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jueves, 15 de diciembre de 2022

Economía cubana hacia 2023: anuncios y señales contradictoras

 ¿Cómo es que al éxito de una política se le responde con políticas dirigidas a frenar ese éxito?




La economía, a fin de cuentas, es un sistema que se comunica aun cuando no aparezcan señales de esa comunicación; que reacciona, sea de forma endotérmica o exotérmica —aunque de momento no sintamos el cambio de temperatura—; que necesita de incentivos o desincentivos, correctamente alineados, para estimular lo positivo o para menguar aquello que no es conveniente —sea temporal o no— a su dinámica de funcionamiento.

En las recientes sesiones de la Asamblea Nacional se ha sabido que este año se alcanza un crecimiento del producto interno bruto del 2 % con respecto a 2021; aunque todavía esto no significa que se logran los valores de antes de la pandemia.

El ministro de Economía, Alejandro Gil, reconoció que “no alcanzamos los niveles proyectados, pero tampoco retrocedemos. Las medidas no logran todos los resultados, pero vamos avanzando en soluciones”. No es una sorpresa. A mediados de año ya se había rectificado a la baja la tasa del 4 % originalmente planificada.

Crecer es sin dudas importante. Cuánto se crece, dónde se crece y cómo se crece es aún más importante. Esa información oficial, cuando sea pública, facilitará incluso entender cuán alcanzables pueden ser las metas planteadas para 2023.

¿Los resultados de FIHAV?

Se pronostica que la economía alcanzará un 3 % de crecimiento en el 2023 y que los pilares de ese crecimiento planificado serán la reactivación de actividades productivas nacionales y una mayor captación de divisas por exportaciones. Los argumentos que se esgrimen para sustentar el propósito son el control de la COVID-19, los resultados positivos de la gira internacional de Díaz-Canel y los de la Feria Internacional de La Habana.

Seguir controlando la pandemia del coronavirus es indispensable y es algo para lo cual existe experiencia suficiente y, en especial, las vacunas necesarias para mantener a la población inmunizada. Prevenir es la mejor manera de hacerlo.

Los logros de la gira internacional de Díaz-Canel, sin dudas importante, dependerán también de la capacidad y el ingenio necesarios para concretarlos y sacarles el máximo provecho. Es un ejercicio más complejo que requiere, entre otras cosas, de un mejor funcionamiento de la economía.

Pero llama la atención que los resultados de la Feria Internacional de La Habana sean identificados como una de las bases del crecimiento.

Que el empresariado extranjero tenga interés en posibles negocios en Cuba no es noticia. Así ha sido por años, a pesar del ineficiente y poco estimulante marco regulatorio, de la demora reiterada en corregirlo, de la sostenida demora en pagar deudas y honrar dividendos, del alto riesgo país, de obstáculos gigantes como el bloqueo, y de trabas de alta resiliencia generadas por prejuicios y en burocratismos persistentes.

Sin embargo, históricamente ha existido una distancia grande entre “el interés expresado” y el interés materializado. Nunca he visto alguna información pública que permita saber de todas aquellas intenciones de negocios —y, en especial, de inversiones— “expresadas” por compañías extranjeras, cuántas se convirtieron en negocios o inversiones.

En Cuba, convertir una buena intención en un proyecto de inversión cuesta mucho tiempo; luego convertir el proyecto en realidad, en un activo produciendo, cuesta otro tramo grande de paciencia.

¿Cuánto de esos intereses expresados en otras ferias se han convertido en buenos negocios en menos de un año? ¿Qué cambios radicales se han introducido en la norma cubana y en sus procedimientos para reducir a treinta días la negociación y la firma de un proyecto de inversión?


Foto: Kaloian.
Lo que puede el turismo, y lo que no

Una recuperación más dinámica del turismo es un buen propósito a concretar. ¿Cuál es la tasa de ocupación lineal con la que termina 2022? ¿Cuánto es el ingreso por turista? ¿Cuánto de cada dólar de ingreso se dedica a la importación hoy?

¿Cuál es el efecto multiplicador de las inversiones hoteleras sobre la economía nacional, si el componente importado de los proyectos es considerablemente elevado, incluyendo la fuerza de trabajo?

