Estimado
Alejandro,
Ya
empezaron los esfuerzos burocráticos por una de las principales de las 75
medidas.
Escuche
atentamente tu intervención y la de la presidente del BCC acerca de los pasos
iniciales y posteriores a dar para establecer gradualmente un nuevo mercado
bancario que nos conduzca al objetivo final, que tu denominaste (b), donde
exista una sola tasa de cambio para todas las operaciones económicas y un
mercado en el que solo se utilice el cup.
A partir de este jueves próximo pasado empezaron pues los
esfuerzos burocráticos ( a los que me réferi en mi anterior correo a ti sobre
tu ultima intervención en la Asamblea Nacional) para tratar de implementar una
de las más importantes de las 75 medidas anunciadas en dicha asamblea. Como
entonces apunte, la intención es plausible, pero el camino es evidentemente
tortuoso, impreciso e impredecible y en mi opinión resultara impracticable en
varios de sus propósitos, con un efecto inflacionario asimétrico e inmediato
que no estoy seguro se haya valorado bien. Además constituirá una demora más en
hacer lo que hay que hacer de manera drástica y realista para lograr lo más
inmediato y urgente que es el aumento de la oferta de bienes y servicios a la población
de manera que se haga notable para el pueblo como consumidor.
Retomo mis propuestas hechas, llegadas a ti en varias
oportunidades, entre las cuales está la de legalizar lo más inmediatamente
posible el comercio minorista de los pequeños comerciantes por cuenta propia. Está
en la reciente carta que te envié, pero que de manera similar y más argumentada
aun y avalada por datos reales del 2017, se plantea en dos artículos que escribí
en el 2018 y que te adjunté en correo que te hice llegar el 29 de octubre de
ese mismo año los que seguramente conservas. Aquellas propuestas fueron
apoyadas en aquellos días con sólidos argumentos, entre otros por los
experimentados y capacitados compañeros Fidel Vascos, Joaquín Benavides, Julio
Carranza, Pedro Monreal y el ya desaparecido Esteban morales.
Ahora, en un segundo adjunto te reenvío de nuevo aquellos dos artículos
míos del 2018 y también lo escrito entonces por los compañeros mencionados.
Adicionalmente te adjunto mensajes de apoyo más recientes que me han llegado de
Vascos, Benavides y Triana.
Recuerdo
esto y lo repito de nuevo, en estos momentos para ver si finalmente logramos
que ustedes en la dirección del país superen lo que en mi modesta opinión es
una rutina reiterada de medidas insuficientes, castradas e infundadamente
temerosas y poco osadas. Marx nos dijo que si la apariencia y la esencia de las
cosas coincidieran no haría falta la ciencia. Creo que en la dirección se están
dejando llevar demasiado por las apariencias en lo que se refiere al capital
comercial y a las amenazas aparentes que pudiera representar la legalización de
los pequeños comerciantes privados para hacer comercio minorista y con ello se
desaprovechan lo que este mercado, debidamente regulado y controlado, puede
aportar a la salida de nuestra situación actual.
Claro en un contexto adecuado de los demás factores dejando que
entre todos ellos actúen las leyes económicas reconociéndoles su carácter
objetivo
Hago
esto en estos momentos, además, porque ya tengo casi 85 años de edad con
padecimientos de recta final en mi vida. Me queda muy poco tiempo para intentar
dar mis últimas contribuciones y la revolución también esta urgida. Y me duele
extraordinariamente ver tropezar una y otra vez con riesgos de malograrse, a un
proceso que tantos esfuerzos y sangre ha costado al que, con mayor o menor
capacidad, con aciertos y errores, hemos dedicado nuestras vidas. Y me duele más
que pueda malograrse, a pesar de contar con las mejores intenciones y mayor dedicación
por parte de sus principales dirigentes, a los que apoyo y admiro en su trabajo
abnegado y constante, por la superación y logros alcanzados ante adversidades
imprevisibles como las de accidentes, eventos naturales, incendios y pandemias,
por su firmeza de principios ante la arreciada acción del enemigo y los efectos
de su hasta ahora invariable y endurecido bloqueo. En el caso tuyo particular
sabes que cuentas además desde hace más de 25 años con mi amistad y afecto
personal.
Les
aseguro que en todo momento mi propósito ha sido y es el ayudarlos a pensar y a
tomar las mejores decisiones. Me hace sentir tranquilo que en mis criterios y
proposiciones estoy acompañado por numerosos compañeros con los que he
compartido años de vicisitudes, dificultades, y experiencias de dirección de
todos los niveles y a todos los cuales se capaces y firmemente partidarios del
carácter socialista de nuestro proceso.
Te exhorto a estudiar una vez más nuestras propuestas, razona y
trata de descubrir las esencias tras las apariencias y aplíquense las medidas más
indicadas para salir de la difícil situación actual.
Como ha dicho el propio Diaz
Canel se trata de revolucionar la revolución y de ser totalmente fieles a las
divisas de tener sentido del momento histórico y de cambiar todo lo que deba
ser cambiado, con audacia y dinamismo. Un abrazo fraternal a todos,
Humberto
Pérez.
