de una familia afgana, incluidos siete niños, de los cuales el más pequeño tenía solo dos años. EE. UU. todavía tiene 39 detenidos en la prisión de Guantánamo.
Fernand de Varennes, relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre asuntos de minorías, dijo que el sistema legal estadounidense de protección de los derechos humanos está incompleto y desactualizado, lo que ha llevado a una creciente desigualdad.
En cuanto a la perversa práctica estadounidense de crear crisis de derechos humanos en otros países en nombre de los derechos humanos, Stephen Walt, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Harvard, dijo que "los estadounidenses deben arreglar primero lo que salió mal en casa y repensar cómo tratar con el resto del mundo".
En 2021, la personificación pública de "defensor de los derechos humanos" de Estados Unidos quedó totalmente desacreditada cuando la denominada "Cumbre por la Democracia", organizada bajo el pretexto de salvaguardar los derechos humanos, se convirtió en una farsa. En la 48ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, numerosos países criticaron a EE. UU. por ser el "mayor destructor" de los derechos humanos en el mundo, e instaron al país a abordar sus propias violaciones graves de los derechos humanos.
I. Un enorme costo para la prevención y el control de la epidemia en EE. UU.
A pesar de contar con el equipo y la tecnología médicos más avanzados del mundo, EE. UU. tiene la mayor cantidad de infecciones y muertes por COVID-19 a nivel mundial. El Gobierno de EE. UU. nunca reconsidera sus medidas de respuesta y aún carece de planes efectivos contra la epidemia. En cambio, avivó el rastreo del origen de la COVID-19 y concentra sus intereses en evadir su responsabilidad, pasar a otros la culpa y efectuar una manipulación política de la pandemia.
Menosprecio de los derechos a la vida y la salud de las personas. Desde el estallido de la epidemia de COVID-19 en EE. UU., la prevención y el control de la misma han sido altamente politizados, lo que se ha convertido en una herramienta y una moneda de cambio para que republicanos y demócratas se ataquen, rechacen y enfrenten. Los políticos estadounidenses se enfocaron solo en sus beneficios políticos sin tener en cuenta la vida y la salud de las personas. Los Gobiernos federal y locales siguieron sus propios caminos y se constriñeron mutuamente, lo que no solo ha dificultado notoriamente la integración y coordinación de la gestión de los recursos médicos, sino que también ha desorientado a la gente sobre las políticas de prevención y control epidémicos. Y así, varias palabras y hechos antiintelectuales que rechazan la ciencia y el sentido común se han vuelto predominantes. Engañados por la manipulación política, algunos estadounidenses se negaron a usar mascarillas e incluso lanzaron un movimiento contra las vacunas, lo que aceleró la propagación de la COVID-19. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., para el final de 2021, casi el 30 por ciento de los estadounidenses aún no habían sido vacunados. La agencia de noticias The Associated Press (AP) informó el 19 de diciembre de 2021 que los hospitales de EE. UU. estaban desbordados debido a que los casos de COVID-19 y las hospitalizaciones causados por infecciones entre los no vacunados continuaban aumentando. Los Gobiernos estatales y locales y la ciudadanía "han sido abandonados a su propia suerte", dijo el sitio web de noticias estadounidense Vox el 2 de enero de 2021. Según datos de la Universidad Johns Hopkins, para finales de febrero de 2022 la cifra de casos confirmados de COVID-19 en EE. UU. había superado los 78 millones y la de muertos estaba por encima de 940.000. Adicionalmente, el número de decesos registrados en 2021 superó en mucho el total de 2020. Según un análisis realizado por investigadores de la Universidad del Sur de California y la Universidad de Princeton, las muertes provocadas por la COVID-19 han reducido la esperanza de vida general en 1,13 años, la mayor caída desde la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, se estimó que la esperanza de vida se redujo en 2,10 años entre los afroamericanos y en 3,05 años entre los latinos, mientras que la disminución fue de 0,68 años entre los blancos. Las conductas anticientíficas, desiguales e irresponsables de prevención y control epidémicos del Gobierno de EE. UU. han perjudicado gravemente los derechos a la vida y a la salud de su pueblo. El diario The New York Times informó el 18 de noviembre de 2021 que la pandemia ha resultado ser una prueba de estrés de casi dos años que EE. UU. "reprobó", y que la confianza del pueblo estadounidense en su Gobierno ha caído en "quiebra".
La salud mental de la gente se deterioró debido al brote descontrolado. Un estudio publicado en la revista científica "The Lancet Regional Health - Americas" en octubre de 2021 encontró que el 32,8 por ciento de los adultos estadounidenses experimentaron "síntomas depresivos elevados" en 2021, en comparación con el 27,8 por ciento en los primeros meses de la pandemia, en 2020, y el 8,5 por ciento antes de la pandemia. Según una encuesta de opinión pública, más de un tercio de los estadounidenses de entre 13 y 56 años de edad dijeron que la pandemia es una fuente importante de estrés en sus vidas. El sondeo encontró que los adolescentes y adultos jóvenes han debido enfrentar algunas de las luchas más duras debido a que están llegando a la mayoría de edad durante un momento de extrema agitación, informó AP el 6 de diciembre de 2021. El Cirujano General de EE. UU., Vivek H. Murthy, citado por el diario The Los Angeles Times, dijo el 9 de diciembre de 2021 que la cantidad de presuntos intentos de suicidio en 2021 fue un 51 por ciento más alta entre las adolescentes en comparación con la de 2019.
El número de personas sin hogar es impresionante. El diario The Washington Post informó el 7 de diciembre de 2021 que "la falta de vivienda es uno de los mayores desafíos actuales de EE. UU., sin importar la región". AP reportó el 9 de septiembre de 2021 que la cantidad de personas sin refugio permanente en Rhode Island había aumentado en más del 85 por ciento desde enero de 2021. Según un informe del grupo Advocates for Children, más de 100.000 niños y jóvenes en edad escolar de la ciudad de Nueva York estaban sin hogar en algún momento durante el año académico 2020-2021. El número total de estudiantes sin hogar durante el año escolar representó casi una décima parte del sistema de escuelas públicas de la ciudad. Algunos estudiantes tuvieron que vivir en automóviles, parques o edificios abandonados. El diario The New York Times informó el 19 de diciembre de 2021 que en San Francisco uno de cada 100 residentes no tenía hogar.
Se violan flagrantemente los derechos a la vida de las personas mayores. Los políticos estadounidenses han seguido la ley natural de "seleccionar al superior y eliminar al inferior", declarando que "los ancianos pueden sacrificarse por el país" y que "la economía nacional es más importante que la vida de los ancianos". Los CDC de EE. UU. dijeron que la gran mayoría de las muertes por COVID-19 en EE. UU. han sido entre personas de 65 años o mayores. Según el sitio web de noticias estadounidense orientado a la salud Stat News, más de medio millón de personas mayores en EE. UU. han muerto a causa de la COVID-19, lo que representa las cuatro quintas partes de todos los fallecidos. De acuerdo con un informe presentado el 21 de julio de 2020 por Claudia Mahler, experta independiente de la ONU sobre el disfrute de todos los derechos humanos por parte de las personas mayores, "la discriminación en la prestación de servicios de atención médica, la priorización insuficiente en las respuestas al virus en los hogares de ancianos, y los confinamientos, dejaron a las personas mayores más vulnerables al abandono o al abuso". Y además, hubo "un subconteo significativo de las muertes en hogares de ancianos" en EE. UU. durante la pandemia.
Grave daño a la cooperación global contra la pandemia. Washington aplica decididamente la política de "Estados Unidos primero", no solo reteniendo materiales antiepidémicos de otros países sino también prohibiendo la exportación de materiales médicos nacionales y comprando la capacidad de producción de medicamentos que pueden usarse para tratar a pacientes de COVID-19. EE. UU. ha coaccionado repetidamente a la Organización Mundial de la Salud (OMS), interfiriendo con y ralentizando la cooperación mundial contra la pandemia.
