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martes, 13 de febrero de 2024

Central espirituano Uruguay no muele, pero está en plena zafra. Comentario HHC

Los trabajadores del coloso espirituano impulsan la producción azucarera en distintos puntos de la Isla

Por PASTOR BATISTA Escambray


Varios centrales que hoy muelen, como el Ecuador, agradecen el aporte del Uruguay. (Foto: Pastor Batista).

A cierta distancia, pareciera que el central Uruguay, de Jatibonico, es un coloso dormido, en reposo, sin actividad, ajeno por completo al ajetreo que desde hace siglos media entre plantaciones cañeras y los engranajes de una industria que chupa jugo y entrega dulce azúcar.

Son solo apariencias. El Uruguay, como abreviadamente lo llama Cuba entera, no muele en la actual contienda… ¡pero está en zafra!

CON LAS BOTAS PUESTAS Y EL CASCO BIEN AJUSTADO

Tal vez, la más cercana evidencia esté dentro de la propia provincia espirituana, concretamente en la Empresa Azucarera Melanio Hernández, de Tuinucú, cuyos directivos han definido como «una fuerza clave» a los hombres que, procedentes del central jatiboniquense, no titubearon ni un instante a la hora de sudar la camisa junto a los lugareños, para conformar uno de los tres turnos de trabajo allí.

No ha sido ese, sin embargo, el único (solidario) aporte, como tampoco lo es la brigada de mantenimiento, de día, en función todo el tiempo de lo que necesite la industria.

Explica Vladimir Gómez Morales, administrador del Uruguay, que el asunto viene desde la fase de reparaciones y alistamiento, cuando en función de la zafra fueron ejecutados trabajos por valor superior al millón de pesos, mientras para otro de los ingenios en actividad hoy, el Ecuador, de Ciego de Ávila, también resultó decisiva la ayuda en áreas tan estratégicas como la de molinos.

Similar gratitud debe anidar en el Mario Muñoz, de Matanzas (ámbito de las calderas); en el también yumurino Jesús Rabí (sobre todo basculador y molinos), donde la tropa del Uruguay está decidida a permanecer con el pie en el estribo hasta el final; así como en el artemiseño 30 de Noviembre, al que, según expresa Vladimir, le salvamos la zafra mediante el montaje de una turbina de vapor nuestra, de 400 libras.

DOS GRANDES ESTRECHAN MANOS

Igual cooperación a la de hoy hubiera sucedido durante aquellos esplendorosos años, tres o más décadas atrás, cuando toda Cuba seguía palmo a palmo las incidencias de una fraternal rivalidad emulativa entre los colosos Uruguay y Antonio Guiteras –los mayores productores del país–, asentado ese último en el poblado de Delicias, Puerto Padre, en Las Tunas.

Tal vez por ello, el grupo de trabajadores que partieron hace apenas unos días desde la fábrica jatiboniquense hacia aquel oriental escenario –eso ya había ocurrido en la anterior zafra–, lo hicieron no solo conscientes de lo necesario que hoy se torna tal apoyo, sino también con la satisfacción que entraña un estrechón de manos entre dos grandes.

MI CAÑA Y OTRAS CONTRIBUCIONES

No tiene, en cantidad, la que en sus buenos tiempos tuvo, ni la que hoy desearía. Eso es cierto, y algo habrá que hacer porque sin caña no hay zafra, ni azúcar, ni exportaciones…

Pero que el 75 % de la gramínea que está moliendo el Melanio Hernández proceda de áreas agrícolas pertenecientes al Uruguay, o que en territorio de Jatibonico estén en acción dos centros de procesamiento de caña (Limpieza Batey y Valle 1), deviene también expresión de cómo se puede estar en plena zafra sin moler.

Por cierto, para asegurar el traslado de esa materia prima hacia el ingenio situado en Tuinucú, trabajadores del Uruguay recuperaron más de un centenar de «ruedas» para carros-jaula de ferrocarril.

Si a todo ello se suma que aprovecharon tubos de cobre de equipos dejados de usar en el área de evaporadores; los vendieron; beneficiaron a cinco industrias cubanas y le ahorraron a la nación unos 146 000 euros, es obvio entonces que –aun cuando se puede hacer mucho más– se está actuando con sentido económico, financiero, como país.

Todo eso está muy bien, pero… por lo que representa el Uruguay para Cuba, ¿cuándo volvemos a sentir su pitazo en todo Jatibonico?

Vladimir no se conforma con largar una campechana sonrisa que dejaría margen a cualquier abierta interpretación y argumenta:

«Estimamos unas 191 000 toneladas de caña para el próximo año. Tenemos al 83 % de avance físico en las reparaciones, y seguimos trabajando. Se nos han ido muy pocos especialistas o trabajadores, hay deseos de hacer zafra, como siempre sucedió aquí, y el país nos ha incluido entre los centrales priorizados para moler en la venidera contienda».

