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domingo, 20 de noviembre de 2022

A río revuelto, ganancia para unos pocos. Comentario HHC

Ante los escenarios actuales de las ilegalidades hace falta voluntad y decisión para poner orden, velar por la licitud de los productos puestos a la venta, así como el control de zonas, áreas o espacios públicos de comercialización




Alejado de las personas que a coro dicen que son las primeras en la cola, Roberto Morales solo observa, detrás de su impotencia, cómo se repiten algunos rostros que vio el pasado jueves, uno de los días de la semana en que se reparten números para algún trámite en las oficinas de distribución de gas en Sancti Spíritus, y se pregunta: “¿Cuántas veces más tendré que venir para arreglar la tarjeta, ya deteriorada por los años de uso? ¿Dónde está el enfrentamiento contra coleros y revendedores?”.

Y lleva razón en sus cuestionamientos, ya que, si bien en medio de la pandemia se fortalecieron esas fuerzas y los grupos actuaban consecuentemente con la escasez y el momento, el problema persiste y resulta escasa la actuación preventiva de esos colectivos que no solo se crearon para cuidar las colas; se organizan también con la misión de combatir las indisciplinas generadas en las afueras de los establecimientos y los actos de reventa o acaparamiento, entre otras conductas delictivas.

No por casualidad, en un análisis sin tapujos acerca de las ilegalidades, el robo y los precios abusivos que se imponen a la población sin basamento económico alguno, el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez subrayó: “Nosotros lo que no podemos permitir es que quienes no trabajan, no aportan y están en la ilegalidad ganen más y tengan más posibilidades para vivir que los que realmente aportan”, al tiempo que alertaba: “Ahí estamos al revés, estamos rompiendo los conceptos del Socialismo”.

Se sabe que ningún sistema de distribución y venta de productos es capaz de satisfacer a la población cuando en realidad el gran problema radica en la escasa oferta de productos imprescindibles o de primera necesidad como resultado de la crisis económica que atraviesa el país, pero en ese escenario hay que hacer el máximo para que se reparta lo poco entre muchos de manera equitativa.

Los destacamentos constituidos suman 144 (muy pocos si se tiene en cuenta el nivel de ilegalidades), que agrupan a 836 personas, de ellos, 515 de los CDR, FMC, CTC, y ACRC; 258 de organismos y 63 de otras esferas, y los centros comerciales seleccionados alcanzan la cifra de 213, fundamentalmente unidades de las cadenas de Tiendas Caribe y Cimex, bodegas, farmacias, Mercados Agropecuarios Estatales, panaderías y puntos de venta de gas licuado.

Según trascendió en reciente análisis del tema en el Consejo de Gobierno, al cierre del mes de septiembre en Sancti Spíritus se habían realizado 17 711 acciones contra coleros y revendedores, entre las que destacan más de 2 000 multas, cerca de 5 000 advertencias y una cifra similar de medidas profilácticas, entre otras operaciones.

Se han procesado, además, 987 casos generados por tipicidades delictivas que van desde la actividad económica Ilícita, acaparamiento, especulación, tráfico de monedas, receptación, hasta el atentado y la desobediencia, entre otras.

Sin embargo, también se evidenció el escaso trabajo de esos grupos en municipios ante un escenario de negocios que, en el caso de esta provincia, ha mutado de las tiendas que venden insumos controlados por la libreta (modalidad que ha ganado en organización) hasta las farmacias, la cola del gas, del combustible y de las oficinas de trámites legales, llámese bufete o notaría, por solo poner algunos ejemplos de reventas de turnos al por mayor por parte de coleros que, dicho sea de paso, se organizan en grupos: hoy me toca a mí y mañana a ti y no hay para nadie más.

Y ni hablar de las plataformas digitales en las que, sin saber la procedencia, cualquier usuario te vende una caja de pollo, aunque este esté ausente del mercado, mientras otros lo mismo comercializan neveras, ollas, aseo, perfumes, cajas decodificadoras, cemento y hasta medicamentos, todo un mercado subterráneo con precios de otro planeta y al libre albedrío sin que nadie se pregunte de dónde salen esas mercancías.