¿Cuáles son los incentivos que se les dejan a las empresas hoteleras para que puedan operar de forma descentralizada? ¿Y para que los productores nacionales se “estimulen” a vender sus productos a los hoteles?

¿Cuál es el tiempo real de recuperación de la inversión de los nuevos hoteles con la tasa de ocupación que existe hoy? ¿Cuántas habitaciones fuera de orden existen hoy?

¿Cuál es la estrategia para competir en el mercado de la región?

En el año 2022 se “planificó” alcanzar 2,5 millones de turistas; luego esa cantidad fue corregida a la baja. Al final, solo lograremos acercarnos al millón 800 mil turistas. Este 2022, República Dominicana alcanzará la cifra récord de 7 millones.

Señales contradictorias sobre las pymes

Llama la atención que otro factor a favor del crecimiento esperado, según se ha dicho, sea “la diversificación y complementariedad de los actores económicos”.

Si bien es cierto que a partir de 2023 podrán valorar sus gastos a la tasa de mercado y no a la tasa de 24 CUP por dólar, la Asamblea Nacional acaba de aprobar la propuesta del Ministerio de Finanzas y Precios que elimina incentivos fiscales para la creación de nuevas pymes y genera incertidumbre para las que están creadas y funcionando.

“A partir de la necesidad de que todos los actores económicos contribuyan a generar ingresos para la financiación de los servicios y programas sociales, queda sin efecto la exoneración de pago de impuestos a las mipymes, por un periodo de seis meses cuando surgen de una reconversión y de un año cuando son de nueva creación, constituidas a partir de 2023. Las mipymes constituidas con anterioridad y que están disfrutando de este beneficio, lo mantienen hasta el término del periodo por el que les fue otorgado”.

La medida constituye una barrera para a la creación de nuevas empresas de este tipo, algo que llama la atención luego del éxito que la apertura del sector ha tenido y de las expectativas declaradas acerca de este: “Se esperan unos 4 000 nuevos actores en la economía, con una participación en el PIB entre un 12 % y un 14 % a precios corrientes”, explicó el ministro Alejandro Gil en su intervención ante la Asamblea.

Reducirá también el crecimiento de la base fiscal imponible, privando al propio presupuesto de futuros nuevos ingresos fiscales, a través de las nuevas mipymes.

Esto es incoherente con la necesidad de incrementar la oferta y de impulsar el crecimiento económico utilizando las fortalezas del país. De la misma forma debe esperarse una reducción de las posibilidades de fomentar nuevos encadenamientos a partir del nacimiento de emprendimientos.


Foto: Kaloian.
Ecos en la estructura del empleo

La medida impactará negativamente en la dinámica del empleo. Este año se planifica alcanzar 4 676 000 ocupados. De mantenerse la estructura del empleo como hasta ahora, alrededor del 50 % se ocupa en el sector presupuestado y el resto en el sistema empresarial. Más de un 40 % está ocupado en el sector no estatal el cual ha contribuido positivamente a la dinámica del empleo.

Cualquier elemento que frene o desaliente la creación de nuevas pymes impactará negativamente en la dinámica del empleo en el país. Al ser el empleo productivo uno de los elementos básicos que impulsan la equidad sobre bases sostenibles, resulta muy difícil entender la medida adoptada.

Eliminar la exoneración fiscal para las pymes y mipymes de nueva creación, en este momento, daña el ambiente de negocios y la confianza de los nuevos actores.


Fuente: Dini, M; Stumpo, G: “MIPYMES en América Latina. Un frágil desempeño y nuevos desafíos para las políticas de fomento”. CEPAL, 2018.

Mientras la experiencia internacional, y en especial la latinoamericana, demuestra que este sector requiere de incentivos fiscales, en nuestro país, luego de un año de desempeño exitoso, se adopta una política que hace exactamente lo contrario.

No es posible negar la necesidad de incrementar la recaudación fiscal ni tan poco contribuir con ello a los programas sociales, algo que ya los “actores no estatales” venían haciendo. Sin embargo, se divulgó muy poco acerca de otras medidas para mejorar el desempeño fiscal.

