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sábado, 2 de julio de 2022

El ordenamiento en Cuba necesita un “reordenamiento”

El conocido proceso de ordenamiento monetario y cambiario ha derivado en resultados y consecuencias no favorables que ameritan un  nuevo ordenamiento. Algunas sugerencias.




Un punto neurálgico lo constituye el necesario incremento de oferta de la producción nacional de alimentos

Desde mucho antes de arrancar el proceso de erradicación de la doble circulación monetaria y cambiaria  se alertó que los problemas estructurales de la economía se encontraban pendientes de resolver. En mayor o menor medida,  aún se manifiestan en la actualidad.

También se advirtió que el proceso causó una devaluación, con impacto en los salarios y balances de las empresas, entre  otros problemas. De hecho, trascendió a los precios minoristas y salarios, en cuya evolución el tipo de cambio constituye un elemento importante y por los cuales la unificación monetaria y cambiaria se vincula con la población.

La no correspondencia entre el CUC (moneda divisa vigente hasta iniciado el proceso de unificación monetaria) y las monedas extranjeras, desde entonces comenzó un proceso inflacionario con incremento de precios en las tiendas en CUC y en los mercados de libre oferta y demanda en CUP.

Era necesario prepararse, crear condiciones previas, como fondos de reservas financieras en divisa para importar alimentos e insumos para la producción y servicios, con vista al incremento de la oferta, desatar nudos que impiden el desarrollo de las fuerzas productivas. Hacer la aproximación sucesiva de ambas monedas, hasta lograr su convergencia.

Teniendo presente la estructura de la economía cubana –en la cual ocupa un lugar importante la empresa estatal -, lo más favorable era iniciar el proceso por el sector empresarial y no por diversas variables al unísono.

Todo ello hubiera conducido a una devaluación gradual del CUP, de acuerdo a una tasa de cambio técnico-económicamente fundamentada, que no sería inamovible comenzando por el sector empresarial, acompañada de costos y beneficios.

Es justo reconocer que este proceso coincidió con la pandemia de covid y el recrudecimiento del bloqueo económico-comercial-financiero de Estados Unidos, lo cual no favoreció en modo alguno su transcurso.

Todo incremento de salario y distribución de ganancia, debe estar respaldado por incremento de la oferta.

Hasta el presente ¿Cuáles han sido las consecuencias?

Aquellos que  concentraron  dinero, tanto en CUC como en CUP y no necesariamente depositados en el banco, sino en efectivo, acudieron  a comprar de inmediato bienes duraderos e invertir en diversos negocios, entre otros.

De igual forma se acrecentó el espacio en el mercado informal para la compra de moneda dura (USD, euros y otras). Por otro lado el incremento salarial y pensiones, se produjo de acuerdo a un presupuesto de gastos según una canasta de productos del consumidor,  sobre la base de los precios calculados, y una tasa de cambio señalada, sin tener presente el proceso devaluativo súbito de la moneda nacional.

Antes de iniciar 2021, se anunció la aplicación de la tasa de cambio 24 pesos cubanos por CUC, lo que sin duda elevó los costos. Por otro lado el incremento de salarios y pensiones a la vez aumentó la demanda, en una economía ya limitada por la oferta y ninguna respuesta solida de  incrementos de producción y servicios. Unido a la existencia de una elevada masa de dinero circulante, contribuyó al actual escenario inflacionario.

Los grandes tenientes, a la vez concentradores de CUP Y CUC, fuera del sistema bancario, perduraron e inclusive fue prolongado el periodo de aceptación en la circulación del CUC (periodo de gracia inicio finales de 2021 y extensivo a 2022). Lo cual se manifestó como presión en el sistema financiero  doméstico.,

El crecimiento de los precios se anticipó e inicio un periodo inflacionario galopante hasta nuestros días, sin aumento manifiesto  de la producción, ni disponer de una reserva financiera adecuada para afrontar tal decisión.

Adicionalmente la prohibición oficial de depósitos en USD, en las tarjetas magnéticas para compras en tiendas en MLC (moneda libremente convertible) favoreció el incremento en el mercado informal de la tasas de cambio, vía CUP, respecto a las divisas admitidas oficialmente.

La tasa de cambio en el mercado informal, cada vez más creciente de forma galopante (se mueve entre 107-110 CUP por USD físico); en el caso del Euro (u otra divisa aceptada como depósito bancario),  suele ser superior, y más elevada aún,  de efectuarse por transferencia directa vía tarjeta bancaria magnética.