Comentario HHC: Después de los rumores el año pasado, en que los rusos aportarían capital a la reparación del central, ya no se ha hablado del tema. 

Como quiera que en la próxima cosecha este operando el central Uruguay, es muy buena noticia. No hay que olvidar que Fidel visitó varias veces este central y siempre ponía  mucha esperanza en los resultados del mismo.

Aquí comparto la foto con la carta de Fidel a los trabajadores del central URUGUAY por alcanzar las 231 000 TON en 1990, y los exhortaba a llegar a las 300 000 TON.



Ni más ni menos, eso es continuidad, obtener resultados en la práctica, en condiciones difíciles. 

Cuba, la pobreza y los datos

 Por Manuel David Orrio | 13/02/2024 | Cuba

Fuentes: Rebelión


“Un fantasma recorre la Cuba del picadillo de soja y los huevos esperados en los barrios, cual Mesías de inmediata salvación. Se llama Eduardo Chibás“.

Así apuntó este periodista en noviembre de 1995, en su primer artículo publicado. Sólo que 28 años después no se consume en Cuba el casi legendario picadillo –ni se produce-, y los huevos tan esperados se han reducido a cinco mensuales per cápita, distribuidos por la llamada canasta básica y a precios subsidiados; más allá, la treintena de huevos va por los 2500 pesos en los mercados libres, en país en que el último salario medio reportado fue de 4219 pesos mensuales y la pensión media de unos 2000, pero más de la mitad del millón 600 mil jubilados que se estima existen cobraría menos de esa cifra.

Mientras, el fantasma de hoy se llama pobreza; una palabra que comienza a hacerse frecuente entre los académicos, más de lo deseable.

Meses antes, en su ¿Cuba ante su pobreza?, ya este autor alertaba sobre el crecimiento de ese flagelo en un país objeto de duras medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos (bloqueo), pero también con serios problemas de modelo, política y desempeño económicos de ya larga data, signados por un virtual estancamiento del Producto Interno Bruto (PIB) desde más o menos 2013.

Evolución del Producto Interno Bruto

Fuente: Carlos Lage Codorniú y Karina Cruz Simón.

También, una caída en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de un lugar 53 en el 2007 a un 83 en el 2022; y un incremento de la desigualdad social, estimado por el Premio Nacional de Economía José Luis Rodríguez en un ascenso del Coeficiente de Gini desde 0,22 en 1989 a más de 0,45 en el 2022; este dato es un aviso de que la polarización social en Cuba es asunto viejo, así como el crecimiento de los más vulnerables y de situaciones asociadas a la pobreza, ésta entendida como una situación en la cual no es posible satisfacer las necesidades físicas y psicológicas básicas de una persona,​ por falta de recursos como la alimentación, la vivienda, la educación, la asistencia sanitaria, el agua potable o la electricidad.

Evolución del Índice de Desarrollo Humano (IDH)

Fuente: informes de Desarrollo Humano del PNUD. Las cifras fueron objeto de corrección por insuficiente información cubana y problemas metodológicos, según el sociólogo Erik Jenniske.
Elaboración: María Pérez y autor, sobre la base de los informes de Desarrollo Humano PNUD.

Rodríguez recordó que “Un estudio llamado La situación económica de los hogares —que se hizo público en los años 80 y 90 (siglo XX), y que ahora se está tratando de retomar— revelaba las dificultades más comunes de las personas: desde que no alcanzaba el dinero, hasta problemas con la alimentación, la vivienda y el transporte, en ese orden. Eso indica que son asuntos transversales y deudas no resueltas a lo largo de estos años”.

Muchos años, muchos datos que están saliendo a la palestra aunque la prensa asociada a la Unión de Periodistas de Cuba (Upec) no los publique ni los comente, en este escenario de Internet y redes sociales.

Muchos años, muchos datos, pero ya éstos insuficientes y hasta no actuales en integralidad, por cuanto un muy necesario Censo de Población y Viviendas, a realizarse en el 2022, fue pospuesto para el 2025; es la segunda vez que se retrasa, se dice que por carencias económicas.

¿Cómo, gobernabilidad sin información? ¿Realmente las carencias –básicamente combustibles, según los reportes– son tan graves? ¿Se ha olvidado que se realizó un censo en el verano de 1970 –primero desde 1953–, cuando Cuba no se había recuperado del trauma nacional que fue la fracasada Zafra de los Diez Millones y que aún así su realización contó con una auténtica movilización popular, en tiempos en que además no se disponía del desarrollo informático actual? ¿Qué falta, recursos o prioridades?