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ARTICULOS DE
2018 Y 2019 SOBRE COMERCIO MINORISTA PRIVADO DE TPCP.
Por Humberto Pérez González. 22/01/2018
“Los millones
que vuelan con los cubanos”
En estos últimos días, con el título que encabeza este
comentario, ha circulado bastante en la prensa digital y a través de los
e-mails un artículo periodístico de Fernando Ravsberg el cual se reproduce
integro más abajo. (1)
Creo que ante esta información hay que recordar lo que
nos dijo Marx en alguna ocasión: ¨si la esencia y la apariencia de las cosas coincidieran
no haría falta la ciencia¨.
Me veo llevado a retrotraerme a la época en que, como
profesor joven de ¨El Capital¨, explicaba la naturaleza y el funcionamiento del
Capital Comercial tratado en el Tercer Tomo de dicha obra.
En primer lugar, haría falta disponer de una
información que no está en el artículo, no se obtiene a través de las
publicaciones estadísticas cubanas y no sé si algún investigador y estudioso
pudiera tenerlas, por lo menos en parte.
1–¿Cuál es el número total de compradores cubanos que
realizan estas compras en países extranjeros para vender en Cuba los productos
adquiridos?
2–¿Cuántas veces, como promedio al año, un mismo
comprador realiza estos viajes comerciales y compra fuera y vende dentro, es
decir, cuantas operaciones completas de este tipo realiza como promedio anual?
3–¿Cuál es el valor promedio anual por comprador?
4–¿Cuál es el valor promedio por compra que se produce
en este comercio?
5- Por lo que se entiende de lo informado los 600
millones de USD de gastos anuales de que se habla incluyen lo que se paga por
las mercancías (costo o precio mercantil), pero además los costos del viaje,
hospedaje, transportaciones, re-envases y embalajes, fletes aéreos o marítimos,
comisiones u otro tipo de pagos a personal vinculado en los países extranjeros,
etc. ¿Es así?
Estos datos resultan necesarios para determinar la
rotación media anual del dinero o capital invertido y por lo tanto el monto
real de este capital que debe ser lógicamente una cifra bastante menor a los
600 millones de USD de que se habla.
Por ejemplo, si hipotéticamente, se tratara de un solo
comerciante que hiciera una compra a comienzos de año y otra a finales de año o
comienzos del siguiente, es decir una sola operación en el año, necesitaría
disponer efectivamente de 600 millones de capital para recorrer el ciclo
completo de comercio anual, que sería un solo ciclo: compra una vez, trae lo
comprado, se pasa el resto del año vendiéndolo
en Cuba, recupera lo invertido y obtiene además una ganancia dada, y
vuelve al final con los mismos 600 millones a realizar la compra del siguiente
año y así sucesivamente.
Pero si ese
mismo comerciante paga en el extranjero los mismos 600 millones totales en el
año, pero lo hace cuatrimestralmente por partes iguales, es decir en 3 ocasiones
en el año, para desarrollar su negocio necesitaría solo un capital comercial de
200 millones a los que hace rotar 3 veces en el año. Si lo hiciera cada dos
meses, haría rotar su capital 6 veces y solo necesitaría desembolsar en cada
ocasión 100 millones de USD y (supuestamente de los bancos del país) solo
extraería los 100 millones que invirtió en la primera vez, pues las siguientes
veces se trataría de los mismos 100 millones que salen, entran, se recuperan,
vuelven a salir, vuelven a entrar, etc.
Se pudiera
razonar que, en definitiva, bajo una u otra hipótesis, del país salieron los
600 millones de USD en el año, lo que solo sería cierto en apariencia.
Y es que el
capital comercial o mercantil se manifiesta y existe, a través de cada ciclo
recorrido económicamente en la circulación, en dos formas materiales distintas:
comienza en forma de dinero (capital dinero), pero cuando el comerciante
adquiere las mercancías que después va a vender, ese capital se transfigura y
regresa a Cuba revistiendo la forma material de productos o mercancías (capital
mercantil). Este comerciante en este momento ha retornado al país el mismo
valor en divisas que sacó, pero en la forma material de productos. Su capital
ha recorrido la fase D-M, que comenzó afuera pero que termina dentro del país,
al entrar a este y quedar dispuesto para su venta.
Después viene
la fase de vender a los clientes (consumidores) cubanos la mercancía traída
para que su capital recorra la fase final del ciclo, la fase M-D´, y se
convierta de nuevo en dinero incrementado que contiene la recuperación de lo
invertido en el costo o precio de las mercancías y en los demás gastos de
transportación y comerciales en que haya incurrido, más una ganancia mayor o
menor que es de la que se apropia el comerciante. Esta fase ocurre también
dentro del país.
¿A manos de
quienes van a parar las mercancías traídas por el comerciante? A manos de otros
cubanos que como consumidores las adquieren y con ellas satisfacen diversas
necesidades. Es decir, el dinero que salió inicialmente (supuestamente de los
bancos) del país continua después todo el tiempo dentro de este: primero en
forma de mercancías aun en manos del comerciante y por último en forma de
bienes de consumo en manos de los consumidores.