El reciente anuncio de venta de USD, a las nuevas formas empresariales, a saber, micro pequeñas y medianas empresas (mpymes), cooperativas no agropecuarias (cna) y otros actores económicos privados  a una tasa inferior a la del mercado informal motivó en dicho mercado una reducción de la misma, lo que fue considerado como un efecto especulativo.

En resumen se manifiestan varios resultados: aumento de los costos de producción y servicios, así como de la demanda, déficit de oferta e incremento del déficit fiscal, lo cual indujo a una mayor emisión de dinero.

Todo esto se expresa en el exceso de circulante, fluctuación sobre la evolución macroeconómica, no precisión sobre la actuación pública respecto a la inflación, falta de claridad y decisiones sistémicas oportunas sobre las transformaciones, particularmente en el sector agropecuario (producción de alimentos y agroindustria de la caña de azúcar).

La situación económica resulta compleja, años atrás el desempeño de la empresa estatal en sentido general, mostraba una mayor participación y peso en la producción,  no así en la producción de alimentos, donde cerca del 78 % se genera en el sector no estatal. No obstante en otros sectores productivos presenta mayor concurrencia y sin duda puede tener un mejor desempeño en la participación en el mercado y atenuar el crecimiento de precios, lo cual no ha logrado.

El movimiento hacia arriba de la tasa de cambio en el mercado informal  se añade como otro obstáculo.

Todo este proceso ha propiciado incrementos de  la actividad marginal, por parte de determinados segmentos poblacionales, los cuales han encontrado una vía cómoda, para la especulación, forma fácil de obtención de elevados ingresos, mucho más atractivo a los obtenidos por medio del trabajo remunerado.

Por otro lado se presenta un movimiento, en particular de fuerza laboral de elevada calificación (docencia nivel superior, técnicos altamente calificados), hacia nuevas  formas y actividades económicas recién creadas, las cuales suelen ser  más atractivas respecto al monto de ingresos a lograr.

En no pocas ocasiones suele desaprovecharse conocimientos, nivel de calificación; logrado por varios años de formación que encierra un importante nivel de conocimiento acumulado en el tiempo. Esta situación puede derivar en afectación sobre la formación de futuras generaciones y desaprovechamiento de capacidad, conocimiento intelectual y tecnológico, resultante de varios años de estudios superiores.


Valorar la emisión y ventas de bonos a empresas, cooperativas, pymes y población a corto, mediano y largo plazo, con vista a la disminución de circulante.

Algunas sugerencias para un nuevo ordenamiento

–A la empresa estatal y su presencia en las redes distributivas y comercializadoras le corresponde buscar un equilibrio. Para ello en primer orden se debe incrementar la producción de alimentos, acudiendo a sus potencialidades y reservas productivas.

–En dichas empresas es necesario efectuar un análisis profundo de las vías de obtención de las ganancias y posterior distribución, en busca de propiciar mayor aporte fiscal al presupuesto, reducir el déficit fiscal, en consulta con los trabajadores.

–Un punto neurálgico lo constituye el necesario incremento de oferta de la producción nacional de alimentos, que para lograrlo hay que facilitar y destrabar los nudos burocráticos que frenan la entrega de las tierras ociosas en condiciones de usufructo.

–A la vez,  identificar el problema principal, el cual  consiste en la no realización de la propiedad, que no ofrece estabilidad  y sentido de pertenecía al productor y su familia, para lograr su permanencia.  Resolver este tema  debe ir acompañado de la búsqueda de mejores condiciones de vida (entiéndase: luz eléctrica, telefonía, agua potable, viales, transportación rural, entre otras), que conduzca a disminuir sustancialmente la migración desde las zona rurales a las urbanas.

–Ante las grandes limitaciones para la adquisición de insumos importados, para la agricultura, a la vez en búsqueda de la sostenibilidad y armonía con la naturaleza, desarrollar a plenitud la agricultura agroecológica, no como algo transitorio, sino como alternativita totalmente viable, para establecerla  definitivamente.

–Identificar los encadenamientos productivos-valor, hasta las cadenas globales de valor  externas (descentralización del comercio exterior), con la participación de los productores directos e inversionistas foráneos

–Autorizar a las empresas comerciales extranjeras  a la venta en el territorio nacional, estableciendo la consignación de productos, y retorno financiero de los gastos incurridos por ellas. Las mismas cumplirán con las obligaciones financieras correspondientes acordadas.

–Sin duda acelerar las transformaciones económico-productivas, descentralizar y empoderar a los gobiernos municipales y productores hacia un nuevo modelo de gestión económico-productivo hasta los niveles superiores  de organización.