No se trata solo de recaudar

Tan importante como incrementar los ingresos fiscales resulta mejorar la asignación del gasto fiscal. Es conocido que nuestro aparato estatal es excesivo para el tamaño de nuestra economía; que una parte de los gastos corrientes va al sector productivo, lo cual contribuye a mantener vivas empresas ineficientes.

Reducir y mejorar la asignación del gasto es una necesidad para mejorar el desempeño de la economía. La reforma de ese aparato y el redimensionamiento de ese sistema empresarial estatal no deberían seguir siendo aplazadas.

Existe la experiencia de inicios de los años noventa cuando el aparato estatal y el sistema empresarial fueron redimensionados drásticamente para reducir el déficit presupuestario.

¿Cómo es que al éxito de una política se le responde con políticas dirigidas a frenarlo? A veces, pareciera que caminando hacia el futuro podríamos volver a la Edad de Piedra.

La nueva ola migratoria cubana y su impacto en la sociedad

La creciente emigración desde la isla afecta la economía nacional, así como descapitaliza de profesionales al país, sumido en la peor crisis de las últimas décadas.




Gran parte de quienes emigran son mujeres en edad fértil, por lo tanto, su salida contribuye a mantener la tendencia de la baja natalidad del país.

Foto: Jorge Luis Baños_IPS

Mucho se ha escrito acerca de la salida de cubanas y cubanos hacia otros países durante este año 2022.

El énfasis fundamental de los trabajos estuvo en la prioridad de emigrantes de la nación caribeña de llegar a la frontera sur de Estados Unidos, para acogerse a la legislación que los favorece.

También, algunos textos se refirieron al miedo creíble y a la suerte, si se pudiera decir, generados por las travesías. Pero es que no solo viajan a ese país, hoy el movimiento migratorio desde Cuba se amplía con quienes van a residir en Europa, América Latina y donde encuentren las oportunidades para emigrar.

Por lo general, cuando se aborda el tema de la migración, el punto de partida son las cifras. Si se comprenden los cambios de escala, las tendencias emergentes y la evolución de las variables demográficas que traen consigo las transformaciones sociales y económicas mundiales, a causa de fenómenos como la migración, pueden entenderse mejor los cambios globales y, después, planificar el futuro.

Según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de Naciones Unidas, en 2020 hubo alrededor de 281 millones de migrantes internacionales, equivalente al 3,6 por ciento de la población mundial. La cifra resultó superior en 128 millones, a la de migrantes en 1990 y triplicó con creces la de 1970. El número estimado de migrantes internacionales aumentó en las últimas cinco décadas.

Estados Unidos representa el principal destino migratorio desde 1970. A partir de entonces, se cuadruplicó el número de personas nacidas en el extranjero que residen en ese país. De menos de 12 millones, en 1970, creció a cerca de 51 millones, en 2020. Alemania, que ocupa el segundo lugar entre los destinos de migrantes, también experimentó un aumento de nueve millones en 2000, a casi 16 millones en 2020, indica la fuente.

Desde el punto de vista conceptual, la OIM plantea que migrante es un término genérico no definido en el derecho internacional. Por uso común, ese vocablo designa a toda persona que se traslada fuera de su lugar de residencia habitual, ya sea dentro de un país o a través de una frontera internacional, de manera temporal o permanente, y por diversas razones.

El término comprende una serie de categorías jurídicas bien definidas de personas, como los trabajadores migrantes, las personas objetos de tráfico y aquellas cuya situación o medio de traslado no están expresamente definidos en el derecho internacional, como los estudiantes internacionales. 

Oleadas migratorias desde Cuba
En Cuba, cada día hay más jubilados y se dificulta reponer la fuerza laboral, sobre todo en sectores que sobresalen como la agricultura y la vieja industria. 

La tendencia de los cubanos a emigrar no es nada nuevo, tiene lugar desde antes y, sobre todo, después del triunfo de la Revolución, con la salida desde la isla hacia otros destinos, especialmente Estados Unidos. Se reporta un saldo migratorio negativo desde 1959 hasta la actualidad, a excepción de ese primer año, cuando entraron a la nación caribeña más personas de las que salieron, con un saldo migratorio positivo de más de 12.000 personas.