¿De qué fuentes
sale el dinero con que los consumidores cubanos le han comprado las mercancías
a este comerciante? Puede ser que haya salido de un salario o una pensión, pero lo más
frecuente y probable es que las hayan comprado con CUC o con CUP que hayan
salido de las CADECAS cambiados por nuevas divisas que el país ingresa de los
receptores de las mismas, procedentes de remesas, turistas y otros residentes
que tengan otros tipos de ingresos en divisas. Puede que en casos la compra se
haya ejecutado informalmente y ¨por la izquierda¨ directamente en alguna divisa
extranjera sin que haya pasado por las finanzas del país y con frecuencia estos
comerciantes no cambian en los bancos los CUC y CUP procedentes de las ventas
realizada, sino que lo hacen también ¨por la izquierda¨ por los receptores de
divisas en dólares, que prefieren hacerlo por esta vía para eludir en parte la
multa a que está sometida la divisa norteamericana en las CADECAS. Estas divisas en que convierte el
comerciante sus ingresos no solo son en su mayor parte la recuperación del
capital inicialmente invertido, sino que además se trata de divisas que no han
entrado en ningún momento en las arcas del Estado y son por tanto divisas
frescas.
Adicionalmente
el comerciante debe haber pagado derechos de aduana e impuestos que representa
ingresos para el país, aunque sabemos que esto se burla muchas veces y que por
estas vías se recibe menos de lo que se debía según lo legislado. No obstante,
hay que tener en cuenta que cuando incluso el comerciante paga sobornos,
económicamente hablando, está entregando esas divisas a manos de algún otro
cubano que reside en el país y esa divisa, aunque derivada de un acto ilegal y
de corrupción, se queda dentro del país, aunque no en las arcas del Estado.
Lo
fundamental es entender que, aunque supuestamente, el capital inicialmente
invertido por el comerciante para comenzar el primer ciclo de rotación haya
salido de un banco cubano, ya las siguientes inversiones para comenzar los
nuevos ciclos salen del dinero recuperado de la primera inversión o de fuentes
de divisas frescas y no es una nueva salida de divisas de las arcas del país.
He subrayado la palabra supuestamente en varias
oportunidades en que he dado por sentado que el dinero salió necesariamente de
las divisas que el país tiene en sus cuentas. Porque me inclino a pensar que la mayoría de los capitales originarios
o iniciales de las actividades comerciales realizadas por cubanos a las que se
refiere el artículo (y no solo en el caso de los EE. UU) han salido de remesas
en dinero o especie de familiares o amigos cubanos en el exterior que, a veces,
además, son los verdaderos dueños de los negocios usando a los cubanos
residentes en Cuba como sus testaferros. O han salido como una reinversión de
algunos dueños de paladares o similares. O han salido de los ahorros de
cooperantes cubanos en el extranjero, de los ingresos de artistas: músicos, pintores, etc. que tienen
suficientes ingresos en divisas. Es difícil pensar que un cubano cuyos
ingresos sean solo procedentes de sus salarios o pensiones o de los magros
ingresos que tiene la mayoría de los auténticos cuentapropistas (no de los
eufemísticamente llamados así pero que en la realidad son dueños de MYPYMES),
puedan haber comprado divisas en un banco para iniciar una actividad comercial
como las comentadas.
Tengo la
presunción de que tal actividad comercial ha representado más que una fuga una
entrada neta de divisas y de capital fresco al país, además de resolver
necesidades que las entidades del Estado no han logrado resolver. Deben haber
resultado más que una sangría una transfusión.
Y tengo la
impresión de que la no compresión de la esencia económica de esta actividad y
el haberse guiado solo por sus apariencias es lo que llevo hace unos pocos años
a los organismos decisores, a retirar licencias ( unas 20 000 si mal no
recuerdo) que se habían concedido para ejecutar comercio minorista por cuenta
propia, afectando innecesariamente a los que ya estaban empleados en dicha
actividad y a la población consumidora que se vio privada de acceder a bienes e
insumos que desaparecieron del mercado o se mantuvieron clandestinamente, que
es lo que principalmente ha ocurrido.
Considero
que de lo que se trata es de autorizar estas actividades comerciales y
regularlas y controlarlas debidamente e incluso ofrecer la oportunidad de que
se creen asociaciones entre el sector privado y el sector estatal cooperativo
que faciliten la entrada de capital fresco para financiar la mejora que el
consumo de los artículos implicados en este comercio está reclamando la
población.
Espero no haberlos abrumado demasiado con esta
explicación y argumentación y no haber resultado demasiado petulante, sobre
todo ante el autor del artículo.
Además, puede que algunos o muchos no estén de acuerdo
con mis razonamientos. Por lo que no haya logrado o motive desagrado, pido
disculpas.
Por Humberto
Pérez González. 28/10/2018
ACERCA DE
LOS SUPUESTOS 2 390 MILLONES DE DOLARES QUE SE FUGAN DEL PAIS POR LA VIA DEL
SECTOR NO ESTATAL (DATOS DE 2017 BASADO EN UN ARTICULO DE EMILIO MORALES DE
HAVANA CONSULTING GROUP). (2)
Me preocupa
lo que pueda derivarse, sobre todo entre los organismos decisores,
si no se analiza y profundiza en este asunto desde el punto de vista de la
ciencia económica y teniendo en cuenta los mejores intereses del pueblo y lo
más aconsejable para el proceso de implementación del nuevo modelo económico
social derivado del documento de la Conceptualización.
La cifra que, según se
plantea, supuestamente se “fuga” de Cuba asciende a la friolera de casi
2400 millones de dólares anuales y el autor comenta que es “nueve veces mayor
que el capital extranjero invertido en la Zona
Económica de Desarrollo de Mariel (ZDEM)” y “una cifra similar a la que el Gobierno dice se necesita para
revitalizar la economía de Cuba”.