Le sobran razones al Presidente cubano cuando decía que pocas personas pueden pagar el precio de lo que se vende de manera ilegal, pero sucede que está vendiendo un grupo de personas, muchas veces sin vínculo laboral. Y ¿quiénes lo pueden pagar? Aquellos que tampoco trabajan y se dedican a lo mismo. Por eso afirmaba: “Se nos ha creado una casta dentro de la cual se produce un intercambio mercantil ilegal y corrupto, con una economía sumergida e ilegal. ¿Y eso es Socialismo, eso es lo que queremos? ¿Eso es lo que provoca desarrollo? No, no lo es. El concepto de nosotros tiene que ser crecimiento económico con desarrollo social”.

La dirección del país ha establecido un nuevo plan integral y minucioso, que contiene más de 40 directivas generales encaminadas a un mayor enfrentamiento al delito, la corrupción, las ilegalidades y las indisciplinas sociales, va dirigido también al fortalecimiento de las acciones de control para reducir el robo de todo tipo.

Se trata de un programa bien pensado, pero que de nada vale si los responsables siguen ciegos, sordos y mudos ante ilegalidades en la comercialización de productos y servicios, los precios irracionales y abusivos que hasta ahora no tienen la intención de bajar, y de la disparatada red de “negocitos” de cualquier cosa, a cualquier precio, en más de una casa de cualquier cuadra y a la vista de todos, porque “muchas de estas cosas suceden porque no hemos actuado desde las facultades y las responsabilidades que tienen nuestras instituciones”.

Para acabar con el desparpajo público de quienes ni siquiera esconden su dirección en las redes y triplican precios de insumos ausentes en el mercado se tienen que cerrar las grietas que perduran en el enfrentamiento a coleros y revendedores, hay que fortalecer los cuerpos de inspectores, incrementar la efectividad en la imposición de multas y también en la gestión de cobro.

También hace falta voluntad y decisión para poner orden, velar por la licitud de los productos puestos a la venta, así como el control de zonas, áreas o espacios públicos de comercialización. Dicho de otra forma, hay que ponerle carácter al enfrentamiento para frenar la descontrolada venduta que, en río revuelto, es ganancia para unos pocos y un estrago permanente en el bolsillo de los cubanos.

Comentario HHC: Hay que combatir la ilegalidad.  

Pero ¿cuándo haremos un análisis a profundidad de las empresas irrentables y se le aplique un plan de medidas correctoras?, ¿o de las que no producen en los volúmenes que tienen instalados, y son rentables, pero con altos precios de venta?  

¿Cuándo se simplificarán las estructuras del estado a todos los niveles? 

¿Cuándo habrá un análisis crítico de las 93 medidas implementadas para estimular la agricultura? O de las famosas "trabas" para entregar tierras ociosas, o por ejemplo liberar la importación de alimentos para las personas naturales con fines comerciales que así lo deseen, y/o para consumo, etc. Son algunas de las acciones del lado de la oferta para estimular y garantizar la misma, las que se desearían se implementaran por nuestro estado. Claro es mucho más que lo mencionado, para poder satisfacer necesidades, combatir la inflación, y con ello combatir el delito de manera eficaz e incrementar el salario real. 

La Conferencia de Materialismo Histórico 2022: monopolios, imperialismo, inflación y Ucrania. Comentario HHC

 Por  Michael Roberts 

17/11/2022 


Como de costumbre, no será posible informar sobre todas las muchas sesiones de la conferencia de Materialismo Histórico en Londres este año, que tuvo lugar el fin de semana pasado. Solo pude asistir a unas pocas sesiones y concentrarme, naturalmente, en las que tenían que ver con la economía marxista. Además, yo mismo participé en dos sesiones que coincidieron con otras de las que podría haber informado.

En cualquier caso, hubo algunas sesiones interesantes e incluso cuestionadoras sobre el papel del dinero en el capitalismo, la inflación, la rentabilidad y la posición de monopolio en el capitalismo moderno. Además, hubo varias sesiones sobre la teoría del imperialismo y, por supuesto, sobre el conflicto actual en Ucrania.