EE. UU. ha incurrido en un "nacionalismo de las vacunas", empujando a algunos países y regiones subdesarrollados a una situación desesperada de no tener vacunas para aplicar.
Desde marzo de 2021, EE. UU. ha desechado al menos 15 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19, significativamente más de lo que muchos países pobres han preparado para toda su población, de acuerdo con un informe emitido por NBC News el 1 de septiembre de 2021.
"Es realmente trágico que tengamos una situación en la que se desperdician las vacunas mientras que muchos países africanos no han vacunado ni siquiera al 5 por ciento de sus poblaciones", dijo Sharifah Sekalala, profesora asociada de ley de salud global en la Universidad de Warwick, de Reino Unido.
El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, también criticó a los países ricos por su acaparamiento de las vacunas, y agregó: "solo nos están dando las migajas de su mesa. La codicia que han demostraron es decepcionante".
La administración Biden sigue persiguiendo los intereses de EE. UU. en formas que van en detrimento de los intereses del resto del mundo, según un artículo publicado en el sitio web de la revista U.S. Foreign Policy.
II. El pensamiento violento arraigado amenaza las vidas
Estados Unidos ha mantenido consistentemente una de las tasas más altas de crímenes violentos en el mundo. Las medidas de control de armas se han estancado y la violencia armada ha ido en ascenso. La policía discrimina en la aplicación de la ley, matando a personas inocentes y provocando la ira pública. Los agentes de policía cometen delitos con impunidad y la injusticia judicial ha sido ampliamente criticada. Los casos ilícitos e injustos continúan existiendo sin ser corregidos y compensados de manera efectiva. Los reclusos reciben abusos y se han incrementado significativamente la violencia doméstica y la violencia juvenil. El pueblo estadounidense vive con miedo a la falta de seguridad.
El deterioro del orden social ha acelerado la proliferación de armas. Estados Unidos es el país con la mayor cantidad de armas de fuego de propiedad privada en el mundo. La ciudadanía estadounidense ha perdido la confianza en la administración de la seguridad social del Gobierno y se siente extremadamente inseguro, lo que lleva a muchos a comprar armas para protegerse.
Los investigadores de Small Arms Survey (SAS) estiman que los estadounidenses poseen 393 millones de los 857 millones de armas civiles disponibles en el mundo, lo que representa alrededor del 46 por ciento del depósito de armas civiles a nivel internacional.
Hay 120 armas por cada 100 estadounidenses, según la SAS. Ninguna otra nación tiene más armas civiles que personas.
La organización Everytown for Gun Safety informó el 21 de diciembre de 2021 que se habían vendido más de 15 millones de armas hasta el cierre de octubre de ese año.
Aún más están proliferando las “armas fantasma”, que se ensamblan a partir de piezas compradas por individuos en internet.
Según un informe del sitio web de The New York Times del 20 de noviembre de 2021, durante los 18 meses previos, las armas fantasma representaron entre el 25 y el 50 por ciento de las armas de fuego recuperadas en las escenas del crimen.
Hasta principios de octubre del año pasado, el Departamento de Policía de San Diego había recuperado casi 400 armas fantasma, casi duplicando el total de todo 2020 cuando aún restaban unos tres meses para el final del año.
También informó que, desde enero de 2016, alrededor de 25.000 armas de fuego de fabricación privada habían sido confiscadas por agencias policiales locales y federales en todo el país.
La violencia armada pone en serio peligro la vida de las personas. Estados Unidos tiene la peor violencia armada en todo el mundo. Según las estadísticas publicadas el 5 de enero de 2022 por el sitio web Gun Violence Archive, la cantidad de muertes por tiroteos en Estados Unidos aumentó de 39.558 en 2019 a 43.643 en 2020 y luego a 44.816 en 2021. En 2021, hubo 693 tiroteos masivos en el país norteamericano, un 10,1 por ciento más que en 2020.
El Milwaukee Journal Sentinel, citando datos del fondo Children's Defense Fund, informó el 5 de octubre de 2021 que los niños y adolescentes en EE. UU. tienen 15 veces más probabilidades de morir a tiros que sus pares en otros 31 países de altos ingresos.
Al menos 30 tiroteos ocurrieron en campus de Estados Unidos durante la temporada escolar del 1 de agosto al 15 de septiembre de 2021, dejando al menos cinco personas muertas e hiriendo a otras 23. Se trata de la cifra más alta de la que se tenga registro.
Un total de 1.229 adolescentes de 12 a 17 años murieron y 3.373 resultaron heridos en tiroteos en EE. UU. durante 2021. El 30 de noviembre de 2021, cuatro estudiantes murieron durante un tiroteo masivo en una escuela secundaria de Michigan, perpetrado por un sospechoso de 15 años que usó la misma arma que su padre compró en el "Black Friday" (el día de compras conocido también como Viernes Negro).
La cadena de televisión CNN informó el 26 de noviembre de 2021 que Jason R. Silva, profesor asistente de sociología y justicia penal de la Universidad William Paterson, dijo que EE. UU. es el único país desarrollado donde se han producido tiroteos masivos todos los años durante los últimos 20 años.
Los incidentes que incluyen el uso de armas de fuego han causado un gran número de víctimas y han representado una gran amenaza para la seguridad pública. Según una encuesta del Centro de Investigaciones Pew de abril de 2021, el 48 por ciento de los estadounidenses considera que la violencia armada es un problema muy grande para el país en la actualidad.
La brutalidad policial pisotea la vida humana. Según los datos recopilados por Mapping Police Violence, al menos 1.124 personas murieron en 2021 debido a la violencia policial estadounidense. La mayoría de los asesinatos ocurrieron durante delitos no violentos o en casos donde no había delito alguno.
El sitio web USA TODAY reportó el 21 de junio de 2021 que la policía en EE. UU. mata a tiros a unas mil personas al año. Las fuerzas policiales de ese país han disparado fatalmente a más de 6.300 personas desde 2015, pero solo 91 oficiales han sido arrestados, lo que equivale exclusivamente al 1 por ciento de los involucrados.
Además, el diario informó el 8 de julio de 2021 que, de acuerdo con una encuesta, solo el 22 por ciento de los estadounidenses considera que la policía del país trata a todos los estadounidenses de manera equitativa.
Los grupos raciales y étnicos a menudo están sujetos a una justicia desbalanceada. El sitio web de USA TODAY informó el 15 de julio de 2021 que Daunte Wright, un hombre afroamericano de 20 años en Minnesota, fue asesinado a tiros por la policía después de ser detenido a las afueras de Minneapolis por tener una placa vencida. La muerte de Wright fue uno de una serie de incidentes en los que los afroamericanos fueron detenidos por infracciones de tráfico y asesinados inocentemente.
Un estudio de 20 millones de detenciones de tránsito en Carolina del Norte durante más de una década muestra que los conductores afroamericanos tienen el doble de probabilidades que los conductores blancos de ser detenidos por la policía.
El sitio web de USA TODAY comunicó el 24 de mayo de 2021 que en el año posterior a la muerte de George Floyd, quien falleció luego de que un oficial se arrodillara sobre su cuello durante nueve minutos, la policía había matado en EE. UU. a cientos de personas de minorías étnicas.
Según el informe, desde el año 2000 ha habido más de 470 asesinatos a manos de las fuerzas del orden en Minnesota. Solo un oficial de policía ha sido condenado en la historia de Minnesota y se trató de un oficial perteneciente a una minoría que mató a una mujer blanca.