La cifra es abrumadora, los
datos estadísticos en que se basa son abundantes y al parecer bastante
confiables, están manejados con pericia manipuladora y se utilizan como base
para unas conclusiones que considero en lo fundamental acertadas,
independientemente de la cuantía real final de dichas cifras después de los
despejes, limpiezas y análisis de las mismas y de los propósitos que pueda
tener el articulista, sobre lo cual no tengo ningún criterio preconcebido. Me preocupa principalmente que se trata de algo que puede
confundir y convertirse en punto de partida para alguna nueva marcha atrás en
nuestras decisiones de política económica.
Lo primero que me parece se
hace necesario es el delimitar los supuestos componentes y vías para las
supuestas “fugas” de capital de que se habla.
No sé por qué se incluyen
los aproximadamente 40 000 cubanos que integran el componente “visas de
trabajo”, puesto que representan un aporte neto de ingresos en divisas para el
país y que, según se informa, salen como promedio dos veces al año, por dos o
tres meses en cada ocasión.
No sé por qué aparecen
incluidos los integrantes de los más de 35 mil cubanos que resultaron
emigrantes y cuyos gastos por lo general, o por lo menos en su mayor parte, son
sufragados por los familiares que viven en el extranjero. Algo parecido
entiendo ocurre con los más de 54 mil que hicieron turismo de familia.
Con respecto a lo
relacionado con los aproximadamente 48 mil
cubanos que se dedican a la compra-venta de mercancías, ya en
enero de este año escribí y se publicó en Segunda Cita un artículo mío
comentando otro que apareció en el desaparecido blog Cartas desde Cuba de
Fernando Ravsberg. El artículo que publico Fernando se tituló “Los millones que
vuelan con los cubanos”.
En esta
oportunidad adjunto mi artículo de entonces que les pido leer de nuevo, antes
de leer este de ahora que también les adjunto, y
analizarlo (observen lo destacado en negrita y lo subrayado por mi) para que me
hagan sus comentarios acerca de lo que planteo en ambos y me digan en que me
equivoco. Sobre todo, me interesan las opiniones, entre nosotros, de los más
versados y escrupulosos en el manejo de los datos estadísticos.
En el artículo de enero
planteaba la necesidad de responder con datos a 5 preguntas “para poder
determinar la rotación media anual del dinero o capital invertido y por lo
tanto el monto real de este capital”, que “supuestamente vuela” con los
cubanos.
Las 5 preguntas resultan
respondidas en el actual trabajo de Havana Consulting Group.
1—El número de compradores
cubanos que en 2017 realizaron compras en países extranjeros para vender en
Cuba los productos adquiridos fue de 48 473 (el 24,03% de los cubanos que
salieron para negocios y que en total fueron de 201 719).
2—Estos compradores viajaron
como promedio 11,5 veces al año cada uno, de lo que se deriva que hicieron
otras tantas operaciones de ciclo completo.
3—El valor promedio anual de las
mercancías adquiridas por comprador
fue de 20,8 miles de dólares (resultado de dividir el total de 1008 millones
de dólares entre los 48 473 compradores).
4—El valor promedio por compra individual fue, por
tanto, de unos 1809 dólares (resultado de dividir 20,8 miles anuales entre 11,5
compras).
5—Los 48 473 compradores hicieron 557 440 viajes de ida y vuelta en el año
(resultado de multiplicar los 48 473 por 11,5 viajes cada uno). Esto represento
un 78% de todos los viajes que realizaron los cubanos al exterior en el 2017
que fueron 711 197.
Si tomamos el dato de gastos
totales en pasajes aéreos
(426,7 millones de dólares) y el de los gastos totales en hospedaje, alimentación y transporte
(472,9 millones de dólares) y consideramos que proporcionalmente el 78%
correspondió a los compradores de mercancías, nos dará que lo gastado por estos en tales destinos
fue de unos 701,8 millones de dólares en el año.
Si imputamos a los
compradores de mercancías todos los gastos informados sobre logística para
empacar productos (58,2 millones dólares) y para enviarlos ( 52,1
millones de dólares), tendremos que en estos menesteres los comerciantes
gastaron 110,3 millones de dólares en el año.
En resumen, el total del
capital desembolsado en el año por los 48 473 compradores de mercancías fue de
unos 1820,1 millones de dólares. Pero capital
desembolsado no es igual a capital invertido. Los 1820,1
millones del capital desembolsado son el resultado de hacer rotar el capital
inicialmente invertido 11,5 veces en el año, a razón de 158, 3 millones de
dólares como promedio por cada ciclo de rotación. Se trata de un mismo
monto de capital comercial inicial que recorre el semiciclo D-M en el
extranjero y el semi ciclo M-D´ en Cuba. Terminado cada ciclo completo D-M-D´,
el comerciante cubano comprador-vendedor deduce su ganancia y, con el capital
inicial invertido y recuperado en la operación, reinicia un nuevo ciclo.
El promedio
de capital total desembolsado por cada uno en el año
asciende a 37 549 dólares (1 820,1 millones entre 48 473 compradores) y,
como ello es resultado de hacer rotar 11,5 veces el monto
total promedio del capital inicial invertido, seria
de solo 3 265 dólares per cápita.