Disgresión habida, pero necesaria, un supuesto: si se asume que un ingreso mínimo pero decoroso para las condiciones criollas sería de 100 dólares mensuales percápita, al cambio de la calle, éso representaría, dada la inflación que “galopa” en Cuba, 29 500 pesos… y contando, porque la creciente depreciación del peso y un déficit de oferta que ya sería shock, aumenta ese mínimo; de éste, habría que descontar de inicio unos 2500 para consumir un huevo diario per cápita, casi el 9% de ese ingreso, lo que es lo mínimo para un adecuado consumo proteico. De gastos como electricidad hágase abstracción, si bien ésta es subsidiada; tanto como la vivienda, con un déficit estimado en más de 800 mil y multitud de rehabilitaciones pendientes –derrumbes y muertos incluidos–, en país donde algunos investigadores estiman que alrededor de un tercio de la población cubana vive con pobreza de ingresos y necesidades básicas insatisfechas, y han alertado sobre un incremento de la precarización de los indicadores del nivel de vida de las familias… Al respecto, el exministro de Economía y Planificación Alejandro Gil apuntó que 66 626 familias en situación de vulnerabilidad recibieron en el año (2023) colchones, muebles, ropa, calzado y utensilios de cocina”.

¿Se entiende que se está ante necesidades elementales y que en un cálculo a vuelapluma serían el 2% de las familias criollas, quizás unos 600 mil cubanos? ¿Son sólo ésos?

¿Pobreza a la cubana?

Cuba,desde el triunfo revolucionario de 1959, ha hecho grandes esfuerzos para lidiar con la pobreza y sus avances han sido notables -visto desde una perspectiva del Sur-, no obstante el bloqueo estadounidense, la pérdida de su alianza con el extinto campo dizque socialista, el empeoramiento de la situación internacional y errores en materia económica.

Pero esfuerzos aparte, los números son implacables: según el economista y demógrafo Dr. Juan Carlos Albizu-Campos et. al., en los últimos años la mayor de las Antillas está retrocediendo en su esperanza de vida al nacer, su acceso a la educación y al trabajo y los ingresos, todo lo cual explicaría su caída de 30 lugares en el Índice de Desarrollo Humano y crearía la posibilidad de que deje de ser un país de Alto Desarrollo Humano para pasar a uno de medio.

Por lo anterior, la pobreza cubana es sui gèneris: difícil de medir con los indicadores “clásicos”; casi imposible, dado lo complejo del escenario.

Según las economistas y Dras. C. Silvia Odriozola e Ileana Díaz, “En el caso de Cuba es un tema muy controvertido. En nuestro país no existe un consenso respecto a un concepto de pobreza. Si bien su forma de manifestación en Cuba puede ser similar a la de otros países, sus causas son diversas…Existen diversas formas de conceptualizar la pobreza y también de medirla…Lo cierto es que la noción de ‘pobreza’ hace referencia a un fenómeno complejo y multidimensional, de necesidades básicas insatisfechas, que puede ser multicausal. En el caso de Cuba se habla de pobreza multidimensional y se analiza por la intensidad de las carencias…”

Partiendo de lo anterior, para Cuba sería procedente el Índice de Pobreza Multidimensional; pero a partir de los datos aquí mencionados, se hace difícil aceptar que aparezca como el segundo país del mundo con más bajo índice del mismo; no es coherente, así de simple, cuando una caída de 30 lugares en el IDH entre 2007-22 –quizás mayor en lo futuro– avisa de lo contrario; no es la única pista: entre otras, aparece la señal inquietante de que el descenso se produjo entre el 2007 y el 2022, mientras que entre 1990 y ese 2007, el IDH no tuvo grandes variaciones resultantes, aunque sí intermedias, sin dudas signadas por las vicisitudes del llamado Período Especial, sobre todo entre 1990 y 1995.

Por ende, algo no cuadra, si se considera que el período 1990-2007 coincide en mínimo un decenio con los años del llamado Período Especial (1991-95) y sus secuelas, y un descenso mayor en el IDH se produce cuando supuestamente Cuba estaría en posición mejor desde el punto de vista económico respecto a ese periodo.

Además, entre 2007-16 el país vivió buenos momentos de su alianza con Venezuela y el llamado deshielo Obama, momento de distensión entre Estados Unidos y Cuba.

¿Cómo explicar que desde 2013 el PIB prácticamente se estancó, calculado a precios constantes de 1997? ¿Cómo explicar la caída del IDH, en el período en que Cuba contó con dos escenarios internacionales favorables?

Ni el bloqueo estadounidense arreciado tras la presidencia de Donald Trump, ni la pasividad de Joe Biden respecto a una distensión “a lo Obama”, ni el empeoramiento de la situación internacional, son causas necesarias y suficientes para atribuir a éstas el origen de una pobreza que se torna creciente. Cuba debió de mantener un IDH relativamente constante, mínimo, no descender en la medida en que lo ha hecho.