El sitio web The Christian Science Monitor informó el 23 de noviembre de 2021 que el Urban Institute descubrió que los homicidios con un perpetrador blanco y una víctima de piel oscura tienen diez veces más probabilidades de justificarse que los casos con un perpetrador negro y una víctima blanca.
Las violaciones de derechos humanos por parte del personal carcelario son comunes. Estados Unidos tiene la tasa de encarcelamiento más alta y el número más alto de población penal del mundo. Una investigación de The Associated Press descubrió que la Oficina Federal de Prisiones de EE. UU. es un semillero de sobornos, corrupción y abuso.
La cadena canadiense CTV News informó el 14 de noviembre de 2021 que no son infrecuentes los delitos cometidos por el personal de prisiones federales en EE. UU. Desde 2019, más de 100 agentes del personal de prisiones federales de Estados Unidos han sido arrestados y condenados por abuso sexual, asesinato u otros delitos.
Los presos recluidos en prisiones privadas de EE. UU. también corren el riesgo de sufrir abusos. Noticias ONU, citando datos de la Buró de Estadísticas de Justicia de Estados Unidos, informó el 4 de febrero de 2021 que en 2019 había unos 116.000 prisioneros estadounidenses recluidos en instalaciones privadas, lo que representaba alrededor del 7 por ciento de todos los prisioneros estatales y el 16 por ciento de los prisioneros federales.
El 20 de abril de 2021, nueve expertos de la ONU -incluyendo el grupo de trabajo de expertos sobre personas de ascendencia africana del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la relatora especial sobre los derechos de las personas con discapacidad, la experta independiente sobre el disfrute de todos los derechos humanos por parte de las personas mayores, la relatora especial sobre el derecho a la salud física y mental- emitieron una declaración conjunta en la que condenaron las violaciones de derechos humanos cometidas por EE. UU. contra Mumia Abu-Jamal, un prisionero afrodescendiente.
La declaración dice que Abu-Jamal, que ha estado en prisión durante 40 años, era un activista social y periodista. El hombre de 67 años sufre una serie de padecimientos, incluyendo enfermedad cardíaca crónica, cirrosis hepática y presión arterial alta. En febrero de 2021, lo diagnosticaron positivo a la COVID-19. Mientras recibía tratamiento por insuficiencia cardíaca a fines de febrero, estuvo esposado a su cama de hospital durante cuatro días y, cuando fue hospitalizado nuevamente a principios de abril para una cirugía, se le negó el acceso a su familia, abogados y otros.
La declaración insta al Gobierno de EE. UU. a cumplir con sus obligaciones internacionales de derechos humanos, tomar medidas urgentes para proteger la vida y la dignidad de Abu-Jamal, dejar de inmediato la práctica de ocultar información y permitir visitas externas para monitorear su situación de derechos humanos.
También hace un llamado al Gobierno de EE. UU. para que tome todas las medidas necesarias para proteger la vida de todos los detenidos, especialmente los presos ancianos y discapacitados que se ven afectados de manera desproporcionada por el brote de COVID-19.
La credibilidad del sistema judicial estadounidense está hecha trizas. Según las estadísticas publicadas por el Registro Nacional de Exoneración de Estados Unidos, 2.933 personas habían sido condenadas injustamente en EE. UU. desde 1989 hasta el 11 de enero de 2022, con un total combinado de 25.600 años de sentencias de prisión impuestas indebidamente. Sin embargo, 14 estados de EE. UU. carecen de disposiciones legales relacionadas con la compensación por condenas injustas.
La cadena BBC informó el 23 de noviembre de 2021 que Kevin Strickland, de 62 años, había mantenido su inocencia desde su arresto a los 18 años. Fue condenado erróneamente por asesinato en tercer grado en junio de 1979, para ser declarado no culpable en 2021, luego de pasar más de 42 años encarcelado. Su caso constituye el encarcelamiento injusto más largo en la historia de Missouri. Sin embargo, según la ley del estado, es poco probable que reciba una compensación económica.
El sitio web de USA Today citó el 8 de julio de 2021 una encuesta que muestra que solo el 17 por ciento de los estadounidenses cree que el sistema de justicia penal de EE. UU. trata a todos de manera justa.
III. Jugar con la falsa democracia pisotea los derechos políticos
Las donaciones políticas conllevan a transferencias de intereses después de las elecciones, la polarización política intensifica aún más el antagonismo y la división en la sociedad estadounidense, al tiempo que la legislación y la manipulación que restringen la elegibilidad para votar se han convertido en herramientas para que los partidos repriman la opinión pública. La operación del sistema político de los Estados Unidos se está alejando de la voluntad pública y las demandas sociales, se ha privado esencialmente a la mayoría de la ciudadanía del derecho a participar en la política y sigue en declive la confianza internacional en el sistema democrático de EE. UU.
La “democracia de estilo estadounidense” ha descendido a un juego de transferencia de intereses. La política del dinero se vuelve cada vez más desenfrenada en EE. UU., lo que hace que los políticos descuiden más los intereses y las demandas del pueblo.
Noam Chomsky, un comentarista político y activista social del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), ha señalado que existe una correlación positiva entre la riqueza de los estadounidenses y su influencia en la formulación de políticas. De esa forma, el 70 por ciento inferior en la escala de ingresos y riqueza no tiene influencia alguna en la política y, efectivamente, se ven privados de su derecho al voto.
Ray La Raja, profesor de La Universidad de Massachusetts en Amherst, señaló en un artículo para The Atlantic que el sistema actual de EE. UU. es democrático solo en la forma, no en la sustancia, ya que el proceso de nominación es vulnerable a la manipulación de plutócratas, celebridades, figuras de los medios de comunicación y activistas, mientras que muchos votantes de las primarias presidenciales respaldan equivocadamente a candidatos que no reflejan sus opiniones.
Según un artículo de The Guardian del 7 de enero de 2021, los candidatos estadounidenses gastaron 14.000 millones de dólares solo en la publicidad para el ciclo de elecciones presidenciales de 2020. El U.S. Consumer News and Business Channel (CNBC) informó el 15 de abril de 2021 que los ejecutivos de Wall Street, sus empleados y asociaciones comerciales invirtieron por lo menos 2.900 millones de dólares en iniciativas políticas durante el ciclo electoral de 2020. El medio de comunicación estadounidense Politico informó el 17 de noviembre de 2021 que un grupo de dinero secreto “repartió” 410 millones de dólares en 2020 al Partido Demócrata, ayudando a este último en sus esfuerzos para recuperar el control del Senado.
En las elecciones presidenciales de 2020, las compañías farmacéuticas estadounidenses hicieron enormes donaciones políticas a ambos partidos, y la administración demócrata, después de asumir el cargo, invirtió una enorme suma de dinero de vuelta a las empresas involucradas. En el caso particular de Moderna, ha obtenido ganancias por casi 1.000 millones de dólares. El Gobierno federal luego canalizó los intereses directamente a las compañías farmacéuticas mediante la compra de grandes cantidades de vacunas contra la COVID-19, lo que resultó en la acumulación y el desperdicio masivos de vacunas en EE. UU. El Gobierno estadounidense dio a las compañías farmacéuticas carta blanca para fijar los precios de las vacunas contra la COVID-19, lo que llevó a continuos aumentos en los precios de estos inmunizadores. El Financial Times informó que Pfizer aumentó el precio de su vacuna contra la COVID-19 para la Unión Europea de 15,5 euros a 19,5 euros, y el valor de una inyección de Moderna aumentó de 19 euros a 25,5 euros. Sin embargo, el costo de producción de una dosis de Moderna se estima en menos de 3 dólares.