Por lo general
el capital inicial u originario no lo extrajeron los comerciantes de ninguna
CADECA ni de ningún banco cubano. Fue el aporte de algún familiar
extranjero o de alguien perteneciente al sector de los cubanos que reciben
directamente divisas extranjeras por una u otra vía y que las invierten “por la izquierda” en esta actividad sin
haberlas convertido previamente en CUC y sin que pasaran a formar parte en
ningún momento de las finanzas del Estado.
Para el reinicio de cada
nuevo ciclo de rotación de su capital estos comerciantes, con los CUC o CUP obtenidos
de sus ventas a los clientes en Cuba en el semi ciclo M-D´, no acuden tampoco
por lo general a las CADECAS o a los
bancos para obtener a cambio los dólares necesarios, sino que los obtienen en
el mercado “negro” paralelo que existe, de las manos de los que no cambian por
CUC todo lo que les llega en divisas sino que retienen parte de las remesas,
propinas u otros tipos de ingresos directos en divisas, y también de las manos
de algunos extranjeros en tránsito. Mercado “negro” donde logran una tasa de cambio,
más ventajosa además que si lo hicieran en las CADECAS o los bancos.
Creo que algo similar han
hecho los más de 6 000 cubanos que decidieron convertirse en residentes e
invertir en negocios en otros países.
Es decir, en mi comprensión
las cifras reales a manejar son muy inferiores a las que se mencionan en el
trabajo de The Havana Consulting Group pero lo más
importante es que entiendo no se está produciendo una autentica “fuga” de
divisas desde las arcas del Estado, sino que lo que está ocurriendo es, por políticas económicas
inadecuadas, la perdida innecesaria por el país de una fuente
importante de divisas de las que este podría disponer legitima y abiertamente
de una manera mucho más eficiente para
aumentar los recursos externos que aporten capital, servicios y bienes para el
consumo, incrementen producciones y exportaciones y en general contribuyan
al desarrollo, simplemente legalizando y
regularizando debidamente la actividad comercial de referencia, permitiendo la
apertura en zonas especiales de almacenes de suministradores extranjeros que
vendan aquí lo que ahora se va a buscar a países extranjeros y estableciendo
las diversas las vías de asociación con el capital que, desde diferentes
fuentes, pueden aportar los llamados “emprendedores” cubanos residentes o no en
el país, como está previsto en el documento de la Conceptualización.
Esto sin hablar de que al
Estado tal vez le podría ser conveniente invertir, de su exigua tenencia de divisas, un pequeño
capital inicial para desarrollar a través de las entidades estatales una
actividad comercial similar a la que están desarrollando los privados y,
mediante un eficiente empleo, rotación, recuperación y reinversión de dicho
capital, convertirlo en millones de dólares de desembolso en bienes y servicios
a ofertar a la población en competencia leal y legal con el sector no estatal.
Por Julio Carranza (3/10/2018)
Estimado Humberto:
Por complicaciones de
trabajo y reuniones no respondí de manera rápida a tu comentario y al reenvío
de tus excelentes artículos previos sobre el tema de la creciente actividad
comercial de cubanos particulares que van a otros países para hacer
importaciones diversas y que, tras mil peripecias, logran entrarlas al país y
revenderlas, cuestión que traté en el texto “Los emprendedores cubanos y el
Pospanamax”
En primer lugar
estoy totalmente de acuerdo contigo en que (a diferencia de lo que pudiera
parecer a un ojo no especializado para apreciar las complejidades del
movimiento económico) no se trata en rigor de una
fuga de divisas del país, pues los valores invertidos fuera
regresan a la economía nacional bajo la forma de mercancías y favorecen tanto
la actividad económica del sector no
estatal como del estatal, también el consumo de bienes de la población, que de
otra manera esta no encuentra, o encuentra a precios muchos más caros en los
mercados oficiales.
Sin embargo, dada la
irregularidad con la que opera esta actividad, (el monopolio sobre el comercio
exterior y los excesivos sobreprecios que a mercancías similares pone el estado
cuando las oferta en su red de tiendas) permite que el tramo (D’) del circuito
D-M-D’ sea mayor del que corresponde en un contexto económico adecuado lo que permite
por un lado “rentas inmerecidas” y por otro precios irracionalmente altos que
afectan al consumidor dado que operan en un “mercado”
insuficiente al que por una parte le sobran limitaciones innecesarias y por
otra le faltan las regulaciones adecuadas. Todo esto
es causa de numerosas deformaciones que, esas sí, implican pérdidas de
recursos, concentración innecesaria de los ingresos, especulación y trabas a la
dinámica económica tanto del sector no estatal como del estatal (que debería
ser el líder y más dinámico de la economía). El establecimiento de un mercado
mayorista de bienes y un mercado de capitales para facilitar adecuadamente
estas actividades comerciales estatales y no estales (¡imprescindibles en
cualquier economía desde mucho antes de los fenicios!) serían sin dudas una
contribución al crecimiento económico y también un incremento de las divisas al
estado, no solo para financiar el desarrollo económico sino también el
desarrollo social.
Por ejemplo:
1- De establecerse por el
estado algo parecido a la Zona Libre de Colón en un lugar como el Puerto del
Mariel (con las regulaciones e impuestos del caso, económicamente fundamentados
en función de una política de crecimiento), el gasto permanente de estos miles
de cubanos en pasajes de avión (de líneas que no son cubanas), en hoteles y
otros se reduciría y aumentaría el gasto dedicado a las compras dentro de las
fronteras nacionales fomentando la actividad económica de manera notable. Esto
no impediría que otros importen directamente, pero en condiciones diferentes,
con mucho menos espacio para la especulación.