La salida de la ciudadanía cubana hacia Estados Unidos tiene puntos importantes en los últimos 63 años. En una primera oleada migratoria (1959-62), salió un total de 215.000 personas, casi todas de clase alta y media alta; en el puente aéreo Varadero-Miami (1965-73), 340.000, es decir, entre el cierre de Camarioca (poblado costero de Matanzas, provincia occidental de Cuba) y hasta el final de ese puente aéreo, según datos del Centro Cubano de Investigaciones de la Universidad Internacional de La Florida (FIU, por sus siglas en inglés).

Este artículo no analiza de manera muy rigurosa por qué se produjeron olas migratorias anteriores, sino que aborda los efectos de la nueva crisis surgida después de 2018, al centrarse en la economía, donde tiene un elevado impacto, y teniendo en cuenta la composición de las personas emigrantes y los efectos a mediano y largo plazo de su salida del país.

Cuba es hoy muy diferente desde el punto de vista de sus indicadores demográficos. En el pasado, emigraban muchas personas con experiencia laboral, pero las sustituían otras, dadas las elevadas tasas de nacimiento, el conocido baby boom, y había cierto reemplazo laboral asegurado.

Hoy, la realidad es otra: la población decrece en su totalidad, con tasas de crecimiento anual negativas desde 2017. Con una estructura de edades que tienden al envejecimiento poblacional. Esto significa que cada día hay más jubilados. A la vez, se dificulta reponer la fuerza laboral, sobre todo en sectores que sobresalen como la agricultura y la vieja industria.

La población de cero a 14 años disminuye. No obstante, algunos economistas aseguran, con razón, que la productividad de la economía es tan baja que, al incidir en su mejora, con la introducción de avanzadas tecnologías, se lograrían mayores producciones con menos trabajadores.

Es una gran realidad que aún hoy existe cierto subempleo en la economía cubana. Una pregunta atinada sería entonces la siguiente. ¿De dónde saldrían los recursos financieros necesarios para tener una industria tecnificada y eficiente, dado el grado de descapitalización de estos?

Debe reconocerse que, sobre todo, emigran a cualquier destino las personas más jóvenes, muchas con educación media superior y superior, pues este nivel les puede permitir ajustarse a los perfiles de programas de inmigración de fuerza laboral calificada.

Entre sus aspiraciones está revalidar el título que obtuvieron en Cuba. Un estudio realizado hace algunos años plantea que alrededor del 86 por ciento de las personas procedentes del sistema de instituciones de educación superior emigraba antes de los 40 años. 

España y otros destinos
Emigran sobre todo las personas más jóvenes, muchas con educación media superior y superior. 

El gráfico siguiente de los migrantes cubanos a España, solo en el primer semestre de 2022, reafirma la idea anterior, donde 40 por ciento de las personas se concentra en edades entre 20 y 34 años.


A España, el flujo se incrementa fuertemente y no están presentes las atracciones jurídicas que se encuentran en el destino de Estados Unidos, por tanto, existen muchas causas relacionadas con la salida hacia otros destinos, y no solo las que exponen las fuentes oficiales.

La disminución de los emigrantes que llegaron en 2020 a España se debió al cierre de las fronteras en Cuba por la covid. Se estima que en el 2022 se alcance una de las cifras más elevadas de llegadas de migrantes de la isla al país ibérico, aun a pesar de las restricciones, las demoras, lo engorroso de los trámites, las citas y los cierres parciales del consulado español en La Habana.

Debe aclararse que entre las personas migrantes desde Cuba están incluidos quienes ya poseen la ciudadanía española, las que van en plan de estudios, entre otros intereses. Véase en el gráfico siguiente el comportamiento de la llegada a España de inmigrantes procedentes de Cuba, entre 2008 y el primer semestre del 2022.

Pero no solo viajan a España, donde vivían más de 162.328 cubanas y cubanos en 2020, sino que también se establecen en otros países europeos. Por ejemplo, en igual fecha, en Italia residían 38.532 migrantes de nacionalidad cubana, en Alemania, 16.160 y, en Francia, 4.800.