Empecemos con el dinero, el crédito y el monopolio. En una sesión sobre esto, Nicolas Aquila hizo una presentación interesante, en la que argumentó que hay una jerarquía dentro de la forma monetaria: en un extremo, a nivel internacional, hay o había oro, el dinero universal. Ahora, en el siglo XXI, el oro ha sido reemplazado por el dólar estadounidense a la cabeza de la jerarquía, convertido de hecho en un dinero casi mundial. Luego bajamos la escala a las monedas secundarias del capitalismo avanzado: el euro, el yen, la libra, etc. En la parte inferior a nivel internacional se encuentran las monedas débiles de las llamadas economías emergentes. Es una escala móvil de la soberanía monetaria. Esta jerarquía, argumenta Aquila, explica la falta de soberanía sobre el dinero en las economías más débiles y su exposición a las crisis monetarias.

En la misma sesión se nos ofreció una nueva versión de la teoría post-keynesiana del capitalismo monopolístico: es decir, las ganancias surgen de los márgenes corporativos sobre los costes. Este es particularmente el caso de los monopolios que ahora dominan los mercados del conocimiento y pueden establecer precios en lugar de competir con otros en los que los precios son dados. Cecilia Rikap y Cedric Durand argumentaron que en esta era de la propiedad intelectual y la producción de conocimiento, las empresas tienen el monopolio de la innovación (como los algoritmos) y, por lo tanto, han establecido un poder de monopolio permanente. Ya no se trata de monopolio en los mercados, sino de poder sobre la innovación.

Esta versión del capitalismo monopolista al estilo Kalecki no me pareció convincente. ¿Realmente creemos que los "monopolios" actuales de los medios de comunicación y la tecnología durarán para siempre? Los monopolios van y vienen a medida que cambian las innovaciones y aparecen nuevas empresas, desde GM en automóviles; hasta GE en electrónica, etc. ¿De verdad creemos que esta vez será diferente?

Los cárteles de monopolio u oligopolio han existido desde el desarrollo del capitalismo maduro y ha habido un grado creciente de concentración del capital, como predijo Marx. Pero no hay evidencia empírica de que el aumento de la concentración de capital y del "poder de monopolio" en ciertos sectores hayan reducido la competencia despiadada, por el contrario. El punto de Durand de que las grandes empresas planifican su inversión, ventas y producción internamente no significa que puedan evitar la competencia perpetua y turbulenta; de hecho, me refiero a la devastadora refutación del modelo de "capital monopolar" de Anwar Shaikh, mejor expuesto en su teoría de "competencia real" frente al monopolio (véase el capítulo 8 de su libro, Capitalismo) y esto.

Además, hubo el debate sobre la naturaleza y las causas del imperialismo moderno. Los lectores de este blog sabrán que Guglielmo Carchedi y yo hemos publicado un artículo sobre la economía del imperialismo moderno, en el que discutimos con evidencia empírica que el núcleo económico del imperialismo moderno es el intercambio desigual de valor (valor excedente) a través del comercio internacional (y los flujos de capital) entre las economías capitalistas avanzadas y el resto del mundo. Es la transferencia persistente y generalizada de valor a las economías avanzadas desde el resto lo que mejor caracteriza a las primeras como imperialistas. La explotación del sur global por el bloque imperialista no es principalmente el resultado de la "superexplotación" de los trabajadores del sur o a través del monopolio de los mercados y las finanzas en el norte; sino a través de la redistribución del valor excedente de las economías tecnológicamente atrasadas a las tecnológicamente avanzadas, tanto a través del intercambio desigual en el comercio como a través de la repatriación de beneficios, intereses y rentas por parte de las multinacionales y los bancos.

Pero nuestra tesis fue cuestionada por Charlie Post, quien también rechazó las teorías de la super explotación y del monopolio financiero leninista. Argumentó que el uso de mediciones agregadas o medias de la superioridad tecnológica de las economías imperialistas sobre las del Sur Global no logra identificar aquellos sectores en los que estos últimos ya habrían ganado superioridad. En particular, Charlie defendía que China se ha convertido en un líder en muchos sectores y, por lo tanto, no podría considerarse solo otra economía explotada, sino que cada vez más debería considerarse un futuro participante del bloque imperialista.

