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jueves, 31 de agosto de 2023

No todas las inflaciones y desinflaciones son iguales


¿Qué podemos aprender de los años setenta?


Steven Hadfield, beneficiario de la Ley de Reducción de la Inflación, abraza al presidente estadounidense Joe Biden. (Foto de SAUL LOEB / AFP)



30/08/2023 07:06 /Actualizado al 30/08/2023 10:06

En mi experiencia, los expertos económicos sufren con demasiada frecuencia de TAE (NdeR: SAD [Triste] en la versión en Inglés), no de trastorno afectivo estacional, una forma de depresión que afecta a muchas personas durante los oscuros meses de invierno, sino de trastorno de analogía setentera, una propensión a reaccionar ante cualquier indicio de inflación con la afirmación de que la estanflación de los años setenta ha vuelto.

Hubo mucho TAE durante los primeros años de Obama, con declaraciones funestas sobre los efectos inflacionistas de los déficits presupuestarios y el crecimiento de la masa monetaria.

Como escribí en su momento, tales preocupaciones eran insensatas en una economía deprimida.

Pero a partir de 2021 tuvimos realmente un repunte inflacionista, y no era del todo tonto preocuparse de que volver a situar la inflación en un nivel aceptable requiriera un alto desempleo, como ocurrió después de los años setenta.

Lo más famoso fue que Larry Summers, que había ganado mucha credibilidad al predecir correctamente el repunte inflacionario, predijo que la desinflación volvería a ser extremadamente costosa.

Esa segunda predicción no ha envejecido bien; la inflación ha bajado mucho sin que haya aumentado el desempleo.

Pero Summers no ha tirado la toalla.

La inflación de los años 70 se produjo en dos oleadas, y Summers ha difundido recientemente un gráfico que pretende demostrar que la reciente desinflación está siguiendo el mismo camino que la desinflación de mediados de los 70, a la que sabemos siguió una importante recaída.

Summers pronto se encontró en el blanco de feroces críticas, con algunos acusándole de "delito de gráfico".

Pero la cuestión importante no era cómo se construyó el gráfico, sino la falta de contexto.

Como ha señalado Mike Konczal, del Instituto Roosevelt, la mecánica de la desinflación de mediados de los 70 no se parecía en nada a lo que hemos visto recientemente.

En los años 70, la desinflación se asociaba a un desempleo galopante, mientras que esta vez se ha asociado a un desempleo decreciente.

Esto sugiere fuertemente que el mecanismo detrás de la desinflación de Biden ha sido fundamentalmente diferente del mecanismo detrás de la desinflación de Ford.

La historia que más fácilmente se ajusta a los hechos es la de la "larga transitoriedad": la resolución gradual de la perturbación económica causada por la COVID y sus secuelas.

Dicho esto, sin embargo, ¿tiene alguna lección para hoy el resurgimiento de la inflación en los años 70 después de lo que parecía un cierto éxito en ese frente?

El primer paso, sin duda, es intentar averiguar qué ocurrió en los años setenta.

Algo que tuvo una enorme influencia durante ese período:el precio real de la energía, que, tras haber subido durante el embargo petrolero árabe de 1973, subió aún más tras la revolución iraní.

Podría pensarse que, dado que la inflación subyacente excluye específicamente el costo directo de la energía, no debería haberse visto muy afectada por el precio del petróleo.

Pero los precios de la energía tienen un importante efecto indirecto sobre otros precios, porque afectan al coste de las actividades empresariales.

Además, en los años 70, muchos contratos salariales incluían complementos por el costo de la vida, de modo que los precios de la energía influyeron en los salarios.

Más tenuemente, la subida de los precios del petróleo puede haber impulsado las expectativas de inflación, que a su vez hicieron subir los precios reales.

De un modo u otro, es difícil escapar a la conclusión de que el resurgimiento de la inflación tras una pausa a mediados de los 70 tuvo mucho que ver con una crisis energética mundial, que no parece formar parte de lo que esperamos ahora.

Razones

Dicho esto, la inflación aumentó incluso antes de la segunda crisis del petróleo.

¿Por qué?

Es cierto que el desempleo se redujo sustancialmente tras la recesión de 1974-75, pero seguía siendo más alto que en los años sesenta.

Sin embargo, la economía estadounidense se comportaba como si estuviera algo recalentada.

¿Por qué?

La respuesta convencional es que la tasa natural de desempleo había aumentado, por lo que la economía necesitaba un desempleo más alto para mantener baja la inflación.

De hecho, la Oficina Presupuestaria del Congreso estima que la tasa natural aumentó sustancialmente desde los años sesenta hasta mediados de los setenta, antes de iniciar un prolongado descenso.

El problema de esta historia es que es más una suposición que un resultado: Esencialmente, la oficina presupuestaria estima una tasa natural más alta porque la inflación estaba aumentando, por lo que el razonamiento es algo circular.

Y los esfuerzos por precisar las razones por las que la tasa natural podría haber aumentado no son muy persuasivos.

Aun así, es la mejor explicación que tenemos. ¿Hay razones para creer que algo similar pueda estar ocurriendo ahora?

Durante un tiempo el año pasado pareció posible.

La tasa de desempleo es sólo una medida de la rigidez del mercado laboral, y el año pasado otras medidas - especialmente la tasa de vacantes y la tasa a la que los trabajadores abandonaban sus puestos de trabajo - fueron mucho más altas de lo que cabría esperar dada la tasa de desempleo, lo que sugiere que, como en la década de 1970, el control de la inflación podría requerir tasas de desempleo más altas que en el pasado.