Inmigrantes de Cuba están presentes en más de 95 países del mundo, algunos con más avanzado desarrollo que la nación caribeña. Entre los destinos migratorios de América, se conoce, por ejemplo, que en 2019 miles de cubanas y cubanos vivían en Ecuador, Uruguay (véase el gráfico a continuación), Chile (23.173), Brasil (14.718), México (13.546), Canadá (19.221), entre otros.



Emigración a Estados Unidos
Personas aguardan para ingresar a la embajada de México en La Habana, con el fin de realizar trámites migratorios. De acuerdo con el Ministerio del Interior de Cuba la mayoría de los migrantes cubanos parten hacia naciones latinoamericanas con la documentación requerida, para luego embarcarse en rutas terrestres, aéreas o marítimas hacia Estados Unidos.

El gran flujo reciente a Estados Unidos desde Cuba se incrementa con una emigración irregular, que ingresa a territorio de ese país bajo el amparo de una política migratoria preferencial, la cual desafía los debates sobre la reforma migratoria actual y la aprobación de leyes antiinmigrante en diferentes estados de la nación norteña.

El marco legal inmigratorio que implementa la política preferencial incluye normativas que garantizan la admisión y la obtención de la residencia legal permanente, independientemente de la vía de ingreso y el país de procedencia, a una persona nacida en Cuba, tras un año y un día de su arribo a territorio estadounidense.

Entre las normativas, se encuentran la “Ley para ajustar el estatus de los refugiados cubanos al de residentes permanentes legales en los Estados Unidos y para otros fines”, Ley Pública 89-732 de 1966, conocida como Ley de ajuste cubano, así como un conjunto de regulaciones jurídicas y administrativas.

Pero, las ventajas que ofrece ese destino a la migración cubana no es la única motivación para lanzarse a un inseguro camino hasta los Estados Unidos. Hay que tener en cuenta que Cuba está atravesando una de las crisis económicas más profundas de todos los tiempos revolucionarios.

Existen carencias de alimentación, de transporte, prolongados cortes eléctricos, dificultades de vivienda y de infraestructura física, como viales, alcantarillado, agua potable, entre otros. Se suman las protestas ciudadanas y eso tensa el ambiente político del país.


El gráfico anterior muestra el saldo migratorio de la ciudadanía cubana desde 1959 hasta 2021. La ligera disminución en los años 2013 y 2014 no es muy real, pues entonces entró en vigor la Reforma Migratoria de 2013, con la promulgación del Decreto-ley302, publicado en la Gaceta Oficial de la República, el 16 de octubre del 2012.

Ese texto estipula: “un ciudadano cubano ha emigrado cuando viaja el exterior por asuntos particulares y permanece de forma ininterrumpida por un término superior a los 24 meses sin la autorización correspondiente”.

Por lo tanto, no se consideran como tal las personas que entran a Cuba antes de los dos años, pero poseen residencia permanente en otros países. Otros dos factores inciden en las estadísticas: de marzo a diciembre del 2020 y entre enero y octubre del 2021, las fronteras cubanas estuvieron prácticamente cerradas debido a la covid, y la embajada estadounidense en La Habana detuvo el Programa de reunificación familiar desde el 2017 y el otorgamiento de visas desde el 2020. 

Ola migratoria actual
Fuentes oficiales indican que, durante el año fiscal 2022, entraron por la frontera sur de Estados Unidos más de 224.000 migrantes de Cuba. 

La actual ola migratoria hacia Estados Unidos surgió después de la conclusión del documento ejecutivo conocido como “pies secos-pies mojados”, mecanismo que data desde mayo de 1995, el cual permitía a los cubanos que llegaran a ese país –sin visa– convertirse en residentes permanentes, aunque personas interceptadas en el mar serían devueltas a la isla.

Dicho programa duró hasta enero del 2017, cuando el entonces presidente Barack Obama le puso fin. Se calcula que, en los casi 22 años de esa política, alrededor de 650 000 migrantes dejaron la isla para instalarse en los Estados Unidos.