Y, sin embargo, en nuestro estudio, Carchedi y yo hemos mostrado una gran transferencia neta de valor excedente de China al bloque imperialista, que definimos como el G7 más algunas otras economías en el Norte Global. Todas reciben transferencias de valor neto persistentes y significativas del resto del mundo. En esta definición, China (o para el caso, Rusia) no son un estado o economía imperialistas. Además, desde 1915 ningún país después de Japón y los Estados Unidos a finales del siglo XIX se ha unido al club imperialista , cuando Lenin identificó a estas naciones como imperialistas, a menos que se considere a los pequeños Taiwán o Corea del Sur como nuevos miembros de este grupo.

¿Se convertirá China en un "desarrollador tardío" y en una potencia imperialista en ciernes? Lo dudo. Todavía se queda atrás en los niveles de tecnología y productividad, a pesar de que ha hecho el proceso más rápido de ponerse al día de la historia. Un comentario de la sesión fue que "es obvio que China es capitalista e imperialista". En cambio, he puesto mi cerebro a trabajar para demostrar que China no solo no es imperialista en el sentido definido anteriormente, sino que tampoco es capitalista (todavía). Veanse mis muchas publicaciones sobre esto aquí. Lo que está claro es que el imperialismo estadounidense no está dispuesto a consentir que China se ponga al día.

No entraré aquí en la discusión sobre si la "superexplotación" es la principal forma en que los trabajadores del Sur Global son explotados por el imperialismo, ya que esto se trata en detalle en nuestro estudio sobre el imperialismo y también en varias publicaciones en mi blog. Basta con decir que los salarios bajos no son una definición de superexplotación, que esta tiene lugar cuando los salarios están por debajo del valor de la mano de obra, es decir, por debajo de los niveles de subsistencia. Eso es frecuente en el Sur Global, pero no es decisivo, en mi opinión, a la hora de explicar las transferencias de valor al bloque imperialista: la explotación "normal" lo hace.

En otra sesión, Andrea Ricci y Giusseppe Quattomini hicieron una excelente presentación corta sobre la importancia del intercambio desigual en el comercio internacional y por qué Marx desarrolló esta teoría del comercio. Para Marx, el capital existe en una economía mundial, no nacional. En una economía nacional, hay una transferencia de valor excedente entre los sectores más atrasados tecnológicamente a los más avanzados, lo que produce un movimiento hacia una tasa media de beneficio. Esta redistribución sigue la misma lógica en el comercio internacional.

Ricci y Quattomini están de acuerdo en que el imperialismo es, por tanto, ante todo un concepto económico. Y el imperialismo es el resultado de la expansión del capital avanzado en los mercados globales para lograr esa transferencia de valor. Henryk Grossman explicó una vez que el auge del imperialismo (económico) moderno a finales del siglo XIX fue el resultado de la caída de la rentabilidad del capital en los mercados nacionales - véase Grossman La Ley de la Acumulación p 181.

Esa es en parte la razón por la que es difícil aceptar el análisis de la tasa de beneficios de EEUU en los últimos 70 años presentado por Bill Jefferies en la misma sesión. Argumenta que, contrariamente a la mayoría de otros estudios sobre la tasa de beneficios en EEUU (incluido el mío), la tasa ha aumentado desde al menos la década de 1990 y particularmente después de que China entrara en la Organización Mundial del Comercio en 2002. Sus resultados implican que la ley de la caída de la rentabilidad de Marx no tuvo ningún papel en la causa de la Gran Recesión en 2008-9. Jefferies afirma que todos los estudios anteriores se basaron en índices de activos de capital fijo proporcionadas por la Oficina de Análisis Económico (BEA) de los Estados Unidos. Y esos índices de capital constante son inútiles porque se basan en el concepto neoclásico de que los activos de capital son solo el flujo acumulado de ganancias futuras. En su lugar, deben basarse en el capital real avanzado. Así que Jefferies utiliza los índices de "activos amortizables" proporcionadas por el Servicio de Impuestos Internos de los Estados Unidos obtenidas de las cuentas fiscales de las empresas. Al hacerlo, esto reduce el tamaño del capital constante (c) en la fórmula de tasa de beneficio de Marx (s/(C+v) en más del 70% de los datos de la BEA. Por lo tanto, las tasas de beneficio son mucho más altas y también, al parecer, no caen, al menos no desde 1990.