Así, la “pobreza a la cubana”, sin desdoro de muy reales factores externos, apunta a lo interno, que a fin de cuentas es que lo que está en las posibilidades de Cuba al menos paliar, al menos en recuperar el IDH que tuvo. Lo otro bordea la frontera entre lo real y las justificaciones, ¿ampliadas por la propaganda?

Pobreza: hurgando, hurgando…

Varios economistas o periodistas hemos señalado de manera reiterada varios factores que estarían provocando el ascenso de la pobreza, a saber:

1) reformas económicas muy necesarias pero muy tardías o por implementar; como anécdota, el propósito de crear cooperativas no agropecuarias data de ¡1985! y se planteó en el III Congreso del Partido Comunista de Cuba; otro tanto ocurre con la micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), cuya proposición por distintos economistas se remonta a inicios de los 2000; unas y otras vinieron a ser autorizadas en el 2021, y su despliegue – ya relevante por sus resultados – transcurre en un clima hostil, con extremistas de derechas e izquierdas “echando leña a la hoguera inquisitorial”.

Por su parte, aunque a la empresa estatal se la proclama como el actor económico principal, demora de manera inexplicable la promulgación de una Ley de Empresas que norme su gestión; existe un proyecto de ley cuya discusión y aprobación ha sido pospuesta más de una vez;

2) una política inversionista de más de un quinquenio, de gran desproporción a favor de un turismo que dista de ser mínimamente rentable – o no hay información sobre lo mismo – y en detrimento de las inversiones en agricultura, educación, salud y ciencia e innovación tecnológica.

Dicha política está provocando, de inicio, un severo déficit en la oferta de alimentos y la inflación subsiguiente, reconocido ese déficit como primera causa del alza galopante de precios, sin perjuicio de los impactos provocados en los otros sectores y los efectos sobre el valor real de salarios y pensiones, de larga data por debajo de ¡1989!

Evolución del PIB y del efectivo en circulación

“De manual”: semejante crecimiento del efectivo en circulación muy por encima de la evolución del PIB es rotundamente inflacionario y va contra salarios y pensiones reales. Fuente: Carlos Lage Codorniú y Karina Cruz Simón.

3) siguiendo a Albizu-Campos et.al., un descuido de políticas públicas en lo social y a favor de una pretendida sostenibilidad económica, cuyo impacto se está reflejando en la reducción de la esperanza de vida al nacer, el acceso a la educación superior, la construcción y reparación de viviendas y otros sectores, todos lo cuales son factores claves en la caída del IDH;

4) unificación monetaria y cambiaria (Tarea Ordenamiento) muy tardía, mal realizada y hasta contraproducente; se aspiró a la soberanía del peso cubano y están circulando tres monedas y dos unidades de cuentas, con un lógico impacto en la inflación y otros aspectos, entre los cuales se halla el empobrecimiento dado por la caída de salarios y pensiones reales sin la debida indexación.

Así, de acuerdo con un estudio de la economista Tamarys L. Bahamonde, “el salario nominal de 3,854 (pesos) mensuales en 2021 equivalía a 1,117.19 en salario real (1989), menos de la mitad del salario nominal… Ahora, los datos más reveladores del impacto de la escalada inflacionaria sobre el consumo se extraen del 2022. El salario nominal de 4,219 (pesos) en 2022 sólo equivalía a 174.72 en términos de salario real”.

Los cuatro factores, más otros, se unen en una suerte de cóctel explosivo que está atentando contra la credibilidad del proyecto socialista cubano; ninguno se relaciona directamente con los factores externos antes mencionados; son problemas de política interna. Punto…

El gobierno está implementando un programa para corregir lo que llama “errores y distorsiones”, aunque hasta ahora no ha declarado qué entiende por tales; un error amerita explicación y depuración; en Economía, una distorsión es, grosso modo, una desviación de la asignación de recursos económicos del estado en que cada agente maximiza su propia utilidad.​Por tanto, ¿cuáles desviaciones se produjeron y por qué?

Mientras esas indefiniciones permanecen sin adecuada explicación ante la opinión pública, las medidas anunciadas por el gobierno se califican de inflacionarias por distintos economistas; de ser así, habrá más caída de los salarios y pensiones reales, y sus consecuencias.

Entretanto, la pobreza avanza.

LA MIRADA ECONÓMICA PUESTA EN CUBA

INFORMACIÓN DEL CONTACTO


La mirada económica puesta en Cuba


Lista de todos los productos exportados de EE. UU. a Cuba en 2023. Las exportaciones de alimentos y productos agrícolas de EE. UU. aumentaron un 4,2%, incluidos 5,4 millones de dólares estadounidenses en café. US$24 millones a Mipymes, incluidos US$8 millones en vehículos.