2- La disminución en el altísimo
porcentaje que las redes oficiales de ventas en CUC le imponen a los precios,
obligaría a los comerciantes individuales a bajar los suyos, contribuyendo así
a un mayor acceso de los consumidores y fomentar más la actividad económica con
menos presiones inflacionarias.
Es notable la diferencia de precios entre lo
que valen estos productos en la Zona Libre de Colón (por ejemplo). Un dato
exacto: un refrigerador que en la Zona Libre vale 1 140 usd se vende en Cuba
aproximadamente en 2200 CUC, o sea casi el doble, esto no lo justifica los
precios de flete, gastos de viaje, etc., esto lo hacen posible los precios y
las escaseces de las TRD (si es que así
se llaman todavía), una moto eléctrica allí vale alrededor de 1000 usd, en Cuba
las revenden en unos 2 000 CUC, otra, un aire acondicionado split (con envío
incluido) 400 usd, en Cuba no lo venden por menos de 700 CUC, otra, una campana
extractora de cocina en Colon vale 230 usd en Cuba la revenden en unos 500 CUC
y así sucesivamente.
Esta actividad
comercial no solo es inevitable, es imprescindible pero por qué no se legaliza
y sobre todo por qué las empresas de comercio del estado no participan también
de manera protagónica de esas operaciones con precios económicamente
fundamentados y de manera sistemática, sería eso una “fuga de divisas”? o el
uso de divisas en “productos superfluos”??, pues NO,
en primer lugar porque permitiría ganar más divisas para otros destinos
productivos y sociales esenciales y en segundo lugar porque esos productos no
son “superfluos” en ninguna sociedad moderna y en tercer lugar porque de todas
maneras van a entrar y de la peor manera (sin regulaciones efectivas, con
corrupciones y sobornos, con sobreprecios finales, etc)
En cuanto a lo que explicas
sobre la cifra original a retener, el impacto que en esto tiene la velocidad de
rotación, etc. estoy totalmente de acuerdo. Además
de que en alguna medida considerable el origen del capital está en remesas o
ingresos de nacionales en él exterior, o sea no son divisas compradas al estado
o desviadas ilegalmente.
Se repite la
pregunta una y otra vez, por qué no institucionalizar esto y colocarlo en un
marco de regulaciones adecuadas y económicamente fundamentas en cálculos
rigurosos y políticas viables?, por qué mantener a sectores de la población que
encuentran en esas actividades una alternativa auténtica (sobre todo si es
adecuadamente regulada) en situaciones permanentes de zozobra, actuando a veces
como parias y marginales, cuando muchos son jóvenes llenos de entusiasmo y
deseos de hacer cosas que pueden ser muy favorables para el país?
Las preguntas son muchas,
estás solo corresponden a esta dimensión específica de los problemas del
comercio exterior, pero que están conectadas con todas las demás, la economía, como tú siempre nos recuerdas, es un sistema que
se debe entender en toda su complejidad para no decir y hacer disparates,
porque sus consecuencias no son solamente económicas sino también y a veces
mucho más importante, políticas.
Un abrazo
July
Por Pedro Monreal 29/10/2018
Estimado
Humberto,
Muy agudo tu análisis. Queda claro que la parte de las cifras del estudio de Morales
que se ha identificado como “gastos de compras de productos” (1 008 Millones
USD) no representa en modo alguno una “fuga” de divisas. Es una operación de
intercambio mercantil. Tampoco ocurre una “fuga” de divisas cuando una empresa
estatal gasta divisas en el exterior para adquirir mercancías que van al
mercado interno.
El segundo
punto que creo que es muy importante destacar es que esa cifra hay que ponerla
en una perspectiva adecuada para evitar la falsa imagen que parece proyectar el
dato. La clave de ello radica en la explicación del ciclo de rotación que has
hecho de manera muy precisa y a la que no habría que agregar nada. La
cantidad que debería retenerse entonces es la del promedio de 3 265 USD de
capital inicial invertido por cada “emprendedor”. Por supuesto que detrás de ese promedio hay
asimetrías, pero creo que la cifra promedio indica claramente
que no estamos ante una “burguesía compradora” poderosa, ni nada que se le
parezca.
El tercer punto que
considero que precisas muy bien es que –dado el peso de las remesas y su
conexión con este tipo de actividad, tanto por el lado de la “inversión” como
por el lado del “consumo”- esa actividad importadora no
implica –en lo fundamental- un “desvío” de divisas estatales para alimentar
negocios privados. Aun asumiendo que una parte de esa actividad
pudiera financiarse con “desvío” de dinero estatal (robo, corrupción, etc.) es plausible asumir que la mayor parte del origen de ese
monto de capital inicial de 3 265 USD se origina en remesas y también en las
divisas captadas al turista.
Sería muy difícil pensar que
la combinación de tres medidas (legalización de PYMES privadas, autorización a
las importaciones privadas directas, y creación de facilidades mayoristas) no
tuviese un efecto muy rápido en reducir el monto de los cuatro componentes de
“capital operativo” asociados a las importaciones privadas (pasajes, hoteles/
comida, empaque y logística de envío). La suma de esos cuatro componentes es
hoy un poco menor a los “gastos de compras”.