Después de la retórica antiinmigrante de la administración de Donald Trump (2017-2021) esta ola se convierte en la salida más grande en los últimos 62 años en Cuba, incluso, supera al éxodo del Mariel, en 1980 (con 125.000 personas emigradas), y las salidas en balsas de 35.000 personas, en agosto de 1994.

Durante el año fiscal 2022, entraron por la frontera sur estadounidense más de 224.000 migrantes de Cuba, indican fuentes oficiales.

Datos del Departamento de Seguridad Nacional señalan que entre 1990 y 1999 arribaron al territorio estadounidense 170.675 inmigrantes de Cuba y, entre el 2000 y el 2009, unos 284.818. En el periodo 2010-2019, la cifra ascendió a 479.818 y, en los últimos tres años, en medio de la pandemia, 303.613 se radicaron en ese país.

En resumen, solo entre 1990 y 2022 emigraron al país del Norte un millón 238.924 de cubanas y cubanos. Las cifras del 2022 solo incluyen a personas que entraron por la frontera sur y no a quienes llegaron por vías legales y después decidieron fijar su residencia en ese país.

Es lógico preocuparse. ¿Cuáles serán los costos para Cuba de este éxodo de fuerza de trabajo? ¿Quién estará en los campos de caña al pedido del gobierno de salvar la industria azucarera? No estamos en los años 70 y 80, cuando la movilización y la exhortación a la población permitían ir a esos campos. La nación de hoy es otra, aunque se insista desde los medios oficiales en el empleo de la palabra continuidad.

Los resultados de las últimas votaciones ejecutadas por el gobierno avalan que una parte ya no despreciable de la población muestra señales de descontento.

Para un trabajador, ahora los incentivos materiales son más importantes que los morales, los estímulos deben ser financieros. En tal sentido, debe enfatizarse que el déficit del presupuesto aumenta cada vez más, es decir, si se introducen más pagos salariales, la inflación viene acompañada de esos aumentos, derivada de la escasez de oferta de bienes. 

Costos y desafíos de la emigración
El desprendimiento de las viviendas es en ocasiones una forma para lograr fondos para los altos costos de emigrar. 

Resulta curioso que la nueva ola migratoria capta buena parte de las divisas circulantes en el país, que no pueden ser absorbidas por las instituciones cubanas, al no tener mecanismos para ello.

En concreto, el dólar estadounidense no se puede utilizar en la red de tiendas nacionales, pero se emplea para pagar el alto costo de la travesía hacia la frontera sur de Estados Unidos que como promedio sobrepasa los 10 000 dólares por viajante.

Al estimar la emigración de 224.000 personas durante el año fiscal 2022, con un gasto individual de 10.000 USD, como promedio, se calcula un valor de 2240 millones de dólares que salen de Cuba o no llegaron al país, es decir, más de 2000 millones de dólares están involucrados en ese movimiento de personas en solo un año.

Debe considerarse que solo los boletos para viajar al único destino que no exige visa a la ciudadanía cubana –Nicaragua–, tiene un costo actual que ronda los 4.000 y 4.500 USD.

El país se descapitaliza de profesionales de todas las ciencias, en su edad de generación de conocimientos, o sea, ávidos de proponer ideas o nuevas percepciones sobre la realidad nacional, pero el modelo no los reconoce como debería.”

En conclusión, esto provoca afectaciones importantes en la fuerza laboral del país, no solo ahora, sino a mediano y largo plazo también. Gran parte de quienes emigran son mujeres en edad fértil, por lo tanto, su salida contribuye a mantener la tendencia de la baja natalidad del país.

El país se descapitaliza de profesionales de todas las ciencias, en su edad de generación de conocimientos, o sea, ávidos de proponer ideas o nuevas percepciones sobre la realidad nacional, pero el modelo no los reconoce como debería. No se puede olvidar que una medida como la creación de empresas privadas nacionales excluye determinados oficios como arquitectos, ingenieros civiles, graduados de turismo, abogados y otros.

Además de reconocer el problema serio que representa el enorme flujo de migrantes, sería útil saber qué se plantea hacer el Estado cubano para revertir la tendencia de que las personas tengan como una de sus primeras opciones partir a otra sociedad.

