Admin 23-09-2022 Nada es Gratis
La importancia del sector turístico en la economía mundial se ha puesto claramente de manifiesto durante la pandemia. El cierre de fronteras y las restricciones a la movilidad de los viajeros supuso una caída drástica de los flujos mundiales de turistas. Según la Organización Mundial de Turismo (OMT) las llegadas mundiales de turistas se redujeron un 73% y un 72% en 2020 y 2021, respectivamente, respecto a los datos de 2019. En términos de ingresos directos por turismo esto supuso una pérdida de 1.9 y 1.6 billones de US$ en 2020 y 2021. Por tanto, el impacto de la pandemia en la economía mundial a través de su efecto en el sector turístico ha sido destacable, especialmente en aquellos países más dependientes del sector como es el caso español.
En entradas anteriores se ha hablado del efecto de la desinformación y de la caída de turistas internacionales como consecuencia de la pandemia. Dadas las restricciones a la movilidad internacional, muchos países han puesto la mirada en el turismo doméstico como motor del sostenimiento y recuperación del sector. En esta entrada se analizaba el cambio en la demanda hotelera doméstica en España y en los últimos informes de la OMT se ha puesto de manifiesto un cambio en la tendencia de los consumidores en los dos años posteriores a la pandemia, que han optado por “quedarse en casa” o viajar domésticamente. Esto nos lleva a plantearnos cómo de importante son la distancia geográfica y la frontera internacional para los flujos mundiales de turistas, después de unas décadas en las que parecía que cada vez era más sencillo viajar a otros países, aunque fueran lejanos.
El rompecabezas de la distancia
McCallum (1995) analizó el sesgo que tienen los consumidores por consumir bienes producidos dentro de las fronteras nacionales. A su vez, Disdier y Head (2008) encontraron que el efecto negativo de la distancia en el comercio internacional se ha mantenido persistentemente alto a lo largo del tiempo. Sin embargo, en un mundo cada vez más integrado y globalizado, lo que cabría esperar es una reducción del efecto de la distancia geográfica y el efecto frontera internacional en los flujos mundiales de comercio. En este sentido, la literatura sobre modelos de gravedad para el comercio internacional parece no brindar un apoyo empírico consistente a la globalización y a los efectos decrecientes de la distancia en el comercio mundial. Esto se conoce comúnmente como el rompecabezas de la distancia (distance puzzle) y multitud de autores han tratado de encontrar una respuesta (por ejemplo aquí, aquí y aquí).
¿Qué sucede con el efecto de la distancia y las fronteras internacionales en el turismo? La literatura previa encuentra que los viajeros muestran una clara preferencia por viajar a destinos cercanos (distance decay) y que estas preferencias se han mantenido estables en el tiempo (véase aquí, aquí y aquí, entre otros). En una reciente revisión de la literatura sobre modelos de gravedad para el turismo encontramos que la magnitud estimada de la distancia es persistentemente alta a lo largo del tiempo (en torno a -1.0 y -0.83). En la Figura 1 se presentan 104 coeficientes estimados del efecto de la distancia en el turismo internacional. En 102 casos los parámetros son significativamente negativos y el efecto es mayor para muestras que incluyen años más recientes.
Figura 1. Efecto de la distancia en la demanda turística. Se representan 104 estimaciones del parámetro distancia bilateral y el último año que se incluye en la muestra. Fuente: Rosselló y Santana-Gallego (2022)
Por tanto, a pesar del enorme incremento de la conectividad área y terrestre, el auge de las compañías low-cost, las mejoras de las infraestructuras del transporte o la eliminación o mayor facilidad para conseguir visados, los indicios parecen indicar que la globalización tampoco está reduciendo el efecto estimado de la distancia en el turismo, lo que es un resultado, cuanto menos, controvertido.
El impacto de la globalización en la distancia y el efecto frontera internacional para el turismo (1995-2019)
En un trabajo en elaboración estamos cuantificamos la evolución temporal del efecto de la distancia en los movimientos internacionales de turistas a través de un modelo de gravedad para el turismo mundial y obtenemos que el efecto de la distancia en los flujos mundiales de turistas se ha incrementado un 8,7% durante los últimos 25 años.