OJO ECONÓMICO SOBRE CUBA©
Febrero 2024

  1. Diciembre 2023 Las exportaciones agrícolas y alimentarias a Cuba aumentan un 14,8% .
  2. 44 de 227 Diciembre de 2023 Mercados de exportación de alimentos y agrícolas de EE. UU.
  3. Las exportaciones interanuales aumentan un 4,2 % 
  4. Cuba ocupa el puesto 53 de 227 2023 Mercados de exportación agrícola y alimentaria de EE. UU. 
  5. Diciembre de 2023 Exportaciones de productos sanitarios US$ 58.472,00 
  6. Exportaciones de productos sanitarios US$ 839.500,00 
  7. Diciembre de 2023 Donaciones humanitarias US$ 2.643.753,00 
  8. 2023 Donaciones humanitarias US$ 36.563.551,00 
  9. Iniciativas de la administración Obama Las exportaciones continúan aumentando 
EE.UU. Datos de exportación portuaria -(a la espera de nuevos datos portuarios; datos actuales hasta noviembre de 2023)

DICIEMBRE 2023 LAS EXPORTACIONES DE ALIMENTOS/AG A CUBA AUMENTAN 14,8% - Las exportaciones de productos alimenticios y agrícolas de los Estados Unidos a la República de Cuba en diciembre de 2023 fueron de EE. UU. $45.229.570,00 frente a US$39.393.828,00 en diciembre de 2022 y US$28.091.304,00 en diciembre de 2021.

Las exportaciones de TSREEA de 2023 fueron de US$ 342.607.027,00 frente a las exportaciones de TSREEA de 2022 de US$ 328.536.988,00. 2023 ocupó el décimo lugar en total anual desde las primeras exportaciones de TSREEA en diciembre de 2001. Las exportaciones totales de TSREEA desde las primeras entregas en diciembre de 2001 superan: 7.246.333.393,00 dólares EE.UU.

Las Donaciones Humanitarias en 2023 fueron de US$36.563.551,00 frente a US$30.083.306,00 en 2022, US$11.074.090,00 en 2021 y US$4.605.055,00 en 2021.

2023 (Producto, Valor en Dólares Estadounidenses, Porcentaje del Total de Exportaciones)
1- Cuartos de Pierna de Pollo (Congelados); US$ 136.866.359,00; 43,6%
2- Carne de Pollo (Congelada); US$ 93.942.602,00; 29,9%
3- Muslos de Pollo (Congelados); US$ 38.928.985,00; 12,4%
4- Carne de Pollo en Conserva; US$ 9.841.876,00; 3,1%
5- Café (Tostado/No Tostado/Orgánico/No Orgánico); US$ 5.467.101,00; 1,7%
6-Fosfatos de calcio; US$ 4.573.013,00; 1,5%
7- Carne De Porcino (Congelada); US$ 4.031.078,00; 1,3%
8- Carne de pollo y despojos comestibles (congelados); US$ 3.045.932,00; 1,0%
9- Leche/Crema (Concentrada/No Endulzada); US$ 2.914.674,00; 1,0%
10- Carne de Porcino (Procesada, Congelada); US$ 2.116.222,00; .70%

Las diez mayores exportaciones de productos alimenticios/commodities agrícolas de EE.UU. a Cuba: 301.727.842,00 dólares
EE.UU. Exportaciones totales de TSREEA de EE.UU. a Cuba: 342.607.027,00 dólares EE.UU.
10 mayores como porcentaje de las exportaciones de TSREEA a Cuba: 88,1%

Las iniciativas de las administraciones Obama-Biden (2009-2017) y Biden-Harris (2021-) centradas en las micro, pequeñas y medianas empresas ( MIPYMES ) reemergentes en la República de Cuba continúan aumentando. Para el año 2023, el valor de las exportaciones de productos relacionados desde Estados Unidos a la República de Cuba fue de aproximadamente US$ 24.163.312,00 .


Los datos contienen información sobre las exportaciones de los Estados Unidos a la República de Cuba: productos dentro de la Ley de Reforma de Sanciones Comerciales y Mejora de las Exportaciones ( TSREEA ) de 2000, Ley de la Democracia Cubana ( CDA ) de 1992 y regulaciones implementadas (1992 al presente) para otros productos por la Oficina de Control de Activos Extranjeros ( OFAC ) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y la Oficina de Industria y Seguridad ( BIS ) del Departamento de Comercio de los Estados Unidos.

La TSREEA volvió a autorizar la exportación comercial directa (en efectivo) de productos alimenticios (incluidos productos alimenticios de marca) y productos agrícolas desde los Estados Unidos a la República de Cuba, independientemente de su propósito. La TSREEA no incluye productos sanitarios , que siguen autorizados y regulados por la CDA.