No creo que con eslóganes y diplomas se logre ese propósito, se necesitan medidas contundentes y sólidas, no las 63 medidas para potenciar la agricultura–sin resultados hasta hoy–, ni las 15 medidas iniciales para la industria, que después se ampliaron. Debe haber otras salidas a la triste realidad de la economía cubana.

El bloqueo, una constante en esta ecuación, afecta a toda la sociedad, pero hay que mirar para adentro y ver qué más se puede hacer para paliar la profunda crisis económica existente. Eliminar monopolios, reducir burocracias y sesgos políticos en cada decisión económica, quitar trabas, incentivar las inversiones de cubanas y cubanos residentes en el exterior, con medidas concretas, no con exhortaciones.

Se podrían reducir precios de los pasaportes, alargar el tiempo de vigencia de estos a 10 años, entre otras iniciativas que deberían analizar las autoridades legales.

Un reciente número de la Revista Temas analizó que, entre agosto de 2017 y agosto de 2022, unas 100.000 personas “deberían haber salido de Cuba y entrado de manera documentada y ordenada, sin correr ningún riesgo ni gastarse una fortuna”, si no se “hubiera interrumpido unilateralmente la aplicación del acuerdo migratorio existente desde hace 27 años”.

El texto destaca que la recepción del lado norteamericano constituye el principal factor de atracción migratoria y resulta insoslayable en cualquier análisis, desde 1961.“Es un reto y un problema insoslayable, agravado por la crisis económica, cuyo enfrentamiento no ha encontrado un cauce eficaz y sostenible, que permita restaurar la certidumbre y la confianza en el futuro dañadas por el prolongado deterioro del estándar de vida. Aunque la difícil situación económica, prolongada y agravada por la pandemia sea un factor de expulsión innegable, ignorar o subestimar los diversos factores de atracción no es serio”.

Al respecto, se insiste en la necesidad de pensarse que muchas personas emigradas, “no necesariamente coinciden con la lista pendiente de reclamaciones familiares desde el 2017, que son el grueso de las 20.000 visas que debieron darse (por la embajada de EE. UU. en La Habana) anualmente desde el 2017”.

Por otra parte, apunta que “la enorme ola migratoria de los últimos años, la componen personas que han podido ahorrar recursos financieros, o han tenido bienes inmuebles o de transporte que han podido vender, o algún negocio de su propiedad y, por supuesto, ayudas familiares desde el extranjero”.

Y plantea la interrogante sobre ¿cómo queda o cómo reaccionará aquel segmento joven, que también desea emigrar, pero no tiene esos recursos para tomar su decisión? 

Retos gubernamentales
La nueva ola migratoria impone altos retos a las autoridades cubanas pues quienes emigran contribuyen a desbalancear los recursos humanos del futuro. 

En conclusión, la nueva ola migratoria impone altos retos a las autoridades cubanas, ya que quienes emigran contribuyen a desbalancear los recursos humanos del futuro, y ello afecta determinados oficios muy necesarios para la vida en común de una sociedad. Un especialista médico no se forma en poco tiempo y, lamentablemente, personal muy calificado emigra.

Un Estado que dedica cuantiosos recursos financieros a la formación de sus ciudadanos cuya prioridad, una vez formados, es trabajar en otro contexto, deviene un Estado ineficiente en la gestión de sus recursos humanos.

Sobreviene la pregunta sobre qué hacer para tener un nuevo contexto: la brújula de las decisiones de emigrar. Es muy simple la respuesta: hacer las cosas diferentes, no intentar tanto la búsqueda de consensos, porque estos se están perdiendo ya a marcha acelerada. Hoy, la sociedad cubana se caracteriza por su gran complejidad y, en general, la desigualdad se incrementa.

No se puede olvidar el contexto internacional terrible que vive Cuba, con afectaciones por el bloqueo, las epidemias y el azote de los ciclones, pero corresponde la toma de decisiones internas de inmediato.

Sin más mercado, es muy difícil responder a las expectativas de la población y a su segmento más joven. Viejos métodos llevan a soluciones inefectivas. El tiempo transcurrido es más que suficiente para demostrar los fallos del modelo centralizado que aún se mantiene. (2022)