Las tres medidas
anteriormente indicadas pudieran reducir esos gastos, liberando divisas para
comprar más productos y ayudando a reducir costos, y por esa vía posiblemente
ayudar a reducir precios de consumo. Si el sector
estatal cubano –por sí mismo o en asociación con empresarios extranjeros-
crease la logística de distribución mayorista “in situ” y si lo hace pensando
en competir con el esquema actual, es muy difícil que no fuese la alternativa
más competitiva que pudiesen encontrar los importadores privados cubanos.
Benavides y Vascos se han referido al tema del comercio exterior y José Luis Rodríguez
ha mencionado la posibilidad de operar ese tipo de negocio mayorista en la
modalidad de “consignación”.
Esta es una reacción muy
rápida a tu excelente análisis. Tendría que revisar de nuevo con más calma el
texto de Morales para ver si pudiera hacer otros comentarios.
Un abrazo,
Pedro
Por Joaquín Benavides 31/10/2018
Estimado Humberto:
Coincido totalmente contigo.
En especial en las conclusiones del que haces del reciente artículo del Havana
Consulting Group.
Un abrazo,
Benavides
Por Jorge Barrera 29/10/2018
Humberto:
Comparto tus conclusiones sobre este tema. Sólo unas
observaciones:
-Si la cifra total de importaciones por esa vía (1 800
millones) se acepta, equivale a cerca del 18% de lo que se informa
estadísticamente como importación total de bienes (unos 10 200 millones en
2017). Esta cifra es igual, por otra parte, al total de importaciones para
alimentos según lo informado en reiteradas ocasiones. Resalto esto, porque si
bien como señalas correctamente, el capital invertido es 11.5 veces menor, el
volumen del negocio es tal, que vale la pena estudiarlo a fondo desde todos los
ángulos.
De todas formas, el tema me parece bueno que salga a
debate y se divulgue.
Saludos
Barrera
Por Esteban Morales Domínguez 6/11/2018
Estimado Humberto.
Por favor distribuye esto
que no puedo hacerlo.
Lo de que la gente busque
otros mercados para gastar su dinero, es culpa absolutamente nuestra.
De las inflexibilidades de
nuestra política - económica. La que se mueve más con respuestas ideológicas y
administrativas, que con respuestas económicas.
Los llamados emprendedores utilizaran el menor
resquicio para echar hacia adelante sus negocios. Tienen la razón y el mundo a
su favor.
Y si tratamos de frenarlos,
sin darles de verdad una solución de política económica, se nos va a convertir
en un problema político, que se llevará “a bolinas el socialismo" que
deseamos construir.
Una esencia del periodo de
tránsito hacia el socialismo no es fajarnos con el mercado ni la propiedad
privada, sino utilizarlos para que la propiedad social tome la fuerza que necesita
para dar el salto. Aunque también tenemos el problema de llamarle propiedad
social a lo que no es. Sino propiedad estatal, que es otra cosa.
Somos nosotros los que no
acabamos de entender el mundo en que nos debemos mover. Y por eso apelamos a la
restricción como mecanismo de defensa. Lo cual, creo, que no tiene futuro.
La solución es crear en Cuba un mercado
atractivo, bien surtido y organizado. De esos en los que se dice, que "el cliente siempre tiene la razón”, qué
es una máxima capitalista, pero más que ello del mercado, que es el invento
histórico más importante de la economía. de cualquier sistema. Por eso Reagan
hablaba de "la magia del mercado".
Si queremos de verdad
defender el socialismo, lo tenemos que hacer buscándole al mercado y a la propiedad
privada, el lugar que debe tener, para que no se nos convierta en algo que nos
ataque, sino que nos ayude.
Cuando le demos de verdad a cada sector de
propiedad el lugar que debe tener, en nuestro aun pichón de socialismo, veremos
cómo vamos a avanzar.
Ya he dicho en otras
ocasiones, que nuestro "talón de Aquiles" es que continuamos llevando
adelante una política económica, que tiene demasiadas restricciones, creyendo
que estamos defendiendo el socialismo y lo que estamos haciendo es, huirle al
capitalismo, de una forma, que lo que va a pasar es que vamos a caer exhaustos
en sus brazos.
Saludos, gracias
Un abrazo
Esteban
Fidel Vascós 25/07/2022
Humberto:Juan Triana , 25/07/2022
Estimado Humberto, muchas gracias por hacerme
llegar este correo.
El comercio minorista estatal es todo un gran
agujero negro. La resistencia a permitir que otras formas de gestión lo
ejerzan, al menos yo no le encuentro ninguna explicación racional desde la
economía, excepto que es una de las principales fuentes de ingresos en ambas
monedas para el estado. Eso si, es una muy efectiva forma de ejercer control
político.
Mis deseos de que te lean y te contesten
Sldos
Jtriana
Joaquin Benvides 25/07/2022
Humberto:
Estoy totalmente de acuerdo contigo. Es verdad
que has venido insistiendo en que los cubanos que reciben remesas puedan
invertirlas importando productos, la mayoría de primera necesidad, para
venderlas en el desabastecido mercado nacional. Tu argumento teórico es
irrefutable.
Dudo, sin embargo, que el compañero ministro
rectifique. Es impresionante como la soberbia daña a algunos de nuestros altos
funcionarios gubernamentales. Se puede equivocar también en la forma concreta
de implementar el mercado cambiario. El intento de seguir administrando lo que
no es administrable, puede ser fatal.