Los datos representan el valor en dólares estadounidenses del producto exportado desde los Estados Unidos a la República de Cuba bajo la TSREEA y el CDA. Los datos no incluyen cargos de transporte, cargos bancarios u otros costos asociados con las exportaciones; el gobierno de la República de Cuba reporta datos no verificables que incluyen cargos de transporte, cargos bancarios y otros costos.




La economía cubana en 2023 y perspectivas para 2024 (I)

 A pesar de las adversas condiciones que enfrentó el sector externo y los resultados globalmente negativos, la evolución de la economía nacional registró también algunos resultados positivos, gracias a los esfuerzos de nuestros trabajadores



La economía cubana fue impactada el pasado año por los precios de los alimentos, un 20 % más elevados que entre 2014-2016, así como la incidencia del precio del barril de petróleo que, si bien se redujo en relación a 2022, promedió más de 77 dólares el pasado año. Foto: José Manuel Correa

Debido a la compleja coyuntura enfrentada, el pasado año la economía cubana sufrió un importante retroceso, al decrecer su Producto Interno Bruto (PIB) entre el 1 y el 2 %, según estimados oficiales, una evolución que puso de manifiesto la presencia de factores externos negativos y también los efectos de dificultades en la conducción de la economía nacional, que ya venían incidiendo desde años anteriores, con crecimientos inferiores a las cifras planificadas.

Para comenzar, si se quiere ser justo, un factor fundamental que no puede ignorarse en este sentido, es el creciente impacto del bloqueo económico de Estados Unidos, cuyas negativas consecuencias a lo largo de más de 60 años, y hasta febrero de 2023, fue de más de 159 084 millones de dólares, con 4 867 millones en solo un año, lo que lo ha convertido en el obstáculo fundamental para nuestro desarrollo, aunque no sea el único elemento que incide en la evolución de nuestra economía.

A lo anterior se suman las consecuencias de la crisis económica internacional, que mantuvo los precios de los alimentos un 20 % más elevados que entre 2014 y 2016, así como la incidencia del precio del barril de petróleo que, si bien se redujo en relación a 2022, promedió más de 77 dólares el pasado año, todo ello en medio de la guerra de Ucrania, que actuó como catalizador de estas negativas tendencias, a lo que se añaden las consecuencias de la sangrienta guerra que libra Israel contra el pueblo palestino, que ya ha impactado fuertemente en lo económico, elevando los costos de la transportación marítima internacional.

La afectación de estos factores ha llevado a tasas decrecientes en los ritmos de crecimiento de la economía mundial, sobre la que sigue incidiendo la posibilidad del estallido de una crisis económica de grandes proporciones, lo que genera una gran incertidumbre sobre cualquier proyección de lo que puede ocurrir en la economía nacional, en países que –como Cuba– presentan un elevado nivel de apertura externa.

Además, de los elementos económicos apuntados, han seguido impactando en la economía mundial, y también en Cuba, las secuelas de la COVID-19, que ha afectado a alrededor del 10 % de nuestra población, con una tasa de letalidad de 0,77 %, aunque sus efectos mortales no han sido mayores gracias a las vacunas desarrolladas por nuestros científicos. 

VULNERABILIDADES DEL SECTOR EXTERNO CUBANO

Retomando la evolución de nuestro sector externo, el valor de las exportaciones de bienes y servicios en 2023 fue de 9 065 millones de dólares, un valor inferior en alrededor de 770 millones a lo planificado, cifra que incluye unos 2 155 millones en bienes y 6 910 millones en servicios, para un nivel de exportaciones también menor que lo logrado en 2022.

A lo anterior se añade un gasto superior a lo previsto en las importaciones de bienes, debido al incremento de precios, lo que representa una erogación de 718 millones de dólares adicionales en relación con el año 2019.

En el capítulo de nuestras exportaciones se registró una caída del 15 % en el precio de la tonelada de níquel, cuya producción se mantuvo en 41 000 toneladas en el año, mientras que el precio del azúcar aumentó un 28 %, aunque la producción nacional quedó por debajo de lo planificado un 25 %.

Otro flujo externo que se vio afectado el pasado año fue el volumen de las remesas recibido por la población, que se estima cayó por debajo de los 1 000 millones de dólares, luego de haber alcanzado más de 2 000 millones a finales del pasado decenio.

Al respecto, cabe apuntar que las remesas juegan un importante papel como capital del sector no estatal de la economía, pero también impactan en el fondo de consumo de la población que las recibe, y que las utiliza para compras en el mercado en moneda convertible que existe en la Isla.