–Desarrollar un fuerte proceso de capacitación, con el apoyo de Universidades, Centros de Investigación, la Asociación Nacional de Economistas (anec)  y la Asociación nacional de agricultores pequeños (anap).

–Simplificar y reducir las estructuras administrativas particularmente ministeriales, de acuerdo con los niveles de descentralización señalados, para lograr con ello disminución de gastos al Presupuesto de la nación y reducción del déficit fiscal.

–Valorar la emisión y ventas de bonos a empresas, cooperativas, pymes y población a corto, mediano y largo plazo, con vista a la disminución de circulante.

–Todo incremento de salario  y distribución de ganancia, debe estar respaldado por incremento de la oferta. Para ello se realizarán los estudios e investigaciones requeridas.

–Establecer de acuerdo a las posibilidades financieras, el mercado  cambiario, ventas en divisas a las empresas, cooperativas, sector privado, pequeñas y medianas empresas. Valorar a la luz de la situación actual, la aceptación del USD, en las operaciones de compra y depósitos bancarios

–Finalmente, sería oportuno crear un  grupo interdisciplinario (no numeroso), de especialistas, estudiosos del tema financiero-monetario, economistas, académicos, que elaboren con urgencia un cronograma de trabajo, con la mayor transparencia hacia la población, para hacerla participe activa de las medidas a tomar.

–De lo anterior se derivarán grupos de estudios específicos que tributarán resultados al grupo interdisciplinario, no solo del ¿qué? sino del ¿cómo? hacerlo. (2022)

Lo que dicen los multimillonarios sobre la próxima recesión

ECONOMÍA, Forbes

Elon Musk y Bill Gates son algunos de multimillonarios que auguran la próxima recesión de la economía estadounidense antes de que finalice el próximo año.

POR SILADITYA RAY 26 JUNIO 2022


Varios multimillonarios predicen ahora una próxima recesión de la economía estadounidense antes de que finalice el próximo año, haciéndose eco de las alarmas lanzadas por las instituciones financieras y los consejeros delegados cuando la Reserva Federal (Fed) se ha movilizado para hacer frente a la elevada inflación con una subida de tipos más pronunciada de lo previsto.

¿Qué opinan los más ricos?

Elon Musk. La persona más rica del mundo dijo este martes en una entrevista que una recesión es «inevitable en algún momento» y que es «más probable que no» ocurra a corto plazo.

Bill Gates. El cofundador de Microsoft compartió un sentimiento similar al del fundador de Tesla en una entrevista con Fareed Zakaria el pasado mes de mayo, donde expuso que estaba de acuerdo con «las fieras» en que el mundo se dirige hacia una desaceleración económica en el «futuro cercano», en medio de las consecuencias de la pandemia y la invasión de Rusia en Ucrania.

Jamie Dimon. El consejero delegado de JP Morgan advirtió de un «huracán» económico alimentado por el conflicto en Ucrania y la alta inflación y dijo a principios de este mes. de junio que su banco se está preparando para «malos resultados».

Carl Icahn. El inversor activista también avisó de una recesión «o incluso algo peor», en una entrevista con la CNBC en marzo, culpando a la alta inflación y expresando sus dudas sobre si la Fed podría «diseñar un aterrizaje suave.»

Ken Griffin. El fundador y consejero delegado de Citadel manifstó en mayo que si el nivel de inflación se mantiene en torno al 8,5% –como ocurre actualmente– la Fed tendrá que «pisar los frenos con bastante fuerza» empujando a la economía a una recesión.

Gary Friedman. El consejero delegado de RH hizo referencia a la película The Big Short (La gran apuesta) y declaró en la convocatoria de resultados trimestrales de la empresa del pasado mes de marzo que la economía estadounidense se enfrentaba a uno de sus períodos más difíciles desde la Gran Recesión de 2008.

La Fed sube los tipos de interés

Las advertencias sobre una próxima recesión han aumentado desde la decisión de la Reserva Federal de la semana pasada de subir los tipos de interés en 75 puntos básicos, desde un rango objetivo del 1,5% al 1,75%, la mayor subida de tipos desde 1994.

La decisión de la Reserva Federal se produjo después de que el Departamento de Trabajo publicara a principios de mes datos que mostraban una cifra de inflación anual superior a la esperada de 8,6% en mayo. Se trata del mayor aumento de los precios al consumo en doce meses que se ha registrado en el país en más de cuarenta años.

Creencia vs predicción

En una entrevista el pasado domingo con Associated Press, el presidente Joe Biden insistió en que una recesión no era «inevitable», y añadió que la gente no debería simplemente «creer en una advertencia» y, en cambio, esperar a ver si la predicción es correcta.