Pero recientemente los mercados laborales se han ido normalizando.

Durante un tiempo, los despidos fueron inusualmente altos teniendo en cuenta la tasa de desempleo, lo que sugería que cualquier tasa de desempleo podría ser más inflacionista que en el pasado.

Pero esa disparidad ha desaparecido en los últimos meses, presumiblemente como reflejo de la recuperación de la economía tras un largo periodo transitorio; ahora estamos de nuevo en la relación histórica.

Por lo tanto, en este momento los datos no parecen apoyar la idea de que estamos en camino de algo parecido a la experiencia de finales de la década de 1970, en la que la inflación se arrastró hacia arriba a pesar de un desempleo relativamente alto, y mucho menos para el tipo de explosión de la inflación que siguió a la segunda crisis del petróleo.

¿Significa esto que estamos fuera de peligro en materia de inflación? No necesariamente.

La economía sigue funcionando a buen ritmo, por lo que existe la posibilidad de que la inflación se reactive. 

Y cualquiera que confíe plenamente en los datos actuales o en los análisis actuales es un necio: Si algo deberían haber aprendido los economistas de los últimos años es la necesidad de mostrar cierta humildad.

Es muy posible que los datos, los modelos o ambos estén pasando por alto aspectos clave de lo que está ocurriendo.

Pero la idea de que los años setenta ofrecen una plantilla útil para saber dónde estamos ahora parece bastante errónea.

Deberíamos estudiar los años 70 y aprender lo que podamos de ellos.

Pero hacer analogías directas entre ahora y entonces es sencillamente TRISTE.


c.2023 The New York Times Company

Pinar del Río: después de Idalia, de lleno a la campaña de frío. Comentario HHC

Por Dainarys Campos Montesino, Guerrilero
agosto 31, 2023
en Pinar del Río


Sin estragos significativos en la infraestructura tabacalera ni pérdidas cuantiosas en las áreas agrícolas después del paso de Idalia por el occidente cubano, Pinar del Río se prepara para iniciar en los próximos días la campaña de frío en los cultivos varios.

De acuerdo con Ortelio Rodríguez Perugorría, subdelegado en la Delegación Provincial de la Agricultura, aunque se registraron vientos fuertes en algunas localidades, las mayores incidencias fueron provocadas por el exceso de humedad que causaron las inundaciones.

Apuntó que, de manera preliminar, hasta el pasado miércoles se contabilizaban 100 hectáreas de cultivos varios con tendencia a la pérdida total. El mayor impacto lo recibió el plátano, sobre todo aquellas áreas que ya se encontraban a punto de cosecha en Sandino, Minas de Matahambre y San Luis. También se afectaron algunas plantaciones de melón, habichuela y frijol.

Sin embargo, dijo que en el caso del arroz las lluvias trajeron más beneficio que daño, especialmente en los municipios de San Juan y Martínez y San Luis, donde no se había podido sembrar por la sequía.

En el caso del sector tabacalero, no hubo perjuicios considerables en la infraestructura y se protegieron los túneles donde ya se había iniciado la riega de semilleros.

Sobre la campaña de frío Rodríguez Perugorría explicó que prevén plantar unas 43 567 hectáreas, una cifra mediana de acuerdo con la situación actual, pues existen serias dificultades con los insumos y recursos.

Se garantiza el paquete tecnológico para algunas áreas, sobre todo para 2 000 hectáreas de frijol y las hortalizas de fin de año, especialmente el tomate y la col. Aunque este año no se pudo importar semillas de muchos cultivos como la cebolla, por ejemplo, sí tenemos garantizado el pepino, la habichuela y el maíz, entre otros, para completar la campaña”.

Enfatizó en que en los próximos días comenzará el proceso de contratación, se trabaja con los medios biológicos, se trata de acopiar el fertilizante y de apoyar con combustible a los campesinos, pues este último recurso junto con las grasas y los lubricantes para la maquinaria son los aspectos más críticos para enfrentar la contienda.

“Para ello ya planificamos un chequeo permanente, estructura por estructura, pues es la única manera de poder llegarle a todos los productores, conocer sus problemas y apoyarlos en lo que necesiten y esté en nuestras manos”.

Finalmente, agregó que este sábado habrá feria agropecuaria en los mercados de la cabecera provincial con la indicación de que todas las cosechas que corran peligro de perderse puedan ser vendidas a la población en las diferentes localidades. HHC: Negritas y amarillos nuestros.

Comentario HHC: Con nuestro modelo centralizado, pues si es la" única manera para poder llegarle a todos los productores".

En el sector de producción de alimentos deben descentralizarse las facultades, como está previsto por municipios, pero que puedan "libremente" tomar las decisiones que el productor requiera, desde la compra de combustible, fertilizantes, semillas, etc. dentro y fuera del país. 

 Al tiempo, que el estado debe crear invernaderos de alta tecnología para producir alimentos de manera intensiva en los municipios que no tienen tierras suficientes para ello. Este sería el equivalente a los hoteles, solo que los hoteles no se aprovechan adecuadamente, y las producciones de alimentos, es seguro que sí se consumirán adecuadamente.  

El segundo productor de alimentos del mundo, los países bajos, emplean esta última técnica descrita, los hay de todos tamaños, pero uno de varias hectáreas puede alcanzar un costo de 250 000 usd,  !!! lo que cuesta una habitación de un hotel 5 estrellas!!!.