La polarización política conduce a una sociedad estadounidense cada vez más dividida. El caos electoral en EE.UU. ha intensificado aún más la polarización política y sigue desgarrando a la sociedad. En la tarde del 6 de enero de 2021, provocados por la incitación y manipulación de políticos extremistas, decenas de miles de estadounidenses que rechazaron el resultado de las elecciones presidenciales de 2020 abarrotaron Washington D.C., y un gran número de manifestantes entró por la fuerza en el edificio del Capitolio y se enfrentó con la Policía, dejando un saldo de cinco muertos y más de 140 heridos. El proceso constitucional para afirmar el resultado de la elección presidencial fue interrumpido. Un artículo en línea de Brookings en mayo de 2021 indicó que aunque los 50 estados certificaron los resultados de las elecciones de 2020, el 77 por ciento de los votantes republicanos todavía cuestionaba la legitimidad del presidente electo debido a las acusaciones de fraude electoral, un fenómeno que ocurrió por primera vez en casi 100 años.
Los cambios de Gobierno no redujeron o eliminaron la polarización política en EE.UU. La población estadounidense se está volviendo cada vez más incompatible entre sí sobre temas tales como la prevención y control de la pandemia, las relaciones raciales, el derecho al aborto y el control de armas, mientras que la lucha política entre demócratas y republicanos sobre la construcción de infraestructura, proyectos de ley de bienestar social, el techo de la deuda gubernamental y otras leyes relacionadas con la economía y los medios de vida del pueblo se han vuelto más intensa, y el Congreso ha sido casi disfuncional. Un líder republicano incluso llegó a dar un discurso récord de más de ocho horas en el Congreso para bloquear y retrasar una votación sobre un proyecto de ley propuesto por los demócratas.
El Pew Research Center informó el 13 de octubre de 2021 que EE.UU. era considerado como el país más polarizado políticamente en una encuesta que involucró 17 economías avanzadas, ya que el 90 por ciento de los encuestados estadounidenses dijo que hay al menos fuertes conflictos entre aquellos que apoyan a diferentes partidos, y aproximadamente seis de cada diez piensan que sus conciudadanos ya no simplemente están en desacuerdo sobre las políticas, sino también sobre los hechos básicos.
Las confrontaciones entre los partidos políticos restringen y dañan el derecho al voto de los electores. Con el fin de ganar las elecciones, los republicanos y los demócratas utilizaron la legislación y la manipulación, así como otras tácticas para evitar agresivamente que los votantes que no los favorecen puedan emitir su voto. En 2021, 49 estados de EE.UU. introdujeron más de 420 proyectos de ley que restringen el voto. Estos proyectos de ley redujeron la cantidad de tiempo que los votantes tienen para solicitar o enviar por correo el sufragio en una votación, restringieron la disponibilidad de lugares de entrega, impusieron requisitos de firma más estrictos para votar por correo, o promulgaron nuevos y más estrictos requisitos sobre la identificación del votante, lo que hizo más difícil el voto por correo y el voto temprano, y construyó barreras para los ancianos, los discapacitados, las minorías y otros grupos para ejercer su derecho al voto. NBC News informó el 8 de marzo de 2021 que el estado de Georgia estaba impulsando decenas de leyes electorales restrictivas dirigidas a los votantes afroamericanos. Expertos en derecho al voto y grupos de derechos civiles han argumentado que "el movimiento se suma a un asalto nacional que empuja a los votantes de color fuera del electorado".
La manipulación se ha convertido en una herramienta para suprimir la influencia política de los votantes de las minorías. Los partidos Demócrata y Republicano explotan su influencia política en cada estado para aumentar las posibilidades de ganar redibujando los distritos congresionales, a menudo a expensas de los derechos de las minorías.
CNBC informó el 13 de agosto de 2021 que la práctica de redefinir los distritos congresionales a menudo se dirige a los votantes de color y la manipulación solo en Michigan, Ohio y Pensilvania dio a los republicanos 16 o 17 más escaños en el Congreso. El diario the Chicago Tribune informó el 3 de septiembre de 2021 que la redefinición de los distritos electorales de Illinois tenía como objetivo mantener a los demócratas en control de la legislatura estatal durante al menos una década. La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, siglas en inglés) informó el 30 de noviembre de 2021 que los distritos congresionales rediseñados para Ohio dan a los republicanos una ventaja partidista inconstitucional, con lo cual los republicanos pueden anticipar ganar entre el 67 y el 80 por ciento de los escaños del Congreso, aunque es probable que solo obtengan alrededor del 55 por ciento de los votos.
Los Angeles Times informó el 8 de diciembre de 2021 que aunque Texas ha experimentado un aumento significativo del número de personas de color, su nuevo plan de redistribución de los distritos electorales intencionalmente disminuyó el poder de los votantes latinos y afroamericanos. Los tejanos latinos constituyen casi el 40 por ciento de la población, pero solo siete de los 38 distritos congresionales son predominantemente latinos. Texas es el hogar de la mayor población afroamericanos del país, pero ninguno de los 38 distritos congresionales en el estado es predominantemente afroamericano. En una encuesta hecha al público estadounidense sobre la equidad de los distritos congresionales, solo el 16 por ciento de los encuestados pensaba que los distritos congresionales se redefinirían justamente en sus estados.
La confianza de la comunidad internacional en la democracia estadounidense sigue declinando. Una encuesta nacional de estadounidenses de entre 18 y 29 años de edad publicada el 1 de diciembre de 2021 por el Instituto de Política de la Escuela Kennedy de Harvard mostró que solo el 7 por ciento de los encuestados ve a EE.UU. como una “democracia saludable”, y el 52 por ciento cree que la democracia estadounidense está "en problemas" o “fallando”. Datos publicados por el Pew Research Center en mayo de 2021 indicaron que la confianza pública estadounidense en el Gobierno se acercó a un mínimo histórico desde 1958, ya que solo el 2 por ciento de los estadounidenses dijo que puede confiar en que el Gobierno de EE.UU. haga lo correcto “casi siempre”, y solo el 22 por ciento dijo que puede confiar en que el Gobierno haga lo correcto “la mayor parte del tiempo”.
En una opinión publicada el 12 de junio de 2021, The Washington Post dijo que en los últimos años el mundo ha estado horrorizado por el caos, la disfunción y la locura de la democracia estadounidense, que fue vista por los aliados de EE.UU. como obsoleta, destrozada y desgastada. El primer ministro británico Boris Johnson dijo que lo que sucedió en la colina del Capitolio fue “vergonzoso”. El presidente alemán Frank-Walter Steinmeier dijo que el motín del Capitolio fue “el resultado de mentiras y más mentiras, de división y desprecio por la democracia, de odio e incitación, incluso desde el más alto nivel”. Una investigación ha demostrado que solo el 14 por ciento de los alemanes y menos del 10 por ciento de los ciudadanos de Nueva Zelanda veía a la democracia estadounidense como un modelo deseable para otros países.
A pesar del hecho de que la democracia estadounidense ha demostrado ser un completo fracaso y su imagen global está muy dañada, el Gobierno de EE.UU. llevó a cabo la llamada “Cumbre de Líderes por la Democracia” en un alto perfil, politizándola y usándola como una herramienta para formar camarillas y obligar a otros países a tomar partido, en un intento de dividir el mundo. La llamada “Cumbre de Líderes por la Democracia” es en esencia una cumbre que socava la democracia global, y ha sido ampliamente criticada y condenada por la comunidad internacional.
El politólogo francés Dominique Moisi dijo que siempre es difícil predicar lo que uno hace muy mal. USA Today, The New York Times y otros medios de comunicación estadounidenses también han comentado que la democracia estadounidense se está “derrumbando” y que EE.UU. debe abordar primero sus propias fallas, y que los críticos cuestionaron “si EE.UU. podría ser un defensor eficaz de la democracia en medio de los problemas que tiene dentro de su casa”.