No me convenció. En primer lugar, no es correcto que la BEA utilice capital avanzado constante solo en función del valor actual de las ganancias futuras. Los índices de activos fijos de la BEA pueden comenzar con una cifra tan arbitraria como esa, pero cada año el aumento se basa en las ganancias del año futuro tal como se invierten. En segundo lugar, cuando miramos los datos de la BEA (Tabla 7.13), encontramos una conciliación entre los datos del IRS y la BEA que no muestra una gran diferencia en el valor de los activos fijos o su depreciación. Así que hay serias dudas sobre los datos y el método de Jefferies.

Permítanme ahora pasar a la sesión en la que hice una presentación de un estudio conjunto con Guglielmo Carchedi, con el título: "Una teoría marxista de la inflación". Hemos estado trabajando y desarrollando nuestro enfoque durante algún tiempo y esta es la última versión de nuestra teoría en un momento muy oportuno, dada la inflación disparada que está engulliendo a las principales economías de todo el mundo desde el final de la crisis del COVID.

La presentación se puede encontrar aquí. La esencia de nuestra teoría es que hay dos factores estructurales que impulsan la inflación (o la deflación) de los precios de los productos básicos en una economía capitalista moderna. La primera es la tasa de cambio en el nuevo valor producido en la producción capitalista; el nuevo valor es el valor neto de una mercancía después de contabilizar el capital constante (depreciación de los activos fijos y las materias primas). El segundo es la intervención de las autoridades monetarias para ajustar la tasa de cambio en la oferta monetaria. La tasa de cambio en el nuevo valor tiende a ralentizarse en la producción capitalista, porque más inversión se dirige a los medios de producción, o capital constante, en lugar de a la inversión en más mano de obra (fuerza de trabajo). Esto se debe a que los capitalistas quieren aumentar la productividad del trabajo con tecnología para reducir los costes en unos mercados competitivos. Pero al hacerlo, esto reducirá el tiempo de trabajo involucrado en cada unidad de producción. Un aumento de la composición orgánica del capital (c/v) tenderá a reducir la tasa de beneficio del capital invertido y, por lo tanto, el nuevo crecimiento del valor tenderá a ralentizarse.

En lo que llamamos nuestra teoría de la tasa de valor de la inflación, ralentizar el crecimiento del nuevo valor significaría ralentizar la inflación de los precios; y en crisis, la deflación. Pero hay un factor que contrarresta esta tendencia a largo plazo, a saber, los cambios en la oferta monetaria, y en una economía moderna donde la oferta monetaria está controlada por el sistema bancario y el estado, esto puede actuar de manera opuesta y aumentar la inflación. A medida que las autoridades monetarias intentan impulsar el crecimiento con dinero barato, ejercen una presión al alza sobre las tasas de inflación. En nuestro documento, mostramos que la combinación de estos dos factores (medidos de forma adecuada) puede explicar una proporción muy alta de los cambios en la inflación de los precios al consumidor.

Hubo algunas preguntas en la sesión sobre la veracidad de esta teoría y la evidencia empírica y ha habido algunos ataques críticos a su validez desde entonces. No me ocuparé de esto en este artículo, pero creo que la discusión sobre una explicación marxista de la inflación debe continuar. Basta con decir ahora que, si se miran las diapositivas, nuestra presentación ofrece pruebas firmes contra las dos teorías principales de la inflación (la monetarista y el crecimiento del coste de los salarios) y también algunas diferencias con la teoría "clásica" de la inflación de Anwar Shaikh.

Finalmente, hubo una sesión muy concurrida sobre el conflicto en Ucrania, en la que se me pidió que participara en el debate sobre la economía de la guerra y sus implicaciones globales. Entre los participantes estaba Ilya Budraitskas, quien argumentó, por lo que entendí, que Putin comenzó esta guerra debido a la creciente oposición interna de los disidentes que amenazaba su popularidad. Me resulta difícil creer que esto fuera la razón principal de la invasión.