El presidente señaló las bajas cifras de desempleo y también que Estados Unidos estaba en una posición más fuerte que otros países para luchar contra la alta inflación.

Por su parte, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, también hizo comentarios similares el pasado domingo. En su opinión, la recesión no es «en absoluto inevitable», pero dijo que esperaba que la economía se ralentizara. Yellen añadió que reducir la «inaceptablemente alta inflación» era la principal prioridad de la administración Biden.

Todas las opiniones en línea

Aparte de los multimillonarios, varias grandes instituciones financieras y líderes empresariales también han advertido sobre una próxima recesión a finales de este año o en algún momento del próximo.

El pasado martes, Goldman Sachs actualizó su previsión hasta un 30% de posibilidades de recesión en los próximos doce meses, frente al 15% de abril.

Un día antes, el banco de inversión japonés Nomura advirtió de que una «recesión leve» en algún momento de finales de 2022 era ahora más «probable».

Deutsche Bank –el primer banco que proyectó una próxima recesión a finales de 2023- revisó su previsión el viernes afirmando que ahora espera una «recesión más temprana y algo más severa». El banco de inversión alemán prevé ahora una contracción del 3,1% del PIB en el tercer trimestre de 2023.

En una nota reciente, el economista jefe de Moody’s Analytics advirtió que los riesgos de una recesión eran «incómodamente altos» y «crecientes».

Tanto el director general de Morgan Stanley, James Gorman, como el director general de Wells Fargo, Charles Scharf, esperan que cualquier recesión que se avecine no sea muy profunda ni larga; sin embargo, el primero sitúa las probabilidades en un «50-50», mientras que el segundo sugiere que sería «difícil de evitar».

La consejera delegada de Ark Capital, Cathy Wood, criticó duramente la fuerte subida de tipos de la Fed en un hilo de Twitter durante el fin de semana y sugirió que Estados Unidos ya cayó en recesión en el primer trimestre de 2022

La lucha del lado de la oferta contra la inflación

 Por MICHAEL SPENCE, PS


La única opción real de los bancos centrales para hacer frente a la inflación es reducir la demanda, un enfoque que implica un lastre significativo para el crecimiento mundial. Pero incluso cuando aumentan las tasas de interés, se puede evitar una recesión si los políticos reconocen el importante papel que deben desempeñar las medidas del lado de la oferta para restaurar la estabilidad de precios.

MILÁN – Los esfuerzos de los bancos centrales para contener la alta y creciente inflación están alimentando los vientos en contra del crecimiento y amenazando con llevar a la economía mundial a la recesión. Pero la causa inmediata de las presiones inflacionarias actuales es un desequilibrio grande, de amplia base y persistente entre la oferta y la demanda. Las tasas de interés más altas reducirán la demanda, pero las medidas del lado de la oferta también deben desempeñar un papel importante en las estrategias de control de la inflación.

Durante el último año más o menos, la reversión de las políticas de contención de la pandemia ha provocado un aumento simultáneo de la demanda y una contracción de la oferta. Si bien esto era de esperar, la oferta ha demostrado ser sorprendentemente inelástica. En los mercados laborales, por ejemplo, la escasez se ha convertido en la norma, lo que ha provocado vuelos cancelados , cadenas de suministro interrumpidas , cierres de restaurantes y desafíos para la prestación de atención médica .

Esta escasez parece ser, al menos en parte, el resultado de un cambio de preferencias impulsado por una pandemia. Muchos tipos de trabajadores buscan una mayor flexibilidad , incluidas opciones híbridas o de trabajo desde el hogar, o mejores condiciones de trabajo. Los trabajadores de la salud, en particular, informan que se sienten agotados por sus trabajos.

Si esto es cierto, el panorama de la inflación debe incluir un ajuste en los costos laborales relativos. Para volver a equilibrar los mercados, se necesitarán aumentos de salarios e ingresos, incluso para trabajos para los que anteriormente había una amplia oferta de trabajadores.

Esta transición generará cierta presión inflacionaria. Sí, los precios nominales y los salarios tienen una flexibilidad a la baja limitada. Pero en un momento de exceso de demanda, las empresas generalmente intentan transferir costos más altos a través de aumentos de precios, y a menudo se salen con la suya, al menos por un tiempo.

Los bloqueos persistentes asociados con la pandemia, especialmente en China, que sigue comprometida con su política de cero COVID , también están alimentando la inflación. Pero estos bloqueos eventualmente desaparecerán, al igual que las limitaciones de capacidad a corto y mediano plazo causadas por cambios en la composición de la demanda (en términos de productos y geografía), aunque algunos persistirán por un tiempo. La capacidad, ya sea en puertos o semiconductores, lleva tiempo construirla.