IV. Caer en la discriminación racial exacerba la injusticia social
El “virus” del racismo profundamente arraigado en EE.UU. se está extendiendo junto con el nuevo coronavirus, con crímenes de odio antiasiáticos que suceden con frecuencia, discriminación contra las comunidades musulmanes en aumento constante, y persistencia de la persecución racial sobre las poblaciones indígenas, lo que ha llevado a una división económica racial cada vez mayor y una desigualdad racial creciente.
Los estadounidenses de origen asiático enfrentan una discriminación cada vez más severa y ataques violentos. Como resultado de la manipulación de los políticos estadounidenses sobre la cuestión racial, el número de ataques contra los estadounidenses de origen asiático ha aumentado drásticamente. De acuerdo con un informe publicado el 18 de noviembre de 2021 por la coalición nacional Stop Asian American and Pacific Islander Hate, del 19 de marzo de 2020 al 30 de septiembre de 2021, un total de 10.370 incidentes de odio contra asiáticos americanos e isleños del Pacífico fueron reportados a la organización, y la mayoría de los incidentes ocurrieron en espacios abiertos al público como calles públicas y comercios.
Las estadísticas publicadas por el Departamento de Policía de Nueva York el 8 de diciembre de 2021 mostraron que los crímenes de odio antiasiáticos en la ciudad aumentaron un 361 por ciento desde el año 2020. Según un informe del Washington Post del 22 de abril de 2021, una encuesta del Pew Research Center encontró que el 81 por ciento de los adultos asiáticos dijo que la violencia contra el grupo estaba aumentando. The New York Times comentó que “no hay vacuna para el racismo”. Dijo que los neoyorquinos asiáticos viven con miedo a los ataques, y los efectos psicológicos de la violencia antiasiática han afectado a comunidades enteras. La emisora estadounidense NPR informó el 22 de octubre de 2021 que uno de cada cuatro estadounidenses asiáticos temía que los miembros de su hogar fueran atacados o amenazados debido a su raza o etnia.
El 16 de marzo de 2021, Robert Aaron Long, un hombre blanco de 21 años de edad, lanzó ataques con armas de fuego en tres salones de masajes de propiedad asiática en Atlanta, provocando la muerte de ocho personas. Seis de ellas eran mujeres asiáticas.
Los tiroteos mortales presentan una escalada de discriminación y ataques violentos contra los estadounidenses de origen asiático en el país en los últimos años, lo que ha provocado una ira y un miedo sin precedentes. Miles de asiáticos y personas de otros grupos étnicos tomaron las calles en manifestaciones y marchas masivas reclamando "Alto al odio asiático".
El 28 de enero de 2021, un hombre de 84 años de edad de Tailandia fue deliberadamente derribado al suelo y luego murió en San Francisco.
El 23 de abril de 2021, Ma Yaopan, un chino de 61 años, fue atacado por detrás y cayó al suelo en una calle de Nueva York. Luego fue pateado repetidamente en la cabeza, lo que le causó fracturas faciales. Después de estar ocho meses en coma, finalmente murió en el hospital.
El 17 de noviembre de 2021, tres estudiantes chinos de bachillerato fueron violentamente atacados en un tren subterráneo cuando regresaban a casa desde la escuela en Filadelfia. “Estaba claro que fueron acosados porque eran asiáticos”, dijo un oficial de policía local.
El 3 de abril de 2021, un reportaje del New York Times documentó más de 110 incidentes antiasiáticos en el último año con claras pruebas de odio racial. “Durante el último año, en una serie implacable de episodios con un claro componente racial, personas de ascendencia asiática han sido empujadas, golpeadas, patadas, escupidas e insultadas. Casas y comercios han sido objetos de vandalismo”, indicó el informe. Esto es solo la punta del iceberg de los ataques racistas contra asiáticos en EE.UU.
La BBC informó el 22 de julio de 2021 que ser considerado como un “extranjero permanente” es una experiencia dolorosa compartida por muchos estadounidenses de origen asiático, y bajo el efecto combinado de la xenofobia y el anticomunismo, el Gobierno de EE.UU. ha sospechado de los científicos chinos durante más de medio siglo.
Desde la implementación de la llamada “Iniciativa China” en noviembre de 2018, los científicos chinos han sido frecuentemente objeto de acoso gratuito, monitoreo y represión por parte del Gobierno estadounidense. Los actos viles y absurdos de las autoridades de aplicación de la ley estadounidenses han sido constantemente expuestos por los medios de comunicación.
El New York Times informó en su sitio web el 29 de noviembre de 2021 que más de 2.000 académicos de instituciones como la Universidad de Stanford, la Universidad de California, Berkeley y la Universidad de Princeton han firmado una carta abierta, expresando su preocupación de que la iniciativa se dirija indebidamente a los investigadores de ascendencia china.
El Yale Daily News informó el 9 de diciembre de 2021 que cerca de 100 profesores de Yale han publicado conjuntamente una carta abierta condenando la “Iniciativa China”, diciendo que es invasiva y discriminatoria, se dirige desproporcionadamente a los investigadores de origen chino, y plantea amenazas a la investigación científica y la libertad académica. Llamaron a poner fin a la iniciativa.
De acuerdo con una investigación realizada por MIT Technology Review, la mayoría de los casos bajo la iniciativa se han retirado de sus cargos o están en gran medida inactivos.
Varios grupos de derechos civiles de asiático-estadounidenses en EE.UU. dijeron que la investigación contra los chinos bajo la iniciativa conduciría a “discriminación y estigmatización”.
Xi Xiaoxing, un científico chino víctima de la iniciativa, dijo que la situación actual de los científicos de origen chino es similar a la de los japonés-estadounidenses enviados a campos de internamiento durante la segunda guerra mundial, casi como un regreso a la era de McCarthy.
El 28 de julio de 2021, Foreign Affairs publicó un artículo titulado "Rivalidad sin racismo" en su sitio web, diciendo que “la constante exageración excesiva de los responsables de la política exterior de EE.UU. sobre la amenaza de China a EE.UU.” es un elemento vital del reciente aumento de incidentes antiasiáticos. Demonizar a China conduce a la demonización de los asiáticos en el país, y "hasta que los políticos dejen de usar a China como un saco de boxeo para todos los males de EE.UU., los estadounidenses de origen asiático seguirán en riesgo", de acuerdo con el artículo.
La discriminación y los ataques contra los musulmanes están en aumento. Bloomberg informó el 9 de septiembre de 2021 que en las últimas dos décadas desde los ataques terroristas del 11 de septiempre, la discriminación contra los musulmanes estadounidenses ha aumentado. The Associated Press informó el 9 de septiembre de 2021 que una encuesta encontró que el 53 por ciento de los estadounidenses tienen puntos de vista desfavorables hacia el islam.
En un informe de 2021, el Consejo de Relaciones Estadounidenses-Islámicas dijo que recibe más quejas de acoso y retórica islamofóbica cada año. Un informe publicado por el capítulo de California del consejo el 28 de octubre de 2021 mostró que más de la mitad de los estudiantes encuestados en California dijo que no se sienten seguros en la escuela porque son acosados por su herencia musulmana. Ese es el porcentaje más alto que la sección de California ha documentado desde que la encuesta comenzó en 2013.
Una encuesta publicada el 29 de octubre de 2021 por el Othering and Belonging Institute en la Universidad de California, Berkeley, encontró que el 67,5 por ciento de los participantes musulmanes había experimentado daños relacionados con la islamofobia y que el 93,7 por ciento de los encuestados dijo que había sido afectado por la islamofobia emocional o físicamente.
Los aborígenes han sufrido durante mucho tiempo una cruel persecución racial. EE.UU., país que tiene una larga y oscura historia de violación de los derechos de los pueblos indígenas, incluidos los indios, que han sufrido masacres sangrientas, expulsiones brutales y genocidio cultural.