Un abrazo,
Benavides
Citas
(1) Los millones que vuelan con los cubanos
Fernando
Ravsberg, enero 18, 2018
http://cartasdesdecuba.com/los-millones-que-vuelan-con-los-cubanos/
Un periódico español informa que
decenas de miles de cubanos viajan cada año a Guyana para “importar” productos
por valor de U$D 145 millones. El tráfico es tal que una aerolínea caribeña
decidió establecer una ruta entre los dos países.
Es difícil confirmar la exactitud de
esta cifra, pero el presidente de Fly Jamaica, Ronald Reece, nos da una pista
al afirmar que inician los vuelos porque “hay muchos cubanos que vienen a
comprar aquí. Guyana es uno de los pocos lugares que pueden hacerlo sin una
visa”.
El dinero que estos “importadores”
gastan en Guyana no son pesos convertibles y mucho menos pesos cubanos. Para
comprar en aquel país se necesita llegar con moneda dura, son dólares o euros
que salen, de una u otra forma, de la economía nacional.
Otro tanto ocurre con Rusia, donde la
afluencia de compradores de la isla es tal que en algunos mercados hay carteles
en español dirigidos específicamente a los cubanos. Existe además una red de
hostales para hospedarse y otra de transporte hacia los mercados.
Las aerolíneas mexicanas han
intentado limitar, sin mucho éxito, la cantidad de bultos y el peso de estos.
Finalmente se establecen dos colas una para los que vienen con una maleta y la
otra para los que traen aires acondicionados, televisores o piezas
automotrices.
En las calles de la zona franca de
Panamá, se escucha constantemente el acento de la isla y en las tiendas más
importantes los cubanos tienen personal exclusivamente dedicado a ellos,
vendedores que conocen a la perfección las reglas de la aduana de Cuba.
Las empresas encargadas de enviar
contenedores desde Panamá a la isla tienen grandes espacios con balanzas, para
que los cubanos re-envasen lo que compraron hasta alcanzar decenas de paquetes
con el peso máximo tolerado para no pagar impuestos al entrar a su país.
Hace un par de años ya, el gerente de
la zona franca de Colón en Panamá, Manuel Grimaldo, revelaba un dato
sorprendente: “Ese mercado cubano de a pie que viene a Panamá representa
actualmente unos US$100 millones solo en compras dentro de la Zona”.
También a Haití viajan desde Cuba
miles de personas en busca de mercancías y allí son esperados por los mercaderes
con los brazos abiertos. Crearon incluso hostales para los compradores cubanos,
donde el hospedaje diario con desayuno cuesta apenas U$D 10.
Entre Panamá y Guyana los cubanos se
gastan unos U$D 250 millones cada año, si les sumamos Haití, Rusia y México
podríamos hablar de U$D 600 millones. Esa sería la fabulosa cifra que sale de
Cuba en los bolsillos de decenas de miles de personas, dedicadas a importar por
cuenta propia.
En la isla esos productos no se venden en
dólares sino en pesos, por lo cual se necesita volver conseguir divisas dentro
de Cuba para comprar en el siguiente viaje. En pocas palabras, cada año salen
cientos de millones en moneda dura, para beneficio de los comerciantes de otros
países.
EEUU es parte de otra ecuación, el
negocio del contrabando funciona ligado a las remesas familiares. Gran parte de
los dólares que los emigrados envían se utilizan para comprar mercancías en
Miami, cuya venta en la isla produce los CUC necesarios para pagar a los
familiares.
La mayor parte de la mercancía entra
como contrabando, sin pagar impuestos al Estado, sea porque los importadores
conocen al detalle las reglas de aduana y las utilizan a su favor o porque
conocen a alguien de la aduana que “trabaja” a su favor.
Quien sostiene y alimenta este comercio
es sin dudas el Estado con la escasez crónica de productos, el impuesto del
240% que se les aplica para la venta, la mala calidad de las mercancías
importadas, la poca variedad e incluso el mal gusto de muchas de ellas.
Las importadoras cubanas han sido
casi siempre nido de corrupción, cada cierto tiempo los directivos salen
esposados de sus oficinas. Algunos exempleados reconocen haber cobrado decenas
de miles de dólares en comisiones o viajes de turismo a cambio de firmar
contratos.
El país necesita ordenar su comercio
interno para que el grueso de las divisas se quede en la economía nacional. Ya
sabemos que los particulares son más eficientes a la hora de importar, entre
otras cosas porque antes de comprar hacen un estudio del mercado.
Los hay incluso que venden por catálogo y de
esa forma tienen toda la mercancía colocada antes de poner un pie fuera de
Cuba. Piden por email los productos y viajan a recogerlos cuando tienen un
volumen que les permita costear gastos y obtener ganancias.
Hasta ahora la represión y la restricción no
han logrado frenar este comercio y difícilmente podrán mientras persistan
necesidades de consumo insatisfechas. Si las autoridades se proponen lograr un
resultado distinto harían bien en idear soluciones diferentes.
(2) Emprendedores cubanos sacaron
de la isla 2390 millones de dólares. https://www.eleconomistaamerica.com/economia-eAm/noticias/9472008/10/18/Emprendedores-cubanos-sacaron-de-la-isla-2390-millones-de-dolares-en-2017.html