Volodymyr Ishchenko parecía argumentar que deberíamos caracterizar la Rusia de Putin como una forma de "capitalismo político", un término promovido por Branco Milanovic, el ex economista del Banco Mundial y experto en desigualdad global. El concepto de Milanovic se desarrolla en su reciente libro, Capitalism Alone, según el cual el socialismo no es posible y, por lo tanto, la elección que nos presenta el siglo XXI es un capitalismo "liberal democrático" desigual de libre mercado como en los Estados Unidos y Europa o un "capitalismo político de naturaleza autocrática dirigido por el estado como en la Rusia de Putin. "El capitalismo se equivoca mucho, pero también acierta mucho, y no va a desaparecer. Nuestra tarea es mejorarlo", dice Milanovic. La caracterización de Milanovic parecía llevar a Ishchenko por el camino de argumentar que Putin era un fascista o al menos un "semifascista".

Vladimir Unkovski-Korica tuvo una visión diferente de la causa de la guerra. La ve como la culminación de un creciente conflicto global entre las potencias de la OTAN que buscan reducir la fuerza y la influencia de Rusia y, por otro lado, Rusia, tratando de mantener su control sobre los países fronterizos ex-soviéticos. Ucrania se ha convertido en el terreno en el que se decide el pulso de ambos lados. Vladimir argumentó que se podría haber alcanzado un acuerdo pacífico con los acuerdos de Minsk, pero el gobierno de Ucrania y los Estados Unidos lo rechazaron.

Mi propia presentación se concentró en la economía. Debido a un problema técnico, no presenté mis diapositivas sobre las economías de Ucrania y Rusia, que aquí están.  

La esencia de lo que dije fue 1) Ucrania ha sido devastada por la guerra; aparte de la pérdida de vidas y hogares, la infraestructura de Ucrania ha sido diezmada y Rusia está controlando áreas importantes de recursos e industria, en un país que sigue siendo uno de los más pobres de Europa.

Y 2), el objetivo de los patrocinadores extranjeros de Ucrania y su gobierno actual para después de la guerra es introducir una economía de libre mercado con una propiedad extranjera masiva y privatización de los activos clave, incluida la tierra y la agricultura, con la eliminación de los derechos laborales y sindicales; con una reducción de la regulación de las finanzas y el medio ambiente. 3) La Rusia de Putin hasta ahora ha hecho frente a las sanciones a los oligarcas, el comercio y las finanzas porque ha podido vender su petróleo y gas. Pero Europa está reduciendo cada vez más su demanda de estas energías y se planean límites de precios para las exportaciones de petróleo rusas. Esto podría reducir los ingresos para la guerra que Putin ha acumulado.

A largo plazo, las sanciones tecnológicas a la industria rusa debilitarán su capacidad de crecimiento. A nivel mundial, en muchos sentidos, la política y las acciones de los Estados Unidos y la OTAN son un ensayo general para el verdadero conflicto entre el bloque imperialista liderado por Estados Unidos y China (sobre Taiwán) que se avecina en esta década.

Finalmente, observo que el ganador del premio anual Isaac y Tamara Deutscher de este año fue Gabriel Winant con "El próximo giro: la caída de la industria y el auge de la atención médica en las zonas desindustrializadas de Estados Unidos". Espero comentarlo pronto.

Pero sobre todo, tenga en cuenta que el El capitalismo en el siglo XXI, a través del prisma del valor de Guglielmo Carchedi y Michael Roberts, acaba de ser publicado por Pluto. El libro trata sobre la naturaleza y el medio ambiente; el dinero y la inflación; las crisis; el imperialismo; el conocimiento y las computadoras; y la naturaleza del socialismo. Abordaré partes del libro en los próximos meses.

 

 

 
habitual colaborador de Sin Permiso, es un economista marxista británico, que ha trabajado 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.
Fuente:
https://thenextrecession.wordpress.com/2022/11/16/historical-materialism-conference-monopoly-imperialism-inflation-and-ukraine/Traducción:G. Buster

Comentario HHC: Como es costumbre, nuestros especialistas, no participan en estos eventos. Puedo decir con absoluta convicción, que hoy en día los marxistas del mundo saben y conocen más de la obra de Marx que nosotros, han indagado en los manuscritos de Marx y Engels, ya todos digitalizados, y se ha profundizado en las versiones de "El Capital" sobre todo los tomos II y III editados por Engels, incluso de estos estudios, hay corrientes y un debate, muy lejos de terminar a medida que se sigue profundizando, y ejemplo de ello son los libros que se publican sobre el tema (1). 