En relación con la inversión extranjera directa (IED), se obtuvo un discreto avance en la cifra de nuevos negocios contratados, pero se mantiene la necesidad de una mayor flexibilidad en el tratamiento del inversionista extranjero que decide invertir en Cuba, tomando en cuenta que enfrenta riesgos mayores en función del bloqueo que impone ee. uu. a nuestro país.

Por otra parte, resulta indispensable lograr mayores y mejores resultados en la concreción de negocios que aseguren una rápida elevación de la producción de alimentos, y un aseguramiento energético superior.

Además, Cuba continuó enfrentando las consecuencias del impago de la deuda externa, que se viene presentando desde 2019.

Al respecto, se han logrado nuevos plazos para realizar los pagos, que van hasta 2027, pero la cifra a pagar está gravada por el recargo de intereses moratorios.

Resulta así evidente la necesidad de un rediseño en el tratamiento del endeudamiento externo, de manera que se logren materializar nuevas vías para el servicio de la deuda, con el objetivo de asegurar un financiamiento externo superior, sobre lo cual se profundizará, al examinar las perspectivas de 2024.

A pesar de las adversas condiciones que enfrentó el sector externo y los resultados globalmente negativos, la evolución de la economía nacional registró algunos resultados positivos, gracias a los esfuerzos de nuestros trabajadores, lo que se expresa en una gradual recuperación del turismo internacional, que creció un 51 %, totalizando 2,4 millones de visitantes y 400 millones de dólares más en ingresos brutos.

También la mejor gestión de la industria eléctrica, que permitió reducir en un 70 % los apagones el pasado año; se mantuvo en 3,1 millones de toneladas métricas la producción de petróleo en el país, lo que asegura –en cierta medida– la generación de nuestras termoeléctricas; y se firmaron 42 nuevos acuerdos de inversión extranjera, hasta un total de 343 negocios activos en 2023.

Mientras, en lo social, se logró reducir la tasa de mortalidad infantil, pues si en 2022 ese indicador fue de 7,6 fallecidos por cada mil nacidos vivos, la del pasado año cerró en 7,1, en tanto la tasa de mortalidad materna se fijó en 38,7 por 100 000, para una disminución de 5,4 %.

Igualmente, se aseguró un nivel de atención priorizado –de acuerdo con las posibilidades– a las personas y comunidades en situación de vulnerabilidad.

Las adversas condiciones presentes el pasado año –unidas a la aplicación de medidas internas, que no dieron los resultados esperados– han motivado que el país haya sufrido, entre 2019 y 2023, una pérdida superior a 3 000 millones de dólares en los ingresos externos, según se informó en la sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, de diciembre de 2023.

Esta situación ha llevado a la necesidad de adoptar, sin dilación, medidas urgentes que, como ha señalado el Primer Secretario del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, nos deben llevar a una mayor eficiencia en nuestra economía.

En este punto del análisis resulta útil tener una idea más amplia de la evolución de la producción de bienes y servicios en 2023, así como de la política económica aplicada, antes de pasar a examinar las perspectivas para el presente año.

Argentina. Déficit cero más desregulación en camino a la dolarización

Por Julio C. Gambina

En un informe oficial de fines de enero pasado se menciona que: “El Ministerio de Economía refuerza su compromiso de alcanzar el equilibrio fiscal financiero en 2024, como punto central de un programa económico orientado a estabilizar la macroeconomía y generar las condiciones para un crecimiento sostenido del empleo.”[1]

Queda claro que eso se logra: a) disminuyendo sustancialmente la transferencia de fondos discrecionales a las Provincias, “mejorando” las cuentas públicas nacionales e induciendo un “ajuste federal”; b) eliminando los subsidios al transporte público de pasajeros a provincias y disminuyéndolos en zona metropolitana, cargando ese costo en los presupuestos provinciales, con ingresos disminuidos por merma en la coparticipación y la recesión económica que afecta a todo el territorio nacional (medida que puede redundar en limitaciones o eliminación del servicio de transporte en localidades sin capacidad de sustentar el servicio público de transporte); c) no transfiriendo los fondos de incentivo docente, haciendo peligrar el inicio de las clases, según manifiestan los propios gobernantes de provincias.