Además, desagregamos la muestra completa (Full) en países de renta alta (High), media (Middle) y baja (Low) según la clasificación del Banco Mundial. En la Figura 2 mostramos la evolución temporal del efecto de la distancia y encontrando que este efecto ha aumentado para los de renta alta (8,4%), entre ellos España, y baja (10,9%) aunque se ha reducido para los países de renta media (-11,6%). Aunque esto parece indicar que los países de renta media, entre ellos China y Brasil, son los que más se están beneficiando de la globalización, seguimos encontrando un efecto persistentemente alto de la distancia para los tres grupos de países.
Figura 2. Evolución temporal del efecto distancia a partir de una ecuación de gravedad para movimientos internacionales de turistas (1995-2019).
Según Yotov (2012), los estudios existentes que utilizan únicamente datos de comercio internacional no están reflejando adecuadamente los efectos de la globalización al asumir que estos se han distribuido de manera relativamente uniforme en el mundo. Por tanto, no se puede identificar el impacto decreciente de la distancia en los costes del comercio para un determinado par de países porque este impacto se identifica en relación con los costes comerciales para el resto de socios comerciales, que también estarían disminuyendo. Según el autor, el efecto de la distancia en el comercio internacional se debe medir con relación a su efecto en el comercio interno y así tener en cuenta que los costes del comercio internacional se reducen más que los costes del comercio doméstico como consecuencia de la mayor integración económica y las mejores del transporte y las comunicaciones. Esta idea es fácil de aplicar empíricamente si se incluyen en la variable dependiente también el comercio interno. Posteriormente, diversos autores (véase aquí y aquí) han conseguido encontrar un patrón decreciente en el efecto de la distancia y la frontera internacional utilizando esta metodología.
Nosotros aplicamos esta idea considerando conjuntamente las llegadas de turistas internacionales y los viajes domésticos (de residentes dentro del territorio nacional que incluyan al menos una pernoctación) en la variable dependiente. Estimamos un modelo de gravedad y encontramos que los efectos negativos de la distancia y la frontera internacional son del 103% y el 96%, respectivamente, sugiriendo un claro sesgo hacia turismo doméstico frente al internacional.
En la Figura 3 se presenta la evolución temporal del efecto de la distancia y el efecto frontera para la muestra completa de países y desagregados por niveles de renta donde los parámetros estimados deben interpretarse como la variación del efecto distancia/frontera respecto al año de referencia (1997). Por tanto, un parámetro positivo implica una reducción de dichos efectos.
Figura 3. Evolución temporal del efecto distancia (izquierda) y la frontera internacional (derecha) a partir de una ecuación de gravedad para movimientos internacionales de turistas incluyendo turismo doméstico (1997-2019).
La Figura 3 muestra claramente cómo los efectos distancia y frontera internacional se reducen para la muestra completa y los países de renta alta y media, sobre todo a partir del año 2005. Sin embargo, lo opuesto sucede para los países de renta baja que parecen estar quedando excluidos de los beneficios de la globalización. Este resultado también ha sido encontrado para el comercio internacional donde se obtiene que el nivel de desarrollo afecta al efecto de la distancia (véase aquí).
Implicaciones
Durante las últimas décadas el mundo se ha vuelto más integrado por el efecto de la globalización, las mejoras en las infraestructuras y conexiones del transporte, el desarrollo de nuevas tecnologías y la apertura de los mercados internacionales. A pesar de esto, encontramos un claro sesgo de los turistas a viajar domésticamente o a destinos cercanos. Sin embargo, cuando la globalización se mide adecuadamente entonces sí encontramos que los efectos de la distancia y la frontera internacional se han ido reduciendo con el tiempo para los países de renta alta (como España) y media.
El sesgo hacia viajar domésticamente hace que resulte más sencillo para el turista sustituir los viajes internacionales por turismo doméstico, sobre todo en aquellos países con una infraestructura hotelera y de restauración bien desarrollada como es el caso español. Sin embargo, a pesar del auge del turismo doméstico y como éste ha ayudado a sostener el sector durante la pandemia, España sigue siendo un país dependiente del turismo internacional y uno de los principales destinos mundiales. Esperemos que el cambio de preferencias sea puntual y volvamos a recibir turistas internacionales, sobre todo de países relativamente cercanos como son Francia, Alemania y Reino Unido. Como se apunta en esta entrada, en un contexto internacional donde la guerra de Ucrania está devolviendo a la agenda de muchos países la posibilidad de establecer políticas de visado más restrictivas y generando un aumento de los costes y de la percepción de inseguridad esperemos que este conflicto no acabe afectando a la recuperación del turismo internacional. Por el momento, las cifras de 2022 invitan a ser optimistas.