Otro aspecto que también vamos a la zaga, es en el análisis marxista de la realidad mundial, donde tantos economistas marxistas de Inglaterra (como el autor del artículo), Canadá, EEUU, Alemania, México, etc, tratan de interpretar la realidad y demuestran la validez de la teoría marxista, algo que nosotros no hacemos. 

Digo todo lo anterior, porque resulta que nosotros somos de los pocos países en el mundo, que estamos empeñados en desarrollar una sociedad que alcance la categoría de llamarse socialista.  Y en el discurso oficial se habla de Socialismo, pero no del análisis marxista de los problemas de nuestra sociedad 

Pero incluso en la Constitución del 2019 se mencionan tres veces la palabra marxista " El Partido Comunista de Cuba, único, martiano, fidelista, marxista y leninista,..." , " GUIADOS por lo más avanzado del pensamiento revolucionario, antiimperialista y marxista cubano, latinoamericano y universal, en particular por el ideario y ejemplo de Martí y Fidel y las ideas de emancipación social de Marx, Engels y Lenin", y "por los que promovieron, integraron y desarrollaron las primeras organizaciones de obreros, campesinos y estudiantes; difundieron las ideas socialistas y fundaron los primeros movimientos revolucionarios, marxistas y leninistas". 

Lo anterior implica que el marxismo es una fuente másentre todo el pensamiento que debemos integrar, en los postulados económicos y sociales de esa sociedad, que pareciera, que tenemos unos fundamentos teóricos-prácticos que llamamos socialistas con características " cubanas".  

Sin embargo, no hay un análisis desde la economía marxista en el abordaje de nuestra economía, de la manera y forma, por ejemplo, como se aborda en este artículo, sino más bien lo hacemos con cierto empirismo que tiene por fuente los libros de microeconomía y macroeconomía del capitalismo, lo cual por cierto no podemos ignorar en temas concretos.  ¿Pero el libro de Macroeconomía Marxista o Socialista, por si queremos ser consecuente con la Constitución y nuestro proyecto de sociedad, que es lo determinante, dónde está? 

Entonces cabe preguntarse ¿ QUO VADIS?.

(1) https://www.sinpermiso.info/textos/los-10-mejores-libros-de-economia-marxista-de-2017




Lo que no nos importa



Carolina Vásquez Araya
Periodista y editora con más de 30 años de experiencia.Ha aportado sus conocimientos en proyectos de organizaciones con intereses orientados al desarrollo social, cultural y económico del país, con especial énfasis en el sector de cultura y educación, emprendimiento, derechos humanos, justicia, ambiente, mujeres y niñez.Es columnista del periódico guatemalteco Prensa Libre.

Acostumbrarse a vivir en un mundo incierto es una forma de supervivencia.

Uno de los efectos más puntuales de los avances tecnológicos en comunicaciones, ha sido la manera como se nos manipula desde las instancias mediáticas, con el objetivo de crear en nuestro entorno una aséptica distancia emocional respecto de acciones agresivas de los Estados. Esta especie de concierto bien afinado, dirigido a grandes audiencias, pone un especial énfasis en dar carácter de inevitabilidad a la tragedia de comunidades humanas completamente indefensas, como aquellas encerradas en un entorno bélico o quienes migran para salvar su vida. Esta táctica induce al espectador a asumir esa realidad, plasmada en imágenes, como si esta perteneciera a un mundo remoto y ajeno.

Con una habilidad maquiavélica, el torrente informativo -y, sobre todo, desinformativo- va creando un universo paralelo, en donde la concentración de la riqueza y de poder en manos de entidades inalcanzables se asume como un logro y no como una aberración del sistema que nos rige. En esa misma tónica, el retroceso en cuestión de derechos civiles y protección de los sectores más vulnerables -mujeres, niñez, adultos mayores, pueblos originarios, personas en condiciones de discapacidad- se consolida por medio de medidas arbitrarias y abiertamente discriminatorias.