Lograr el fin de déficit fiscal se explica también por la no entrega de alimentos a los comedores y muy especialmente con la licuación de las jubilaciones y los salarios estatales. En este sentido, el INDEC informa que, a diciembre del 2023, los salarios tuvieron una variación porcentual del 8,9%, contra una inflación minorista del 25,5%. Pero, en ese marco, si los salarios privados registrados se actualizaron al 11%, los del sector público lo hicieron al 5,5%. Mientras que la inflación minorista del 2023 que alcanzó el 211,40%, los salarios privados regularizados tuvieron una variación del 165,8% y los salarios estatales del 148,6%.[2]

El ajuste fiscal, promesa de campaña electoral se está cumpliendo restando recursos a las provincias, y descargándose sobre el empleo público y las partidas del gasto social, que en definitiva se traslada como deterioro de las condiciones de vida de la población más empobrecida. El Ministro de Economía señaló que al no aprobarse la Ley de “Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos” (ómnibus), el ajuste fiscal deberá incrementarse. En efecto, la idea del déficit cero suponía una mejora del ingreso fiscal, especialmente tributario, en un 2,1%, lo que se suponía venía del blanqueo de capitales, la moratoria tributaria y la disponibilidad de alícuotas incrementadas de impuestos, sin efecto al caerse el tratamiento en las extraordinarias legislativas. Por eso, si la idea era reducir el gasto un 2,9%, ahora debe bajarse más al gasto para compensar la insuficiencia de ingresos fiscales previstos, más aún cuando no se podrá avanzar, por ahora con las privatizaciones de empresas públicas.

Con el profundo ajuste fiscal, paralización de la obra pública mediante y la creciente recesión producto de la caída de la actividad económica, producción y circulación de bienes y servicios, el gobierno busca que la inflación disminuya del pico del 25,5% de diciembre. Así mostrará “sus logros”: bajar el déficit y la inflación, claro que primero duplicó el índice minorista de noviembre a diciembre, y luego bajará…¿a cuánto? Incluso, a qué costo social, en caída de ingresos populares y satisfacción de amplias necesidades alimentarias, sanitarias, educativas.

Devaluación del peso y rumbo para la dolarización

Pero los logros que se registran son también monetarios y entre ellos sobresale que, derivado de la devaluación, el BCRA disminuyó el pasivo en pesos y acumuló reservas por 7.000 millones de dólares contra una base monetaria de 8.000 millones de dólares según Milei. Son declaraciones del Presidente ante la sugerencia de Forbes para acelerar la dolarización. En efecto, Steve Forbes, editor y nieto del fundador de la revista Forbes, elogiando y apoyando a Milei, especialmente por su intervención en Davos, destacó que “si no dolariza no tendrá éxito”.[3]

El camino de la dolarización empezó con la devaluación, confirmando el operativo tendiente al uso de los dólares del colchón o en cajas de seguridad, evidente en el gasto turístico de este verano, especialmente al exterior, incluso de pequeños ahorristas que compensan el gasto mensual liquidando sus tenencias de divisas ahorradas. Pero también desde el BCRA y la operatoria con el BOPREAL, el “Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre”, que dolariza los pasivos del Banco Central y tras su primera colocación de una serie por 5.000 millones de dólares empieza a ser atractiva para inversores, especialmente puesto de manifiesto con la compra realizada por el Fondo Black Rock. Bienvenidos los buitres, pareciera ser la onda de los financistas en la gestión del gobierno de la Argentina.

Milei dice que estamos cerca del objetivo de la dolarización, ahora planteado para el 2025, en el camino de Menem y Cavallo, sus referencias políticas de la Argentina reciente. Lo que debemos recordar es el final de esa experiencia en el 2001, con una pueblada derivada de una pobreza acrecida que quedó como fenómeno estructural del país actual, un fuerte desempleo como consecuencia de una actividad achicada, orientada como proveedora de bienes primarios bajo la lógica subordinada de la dominación del capital externo en una dinámica transnacionalizada de la economía local.

El problema es el consenso electoral que anima el ajuste, la devaluación, la desregulación económica, la libertad de comercio y para establecer precios, que está en la base del avance de una reaccionaria política económica, y que aun con importante resistencia no perfora aún el aval de los votos, por lo que el problema, más que económico es político.

La dolarización y el ajuste podrá pararse si se logra articular una propuesta política que no pretenda retomar tendencias estructurales del capitalismo local de los últimos años, sino precisamente una dinámica económica y política de cuestionamiento al régimen del capital.

Claro que no es sencillo, pero la voluntad del voto en el 2023 está más en el rechazo a lo existente y en la expectativa de soluciones a futuro prometidas con la liberalización de la economía y el crecimiento de la productividad para luego distribuir en beneficio de la sociedad. Una proclama jamás evidenciada en la historia del capitalismo y que el fracaso de las experiencias anticapitalistas no impide la reiteración de la crítica al orden vigente y la búsqueda de nuevos ordenes civilizatorios.

Buenos Aires, 13 de febrero de 2024



[3] Ámbito Financiero (12/02/2024): La advertencia de Steve Forbes a Javier Milei: "Si no dolariza de inmediato, no tendrá éxito", en: https://www.ambito.com/economia/la-advertencia-steve-forbes-javier-milei-si-no-dolariza-inmediato-no-tendra-exito-n5943912