Un artículo titulado "EE.UU. debe tener en cuenta sus propios genocidios", publicado en el sitio web de Foreign Policy el 11 de octubre de 2021, señaló que en el transcurso de los siglos XIX y XX, más de 350 internados indígenas fueron financiados por el Gobierno estadounidense, que pretendía asimilar culturalmente a los niños indígenas separándolos por la fuerza de sus familias y comunidades para viviendas distantes.
Hasta la década de 1970, cientos de miles de niños indígenas habían sido arrancados de sus hogares y muchos habían sido abusados hasta la muerte en los internados donde sus identidades, idiomas y creencias de indios americanos, nativos de Alaska y nativos de Hawaii, fueron reprimidas por la fuerza.
EE.UU. no solo es moral, sino también legalmente responsable por el crimen de genocidio contra su propio pueblo, afirmó el artículo.
Durante la pandemia de COVID-19, la nación Navajo, la nación Cherokee, la nación Sioux y otros nativos americanos han tenido dificultad con la enfermedad y la pobreza, hechos que, sin embargo, han sido sistemáticamente ignorados. La nación Navajo, que se extiende a través de Arizona, Utah y Nuevo México, estuvo entre las áreas con las tasas más altas de infección por COVID-19 en todo el país.
The Guardian informó el 24 de abril de 2020 que los primeros datos indicaban tasas dramáticamente desproporcionada de infección y muerte por COVID-19 de nativos americanos. Dentro del 80 por ciento de los departamentos de salud estatales de EE.UU. que han publicado algunos datos demográficos raciales sobre el impacto del coronavirus, casi la mitad de ellos no incluyó explícitamente a los nativos americanos en sus desgloses y en su lugar los categorizaron bajo la etiqueta "otros". "Somos una pequeña población debido al genocidio", dijo Abigail Echo-Hawk, directora de investigación de Seattle Indian Health Board. "Si nos eliminan en los datos, no existimos".
La red de noticias rusa RT informó el 8 de enero de 2022 que desde la década de 1950, entre más de 1.000 pruebas nucleares clandestinas que el Gobierno de EE.UU. ha llevado a cabo, 928 se llevaron a cabo en tierras de la tribu aborigen Shoshone, dejando 620.000 toneladas de polvo radiactivo. La cantidad de polvo radiactivo equivale a casi 48 veces el de la explosión nuclear en Hiroshima, Japón en 1945. Según Ian Zabarte de la nación Shoshone, más de 1.000 personas de la tribu aborigen Shoshone han muerto directamente a causa de explosiones nucleares, y muchas personas han contraído cáncer en consecuencia.
La división económica entre las razas continúa ampliándose. Ha habido desigualdad económica a largo plazo y sistémica entre los grupos étnicos minoritarios y la población blanca en EE.UU., lo que se manifiesta en aspectos tales como el empleo y la iniciativa empresarial, los salarios y los préstamos financieros.
USA Today informó el 7 de abril de 2021 que, de acuerdo con la Oficina de Estadísticas Laborales, el 48 por ciento de los 615.000 desempleados estimados de la comunidad asiática se encontraba sin trabajo por más de seis meses hasta el primer trimestre de 2021. La cifra superó la proporción de desempleados de larga duración entre los trabajadores desempleados de otros grupos étnicos.
Alexandra Suh, directora ejecutiva de la Alianza de Trabajadores Inmigrantes de Koreatown en Los Ángeles, dijo que los asiáticos en EE.UU. han sido racializados, dirigidos hacia empleos e industrias como la cocina, la lavandería, el trabajo doméstico, la enfermería y el cuidado personal, que son devaluados, mal pagados y fueron más afectados durante la pandemia.
El 30 de julio de 2021, USA Today informó en su sitio web que una nueva encuesta de Gallup mostró que el 59 por ciento de los estadounidenses no creen que las minorías raciales tengan igualdad de oportunidades de trabajo.
The Hill informó en su sitio web el 11 de septiembre de 2021 que el 27 por ciento de las pequeñas empresas de propiedad de las minorías permanecieron cerradas, un porcentaje mucho más alto que las pequeñas empresas de propiedad de los blancos. Las startups de propiedad blanca tienen siete veces más probabilidades de obtener préstamos que las de propiedad de afroamericanos en su año de fundación. A lo largo de la pandemia, las empresas de propiedad de personas de color no recibieron un acceso equitativo a la ayuda federal, siendo más afectadas económicamente.
CNN informó el 15 de julio de 2021 que alrededor del 17 por ciento de los hogares afroamericanos carece de servicios financieros básicos, en comparación con el 3 por ciento de los hogares blancos.
El 15 de diciembre de 2021, Los Angeles Times informó en su sitio web que a pesar de representar el 19 por ciento de la población de EE.UU., las familias hispanas tienen solo el 2 por ciento de la riqueza total de la Nación. El valor medio neto de las familias blancas es más de cinco veces mayor que el de las familias hispanas.
Las fallas estructurales en su sistema han llevado a una creciente desigualdad racial en EE.UU. El 22 de noviembre de 2021, el relator especial de la ONU sobre asuntos de minorías, Fernand de Varennes, dijo al final de una visita de 14 días a EE.UU. que cuando se trata de derechos humanos y minorías, EE.UU. es una nación "donde el apoyo a la esclavitud condujo a una de las guerras civiles más brutales del mundo, donde la segregación racial persistió hasta bien entrado el siglo XX, y donde las experiencias de los pueblos indígenas han sido de despojo, brutalidad e incluso genocidio por siglos".
Con un sistema legal que está estructuralmente establecido para beneficiar y perdonar a aquellos que son más ricos, mientras que penaliza a los que son más pobres, particularmente las minorías de color, las minorías como los afroamericanos y los latinos en particular son aplastados en un ciclo generacional de pobreza, dijo De Varennes.
V. Crear una crisis migratoria contra la humanidad
El Gobierno de Estados Unidos ha interferido a menudo en los asuntos internos de otros países al usar el garrote de los "derechos humanos". Sin embargo, la política de separar a los niños migrantes de sus familias ha puesto en grave peligro la vida, la dignidad, la libertad y otros derechos humanos de los migrantes. La crisis de migrantes y refugiados incluso se ha convertido en instrumento para los ataques partidistas y las luchas políticas estadounidenses. Los constantes cambios en la política del Gobierno y la brutalidad policial se suman a los sufrimientos de los migrantes, objetos de detención prolongada, crueles torturas, trabajos forzados y muchos otros tratos inhumanos.
Los solicitantes de asilo sufren la brutalidad policial. En 2021, la crisis humanitaria continuó intensificándose a medida que la frontera sur de EE. UU. experimentó una creciente afluencia de migrantes y los agentes fronterizos tomaron medidas cada vez más violentas para expulsar o impedir que los solicitantes de asilo ingresaran al país.
Los datos publicados por la Patrulla Fronteriza de EE. UU. muestran que en el año fiscal 2021 (del 1 de octubre de 2020 al 30 de septiembre de 2021), un total de 557 migrantes murieron en la frontera sur de Estados Unidos, más del doble que en el año fiscal anterior, alcanzando el nivel más alto desde que comenzaron los registros en 1998. Según los medios de comunicación, "el número real de migrantes muertos pudiera ser mayor".
USA Today informó el 29 de noviembre de 2021 que, de enero a noviembre de 2021, se habían denunciado públicamente más de 7.647 casos de asesinato, violación, tortura, secuestro y otras agresiones violentas contra los solicitantes de asilo.