Pero la inflación actual tiene raíces más profundas. Durante las últimas décadas, la activación de cantidades masivas de mano de obra y capacidad productiva subutilizadas en las economías emergentes ha generado presiones deflacionarias. Ahora que esos recursos se han agotado significativamente, los precios relativos de muchos bienes aumentarán.

Además, existe un impulso global para diversificar y, en algunos casos, localizar las cadenas de demanda y suministro, una respuesta a la frecuencia cada vez mayor de los impactos severos y las crecientes tensiones geopolíticas. Una economía global más resiliente es más costosa, y los precios lo reflejarán.

La guerra en Ucrania no solo ha acelerado esta transformación de la cadena de suministro, sino que también ha provocado que los precios de la energía y los alimentos se disparen , exacerbando aún más la inflación, especialmente en los países de bajos ingresos. En el caso de los combustibles fósiles, un patrón previo de inversión insuficiente en capacidad en múltiples puntos a lo largo de la cadena de suministro ha agravado el problema.

Pero hay aún más en la historia. Más del 75% del PIB mundial se produce en países con poblaciones envejecidas . Las tasas de dependencia de la vejez están aumentando y, en algunos países, la fuerza laboral se está reduciendo . Las ganancias de productividad podrían contrarrestar la contracción de la oferta laboral en relación con la demanda, pero después de casi dos décadas de caída del crecimiento de la productividad , tales ganancias no se esperan.

Por lo tanto, la inflación está aumentando rápidamente y los bancos centrales están bajo presión para tomar medidas drásticas. Pero su única opción real es reducir la demanda, elevando las tasas de interés y retirando liquidez . Estas medidas ya han estimulado una revisión masiva de los precios de los activos, incluidas las monedas, y amenazan con empujar el crecimiento global por debajo del potencial , con las economías de bajos ingresos sufriendo de manera desproporcionada, y con reducir la inversión en la transición energética.

Hay otra forma: medidas del lado de la oferta. El comercio y la inversión han permitido durante mucho tiempo que la oferta se expanda rápidamente en respuesta a la creciente demanda mundial. Pero, durante casi dos décadas, y especialmente en los últimos años, la proliferación de barreras comerciales ha agregado fricciones a este proceso. El proteccionismo progresivo debe revertirse, con el presidente de EE. UU., Joe Biden, eliminando los aranceles impuestos por su predecesor, Donald Trump, y Europa acelerando la integración de sus mercados de servicios.

Al mismo tiempo, se deben hacer esfuerzos para mejorar la productividad. Las tecnologías digitales serán cruciales aquí. Si bien la pandemia ayudó a acelerar la transformación digital, muchos sectores, incluido el sector público, están rezagados y persisten las preocupaciones sobre los efectos de la automatización en el empleo.

Pero en un mundo de oferta limitada caracterizado por una persistente escasez de mano de obra, las tecnologías digitales que impulsan la productividad, junto con salarios más altos para los trabajadores, contribuirían en gran medida a mejorar el equilibrio entre la oferta y la demanda. Por ejemplo, las herramientas basadas en inteligencia artificial pueden realizar una amplia gama de funciones, desde revisar el equipaje de manera más eficiente en los aeropuertos hasta analizar imágenes médicas para detectar cánceres. Más allá de las tecnologías digitales, los regímenes regulatorios pueden simplificarse y mejorarse para reducir los cuellos de botella del lado de la oferta.

Tal agenda debe aplicarse tanto al sector público como al privado. A nivel internacional, serán esenciales los esfuerzos para facilitar el comercio, abordar las rigideces de la cadena de suministro y cerrar las brechas de datos. De lo contrario, los bancos centrales tendrán que lidiar solos con la inflación, con terribles consecuencias para toda la economía mundial.



MICHAEL SPENCE, premio Nobel de economía, es profesor emérito de economía y ex decano de la Graduate School of Business de la Universidad de Stanford. Es miembro principal de la Institución Hoover, es miembro del Comité Académico de la Academia Luohan y copreside el Consejo Asesor del Instituto Global de Asia. Fue presidente de la Comisión independiente sobre Crecimiento y Desarrollo, un organismo internacional que de 2006 a 2010 analizó las oportunidades para el crecimiento económico mundial, y es autor de The Next Convergence: The Future of Economic Growth in a Multispeed World (Macmillan Publishers, 2012 ).