En una década ya avanzada del nuevo siglo, destaca la manera ofensiva y abiertamente patriarcal como se mantiene el cerco contra el derecho de las mujeres de administrar su vida reproductiva de acuerdo con su propio criterio, o el silencio en torno a las prácticas misóginas de Estados que las condenan a un estatus de indignidad y marginación. Para normalizar este trato echan mano a leyes contrarias a los acuerdos y convenciones internacionales de carácter obligatorio, como aquellos dirigidos a proteger los derechos humanos y combatir la discriminación. Algo similar sucede en relación a la niñez, a la cual se la continúa tratando como a un subproducto y no como a un sector de primerísima importancia.

El efecto de la manipulación mediática se traduce también en una abstracción de la realidad de los otros. Es decir, una perfecta anestesia para la conciencia cuando el golpe lo recibe otro pueblo, en una latitud aparentemente lejana. Ese devenir del “no nos importa” no solo incide en una mayor vulnerabilidad hacia acciones similares que nos afecten, sino en una pérdida de contacto con ese concepto de Humanidad, al cual sin embargo solemos recurrir cuando somos quienes recibimos los golpes.

El sistema imperante en nuestro hemisferio -neoliberal, capitalista, orientado a la concentración de la riqueza en pocas manos y a la pérdida de derechos individuales- tiene como característica específica la imposición de un modo de vida capaz de impedir o entorpecer toda acción colectiva, manteniendo a la ciudadanía enfocada en la supervivencia gracias a la incertidumbre con relación a su trabajo, a sus derechos, a sus posibilidades de progreso. El interés primordial de quienes poseen el control de la información y los medios para divulgarla, por ende, está centrado en el silencio y el conformismo, lo cual representa la base misma del sistema y garantiza su solidez. Eso les permite un espacio privilegiado para continuar con sus planes de expansión económico-corporativa, incidencia en la política global gracias a una hábil manipulación financiera y, desde esa plataforma, la decisión unilateral sobre las vidas ajenas.

El mundo es ancho y ajeno, según Ciro Alegría. Pero resultó más ajeno que ancho.

Exportaciones de arroz de Vietnam podrían alcanzar siete millones de toneladas en 2022


Vietnam apunta a exportar este año siete millones de toneladas de arroz en el contexto de la inflación y la inestabilidad de muchos países en el mundo, según Le Thanh Hoa, subjefe del Departamento de Procesamiento y Desarrollo del Mercado de Productos Agrícolas, dependiente del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.

VNA domingo, noviembre 20, 2022 17:25

Hanoi (VNA) - Vietnam apunta a exportar este año siete millones de toneladas de arroz en el contexto de la inflación y la inestabilidad de muchos países en el mundo, según Le Thanh Hoa, subjefe del Departamento de Procesamiento y Desarrollo del Mercado de Productos Agrícolas, dependiente del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.

La información fue dada a conocer durante el Foro de Conexión de Productos Agrícolas 970, realizada la víspera con el tema “Conexión de la oferta y la demanda de las cadenas de arroz en Delta del Mekong".

Según la Administración de Alimentos de Vietnam (VFA), actualmente el precio del arroz con cinco por ciento de grano partido es de 428 dólares por tonelada, mientras que el con 25 por ciento es de 408 dólares por tonelada.

En comparación con la época antes de que India emitiera una política para restringir las exportaciones de arroz, el precio de este producto vietnamita aumentó alrededor de 30 dólares por tonelada.

Los expertos dicen que a corto plazo, el precio del arroz vietnamita seguirá manteniendo en un alto nivel, ya que las incertidumbres económicas y políticas aumentan la demanda de alimentos. Por lo tanto, los exportadores deben aprovechar las oportunidades para acceder y expandirse a nuevos mercados.

Según lo previsto, en caso que la exportación se mantenga por encima de 400 mil toneladas por mes en los dos últimos meses del año, las ventas de arroz para todo el año podrían alcanzar de 6,8 a siete millones de toneladas./.