En septiembre de 2021, más de 15.000 solicitantes de asilo de Haití se apiñaron debajo de un puente en la ciudad fronteriza de Del Río en Texas, durmiendo en tiendas de campaña miserables o en la tierra, bajo el calor sofocante y rodeados de basuras. Los agentes a caballo de la Patrulla Fronteriza de EE. UU. trataron brutalmente a los solicitantes de asilo, blandiendo látigos y expulsándolos al río. Tales imágenes provocaron una indignación inmediata al ser publicadas. CNN comentó que estas imágenes recuerdan a la población la época oscura estadounidense cuando se usaban patrullas para controlar a los esclavos negros. The New York Times comentó que "hubo imágenes escandalosas de agentes a caballo arreando a los inmigrantes como ganado" y "la administración de Biden y los demócratas en general siempre parecen decir las cosas correctas sobre cuestiones raciales, pero generalmente sus acciones se quedan cortas si se comparan con sus palabras".
Ante una avalancha de críticas, el Gobierno de EE. UU. deportó rápidamente a la fuerza a miles de solicitantes de asilo a Haití, la mayoría de los cuales no habían vivido allí durante casi una década desde el terremoto de 2010 en la isla caribeña.
En una declaración emitida el 25 de octubre de 2021, el Relator Especial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre formas contemporáneas de racismo y el Grupo de Trabajo de Expertos sobre los Afrodescendientes condenaron la deportación sistemática y masiva de refugiados y migrantes haitianos por parte de EE. UU. sin evaluar la situación individual, considerando dicha práctica como una violación del derecho internacional y destacando que "las deportaciones masivas aparentemente hicieron continuar la historia de xenofobia contra los migrantes y refugiados haitianos negros en los puertos de entrada de EE. UU."
Disconforme con el manejo inhumano hacia los migrantes y refugiados haitianos, el enviado especial de EE. UU. para Haití, Daniel Footie, renunció a solo dos meses de asumir el cargo.
Los niños inmigrantes sufren detenciones prolongadas y abusos. Según reportó USA Today el 29 de noviembre de 2021, "aunque Biden ha terminado oficialmente con la política de 'separación familiar' de Trump, su uso del Título 42 ha creado la separación familiar 2.0", obligando a muchos menores a separarse de sus padres.
“Hay más de 5.000 niños no acompañados bajo la custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU.”, informó CNN el 23 de abril de 2021. Muchos de ellos han permanecido bajo custodia por más del límite de 72 horas establecido por la ley federal, agregó.
"El grupo de documentos redactados que han sido presentados al grupo de derechos humanos (Human Rights Watch) después de seis años de disputas legales revelan más de 160 casos de mala conducta y abuso por parte de las principales agencias gubernamentales, en particular la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza y la Patrulla Fronteriza de EE. UU.", reportó The Guardian el 11 de octubre de 2021. "Los documentos registran casos entre 2016 y 2021 que van desde agresión sexual infantil hasta hambre forzada, amenazas de violación y condiciones brutales de detención", añadió la misma fuente.
Las condiciones de los centros privados de detención donde se encuentran los migrantes son malas. La mayoría de los centros de detención en EE. UU. son construidos y operados por empresas privadas. A fin de reducir los costos operativos y maximizar las ganancias, las empresas privadas generalmente construyen los centros de acuerdo con los estándares mínimos contratados con el Gobierno, lo que genera la deficiencia de instalaciones y un ambiente terrible. La falta de supervisión ha provocado una administración caótica en los centros de detención donde han registrado repetidas violaciones de los derechos humanos, mientras que los detenidos han sufrido daños físicos y mentales de diversos niveles.
"Las autoridades estadounidenses detuvieron a más de 1,7 millones de migrantes a lo largo de la frontera con México durante el año fiscal 2021 que finalizó en septiembre", según datos inéditos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. obtenidos por The Washington Post. Entre ellos, hasta el 80 por ciento se encuentran recluidos en centros de detención privados, incluidos 45.000 niños.
"Las condiciones se estaban deteriorando dentro del refugio de emergencia para los migrantes, ubicado en el duro desierto de Fort Bliss (Texas)", informó El Paso Times el 25 de junio de 2021.
"Había casi 5.000 niños allí y unos 1.500 niños todavía están detenidos en este problemático lugar, donde las tiendas de campaña repletas parecían 'un corral de ganado'. Eran 'traumatizantes' y riesgosas para la salud y la seguridad de los niños", de acuerdo con la misma fuente.
Muchos migrantes se convirtieron en víctimas de la trata de personas y del trabajo forzado en EE. UU. Las políticas migratorias estadounidenses más estrictas, combinadas con una supervisión débil en el país, han exacerbado el tráfico de personas y el trabajo forzado dirigidos a los migrantes.
De acuerdo con el informe publicado por The Associated Press el 10 de diciembre de 2021, durante años, los inmigrantes que ingresaron ilegalmente a EE. UU. se vieron obligados a trabajar muy duro en las granjas, viviendo en remolques sucios y abarrotados, sin alimentos ni agua potable, y enfrentando amenazas de violencia por parte de los supervisores. Sus documentos de identidad y de viaje fueron retenidos, lo que limitó su búsqueda en ayuda para escapar de las granjas.
Una acusación de trata de personas publicada el 22 de noviembre de 2021 en el sitio web del Departamento de Justicia de EE. UU. revela que decenas de trabajadores de México y países centroamericanos fueron llevados a las granjas del estado de Georgia, donde fueron encarcelados ilegalmente bajo condiciones inhumanas como trabajadores agrícolas contratados, convirtiéndose en víctimas de la esclavitud moderna.
Después de ser estafados con la promesa de un salario de 12 dólares por hora, fueron obligados con armas y violencia a que recogieran cebollas con sus propias manos y recibieron solo 20 centavos por cada balde cosechado. Al menos dos de los trabajadores fallecieron como consecuencia de las condiciones laborales y uno sufrió múltiples agresiones sexuales.
Según reportó New York Times el 11 de noviembre de 2021, cientos de trabajadores de la India fueron engañados y llevados a Nueva Jersey, Atlanta, Chicago, Houston, Los Ángeles, etc., con la promesa de un trabajo digno y un salario justo, pero en realidad apenas tenían tiempo libre del trabajo agotador y peligroso. Además, les confiscaron sus pasaportes, impidieron que hablaran con desconocidos y los amenazaron con represalias.
La xenofobia contra los migrantes se hace cada vez más extrema. La política migratoria, que es vacilante, inconsistente y muchas veces en contra de los derechos humanos, es la principal causa de la crisis fronteriza y la tragedia de los migrantes, afectada profundamente por la extrema xenofobia. Según un artículo publicado por The Washington Post el 22 de agosto de 2021, a medida de que los debates internos en EE. UU. sobre la inmigración quedan influenciados cada vez más por el resentimiento racista, el sentimiento antiinmigrante y las pugnas políticas, los legisladores estadounidenses se inclinan más a utilizar la fuerza y la coerción en los asuntos de refugiados. Según otro artículo del mismo rotativo estadounidense, publicado el 20 de octubre de 2021, la Patrulla Fronteriza de EE. UU. detuvo a más de 1,7 millones de migrantes a lo largo de la frontera sur durante el año fiscal 2021, el nivel más alto registrado desde 1986. El Gobierno de EE. UU. espera refrenar el cruce fronterizo ilegal a través de la estricta aplicación de la ley, lo cual ha dificultado el ingreso de migrantes ilegales al país, pero también ha alentado los intentos de cruzar las áreas más peligrosas, creando en cambio una crisis humanitaria aún mayor.
VI. Violación de los derechos humanos en otros países mediante fuerzas y sanciones excesivas
EE. UU. siempre ha perseguido el hegemonismo, el unilateralismo y el intervencionismo, y ha recurrido con frecuencia a la fuerza, provocando un gran número de víctimas civiles. Su uso abusivo de sanciones unilaterales ha dado lugar a crisis humanitarias, desafiando la justicia con hegemonía, atropellando la justicia con el interés propio y violando sin sentido los derechos humanos en otros países. Se ha convertido en el mayor obstáculo y destructor del desarrollo sano de la causa internacional de los derechos humanos.
El sitio web de USA Today comentó el 26 de agosto de 2021 que la retirada estadounidense de Afganistán fue un desastre total. Las tragedias como las retiradas de Afganistán y de Vietnam muestran la costumbre de Washington de ignorar el humanitarismo básico para conseguir sus propios fines egoístas.
En medio del caos del aeropuerto de Kabul, un avión de transporte C-17 de EE. UU. despegó por la fuerza sin importar la seguridad de los civiles afganos, con una persona aplastada viva en el hueco de la rueda cuando el avión retrajo el tren de aterrizaje y otros más caídos muertos desde el aire.
Incluso en los últimos minutos de la frenética evacuación, los ataques aéreos del ejército estadounidense causaron numerosas bajas civiles. Sin embargo, el Departamento de Defensa de EE. UU. dijo públicamente que ningún miembro del personal militar de EE. UU. sería castigado por la muerte de civiles en ataques con aviones no tripulados.
La guerra contra el terrorismo de Estados Unidos ha matado a millones de personas. Desde el inicio del siglo XXI, EE. UU. viene lanzando una serie de operaciones militares extranjeras globales en nombre de la lucha contra el terrorismo, dejando casi un millón de muertos. USA Today informó el 25 de febrero de 2021 que la llamada guerra antiterrorista llevada a cabo por EE. UU. en los últimos 20 años se ha cobrado la vida de más de 929.000 personas, al citar el estudio "Costos de la guerra" realizado por el Instituto Watson para Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Brown. Los 20 años de operaciones militares estadounidenses en Afganistán han matado a 174.000 personas, incluidos más de 30.000 civiles, y dejado heridos a más de 60.000. Según reportó The New York Times el 18 de diciembre de 2021, una investigación reveló que más de 50.000 ataques aéreos estadounidenses en Irak, Siria y Afganistán se realizaron de manera imprudente y mal dirigido, matando a miles de civiles. El ejército estadounidense ha estado ocultando el número de víctimas, por lo que el número real de civiles muertos resulta mucho mayor que la cifra publicada. El caso más obvio es el ataque aéreo estadounidense lanzado contra la aldea siria de Tokhar en 2016. El ejército afirmó que entre siete y 24 civiles, "entremezclados con los combatientes", podrían haber muerto, pero en realidad lo que atacó el ejército estadounidense eran casas privadas, cobrando la vida de más de 120 civiles inocentes.
La guerra en marcha y la inestabilidad han convertido a casi un tercio de la población afgana en refugiados, mientras que un total de 3,5 millones de afganos han sido desplazados por el conflicto y casi 23 millones han sufrido hambre extrema, incluidos 3,2 millones de niños menores de cinco años. Cuando EE. UU. retiró sus tropas de Afganistán, congeló inmediatamente las reservas de divisas en el Banco Central afgano, valoradas en miles de millones de dólares, empujando a la economía afgana al borde del colapso y empeorando la vida de la gente.
Según un informe publicado en noviembre de 2021 por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y el Programa Mundial de Alimentos, solo el 5 por ciento de los afganos recibe alimentos suficientes a diario.
A su vez, The New York Times informó que los contratistas de defensa estadounidenses fueron los verdaderos ganadores en la "guerra antiterrorista", destacando que lo que realmente EE. UU. ha construido en Afganistán "no es un país sino más de 500 bases militares y la riqueza personal de quienes están detrás de las bases".
Solo alrededor del 12 por ciento de la ayuda de reconstrucción que proporcionó EE. UU. entre 2020 y 2021 se dirigió al Gobierno afgano, y la mayor parte del resto se desvió a las empresas estadounidenses como Lewis Berger. El sitio web Gulf Today de los Emiratos Árabes Unidos publicó el 19 de diciembre de 2021 un artículo titulado "Cómo EE. UU. destruyó Irak" , explicando que los iraquíes han vivido hambre crónica en medio de la carencia de alimentos y la inflación, mientras que los casos de diarrea se han multiplicado en cuatro veces, en comparación con los registrados antes de la guerra, como consecuencia de los bombardeos estadounidenses que dañaron a las plantas de energía y de tratamiento de agua. La falta de medicamentos y equipo médico ha puesto en riesgo el sistema de salud de Irak, afectando principalmente a los pobres, los niños, las viudas, los ancianos y otros grupos más vulnerables.
Las sanciones unilaterales dañan a los pueblos de otros países. Alena Douhan, relatora especial de la ONU sobre el impacto negativo de las medidas coercitivas unilaterales en los derechos humanos, destacó el impacto devastador de las sanciones económicas impuestas por EE. UU. en el disfrute de los derechos humanos del pueblo venezolano.
Las sanciones estadounidense al sector petrolero de Irán han resultado en la incapacidad del país para importar suministros médicos necesarios, poniendo en peligro el derecho a la vida y la salud de los iraníes.
Las sanciones estadounidenses contra Siria han afectado gravemente el disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales del pueblo sirio.
El 23 de junio de 2021, la Asamblea General de la ONU votó por vigésimo noveno año consecutivo a favor de una resolución para exhortar a EE. UU. que ponga fin al bloqueo contra Cuba e inicie un diálogo para mejorar los lazos bilaterales. El canciller cubano, Bruno Rodríguez, dijo que EE. UU. no ha dejado de imponer el bloqueo y las sanciones contra Cuba pese a la pandemia de COVID-19, y que tales actos extremadamente inhumanos han causado enormes pérdidas a la economía y la sociedad cubanas. El responsable de la diplomacia cubana sentenció que el bloqueo económico es una "violación masiva, flagrante e inaceptable en contra de los derechos humanos del pueblo cubano", agregando que "como el virus, el bloqueo asfixia y mata, y debe cesar".
La prisión de Guantánamo ha sido escenario de repetidos escándalos de tortura. El 23 de febrero de 2021, un grupo de 16 expertos de la ONU afirmó que muchos de los detenidos restantes son personas vulnerables y ya ancianas cuya integridad física y mental se ha visto comprometida por la interminable privación de libertad y las torturas físicas y psicológicas relacionadas con ella y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. Los expertos -entre ellos el relator especial sobre la promoción y protección de los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo, el relator especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes y el relator especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias-, forman parte de los Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos. CBS News informó el 29 de octubre de 2021 que Estados Unidos aún mantiene detenidas a 39 personas en Guantánamo. Majid Khan, un antiguo detenido allí, reveló públicamente por primera vez las torturas que sufrió, entre las que se incluyen palizas, enemas forzados, agresiones sexuales, hambre y privación de sueño. "Pensé que iba a morir", dijo, "les rogaba que pararan". Relató que lo suspendieron desnudo de una viga del techo durante largos periodos y que lo rociaron repetidamente con agua helada para mantenerlo despierto durante días. Describió que le mantuvieron la cabeza bajo el agua hasta casi ahogarse.
El panel independiente de expertos en derechos humanos designado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU emitió una declaración el 10 de enero de 2022, en la que afirma que dos décadas de práctica de la detención arbitraria sin juicio, acompañada de tortura o malos tratos, viola las leyes internacionales de derechos humanos, y es una "mancha en el compromiso del Gobierno de Estados Unidos con el Estado de derecho". A pesar de la condena enérgica, reiterada e inequívoca del funcionamiento de este horrible complejo de detención y prisión, Estados Unidos sigue deteniendo a personas, muchas de las cuales nunca han sido acusadas de ningún delito, dijeron los expertos. Los expertos instaron a Estados Unidos a cerrar la prisión de Guantánamo. También pidieron que se repare a los presos torturados y detenidos arbitrariamente, y que los que autorizaron y participaron en la tortura rindan cuentas, como exige el derecho internacional.